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Revista trimestral publicada

por la Organización de las Naciones Unidas


para la Educación, la Ciencia y la Cultura
con la colaboración de la Comisión Española
de Cooperación con la Unesco,
del Centre Unesco de Catalunya
y Hogar del Libro, S . A .
Vol. XLIII, n u m . 2 , 1991
Condiciones de abono
en contraportada interior.

Redactor jefe: Ali Kazancigil


Maquetista: Jacques Carrasco
Ilustraciones: Florence Bonjean
Realización: Jaume H u c h

Corresponsales
Bangkok: Yogesh Atal
Beijing: Li X u e k u n
Belgrado: Balsa Spadijer
Berlín: Oscar Vogel
Budapest: György Enyedi
Buenos Aires: Norberto Rodríguez
Bustamante
Canberra: Geoffroy Caldwell
Caracas: Gonzalo Abad-Ortiz
Colonia: Alphons Silbermann
Dakar: T . Ngakoutou
Delhi: André Béteille
Estados Unidos de América: G e n e M .
Lyons
Florencia: Francesco Margiotta Broglio
Harare: Chen Chimutengwende
H o n g Kong: Peter C h e n
Londres: Alan Marsh
México: Pablo González Casanova
M o s c ú : Marien Gapotchka
Nigeria: Akinsola A k i w o w o
Ottawa: Paul L a m y
Singapur: S. H . Alatas
Tokyo: Hiroshi Ohta
Túnez: A . Bouhdiba
Viena: Christiane Villain-Gandossi

T e m a s de los próximos números


Cuestiones fundamentales de la democracia
Cambios en el medio ambiente planetario

Ilustraciones:
Portada: Denario de Cassius Longinus ( 137 aC),
ilustrando el derecho a voto en la República
r o m a n a . Biblioteca nacional, París/lmedia.
A la derecha: La cumbre de la estatua de la
Libertad, Nueva York. Grabado sobre madera,
Siglo X I X . Reproducido de L'iIluslration/Sy%ma.
REVISTA INTERNACIONAL DE CIENCIAS SOCIALES

Junio 1991

La hora de la democracia 128


Editorial 261

G u y Hermet Presentación: ¿la hora de la democracia? 263

Alain Touraine ¿Qué es hoy la democracia? 273

Terry Lynn Karl Modos de transición en America latina, Europa del


y Philippe C . Schmitter Sur y Europa del Este 283

Juan Rial Las transiciones de América latina en el umbral de


los años 90 301

Hélgio Trindade Elecciones presidenciales y transición política en


América latina 317

Pietro Grilli di Cortona Del comunismo a la democracia. Nueva visión del


cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 331

Nikolai Guenov La transición a la democracia en Europa Oriental:


tendencias y paradojas de la racionalización social 349

Ali Kazancigil La democracia en tierra del Islam: el caso de


Turquía desde una perspectiva comparativa 361

S.D. Muni La democracia y sus modalidades en Asia


Meridional 381

Jacques Mariel Nzouankeu Africa y la idea de la democracia 395


260

Tribuna Libre

Maurice Godelier ¿Es Occidente el modelo universal de la


humanidad? Los Baruya de Nueva Guinea entre la
transformación y la descomposición 409

Stefan Breuer Los desenlaces de la civilización: Elias y la


modernidad 423

Recomendación de Barcelona: libertad, diversidad


y solidaridad 439

Servicios profesionales y documentales

Calendario de reuniones internacionales 443


Libros recibidos 447
Publicaciones recientes de la U N E S C O 451
Números aparecidos 453
Editorial

Los años 80finalizaroncon la euforia provoca- especialmente explícita en la contribución de


da por el fin de la guerra fría y la ola de d e m o - Terry Lynn Karl y Philippe Schmitter, se aplica
cratización que sacudió la Europa del Este y al estudio de los diversos casos, extremamente
que ha alcanzado algunos países de Asia y de distintos no para identificar a cualquier precio
Africa, después de haber modificado el paisaje los paralelismos superficiales, sino para aislar
político de América latina. El Zeitgeist (espíri- mejor las especificidades reales de cada caso
tu de la época) es, pues, favorable a la democra- en cuestión. El objetivo analítico y teórico se
cia, a pesar de que la difícil gestión de la transi- hace presente en todas las contribuciones, pero
ción democrática implique el riesgo d e quizá los artículos de Alain Touraine y de G u y
apaciguar rápidamente -en el supuesto de n o Hermet se orientan de un m o d o especial en esta
haberlo hecho y a - el entusiasmo inicial, sin dirección, así c o m o los de T . L . Karl, P h .
mencionar los temibles problemas que conlle- Schmitter y Juan Rial, los cuales examinan en
va la fase de consolidación e institucionaliza- conjunto el proceso de democratización y esta-
ción del régimen democrático. blecen los paralelismos entre América latina y
Respecto al tema general del presente n ú - la Europa del Sur y del Este.
mero, G u y Hermet pone en evidencia, precisa- Los dos artículos que aparecen en la sección
mente, estos problemas, así c o m o toda la c o m - «Tribuna Libre» retoman también el t e m a
pleja diversidad de las situaciones ligadas al principal de este número, en la medida en que
proceso de democratización a escala mundial. la democracia es una forma política de la m o -
El artículo siguiente también es una introduc- dernidad. Maurice Godelier cuestiona la uni-
ción del tema: Alain Touraine ofrece una refle- versalidad de la modernidad occidental y Ste-
xión general del concepto de democracia en la fan Breuer analiza el concepto de modernidad
actualidad. Referente a las restantes contribu- en la obra de Norbert Elias.
ciones, cabe decir que su propósito se ha cen- U n a característica especialmente chocante
trado en esclarecer, desde múltiples puntos de de los cambios políticos de la actualidad es la
vista, los retos, tanto prácticos c o m o intelec- fuerte legitimidad de que goza la democracia,
tuales del m o m e n t o actual de la democracia. Su sobre todo en numerosos países donde hasta
objetivo es, al m i s m o tiempo, informativo, hace poco estaba desvalorizada, ya sea c o m o
comparativo y analítico o, si se prefiere, teóri- trampa de las clases dominantes, ya c o m o régi-
co. La primera de estas perspectivas nos ofrece m e n que sólo puede ser implantado en el con-
una descripción de los cambios políticos, p o - texto específico del occidente cristiano. Cierta-
tenciales o en curso, en distintas regiones del mente, sus adversarios no han capitulado: todo
m u n d o : los países del Este por Pietro Grilli tipo de autoritarismos, seculares o religiosos,
di Cortona y Nikolai Guenov; América latina siguen amenazantes y las viejas democracias,
por Juan Rial y Hélgio Trindade; Asia por así c o m o las nacientes, harían bien de guardar-
S . D . M u n i ; Africa por Jacques Mariel Nzouan- se, a la luz de lo expuesto aquí, de los fenóme-
ken y el m u n d o musulmán por Ali Kazancigil. nos de pérdida de sentido, del empeoramiento
E n segundo lugar, la perspectiva comparativa, de las desigualdades sociales, la pujanza del in-

RICS128/Junio 1991
262 Editorial

dividuo-consumidor pasivo en detrimento del forma, y por primera vez desde su creación, la
ciudadano y del debilitamiento de la solidari- R I C S habrá dedicado dos números sucesivos al
dad de grupos sociales, que adquieren propor- mismo tema. Por otro lado, la U N E S C O tam-
ciones alarmantes. Por otro lado, es reconfor- bién organiza una serie de conferencias sobre
tante observar que las libertades individuales y este tema, la primera de las cuales tuvo lugar en
colectivas, la igualdad de todos ante el derecho, Montevideo, del 27 al 30 de noviembre de
la ciudadanía, la libre elección de los gobernan- 1990, sobre el tema «Cultura democrática y de-
tes por los gobernados, se han convertido en sarrollo: hacia el tercer milenio en América la-
principios ampliamente admitidos y cultiva- tina». En segundo lugar, se celebrará en Praga,
dos en numerosos países, y los que los discuten del 4 al 6 de septiembre de 1991, el «Forum
han perdido credibilidad y legitimidad. Así, internacional: cultura y democracia». Y una
pues, puede afirmarse que ciertas instituciones tercera conferencia será organizada en la Isla
democráticas están histórica y culturalmente de Gorée, cerca de Dakar, sobre el tema: d e m o -
marcadas, y no son reproducibles fuera de su cracia y relaciones interétnicas. Este trato de
contexto original. Después de todo, el famoso favor está, sin lugar a dudas, justificado por ce-
«Westminster model», por ejemplo, no es la lebrar la difusión de esta democracia que sería,
única forma de democracia. Sin embargo, hay según el aforismo de Churchill, el peor de los
ciertos principios fundamentales que constitu- regímenes con la excepción de todos los demás,
yen las condiciones sine qua non de todo régi- y que Norberto Bobbio describió como «un sis-
m e n que se considere democrático. tema mejor que los que lo han precedido y de
El próximo número de la RICS (núm. 129, aquéllos que lo han sucedido hasta ahora»1.
septiembre de 1991) estará centrado, asimis- El número presente ha sido concebido y
m o , en la democracia. Se abordarán algunas de preparado con la colaboración de G u y Hermet.
las cuestiones fundamentales y perennes del La redacción de la R I C S le está agradecida por
debate democrático de la m a n o de Giovanni sus sugerencias, consejos y la ayuda dispensa-
Sartori, David Apter, Ernest Gellner, Arend da, asimismo c o m o por el tiempo que genero-
Lijphart, Youri Afanassiev, G u y Hermet, Ber- samente nos ha concedido.
trand Badie, Pierre Birnbaum, John Keane,
Norberto Lechner y Subrata K . Mitra. D e esta A.K.

Nota

1. Norberto Bobbio, «Are There Alternatives to Representative Democracy?», Telos, n u m . 35, primavera 1987,
p. 29.
Presentación:
¿la hora de la democracia?

Guy Hermet

La fórmula «¿la hora de la democracia?» resul- riencia inmediata que a otras dos cuestiones de
ta seductora por su realidad inmediata, pese a mayor calado: por una parte, su gobernabilidad
su tono altamente eufórico. E n cualquier caso, a medio y largo plazo y, por otra, su arraigo en
viene a sintetizar la cuestión que plantean los sociedades que han de mostrarse capaces de
artículos aquí reunidos. Pero al mismo tiempo utilizar su recobrada libertad y, sobre todo, de
es, c o m o toda fórmula, simplificadora. A esca- conservarla. El problema de la duración cobra,
la mundial, sería ilusorio juzgarla únicamente pues, una importancia decisiva para estos nue-
en función del entusiasmo que ha suscitado el vos regímenes. D e nada sirve instaurar o res-
hundimiento imprevisto y brutal del comunis- taurar gobiernos pluralistas y representativos si
m o en la Europa Oriental. es para verlos hundirse en un plazo más o m e -
nos próximo, tanto por sus
propios errores c o m o por el
G u y Hermet es director de investiga-
El cambio radical ción en la Fundación Nacional de Cien- desencanto de una pobla-
de las perspectivas cias Políticas y profesor del Instituto de ción que exige lo imposi-
Estudios Políticos de París. H a dirigido ble. En el caso concreto de
el Instituto de Altos Estudios para el
Este cataclismo -el m á s Desarrollo de Bogotá (Colombia). Sus
América latina, o también
importante desde el que su- trabajos de sociología política se cen- de Filipinas, el verdadero
tran principalmente en la formación de reto consiste en romper el
puso la descolonización- los regímenes democráticos en Europa
tiende ante todo a relegar al y en América latina. Sus obras m á s re-
«ciclo fatal» de una alter-
olvido los cambios d e m o - cientes son Le peuple contre la démocra- nancia, hasta ahora históri-
cráticos ya acaecidos o que tie (1985) y Politique comparée (1990, ca, entre dictaduras que se
en colaboración con Bertrand Badie). desgastan rápidamente y
están acaeciendo en la Eu- Su dirección: 139, rue Pelleport, 75020
ropa Meridional o en ese París. Francia. democracias poco sólidas.
otro Sur, m á s extenso y m e - Pero el debate sobre la
nos favorecido, que es hora de la democracia en
América latina. En Europa, este siglo X X que ya toca a
particularmente en España, el éxito ha sido in- su fin no se agota ni mucho menos con este pro-
discutible. Ello se traduce ya en la consolida- blema, por importante que sea. Desde 1989 rei-
ción de democracias estables. Por el contrario, na un cierto triunfalismo de los sentimientos.
en los demás países la inquietud sigue estando Esta actitud satisfecha del vencedor, aunque
a la orden del día, sobre todo en lo que a Argen- llena de buenas intenciones, presenta un pri-
tina, Brasil y Chile se refiere. Y aunque el opti- mer inconveniente. Efectivamente, oculta el
m i s m o se imponga como una especie de deber, hecho de que los pueblos que se han sublevado
no parece que la mutación democrática se haya (y que se seguirán sublevando) en Asia o en
consolidado realmente en América latina. Africa lo han hecho (o lo harán) no tanto en
Esta incertidumbre sugiere que el primer in- favor de la democracia c o m o contra sus anti-
terrogante acerca de las nuevas democracias gi- guos dirigentes, manifiestamente despóticos e
ra menos en torno a su surgimiento o a su apa- ineficaces. Ahora bien, ¿no debemos tener pre-

R I C S 128/Junio 1991
264 Guy Hermel

sente la posibilidad de un riesgo simétrico? des consideradas monistas -término con el que
¿Acaso la desilusión de quienes albergan d e m a - designaban sobre todo al islam- que preten-
siadas esperanzas no puede llevarlos a reaccio- dían regirse por la ley de Dios y los demás m e -
nar a su vez contra los dirigentes democráticos dios que pasaban por secularizados o seculari-
por considerarlos incompetentes o estimar de- zares. A su juicio, únicamente en estos últimos
cepcionante su actuación? E n este sentido, to- disfrutaban los hombres de la facultad, al m e -
dos sabemos que no hay democracia sólida sin nos potencial, de dotarse de sus propias leyes
demócratas, tanto en las alturas c o m o en la ba- con cierta legitimidad y, por tanto, sólo ellos se
se. Es decir, en lo que atañe a la masa de la ajustaban a la dinámica democrática tal c o m o
población, sin ciudadanos capaces de cobrar se entiende comúnmente. E n cuanto a los diri-
conciencia de la paradoja subyacente que en- gentes políticos o religiosos, sacaban partido
traña una ciudadanía recientemente adquirida por doquier de estas premisas para acomodar
en su aspecto formal pero no forzosamente asu- la razón de Estado a su antojo. Unos se apresu-
mida en su significado profundo. Esa ciudada- raban a condenar a las etnias exóticas a vivir en
nía implica que el «demócrata» afirma y ejerce paraísos autoritarios de uno u otro tipo que su-
su papel político con total libertad, pero tenien- puestamente convenían a su naturaleza, mien-
do al m i s m o tiempo presente que esa libertad tras, localmente, otros se refugiaban tras esta
tiene límites y que atenta contra la democracia justificación de una cierta ilegitimidad de la
cuando los electores o las multitudes reclaman democracia fuera de su estrecho gueto euroa-
lo imposible o aclaman a quienes les prometen mericano. C o m o m u c h o , unos y otros lamenta-
milagros inmediatos. La desilusión destructora ban de manera platónica que Europa Oriental
de la democracia puede ser durante largo tiem- no perteneciera a ese agradable gueto, pero afir-
po una amenaza. maban inmediatamente que el indestructible
Por otra parte, en los países donde la trans- poder soviético excluía cualquier posibilidad
formación del régimen autoritario sigue sin de cambio en esos países.
concretarse de manera evidente, el triunfalis- El error era manifiesto. C o m o ahora se ha
m o actual despierta, de rechazo, recuerdos a m - podido comprobar, ese poder que se considera-
biguos: los de la época posterior a 1945 en que ba omnipotente e irreversible era en realidad
las elecciones supuestamente libres y los go- vulnerable y frágil. Pero, c o m o para compensar
biernos representativos parecían ya destinados la miopía de los especialistas en este caso con-
a hacer felices a todos los pueblos del planeta. creto o, en términos m á s generales, el relativis-
Por añadidura, engendra una irritación, funda- m o insobornable de quienes sustentan el carác-
da o no, ante esa forma de ingenuidad que lleva ter irreductible de cada ámbito político y
a postular de nuevo que los regímenes pluralis- cultural, he aquí que ahora se hace caso omiso
tas basados en compromisos cambiantes entre de cualquier tipo de precaución lingüística. Se
una mayoría y una minoría también transito- pasa de golpe de una tesis a su antítesis, de la
rias -reversibles por principio democrático- democracia c o m o manifestación peculiar de la
pueden exportarse «llave en m a n o » y conservar historia de Europa a su exaltación c o m o siste-
su pureza original. m a de gobierno que debe ser un modelo para
N o olvidemos que hasta hace m u y poco los todos los hombres. E n caso necesario, se llega
conceptos de pluripartidismo y de Estado de incluso a hablar de un nuevo «deber de injeren-
derecho se utilizaban con prudencia, quizá con cia» para acelerar un poco el asunto. Las ideas
demasiada prudencia. Por entonces los antro- y los sentimientos han cambiado de manera tan
pólogos habían conseguido convencer, tanto a radical que la cuestión de los derechos h u m a -
los habitantes de las sociedades industrializa- nos deja de ocupar el primer plano. Desde los
das c o m o a los de las regiones en vías de desa- acuerdos de Helsinki se había abordado la
rrollo, de que un pueblo sólo puede adherirse a cuestión de manera bastante indecisa, lo cual
sus propios valores. Para ellos, el único tema de permitía esquivar en parte el problema m u c h o
debate era el grado de hibridación de esos valo- más controvertido de la forma de los gobier-
res c o m o consecuencia de las aportaciones ex- nos. Prácticamente se admitía que lo único que
teriores (es decir occidentales o marxistas). Por se pedía a los gobiernos autoritarios era que no
su parte, los especialistas en religiones hacían maltrataran demasiado a sus gobernados por
una distinción casi absoluta entre las socieda- divergencias de opinión o anticonformismo.
Presentación: ¿la hora de la democracia? 265

«¡Soy libre! ¡Soy libre! Puedo hacer y pensar lo que quiera. ¡No dependo de nadie!... ¡Socorro! International
Herald Tribune, 11 de abril de 1990. D . R .

H o y día, la idea que se proclama abiertamen- Un cuadro


te es la de la democracia c o m o condición in- con facetas múltiples
dispensable para el respeto de los derechos
humanos. En el plano moral, esta franqueza La primera hipótesis suscita opiniones diver-
no es de lamentar. Pero existe otro plano, en gentes. Por una parte, la llamada democracia
m o d o alguno contradictorio con el moral, formal no merece de ninguna manera los sar-
que es el de la lucidez en el análisis. A este casmos de que ha sido objeto. Las garantías y la
respecto, lo que no resulta convincente sobre dignidad que esa democracia confiere explíci-
el brusco cambio actual no es tanto el aspecto tamente a los ciudadanos son condiciones ne-
discutible de la injerencia legitimada en n o m - cesarias para una democracia más real. L a se-
bre de la libertad (este punto compete al dere- gunda no puede existir sin la primera, so pena
cho internacional o a la política activa; y tie- de engendrar movimientos revolucionarios
ne antecedentes, particularmente en relación que subyugan al hombre con el pretexto de libe-
con Sudáfrica). El debate propiamente cientí- rarlo de sus malas costumbres. Es más, las prác-
fico, sin ser platónico, debe centrarse sobre ticas formales de toda índole, las elecciones re-
todo en la naturaleza y el alcance de la incita- petidas, la propaganda de los partidos y los
ción a la democracia hoy destinada a todo el propios ritos de la competencia política confi-
m u n d o , habida cuenta de las experiencias vi- guran el marco insustituible del aprendizaje de
vidas esencialmente en dos continentes (Eu- la democracia, en espera de que la ciudadanía
ropa y América; incluyendo evidentemente pase a formar parte definitivamente de las cos-
en este último su vasta región latina, que co- tumbres de un pueblo. Ni siquiera Europa es
rresponde a los países en vías de desarrollo). un modelo armonioso de desarrollo democráti-
¿Se trata quizá simplemente de imitar sin co coherente, ya que también pasó por esa si-
m á s un mecanismo jurídico e institucional? tuación en el siglo pasado, por ejemplo, cuando
¿O bien de otra cosa? los campesinos franceses veían en la República
266 Guy Hermet

a la d a m a que había sustituido al rey en París. ciales o espirituales con la democracia


Esta elemental visión no les impedía votar para entendida c o m o marco de autonomización del
elegir a los amigos de la nueva soberana repu- individuo y de la acción política.
blicana, con lo cual aprendían a asumir el papel
que se les había asignado. Por consiguiente, la
simple imitación tiene ya ciertos méritos. Algunas definiciones
Por otra parte, todos sabemos que, desgra-
ciadamente, la imitación de las formas corre el Tal vez convenga, sobre todo por este motivo,
riesgo de afectar únicamente a la superficie de respetar la práctica usual y dar antes algunas
las cosas y que tiende a m e n u d o a convertirse definiciones de las palabras que aparecen cons-
en unfinen sí misma. Se ve, por ejemplo, este tantemente en estas páginas: en primer lugar
aspecto negativo en los simulacros de regíme- «democracia» y, con menos frecuencia, «tran-
nes representativos -oligárquicos para ser m á s sición» y «consolidación democrática». Tal ta-
exactos- que han desacreditado a la democra- rea incumbe a los autores de cada colabora-
cia en la Europa Meridional y que la siguen des- ción, también al lector, de acuerdo con sus
acreditando en América latina, Filipinas y va- creencias, su sensibilidad personal, sus expe-
rios países africanos. riencias políticas o sus opciones ideológicas.
N o obstante, la invitación a buscar nuevas N o abordar seguidamente esa labor semántica,
modalidades democráticas produce todavía parecería que estamos eludiendo la cuestión.
mayor perplejidad. Admitir laflexibilidadde La definición m á s peligrosa es la de d e m o -
un modelo, o incluso rechazarlos todos y con- cracia. Afortunadamente, el primer problema
cebir la posibilidad de formas inéditas de de- que se plantea al respecto está ya solucionado,
mocracia, es ciertamente una opción teórica- toda vez que aquí no se pretende disertar sobre
mente razonable. La India, aunque afectada la esencia de la democracia c o m o noción filosó-
por las barreras de casta, da muestras ya de esa fica, sino simplemente facilitar la comprensión
capacidad de invención con su democracia a la de las modalidades y las dificultades, de por sí
vez «comunalista» y parlamentaria. También m u y complejas, que atañen a la construcción o
Japón, pese a las apariencias externas, practica reconstrucción de regímenes democráticos al
una fórmula de democracia sin precedentes. finalizar las fases de dictadura o autoritarismo.
A d e m á s , anteriormente se habían abierto paso N o s abstendremos, pues, de defender nuestro
en una Europa que jamás ha tenido un prototi- modesto objetivo contra los paladines de la de-
po democrático uniforme algunas innovacio- mocracia concebida c o m ofinúltimo de una so-
nes radicales con respecto al modelo original ciedad llevada a la perfección2 o contra quienes
británico del pluralismo político. E n Alemania, acarician la idea utópica de la abolición de lo
Bélgica, Italia o los Países Bajos, los partidos político mediante la supresión de las socieda-
confesionales -es decir religiosos- han desem- des civiles (de Rousseau a Marx) y del Estado
peñado un papel primordial en la socialización (de Kant a los libertarios americanos, pasando
democrática de las masas de campesinos, pese por los anarquistas). Compartimos la idea pre-
a que en un principio se les consideraba enemi- concebida que Alain Touraine expresa dicien-
gos del liberalismo y de la diversidad de opinio- do: «La democracia no es un tipo de sociedad
nes '. E n Francia, la tumultuosa y larga conquis- sino, m á s limitadamente, un tipo de sistema
ta de la libertad dio origen a una serie de político»3. E n cuanto a nuestra manera de pen-
arreglos institucionales y, sobre todo, a la apa- sar, se inspira en la de Claude Lévi-Strauss, pa-
rición de una sensibilidad política m u y diferen- ra quien «nada se parece m á s al pensamiento
te del Westminster Model. Pero, al m i s m o mítico que la ideología política».
tiempo, el hecho de reconocer esta capacidad Ni que decir tiene que en estas páginas tam-
de innovación o de sincretismo puede llevar a poco se entiende por democracia la conquista
confundir la democracia con su contrario y a de una independencia o de identidad naciona-
aceptarla a ciegas cuando aparece calificada les. U n o de los consejeros de la O L P considera,
con un adjetivo ideológico y religioso que la por ejemplo, que «Estado democrático signifi-
desnaturaliza. Ningún argumento de compren- ca un Estado unido en todo el territorio de Pa-
siva tolerancia debe anular los interrogantes so- lestina»4. Esta aspiración puede parecer legíti-
bre posibles incompatibilidades culturales, so- m a , pero refleja una confusión de conceptos.
Presentación: ¿la hora de la democracia'' 267

Haití, diciembre de 1990: la elección democrática del Padre Aristide a la Presidencia de la República. Gennie/Sif

Los nacionalismos, sea cual fuere su naturale- competitivas en que la gran mayoría de la po-
za, no tienen relación alguna con la democra- blación tiene derecho a participar»5. D e acuer-
cia, c o m o se ve en universos tan alejados entre do con esta óptica, el régimen democrático es
sí c o m o la Unión Soviética y las islas Fiji. T a m - sinónimo de elecciones y pluripartidismo,
poco las relaciones de igualdad y casi de auto- puesto que son necesarios varios partidos para
gestión en las comunidades campesinas o triba- que haya competencia entre ellos. Pero nada se
les tienen nada q u e ver con el sistema dice de la realidad de la competencia entre esos
democrático de un Estado nacional o de un go- partidos, su autonomía con respecto al poder
bierno local institucionalizado. central, los posibles fraudes, la probabilidad de
D e todos modos, si definir la democracia exclusión de todo tipo de minorías, las garan-
c o m o sistema de poder y medio de relación en- tías de la libertad y de los derechos de los ciuda-
tre la sociedad y el Estado, es decir c o m o régi- danos corrientes o la capacidad efectiva que és-
m e n democrático, supone una tarea menos ar- tos tienen para derrocar al gobierno y
dua que la de descubrir su esencia última, el cambiarlo pacíficamente; es decir, no se habla
intento tropieza con el carácter demasiado li- del principio mismo de ese régimen democráti-
mitativo de las definiciones clásicas relativas a co. ¿Declara explícitamente este régimen que
las «democracias representativas pluralistas». sólo el pueblo es soberano y basa su legitimidad
Escogeremos al azar una de ellas que las resume exclusivamente en esta afirmación -sin duda
todas sin repeticiones inútiles: la de Samuel P . un poco platónica, pero característica de una
Huntington, según el cual «la democracia exis- nueva forma de gobierno de los hombres? ¿ O ,
te cuando se designa a los principales dirigentes en cambio, añade otras consideraciones acerca
de u n sistema político mediante elecciones del destino natural de ese pueblo, ya sea socia-
268 Guy Hermel

lista o de otro tipo? ¿ O bien sustituye la sobera- lograr sin violencia la conquista -cabe añadir
nía popular por otro principio legitimador co- precaria y alternante- del poder. D a d o que el
m o la voluntad divina o un proyecto nacional? sufragio universal ha pasado a formar parte de
A menos de renunciar al intento afirmando iró- las costumbres jurídicas, la no violencia garan-
nicamente, c o m o Giovanni Sartori, que la «de- tiza su práctica efectiva. Es evidente que estas
mocracia (es) el nombre pomposo de algo que consideraciones incitan a reflexionar sobre los
no existe»6, estos múltiples «detalles» son los actuales procesos de transición democrática de
que m á s cuentan durante los períodos de tran- Rumania, Perú o América central. Por su parte,
sición de la dictadura a la libertad. Tanto el Dahl puntualiza que «los regímenes democráti-
autoritarismo c o m o la democracia son siempre cos modernos se caracterizan por la existencia,
relativos, pero si se los relativiza demasiado se la legalidad y la legitimidad de una serie de or-
puede llegar a confundirlos. Organizar eleccio- ganizaciones y asociaciones relativamente in-
nes no es difícil y crear partidos sólo requiere dependientes tanto con respecto al gobierno co-
inteligencia política. Pero hacer que sean de- m o entre sí»10. Dicho de otro m o d o , Dahl
mocráticos es otra cuestión; hasta el punto de señala otro aspecto capital del carácter d e m o -
que a veces son preferibles a este respecto regí- crático de u n régimen instaurado mediante
menes autoritarios liberalizados a las seudode- elecciones: la competitividad real del juego po-
mocracias corrompidas. lítico y la falta de connivencia entre los grupos
N o se trata aquí de volver sobre el carácter que compiten, o entre éstos y el gobierno. A d e -
forzosamente elitista de todo sistema represen- m á s , para él, la mera existencia de los partidos
tativo. Joseph Schumpeter y otros muchos an- no es criterio suficiente. El tejido democrático
tes y después de él no se equivocaban al consi- ha de ser m á s complejo y m á s rico para poder
derar este sistema c o m o u n m o d o de «consolidarse».
dominación de las élites (fenómeno que siem- D e todos modos, estos detalles atañen sólo
pre ha existido), pero moderado - y aquí radica a los requisitos formales indispensables para el
la novedad- por la competencia pacífica recí- ejercicio de la democracia. Quedan por consi-
proca7. Incluso en el caso hipotético de que, se- derar dos elementos interdependientes que se
gún la fórmula de Georges Lavau 8 , la democra- relacionan con las raíces m á s profundas de és-
cia se desarrollara gracias al progreso de «la ta. El primero se refiere a la legitimidad o ilegi-
autonomía de cada uno y de la de múltiples co- timidad de la dinámica pluralista y asociativa
lectividades autoadministradas (...) en cons- en las sociedades dominadas por valores c o m u -
tante expansión», algunos seguirían siendo m á s nitarios o religiosos de tipo monista. A este res-
activos o m á s hábiles que el resto de los ciuda- pecto diremos simplemente que el modelo ori-
danos. La élite se ampliaría sin desaparecer. ginal de la democracia, el de las
Pero, aun partiendo de esta base poco discuti- Ciudades-Estado de la Grecia antigua, era m o -
ble, el problema práctico consiste en medir el nista por excelencia y que las asociaciones n o
grado de vulnerabilidad o invulnerabilidad de existían o se consideraban ilegítimas y peligro-
la capa dirigente respecto del pueblo que tiene sas para el bien público. En su Contrato social
que conferirle su sanción de cuando en cuando Rousseau conserva esta concepción. D e esta
por medio del voto. manera sucinta, señalaremos aquí únicamente
C o n un intervalo de m á s de veinte años, que el criterio del pluralismo debe ser analiza-
Juan Linz y Robert A . Dahl prepararon el terre- do con cierta flexibilidad. La segunda cuestión,
no en relación con esta cuestión. Linz observa: que Alain Touraine aborda en el artículo que
« U n gobierno es democrático cuando ofrece a viene a continuación, se refiere al reconoci-
diferentes grupos periódicamente posibilida- miento de la racionalidad de la acción política
des constitucionales de competir pacíficamen- c o m o atributo de la democracia y es, en resu-
te por la conquista del poder político, sin ex- midas cuentas, lo que M a x Weber llama legiti-
cluir por la fuerza a ningún sector importante midad racional-legal. Probablemente no haya
de la población»9. La utilización de medios pa- una respuesta clara al problema, salvo que en
cíficos sigue siendo, junto con las instituciones Europa los partidos confesionales que repudia-
y los principios de legitimidad que se dan por ban esa racionalidad han terminado por adhe-
sentados, la condición o criterio de la democra- rirse a ella sin declararlo explícitamente.
cia, a la que hay que añadir la posibilidad de N o es tarea fácil realizar una síntesis de es-
Presentación: ¿la hora de la democracia? 269

