Facultad de Humanidades.
Departamento de Filosofía.
Sobre La filosofía
como ciencia estricta y la fenomenología.
Marcelo Molina Fernández.
“Si la fenomenología encontró su propia consigna, entonces esta consiste en la afirmación
muchas veces citada <<¡Volvámos a las cosas mismas!>>”1 .
Para Husserl la filosofía debe ser fundante, debería ser la que permite el desarrollo de la
ciencia. De hecho, es justamente esto lo que desarrollará en La filosofía como ciencia
estricta, buscará fundamentar a las ciencias naturales mediante la filosofía y desarrollará la
crítica al naturalismo y al historicismo,
no para sacrificar la filosofía en aras de las ciencias
sino para proteger éstas de sus propias arrogancias científicas e intrusiones de cosmovisión,
y para colocarlas sobre una base sólida.2 Esta crítica se debe a que Husserl considera que el
impulso de las investigaciones debe venir de las cosas y de los problemas mismos, cuestión
que ni el naturalismo ni el historicismo hacen. Por consiguiente, la investigación
fenomenológica es una investigación de la esencia, dejando fuera prejuicios y preconceptos.
En referencia al primero, el naturalismo, Husserl nos dice que es la causa de la deformación
filosófica de las ciencias naturales. Esta deformación, está dada principalmente por la
naturalización de la conciencia,
puesto que el naturalista se ocupa de la naturaleza, más que
nada, física. Por lo que llevará cualquier elemento psíquico a una estrecha relación con lo
físico y a fijar una relación psicofísica de carácter secundaria. Así, por ejemplo, las cosas
mismas se ven reducidas a hechos elementales (...) de tal manera que pierden su relación con
la vida y su sentido de la vivencia. De esta forma, el colorido de las cosas es sustituido por
ondas eléctricas, imágenes reticulares y ecuaciones funcionales a las que posteriormente se
les añaden vivencias cromáticas. Se plantean entonces cuestiones disparatadas, tales como
por qué la persona humana ve las cosas correctamente, a pesar de la proyección inversa de
la imagen sobre la retina, como si la persona no fuera nada más que un fotógrafo cuya
conciencia se ha convertido en cámara oscura.3
De la forma presentada por las ciencias naturales lo que se busca, no es otra cosa que la cosa
misma, en tanto que es experimentada.
“(…)toda ciencia de la naturaleza es ingenua. La
naturaleza que ella pretende estudiar existe simplemente. Se sobrentiende que las cosas son,
1
Waldenfels, B. “De Husserl a Derrida”. Ed. Paidós, 1997.
2
Ibid. p, 21.
3
Ibid. p, 20.
como cosas en reposo o en movimiento, que cambian en el espacio infinito, y como cosas
temporales en el tiempo infinito. Las percibimos, las describimos en simples juicios de
experiencia. La ciencia de la naturaleza se propone conocer de un modo objetivamente
válido y rigurosamente científico esos datos evidentes.”
Del mismo modo, la psicología se ocupa de la conciencia como existente en el orden de la
naturaleza, vale decir de la conciencia empírica. Sin embargo, por medio de la experiencia es
imposible saber qué es la conciencia o cualquier otro objeto. De ahí que Husserl nos diga que
lo psíquico no se experimenta como aparente; es “vivencia” y vivencia contemplada en la
reflexión4. Por ello hay que tomar a los fenómenos de la forma en que se presentan, mediante
de
escorzos y entender a la conciencia como siempre proyectada, como conciencia algo.
Es la conciencia la que dota de sentido a cualquier existencia real o posible, puesto que en
ella surge y se genera toda trascendencia. Esto es posible, en gran medida, porque la
conciencia capta, de manera intuitiva, las esencias. De lo dicho con anterioridad, podemos
extraer que la captación intuitiva de una esencia puede ser independiente de la existencia de
una cosa, básicamente, porque sobre ésta cabe alguna posibilidad. Y en última instancia,
porque la esencia es captada mediante la contemplación, como ser esencial. Sobre ésto,
los
análisis de la temporalidad nos enseñan que todo lo que aparece
ahora (jetzt), que
acaba de
(soeben) aparecer y promete ser [,es] aún
ahora mismo
(sogleich)5 .
