Anda di halaman 1dari 2

Y qué pasó el 15 de septiembre…?

Hace unos días comenzó septiembre, mes en que México celebra su independencia, es decir,
su inicio mas no su consumación; y respecto a su inicio, comienzan los festejos el día 15. Con
gran solemnidad, tanto el Presidente de la República como los gobernadores de los estados,
en recuerdo de lo que dijo e hizo don Miguel Hidalgo en Dolores, dan el llamado “Grito” y
hacen sonar las campanas instaladas en los respectivos palacios de gobierno. Sin embargo, si
nos atenemos a la realidad de los hechos históricos, hemos de cuestionar la ceremonia oficial
que se efectúa todos los años en la noche del 15 de septiembre. ¿Qué pasó realmente la
noche de ese día de 1810?

Lo que no pasó ese día. No pasó nada de lo que la ceremonia oficial pretende que ocurrió y
que, a fuerza de la ininterrumpida repetición año tras año, casi ha llegado a considerarse
como un hecho histórico, habiendo generado uno de los muchos mitos que arrastra nuestra
historia. En efecto, esa noche don Miguel Hidalgo se encontraba pasando una velada muy
agradable en la casa del subdelegado Nicolás Fernández del Rincón, jugando cartas y
formando grupos en el juego con las señoras Encarnación Correa y Teresa Cumplido, esta
última esposa del funcionario virreinal. A las 11 de la noche se despide para dirigirse a su
domicilio. En esos momentos Hidalgo desconoce que en Querétaro la conjura de la que
formaba parte había sido descubierta por las autoridades, y que los inmiscuidos en dicha
conjura que estaban en la ciudad habían sido arrestados.

Ignacio Pérez, siguiendo instrucciones de la señora Josefa Ortiz de Domínguez, cabalga hacia
San Miguel para informar al capitán Ignacio Allende y al no encontrarlo porque Allende estaba
en Dolores, entonces busca al capitán Juan Aldama y ambos se dirigen a Dolores, a donde
llegan a las 2 de la mañana del 16 de septiembre. Sin perder tiempo se presentan en la casa
de Hidalgo y después de momentos de tensión e incertidumbre, Hidalgo pide calma a sus
compañeros y los convence de comenzar el movimiento ese mismo día.

Rápidamente actúan: aprehenden a los 18 españoles que residen en Dolores, sacan a los
presos de la cárcel, consiguen algunas armas y al despuntar el alba suena la campana del
templo llamando a la primera misa. Los vecinos de Dolores y de otras poblaciones cercanas
acuden y se reúnen en el atrio. Después de alguna espera y ya con la luz del sol, Hidalgo y su
gente se presentan en el atrio e Hidalgo arenga a la multitud ahí reunida. Les dice que las
autoridades españolas se habían sometido a Napoleón Bonaparte, quien había tomado
prisionero al rey Fernando VII y que, por tanto, los invitaba a secundar su movimiento contra el
mal gobierno, a quitar a los peninsulares de los puestos públicos y a defender a su rey y a la
religión, amenazada por los franceses jacobinos. Terminó su alocución con las consignas
“¡Viva Fernando VII! ¡Mueran los gachupines!”.

Estas palabras pronunciadas por Hidalgo y que el protocolo ceremonioso oficial conoce como
“el Grito”, no ocurrieron el 15 sino el 16 de septiembre, día en que realmente y de hecho
comenzó el movimiento insurgente que iba a durar 11 años, hasta el 27 de septiembre de
1821, fecha en la que don Agustín de Iturbide, al frente del Ejército Trigarante, entra en la
ciudad de México, consumando la independencia nacional.

Y ante tal distorsión histórica cabe preguntarse ¿Por qué? He aquí el origen de la misma: No
se sabe con exactitud qué campana hizo sonar “el cojo Galván” (campanero de la iglesia de
Dolores); parece que fue el esquilón “San Joseph” que estuvo en el templo desde 1768 hasta
el año de 1896, en que el Presidente de la República, general Porfirio Díaz, la trasladó al
Palacio Nacional y como el 15 de septiembre era su onomástico decidió celebrarlo con una
fiesta nacional, declarando oficialmente que el Grito se efectuara en la noche del 15 de
septiembre y agregó lo de tocar personalmente la campana de Dolores, exactamente como lo
han venido haciendo los presidentes que le sucedieron y los gobernadores; estos últimos
tocan las réplicas de la campaña original que mandó fundir don Adolfo López Mateos en 1960
y que envió a todos los estados del país. Las autoridades continúan, por inercia, la herencia
porfirista.

Lo que sí pasó ese día. El 15 de septiembre fue el día en que ocurrieron dos hechos históricos
que tienen cierta relación con la independencia:

1. La noche del 15 de septiembre de 1808 se oyó un grito, efectivamente. Fue el grito de


sorpresa y de susto que dio el virrey don José de Iturrigaray, cuando una turbamulta,
encabezada por el rico hacendado Gabriel de Yermo, asaltó el palacio virreinal y penetró
hasta su dormitorio, haciéndolo prisionero, al igual que a su esposa e hijos; ilegalmente los
promotores del asalto lo depusieron de su cargo, por sospecha de que favorecía la causa de
los regidores del Ayuntamiento de la Ciudad de México y se inclinaba a ejecutar sus iniciativas
tendientes a una especie de independencia de la Metrópoli. También fueron arrestados
algunos integrantes del Ayuntamiento como Francisco Primo de Verdad y Juan Francisco
Azcárate.

2. Y, precisamente, el día 15 de septiembre de 1810 tomó posesión de su cargo de virrey de la


Nueva España don Francisco Javier Venegas, después de los gobiernos de don Pedro
Garibay y del Arzobispo don Francisco Javier Lizana y Beaumont. Así pues, al señor Venegas
le tocó hacer frente a los movimientos insurgentes de los primeros años.

Entonces, ante la realidad histórica de los hechos, ¿qué es lo que celebramos el 15 de


septiembre? Como lo expresara el investigador Francisco Castellanos, “el atentado más grave
que ha cometido y se comete contra la historia es la deformación de los hechos y de los
personajes que forman su estructura”. Y en especial nuestra historia, que tiene tantas
deformaciones de hechos y personajes y no pocos mitos.— Mérida, Yucatán.

Profesor Universitario

Anda mungkin juga menyukai