Manifestación de partidarios de Cory Aquino, Filipinas, 1987. Yamsuun/Keystone

tas consideraciones. Tal vez la solución consis- tico podría concebirse c o m o un sistema políti-
ta en recurrir, no ya a los teóricos, sino a al- co que conceda a todos los gobernados el dere-
guien que haya vivido la transición hacia la de- cho periódico y constitucional de cambiar pací-
mocracia, c o m o ocurre con Nicolás Ardito- ficamente a sus gobernantes si lo deciden por
Barletta, antiguo presidente electo de P a n a m á mayoría suficiente y que les permita apoyarse
que fue derrocado por los militares. Ardito- en partidos y asociaciones pacíficas libremente
Barletta considera m á s oportuno establecer constituidas que ellos elijan sin ningún tipo de
una lista de exigencias fundamentales. Según restricción, con miras a desempeñar su papel
él, «para que la democracia representativa exis- de ciudadanos, y disponer plena y efectivamen-
ta es necesario que los pueblos participen en la te de todos los derechos cívicos comúnmente
designación de sus gobernantes mediante elec- reconocidos, contando para defenderlos con
ciones que permitan tanto la subida de los par- garantías legales inscritas en un cuerpo jurídico
tidos al poder c o m o su deposición; que se pro- superior al Estado y sometidas, en caso de re-
muevan y protejan los derechos humanos y la clamación, a una justicia independiente del go-
libertad de expresión y oposición; que se some- bierno.
tan a debate público las cuestiones políticas; Existen otros dos términos -transición y
que se respeten las minorías; y que se establez- consolidación democrática- que, aunque m u -
ca un sistema de contrapesos al ejercicio del chísimo menos cargados de valores, se utilizan
poder de los gobernantes basado en el consenti- también m u y a m e n u d o en esta época de retro-
miento de los gobernados»". Aquí la lucidez ceso del autoritarismo. El término transición se
prevalece sobre el dogmatismo. Pero, si lo que entiende en su acepción temporal más que en
interesa es ser dogmático, el régimen democrá- su contenido bastante impreciso. Corresponde
270 Guy Hermet

al período de tiempo -de duración m u y varia- magogos o utopistas de todo tipo que n o se
ble- que transcurre desde que cae un régimen preocupan por los inevitables obstáculos a que
hasta que el que lo sustituye, en este caso el debe hacer frente el régimen en gestación.
régimen democrático, toma las riendas del po- En este sentido, la forma m á s peligrosa de
der. Y suele tocar a su fin una vez que la d e m o - transición es la que rompe de manera radical
cracia está dotada de instituciones en regla, de con el poder preexistente. E n cambio, otras
una constitución y, sobre todo, cuando los diri- prácticas moderadas e impuras resultan m e n o s
gentes democráticos imponen su supremacía a arriesgadas. La lógica por la cual se guían es
los militares o a las «nomenklaturas», para que diversa. Por ejemplo, con la transición «nego-
la alternancia pacífica en el ejercicio del poder ciada» se puede marginar a los ultras de a m b o s
sea realizable por lo menos en teoría. En defini- extremos (éste es el caso de Polonia o de U r u -
tiva, este diagnóstico sobre el buen término del guay). La transición «pactada» -regida por u n
proceso puede servir para definirlo. pacto entre todos los grupos políticos- se basa
Es cierto que la transición aparece también en las mismas ideas, pero ofrece además garan-
c o m o una situación intermedia por naturaleza. tías formales para aquellos a quienes asusta el
Por una parte, su éxito no está garantizado de cambio democrático (el establecimiento de la
antemano, ya que existe el riesgo de un retroce- democracia venezolana se basó en este crite-
so hacia la dictadura en caso de fracaso, o in- rio). Gracias a ella pueden también los directo-
cluso de una interrupción del proceso de d e m o - res del cambio limitar las peticiones de los sin-
cratización (Brasil, Argentina y Rumania son dicatos o de este o aquel sector cuando la
prueba de esa interrupción). A este respecto coyuntura política y económica es delicada
utiliza A d a m Przeworski la imagen del «flip- (por ejemplo, los acuerdos de la Moncloa en
per» en el que, «una vez que se lanza la bola, España). Existen otras manifestaciones de este
puede ocurrir que vuelva a caer inexorable- proceso dignas de mención c o m o la «democra-
mente» 12 . Además, la transición suele presen- cia otorgada» que representa un intento de
tarse c o m o un compuesto híbrido, en que los ex creación de un nuevo régimen por parte del an-
dirigentes autoritarios y los nuevos responsa- tiguo régimen autoritario. Tal fue el caso de la
bles democráticos cohabitan en el poder, ya sea España de 1975-1976, del Brasil de 1984-1985,
de manera conflictiva, ya de mutuo acuerdo de la Unión Soviética de Mijail Gorbachov, de
(como ejemplos de este tipo de arreglo pueden la Bulgaria de Petar Mladenov o, incluso, del
citarse los casos de Polonia y Bulgaria, o el de Zaire del mariscal Mobutu. Sus posibilidades
España entre 1975 y 1978). de éxito, aunque diversas, existen. Por su parte,
En definitiva, el aspecto m á s importante de la «democracia codirigida»11 constituye u n a
los procesos de transición es sin duda la multi- variante de la transición regida por un pacto.
plicidad de sus modalidades. La transición tie- Los moderados de los dos partidos principales
ne bastantes posibilidades de triunfar si la diri- gobiernan juntos durante algún tiempo para
ge una coalición explícita o implícita de evitar las temibles consecuencias del hundi-
moderados de las dos clases políticas rivales: miento de la autoridad del Estado. Esta fue por
por u n lado, los reformistas pertenecientes al excelencia la solución polaca antes de la elec-
grupo de los autoritarios del antiguo régimen y, ción de Lech Walesa c o m o presidente; y lo mis-
por otro, los demócratas realistas del c a m p o m o ocurre, en cierta medida, con las soluciones
contrario. Estos últimos son los verdaderos checoslovaca y búlgara. Su lógica contradice
amigos de la democracia, aunque no se presen- menos los principios que la de la democracia
ten forzosamente con esta etiqueta, ya que son «otorgada».
conscientes de que una política revanchista o V e a m o s ahora en qué consiste la consolida-
las reformas precipitadas e inmaduras colocan ción democrática. Esta noción está m u y próxi-
a los adversarios declarados del nuevo régimen m a a las de estabilidad o institucionalización,
entre la espada y la pared y los impulsa a aliarse pero no es exactamente lo mismo. La estabili-
contra la democracia. dad de una democracia se aprecia con el trans-
Por su parte, los enemigos de la democracia curso del tiempo. Además, puede ser malsana,
se encuentran tanto entre los «duros» del anti- por ejemplo, si es el resultado de la exclusión de
guo sistema autoritario c o m o entre los que ciertos sectores o minorías o de una interrup-
Tocqueville llama «demócratas excesivos», de- ción efectiva de la alternancia en el poder debi-
Presentación: ¿la hora de la democracia? 271

do a la hegemonía de un partido o al ascendien- autoritario del poder. Por el contrario, si esos


te de un líder carismático. En cuanto a la insti- dirigentes, conscientes del carácter cambiante
tucionalización, suele cumplirse una vez finali- de todas las coyunturas, se abstienen de hacer
zado el período de transición y no supone de promesas miríficas y, por su parte, la masa de
ninguna manera el arraigo de las citadas insti- la población acepta esta política de la verdad,
tuciones. Estas sólo sirven a veces de tapadera puede decirse que una sociedad está lista para
legitimadora para aquellos regímenes en que la democracia. Norbert Lechner16 se refiere
las transacciones políticas se llevan a cabo al también a esta idea aplicándola en la acción
margen de ellas, en las negociaciones entre bas- política m i s m a . D a d o que la democracia debe
tidores o en los salones de la oligarquía. dar c o m o resultado el establecimiento de rela-
Leonardo Morlino ofrece una formulación ciones de compromiso entre interlocutores con
explícita de este concepto, más bien emitiendo intereses a m e n u d o opuestos, el problema que
un diagnóstico sobre la adecuada evolución del plantea su consolidación consiste en hallar la
proceso que definiéndolo propiamente. Para fórmula que permita respetar la libertad de los
él14, la consolidación democrática corresponde demás reduciendo al m i s m o tiempo su impre-
a la fijación de normas de comportamiento visibilidad. E n resumen, hay que hacer de la
compartidas por los agentes políticos, a la in- incertidumbre algo aceptable y suscitar la con-
terpretación práctica y la utilización efectiva fianza recíproca entre la clase política y los go-
de las instituciones, a la identificación real de bernados demostrando el «valor de orden» de
los gobernados y las élites con la democracia y, la democracia.
por último, a la instauración de los nuevos cir- Pero parece que se impone una conclusión
cuitos políticos que estructuran los intereses y aún más sencilla. La democracia corresponde
garantizan la mediación entre la sociedad y el ante todo a la posibilidad real que tienen los
Estado o entre los diferentes sectores de la so- gobernados de elegir y revocar pacíficamente, y
ciedad. En resumen, la consolidación equivale a intervalos periódicos, a sus gobernantes. Y se
a la conclusión del aprendizaje del juego d e m o - consolida cuando una sociedad se libera de los
crático. sortilegios de los demagogos autoritarios y re-
A este respecto se han hecho otras observa- chaza cualquier alternativa a esa democracia
ciones sutiles. Por ejemplo, la fórmula de porque no concibe ningún otro régimen. L o
A d a m Przeworski, según la cual el espíritu de- ideal sería, además, que esa sociedad admitiera
mocrático se caracteriza por la aceptación de la c o m o Kolakowski que «todo modelo concebi-
incertidumbre de la acción política, ha tenido ble de libertad debe tener en cuenta que los va-
m u c h o éxito y se ha utilizado en forma abusi- lores humanos se limitan mutuamente y que,
va15. L o que esa fórmula quiere decir es que, m u y a m e n u d o , si damos prioridad a algunos es
mientras los pueblos exijan de sus dirigentes en detrimento de los demás» 17 .
certidumbre sobre el futuro y crean en sus be-
llas promesas, tenderán a favorecer el ejercicio Traducido del francés

Notas

1. N o obstante, en el Vaticano un obstáculo para la evolución London, Seeker, 1952); P O P P E R


Papa declaraba por la misma democrática de los partidos K . R . , La société ouverte et ses
época - a mediados del siglo xix- católicos. ennemis, París, Ed. du Seuil, 1979,
que pedía a los liberales, en (éd. inglesa original: 1962)
nombre de los principios de éstos, 2. Con respecto a este debate,
la tolerancia que la Iglesia Católica véase: T A L M O N , J.L., Les origines 3. T O U R A I N E , A . , «Les chances de
tenía que negarles en nombre de de la démocratie totalitaire, París, la démocratie en Amérique
los suyos. Este lenguaje impuesto Calmann-Lévy, 1966 (The Origins Latine», Problèmes d'Amérique
por la doctrina no ha sido of Totalitarian Democracy, latine (80), 1986, pág. 119 («As
272 Guy Hermet

posibilidades da democracia na 8. LA VAU, G . en GRAWITZ, M . 13. Véase H E R M E T , G . , «La


América latina», Revista brasileira L E C A , J., dir.. Traité de science démocratisation à l'amiable: de
de ciencias sociais 1 (1), junio de politique, Paris. P U F , 1985, vol. 2 . Franco à Jaruzelski»,
1985, págs. 5 a 15). pág. 30. Commentaire (50), verano de
1990, págs. 279 a 286.
4. Declaración de Nabil S H A A T en 9. L I N Z , J.J. en A L L A R D T , y
Al-Seyassah (Koweit), 29 de enero L I T T U N E N , Y . , ed., Cleavages, 14. M O R U N O , L . , «Consolidación
de 1989. Citado en L'Auditoire Ideologies and Party Systems, democrática: definición, modelos,
(55), enero de 1990, pág. 7. Helsinki, The Academic hipótesis». Revista española de
Bookstore, 1964, pág. 295. investigaciones sociológicas (35),
5. HUNTINGTON, S.P. en: julio-septiembre de 1986, pág. 20.
10. D A H L , R.A. en BOGDANOR, V.,
HUNTINGTON, S.P., M O O R E , C.H.,
ed.. The Blackwell Encyclopaedia
ed.. Authoritarian Politics in 15. PRZEWORSKI, A., «Ama a
of Political Institutions, Oxford,
Modern Society, Nueva York, incerteza e serás democrático».
Blackwell Reference, 1987, pág.
Basic Books., ¡970, pág. 509. Novos Estudos (CEBRAP) (9),
167.
1984, págs. 36 a 46.
6. S A R T O R I , G . , Théorie de la 11. A R D I T O - B A R L E T T A , N . ,
démocratie, Paris, A . Colin, 1973, «Democracy and Development», 16. L E C H N E R (N), Los palios
págs. 3 y 76 {Democratic Theory, The Washington Quartely 13 (3), interiores de la democracia,
Detroit, University of Michigan verano de 1990, pág. 165. Santiago de Chile, F L A C S O , 1988,
Press, 1962). págs. 79 a 81.
12. P R Z E W O R S K I , A . y otros.
7. S C H U M P E T E R , J.A., Capitalisme, Dilemas de consolidação da 17. KoLAKOWSKi, L., L'esprit
socialisme el démocratie, París, democracia, São Paulo, Paz e totalitaire, Bruxelles, Editions
Payot. 1965, págs. 366 a 369. Terra, 1989, pág. 19. Complexe, 1978, pág. 92.
¿Qué es hoy la democracia?

Alain Touraine

Introducción que se inició en 1917 en Petrogrado y culminó


el 9 de noviembre de 1989 en Berlín- el tema
La democracia vuelve con tremendo ímpetu. de la democracia quedó encubierto o relegado
En América latina, donde se celebraron elec- por el de la revolución, esto es, el llamamiento
ciones libres, en Brasil, Uruguay, Argentina, a la liberación de fuerzas sociales y nacionales
Paraguay, y en Chile, así c o m o en Nicaragua; o identificadas con el movimiento natural de la
en Europa Oriental donde, en pocos meses, Po- historia. Se pensaba que el progreso estaba fre-
lonia, R D A , Hungría, Checoslovaquia y, de nado por la defensa irracional de intereses do-
manera más limitada, U R S S , Rumania y Bul- minantes, los de los amos del capitalismo y del
garia rechazaron el papel hegemónico de un imperialismo: había que derribar esas barreras
partido político y ofrecie- y fortalezas y liberar las
ron a sus candidatos una li- fuerzas «progresistas»,
Alain Touraine es director de estudios y
bre elección política. Es director del Centro de Análisis e Inter- aprisionadas durante de-
una evolución tanto m á s vención sociológicos de la Escuela de masiado tiempo. El final
profunda cuanto que cada Altos Estudios en Ciencias Sociales, 54, del siglo comenzó cuando
boulevard Raspail, 75007 París. H a pu-
uno siente que está obran- blicado numerosas obras y artículos so- se propagó la conciencia de
do, en muchos otros países bre la teoría sociológica, la sociología que ese llamamiento políti-
con regímenes variados, la del trabajo y de los movimientos socia- co a la clase y a la nación
presencia de exigencias de- les, así c o m o sobre América latina. E n
la actualidad, es asesor de la U N E S C O -por m u y fuerte que haya
mocráticas a las cuales no para la elaboración de programas sobre sido al comienzo y, a m e -
resisten regímenes que pre- los procesos de democratización. nudo, aun durante mucho
tendían reemplazar la de- tiempo- llevaba inelucta-
mocracia pero que sólo re- blemente al asentamiento y
posan en la fuerza. al rápido deterioro de regí-
El siglo X X fue el de las menes autoritarios, priva-
revoluciones y los movi- dos de (checks and balan-
mientos de liberación nacional, que apelaban ces) frenos y equilibrios, guiados por la lógica
todos a una «voluntad general», como decía destructora del poder absoluto, por la corrup-
Jean-Jacques Rousseau. Ese cambio, iniciado ción, la intolerancia y, finalmente, por la impo-
por la obra de Lenin y la revolución soviética, tencia económica. El movimiento Solidaridad,
culminó con el triunfo de M a o Zedong y el vas- en Polonia, fue la expresión más importante de
to movimiento de descolonización posterior a esa conciencia. Fue entonces cuando resurgió
la Segunda Guerra Mundial, que se fue a m - la idea democrática, pero entendida c o m o libe-
pliando constantemente en los decenios si- ración de esos poderes autoritarios y totalita-
guientes, con la fuerza creciente de movimien- rios. En particular, en Europa Oriental se pro-
tos o regímenes nacionalistas o religiosos en paga ante todo la exigencia de lo que Sir Isaiah
Africa, América latina, Asia y el m u n d o árabe. Berlin llamó «la libertad negativa», tan bien
Durante todo este siglo X X -siglo de 75 años definida por Sir Karl Popper c o m o la imposibi-

R I C S 128/Junio 1991
274 Alain Touraine

lidad para quien quiera adueñarse del poder o reunirse y expresarse. N o perdamos tiempo ca-
conservarlo contra la voluntad de la mayoría. lificando de democráticos a regímenes que ha-
E n efecto, ¿cómo podrían esos países no haber blan en nombre del pueblo pero no respetan la
visto ante todo, en las postrimerías del siglo libre elección de los gobernados. Ello no quiere
X X , la faz sombría de las democracias popula- decir que debamos satisfacernos con esa defini-
res o comunitarias, esto es, el rostro, retorcido ción, pero sí hay que tomarla c o m o punto de
por el dolor, de sociedades enteras sometidas al partida, reconocer, en primer lugar, que sin
poder de una dictadura o de una minoría diri- elecciones libres no hay democracia, antes de
gente que hablan en nombre de la totalidad, del preguntarnos lo que es realmente una libre
interés del pueblo y de la nación y le imponen elección y cuáles son sus condiciones sociales y
su gusto por el poder absoluto, su obsesión de la psicológicas. En términos más generales, no ol-
homogeneidad, su miedo a las críticas, a las videmos nunca que la democracia no es un tipo
desviaciones o a las traiciones que lleva rápida- global de sociedad sino sólo un régimen políti-
mente al reino de las policías políticas? Contra- co. Nadie niega que regímenes no democráti-
riamente a las revoluciones de los siglos x v m a cos hayan logrado elevar el nivel de vida, difun-
X X que querían destruir los Antiguos Regíme- dir la escolarización o hacer retroceder la
nes, en la actualidad ya no es en nombre de la mortalidad infantil; nadie puede negar que una
revolución ni del pueblo c o m o se sublevan to- democracia pueda fracasar y llevar a la crisis
dos quienes, sean mayoría o minoría, se sienten económica, la violencia social y el aumento de
reprimidos y traicionados por los nuevos regí- las desigualdades. Esos riesgos son bastantes
menes sino en nombre de una concepción no serios c o m o para que nos preguntemos cuáles
revolucionaria de la democracia. Particular- son los peligros que amenazan a la democracia,
mente bien lo ilustra lo sucedido en Europa para que no nos contentemos con una defini-
Oriental, donde el derrocamiento de esos regí- ción negativa de la libertad y para que, al con-
menes postrevolucionarios se produce sin vio- trario, examinemos detenidamente las condi-
lencia, tanto que se ha llegado a hablar de «re- ciones positivas, psicológicas, sociales y
volución de terciopelo», con excepción de culturales para una verdadera libertad de elec-
Rumania donde nadie conoce aún la naturale- ción. Es precisamente a ese examen que se de-
za exacta de las transformaciones que se produ- dicará lo esencial de la presente reflexión.
jeron. Por todas estas razones, hay que recono- El m u n d o parece estar dividido hoy en día
cer ante todo ese trastocamiento de la situación entre los países ricos, donde aparentemente la
histórica que rige nuestra reflexión actual sobre democracia se concibe sobre todo c o m o el
la democracia. equivalente político del mercado, y los países
pobres y dominados que califican de democrá-
tica su resistencia a influencias extranjeras,
La libre elección económicas o culturales, que amenazan con ha-
cerles perder su identidad. La definición senci-
Así c o m o hace 200 años había que tomar como lla que hemos tomado c o m o punto de partida
punto de partida la idea del contrato social, considera tan poco satisfactoria la primera co-
aunque fuera para plantearse preguntas acerca m o la segunda de esas representaciones. L a li-
de sus límites y peligros, por el derribamiento o bertad política es una condición: la forma mis-
el deterioro de los regímenes voluntaristas, m a de la democracia; pero no es una condición
postrevolucionarios o nacionalistas militares, suficiente, ya que no hay verdadera elección
en la actualidad estamos obligados a fundarnos donde la participación política es débil, donde
en una concepción opuesta de la democracia, las campañas electorales están dominadas por
que si bien es por cierto la más sencilla y limita- los m á s ricos o se transforman en empresas
da constituye hoy el necesario punto de parti- donde las desigualdades sociales son tan ingen-
da. E n consecuencia, postulemos ante todo que tes que existe una escasa conciencia de ciuda-
democracia es la libre elección de los gobernan- danía. Del m i s m o m o d o en que u n régimen po-
tes por los gobernados, lo cual supone eleccio- pular sólo es democrático si unas elecciones
nes libres, la posibilidad de que partidos, sindi- libres permiten verificar si la afirmación, por
catos y campañas de opinión se organicen los gobernantes, de que su poder sirve al pueblo
gracias a la libertad de constituir coaliciones, queda ratificada por la respuesta de ciudada-
¿Qué es hoy la democracia? 275

Dos personalidades que simbolizan la lucha por la democracia en Checoslovaquia. Alexander Dubcek y Vaclav
Havel, en un mitin del Forum Cívico, septiembre de 1989, Praga. Bouvet-Meniion/Gamma.

nos libres que se encuentran ante elecciones gobernantes es atribuir la misma importancia a
reales, la idea de libre elección no se reduce a la la participación de los ciudadanos en un orden
de una ausencia de obstáculos a la rivalidad en- institucional reconocido c o m o legítimo y a la
tre los candidatos: la democracia no es sólo un representatividad de los agentes políticos, es de-
mercado político competitivo; supone, en cam- cir, a la existencia autónoma de los actores so-
bio, que cada individuo pueda conducirse co- ciales.
m o ciudadano, es decir, que pueda establecer lo
m á s directamente posible una relación entre la
Las condiciones sociales de la libre elección
defensa de sus intereses o de sus ideas y las le-
yes o decisiones políticas que definen el marco 1. Ese espacio de la democracia no existe si los
de la vida colectiva. N o hay democracia cuan- individuos sólo pertenecen a un espacio priva-
do las reivindicaciones y las creencias que se do o si, por el contrario, no son m á s que los
manifiestan en el pensar y el sentir de los ciuda- sujetos de un Estado, incluso si éste les concede
danos no encuentran una expresión y una de- ventajas materiales o de otra índole.
fensa adecuadas en el plano de la vida pública. El campo de la libre elección política no
La democracia no puede fundarse m á s que en existe si no se reconoce la existencia de un es-
ese doble afán por establecer un gobierno que pacio público y, m á s ampliamente, de una so-
sea capaz de garantizar la integración social y, ciedad política. El aislamiento personal, la
en consecuencia, de definir una conciencia de segmentación de la sociedad o unas comunica-
ciudadanía, y por respetar la multiplicidad de ciones débiles entre las categorías sociales son
intereses y opiniones. Ex pluribus unum. Defi- obstáculos casi insuperables que se oponen a la
nir la democracia por la libre elección de los democracia. Esto se hace m á s que patente
276 Alain Touraine

cuando ciertos ciudadanos se ven privados de puede nacer m á s que cuando se piensa que el
sus derechos cívicos. D e nada sirve hablar de desarrollo de un país nace de su propio funcio-
democracia donde existe la esclavitud o donde namiento, que la modernización no es m á s que
se ha instaurado el apartheid. Durante mucho la modernidad plasmada en actos, el efecto de
tiempo, los países donde más larga es la histo- la racionalidad de la ciencia, la técnica, la edu-
ria de la democracia sólo concedieron el dere- cación o las comunicaciones. Pero éste es sólo
cho a votar a parte de la población, según un un caso límite y no se puede citar ni un solo
sistema censatario. Lo que podía verse un gran país en el que el poder del Estado no haya esta-
adelanto, donde antes no existía ningún dere- do asociado a la idea de un desarrollo volunta-
cho de voto o un cuerpo electoral aún m á s re- rista, dirigido por el Estado, solo o junto con
ducido, no puede considerarse hoy m á s que una clase dirigente. El siglo X X no ha favoreci-
una democracia limitada o incluso enfermiza y do la democracia porque estuvo dominado an-
contradictoria con sus principios. Es preciso re- te todo por la idea de desarrollo y de moderni-
conocer el carácter biunívoco de esa autono- zación voluntarista de la sociedad. Estas
mía de la sociedad política: es cierto que no hay expresiones pueden resultar chocantes: ¿acaso
democracia sin una autonomía de la sociedad la modernización o el desarrollo no son las con-
política y de la ciudadanía; pero tampoco hay diciones mismas de la democracia? Sí, por la
democracia si esa sociedad política no es un lu- razón que se acaba de mencionar, esto es, que
gar de comunicación entre los intereses priva- la modernidad incrementa la densidad de los
dos y la unidad del poder, puesto que unas ins- intercambios internos, derriba las barreras de
tituciones políticas que al mismo tiempo estén la vida privada y fomenta de esa manera el es-
privadas de representatividad y responsabili- pacio público; ahora bien, la respuesta también
dad corren el peligro de no ser m á s que un jue- es que no porque la modernización, entendida
go político que pierde rápidamente toda legiti- c o m o acción voluntarista, favorece la concen-
midad. tración del poder en manos de un Estado que se
2. Esa existencia necesaria de una sociedad po- preocupa menos por su representatividad que
lítica o. c o m o se dice en inglés polity, supone por su capacidad de transformar, a m e n u d o por
que ésta sea autónoma respecto del Estado o la fuerza, una sociedad que parece estar ence-
incluso que se encuentre por encima de él. Es rrada en su pobreza, su ausencia de iniciativa y
una distinción que a veces nos cuesta admitir. de calificación. Las marchas forzadas hacia la
Ahora bien, ¿cómo negar que la sociedad políti- modernidad a lo Bismarck y, m á s brutalmente,
ca constituye un aspecto importante del funcio- a lo Stalin, siempre ponen en peligro la d e m o -
namiento de la sociedad mientras que el Estado cracia.
es, ante todo, un agente de gestión de las rela- Reconozcamos que el m u n d o de la d e m o -
ciones «exteriores» de esa sociedad, con otros cracia está en pugna con muchos otros, ya se
Estados y, sobre todo, con su pasado y su futu- trate de la vida privada o de la identificación al
ro? El Estado nunca está suspendido en un va- Estado. Esos m u n d o s , que tienen su propia
cío social, sino que tiene su propia lógica. Cada grandeza y la capacidad de apelar al sacrificio,
vez que se hace referencia al desarrollo de un proponen grandes exaltaciones personales y co-
país, se alude, en realidad a su Estado, ya esté lectivas. El m u n d o de la democracia incluso pa-
vinculado a una burguesía nacional o extranje- rece a menudo sumamente débil, confuso y m e -
ra, a un partido revolucionario o a un movi- diocre ante las grandes movilizaciones
miento nacionalista, a una dinastía o incluso a estatales o religiosas. La movilización política
una tecnocracia nacional. Atrevámonos en- y militar en pro de la victoria o la superviven-
tonces a decir que cada vez que hablamos de cia del Estado, c o m o la defensa por una colecti-
una sociedad en términos de desarrollo, nos re- vidad de su territorio y de sus costumbres y
ferimos a una lógica que no es la de la democra- creencias, o incluso las cruzadas y las guerras
cia. Este juicio es tan grave que nos obliga im- santas, son fuerzas tan poderosas c o m o la de-
placablemente a reconocer los límites de la mocracia, tan poderosas incluso que no hay de-
democracia ya que toda sociedad ha de consi- mocracia que pueda ser fuerte sin reconocerles
derarse teniendo presentes su funcionamiento cierta independencia. El ámbito propio de la
interno y su capacidad para modernizarse. La democracia es el sistema político. Está encua-
utopía de la democracia pura y completa no drado por el m u n d o privado y por el Estado.
¿Qué es hoy la democracia'' 211