Este análisis de la
temporalidad se apoya sobre la existencia de un Yo, más específicamente, en una
autoconciencia, que resulta ser absoluta. En otras palabras, es posible distinguir y fijar
esencias de los “
contenidos” y de los fenómenos sensibles [...incluso] de todo lo psíquico en
el sentido pleno de la palabra, de todo acto del “yo” y de toda situación del yo que
corresponda a denominaciones conocidas, como por ejemplo percepción, imaginación,
recuerdo, juicio, sentimiento, voluntad6
, etc. Que la conciencia esté dirigida a un recuerdo,
por ejemplo, no significa que el fenómeno se presente de la misma forma en la que estuvo en
del
el pasado, sino que el acto intencional, de la conciencia, es el tener conciencia recuerdo
de un acto intencional (de la conciencia) pasado.
4
Husserl, E. “Filosofía como ciencia estricta” p, 72.
5
Waldenfels. Op. cit. p,39.
6
Husserl. Op. cit. p,76.
En relación al historicismo, Husserl desarrolla la crítica en torno al reduccionismo, en
extremo subjetivista. Puesto que la conformación de un
espíritu7 está motivado por
circunstancias históricas dadas, lo que se presenta como un escollo ante la pretensión de
establecer una validez absoluta o “en si”. Esto a causa de que para cada periodo histórico se
fijaran espíritus diferentes, lo que aparece denominado como una validez fluyente.
A pesar de que Husserl critica al historicismo por su permanente mudanza de espíritu, la
cual se puede entender y esclarecer en relación a la concepción de paradigma hecha por
Kuhn, en la cual quienes definen el espíritu y desarrollo de la ciencia es una comunidad
determinada y delimitada, sobre las cuales no se pueden establecer paralelos puesto que se
constituyen de manera completamente diferentes. Es decir, los paradigmas son
inconmensurables, al igual que los tipos de arte, puesto que cada paradigma transita sobre sus
principios y fundamentos. De la misma forma, subsiste un espíritu para cada periodo, los
cuales, al igual que los paradigmas kuhnianos, son inconmensurables. Aún así, el valor del
historicismo es rescatado y expresado en La filosofía como ciencia estricta, “
(...) el
ahondamiento en la vida del espíritu ofrece al filósofo un material de investigación más
original, y por lo mismo más fundamental que el ahondamiento en la naturaleza. Pues el
dominio de la fenomenología como doctrina de esencia se extiende de inmediato desde el
espíritu individual alcampo total del espíritu universal, (...) la doctrina fenomenológica de
esencia es la única capaz de fundamentar la filosofía del espíritu”8
Sin embargo, Husserl estima que hay cuestiones que trascienden a lo epocal y temporal, es
decir,tienen un carácter supratemporal. Sobre las cuales el espíritu no tienen ninguna
influencia. Por ejemplo, la “idea” de ciencia
es un título para valores absolutos,
intemporales.9
Pero, para poder estructural una filosofía como ciencia estricta es necesario desprenderse de
las cuestiones espirituales, creencias y cosmovisiones que imposibiliten captar la esencia
fenomenológica. Pero esto será posible en la medida en que tanto la ciencia, el historicismo,
7
(...)espíritu en su sentido más amplio posible, que abarque toda clase de unidad social, y en último
lugar la del individuo mismo, pero también cualquier configuración cultural(...).
La filosofía como ciencia
estricta. p, 85.
8
Ibid. p, 92.
9
Ibid. p,98.
las creencias y la sabiduría permitan y contribuyan al acercamiento de los valores absolutos y
trascendentales para una ciencia
con una cantidad de conocimientos perfectamente
rigurosos y decisivos para
toda
filosofía ulterior10
10
Ibid. p,109.