N o hay democracia si no se extiende el ámbito las convicciones personales, para descubrir las
intermedio de la ciudadanía, entre las creen- raíces de la democracia en la personalidad y en
cias y los intereses privados por una parte y la la cultura, trascendiendo sus condiciones gene-
pertenencia a un Estado, por otra. Pero, sobre rales y sociales.
todo, no hay democracia si las creencias priva- N o hay democracia que no sea representati-
das y la pertenencia nacional se unen directa- va, es decir, democracia cuyos agentes políticos
mente y hacen que desaparezca ese espacio in- no correspondan a actores sociales, bastante
termedio de la ciudadanía. La democracia es numerosos en todo caso para que éstos se iden-
endeble y casi no tiene objeto si no reconoce la tifiquen a agentes políticos, incluso si las condi-
existencia de los dos m u n d o s que la encuadran ciones, las alianzas y los problemas internos de
o si procura identificarse con el conjunto de la los partidos se interponen entre la sociedad y la
vida personal y social. La democracia es un es- política, debilitando y ocultando sus relacio-
fuerzo constante para crear el espacio de la ciu- nes. Este tema caía casi por su propio peso en
dadanía y lograr que en él confluyan, se combi- muchos países donde se consideraba que los
nen y también se respeten las convicciones partidos de izquierda representaban a los asala-
privadas y las pertenencias colectivas. L a de- riados y los de derecha, a los ricos. A ú n hoy las
mocracia es endeble tanto cuando su capacidad muestras de las encuestas políticas se siguen
de mediación es insuficiente c o m o cuando las construyendo a m e n u d o partiendo de la obser-
fuerzas entre las cuales desempeña la función vación de que la pertenencia a una categoría
de mediadora son débiles o, por el contrario, social es el principal determinante del voto po-
están replegadas sobre sí mismas. Quienes ha- lítico, incluso si esa relación de causalidad se
cen un análisis exclusivamente institucional de ha debilitado o se ha vuelto m á s compleja. N o s
la democracia cometen un grave error. N o se preocupa comprobar que la predominancia de
preguntan qué fuerzas se van a movilizar ni qué la elección presidencial debilita la importancia
sacrificios se van a aceptar para defender la de- de las elecciones legislativas y, por ende, la rela-
mocracia. El filósofo judío alemán M a x Hork- ción entre el elector y el elegido, c o m o si la re-
heimer escribía, alfinalde la última guerra, «la presentación de los intereses de las opiniones
razón no basta para defender la razón», frase hubiera perdido importancia respecto de la
que ha citado recientemente monseñor Lusti- elección de quien representa ante todo el inte-
ger, cardenal arzobispo de París. Es una idea rés y el Estado nacional en un m u n d o cada vez
terrible que debe guiar nuestra investigación: la m á s internacional donde, por lo demás, los m e -
defensa de las libertades, los obstáculos que se dios de comunicación cada vez son m á s omni-
oponen a la toma del poder por hombres o gru- presentes.
pos antidemocráticos no bastan para defender
Las democracias representativas no supo-
la democracia. Esta sólo puede vivir si está
nen sólo instituciones que garanticen la liber-
guiada por una creencia, por una fe en la liber-
tad de las elecciones políticas sino también la
tad política y por lo que Montesquieu fue el
existencia de intereses sociales representables,
primero en llamar virtud.
constituidos incluso antes de estar representa-
dos, lo cual garantiza cierta prioridad a los ac-
tores sociales sobre su representación política.
La voluntad d e libre elección Si Europa Occidental u otros países c o m o , du-
rante m u c h o tiempo, Chile, conocieron d e m o -
1. Para encontrar esa voluntad de democracia, cracias sólidas es porque sus partidos eran una
hay que aproximarse a la experiencia vivida y fiel expresión de las categorías o incluso de las
al compromiso personal en la vida política. clases sociales nacidas de la industrialización.
Hasta este m o m e n t o , hemos mirado hacia arri- En los países donde esa concordancia ha sido
ba y hemos visto que la democracia supone la fuerte, c o m o Gran Bretaña o los países escandi-
existencia de una sociedad política y, por ende, navos, la primacía de la sociedad civil estuvo
la autonomía de la sociedad con respecto al Es- garantizada; por el contrario, en aquéllos don-
tado, esto es, problemas de funcionamiento de de la idea del Estado seguía siendo la predomi-
la sociedad con respecto a los de su desarrollo y nante, c o m o en Francia, la democracia siempre
modernización. Ahora tenemos que volvernos fue m á s débil, estuvo amenazada o quedó des-
hacia abajo, hacia las pertenencias sociales y truida por movimientos de tipo bonapartista o
278 Aluin Ttnirainc

Chile, diciembre de 1989: la siniestra dictadura de Pinochet llega a su fin. Ams/Sipa.

por partidos que se preocupaban más por to- les desde hace más de cien años- es la de la
mar el poder que por defender los intereses de multitud, esto es, la de una sociedad desestruc-
una categoría social y reconocer el pluralismo turada donde no existe intermediario entre ca-
político. Se ha dicho con justa razón que en da invididuo y el gobierno central, concepto
América latina, incluso cuando existía el plura- bien analizado por Freud, de manera premoni-
lismo, casi todos los partidos tenían una voca- toria, pocos años antes del ascenso del nazis-
ción de partido único y que el A P R A en Perú, el m o , cuando habló de la identificación indivi-
PRI en México, Acción Democrática en Vene- dual de cada miembro de la multitud con el
zuela o el M N R boliviano, así c o m o el P M D B dirigente, su palabra y su persona. La democra-
de los últimos años en Brasil, sin mencionar cia supone que unas relaciones sociales sustitu-
siquiera al Partido Colorado en Uruguay o al yan los actores, que se reconozca y critique la
Justicialismo argentino, tendían a identificarse presencia de la desigualdad, incluso la de esa
con el Estado y a pretender representar al con- dualización que domina a tantos países en de-
junto de la sociedad. Por el contrario, la d e m o - sarrollo y divide a la parte de la población que
cracia sólo es fuerte si se la concibe como algo está incorporada en la economía nacional e in-
eminentemente plural, ya se la vea c o m o un ternacional de la que está encerrada en una eco-
conjunto diversificado de intereses separados o nomía no formal o en una vida local, parte que,
se la vea c o m o si estuviera organizada en torno en numerosos países, representa más de la mi-
a un conflicto central que lleva a un enfrenta- tad de la población.
miento izquierda-derecha de tipo británico. La ¿Acaso se puede concebir la democracia sin
idea más opuesta a la democracia -la que, por creer en la necesidad de defender a las minorías
esa razón, ha obsesionado a las ciencias socia- contra la mayoría dominante, a los pequeños
(Què es hoy la democracia? 279

contra los grandes o a la clase obrera contra los fensa de los intereses particulares y de la preo-
dirigentes capitalistas? Cualquiera que sea la cupación por el interés general.
fórmula empleada, lo que está en juego en to- Cuanto m á s múltiples y particulares se
dos estos casos es la impugnación de una rela- vuelven los grupos de intereses, menos capaces
ción social de dominación; precisamente esa son de asumir los problemas elementales de
lucha contra la dominación es la que confiere a la sociedad y, en consecuencia, m á s se debilita la
la democracia una fuerza de movilización que democracia. Amenazada, por una parte, por
no basta para garantizar la existencia de insti- la imperativa afirmación de la unidad de la so-
tuciones libres. D e lo que se trata siempre es de ciedad y por el rechazo de la diversidad de los
impugnar una dominación social interna. E n el intereses, la democracia lo está, además, por la
caso de la defensa del pueblo o de la nación proliferación de los grupos de presión cuya ac-
contra el ocupante o el invasor extranjero, por ción se asemeja a la de los grupos económicos
ejemplo, es cierto que ese combate puede aso- en un mercado. La democracia no es una c o m u -
ciarse al de la defensa de la democracia; pero nidad ni un mercado político.
no se confunde con ella. U n movimiento de li- 2. Es hora de trascender la idea de que la de-
beración nacional no es en sí ni favorable ni mocracia es la combinación de los intereses
hostil a la democracia. Y volvemos a nuestro particulares y del interés general. Esta combi-
punto de partida. Y a no se puede admitir ac- nación es imposible si no existe la convicción
tualmente que la democracia sea la expresión de que todos los seres humanos son iguales, pe-
de la voluntad general. Incluso da miedo lo que se a las diferencias de talento y de riqueza que
ese llamamiento a la unanimidad vaticina co- los separan. E n el curso de la historia ese princi-
m o eliminación de las minorías o como asenta- pio ha cobrado principalmente dos formas. Pa-
miento de un poder absoluto sin control ni lí- ra algunos, su fundamento es religioso y, para
mite. E n toda sociedad moderna se plantea el otros, republicano. Francia ha sido el país que
problema del arbitraje entre la inversión y la dio su principal expresión a esta segunda filo-
distribución. Si se sacrifica la primera, el creci- sofía política. La Revolución francesa sustitu-
miento desaparece rápidamente y se instaura la yó a los nobles desposeídos por ciudadanos. D e
crisis; si no se procura distribuir las riquezas ahí la función del impuesto progresivo sobre la
creadas, las desigualdades aumentan y provo- renta, la imposiciónfiscalsobre el patrimonio
can rupturas que, a su vez, perturban el creci- y los esfuerzos para reducir la escala de salarios
miento. ¿ C ó m o combinar el reconocimiento de y de los ingresos. Ahora bien, esta preocupa-
los conflictos sociales y el del interés general y, ción por la igualdad también puede llevar al
por ende, el de un gobierno que no sea sólo la fortalecimiento de un poder central autorita-
defensa de una parte de la población compro- rio. Para que la idea de ciudadanía se transfor-
metida en una guerra a muerte contra otra par- m e en el fundamento de la democracia, ¿no ha-
te, si no se reconoce que un conflicto social es ce falta que se apoye en la idea del derecho
una lucha entre categorías sociales para sociali- natural, de origen religioso, de que todos los
zar recursos y valores culturales comunes a los seres h u m a n o s son iguales por ser hijos de
dos adversarios y a la gran mayoría de los Dios, c o m o ya afirmaban Suárez y otros teólo-
miembros de una sociedad? La combinación de gos españoles en el siglo xvi, cuando se opo-
pertenencias culturales comunes y de conflic- nían a las masacres de los indios por los con-
tos propiamente sociales es lo que posibilita la quistadores? L a idea del derecho natural es el
democracia. Si se suprime la comunidad de fundamento de dos importantísimos textos, la
orientación cultural y se cae en la guerra civil o Declaración de la Independencia de Estados
si se suprime el conflicto social y el poder se Unidos y la Declaración francesa de los Dere-
transforma en expresión de una unidad y no de chos del H o m b r e y del Ciudadano, del 26 de
lo que divide, ya nada puede oponerse a su pre- agosto de 1789. Pero la Revolución francesa
tensión de ser absoluto y desembarazarse de to- pasó rápidamente del derecho natural a la exal-
dos los controles c o m o de todos los entes inter- tación de la nación y su unidad; desapareció la
mediarios. Para la mayoría de los ciudadanos democracia y en realidad no volvió a surgir,
la adhesión a la democracia estriba en la con- fuera de u n breve período y de manera limita-
vicción de que ese régimen político es el único da, hasta después de 1871.
que permite una combinación sólida de la de-
La fuerza del derecho natural radica en que
280 Alain Touraine

plantea un límite infranqueable al poder políti- pone la eliminación de todas las huellas del pa-
co. Este no puede ser absoluto porque hay que sado, de las creencias particulares y de las cos-
dar al César lo que es del César y a Dios lo que tumbres y libertades locales.
es de Dios. C o m b i n a un principio de igualdad L a elección entre el encierro defensivo y pe-
entre todos los seres h u m a n o s con el reconoci- ligrosamente ciego en una comunidad h o m o g é -
miento de un poder temporal, siempre vincula- nea y un llamamiento necesario a la identidad
do a intereses particulares. Parece difícil fun- colectiva c o m o condición para la identidad in-
dar los límites del poder político en otra base dividual se rige por la aceptación o la no acep-
que n o sea un principio universal. Ahora bien, tación del tema de la racionalidad. Es precisa-
en sociedades m u y secularizadas, es imposible mente ese tema el que fracciona una comuni-
recurrir a valores o a una revelación divina por dad ensimismada, al introducir las ideas de
todos aceptada. N o queda m á s que valerse de modernización, de progreso técnico y económi-
un principio universal pero absolutamente co. Ahora bien, cuando resulta vencedor, el te-
opuesto al anterior, de carácter individualista, m a de la racionalidad también lleva a excesos
que garantice la democracia al limitar el poder no m e n o s peligrosos y, m á s particularmente, al
social y al afirmar el derecho de cada imididuo triunfo ilimitado del dinero y el poder. El espa-
a construir y a defender su individualidad y su cio cultural en el que puede establecerse la de-
historia personal de vida. Desde hace dos siglos mocracia queda así definido por la combina-
se ha extendido considerablemente ese derecho ción del principio universal de racionalidad y
a la individualidad, que tiene fundamentos na- de un llamamiento a la identidad personal que,
turales y biológicos. Limitado inicialmente al a su vez, tiene dos facetas: el derecho a escoger
derecho de propiedad, se ha hecho extensivo al una vida individual y el respeto de las raíces y
derecho al trabajo y ha incorporado la defensa patrimonios a partir de los cuales cada indivi-
de condiciones de trabajo compatibles con las duo debe construir libremente su personalidad
característicasfisiológicasy psicológicas del in- particular y resistir a dominaciones venidas de
dividuo. E n una época m á s reciente, ha pene- fuera.
trado en el amplio ámbito de las industrias cul- D e ahí la importancia que reviste, en todas
turales, y m á s particularmente, de la salud pú- las reflexiones actuales sobre la democracia el
blica y la educación. Por lo menos en los países respeto de los derechos de las minorías. N o
occidentales, no hay tema que despierte m á s otorgar a una minoría m á s opción que una inte-
pasiones que la utilización de las nuevas técni- gración y una asimilación completa en la socie-
cas médicas, el lugar que se asigna al enfermo dad y la cultura de la mayoría o una marginali-
en el hospital, la conciliación entre la formida- dad próxima a la autoexclusion es atentar gra-
ble capacidad de intervención que han adquiri- vemente contra los derechos h u m a n o s . Por
do la medicina y la biología y el respeto de la otra parte, si cada grupo cultural sólo define su
libertad individual. Y a en las declaraciones es- identidad por sus diferencias con otros grupos,
tadounidense y francesa, se suponía el derecho se introducen entre éstos relaciones de extraña-
de resistencia a la opresión, a las leyes o a las miento completo que sólo pueden conducir a la
órdenes que los ciudadanos consideraban con- guerra y al racismo. Es preciso, en consecuen-
trarias a sus creencias y a sus intereses funda- cia, que el grupo minoritario participe en la so-
mentales. ciedad en que se encuentra mediante su reco-
Evidentemente, este individualismo moral nocimiento de la acción racional y de las reglas
puede entrar en conflicto con la voluntad del institucionales de la democracia, al tiempo que
poder central o con la presión de las comunida- defiende su identidad y respeta la libertad de
des y sus tradiciones. Pero evitemos considerar elección de sus propios miembros.
que son completamente antagónicos. M u y a
m e n u d o ese llamamiento a la libertad se apoya
en pertenencias colectivas y las fortalece, ya Conclusión
que la personalidad individual está constituida
tanto por el patrimonio social y cultural c o m o Durante m u c h o tiempo, la libertad y la d e m o -
por la libertad de elección personal. Y a no se cracia se han identificado a la destrucción de
puede aceptar la idea, proclamada durante tan- las barreras sociales y a la integración de la so-
to tiempo, de que un régimen democrático su- ciedad y de la nación. L a república decía ser
¿Qué es hoy la democracia'.' :si

U n a interpretación de la Declaración Universal de Derechos H u m a n o s . Pintura mural en Bruselas, Bélgica, D . R .


282 Alain Touraine

una e indivisible, por oposición a antiguos regí- democráticos y los sustituyeron por su poder
menes segmentados por el mantenimiento de autoritario? Creamos aún menos que la d e m o -
costumbres, privilegios y derechos particularis- cracia esté vinculada con el triunfo de la c o m u -
tas. Por añadidura, la democracia parecía estar nidad, nacional o de otro tipo, ya que en el si-
absolutamente asociada a la racionalización. glo x x , la democracia no ha tenido enemigos
Hace m u c h o que esa época se ha terminado. más peligrosos que todos los regímenes popula-
Dominados durante largos períodos por la ra- res, völkisch, c o m o decía el Tercer Reich, hasta
reza y la tradición, hemos tratado de liberarnos esos regímenes sobre cuyas ruinas meditamos
mediante la idea universalista de progreso. Lo hoy que se denominaban democracias popula-
estamos hoy por la abundancia y la fuerza de res, impidiendo así durante m u c h o tiempo, que
los intercambios económicos y culturales y de esos términos estuvieran asociados.
las intervenciones militares y por contamina- Por último, si bien es importante reconocer
ciones de todo tipo que ponen en peligro los la autonomía de lo político y recordar sin cesar
equilibrios naturales. Nuestro siglo es el de los que la democracia es un tipo de régimen políti-
grandes aparatos, las empresas transnaciona- co y no un tipo de sociedad, tampoco podemos
les, las campañas de publicidad y propaganda y reducirla a un conjunto de reglas instituciona-
los Estados totalitarios. Por esta razón, la de- les que impidan la formación de un poder abso-
mocracia está fuertemente vinculada con la li- luto. Todavía queda por saberse por qué una
bertad, la capacidad de resistir a la opresión, a nación adhiere a la democracia o la deja desa-
la burocracia, al consumo y a la información parecer, c o m o ha ocurrido con tanta frecuen-
masiva. Es un trastocamiento tan profundo cia.
que provoca violentos choques entre los países Porque cada una de estas definiciones es de-
que ya han avanzado m u c h o por la vía de esa masiado parcial, debemos definir la democra-
nueva definición de la democracia y los que to- cia de manera más compleja y realista, c o m o la
davía luchan por liberarse de la arbitrariedad libre elección de un gobierno representativo de
del poder local, las presiones de la familia y la los intereses de la mayoría y respetuoso del dere-
comunidad local, la búsqueda de la homogenei- cho fundamental de todos los seres humanos a
dad o la lucha contra el exterior. Cada vez m á s ,vivir en armonía con sus creencias e intereses
la gran mayoría del m u n d o está orientándose fundamentales.
bruscamente hacia una definición personalista Libre elección de los gobernantes por los go-
y ya no comunitaria de la democracia. La refle- bernados, determinación de las elecciones polí-
xión que con m á s urgencia necesitamos es la ticas por las pertenencias sociales, económicas
que lleva a denunciar la destrucción de la capa- o culturales, respeto de los derechos humanos:
cidad de elección personal, donde se instaura o de la asociación de esas reglas institucionales,
se mantiene un poder absoluto autoritario y de ese respeto por los intereses de la mayoría y
donde reina el consumo de masas, cuyas elec- de ese individualismo moral nace la democra-
ciones, aparentemente libres, ocultan en reali- cia. Ningún país puede considerarse entera-
dad una concepción sumamente determinista mente democrático aunque no queda ninguna
del actor social, reducido a no ser más que un duda en cuanto a los que no lo son en absoluto.
blanco o, en otros términos, a propósito del Por ser la democracia un modelo ideal, nuestra
cual se supone que su posición en el sistema reflexión debería organizarse en torno a este te-
social determina casi enteramente las conduc- m a central: ¿cómo pueden derribarse las barre-
tas individuales. ras que detienen la democracia y fortalecer las
N o es cierto que el m u n d o fluya natural- convicciones sin las cuales la democracia no es
mente hacia la democracia. ¿Quién puede creer más que un espectáculo de sombras chinescas?
en la identidad de la racionalización o de la Permítaseme expresar la confianza que tengo
modernidad y la democracia cuando la Ale- en que la U N E S C O desempeñará una función
mania de los años veinte, país moderno por ex- central en esa nueva definición y defensa de la
celencia, cayó en el nazismo o cuando tantos democracia.
regímenes desarrollistas, c o m o dicen los lati-
noamericanos, derrocaron regímenes m á s Traducido del francés
Modos de transición en América latina,
Europa del Sur y Europa del Este*

Terry Lynn Karl y Philippe C . Schmitter

La reciente caída de los regímenes autoritarios vas y frágiles democracias? ¿Lograrán mejorar
y el advenimiento de la democracia en tantos de manera significativa las oportunidades y el
lugares y en circunstancias tan diferentes cons- bienestar de sus ciudadanos recién liberados,
tituye a la vez un desafío y una oportunidad máxime teniendo en cuenta la intensa compe-
para los estudiosos de política comparada. Es- tencia internacional y el hecho de que estamos
tas transformaciones casi simultáneas de un ti- viviendo una de las peores situaciones econó-
po de régimen a otro nos hacen pensar - y nos micas desde los años 30? Y si perduran, ¿esta-
aclaran las ideas- en lo que John Stuart Mill rán meramente «condenadas» a seguir siendo
consideró hace ya m u c h o tiempo el obstáculo democráticas durante un tiempo, por falta de
m á s importante al acopio de conocimientos una alternativa viable, sin lograr consolidarse
científicos acerca de la rea- en instituciones legítimas y
lidad social, esto es, el he-
Terry Lynn Karl es profesor adjunto de
respetadas?2.
cho de que causas diferen- ciencias políticas en la Universidad de
tes pueden producir el mis- Stanford. California, Estados Unidos,
m o efecto. ¿ C ó m o una tal donde dirige el Centro de Estudios de I. Algunas hipótesis
América latina. Su obra, The Paradox
diversidad de situaciones of Plenty: Oil Booms and Petro-síates, de base
nacionales y regionales ha está en curso de publicación.
conducido a un desenlace C o m e n c e m o s con las si-
Philippe C . Schmitter es profesor de
genéricamente igual? ¿Qué Ciencias Políticas y director del Centro guientes hipótesis (discuti-
elementos c o m u n e s , d u - de Estudios Europeos en la Universi- bles) acerca de la política
rante el último cuarto de si- dad de Stanford. Es autor, junto con contemporánea: 1) las co-
Guillermo O'Donnell, de Transitions
glo, llevaron a los regíme- from Authoritarian Rule: Tentative lectividades que cambian
nes autocráticos de Europa Conclusions about Uncertain Democra- un régimen autocrático lo
meridional (Portugal, Es- cies (1986). hacen por distintos m e -
paña, Grecia y Turquía), dios; 2) estos medios pue-
América del Sur (Argenti- den definirse y agruparse
na, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, en un número limitado de «modos de transi-
Perú y Uruguay), América Central (El Salva- ción»; 3) estos m o d o s determinan, en gran m e -
dor, Guatemala, Honduras y Nicaragua) y E u - dida, los «tipos de democracia» que emerge-
ropa del Este (República de Bulgaria, Repúbli- rán; 4) si se consolidarán o no, y 5) cuáles se-
ca Democrática Alemana, Checoslovaquia, rán las consecuencias a largo plazo para los
Hungría, Polonia, Rumania y Yugoslavia) a distintos grupos sociales. En este artículo se da
convocar elecciones libres de resultados impre- por sentada la hipótesis 1) y se examina la plau-
visibles?1. sibilidad de la hipótesis 2). Las hipótesis 3), 4)
Esta desconcertante coincidencia con res- y 5) quedan para un análisis ulterior.
pecto a las causas del cambio de régimen no A primera vista, estas hipótesis -especial-
hace m á s que plantear otros interrogantes so- mente los números 3), 4) y 5)- pueden parecer
bre sus consecuencias: ¿sobrevivirán estas nue- problemáticas e incluso estar en contradicción

R I C S 128/Junio 1991
284 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitter

con lo que la intuición nos dicta. C o m o vere- babilistas con factores económicos, sociales,
m o s ulteriormente, la transición es un período culturales, psicológicos o internacionales no ha
de gran incertidumbre política, caracterizada permitido formular hasta ahora ninguna ley ge-
por contingencias imprevistas, procesos abier- neral de la democratización, ni es probable que
tos y resultados inesperados. Las limitaciones lo haga en un futuro próximo, a pesar de la re-
«normales» de las estructuras sociales y de las ciente proliferación de casos3. Esta búsqueda
instituciones políticas parecen temporalmente de un conjunto de condiciones únicas e idénti-
suspendidas; los actores se ven a m e n u d o obli- cas que puede explicar la existencia o inexisten-
gados a tomar decisiones precipitadas y confu- cia de regímenes democráticos debería abando-
sas, y las alianzas que conciertan suelen ser fu- narse y substituirse por u n esfuerzo m á s
gaces y oportunistas. El resultado de estas modesto, encaminado a llegar a una compren-
interacciones no corresponde, con frecuencia, a sión basada en los hechos de la variedad de cir-
las preferencias iniciales de los distintos gru- cunstancias en las que dichos regímenes pue-
pos. Si ése es el caso, ¿por qué un « m o m e n t o den surgir.
fundacional» tan improbable e impreciso tiene Es m á s , lo que en el pasado los estudios de
efectos tan duraderos? ¿ N o sería más plausible ciencias políticas consideraban las condiciones
suponer que estos «acontecimientos» tienen un previas necesarias para la democracia, en el fu-
carácter epifenomenal y que, en definitiva, el turo se verán más bien c o m o consecuencias de
Estado tendrá el régimen político que merezca, los distintos tipos de democracia. U n mayor
habida cuenta de sus estructuras sociales pro- crecimiento económico y una distribución m á s
fundas, las preferencias de sus ciudadanos y sus equitativa de los ingresos, índices m á s altos de
antecedentes constitucionales? alfabetización y educación, y un mayor desa-
Nuestro análisis no se basa en los principios rrollo de las comunicaciones sociales y del ac-
deductivos de la elección racional o de la iner- ceso a los medios de comunicación, son m á s
cia histórica, sino en la observación inductiva fáciles de analizar c o m o productos de procesos
de una gama limitada de experiencias recientes democráticos estables que c o m o requisitos pre-
en Europa y en América latina, y su aplicación vios de su existencia. U n a cultura política «cí-
tentativa a las experiencias aún más recientes vica» caracterizada por un alto nivel de con-
de Europa del Este. E n cierto sentido, se aseme- fianza m u t u a , la voluntad de respetar la
ja genéricamente a los estudios, m u y de m o d a diversidad de las opiniones y una tendencia a
actualmente, sobre la «teoría de las catástro- las soluciones pactadas, podrían ser resultado
fes» y la «vía de la dependencia». Pequeñas di- de un funcionamiento prolongado de institu-
ferencias y opciones de poca importancia -cu- ciones democráticas que generan valores y
ya relevancia es ignorada a menudo por los que creencias apropiadas, y no un conjunto de obs-
las están experimentando- pueden tener conse- táculos culturales que deben superarse en un
cuencias importantes y orientar un sistema de comienzo. El hecho de que la mayoría de las
direcciones m u y distintas y perdurables. democracias de Europa, así c o m o la democra-
cia m á s antigua de América latina, Costa Rica,
emergieran de conflictos bélicos bastante «incí-
Una reconsideración de las condiciones vicos» parece corroborar este extremo. E n
necesarias otras palabras las que en el pasado se conside-
Si estas hipótesis son justas, podría ser urgente- raban sobre todo variables independientes qui-
mente necesario revisar a fondo, o incluso al- zás sea m á s util considerarlas en el futuro va-
terar radicalmente, los conceptos adoptados riables dependientes.
hasta ahora en lo que se refiere a la de-
mocratización. Por ejemplo, quizá no haya una
D e la elección contingente
única condición previa (o ni siquiera un con-
a la contingencia estructurada
junto de condiciones previas) necesaria para la
emergencia de un régimen político democráti- Este rechazo de la búsqueda de requisitos pre-
co, ni existe evidentemente una única condi- vios, así c o m o la intuición de que gran parte de
ción previa que sea suficiente para que se pro- lo que se creía un factor de producción de la
duzca este resultado. La búsqueda de las causas democracia es en realidad u n producto de ésta,
de la democracia a partir de asociaciones pro- ha llevado a algunos teóricos contemporáneos
Modos de transición en A marica /aliña. Europa del Sur y Europa del Este 285

La Escuela Politécnica de Atenas, Grecia, en 1973, bajo la dictadura militar. El texto escrito en el enlosado procla-
m a : «Es el pueblo quien hará caer el gobierno - Igualdad, educación, libertad». F.dimedia.

a desviar su atención de las estructuras para y objetivos ocupan el primer plano durante es-
orientarlas hacia las opciones estratégicas, el tas etapas sucesivas. E n cada una de ellas se
trastocamiento de las alianzas, los procesos registran determinados acontecimientos o rea-
emergentes y las pautas que marcan el paso de lizaciones específicas, aunque los mismos acto-
un tipo de régimen político a otro. C o m o vere- res no se den cuenta de su importancia en el
m o s m á s adelante, estos elementos de inten- m o m e n t o . Por ejemplo, las facciones elitistas y
ción e incertidumbre son importantes incluso los movimientos sociales parecen desempeñar
cuando la transición ocurre en «condiciones los principales papeles en el derrumbamiento
controladas», o sea cuando los poderes autori- de los regímenes autoritarios; los partidos polí-
tarios dictan el ritmo y el contenido de los c a m - ticos pasan a un primer plano durante la transi-
bios, se excluye la violencia y se impone la con- ción, cuando la convocatoria y la celebración
tinuidad de los derechos de propiedad y de las de «elecciones constituyentes» da mayor realce
relaciones sociales. E n este enfoque, la d e m o - a su capacidad de agregar las preferencias de
cratización se concibe c o m o un proceso históri- los actores a través de los distintos electorados
co complejo, con etapas de transición, consoli- locales; y la actividad m á s discreta y especiali-
dación, persistencia y, en su caso, disolución4, zada de las asociaciones de intereses y de los
que son distintas desde el punto de vista analí- organismos estatales puede convertirse en uno
tico, aunque coincidan a nivel empírico. de los principales factores determinantes del
Distintos grupos de actores con sus diferen- tipo de democracia que se establezca final-
tes partidarios, preferencias, cálculos, recursos mente.
286 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitter

La noción de contingencia, es decir, que el Moore Jr. llevó esta tesis aún m á s allá al procla-
resultadofinaldependa menos de las condicio- mar: «¡Sin burguesía, no hay democracia!». N o
nes objetivas en torno a las acciones rutinarias bastaba con socavar el poder de la aristocracia
que de las evaluaciones subjetivas que conlle- terrateniente y comercializar la agricultura, si-
van las opciones estratégicas únicas, tiene la no que era preciso que una nueva clase domi-
ventaja de recalcar las decisiones colectivas y nante de comerciantes e industriales urbanos
las interacciones políticas, cuya importancia ha se consolidase antes de que pudiese surgir la de-
sido m u y subestimada en la búsqueda de con- mocracia5.
diciones previas. A diferencia del m u n d o socio- Las consecuencias de este contraste pueden
político habitual, en el que la mayoría de los ser m u y importantes para muchos de los países
resultados finales vienen .vo/wdeterminados que están experimentando un cambio de régi-
por conjuntos complejos de condiciones que se m e n . E n la Europa meridional y en América del
refuerzan mutuamente, la transición es un Sur, todos los países tienen sectores agrícolas
c a m p o ^¿especificado por propósitos que son de corte netamente capitalista. La mayoría ya
sólo episódicamente convergentes. Pero con es- no depende de las exportaciones agrícolas tra-
ta concepción de la democracia se corre el ries- dicionales, pero de pocos de ellos (salvo Espa-
go de caer en el voluntarismo excesivo, si no se ña) puede decirse que haya una burguesía na-
confina explícitamente a los períodos específi- cional sólidamente establecida. E n Europa del
cos de transición y se la sitúa eventualmente en Este el «espacio estructural» es aún m á s ambi-
el marco de las limitaciones histórico-estructu- guo. Polonia ha dejado la agricultura en m a n o s
rales. Incluso en el clima de inmensa incerti- privadas, a pesar de que la condición capitalis-
dumbre que provoca un cambio de régimen, las ta de sus campesinos es dudosa; en Hungría
decisiones de los distintos actores obedecen a hay u n sistema mixto público-privado; los
las estructuras socieconómicas y a las institu- otros países se caracterizan por la existencia de
ciones políticas existentes - o que existen en la explotaciones estatales que producen para un
memoria de los pueblos- y están condiciona- mercado comercial, aunque controlado. E n lo
dos por ellas. Estas estructuras e instituciones que se refiere a la supuestamente necesaria bur-
serán decisivas en la medida en que restrinjan o guesía, ésta debe crearse casi íntegramente a
fortalezcan las opciones de que disponen los base de extranjeros, exiliados y antiguos appa-
distintos actores políticos que tratan de cons- ratchiks, salvo cuando puede recurrirse a algu-
truir uno u otro tipo de democracia. nos elementos de la «economía secundaria»,
6
Y , en efecto, la existencia de algunas estruc- c o m o ocurrió en Polonia y Hungría . Por dis-
turas sociales puede hacer que la consolidación tintas razones, los casos centroamericanos tam-
de cualquier forma de democracia política sea bién se caracterizan por una cierta ambigüe-
m u y poco probable; a la inversa, es razonable dad. E n Guatemala, El Salvador y, en menor
suponer que la inexistencia de esas estructuras medida, Honduras, el tipo de agricultura que
facilita la viabilidad de las estrategias de adap- reprime al campesinado sigue predominando,
tación y refuerza la posición de los actores de- al tiempo que las alianzas entre los militares y
mocráticos. Por ejemplo, las democracias polí- los intereses agrícolas comerciales, pero aún
ticas sólo se han mantenido en los países en que tradicionales, controlan las economías locales.
la clase terrateniente, generalmente la m á s rea- E n Nicaragua existe un sistema agrícola mixto
cia a los cambios, no ocupaba un lugar impor- público-privado, pero nada que pueda parecer- 7
tante en la economía de exportación, c o m o por se ni remotamente a una burguesía nacional .
ejemplo en Venezuela o Chile, o donde predo-
minaba una agricultura que no reprimía al
campesinado, c o m o en Grecia, el norte de Ita- La herencia del pasado
lia, Costa Rica, Argentina y Uruguay. Así, la Pero, ¿qué decir del «espacio institucional polí-
supervivencia de la democracia política parece tico», heredado del antiguo régimen? ¿Hay al-
depender de un espacio estructural definido, gunas configuraciones que hacen presentir un
sea por la inexistencia de una élite terrateniente desenlace democrático, independientemente
poderosa que reprima el campesinado, o bien de la estructura social? A este respecto, la c o m -
por su subordinación a los intereses vinculados paración entre América latina y Europa del Es-
a otras actividades económicas. Barrington te es interesante. E n América latina, la limita-
Modos de transición en América latina, Europa del Sur y Europa del Este 287

ción más importante durante la transición se el pasado. En América latina, la perspectiva de


debe a la naturaleza de las relaciones entre civi- la aparición de una nomenklatura c o m o ele-
les y militares: ¿tolerarán las fuerzas armadas mento crucial en el proceso de transición se vio
un retorno a un régimen civil democrático, en mitigada por la inexistencia de un partido polí-
particular con formas que traten de reducir sus tico dominante por el carácter clientelista de la
privilegios y su intervención política directa en administración pública.
el futuro? E n Europa del Este, la limitación Estos casos ilustran los distintos límites, y
procede de la naturaleza de las relaciones socia- las oportunidades que las estructuras sociales
les entre el Estado y la sociedad civil: ¿permiti- y políticas arraigadas pueden imponer a las op-
rá el aparato del Estado y del partido que los ciones contingentes. Si la transición a la d e m o -
gobiernos elegidos se dediquen a socavar su cracia se explicara únicamente en función de
monopolio de determinadas funciones admi- elecciones voluntarias e interacciones estratégi-
nistrativas y a transferir la propiedad de los cas, los pactos que caracterizaron las transicio-
principales bienes de producción a los particu- nes de Venezuela, España o Uruguay, el proce-
lares? so de expansión gradual del sufragio que se dio
E n otras palabras, los latinoamericanos previamente en Chile, la supresión del M F A en
tienden a preocuparse por «la cuestión de los Portugal, la resistencia de Egon Krenz a aplas-
gorilas» y están dispuestos a extremar sus tar por la fuerza las demostraciones populares
alianzas y sus políticas para evitar la posibili- en Leipzig, o incluso el hecho de que el Rey
dad de un golpe. Por otra parte, se muestran Juan Carlos se negara a acceder a las exigencias
bastante optimistas en cuanto a la posibilidad de los golpistas en España, parecerían solamen-
de que los altos funcionarios y los técnicos cola- te el fruto de la habilidad de unos cuantos polí-
boren con las democracias nacientes. Los euro- ticos experimentados8. En cambio, centrado el
peos del Este tienden a preocuparse por «la análisis en la dinámica social producida por
cuestión de la nomenklatura» y se preguntan una forma particular de inserción en la econo-
c ó m o evitar el sabotaje de sus programas por mía internacional, o en las interacciones políti-
parte de redes sólidamente establecidas de fun- cas entre las instituciones militares y civiles,
cionarios del partido y burócratas del Estado. uno se da cuenta de c ó m o distintos contextos
C o n todo, c o m o mínimo dicen no estar preocu- hicieron más o menos posible este «arte de go-
pados (salvo en Rumania) por la posibilidad de bernar». C o n ello no queremos decir que las
que las fuerzas armadas nacionales reaccionen decisiones individuales tomadas en momentos
de manera violenta. Sin embargo, sí pueden se- determinados sean meros epifenómenos, ni
guir temiendo una eventual invasión del ejérci- tampoco que todos los resultados observables
to de otro país, es decir, de Unión Soviética. puedan vincularse de manera previsible a las
Los casos de Europa meridional se sitúan relaciones sociales, económicas o políticas
entre estos dos extremos. E n España, el régi- preexistentes. Afirmamos, tan sólo, que las es-
m e n de Franco ya afirmó el control de los civi- tructuras creadas por la historia pueden consti-
les sobre los militares y disminuyó los privile- tuir «condiciones límite» que restringen (y en
gios de éstos, pero había un temor difuso a que algunos casos, fortalecen) las opciones disponi-
se hubiese formado un «bunker» en el seno del bles. En otras palabras, estas estructuras pue-
aparato estatal y paraestatal que pudiera impe- den determinar la g a m a de opciones al alcance
dir las reformas e incluso derrocar los gobier- de los dirigentes e, incluso, predisponerlos a
nos. En Portugal, el problema era prácticamen- elegir una opción específica9.
te el inverso: c ó m o desplazar del poder al
progresista «Movimiento de las Fuerzas A r m a -
das» después de que éste hiciera caer el régi- II. M o d o s de transición
m e n de Caetano y amenazara con dictar las a la democracia
condiciones de un nuevo orden institucional.
Sólo en Grecia y en Turquía había un temor de U n a vez se han puesto de manifiesto los víncu-
intervención militar semejante al de los lati- los entre las estructuras preexistentes y las op-
noamericanos; en el de Turquía, ello se explica ciones contingentes, está claro que los disposi-
por el hecho de que las fuerzas armadas ya ha- tivos ideados por los principales actores
bían implantado o restaurado la democracia en políticos durante el régimen de transición
288 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitter

crean nuevas reglas, funciones y pautas de c o m - ses las opciones fueron tan limitadas c o m o pa-
portamiento que pueden o no representar una ra que se pudiese atribuir el resultadofinala
ruptura importante con el pasado. Éstas se una potencia extranjera «hegemónica». Así,
transforman a su vez en instituciones que m o - una de las principales conclusiones a que se lle-
delan las perspectivas futuras de la consolida- gó fue que los factores externos tendieron a de-
ción del régimen. Las leyes electorales, una vez sempeñar un papel relativamente secundario y
aprobadas, incitan a ciertos grupos de intereses que «las razones para emprender una transi-
a intervenir en la pugna política de los partidos, ción radican sobre todo en factores domésticos
y desaniman a otros. El m o d o concreto en que internos»". N o puede decirse lo m i s m o de los
se define la libertad de asociación y se regulan casos de Europa del Este y América central.
(o toleran) los distintos medios de la acción co- Respecto de Europa del Este, se puede, c o m o
lectiva puede tener consecuencias importantes mínimo, discutir la posibilidad de que no se
para determinar qué tipo de intereses se reco- hubiese producido ninguna de las transiciones,
nocerán y quiénes ingresarán en determinadas a no ser por el cambio previo (e independiente)
organizaciones. Algunos modelos de desarrollo en la amenaza de intervención de Unión Sovié-
económico, establecidos mediante pactos entre tica. Sólo después de proclamada (y creída) la
el capital y el trabajo, favorecen sistemática- «doctrina Sinatra» («you can do it your own
mente a algunos gruposfijandopautas que se way»), pudo iniciarse la transición hacia un ti-
hace difícil cambiar. Los acuerdos informales po u otro de democracia. En el caso de América
entre los partidos políticos y las fuerzas arma- central, si bien el inicio de la transición puede
das pueden establecer los parámetros iniciales atribuirse a factores m á s domésticos que forá-
de las esferas civil y militar en formas que se neos, la forma que tomaron dichas transiciones
aparten de la norma constitucional. Así, lo que dependió mucho de las decisiones del Gobier-
en un m o m e n t o puede verse c o m o una alianza no de Estados Unidos. Su insistencia en impo-
temporal durante la etapa incierta de la transi- ner el «electoralismo», por ejemplo, modeló el
ción puede transformarse en un obstáculo per- tipo de regímenes represivos híbridos, dirigi-
sistente al cambio. Las democracias emergen- dos por civiles, que han aparecido en toda la re-
tes pueden tener «defectos de nacimiento» gión12.
accidentales, pero duraderos. 2) En cada caso, las transiciones de Europa
meridional y América del Sur fueron «autoli-
mitadas». Los actores decidieron, a veces fren-
El problema de la comparabilidad
te a una oposición considerable, restringir el
Antes de definir los distintos modos posibles cambio de régimen a la esfera de la organiza-
de transición a la democracia, examinemos ción de la autoridad pública y la representación
brevemente si estos casos recientes pueden to- ciudadana. Se abstuvieron de hacer cambios
dos ellos considerarse subespécies de un m i s m o fundamentales en la definición de los derechos
gemís. E n su análisis comparado de los casos de de propiedad o en la distribución del producto
Europa meridional y América del Sur, los auto- social, salvo en el caso de Portugal, donde hubo
res de la obra Transitions from Authoritarian amplias nacionalizaciones de industrias y ex-
Rule, en cuatro volúmenes, dieron por supues- propiaciones de tierras, que dificultaron consi-
to que estaban examinando experiencias análo- derablemente la consolidación ulterior de la
gas y, hasta cierto punto, utilizaron un conjun- democracia política. Los sistemas básicos de
to c o m ú n de conceptos e hipótesis en sus producción y distribución capitalista apenas se
respectivos análisis10. Sin embargo, ello depen- tocaron, a pesar de que la función reguladora
día de dos condiciones «paramétricas» m u y del Estado se intensificó en cierta medida. N o
importantes: es esto lo que ocurrió en Europa del Este o en
1) Se consideró que cada caso era un acon- América central. E n Europa del Este, el sistema
tecimiento independiente. Si bien se produje- estatal socialista de producción y distribución
ron algunos efectos de difusión importantes, en se está desmantelando -claro está, en distintos
la medida en que los últimos en llegar apren- grados y a ritmos diferentes- paralelamente a
dían de los primeros, y que ciertos casos extre- las estructuras del dominio político autocráti-
m o s , c o m o por ejemplo el de España, servían co. E n América central, lo que está en juego es
de modelos para otros, en ninguno de estos paí- la eliminación de los modelos tradicionales
Modos de transición en América latina, Europa del Sur y Europa del Este 289

agroexportadores, que se apoyan en regímenes guo régimen. Por otro lado, los casos en que los
políticos reaccionarios y despóticos. Dicho en actores de las élites «de arriba» -que pertene-
términos m á s categóricos, los países de Europa cen a las instituciones dominantes por su poder
meridional, y los de América del Sur, experi- autoritario, su prestigio social o su explotación
mentaron un proceso c o m ú n de reforma políti- económica- desempeñan u n papel primordial
ca en los años setenta y ochenta, mientras que en la transición del sistema hacia una u otra
los de Europa del Este y los de América central forma de democracia. Es de admitir, aquí tam-
están experimentando un proceso complejo y bién, que la amplitud de la variación no puede
simultáneo de revolución social, económica reducirse a una dicotomía clara, y hemos deja-
y política13. do algún margen para una categoría intermedia
Dadas estas dos diferencias paramétricas «confusa» en la que las élites se mezclan con los
considerables, es ciertamente legítimo pregun- otros grupos y compiten por la dirección de la
tarnos, ahora que vamos a tratar de definir los transición. Se trata asimismo de una zona en la
modos de transición en estas cuatro áreas del que actores procedentes del «exterior» pueden
m u n d o , si no estamos ante diferencias de géne- intervenir directamente y en grado considera-
ro y no ante simples distinciones entre subespé- ble, a m e n u d o tras haber derrotado al régimen
cies. En la práctica, por el m o m e n t o procedere- autoritario en un conflicto bélico internacio-
m o s c o m o si los casos fueran comparables, nal.
pero dispuestos a abandonar esta hipótesis si D e los cuatro extremos del gráfico del cua-
aparecen nuevos factores que no se expliquen dro 1 emergen cuatro tipos ideales de regíme-
con ella. nes de transición: pactados, cuando las élites
Las transiciones son «producidas» por acto- llegan a u n a transacción multilateral entre
res que eligen estrategias conducentes al c a m - ellas; impuestos cuando las élites utilizan la
bio del tipo de régimen. C o m o indicamos ante- fuerza de manera unilateral y efectiva para
riormente, las estructuras sociales, económicas cambiar un régimen, superando la resistencia
y políticas imperantes pueden limitar sus op- de los anteriores poderes; reformistas, cuando
ciones, y la interacción de las estrategias puede las masas se movilizan desde abajo e imponen
conducir a m e n u d o a un desenlace que nadie una solución de transacción sin recurrir a la
deseaba en un comienzo. Sin embargo, estima- violencia y revolucionarios cuando las masas se
m o s que los actores y las estrategias definen el alzan en armas y derrotan militarmente a los
espacio de las características básicas en el que antiguos dirigentes autoritarios. E n el amplio
se producen estas transiciones y que las combi- espacio que media entre los cuatro extremos se
naciones específicas de ambos definen el tipo supone que hay un gran número de situaciones
de transición que ha tenido lugar. en las que se mezclan la identidad de los acto-
E n el cuadro 1 se ha representado el espacio res y la selección de las estrategias. La violencia
de referencia, estableciendo una correlación se atenúa con la transacción antes de transfor-
entre la variación de las estrategias y la varia- marse en un elemento dominante; las masas se
ción de los actores. Simplificando m u c h o la mantienen movilizadas y activas, pero contro-
coordenada de las estrategias de transición, és- ladas todavía por las antiguas élites; los actores
tas pueden variar en una línea ininterrumpida y las estrategias domésticas son importantes,
que va desde la utilización unilateral de la fuer- pero el desenlace depende en alto grado de lo
za a la voluntad multilateral de llegar a una que hagan los ocupantes o interventores ex-
transacción. Entre esos dos extremos hay una tranjeros.
zona confusa y ambigua de acción en la que se E n el cuadro 2 hemos tratado de «puntuar»
intercambian amenazas mutuas, se pueden co- los casos m á s recientes en América del Sur, Eu-
meter actos de intimidación y coerción física y ropa meridional y Europa del Este según los
es posible que se registren movilizaciones im- tipos de transición. Entre corchetes [] hemos
portantes de apoyo. En la coordenada de los incluido algunos casos históricos «representati-
actores hemos distinguido entre los casos en vos». Estas clasificaciones son, claro está, pro-
que la mayor parte del impulso en pro del c a m - visionales y están sujetas a revisión por los es-
bio, si no todo, viene «de abajo», es decir, de pecialistas en la política de estos países.
actores en posiciones subordinadas o excluidos A d e m á s , sufinalidadestriba en resumir en una
del orden social, económico y político del anti- evaluación única lo que en muchos casos cons-
290 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitter

C U A D R O 1. Modos de transición: el espacio de las características básicas

ESTRATEGIA
TRANSACCIÓN FUERZA
Multilateral Unilateral

E
L
I
T Pacto Imposición
E
S

M
A
S
A
Reforma Revolución
S

tituye una trama histórica m u y compleja. T o - «mesa redonda» de negociaciones que condu-
m a m o s , por ejemplo, el caso de la transición en jeron a otro pacto; éste, a su vez, llevó a las
Polonia (PL). E n 1981 se inició, en el casillero elecciones restringidas de junio que elevaron al
«reforma» con la aparición de Solidarnosc, un poder a un gobierno «reformista», partidario
movimiento de masas que propugnaba un cam- de las alianzas y de base popular. C o m o su tran-
bio de régimen por medios no violentos. Esta sición se inició y acabó en el casillero «refor-
fase llegó a su término con el pacto de 1981, m a » , y todo el tiempo estuvo condicionada por
ulteriormente violado por la «imposición» de la presencia de un movimiento de masas, he-
un régimen militar que frustró por completo el m o s colocado a Polonia en este casillero, igno-
proceso de transición, pero sólo temporalmen- rando en la práctica la tortuosa vía que la hizo
te. En 1989, los dirigentes autocráticos decidie- salir y volver a entrar en él.
ron -bajo la presión de dos olas sucesivas de Entre los casos más recientes, algunos son
huelgas pero sin verse forzados a ello por la vio- relativamente fáciles de clasificar. España (E) y
lencia organizada de sus adversarios- abrir una Uruguay ( U G Y ) son casos contemporáneos
Modos de transición en A mérica latina, Europa del Sur y Europa del Este 291

C U A D R O 2. Modos de transición: distribución de los casos recientes

ESTRATEGIA

TRANSACCIÓN FUERZA
Multilateral Unilateral

E Pacto Imposición
L [VEN-58] TU
I [COL-57] BR
T E [COS-48] ECU
E UGY PGY*
S H URSS* ELS*
CHI BUL* GUA*

P
PER
[VEN-48]* [JAP]
[A]
RDA ARG GR [AU]
[I]
[ARG-46]* RUM*

M CH [YU-45)*
A PL [MEX-10]*
S YU*
A [BOL-52]*
S [CUB-59]*
[GUA-46]* [NIC-79]
[RUS-17]*
Reforma Revolución

* Estos países no eran todavía o aún no son democracias.

conspicuos (y que con frecuencia se toman co- que se utilizó la violencia y hubo una moviliza-
m o modelos) de transiciones pactadas. Checos- ción popular durante el proceso de derroca-
lovaquia ( C H E ) y Yugoslavia ( Y U ) encajan miento de Stroessner y de Jivkov, pero las éli-
bastante bien en el modelo reformista, por tes en el poder retuvieron el control. E n El Sal-
cuanto el cambio fue consecuencia de una m o - vador (ELS), con posterioridad a 1982, ha
vilización de masas, sin que hubiera violencia, habido un intento de imponer la transición m e -
y con negociaciones multilaterales. E n Turquía diante elecciones restringidas, pero la resisten-
( T U ) , Brasil (BR), Ecuador ( E C U ) y Unión So- cia persistente de los excluidos ha impedido
viética ( U R S S ) , el cambio de régimen vino en que se produzca un desenlace similar. Los ca-
gran parte desde arriba y el poder coercitivo del sos revolucionarios son bien conocidos: Méxi-
Estado intervino sistemáticamente en la deter- co ( M E X ) en 1910, Cuba (CUB) en 1959, Nica-
minación del calendario, el ritmo y el conteni- ragua (NIC) en 1979 y Rusia (RUS) en 1917,
do de los cambios. Paraguay ( P G Y ) y Bulgaria mientras que Bolivia (BOL), en 1952, es un ca-
( B U L ) son casos m á s ambiguos en la medida en so más complejo.
292 Terry Lynn Karl y Philippe C. Sehmiller
Modos de transición en América latina, Europa del Sur y Europa del Este 293

España supone un caso de transición democrática con éxito. A la izquierda: La tentativa de golpe de Estado militar
del 23 de febrero de 1981 que fracasó. Thomas/imaprcss. Arriba: E n 1982, en Valencia, cartel de Felipe González, líder
del Partido socialista, que salió victorioso de la confrontación electoral. Remingcr/Comact Press.
294 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitter

Sin embargo, muchos casos son aún m á s di- que segmentos importantes de los regímenes
fíciles de clasificar. T o m e m o s por ejemplo el autocráticos anteriores -militares en los tres
caso de Portugal (P). Su transición se inició de casos- desempeñaron un papel clave en la tran-
manera súbita e inesperada con una imposi- sición, pero en el contexto de una movilización
ción, un golpe de Estado de oficiales jóvenes considerable de las masas urbanas y con un
ante una derrota militar previsible en Guinea- cierto recurso a la violencia. En los dos prime-
Bissau. D e la noche a la mañana, la conquista ros casos se había producido también una de-
del poder desencadenó, prácticamente, una rrota en un conflicto bélico internacional de re-
respuesta de masas que en principio empujó el sultas de una política exterior aventurada, pero
proceso en una dirección reformista y más tar- sin que hubiera ocupación ulterior por parte de
de, en la primavera y el verano de 1975, pare- conquistadores extranjeros, c o m o ocurrió en
ció orientarse hacia un desenlace revoluciona- los casos de Alemania (A), Japón (JAP) o Aus-
rio. La derrota, en noviembre, de los militares tria ( A U ) .
extremistas impidió este desenlace: durante al-
gún tiempo la política portuguesa fluctuó entre
la reforma y la imposición (habiendo fracasado III. Algunas conclusiones
los esfuerzos de negociación) hasta las eleccio- provisionales
nes de 1987; después, las modificaciones cons-
titucionales parecen, por fin, haber situado al La primera observación general que cabe hacer
país en el camino hacia la consolidación14. es que todos los modos de transición han sido
experimentados, en un m o m e n t o u otro. Las
Chile (CHI) es otro caso difícil de clasificar.
Anclado firmemente en el régimen de imposi- revoluciones se producen con menor frecuen-
ción, hasta que el general Pinochet juzgó erró- cia, aunque en el caso rumano de 1989 casi se
neamente sus posibilidades de vencer en un repitieron las condiciones generales de la revo-
plebiscito clave de 1988. A partir de esa fecha, lución de Nicaragua en 1979. América latina
los políticos civiles chilenos entraron de nuevo ofrece una variedad particularmente amplia de
en escena, optando por una transición pactada, modalidades de cambio de régimen, pero pocas
basada en una «gran alianza» de todos los par- de ellas han desembocado en una democracia
tidos de oposición. Hungría (H) es un caso pa- estable. Todos los casos de Europa meridional,
recido en la medida en que el ímpetu inicial prácticamente, corresponden a la parte supe-
provino del partido dominante, pero las élites rior del cuadro 2, lo que denota el papel predo-
dirigentes perdieron el control y se vieron obli- minante que desempeñaron las élites en esos
gadas a entablar negociaciones de «mesa re- casos. Las transiciones en Europa del Este es-
donda» con unos grupos de oposición que, por tán situadas en la diagonal que va de la imposi-
sí solos, no habrían obtenido mucho apoyo po- ción a la reforma. A pesar de la frecuencia con
pular. El caso de la República Democrática que se convocaron negociaciones de «mesa re-
Alemana ( R D A ) podría ser un caso típico de donda», ninguno de estos casos puede conside-
reforma desde abajo, a no ser por la considera- rarse claramente «pactado», aunque Hungría
ble injerencia de las élites de la vecina Repúbli- es la que se acerca más. C o m o señalamos antes,
ca Federal en los momentos clave de la transi- Rumania es un caso excepcional, con sus con-
ción. D e m o d o análogo, en Rumania ( R U M ) diciones casi revolucionarias.
pudo haberse producido, en un primer m o m e n - La segunda generalización se desprende de
to, un cambio acelerado de régimen en condi- la distribución de asteriscos (*) que indican que
ciones revolucionarias de violencia y participa- la transición no condujo, o no ha conducido
ción de las masas, pero el papel ambiguo de todavía, a ninguna forma de democracia esta-
Unión Soviética y la recuperación ulterior de la ble. Las transiciones impuestas, y las reformis-
nomenklatura y el aparato militar hacen pensar tas, pueden o no conducir a la democracia. Las
en una transición impuesta15. revoluciones son menos ambiguas; pueden pro-
En el centro m i s m o de nuestro espacio de ducir modalidades relativamente duraderas de
características básicas se encuentran tres casos dominio - c o m o Rusia desde 1917, México des-
que se resisten a todo intento de clasificación: de 1929, China desde 1949 y C u b a desde
Argentina ( A R G ) , Grecia ( G R ) y Perú (PER). 1959- pero rara vez han evolucionado hacia
En estos casos hay elementos de imposición, ya formas de competencia leal, oposición libre, to-
Modos de transición en América latina, Europa del Sur y Europa del Este 295

lerancia para la rotación del poder y libertad de ba». En estos casos, los gobernantes tradiciona-
asociación. Esto está en completa contradic- les mantienen el control, aunque sometidos a
ción con la tan mencionada generalización de presiones desde abajo, y aplican con éxito es-
Barrington Moore Jr., según la cual «las revolu- trategias, de transacción o de fuerza (o ambas a
ciones son necesarias para la democracia»16. Es la vez), para salvaguardar al menos una parcela
cierto que su tesis se basa en distintos casos de su poder.
(Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia), un D e estos dos m o d o s de transición, la d e m o -
marco cronológico m á s amplio (casi un siglo en cratización por pura imposición es el más co-
el caso de Francia, y más aún en el de Gran m ú n , sobre todo si incluimos los casos en que
Bretaña), y una hipótesis que los hechos contra- actores extranjeros o nacionales recurren a la
dicen (que los regímenes autocráticos anterio- fuerza, o amenazan hacerlo. En efecto, algunas
res no habrían evolucionado hacia la democra- de las democracias m á s estables fueron im-
cia si las masas no hubieran provocado una puestas a los países derrotados en la Segunda
ruptura violenta con el pasado). Sin embargo, Guerra Mundial, aunque Corea del Sur y Fili-
nuestra «muestra» indica decididamente lo pinas prueban que esta «fórmula» puede fraca-
contrario, esto es, que cuando los dirigentes au- sar. E n el casillero «imposición» del cuadro 2
toritarios son desplazados por la fuerza, y los figuran Brasil, Ecuador, Paraguay y Turquía,
substituye una nueva élite que representa a ba- países donde los militares utilizaron su posi-
ses populares, es poco probable que a continua- ción dominante parafijarunilateralmente las
ción se implante una democracia política. Cabe reglas de un eventual gobierno civil; y Bulgaria
añadir, sin embargo, que la evolución actual de y Unión Soviética, donde la élite civil en el po-
Unión Soviética, Nicaragua y México podrían der ha controlado (hasta ahora) el calendario y
poner en tela de juicio esta afirmación17. el ritmo del cambio de régimen. E n los prime-
La experiencia de los casos latinoamerica- ros cuatro casos la transición se ha prolongado,
nos sugiere a primera vista una conclusión con- se han impuesto límites reales al grado de de-
traria a lo que la intuición nos dicta: la transi- mocratización y la consolidación parece m u y
ción «reformista» pocas veces ha llevado a una difícil de alcanzar, si bien todavía no ha habido
consolidación de la democracia. Desde hace un retroceso a la autocracia. E n el caso de
m u c h o tiempo se considera que la presión pací- Unión Soviética y de Bulgaria es aún demasia-
fica desde abajo mediante la movilización de do temprano para saber c ó m o acabará la cosa,
los grupos excluidos, que obliga a las élites go- pero la precariedad permanente de los dere-
bernantes a permitir una mayor oposición y ex- chos civiles y la inexistencia de estructuras ins-
tender el derecho de voto, es la mejor fórmula titucionalizadas en las que puedan competir los
para la democratización, sobre todo cuando se partidos son indicios m u y poco alentadores.
produce sucesiva y gradualmente18. Esa fórmu- Los países donde la democracia se ha m a n -
la quizá dio buen resultado en Chile antes de tenido durante un período respetable parecen
1971-1973, pero no en respuesta a las reformas aglutinarse en el casillero correspondiente a los
socialistas de Allende. Las experiencias análo- actores relativamente poderosos, pertenecien-
gas en Argentina (1946-1955) y Guatemala tes a las élites, y que aplican estrategias de tran-
(1946-1954) acabaron en un regreso a formas sacción. Esta categoría incluye los casos históri-
de gobierno autoritarias. Sin embargo, es im- cos de Venezuela ( 1958-) y Colombia ( 1957-), y
portante tener en cuenta que estos fracasos de el reciente regreso a la democracia de España
la democratización se produjeron en el contex- (1975-) y Uruguay (1984-)19. L o que une estos
to de la guerra fría y sufrieron una fuerte in- casos, por lo demás diversos, es la existencia de
fluencia de ésta. E n los casos de Checoslova- pactos fundacionales, o sea, acuerdos explícitos
quia, Polonia, Yugoslavia y Nicaragua que es- (si bien no siempre públicos) entre las élites en
tán ya bien instalados en ese m o d o de conflicto, que definen las reglas de gobierno so-
transición, veremos si este pesimismo se justi- bre la base de garantías mutuas para los intere-
fica en otra época y en un contexto internacio- ses vitales de los interesados. En efecto, podría
nal diferente. afirmarse que en las condiciones de la política
Los modos que han conducido frecuente- moderna -cuando se dan por supuestas la libe-
mente a la instauración de algún tipo de d e m o - ración de las masas y la existencia de amplios
cracia política son las «transiciones desde arri- derechos individuales, cuando los intereses de
296 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitter

clase y los intereses sectoriales y profesionales para asegurar la supervivencia porque, si bien
están probablemente bien defendidos por orga- por su propia naturaleza comprenden el mayor
nizaciones especializadas, cuando las fuerzas número de fuerzas posible, también tienen por
armadas disponen de una superioridad aplas- objeto al m i s m o tiempo, restringir el alcance de
tante en el empleo de la violencia, cuando el la representación política para garantizar a las
Estado ejerce probablemente amplias respon- clases dominantes tradicionales que se respeta-
sabilidades en materia de regulación del merca- rán sus intereses vitales. En lo esencial son m e -
do y redistribución de los ingresos y cuando el canismos antidemocráticos, negociados por las
sistema económico está íntimamente integrado élites, que tratan de establecer un contrato so-
con el mercado internacional, con la consi- cioeconómico y político explícito que desmovi-
guiente vulnerabilidad con respecto a éste- un lice a las masas en su condición de actores inci-
contrato social explícito de ese tipo es virtual- pientes, al tiempo que determinan la medida
mente indispensable. El contrato liberal ante- en que todos los actores podrán participar o
rior, que se basaba en el consentimiento indivi- ejercer poder en el futuro. Esto pueden hacerlo
dual implícito a la autoridad legítima, ya no es reprimiendo las protestas (como hicieron los
suficiente, simplemente porque no abarca la partidos colombianos en 1958 al ponerse de
g a m a de nuevos derechos y obligaciones y es acuerdo en la alternancia en el poder, cualquie-
incapaz de garantizar la conformidad requeri- ra que fuera el resultado de las elecciones), res-
da de los grupos sociales m á s importantes20. tringiendo el programa político (como hicieron
Estos pactos «fundacionales» explícitos tie- los partidos en Venezuela en 1958 cuando se
nen varios componentes esenciales. E n primer pusieron de acuerdo en aplicar el m i s m o pro-
lugar, son necesariamente globales y compren- grama económico), o limitando el derecho de
den prácticamente a todos los actores políticos voto (como hicieron las élites chilenas, comen-
importantes. Puesto que los pactos son transac- zando con la ley electoral de 1974).
ciones negociadas, en las que las fuerzas en- H a y un cierto número de casos que no enca-
frentadas se ponen de acuerdo en no utilizar su jan en ninguna de las categorías ideales anterio-
capacidad de dañarse mutuamente dando ga- res, pero reúnen características de los distintos
rantías de que no pondrían en peligro los inte- tipos. Por ejemplo, en Costa Rica en 1948, un
reses vitales mutuos, su éxito depende de que partido de la oposición derribó por la fuerza al
abarquen todos los intereses potencialmente partido gobernante tras una breve guerra civil,
peligrosos. E n segundo lugar, estos pactos son pero recurriendo inmediatamente después a la
en realidad una serie de acuerdos vinculados conclusión de pactos para sentar las bases de
entre sí y dependientes los unos de los otros. una democracia duradera21. En Chile, la derro-
Entre ellos ha de figurar necesariamente un ta de Pinochet en el plebiscito de 1988 puso
acuerdo de los militares con los civiles sobre las coto a su estrategia unilateral, que luego fue
condiciones del establecimiento de un régimen reemplazada por el pactismo entre los políticos
civil, un acuerdo entre los partidos políticos pa- civiles22. Hungría es otro caso intermedio entre
ra organizar la competencia con arreglo a las los dos modos elitistas, situación que parece de
nuevas normas de gobierno, y un «contrato so- buen augurio para un desenlace democrático.
cial» entre los organismos oficiales, las asocia- N o puede decirse lo m i s m o de los casos que
ciones patronales y los sindicatos respecto del ocupan posiciones por «debajo» de la línea eli-
derecho de propiedad, los mecanismos de regu- tista. E n Perú, después de 1978, el movimiento
lación del mercado y la distribución de los be- popular de masas influyó m u c h o en el control
neficios. En tercer lugar, si bien en último tér- de los militares sobre el calendario y la forma
mino esos pactos son a la vez de substancia de la transición; en Guatemala ( 1984-) y El Sal-
(con respecto a los principios normativos m á s vador (1982-), una transición impuesta, dirigi-
importantes) y de procedimiento (en cuanto a da por las élites civiles vinculadas a Estados
las reglas de formulación de políticas), inicial- Unidos (y tolerada a regañadientes por las fuer-
mente se da prioridad a la reglamentación, por- zas armadas), quedó paralizada cuando las éli-
que «la negociación sobre la negociación» es la tes tradicionales se negaron a incorporar al
primera y m á s importante etapa del proceso de m u n d o político a los rebeldes armados y a las
transacción. organizaciones de trabajadores y campesinos.
Por último, los pactos fundacionales sirven En el caso de Argentina, que se encuentra en el
Modos de transición en América latina, Europa del Sur y Europa del Este 297

centro m i s m o del cuadro 2, es m u y difícil ima- minante de la eventual aparición de la d e m o -


ginar cuál podría ser la estrategia dominante cracia. Al hacer una distinción entre las situa-
-democrática o autocrática- que la salve de su ciones en que las élites en el poder siguieron
inestabilidad institucional permanente23. Estos dominando la vida política y aquellas en las
casos tienen en c o m ú n la pérdida del control que fueron desplazadas por movimientos de
por parte de las élites y la incapacidad de las masas, y entre los casos en que los actores opta-
organizaciones de masa de imponer una nueva ron por estrategias de transacción multilateral
estrategia coherente, por razones internas o ex- y los que se recurrió a la imposición unilateral,
ternas. hemos llegado a la conclusión de que la «transi-
ción pactada» es el m o d o que mejor conduce a
la democracia política, seguido por la «transi-
ción impuesta». Sin embargo, es probable que
Desde la Revolución de los Claveles en Portu- estos dos m o d o s de transición produzcan, por
gal, en 1974, los regímenes autocráticos han ce- su propia naturaleza, tipos restringidos de de-
dido el terreno, unos tras otros, a algún tipo de mocracia. Cuando los gobernantes pierden el
democracia: primero en Europa meridional, control sobre el proceso de cambio de régimen
luego en América del Sur, en América central, y las nuevas estructuras de poder y autoridad
en menor medida, y m á s recientemente en E u - surgen de abajo, bien por una reforma o por
ropa del Este. Puede considerarse que todas es- una revolución, las probabilidades de un des-
tas transiciones forman parte de un mismo pro- enlace favorable disminuyen, al menos así ha
ceso, por cuanto cada una de ellas ha contribui- ocurrido hasta ahora. M á s problemáticas son
do a aumentar la probabilidad de la próxima. A las situaciones que se caracterizan por elemen-
pesar de estos efectos de difusión, en la m a y o - tos mixtos pertenecientes a distintos modos de
ría de los casos los cambios se limitaron delibe- transición y en las cuales no pudo prevalecer
radamente a la esfera de la autoridad política; ninguna estrategia o coalición dominante. N o
en otros, en cambio, dieron lugar a una trans- sólo el m o d o de transición es el factor determi-
formación simultánea y global de las relaciones nante de la eventual implantación de una de-
políticas, sociales y económicas. Los medios mocracia, sino que además puede influir m u -
efectivos que sirvieron para introducir estos cho en el tipo específico de democracia que se
cambios de régimen han sido m u y dispares. consolide finalmente. Pero ése es el tema que
En este artículo hemos examinado la hipó- deberíamos proseguir en otro trabajo.
tesis según la cual el m o d o de transición de un
régimen autocrático es un factor clave y deter- Traducido del inglés

Notas

* U n a versión anterior de este auspiciada por el Instituto de También se han registrado


artículo, referente sólo a los casos América Latina de la Academia de movimientos subterráneos de
latinoamericanos y escrita por Ciencias Sociales de China y por la democratización y tentativas de
Terry Karl exclusivamente, se Fundación Ford, Beijing, de 8-16 liberalización en el m u n d o árabe
publicó con el título «Dilemmas of de junio de 1988. (Túnez, Jordania y Egipto). Esta
Democratization in Latin serie de cambios de régimen
America» en la revista 1. Este ensayo versa sobre casos de (bastante imprevista) amenaza con
Comparative Politics, volumen 23, estas cuatro «regiones» y no tiene suprimir una de las razones
n u m . 21, octubre de 1990, en cuenta, pues, procesos análogos metodológicas por las que las
págs. 1-21. El artículo se presentó en Asia (Pakistán, Filipinas, Corea técnicas de las ciencias sociales
por primera vez en la conferencia del Sur y Taiwan) o en Africa «normales» no se han utilizado
sobre «América latina en el umbral (Gambia, Nigeria, Namibia, y más para analizar el tema. A saber, la
de la década de los años 90», recientemente, Sudáfrica). falta de un número insuficiente de
298 Terry Lynn Karl y Philippe C. Schmitler

casos que sustenten una Studies, University of California, un espíritu de cooperación...»


estimación estadística 1986); Enrique A . Baloyra (ed.). pueden, en realidad, fomentar el
probabilística. Subsiste, sin Comparing New Democracies: debilitamiento de las democracias
embargo, el problema teórico m á s Transition and Consolidation in existentes. Hirschmann sostiene
importante: el papel «anormal» de Mediterranean Europe and the que esto constituirá
la incertidumbre y la contingencia Southern Cone (Boulder: Westview probablemente un obstáculo para
en estos procesos. Este tema se Press, 1987); Carlos Huneeus (ed.). el pensamiento constructivo acerca
analiza en el trabajo de Guillermo Para I ivir la Democracia de los m o d o s en que las
O'Donnell y Philippe C . Schmitter, (Santiago: Editorial Andante, democracias pueden formarse,
Tentative Conclusions about 1987); James L. Malloy y Mitchell sobrevivir e incluso fortalecerse
Uncertain Transitions, vol. 4 A . Seligson (eds.). Authoritarians frente a la adversidad permanente,
Transitions from Authoritarian and Democrats: The Politics of y a pesar de ésta. Véanse sus notas
Rule (Baltimore: Johns Hopkins Regime Transition in Latin no publicadas «Dilemmas of
University Press, 1986). America (Pittsburgh: University of Democratic Consolidation in Latin
Pisttsburgh Press, 1987); George America», preparadas para la
2. Estas cuestiones han dado lugar A . López y Michael Stohl (eds.). reunión de São Paulo sobre la
a una abundancia de trabajos Liberalization and Consolidación Democrática en
comparados recientes que se han Redemocratization in Latin América latina y Europa
publicado sobre la America (New York: Greenwood meridional. 1986.
democratización en América del Press, 1987); Dieter Nohlen y Aldo
Sur y Europa meridional. Véanse, Solari (eds.), Refirma Política y
4. Véase en particular, Guillermo
por ejemplo, Julian Santamaría Consolidación Democrática
O'Donnell y Philippe C . Schmitter,
(ed.). La transición a la democracia (Caracas: Editorial Nueva
Tentative Conclusions about
en el Sur de Europa y América Sociedad, 1988); y Larry
Uncertain Transitions, vol. 4 del
latina (Madrid: Centro de Diamond, Juan J. Linz y Seymour
estudio citado en la nota 1; A d a m
Investigaciones Sociológicas, Martin Lipset, Democracy in
Przeworski, «Some Problems in
1982); G u y Hermet, Aux frontières Developing Countries, (eds.), 4 vol.
the Study of the Transition to
de la démocratie (Paris: P U F . (Boulder: Lynne Rienner
Democracy», vol. 3 del m i s m o
1983); Geoffrey Pridham (ed.). Publishers, 1988). Benno Galjart y
estudio y ibidem. «Democracy as a
The New Mediterranean Patricio Silva (eds.).
Contingent Outcome of Conflicts»
Democracies (London: Frank Cass, Democratization and the Slate in
en Rune Slagsted y Jon Lister
1984); Fundación Pablo Iglesias, the Southern Cone (Leiden:
(eds.). Constitutionalism and
Caminos de la democracia en C E D L A , 1989).
Democracy (New York: Cambridge
América latina (Madrid: Editorial Los esludios sobre la
University Press, 1989).
Pablo Iglesias. 1984); Isidoro democratización en Europa del
Cheresky y Jacques Chonchol Este están apenas comenzando y
casi todos se refieren a casos 5. Social Origins of Dictatorship
(eds.). Crisis y transformación de
específicos: Jadwiga Staniszkis, and Democracy (Boston: Beacon
los regímenes autoritarios (Buenos
Poland's Self Limiting Revolution Press. 1966), págs. 418-419,
Aires: E U D E B A . 1985); Augusto
(Princeton: Princeton University 423-425.
Varas (ed.). Transición a la
democracia (Santiago de Chile: Press, 1984); «Central and Eastern
European Social Research», 6. Véase Jadwiga Staniszkis. «The
F L A C S O , 1985); Los limites de la
N ú m e r o especial. Social Research, Obsolescence of Solidarity», Telos.
democracia. 2 vol. (Buenos Aires:
vol. 55, n ú m s . 1-2 n u m . 80 (verano 1989), págs.
C L A C S O , 1985); Alain Rouquié.
(primavera-verano, 1988); John 37-50.
Bolivar Lamounier y Jorge
Schvarzer (eds.). Como Renascem Keane (ed.). Civil Society and the
as Democracias (São Paulo: State (London: Verso, 1988); 7. Véase John Weeks, «An
Editora Brasilense. 1985); Alain «Perestroika in Eastern Europe», Interpretation of the Central
Rouquié, La démocratie ou N ú m e r o especial, Telos, n u m . 79 American Crisis», Latin America
l'apprentissage de la vertu (Paris: (primavera 1989). Research Review, vol. X X I , n u m .
Metailie, 1985); Guillermo 3. 1986.
O'Donnell. Philippe Schmitter y
Laurence Whitehead (eds.). 3. Albert Hirschmann ha afirmado 8. Esta es la idea central del
Transitions from Authoritarian incluso que este tipo de análisis de David Levine sobre
Rule, 4 vol. (Baltimore: Johns investigación podría ser Venezuela, que atribuye la
Hopkins University Press, 1986); perniciosa. A su juicio, el hecho de instauración de un régimen
Paul W . Drake y Eduardo Silva sentar condiciones previas democrático a la habilidad y las
(eds.). Elections and estrictas para la democracia, tales artes plásticas de los actores para
Democratization in Latin America, c o m o «el crecimiento dinámico llegar a transacciones. Véase
1980-1985 (San Diego: Center for debe reanudarse, debe mejorarse la «Venezuela since 1958: The
Iberian and Latin American distribución de los ingresos,... los Consolidation of Democratic
partidos políticos deben mostrar Politics», en Juan Liz y Alfred
Modos de transición en América latina, Europa del Sur y Europa del Este 299

Stepan (eds.). The Breakdown of Emergence of Democratic Spain H a v e n : Yale University Press,
Democratic Regimes: Latin and the 'Invention' of a 1971), págs. 1-9.
America (Baltimore: Johns Democratic Tradition»,
Hopkins University Press, 1978). manuscrito no publicado, marzo 19. Sobre estos casos, véase
de 1990, pág. 6. E n otra parte de Charles G . Gillespie, «Uruguay's
9. Véase Terry Lynn Karl. este ensayo, Pérez-Díaz sostiene de Transition from Collégial
«Petroleum and Political Pacts: manera convincente que la mayor Military-Technocratic Rule» en
The Transition to Democracy in parte de los cambios económicos O'Donnell et al., op. cit.. vol. 2;
Venezuela», Latin America y sociales se iniciaron durante el Jonathan Hartlyn, «Democracy in
Research Review, enero 1987, págs. régimen de Franco, y por lo tanto, Colombia: The Politics of Violence
63-94, y Otto Kirschheimer, nunca fueron de carácter tan and Accommodation», en Larry
«Confining Conditions and súbito y simultáneo c o m o ha D i a m o n d , Juan J. Linz y Seymour
Revolutionary Breakthroughs». ocurrido ahora en Europa del Este. Martin Lipset, Democracy in
American Political Science Review, Developing Countries: Latin
59(1965). págs. 964-974. America, vol. 4 (Boulder: Lynne
14. Véase Philippe C . Schmitter,
Rienner Publishers, 1989);
«Liberation by Golpe:
10. Véanse las introducciones Alexander W . Wilde,
Retrospective Thoughts about the
respectivas en los vols. 1 y 2 de G . «Conversations A m o n g
D e m i s e of Authoritarian Rule in
O'Donnell, Ph. Schmitter y Gentlemen: Oligarchical
Portugal», Armed Forces and
Laurecen Whitehead (eds.). Democracy in Colombia» en Juan
Society, vol. 2 , n ú m . I (otoño
Linz y Alfred Stepan (eds.) The
Transitions from A uthoritarian 1975).'
Breakdown of Democratic
Rule, op. cit.
Regimes: Latin America
15. Véase Michel Castex, Un (Baltimore: Johns Hopkins Press,
11. G . O'Donnell y Ph. Schmitter mensonge gros comme le siècle: 1978) y Terry Karl, «Petroleum
(eds.). Tentative Conclusions, op. Roumanie, histoire d'une and Political Pacts: The Transition
cit., pág. 18. manipulation (Paris: Albin Michel, to Democracy in Venezuela», op.
1990); y también «Enigmas of a cit.. vol. 2.
12. Véanse Terry Lynn Karl.
Revolution», The Economist (6 de
«Imposing Consent? Electoralism
enero de 1990).
versus democratization in El 20. Agradecemos a Samuel
Salvador», en Paul W . Drake y Valenzuela esta información.
Eduardo Silva (eds.). Elections and 16. Barrington M o o r e Jr., op. cit..
Véase su Democratización Via
Democratization in Latin America, págs. 426-432.
Reforma: La Expansión del
1980-1985 (San Diego: Center for Sufragio en Chile (Buenos Aires:
Iberian and Latin American 17. Se están produciendo cambios Ediciones IDES, 1985).
Studies, University of California. interesantes tanto en la Nicaragua
1986). págs. 9-36. posrevolucionaria c o m o en 21. H a y pocos estudios sobre la
México. Nicaragua fue el primer dinámica del cambio de régimen
13. Sin embargo, también puede régimen revolucionario de en Costa Rica. Véase Jacobo
tomarse en consideración lo que América latina que convocó Schifter. La fase oculta de la guerra
afirma Víctor Pérez-Díaz en un elecciones nacionales en las que se civil en Costa Rica (San José:
interesante ensayo: «En el lapso de autorizó a participar a varios EDUCA, 1979).
una generación. España se ha partidos. E n 1984, los partidos
transformado en una economía tradicionales Liberal y
22. Incluso en los casos en que los
capitalista moderna, en una Conservador y varios pequeños
militares latinoamericanos
entidad política liberal y partidos izquierdistas compitieron
retuvieron su control sobre la
democrática y en una sociedad con el F S L N y lograron casi el
transición, procedieron
tolerante y pluralista, 35 % de los votos. E n 1990, la sistemáticamente a consultar a los
profundamente secular en lo que U N O , una coalición de catorce partidos políticos civiles. Véase
atañe a la mayoría de los partidos antisandinistas, derrotó a Francis Hagoplan y Scott
problemas económicos y políticos, los sandinistas que hasta ahora han Mainwaring, «Democracy in
y basada en valores que comparten respetado el veredicto de las urnas. Brazil: Origins, Problems and
todos los países de Europa En México, el P R I ha permitido Prospects», World Policy Journal
occidental, ante todo los de la que se desarrolle una oposición (verano 1987), págs. 485-514; y
libertad individual y los derechos m á s amplia a nivel municipal y Manuel Antonio Carretón, «El
h u m a n o s . Esto se produjo de regional, pero las elecciones se Plebiscito de 1988 y la transición a
resultas de una profunda caracterizan aún por numerosas la democracia» (Santiago:
transformación institucional y restricciones, fraudes y violencia a FLACSO, 1988).
cultural de la que la transición a la nivel local.
democracia es sólo un aspecto,
23. Para un análisis de este
aunque decisivo». «The
18. R o b e n Dahl, Polyarchy (New dificilísimo caso, análisis que, sin
300 Terry Lynn Karl y Philippe C. Sehmitler

embargo, no hace hincapié en las W a i s m a n , Reversal of Development O'Donnell. Bureaucratie


condiciones particulares in Argentina (Princeton: Princeton Authoritarianism: Argentina in
imperantes durante los esfuerzos University Press, 1987). U n Comparative Perspective (Berkeley:
sucesivos para cambiar el régimen, análisis pormenorizado de un ciclo University of California Press.
sino en los factores estructurales a específico de esta tendencia 1988).
largo plazo, véase Carlos permanente, figura en Guillermo
Las transiciones de América latina
en el umbral de los años 90

Juan Rial

1. Introducción tarea imposible, vistos los programas diferen-


tes de diversas comunidades académicas. E n
Para quien analiza el caso de las transiciones nuestro caso, creemos que exponer nuestro te-
hacia la democracia que ocurrieron en América m a nos obliga a una visión global y al auxilio de
latina - y m u y especialmente en el Cono Sur y la historia.
Brasil'- desdefinesde los setenta hastafinesde Debemos agregar a esta primera salvaguar-
los ochenta, los cambios registrados en el Este da una segunda. Intentar abarcar en el análisis
europeo en 1989 obligan a ver el proceso en un a toda América latina supone un fuerte ejerci-
marco m á s amplio. cio de abstracción. Es difícil hablar de una área
Actuando c o m o historiadores de un futuro tan extensa y considerarla c o m o una zona ho-
incierto, tratamos de cap- mogénea en lo político, cul-
tar ese presente enflujode tural, económico y social.
Juan Rial, historiador y politólogo. es
acuerdo a una visión com- investigador en el Centro Peitho, Socie- Si nos atenemos exclu-
prensiva. L a situación de dad de Análisis Político. Palacio Salvo. sivamente a las unidades
ignorancia en que nos en- Plaza Independencia 8481. 914, M o n - políticas existentes, hay
tevideo, Uruguay. H a trabajado exten-
contramos nos impulsa a samente el tema de las relaciones cívi- una América latina donde
recorrer esta vía. Esta pos- co-militares y los procesos electorales la integración entre los in-
tura deja de lado los análi- de transición. Su trabajo más reciente dígenas y los descendientes
ha sido c o m o co-editor del libro The mi-
sis m á s fragmentados y en litary and democracy. The future of civil- de los conquistadores aún
cierto m o d o m á s seguros military relations in Latin America (Le- tropieza con fuertes difi-
de procesos parciales que, xington: Lexington Books, 1990). cultades, y donde las luchas
sin embargo, nos sofocan de clase cruzan por proble-
con enorme cantidad de in- mas étnicos y culturales no
formación y diversos inten- resueltos. Existe otra A m é -
tos de análisis que invaria- rica, también, donde en un
blemente terminan en se- territorio vacío se afinca-
ñalar notorias excepciones a un paradigma que ron inmigrantes provenientes de Europa que
infructuosamente se intenta crear. crearon una sociedad en apariencia, al menos,
El riesgo que se corre con una visión que afín a las de sus países de origen. H a y una A m é -
elude la riqueza de cada proceso particular es el rica latina donde se ensayaron modelos socia-
de obscurecer matices y volver a una interpre- listas y otra donde predomina una forma híbri-
tación fácil, aunque árida en sus posibilidades da de economía de mercado con un alto grado
de futuro. de intervención estatal. H a y una América lati-
La historia de la teoría social y política na donde hubo regímenes democráticos esta-
muestra el deseo de conseguir verdades «uni- bles y otra donde la democracia, pese a n u m e -
versales», pero la ciencia social de hoy mayori- rosos intentos, jamás ha llegado a cuajar como
tariamente opera sobre el presente absoluto2. alternativa viable.
Compatibilizar las diversas posiciones es una En una apreciación diferente, que toma en

R I C S 128/Junio 1991
302 Juan Rial

cuenta la estratificación y las clases sociales, En el caso de América latina, las considera-
hay una América latina opulenta, que reside en ciones realizadas por los académicos hasta el
barrios exclusivos de grandes ciudades o fre- presente se centraron casi exclusivamente en el
cuenta enclaves turísticos y otra que vive en cambio de régimen político.
condiciones infrahumanas. La literatura que más abunda sobre el tema
Pese a ello, América latina existe en la per- ha señalado los caminos para la transición a
cepción de gran parte del m u n d o avanzado, es- través de sucesivas etapas9. O ' D o n n e l l y
pecialmente en E E U U 3 , la potencia más impor- Schmitter consideran causa sustancial de la
tante en la región, y también en el deseo ruptura de un régimen el problema de la legiti-
manifiesto de gran parte de las élites ilustradas mación del mismo. Aunque un régimen dicta-
de estos países. Y , pese a todas las diferencias, torial puede resistir m á s tiempo a una crisis de
casi todos los países de la región se vieron so- legitimidad, finalmente, se erosiona. E n ese
metidos a los altos grados de incertidumbre4 marco se produce una ruptura dentro del régi-
que caracterizan el cambio de un régimen polí- m e n entre los «duros» y los «blandos»10, cuyo
tico hacia otro, en un proceso que se inicia en contexto varía en cada circunstancia. O ' D o n -
1979, con los procesos de Ecuador y Perú, y nell señala que a esa división corresponde otra
que aún no ha culminado, puesto que la agenda dentro de la oposición que surge entre « m o d e -
paraguaya, mejicana y centroamericana sigue rados» y «radicales». En esta oposición se pue-
abierta. de distinguir un sector «oportunista» que se ad-
hiere a ella para posicionarse mejor en el juego
político futuro y quienes lo hacen por convic-
2. La (re)democratización ción".
de América latina en un marco O'Donnell & Schmitter subrayan la impor-
comprehensivo tancia del contexto en que se produce la apertu-
ra del escenario político, señalando las varia-
Si utilizamos con fines expositivos una concep- ciones entre procesos de origen interno y
tualización de tipo total5, c o m o la acuñada por externo y acentuando la importancia del legado
Braudel<\ referida a la larga duración, podría- preautoritario.
m o s decir que el movimiento de transición ha- A partir de la escisión se producen procesos
cia la democracia en América latina durante los de liberalization, acerca de cuyo alcance la discu-
años setenta y ochenta fue parte de un proceso sión entre los académicos continúa. Algunos re-
mayor de democratización que abarcó zonas marcan el carácter de concesiones que tienen es-
periféricas del m u n d o avanzado 7 , el «segundo tos procesos12, otros señalan el (re)surgimiento
m u n d o » socialista" y una parte importante del de organizaciones de la sociedad civil11 que pre-
Tercer M u n d o . E n todos los casos se trata de sionan sobre el régimen c o m o etapa fundamental
zonas que pueden ser catalogadas c o m o perte- en el avance hacia el cambio de régimen.
necientes a la tradición cultural occidental o Sin embargo, aunque la espectacularidad de
que, al menos, se hallan bajo su esfera de in- la movilización de sectores de masa puede ser
fluencia. m u y visible, es discutible su eficacia para ins-
N o queda claro hasta el presente c ó m o inter- trumentar la salida y el nuevo régimen que lo
pretar este movimiento: ¿se trata de una de las sucederá.
etapas del proceso de triunfo del modelo de la Casi todos los estudios señalan caminos di-
economía de mercado sobre la planificada cen- versos para la transición, pero todos apuntan a
tralmente? ¿Constituye una forma de expresar el las variantes de pacto que pueden alcanzarse
deseo de gran parte de los habitantes de esas zo- entre los «blandos» del régimen dictatorial y
nas de acceder a formas de vida de acuerdo a las los «moderados» de la oposición, explícitos o
pautas de consumo que promueven los medios no, que conducen al cambio efectivo del régi-
de comunicación electrónicos de los países m e n . U n a acción de élite da origen a un sistema
avanzados? ¿Forma parte de un cambio en la representativo con una participación reglada
cultura política en la que predominan nueva- de la masa ciudadana14.
mente argumentos morales de diverso cuño? El proceso debe conducir a elecciones y a la
Hasta el presente, sólo nos es posible constatar instauración de un sistema de partidos políti-
la existencia del fenómeno político. cos competitivo.
Las transiciones de America launa en el umbral de los años 90 303

C o n la elección a la Presidencia, en noviembre de 1984, de Julio María Sanguinetti. la democracia regresó a Uru-
guay, tras 11 años de violenta dictadura militar. Wolimunn/Gamma.

U n punto importante, pocas veces analizado, respeto a los derechos individuales y los ciuda-
es el papel de las presiones internacionales. L a w - danos, b) el de imposición de formas de econo-
rence Whitehead apuntó la importancia de la mía de mercado m á s «puras», menos controla-
promoción de la democracia c o m o un valor su- das por el estado, que s u p o n e el fin de
perior, tanto moral c o m o prácticamente15. El regulaciones y planificaciones, tanto las de ca-
punto se conecta con las nuevas formas de in- rácter indicativo c o m o las obligatorias, y la pér-
fluencia por las que compitieron grupos diversos, dida del papel dominante del estado c o m o
desde las Internacionales partidarias de base eu- agente económico, en su calidad de dueño de
ropea a la diplomacia de los E E U U para ganar empresas y c) un proceso de construcción o re-
nueva influencia en un nuevo contexto. En gene- construcción de la democracia, entendiendo
ral, en las tipologías sobre la transición no se in- por tal exclusivamente una poliarquía, es decir,
cluyó el análisis de esta influencia que, en algu- restringiendo la definición del término a los as-
nos países, resultó determinante y en otros pectos políticos16, de acuerdo a la formulación
aportó un empuje importante hacia el cambio. realizada por Dahl 17 .
Se trata de un régimen político donde el go-
bierno debe ser responsable frente a los ciuda-
3. Una visión de la transición danos por sus preferencias, considerándolos
a la democracia en América latina políticamente iguales. En él, los ciudadanos tie-
nen oportunidad de formular sus preferencias y
El proceso de transición a la democracia en expresarlas a los otros ciudadanos, lo que im-
América latina se basó en tres grandes movi- plica libertad de expresión, de reunión y orga-
mientos: a) el de liberalización, que impone el nización, de votar y competir por cargos electi-
304 Juan Rial

vos en elecciones limpias, de ser elegido. Esta menes con tendencias favorables a la reforma
visión «restrictiva» de la democracia ha sido social.
formulada a partir de una visión «optimista» Las dificultades de quienes optaron por un
del contrato social. Esta versión elude el pesi- modelo socialista, planificador, fueron de dos
m i s m o de la propuesta por Schumpeter que se- tipos. Por un lado, las propias de todo régimen
ñala que el método democrático es un arreglo de este tipo que debía enfrentar un m u n d o don-
institucional para arribar a decisiones políticas de las corrientes del mercado condenaban a la
por medio de una competencia electoral que marginalidad este tipo de experiencia. Por el
otorgue poder de decidir"*, evitando la situa- otro, el hecho de que la conducción del proceso
ción de guerra que caracterizaría a la política era militar. Ello provocó inquietudes en una
desnuda, previa a un «contrato social»1''. corporación que se negó a dar el salto hacia una
Estas definiciones dejan de lado la idea de fuerza de partido que encarnase un proyecto
democracia social o «sustantiva» que permeó que negaba su tradición de fuerza nacional na-
gran parte del discurso de la izquierda en los cida con la creación del estado.
años sesenta y puso en peligro las conquistas de Los que promovieron regímenes conserva-
la democracia política en buena parte de los paí- dores, aunque refundantes, chocaron con u n
ses del tercer m u n d o y especialmente en Améri- problema de legitimidad. La misma dependía
ca latina. La premisa que subyacía al concepto de una justificación de la democracia, único
de democracia sustantiva, tal como era formula- marco posible a aceptar en América latina, pese
do en la época, era que de nada valía la libertad a todas las tachas y restas que en la práctica se
burguesa para las masas oprimidas. le impusieran.
Precisamente, el contexto del proceso de Tenían por lo tanto el carácter de dictadu-
caída de la democracia en estas latitudes fue el ras comisariales21 en las cuales si bien las nor-
resultado de una confrontación entre dos pro- mas de derecho público eran constantemente
puestas. La derrotada llevaba a un proceso de violentadas, resultaba difícil sustituirlas por un
transición hacia el socialismo, hacia la imposi- nuevo orden con vocación de estabilidad24.
ción de un sistema centralizado de planifica- C o m o ocurre con toda dictadura comisa-
ción socioeconómica y de imposición de for- rial, las latinoamericanas fueron agotándose en
m a s políticas técnico burocráticas apoyadas en el cumplimiento de sus metas de diversas m a -
estructuras policíacas. neras. Al restaurar el orden público, aunque
El intento de «subvertir» las áreas periféri- fuese a costa de fuerte represión y exclusión,
cas bajo control del otro sistema, o de ganarle cumplían uno de sus objetivos primordiales. El
nuevos adeptos pareció favorecer a los partida- segundo, mucho m á s difícil de lograr, fue poner
rios del socialismo especialmente durante los en marcha un proceso de desarrollo económi-
años sesenta. co. A u n q u e fue buscado por todos los regíme-
El referente y el fantasma de la revolución nes, sólo algunos pudieron mostrar cierto éxito
cubana, por un lado, y la continua acción de en su gestión.
movimientos guerrilleros, por el otro, pusieron La salida de la situación autoritaria, pro-
en cuestión a la «democracia burguesa», consi- ducto del agotamiento de las metas de la dicta-
derada una fachada opresora. dura, suponía el paso a alguna forma de régi-
La respuesta ante estas propuestas socialis- m e n estable, fuera éste de tipo dictatorial o de
tas asumió la forma de regímenes autoritarios conformación pluralista.
que, sin embargo, tuvieron graves dificultades Salvo en el caso de Nicaragua, al menos en
en conformarse en regímenes fundadores de una primera instancia, en el resto de la región
una nueva fórmula política20. todos los procesos llevaron a formas de transi-
E n América del Sur se ensayaron alternati- ción democrática.
vas a la izquierda, con el septenato presidido El problema citado de la legitimidad del ré-
por el general Velazco Alvarado21 en Perú, y en gimen posible fue uno de los que condicionó al
Chile, con un perfil conservador en lo político, proceso. La segunda guerra mundial clausuró
bajo el general Pinochet2-. c o m o posibles las opciones por el corporativis-
E n América Central la junta Salvadoreña de m o del tipo franquista o variantes del fascismo
1978 y el gobierno de López Arellano en H o n - c o m o fórmula política aceptable en el m u n d o
duras también constituyen un ejemplo de regí- occidental.
Las transiciones de América latina en el umbral de los años 90 305

C a m p a ñ a presidencial en Perú, en 1990: contra lodo pronóstico. Alberto Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses,
venció al candidato favorito, el célebre novelista Mario Vargas Llosa. Giiabcrt/cosmos.

Por otra parte, para las fuerzas militares, liberales. E n un m o m e n t o donde la situación
principales negociadores o al menos implica- económica en el continente podía ser evaluada
dos en el proceso c o m o parte saliente, el marco diferencialmente para cada país, aunque para
democrático en su acepción restrictiva resulta- las clases subalternas pudiera considerarse co-
ba aceptable. Desde los procesos de indepen- m o desfavorable, había un punto que fácilmen-
dencia del siglo pasado, todos los estados de te permitía movilizar a sectores importantes de
América latina han asumido una forma repu- la población y concitar apoyos exteriores que
blicana, democrática y representativa que, si no podían desatenderse. La cuestión sustancial
bien en la práctica no funcionó de acuerdo con del sentido ético de la política pasó en América
las previsiones constitucionales, fue la acepta- latina por la defensa de los derechos h u m a -
da por todos los actores políticos relevantes. nos 26 .
Las fuerzas armadas de la región son herederas Este tema muestra, en otra forma, un punto
de este marco y pueden ajustarse a él sin violen- que debe considerarse sustancial para entender
tar su ideología orgánica y su tradición. las transiciones y que la literatura sobre estos
En tercer término, un punto m u y relevante procesos no ha señalado adecuadamente: se
al que la literatura casi no ha prestado aten- trata de procesos donde la influencia del a m -
ción, tuvo un papel importante. El creciente biente internacional ha sido determinante, tal
grado de «etización»25 de la política puso a los c o m o aconteció con las democratizaciones eu-
regímenes dictatoriales en la m u y incómoda ropeas de 1945 al fin de la segunda guerra m u n -
posición de no poder defender públicamente dial27.
una política basada en la represión m á s o m e - En América central la influencia de E E U U
nos constante y en la supresión de las garantías ha sido determinante de muchos de los proce-
306 Juan Rial

sos políticos recientes en los países de esa zona. bajo, debido a situaciones de violencia o guerra
E n cambio, en el sur del continente es menos civil, b. N o hubo cambios sustanciales en la si-
notoria. También importa señalar la presencia tuación de México, c. E n Argentina y Bolivia
europea, especialmente las de las internaciona- no hubo pactos dada la forma de salida de las
les socialdemócrata y democristiana, tanto a fuerzas militares, d. N o es aplicable a México,
través de sus órganos políticos c o m o de los de P a n a m á y Paraguay por diferentes razones, e.
cooperación técnica y universitaria. Si bien hubo problemas para su instrumenta-
Finalmente debe citarse el papel de los inte- ción en países con guerra civil c o m o El Salva-
lectuales en la promoción de la democracia. En dor y restricciones en otros c o m o Guatemala, o
los años sesenta ese sector conformó una intel- «vetos» implícitos en casos c o m o los de Uru-
ligentzia contestataria dispuesta a apoyar las guay en 1984 o Chile en 1988, pueden conside-
experiencias de imponer un sistema socioeco- rarse razonablemente competitivas. / N o lo
nómico socialista. Luego de la experiencia au- fueron aún en México y Paraguay, aunque en
toritaria, a mediados de los años setenta, una este último país es m u y probable que las próxi-
buena parte de la comunidad, especialmente la m a s a realizarse ya tengan ese carácter, g. N o es
brasileña y la del cono sur, adoptó otra acti- aplicable a Panamá. /;. Situamos aquí a Bolivia,
tud2". Dejó de lado esa inquietud y pasó a pro- aunque sin violentar el criterio de clasificación
mover el mito democrático29. se la puede incluir entre las fuerzas con autono-
mía. /. N o es aplicable al caso de México y Pa-
namá.
4. Los procesos El cambio de régimen, o sea de la ideología,
valores y creencias dominantes, por un lado, de
Este conjunto de influencias se manifestó de las reglas de juego, la estructura decisional y de
forma diversa en cada uno de los países de la ejecución y control33, por el otro, asumió for-
región. m a s pactadas en muchos de los casos entre titu-
D e los tópicos señalados en la literatura so- lares de un gobierno dictatorial considerado
bre transiciones c o m o pasos normales, esto es, ilegítimo y u n a oposición «democrática».
procesos de liberalización, realización de pactos Otras formas de apertura tuvieron su impulso
de salida y elecciones, la mayoría de los países desde dentro del régimen. Fueron y son, por lo
de América latina muestra que la tipología pare- general, lentas ya que necesitan crear una con-
ce adecuada30. En cambio, esa literatura no pre- trapartida con la cual llegar a arreglos tras la
vio el alto grado de autonomía que podrían retirada del actor principal del régimen dictato-
mantener las instituciones militares tras la tran- rial.
sición31. N o nos hemos referido a la existencia o El cambio de valores fue relativamente m á s
no de un cisma en la élite autoritaria dado que simple dado que la mayoría de los regímenes
estos cismas, cuando se producen, responden a dictatoriales aceptaban c o m o fundamento la
características tan diversas que la mera consta- existencia de un régimen democrático aunque
tación de su presencia no agrega nada sustancial fuese tan restrictivo que asumiese la forma de
al análisis de la situación32. El cuadro que sigue democradura34.
resume lo acontecido en la región. E n cuanto a normas y estructuras, la necesi-
dad y amplitud de los ajustes dependió de cada
No No país. Algunas de las dictaduras llegaron a esti-
Proceso Cumplido cumplido aplicable pular marcos constitucionales y legales que
contradecían notoriamente la posibilidad de
Liberalización 13a lb establecer una democracia plena. Esto obligó a
Pacto/acuerdo 9 2C 3d acomodamientos entre las élites para superar la
e f
Elecciones libres II 2 Ie situación. En muchos casos supuso una nego-
A u t o n o m í a de las ciación y la adopción de nuevos marcos jurídi-
fuerzas armadas 11 lh 21 cos35.
En cuanto a la nueva estructura de autori-
a. Tenemos en cuenta que en muchos de los dad, el punto sustancial pasó por decidir cuan-
países el alcance efectivo de la liberalización es to poder podían retener los mandos militares,
independientemente de los arreglos jurídicos
Las transiciones de América latina en el umbral de los años 90 307

formales que se realizaran. En algunos casos, la adoptar diversos modelos. En algunos casos se
norma constitucional permite a la fuerza arma- continuó las pautas del régimen autoritario.
da una injerencia fuerte, c o m o se indica en la Ello ocurrió en aquellos países donde el régi-
actual Constitución de Chile o en la brasileña36. m e n fue exitoso o donde creó mecanismos que
En la mayoría de los países, la norma legal indi- hacían aconsejable continuar, en un marco de-
ca que las F F A A son una institución subordi- mocrático, con las rutinas establecidas ante-
nada de acuerdo con las pautas normales de un riormente. Brasil y Chile son buenos ejemplos.
país de cuño liberal. Sin embargo, en los he- En otros casos se trataba de crear esa estruc-
chos, retienen poder real, sea bajo la forma de tura, dado que hasta el presente no existía, co-
veto o amenaza de interponerlo, o por su ac- m o es el caso de los regímenes que salen de si-
ción directa en control de zonas del territorio tuaciones patrimonialistas: Paraguay y
donde constituyen la única presencia relevante Panamá 4 1 . Otro caso es el de Nicaragua. La sa-
del estado. lida del régimen prebendario de S o m o z a en
Así, en países con zonas de violencia endé- 1979 se hizo hacia un régimen que tendía al
mica c o m o Guatemala, El Salvador. Colombia socialismo y la nueva transición iniciada en
y Perú, la única autoridad estatal con presencia 1990 obliga a una nueva acomodación. En El
nacional es la Fuerza Armada. Aunque puede Salvador y en Guatemala la permanencia du-
haber también efectivos policiales, normal- rante largo lapso de regímenes militares o apo-
mente están subordinados, de hecho y a veces yados por los militares hacen que la estructura
también de derecho, a los anteriores. de autoridad pase en buena medida por la aten-
En otros, marcan con su presencia límites a ción constante de las demandas de los jefes de
la acción de cualquier gobierno democrático esa institución.
sea por la vía de oposiciones a las revisiones del Sólo en Uruguay podemos referir un caso
pasado37, o por vetos o amenazas de ejercerlo si de restauración de viejas prácticas, correspon-
es que se decide alterar el acuerdo fundamental diente a un proceso que tiene por referente al
básico. Estos límites delimitan el siguiente pasado. En Argentina, aunque también se in-
campo de supuestos con el que debe trabajar tentó esta vuelta al pasado, las referencias eran
cualquier gobierno democrático de la zona: a) tan lejanas que, de hecho, hubo que adoptar
el sistema socioeconómico imperante se basará pautas seguidas por las administraciones ante-
en el funcionamiento del mercado, aunque la riores.
forma concreta suponga restricciones fuertes a En algunos casos, el cambio de régimen po-
este principio; b) el régimen político será libe- lítico implica cambios sustanciales en el siste-
ral; c) el gobierno impedirá toda alteración sus- m a político. Sin embargo, estas modificaciones
tancial del orden público38; d) los líderes políti- pueden resultar difíciles de percibir.
cos q u e conducen el proceso seguirán El cambio de régimen supone el manteni-
manifestando adhesión a los principios de occi- miento de los mismos actores políticos previa-
dente39 y e) la fuerza mantendrá fuerte autono- mente constituidos, salvo que la situación obli-
mía dentro del estado40. gue a constituir nuevos o que otros efectúen
La autonomía implica la inexistencia de una transformación42. Los casos m á s interesan-
controles efectivos por parte de autoridades es- tes a citar de cambio de sistema están en curso
tatales sobre la fuerza, tanto a nivel guberna- de procesarse y su resultado es notoriamente
mental c o m o parlamentario. E n la práctica, incierto. Se trata de México y Nicaragua.
ello supone que las normas de regulación de la En el primer país está en marcha la transfor-
carrera profesional, la socialización militar, los mación de un régimen autoritario de partido
sistemas de ascenso, el uso de los recursos obte- hegemónico mediante un proceso de liberaliza-
nidos del presupuesto estatal, la determinación ción que permite la emergencia de nuevos acto-
de doctrinas de empleo de la fuerza, son decidi- res, a través de un proceso controlado «desde
das por la corporación de oficiales, a través de arriba» por la élite del PRI (Partido Revolucio-
sus mandos, sin que medie intervención civil nario Institucionalizado) y debe pasar por un
relevante. Asimismo, se llega a un acuerdo que proceso de reforma que imponga contiendas
supone una participación m á s o menos estable electorales limpias, que elimine las prácticas
en el presupuesto estatal. fraudulentas habituales43. En este marco, im-
La nueva estructura de autoridad puede porta la presión que pueda ejercer E E U U y el
308 Juan Rial

desempeño de otras fuerzas partidarias en ad- presidente, c o m o el Dr. Carlos M e n e m , electo


ministraciones estatales, por ejemplo la del presidente de Argentina en 1989. En el mismo
partido de Acción Nacional en Baja Califor- año, Fernando Collor de Mello, un joven políti-
nia. co sin apoyo de las máquinas partidarias exis-
E n todos los casos, sin embargo, es necesa- tentes, conquistó la presidencia de Brasil. Al-
rio resaltar el hecho que el papel principal en la berto Fujimori, un ex-académico, hijo de
transición fue desempeñado por los partidos emigrantes japoneses, compitió con el novelis-
políticos y en muchos casos, lo que es m á s im- ta Mario Vargas Llosa. A m b o s carecían de an-
portante, un reducido número de dirigentes tecedentes c o m o integrantes de la clase política
que llevaron a cabo negociaciones previas o para la presidencia de Perú.
posteriores al cambio de régimen. En algunos
casos el sistema de partidos parece restaurado,
c o m o en el Cono Sur (Argentina, Chile, Uru- 5. Los resultados
guay)44.
Sin embargo, tras esa apariencia de restau- Los procesos han conducido a formas de go-
ración hay reformas profundas. En el peronis- bierno democrático que no son asimilables a
m o argentino se ha registrado un retroceso no- las de los países que han servido de modelo pa-
torio del poder de los dirigentes sindicales en el ra el cambio. Se han producido elecciones de
conjunto del movimiento. En Chile y Uruguay diverso nivel en todos los países considerados.
la izquierda ha abandonado el radicalismo Bolivia, Honduras. Ecuador y Perú ya registran
para tomar un camino de «integración nega- tres administraciones democráticas. Argenti-
tiva»45. na, Brasil. El Salvador y Uruguay, dos. Están
E n otros países se registran alianzas entre recorriendo la primera Chile y Paraguay. Méxi-
sectores opositores que previamente se situa- co, Nicaragua y P a n a m á presentan situaciones
ban en los extremos, c o m o en Bolivia. En Brasil diferentes. La continuidad electoral de México
el sistema partidario se recrea constantemente dificulta la clasificación. E n Nicaragua, en
en cada coyuntura electoral. 1984, hubo elecciones en un marco de guerra
E n los países de América central el sistema civil. En Panamá se tomó c o m o resultado elec-
partidario tiene un formato mixto, mezclando toral el de comienzos de 1989, desconocido por
partidos de tipo democristiano o socialdemó- el general Antonio Noriega.
crata con otros de tipo tradicional. El resultado señala una clara permanencia
N o hay casi posibilidad de ejercer compara- de los regímenes. Esta constatación es tanto
ciones que tengan utilidad. Estos sistemas fun- m á s importante si se tienen en cuenta los pro-
cionan a un nivel local, con escaso nivel de con- blemas económicos notorios que condujeron a
tacto entre los países, salvo para los partidos procesos hiperinflacionarios en Argentina, Bo-
con afiliación internacional. livia, Brasil y Perú; las acciones de violencia de
Sin embargo, hay que decir que los partidos diverso tipo, en El Salvador, Guatemala y Perú
tienen mucho menos relevancia que en los paí- en gran escala y en menor medida en muchos
ses del primer m u n d o . Su capacidad de articu- otros de los países de la región; las rebeliones
lar intereses es notoriamente más baja y su des- militares registradas en Argentina, Ecuador y
empeño en los parlamentos en regímenes de Guatemala; así c o m o la violencia social que
tipo presidencial, donde las decisiones predo- azota a muchos de ellos.
minantes se concentran en el ejecutivo y el con- E n estos momentos no hay condiciones pa-
trol del Congreso es más espectacular que efi- ra la formación de una coalición de civiles y
ciente. militares que esté dispuesta a llevar adelante
E n una primera instancia, los liderazgos de un régimen autoritario.
los partidos que ganaron las elecciones tienden Los programas de gobierno que casi todos
a ser moderados y a apoyarse en sus estructuras los países de la región han puesto en práctica,
partidarias. En una segunda instancia, han apa- en algunos casos luego de la segunda adminis-
recido liderazgos independientes que se han tración democrática, son del m i s m o tipo. Las
apoyado directamente en los electores. Algunos políticas públicas en los ámbitos económico y
cultivaron una imagen de transgresores respec- social implican una reforma del estado que
to a las convenciones sobre quién puede ser tiende a desregularizar un número importante
Las transiciones de América latina en el umbral de los años 90 309

Santiago de Chile, 1983: la democracia bajo las botas de los militares. Abbas/Ma

de actividades sometidas a su control, privati- donde imperan situaciones de violencia, espe-


zar empresas y bajar el nivel de prestación efec- cialmente en América central.
tiva del estado de bienestar. Si bien esto provo- El breve resumen efectuado indica que la
ca protestas en la izquierda política y se vuelta a la construcción de la democracia ha
proclama el deseo de implementar modelos sobrevivido pese a la fragilidad de estos regí-
que alivien la situación de las clases subalter- menes y de un contexto desfavorable para la
nas, no hay ninguna propuesta alternativa que mayoría de los países de la región. Estos regí-
tenga aún carácter operacional46. menes han proporcionado garantías a los dere-
Las amenazas de un posible quebramiento chos, pero no hay un estado de satisfacción en
del «buen orden» identificado con un cambio la población, especialmente en las capas m e -
de sistema económico y social parecen contro- dias de la región. Se había depositado demasia-
lables47. Los mecanismos de represión se en- da esperanza en que un cambio en los aspectos
cuentran respaldados, explícita o implícita- políticos influiría también en la vida cotidiana
mente, por los gobiernos elegidos, por lo cual elevando el nivel y la calidad de vida49.
no hay un riesgo inmediato de ruptura de la El planteo excesivamente racional que
institucionalidad. acompañó a la (re)construcción de la democra-
Las situaciones de violencia social o políti- cia es adecuado para los sectores de clase media
ca limitan el alcance del estado de derecho48 en que obtienen bienes políticos en un m o m e n t o
muchos de los países de la región. en que no pueden obtener otra cosa de los esta-
Se respeta, en general, el pluralismo políti- dos débiles y empobrecidos de la región. A u n -
co. Sin embargo, también hay que tener en que los sectores de las clases subalternas tam-
cuenta las restricciones al m i s m o en países bién han sufrido las consecuencias del
310 Juan Rial

autoritarismo, aun en regímenes democráticos nos de los que nos parecen m á s relevantes:
deben sufrir exclusiones y vejaciones constan- E n las dos zonas hay un predominio mani-
tes, por lo cual un cambio de régimen no signi- fiesto del Estado c o m o ordenador de la vida
fica tanto para ellas. U n a masa importante de económica y social por sobre las instituciones
trabajadores, desempleados, cuentapropistas privadas surgidas de la sociedad. Este hecho
esperaba que con el nuevo régimen se reinicia- hace que, para la masa de la población, las solu-
ra una política distributiva. ciones deben venir desde los administradores
Esto no se ha dado y ha conducido a la des- del estado y no ser producto de un esfuerzo de
confianza y el desprestigio de las clases políti- auto-organización que haga depender m e n o s
cas de la región. D e ahí la aparición de lideraz- de ese gran aparato el cambio del sistema so-
gos independientes y el reclamo de esperanza cioeconómico.
por parte de los sectores populares50. Aunque en América latina la economía de
El resultado de las transiciones ha conduci- mercado ha predominado, su funcionamiento
do a una situación ambigua, «incómoda» para se ha visto notoriamente restringido por un in-
los analistas. Philippe Schmitter bautizó el pro- tervencionismo estatal fuerte. Este se manifies-
ductofinalde las transiciones «regímenes par- ta por una presencia fuerte en la actividad eco-
ciales». Otros, c o m o Atilio Borón, han usado la nómica a través de empresas públicas, por
metáfora de «situación Weimar». regulaciones, por subsidios y protecciones
Ello no significa que el pronóstico sea el re- arancelarias que hacen que los sectores empre-
torno hacia formas fascistas. Solamente quere- sariales sean débiles y estatalistas. En los países
m o s decir que la incerteza respecto al futuro es del Este la planificación ha hecho depender a
alta y que la estabilidad no parece fácilmente los encargados de la producción de decisiones
alcanzable. En este sentido, podemos hablar de tomadas también a nivel del estado.
una situación abierta, en la que diversos cami- Las formas de estado de bienestar implanta-
nos parecen posibles y diversos desenlaces das en algunos países de América latina, espe-
igualmente plausibles. E n los años treinta las cialmente los del Río de la Plata, favorecieron a
salidas a la crisis fueron tanto el experimento los sectores medios m u c h o m á s que a los subal-
nazi, c o m o el New Deal. Para los países de la ternos. Son estos sectores medios los que m á s
región, el problema radica en que esperan una resisten un cambio que suponga la pérdida de
orientación del exterior y sus iniciativas locales la protección estatal. Al m i s m o tiempo, ellos
o conjuntas sólo son de alcance limitado. son los mismos que desean acceder a un nivel
de consumo más alto, lo cual implica una eco-
nomía de mercado m á s abierta. Muchos de los
6. Retomando una perspectiva sectores medios de los países del este europeo
global están en una situación similar, al querer lo m e -
jor de dos sistemas, intentando evitar pagar los
La perspectiva de un proceso de larga duración costos y riesgos inherentes a cada uno de ellos.
sólo puede realizarse efectivamente cuando el La nueva situación en el este, especialmente
transcurso temporal tiene ese carácter. Por el en la U R S S , lleva a que las fuerzas militares
m o m e n t o nos encontramos con una nueva fase dejen de ser fuerzas de partido. Deben conver-
del m i s m o que se está produciendo en los paí- tirse en fuerzas nacionales. E n Nicaragua se es-
ses del Este europeo. Hasta el presente, no se tá produciendo un proceso de este tipo. C u a n -
realizaron por parte de los académicos compa- do una fuerza armada se ve forzada a servir a
raciones entre esos procesos y los de América un régimen del que desconfía políticamente,
latina, tal c o m o se dieron en esta última región actúa con lealtad funcional, pero a los efectos
tomando c o m o referente a casos de la Europa de asegurarse su supervivencia c o m o corpora-
mediterránea. ción busca una situación de autonomía, c o m o
El modelo de referencia para el Este euro- la que hemos señalado m á s arriba. En América
peo no es el Tercer M u n d o sino el avanzado. latina, este fenómeno se ha dado ante los proce-
Sin embargo, muchos de los problemas con que sos de democratización en América del Sur, pe-
se enfrentan en el Este también se han presen- ro también, con un signo inverso, en el citado
tado en América latina. caso de Nicaragua. N o sería extraño ver reco-
A manera de conclusión planteamos algu- rrer un camino similar a la fuerza militar sovié-
Las transiciones de A marica lal i na en el umbral de los años 90 311

tica51. Si se tiene en cuenta que ésta es deposita- Esta visión global que hemos buscado nos ha
ria de un arsenal nuclear capaz de hacer desa- hecho perder matices, pero si apunta a ver desde
parecer a la humanidad, el punto tiene una re- otro punto de vista un proceso incierto que está
levancia sustancial. lejos de cerrarse ha logrado su objetivo.

Notas

1. Existe una bibliografía nutrida ámbitos intelectuales. André Brasudel logre presentarnos
sobre estos casos, comparándolos Siegfried en L'Amérique Ibérique elementos, contradicciones,
con los procesos de América latina, (París: Gallimard, 1938) señalaba complejidades, paradojas, nos da
especialmente los del C o n o Sur y «...que se deben explicar los países una suma de teorías que no
Brasil. Solamente citaremos particulares en función del constituyen ninguna. Al respecto,
algunos de los trabajos más continente al que pertenecen: así se ver Charles Tilly, Big structures,
relevantes. Enrique Baloyra, ed.. descubren... puntos de vista large processes, huge comparisons.
Comparing New Democracies: generales...» (pág. 2). N e w York: Russell Sage
Transition and Consolidation in Los E E U U en cambio han visto a Foundation, 1984, pp. 65-74.
Mediterranean Europe and the América latina c o m o unidad
Southern Cone. Boulder: Westwiev fundamentalmente a través de los 6. Nos referimos al concepto de
Press, 1987; G u y Hermet. intereses políticos y de la acción de historia de larga duración de
«Riflessioni per lo studio della su diplomacia y su fuerza militar, Ferdinand Braudel referido a
democrazia "octroyée"» en Teoria aunque casi siempre teñida por la procesos de largo alcance cuya
Politica 2(1), 1986 pp. 49-71; primacía del contacto con México, identificación parte de la
Arend Liphart, «The Southern el Caribe y América Central. Para observación de regularidades y
European Examples of una versión comprehensiva eventos que apuntan hacia una
Democratization: Six Lessons for reciente ver el libro de Alain m i s m a dirección. Ver «Histoire et
Latin America» en Government Rouquié, Amérique Latine. Sciences Sociales. L a longe durée»
and Opposition 25( 1), Winter Introduction à ¡'Extreme-Occident en Annales E.S.C. n ú m . 4 oct.-dec,
(Paris: Ed. D u Seuil, 1987), 1958, Débats et Combats,
1990, pp. 68-84; Dieter Nohlen,
traducido al español por Emecé en
«¿Más democracia en América pág. 725-753.
Buenos Aires en 1990.
latina? Democratización y
consolidación de la democracia en 7. Nos referimos a las transiciones
una perspectiva comparada» en 4. Guillermo O'Donnell y de los años setenta en Portugal
Síntesis, n ú m . 6, Madrid: Philippe C . Schmitter comienzan ( 1974-76), España ( 1975-81 ) y
setiembre-diciembre de 1988, su volumen de conclusiones con un Grecia (1974-75), a laque podría
pp. 37-63; Guillermo O'Donnell. capítulo denominado adicionarse el constante esfuerzo
Philippe C . Schmitter & Laurence «Introduciendo Incerteza». Ver al de transición que se realiza en
Whitehead, eds., Transitions from respecto Tentative Conclusions Turquía, a partir de la restauración
Authoritarian Rule. Baltimore: The about Uncertain Democracies, controlada del régimen
Johns Hopkins University Press, Baltimore: The Johns Hopkins representativo (1983-85).
1986, y Julián Santamaría, comp.. University Press, 1986; A d a m
Transición a la democracia en el Przeworski apunta en la misma 8. Casi no hay trabajos
sur de Europa y America latina. dirección en «Democracy as a académicos disponibles sobre el
Madrid: Centro de Investigaciones Contingent O u t c o m e of Conflicts», proceso. Podemos citar el de Ivan
Sociológicas, 1981. en Jon Elster, ed., Szelenyi referido a los procesos de
Conslitucionalism and Democracy. presión sobre los aparatos
2. Ver Agnes Heller «Sociology as (Cambridge: Cambridge burocráticos heredados del
the defetishisation of Modernity» University Press, pp. 55-80) stalinismo que llevaron a una
en Martin Albrow & Elizabeth artículo que la revista brasileña «revolución silenciosa» desde
King: Globalization, knowledge Estudios CEBRAP tradujo c o m o abajo por parte de grupos
« A m a la incerteza y serás subordinados que se apoyaron en
and Society (London: Sage Press,
democrático». viejos hábitos. (Ver Socialist
1990), pág. 35.
Enterpreneurs: Embourgeoisement
3. E n el pasado, los franceses 5. Señalamos que es de tipo in Rural Hungary, Madison:
tuvieron una mayor influencia en expositivo en razón de los riesgos University of Wisconsin Press,
la parte sur del continente y en que supone una modelización de 1988), y el de Edward Comisso,
Brasil, especialmente en los tipo total que aunque c o m o «Where have we been and where
312 Juan Rial

are w e going? Analyzing the 1970, pp. 356) señala: «la decisión independencia), la reformulación
politics of Socialism in the 1990s», en favor de la democracia resulta interna, la instalación monitoreada
paper presented at Midwest de un intercambio entre diversas desde el exterior, c o m o el caso de
Political Science Association in fuerzas. D a d o que deben Alemania y Japón tras la segunda
Chicago, m a y o 14, 1989. negociarse alcances precisos de las guerra mundial y la que inicia un
decisiones a tomar y se deben régimen autoritario. Dentro de
9. Nuevamente debemos señalar correr fuertes riesgos respecto al esta última distingue si el liderazgo
las dificultades que supone utilizar futuro un círculo m u y pequeño de es de carácter civil o militar.
un modelo de etapas que líderes es probable que juegue un Dentro de la institución militar
difícilmente tiene en cuenta, papel desproporcionadamente distingue los casos del gobierno
influencias internacionales que alto». apoyado por los militares del
hacen diferir cada proceso a nivel gobierno institucional de esta
de estado, inercias históricas que 13. U n a buena parte de la corporación. Los resultados
influyen diferencialmente. tiempos literatura proveniente de pueden ser un pacto, el fin abrupto
y escenarios diferentes que intelectuales de izquierda que del régimen o una guerra
conforman complejidades participaron m u y activamente en revolucionaria.
difícilmente reducibles a esquemas el proceso de redemocratización
de tipo funcional. Sin embargo, adhirió a esta posición. Al respecto 15. Ver «International aspects of
tenemos en cuenta que se trata de puede verse el número 6 de la democratization» en G .
generalizaciones a partir de una revista Crítica & Utopía, publicada O'Donnell, P . C . Schmitter, y L .
serie de comprobaciones en Buenos Aires en 1982, Whitehead, eds.. Transition from
empíricas, que permiten una especialmente el artículo de Angel Authoritarian Rule. Comparative
comparación en base a la variación Flisfish: «Notas acerca de la idea Perspectives. Baltimore: The Johns
entre cada uno de los procesos. Al del reforzamiento de la sociedad Hopkins University Press, 1986,
respecto ver C . Tilly, Big civil», pp. 11-23. pág. 10.
Structures, large processes, huge
comparisons. N e w York: Russell
14. Enrique Baloyra en 16. También atendiendo a los
Sage Foundation, 1984, pág. 41, 80
«Democratic transition in aspectos políticos, pero con una
y ss.
comparative perspective» en mayor riqueza en la elaboración
Baloyra. ed.. Comparing new del concepto, que apunta a sus
10. V'er Transitions from Democracies (Boulder: Westview límites, debe verse la obra de G u y
Authoritarian Rule. IV. Tentative Press, 1987) señala c o m o etapas el Hermet, Aux frontières de la
Conclusion about Uncertain deterioro del régimen autoritario. démocratie (Paris: P U F , 1983) y
Democracies (Baltimore: Johns Si éste no logra reequilibrarse se Le peuple contre la démocratie
Hopkins University Press, 1986, rompe, lo que conduce a la (Paris: Fayard, 1989). E n otro
pág. 15/6). En este caso refieren a instalación de un nuevo gobierno, enfoque, el senador vitalicio
una quiebra dentro de la coalición que implementa el cambio. La italiano y antiguo notable
que soporta el sistema. Alfred próxima etapa señalada es la de intelectual de izquierda, Norberto
Stepan considera que esa quiebra inauguración o cristalización del Bobbio también llega a una
se produce dentro del elenco nuevo régimen, ya con un definición mínima de carácter
militar, abriendo un juego compromiso firme con el m i s m o procesualista referida a las reglas
dialéctico entre conquistas (ver pág. 11 ). El autor señala la para la toma de decisiones
societales y concesiones del agenda tipo de una transición colectivas. Ver IIfuturo del/a
régimen. Ver al respecto refiriéndose a aspectos democrazia (Turin: Giulio Einaudi
Rethinking Military Politics. Brazil procédurales y sustantivos Editore, 1984). Traducción al
and the Southern Cone (Princeton: español realizada por Fondo de
(pág. 13) y tipos de transición, a
Princeton University Press, 1988, Cultura Económica en México en
causaciones externas o internas al
pág. 47 y ss). 1986 y por Plaza & Janes de
régimen autoritario y al tiempo
Barcelona en 1985.
(pág. 17).
11. Ver esta conceptualización en Alfred Stepan en «Paths toward
«Notas para el estudio de procesos Redemocratization» (en G . 17. Robert Dahl, Polyarchy.
de democratización política a O'Donnell. P . C . Schmitter and L. Participation and Opposition (New
partir del estado Whitehead eds.. Transitions from Haven: Yale University Press,
burocrático-autoritario» en Authoritarian Rule. Comparative 1971). Ver páginas 1-3.
Estudios Cedes 2(5), Buenos Aires, Perspectives. Baltimore: Johns
1979. Hopkins University Press, 1986) 18. Ver Joseph Schumpeter.
refiere a diversos modelos de Capitalism, Socialism and
12. Dankwrt A . Rustow en transición, señalando cuatro Democracie (New York: Harper &
«Transitions to Democracy. variantes: una restauración tras R o w , 1969, pág. 269)
Toward a Dynamic Model» (en una reconquista externa (casos de
Comparative Politics num. 2, April países invadidos que recobran su 19. Siguiendo la vieja tradición
Las transiciones de América latina en el umbral de los años 90 313

hobessiana, la elaboración más 21. Ver Alfred Stepan, State and nomenklatura que deseaban
reciente de la política fundada en Society. Peni in Comparative salvarse del naufragio que
la confrontación puede Perspective. Princeton: Princeton percibían hacia delante y a los
encontrarse en la conocida y University Press, 1978 y Cynthia intelectuales que están al frente de
controvertida definición de la McClintock & A b r a h a m F . la primera fase de la transición en
especificidad de lo político c o m o Lowenthal, ed.. The Peruvian este m o m e n t o . Pero ese m i s m o
oposición entre amigo y enemigo experiment reconsidered, movimiento se extendió a los
de Carl Schmitt, The concept of the Princeton: Princeton University países con regímenes dictatoriales
Political, traducción, introducción, Press, 1983. en diversas zonas.
y notas por George Schwab (New El contenido ético de la política
Brunswick: Rutger University 22. Al respecto, ver Arturo y J. motivó la cruzada civilista en
Press, 1975, pág. 26) Samuel Valenzuela, eds.. Military Filipinas y los movimientos de
Rule in Chile (Baltimore: The derechos humanos en América
20. La idea de refundar el régimen Johns Hopkins University Press, latina.
político y a partir de allí el régimen 1986). En otros ámbitos, esta prédica no
social fue tomada por varias de las tuvo efectos. N o s referimos al
instituciones militares del 23. Utilizamos el término de Carl m u n d o árabe donde el cambio de
continente. En Argentina en 1966, Schmitt que distingue la dictadura régimen en Irán, en 1979, aunque
el general Onganía partió de una a término de la dictadura también informado de pautas
posición ideológica corporativista soberana. Ver su obra La dictadura éticas - y religiosas- llevó a una
de cuño medieval, que no pudo (Madrid: Revista de Occidente, dirección diferente.
imponer a todos sus camaradas de 1968, pág. 5 y ss).
las fuerzas militares. E n Brasil la 27. Ver G u y Hermet, Sociologie de
idea fue refundadora sólo 24. Normalmente las fuerzas la construction démocratique.
parcialmente. El fundamento militares o poseedoras de armas Paris: Económica, 1986, pp. 151.
ideológico era liberal y, por c o m o poseedoras del monopolio
consiguiente, aunque sin término de la violencia son fundadoras de 28. Al respecto, ver José J.
preciso y con un programa de un orden jurídico o defensoras del Brunner & Angel Flisfish, Los
ejecución largo, la dictadura tenía m i s m o (ver al respecto Walter intelectuales y las instituciones de
un plazo de consumación. Se Benjamín, Para una critica de la la cultura (Santiago de Chile:
trataba de una forma que oscilaba violencia, México: Premia, 1977, F L A C S O , 1983), y Maria Susana
entre la dictadura y la pág. 28). La primera posición lleva Arrosa Soares, coord., Os
«democradura», utilizando la a crear nuevos regímenes políticos, intelectuais nos processos políticos
terminología de Schmitter. En el cosa que es difícil para una fuerza da America latina (Porto Alegre:
caso chileno la idea del general preexistente que, normalmente, Editora da Universidade, 1985).
Pinochet también era defiende el orden, visto c o m o una
corporativista, pero su elenco de serie de arreglos vigentes (ver 29. E n los años sesenta los
asesores civiles llevó la orientación Alfred Vagts, A History of sociólogos eran junto a los
hacia otros carriles. Otros Militarism, N e w York: Greenwich economistas el grupo líder en las
regímenes nunca se plantearon la Editions, 1959, pág. 30). ciencias sociales de América latina.
refundación.
La discusión respecto a la
En principio todas las fuerzas 25. Usamos este barbarismo para «dependencia» c o m o causa de la
militares que apoyaron o designar el movimiento que lleva a situación de subdesarrollo presidía
directamente gobernaron a través cargar-de contenidos éticos el debate intelectual. A partir de
de sus cúpulas dirigentes actuando instancias hasta entonces juzgadas los setenta los politólogos pasaron
c o m o «partidos militares c o m o políticas y a juzgar con a presidir el debate poniendo c o m o
sustitutos» (Ver Juan Rial: «The escalas de valores morales asuntos cuestión sustancial la
military in the role of "substitute que en el pasado se resolvían redemocratización. Algunos de los
political party" and apelando al Realpolitik. viejos adhérentes al paradigma de
redemocratization in Uruguay» en la «dependencia» c o m o Fernando
Augusto Varas, ed.. Democracy 26. N o se ha hecho una evaluación Henrique Cardoso encabezaron el
under siege. New Military Power in al respecto de su importancia, pero movimiento, convirtiéndose él
Latin America. (New York: también visto en u n proceso de m i s m o en prácticamente un
Greenwood Press, 1989, larga duración, la campaña de esclavo de la actividad política y
pp. 97-114) tuvieron un límite defensa de derechos humanos que abandonando la academia. Junto a
importante: en cuanto intentaban tuvo en el ex-Presidente Carter a él Guillermo O'Donnell y Phillippe
refundar el régimen se imponía a uno de sus mayores exponentes Schmitter con el apoyo de
su legitimidad y credibilidad la tuvo un efecto enorme en el A b r a h a m Lowenthal, llevaron
aceptación, aunque fuera retórica m u n d o socialista, apoyando a los adelante un proyecto académico de
de la democracia c o m o marco de diversos sectores disidentes de fuertes repercusiones políticas que
referencia política. clase media, a miembros de la promovió un movimiento que.
314 Juan Rial

bajo cobertura académica, motivó poder, aunque se lo hiciese con el embargo, nos parece útil a los
el lanzamiento de otros proyectos, gobierno, pero el tema no fue efectos de nuestra exposición.
conferencias mixtas con miembros retomado en el marco general de
de la clase política opositora a las los estudios sobre transiciones. Ver 34. Philippe Schmitter acuñó este
dictaduras, y reafirmó el «Demilitarization and the concepto para indicar una de las
compromiso de este sector tan Institutionalization of posibles formas a las que podían
influyente con un proyecto Military-dominated Polities in evolucionar los regímenes
democrático. Este movimiento Latin America» en G . O'Donnell, dictatoriales en «Speculations
incluyó entre sus protagonistas a la P . C . Schmitter & L. Whitehead, about the prospective demise of
casi totalidad de los intelectuales Transitions from A uthoritarian authoritarian regimes and its
con influencia en los círculos Rule, Baltimore, Johns Hopkins possible consequences»
políticos de la región y ahora se University, 1986, pág. 108-136. En (Washington; The Wilson Center.
encuentra en disolución dadas las cambio los trabajos sobre el tema Working Paper n u m . 60, 1980).
diferentes concepciones que tienen relaciones entre élites civiles y Schmitter había usado esta idea en
sus integrantes respecto a los militares expusieron ese punto su artículo «The portugalization of
procesos de consolidación y la crucial. Ver al respecto Juan Rial, Brazil?» en Alfred Stepan, ed.,
estabilidad de los regímenes «Armed Forces of Latin America Authoritarian Brazil (New Haven,
políticos creados en los ochenta. or of the Latin America's» en Yale University Press, 1973,
SOW7núm. 10, München, 1989. pp. 185-186). Juan Linz, por su
30. T o m a m o s como límite parte lo considera una de las
temporal inicialfinesde los setenta 32. El detonador de la crisis es formas en que puede salirse de la
cuando comienzan las transiciones m u y variado. En el caso de democracia y un paso previo a la
en Ecuador y Perú y llegamos al Argentina lo fue la derrota de la dictadura (ver The Breakdown of
año noventa en que se encuentran guerra de las Malvinas/Falkland y Democratic Regimes. Crisis,
en proceso las transiciones de la posterior retirada de las fuerzas Breakdown, and reeauilibration.
Paraguay y la de México, las dos militares del ejercicio cotidiano de [Baltimore: The Johns Hopkins
presumiblemente largas, la administración. En Brasil fue el University Press, 1978]. U n a
especialmente la última. N o resultado de un largo proceso de version más reciente en G .
tenemos en cuenta los estados acomodación de élites. El cisma O'Donnell & P. Schmitter,
caribeños del sur y Belice en entre «duros y blandos» se Transitions from Authoritarian
América central, donde las pautas presenta en varios de los países, Rule. Tentative Conclusions about
culturales y la lengua los alejan del pero en circunstancias diversas. Uncertain Democracies.
concepto América latina. Tenemos Así en Chile se agudiza luego de la [Baltimore: Johns Hopkins
en cuenta a México, todos los derrota en el plebiscito de 1988. University, 1986 pág. 13]).
estados de América central, En Uruguay tras la pérdida de la
excepto Costa Rica donde impera consulta popular de 1980. En 35. Se convocó a Asambleas
una democracia estable desde fines Bolivia con motivo de la Constituyentes que elaboraron
de los cuarenta. En el Caribe no corrupción producto de las nuevos textos constitucionales en
t o m a m o s a Dominicana porque su implicaciones del general García Ecuador en 1977-78, Perú en 1979,
proceso de transición tras la Mesa y su círculo en el comercio Honduras en 1980-82, El Salvador
intervención de E E U U hace que el de narcóticos. En Paraguay al en 1982-83, en Guatemala en
proceso ya sea antiguo. Haití enfrentarse un sector 1984, en Brasil en 1988. En otros
tampoco lo incluimos por los modernizante con otro países hubo acuerdos de cúpula
sucesivos fracasos de implantar prebendario. En Perú tras la para reformar el orden vigente,
una transición por «analogía» derrota en el ensayo socializante c o m o en Ecuador en 1983 (ya en el
ocurridos desde 1988. Aquí se del septenato velazquista. En primer gobierno de transición) y
plantearía nuevamente la vieja América central la influencia de en Chile en 1989. En otros casos,
cuestión acerca de los requisitos E E U U fue la causa de impulsar los c o m o en Uruguay, se hizo una
mínimos para alcanzar la procesos democratizadores en reforma vigente sólo por un año en
democracia. varios países de la región. E n 1984-85. En Nicaragua el
México es el resultado del desgaste ordenamiento constitucional de
Excluimos a Cuba dado que de la máquina política
todavía no podemos afirmar si 1985 permitió el triunfo electoral
hegemónica, el PRI. opositor en 1990. En México se
realmente comenzó la transición.
En América del Sur no tenemos en reformaron las leyes electorales.
cuenta a Colombia y Venezuela En todos los casos hubo reformas
33. Esta definición de régimen es
donde no hubo quiebra del legales importantes, por lo general
m u y formal dentro del marco de
régimen democrático. restringiendo el papel de las
análisis sistémico. La t o m a m o s de
fuerzas armadas en las decisiones
Leonardo Morlino, Corno
políticas cotidianas, modificando
31. Alain Rouquié manifestó sus cambiano I Regimi Politici.
competencias de las mismas y
dudas respecto a la posibilidad de Strumenti di análisis (Milano:
posibilidad de integrar órganos de
desmilitarizar efectivamente el Franco Angelí, 1980). Sin
Las transiciones de América latina en el umbral de los años 90 315

gobierno, reformulando la forma Brasil, donde la represión fue obtienen el 1,9 % del producto
de operar del poder judicial y m u c h o menos intensa, el régimen bruto interno.
eliminando legislación de dictatorial adoptó normas que
excepción restrictiva de las impedían revisar lo actuado y 41. Juan Linz denomina a los
libertades públicas. fueron mantenidas por el nuevo regímenes basados en un gobierno
régimen democrático. de carácter personal con lealtad al
36. E n Chile la Constitución líder que no se basa en la tradición,
permite que la comandancia 38. La idea es que las órdenes sino en encarnar una ideología, o
general de las F F A A pueda ser deben provenir de la autoridad una misión, o su carisma, o en una
ejercida por los miembros de la civil y que ésta debe hacerse mezcla de temor y agradecimiento
Junta Militar. E n los hechos sólo el responsable por los hechos, por de parte de sus colaboradores
propio Pinochet hizo uso de esa m á s duros que estos parezcan. Por «sultanísticos». Ver «The
prerrogativa. E n Brasil, la ejemplo en el Perú de Alan García transition from authoritarian
Constitución permite la existencia la represión de los jefes senderistas regimes to democratic political
de un Consejo de Defensa en la cárcel de Lugarichio, pese a la systems and the problems of
Nacional donde intervienen los investigación realizada, culminó consolidation of Political
diversos ministros militares. Es el con el apoyo a la acción por parte Democracy». Documento
único país de América latina de la autoridad civil. E n Argentina, presentado en la IPSA Tokyo
donde cada servicio tiene un cl D r . Alfonsín debió reformar la Roundatable de marzo-abril de
Ministerio y no existe un único Ley de Defensa por decreto en 1982, pp. 11. Linz considera que el
servicio. enero de 1989, autorizando la vacío que deja la caída de un
intervención de las fuerzas régimen de este tipo dificulta
militares en problemas internos, notoriamente el paso a un régimen
37. El mejor ejemplo de bloqueo y
para enfrentar un oscuro episodio democrático. N o considera la
límite no institucionalizado lo
donde un grupo armado asaltó un posibilidad de su transformación,
muestra Argentina. El presidente
cuartel del Ejército. c o m o está ocurriendo en Paraguay
Raúl Alfonsín tenía un plan
en estos momentos.
político de castigo y depuración de
las fuerzas armadas que fracasó 39. Se trata de una vaga noción
ante su oposición, pese a la que supone que estos países deben 42. La idea de cambio político ha
situación de enorme desprestigio mantener el legado de Grecia, sido manejada en el caso italiano
en que quedaron sumidas tras la R o m a , la cristiandad y la Europa para referir a los procesos de
repulsa internacional por las Occidental. N o se expresa en aceptación del marco de economía
formas represivas practicadas en forma articulada en esta de mercado por parte de sindicatos
los años setenta y por la pérdida de circunstancia porque hacerlo de izquierda en Italia. Ver al
la guerra del Atlántico Sur contra supone llegar a una concepción respecto Alessandro Pizzorno.
el Reino Unido. Al fin de su total que, precisamente, la «Scambio politico e identita
mandato había tenido que dar democracia no puede aceptar a collettiva nel conflitto di classe» en
marcha atrás a todas sus medidas riesgo de realizar exclusiones de Colin Crouch e Alessandro
excepto la prisión de los militares importantes sectores que no Pizzorno, Conflitti in Europa.
que integraron las primeras Juntas admiten esta posición. Sin Lotte di classe, sindacati e Staío
de Gobierno. El sucesor de embargo, la fuerza se preocupa que dopo il '68 (Milano: Etas/Libri,
Alfonsín, Carlos M e n e m ha dado los sectores dominantes en la vida 1980). Otra aproximación al tema
ya amnistías que prometen económicosocial y política realizada anteriormente: Guenther
alcanzar a todos. Sobre el tema ver admitan estos principios, que Roth, The Social democrats in
Carina Perelli: «The legacies of consideran también los suyos. Ver Imperial Germany: A study in
transitions to democracy in al respecto: Genaro A m a g a d a , El working class isolation and
Argentina and Uruguay» in Louis pensamiento político de los national integration, Otawa:
W . G o o d m a n , J.R.S. Mendelson & militares. Estudios sobre Chile, Bedminster Press, 1963. Roth se
Juan Rial, eds.. The military and Argentina. Brasil y Uruguay. refirió al tema de la aceptación del
Democrary, Lexington, Mass.: Santiago: C I S E C , ' 1981 y Carina sistema por parte de la izquierda
Lexington Books, 1990. Perelli. Los militares y la función marxista con el concepto de
pública. Montevideo: P E 1 T H O , «integración negativa».
En Chile la presencia de Pinochet
1990.
al frente del Ejército es la mejor
garantía para no revisar el pasado. 43. Ver al respecto los trabajos de
En Uruguay un plebiscito popular 40. E n la mayoría de los países de Juan Molinar Horcasitas. «The
mantuvo una decisión la región los militares con Mexican electoral system:
parlamentaria que implicaba el jerarquía de oficial son los continuity by change» en Paul
olvido del pasado. E n América funcionarios estatales con mayor Drake & Eduardo Silva, eds..
central es un tema en el cual las remuneración relativa. Al presente Elections and Democratization in
fuerzas militares no han aceptado en la mayoría de los países de la Latin America, 1980-85, San
ningún tipo de discusión. E n región las fuerzas armadas Diego: University of California,
316 Juan Rial

1986 y «La asfixia electoral» en equidad. La tarea prioritaria del 48. Esta expresión tiene origen en
iVe.vttsnúm. 123, marzo de 1988. desarrollo de América latina y el la tradición jurídica de Europa
Caribe en los años noventa continental, refiriendo a las
(Santiago: C E P A L , 1990) se garantías provenientes del límite
44. Ver Marcelo Cavarozzi y
aceptan los hechos. Debe haber a la acción de los poderes del
Manuel A . Garretón. coord..
competitividad en la actividad estado y no es asimilable
Muerte y Resurrección. Los
económica de la región acentuada estrictamente a la expresión
partidos políticos en el
en el logro de mayor sajona «rule of law».
autoritarismo y las transiciones del
competitividad, pero debe hacerse
Cono Sur (Santiago: F L A C S O ,
teniendo en cuenta los intereses de
1989). 49. E n 1983, en su campaña
los sectores subalternos,
electoral, el luego electo presidente
apuntando al relanzamiento de
45. Se trata de un proceso donde Alfonsín dijo en alguna
políticas sociales redistributivas.
inicialmente se mantiene la oportunidad que «con la
Hasta el presente la polémica entre
retórica revolucionaria, pero democracia se come, se educa, se
quienes dejan de lado esta última
efectivamente se dan pasos para cura», queriendo decir que u n
preocupación y quienes la
integrarse c o m o oposición leal al régimen político pluralista abría la
sostienen se ha delucidado en la
régimen democrático. Los procesos oportunidad para atender esos
práctica a favor de los primeros.
del este han acelerado la reclamos. Sin embargo, para los
Los problemas políticos y sociales
transformación y de hecho se está sectores populares se trata de una
que deriven de esta situación no se
entrando en una fase de promesa literal.
visualizan o se considera que no
integración «positiva» para una pueden llegar a alterar el buen
parte de la izquierda, mientras que orden público. 50. Quien esto escribe vio en un
otra asume posiciones radicales. muro de Lima la siguiente
A m b a s están a la búsqueda de un inscripción en 1988 con motivo de
47. Tal c o m o señala el poeta
nuevo orden deseado, de una la elección de alcalde de esa
griego Constantin Cavafy (ver
esquiva utopía que los ciudad: «Basta de realidades,
Poèmes. Athènes, ícaros, 1983) «la
acontecimientos de 1989-90 en el queremos esperanzas».
derrota es cierta» para la mayoría
este europeo han hecho m á s
de los grupos que practicaron la
borrosa.
lucha armada en toda la región. 51. En realidad estamos hablando
Todos los grupos son conscientes de una fuerza multinacional
46. En el informe de la C E P A L , que en la coyuntura actual no que, presumiblemente, se
Transformación productiva con tienen posibilidades de ganar. rusificará.
Elecciones presidenciales
y transición política e n América latina

Hélgio Trindade

Las elecciones presidenciales que tuvieron lu- los elementos comunes a esas diversas expe-
gar en 1989 en Brasil, Argentina, Paraguay, riencias nacionales.
Uruguay y Chile ofrecen nuevos elementos pa-
ra una reflexión comparativa sobre el proceso
de transición y establecimiento de la democra- Modernización conservadora,
cia en América latina. Sin embargo, esa compa- transición política y «reivindicación
ración supone reconocer desde un comienzo la democrática»
especificidad de cada contexto.
Aunque todas esas elecciones se celebraron A nivel macroestructural conviene analizar, en
el m i s m o año, conviene destacar al menos dos primer lugar, la relación entre economía y polí-
diferencias. E n primer lu- tica, es decir, la relación
gar, en Argentina, Brasil y que ha existido entre la ins-
Doctor en Ciencias Políticas por el Ins-
Uruguay se trataba de las tituto de Estudios Políticos de París, titucionalización del auto-
segundas elecciones presi- Hélgio Trindade es analista del fascis- ritarismo militar y el m o -
denciales después de la ter- m o , los partidos políticos y la política delo de modernización
comparada en América latina. D e 1981
minación formal de un ré- a 1983, fue investigador asociado en el conservadora aplicado en
gimen autoritario. Por el Centro de Estudios e Investigaciones los distintos casos. A este
contrario, en Chile y Para- Internacionales (CERI) de la Funda- respecto, parece que, cuan-
ción Nacional de Ciencias Políticas y
guay esas elecciones repre- actualmente tiene a su cargo la coordi- to mejores habían sido los
sentaban en cierto m o d o el nación en Brasil del programa conjunto resultados económicos du-
comienzo del proceso de de investigación del Instituto de Estu- rante el período autorita-
dios Políticos de París y la Universidad
transición hacia la d e m o - Federal de Río Grande do Sul, de la que
rio, m á s profundo y dura-
cracia. Por otra parte, el es profesor titular. Su dirección es: Pra- dero fue el nivel de institu-
proceso de transición es di- ça D o n Feliciano, 126. Apt. 161, 9000 cionalización logrado por
Porto Alegre, Brasil, S.A.
ferente en cada país. A este el régimen militar corres-
respecto pueden señalarse pondiente. Así, pues, cuan-
tres fórmulas: 1) la transición fundada en pac- to m á s profundo fue el cambio en la estructura
tos o negociaciones (Brasil, Uruguay y Chile); de la sociedad, tanto m á s tendió el fin del auto-
2) la resultante del desmoronamiento del auto- ritarismo a adoptar la forma de una transición
ritarismo y la derrota militar (Argentina); 3) la negociada. E n este sentido, el éxito de la insti-
provocada por una intervención directa del tucionalización del autoritarismo militar corre
ejército (Paraguay). pareja con el del proyecto de modernización
Estas diferencias en el calendario de la elec- conservadora.
ción presidencial y en el origen del proceso de El caso de Chile ofrece el mejor ejemplo de
transición muestran lo difícil que es comparar esta relación. L a situación opuesta se produ-
situaciones tan heterogéneas. Sin embargo, la ce en Argentina, donde el fracaso del modelo
comparación no pierde nada de su validez des- «burocrático-autoritario» podría explicarse en
de otro punto de vista: el que tiene en cuenta gran parte por la incapacidad de los gobiernos

R I C S 128/Junio 1991
318 Hélgio Trindade

militares para encontrar una solución a la crisis A d e m á s del terreno económico, cabe desta-
económica (los sucesivos reveses en este terre- car el aspecto específicamente político de la
no desembocan finalmente en la aventura de «reinvención democrática» en los países del
las Malvinas, c o m o compensación nacionalista Cono Sur. Su transición actual está marcada
al fracaso económico). Por su parte, el caso de por un hecho nuevo, relacionado con la conno-
Brasil se sitúa en un nivel intermedio. E n ese tación positiva que ha adquirido la idea de de-
país el «milagro económico» hizo posible la re- mocracia en su cultura política. E n efecto, aun-
presión de los grupos armados revolucionarios que ha estado siempre vinculada a u n a
en la época en que Medici procuraba legitimar- valoración positiva de la democracia social o
se ante grandes sectores sociales. N o obstante, esencial, la tradición política latinoamericana
la estrategia de distensión política iniciada por ha relegado durante m u c h o tiempo a un segun-
el gobierno de Geisel fue sólo una consecuencia do plano la búsqueda de la democracia política
de la crisis económica e hizo fracasar la institu- c o m o simple m o d o de gobierno formal. Esa po-
cionalización del régimen militar. sición se explica en gran parte porque la defen-
D e todos modos, sin querer dar a la transi- sa de la democracia ha formado parte siempre
ción de los países del C o n o Sur una explicación de la retórica liberal-oligárquica de las élites
«economicista», es indiscutible que en todos dominantes. C o m o se subraya en una obra re-
los casos interviene un conjunto de factores ciente, «si se exceptúa parcialmente a Chile,
económicos comunes. Weffort señala al respec- Uruguay y Costa Rica, en América latina la de-
to: «El Cono Sur está unificado por la crisis, la mocracia política se ha identificado a m e n u d o
deuda externa, el estancamiento económico -tanto por los partidos populistas c o m o por los
(que hoy es general y afecta también a Brasil), de izquierda- c o m o un mecanismo de control
la inflación, el crecimiento del desempleo y el de sus partidarios y de manipulación de las as-
aumento de la desigualdad social»1. Las dife- piraciones de éstos m á s que c o m o un acuerdo
rencias nacionales, por lo que se refiere a la for- institucional viable de representación, de asi-
m a y al ritmo de la transición, pueden analizar- milación y de satisfacción eventual de esas mis-
se en esa perspectiva global. m a aspiraciones»3.
Esa perspectiva permite, en particular, Ahora bien, con la experiencia represiva de
comprender por qué los primeros gobiernos ci- los regímenes militares, la idea democrática,
viles de transición -Alfonsín en Argentina, Sar- concebida en su acepción institucional, ha ad-
ney en Brasil y Sanguinetti en Uruguay- goza- quirido ahora un espacio de legitimidad. Es ya
ron, al comienzo, de u n amplio consenso una de las reivindicaciones de importantes sec-
electoral, pero han desembocadofinalmenteen tores de la sociedad y de partidos situados ideo-
alternancias políticas gubernamentales que re- lógicamente a la izquierda - c o m o el Partido de
flejan unos resultados económicos mediocres y los Trabajadores (PT) en Brasil. La democracia
la incapacidad de resolver la crisis. es además un valor en sí para algunos sectores
A u n así, pese a este rasgo económico c o m ú n de la intelligentsia, aunque lo que preocupa a
a los países del Cono Sur, la dinámica de su cre- ésta son unos cambios socioeconómicos m á s
cimiento no ha evolucionado en la misma direc- profundos, hasta el punto de hacer perder al
ción durante los últimos decenios. Algunos, co- concepto su significación anterior, puramente
m o Argentina, Chile o Uruguay han sufrido una instrumental.
verdadera degradación económica a partir de Weffort subraya que «durante los años se-
los años cincuenta. Otros, por el contrario, y en senta los debates políticos de todos los países
particular Brasil, han experimentado un intenso (latinoamericanos) versaban sobre los grandes
proceso de desarrollo. En 1950, el PIB de Argen- temas de cambio estructural de la sociedad, la
tina, Chile y Uruguay representaba el 32 % del economía y el Estado». A su juicio, «el tema de
de América latina; en 1983, ese porcentaje era la democracia estaba presente, pero la mayoría
sólo del 16 %. Durante ese mismo período Bra- de las veces en una posición de menor impor-
sil triplicó su contribución al PIB de América tancia». Por entonces los problemas m á s im-
latina. Sin embargo, esos procesos llevaron por portantes eran la estructura agraria, el desarro-
vías diferentes a los cuatro países a un nivel de llo económico, los desequilibrios regionales y
ingresos por habitante bastante similar en 1989 las desigualdades sociales4. Así, pues, la ruptu-
(de 2.240 a 2.650 dólares)2. ra es grande y traduce la aparición de una cultu-
Elecciones presidenciales y transición polilica en América latina 319

La alternancia democrática en Nicaragua, en febrero de 1990: Violeta Barrios de Chamorro gana las elecciones
presidenciales contra el presidente saliente Daniel Ortega. Meisclas/Magnum.

ra política democratizante que penetra en to- no democrático a un régimen democrático es


dos los poros de la sociedad. Se expresa, ade- largo y las posibilidades de regresión autorita-
m á s , por medio de la incorporación en la teoría ria, numerosas» 5 . Las elecciones presidenciales
y la práctica políticas de la idea de que los cam- de 1989 deberán interpretarse desde ese punto
bios de la sociedad son indisociables de la cons- de vista, o m á s bien podrán ser objeto de dos
trucción formal de la democracia. E n ese con- interpretaciones: «una que articule el análisis
texto los partidos políticos viables sitúan en de las elecciones presidenciales en la perspecti-
primer plano de sus preocupaciones la conquis- va de una coyuntura nacional y una etapa espe-
ta de las libertades democráticas. cífica de la transición, y otra que busque el sig-
C o n todo, el optimismo justificado de estos nificado de esas elecciones en función de los
análisis no deberá ocultar las dificultades y los cambios ocurridos en la tradición de los parti-
peligros de regresión que siguen existiendo en dos y en la cultura política nacional c o m o con-
el proceso de transición de los países del C o n o secuencia de las transformaciones suscitadas
Sur. Y a se ha observado que «los procesos de por los regímenes militares.
democratización entrañan dos transiciones: la
primera consiste en instalar el nuevo gobierno
democrático y la segunda se define c o m o un Las elecciones presidenciales
proceso de consolidación que desemboca en la y las dificultades de la construcción
vigencia de un régimen democrático». T a m - democrática
bién es sabido que «la primera transición es,
por lo general, dura, difícil y está llena de incer- Las elecciones de 1989, en los países del C o n o
tidumbres, y el camino que lleva de un gobier- Sur, se sitúan en fases diferentes de la transi-
320 Hàlgio Trindade

ción política. Por su parte, las elecciones de Así, las elecciones presidenciales chilenas
Chile y de Paraguay son en realidad elecciones son el resultado de un proceso de transición ne-
nacionales «fundadoras» del proceso de transi- gociada entre una fuerte coalición de partidos y
ción. Son elecciones cruciales caracterizadas la dirección de un régimen autoritario, conoci-
por la competición entre los partidos y la «in- do por su éxito en el terreno económico. Este
certidumbre» del proceso, en el sentido que proceso, reforzado por un sistema electoral m a -
Przeworski da a este término6. Sin embargo, el yoritario de dos candidaturas favoreció un m o -
caso de los dos países es diferente, aunque sólo delo de «competición bipolar». En efecto, el re-
sea por la índole m u y distinta de las dictaduras sultado de las elecciones, caracterizadas por la
personalistas de las que acaban de salir. victoria de la coalición de centro-izquierda
(«Concertación por la democracia») con el
57,16 % de los votos válidos, muestra, por una
Las elecciones fundadoras: Chile y Paraguay parte, que ésta reunió prácticamente a los par-
En el caso de Chile, la transición producida en- tidarios del «no» en el plebiscito de 1988 y, por
tre el plebiscito de 1988 y las elecciones presi- otra, que los votos capitalizados por los dos as-
denciales de 1989 se realizó de manera nego- pirantes de la derecha - H e r m a n n Büchi, candi-
ciada, c o m o respuesta a la victoria de la dato de Pinochet, y Francisco Javier Errazu-
oposición en la consulta nacional organizada riz- ascendieron al 44,83 %, es decir, una cifra
por el general Pinochet. cercana a la de los votos en favor del «sí» en el
Durante ese período la principal dificultad m o m e n t o del plebiscito. Sin embargo, esta ten-
de una coalición política contra Pinochet di- dencia a la polarización, unida al carácter ple-
m a n a b a de la fuerte tradición ideológica de los biscitario de la elección presidencial, no afectó
partidos chilenos que dificultaba cualquier m u c h o a la división tradicional del electorado
acuerdo pragmático. Sin embargo, el plebiscito en tres tendencias (izquierda, centro y dere-
de 1988 produjo una bipolarización entre los cha). A u n q u e es demasiado pronto para prever
partidarios del régimen y los miembros de la la evolución del sistema político, que depende-
alianza de los 16 partidos que optaban por el rá de la actuación del gobierno de transición en
«no» a Pinochet. Pese al equilibrio relativo de los terrenos político, económico y de los dere-
las fuerzas en juego y a que Pinochet organizó chos humanos, está claro que la transición chi-
la consulta aprovechando una coyuntura eco- lena sigue la tendencia dominante en las transi-
nómicamente favorable, la victoria del «no», ciones negociadas, es decir, la alianza de los
con el 54,68 % de los votos contra el 43,04 %, demócratas de centro-izquierda con los de la
tuvo un efecto catalizador y creó unas condi- izquierda moderada, alianza que, al ser m a y o -
ciones favorables al proceso de transición de- ritaria, excluye los extremos de ambos campos.
mocrática. Tal es el análisis, entre otros, de la La dictadura militar m á s larga de América
revista APSI, según la cual, «el plebiscito arrojó latina ha sido la del general Stroessner en Para-
un resultado claro y objetivo»; la mayoría de guay: t o m ó el poder en 1954 en un golpe de
los chilenos rechazó el continuismo del general Estado, con el apoyo del Partido «Colorado»,
Pinochet y se pronunció por la democracia (...). antes de hacerse elegir «Presidente Constitu-
La única actitud realista es aceptar que el triun- cional».
fo de la oposición pone fin a quince años de El régimen de Stroessner se ha considerado
régimen autoritario y acelera el proceso de una con razón una forma arcaica de autoritarismo
transición efectiva hacia la democracia. En esa patrimonial aplicado a una sociedad agraria in-
perspectiva, incluso Patricio Aylwin, jefe de la móvil. Alain Rougié precisa a ese respecto que
coalición política del «no» y futuro candidato a no nace de «un régimen democrático en crisis»
la presidencia era partidario de una transición ni constituye una reacción a los «movimientos
negociada. Según Aylwin, convenía discutir populares y a los regímenes democráticos vi-
con el ejército los términos de un cambio políti- gentes en ese momento» 8 . Por su parte, Weffort
co institucional, materializado a corto plazo en admite la posibilidad de que esa dictadura
la elección libre del Presidente de la República «pueda considerarse en ciertos aspectos una
y de un Congreso elegido de m o d o exclusivo anticipación de los regímenes militares de los
por sufragio universal e investido de plenas fa- años sesenta y setenta en otros países del C o n o
cultades constituyentes7. Sur»9. D e ese m o d o vuelve a situar la experien-
Elecciones presidenciales y transición politica en América latina 321

cia dictatorial de Paraguay en el contexto de un m o d o estable si no dispone de una base de con-


autoritarismo inscrito en una fase de presión senso en la sociedad, aunque sea mínima. U n o
norteamericana particularmente fuerte en la de los dispositivos más eficaces establecidos en
que el general Stroessner acepta incorporar la Paraguay para lograr ese consenso pasivo y
doctrina de la seguridad nacional, antes de que cómplice fue la corrupción tolerada (...), m a n -
ésta se formule, al contexto de bipolarización tenida gracias al erario público»".
de la guerra fría. Su objetivo explícito era, en Ese monopolio del Partido «Colorado» se
efecto, defender la civilización occidental y rompió con las elecciones presidenciales y se
cristiana amenazada por el «materialismo que formaron 12 partidos representativos de todas
reniega de todo, (...) que amenaza descender de las tendencias (desde trotskistas hasta nazis).
Oriente para destruir todos los valores adquiri- Sin embargo, los partidos tradicionales mantu-
dos por la humanidad durante siglos de desa- vieron su hegemonía en el Parlamento con 108
rrollo cultural e histórico10». representantes. Pese a una gran abstención
En febrero de 1989, el golpe de Estado del (46 %), el general Rodríguez obtuvo en las elec-
general Rodríguez rompió el pacto cívico-mili- ciones de 1989 el 74,36 % de los votos gracias
tar que, con el apoyo del Partido «Colorado», al apoyo del Partido «Colorado». Por consi-
regía desde 1984 la reelección periódica del guiente, a corto y medio plazo las posibilida-
presidente-dictador. Así empieza el proceso de des de que la oposición tome el poder son limi-
transición en un contexto de luchas internas y tadas12.
purgas en el Partido «Colorado» y el ejército. ¿ C ó m o se explica la continuidad del Parti-
El objetivo de esa depuración es hacer viable la do «Colorado» en el poder? Las razones princi-
elección del sucesor de Stroessner en 1993. pales se derivan de factores políticos y econó-
La diferencia principal entre Paraguay y los micos. Conviene destacar, en primer lugar, que
demás países del C o n o Sur es que en este caso el proceso de transición no se produjo en Para-
no se trata de restaurar ninguna tradición de- guay por presión de la sociedad civil, pese a los
mocrática. Desde la Guerra Civil de 1947, Pa- esfuerzos de los dirigentes de la oposición, sino
raguay vivía en un régimen de partido único que fue resultado de una intervención militar.
que se confundía con la propia institución mili- Además, pese a la relativa apertura del régi-
tar. El Partido «Colorado», que en 1954 había m e n , después del golpe de Estado fue una vez
asegurado a Stroessner el 98 % de los votos gra- más un militar el que se sirvió de la maquinaria
cias a la presión de las armas, participa desde del Estado y el apoyo del partido hegemónico
1963 en elecciones formalmente pluralistas que para desencadenar el proceso electoral en el es-
además del «orden y la paz» habían permitido pacio de tres meses. Asociados a una situación
a Stroessner ocho mandatos presidenciales su- económica sin crisis (crecimiento neto del 3 %,
cesivos. Sin embargo, a partir de 1967 la refor- deuda externa razonable y una inflación media
m a constitucional toleró la existencia de una de 40 a 50 % ) , estos factores explican en gran
oposición formada por el Partido Liberal Radi- parte el apoyo masivo a Rodríguez. E n térmi-
cal, el Partido Liberal y el Partido Febrerista y nos m á s generales y dada la larga tradición de
obtuvo automáticamente la tercera parte de los conformismo político y apoyo ritualizado al
escaños del Congreso. candidato oficial del Gobierno, nadie esperaba
El Partido «Colorado» dominante, «conser- una explosión electoral de la oposición, compa-
vador pero no clerical», estuvo siempre c o m - rable en cierto m o d o a la de los demás países
pletamente controlado por Stroessner que lo del C o n o Sur.
purgó de todos sus rivales. C o m o subraya R o u - En realidad, el proceso de transición políti-
gié, los partidos tradicionales de Paraguay «son ca a la paraguaya sólo comenzará con las elec-
ante todo comunidades sociales de las que se ciones municipales de marzo de 1991 y la ela-
esperan servicios y protección». Todos los fun- boración de una Constitución para 1992, a
cionarios del Estado o de los municipios deben condición de superar previamente las formas
afiliarse obligatoriamente al partido y se exige tradicionales de clientelismo y populismo que
la tarjeta correspondiente a toda persona que han inhibido la legitimidad de la retórica polí-
desee obtener subsidios o sueldos del Estado (8, tica moderna en un país agrario con desigual-
pág. 228). C o m o observa un especialista para- dades sociales cada vez mayores, en el que el
guayo, «ningún sistema puede funcionar de voto urbano no se diferencia del voto rural13.
322 Hélgio Trindade

La alternancia en el poder: José Sarney que representa a los moderados del


Argentina y Brasil P D S frente a la candidatura presidencial de
Paul Maluf (candidato de los militares). E n
Las elecciones presidenciales de Argentina, enero de 1985 se reúne el Colegio Electoral,
Brasil y Uruguay tienen tres características co- compuesto de 686 compromisarios, y Tancre-
munes: fueron la segunda votación de este tipo do Neves obtiene la mayoría absoluta de 480
durante la transición democrática; los candida- votos (69,97 % ) , de los cuales 280 provenían
tos presentados por el gobierno que había ini- del P M B D y 166 de los disidentes del P D S . Por
ciado la transición fueron derrotados; sin e m - su parte, el candidato del partido del Gobierno,
bargo, marcaron u n hito al asegurar la Paul Maluf, sólo obtiene 174 votos (25,35 % ) .
alternancia del poder civil sin traumatismos. Pero Tancredo Neves muere algunos meses
Este último elemento es especialmente signifi- más tarde sin haber asumido sus funciones, lo
cativo sobre todo en Argentina, donde la elec- que suscita una profunda frustración nacional.
ción de Carlos M e n e m constituye la primera El vicepresidente José Sarney, que lo reempla-
alternancia regular en el poder desde 1916. zará, no logrará transferir a su persona la mis-
Las dos elecciones presidenciales de 1989 m a legitimidad.
en Argentina y Brasil presentan características E n cuanto a las elecciones de 1989, la acce-
similares. Para comprender mejor sus resulta- sión de M e n e m a la presidencia de la República
dos en relación con el proceso de transición de- Argentina significa un retorno a la supremacía
mocrática es preciso remontarnos a la elección del peronismo. Pese a las disensiones internas,
inicial de Alfonsín en 1983 en Argentina, y a la éste pasa del 3 9 % en 1983 al 4 6 % en 1989,
de Tancredo Neves en 1984, en Brasil. Si bien aunque sin llegar al nivel alcanzado en las elec-
la elección de Alfonsín fue directa y la de Tan- ciones de 1973 (49 %). Por su parte, el porcen-
credo Neves indirecta, las dos tuvieron lugar en taje de los radicales pasa del 52 % al 36 %. El
una atmósfera de gran movilización de la socie- peronismo encuentra su fuerza en los sectores
dad. Asimismo, los dos vencedores se presenta- marginalizados, mientras que la clase media re-
ron bajo los colores reformistas de centro-iz- tira parte de su apoyo al radicalismo. Ello refle-
quierda y se pronunciaron en favor del proceso ja la crisis profunda que afecta a Argentina.
de democratización institucional. En efecto, la crisis económica y financiera,
En el caso de Argentina la facción más pro- agravada por el fracaso del Plan Austral, viene
gresista de la Unión Cívica Radical ( U C R ) , a sumarse a la agitación de los militares para
apoyada por la Confederación Federalista In- provocar una erosión de la popularidad del
dependiente (CFI), logró la mayoría absoluta Presidente Alfonsín. E n Brasil el resultado fi-
de votos y de escaños en la Cámara Federal nal es también prácticamente el m i s m o , aun-
(50,8 % contra 39,7 % de los peronistas del Par- que el proceso es diferente. Al llegar al poder,
tido Justicialista). La victoria de Alfonsín, esti- José Sarney sufre las consecuencias de su ende-
mulada por el clima de transición democrática, ble legitimidad. Esta situación cambió después
duplicó los votos de la U C R : pasaron del gracias al efecto positivo inicial del «Plan Cru-
21,0% en 1973 al 52,0% en 1983. Así, la derro- zado». Durante todo el año 1986, éste procura
ta del Partido Justicialista ponía fin a la apa- a Sarney índices elevados de popularidad: en
rente invencibilidad del peronismo, incluso si octubre de ese mismo año harán posible la elec-
en las elecciones legislativas posteriores hubie- ción de todos los candidatos de la Alianza D e -
ra una cierta regresión de la U C R . mocrática al gobierno de los distintos Estados.
En el caso de Brasil, la elección indirecta de A d e m á s , el P M D B logra conquistar el 55,78 %
Tancredo Neves se inscribe en el pacto político de los escaños del Congreso Constituyente (38
de transición, que reúne en la Alianza D e m o - en el Senado y 168 en la Cámara de Diputa-
crática el partido más fuerte de la oposición -el dos). Sin embargo, a comienzos de 1987 empie-
P M D B - y los disidentes moderados del parti- za a observarse el estancamiento del «Plan
do del Gobierno -el P D S . Estos últimos adop- Cruzado», lo que modifica considerablemente
tan entonces el nombre de «Frente Liberal» y, la opinión revelada por los sondeos. Los inten-
más tarde, el de Partido del Frente Liberal tos frustrados de controlar la inflación median-
(PFL). Paralelamente, la Alianza presenta co- te nuevas políticas económicas -choques hete-
m o candidato a la vicepresidencia al senador rodoxos- sólo lograrán acelerar la pérdida de
Elecciones presidenciales y transición política en América latina 323

En Paraguay, el arcaico autoritarismo patrimonial del general Stroessner se vino abajo en 1989. dando paso a una
transición controlada: desfile en Asunción de la A r m a d a y de la Iglesia, en agosto de 1984. dos instituciones que
fueron los pilares de la dictadura. Nachtwey/Magnum

legitimidad del presidente cuya popularidad si- el proceso electoral. Las elecciones municipales
gue en descenso debido a la ineficiência y los de 1988, en las que los candidatos del P M D B
altos índices de corrupción gubernamental. son vencidos en sus feudos urbanos tradiciona-
Tres grandes factores contribuyen a la rup- les y en las que son elegidos alcaldes del P T o
tura del gobierno con importantes sectores de del P D S en las capitales de los Estados de São
la sociedad. E n primer lugar, la frustración Paulo, Rio Grande do Sul, Espirito Santo, Per-
creada por la gran expectativa que creó el largo nambuco y Santa Catarina, indican claramente
proceso de trabajo de la Asamblea Constitu- que el apoyo del Gobierno había descendido
yente; luego los esfuerzos del presidente por mucho.
prolongar la duración de su mandato de cuatro Tras la primera vuelta de las elecciones pre-
a cinco años; y por último, la división de la coa- sidenciales del 15 de noviembre de 1989, se en-
lición gubernamental en torno a cuestiones crí- frentan para la segunda los candidatos Fernan-
ticas planteadas por la Constituyente. En par- 'do Collor de Mello (25,11 %) -apoyado por un
ticular la reforma agraria produce u n partido de nueva creación, el Partido de Reno-
reagrupamiento fuera del partido -el «Cen- vación Nacional ( P R N ) - y Luiz Inácio Lula da
trão»-, cuyo objetivo es bloquearla. Silva (14,6%), candidato del Partido de los
De manera más general, los ataques conjun- Trabajadores (PT), que en la primera vuelta es-
tos de los nostálgicos del régimen militar y la tuvo seguido de cerca por el candidato populis-
izquierda ideológica contra el Gobierno de Sar- ta, Leonel Brizóla, el cual había obtenido el
ney y el P M D B van a hacerse sentir después en 13,60 % de los votos. Este resultado muestra la
324 Hélgio Trindade

volatización de los votos y el efecto negativo de tauración democrática a la uruguaya, conse-


la erosión de la clase política. El fenómeno es cuencia del pacto de 1984 entre civiles y milita-
todavía m á s evidente si se observa que el presi- res, cuyo objeto era el retorno a modelos políti-
dente del P M D B , partido que posee el mayor cos anteriores («restauración»), en particular, la
número de escaños en el Congreso Nacional, reconstrucción del bipartidismo tradicional en
recibió apenas el 3,9 % de los votos en la prime- un «Frente Amplio», la confirmación de la vi-
ra vuelta. El efecto Collor, que aumentó en la gencia del pacto social y la confirmación de la
segunda vuelta -42,75 % contra 37,36 % para amnistía política. Por otra parte, el gobierno
su adversario-, introdujo el debate sobre el pa- «Colorado» de Sanguinetti no debía soportar
pel de los partidos políticos y los cambios en los efectos negativos de un proceso inflacionista
marcha en la cultura política. galopante ni la presión de una deuda externa tan
Tanto en el caso de Argentina c o m o en el de grande c o m o las de Argentina y Brasil. En con-
Brasil, conviene subrayar en relación con esas secuencia, sólo estaba constreñido por factores
votaciones que la crisis económica y la tenden- esencialmente políticos, sociales y militares.
cia a la hiperinflación, que es una de sus conse- El primer problema al que hubo de enfren-
cuencias, tienen efectos m á s corrosivos que los tarse en 1984 fue disponer de la base política
problemas políticos o militares. La situación necesaria para su acción, ya que los «Colora-
económica de América latina afecta cada vez dos» eran minoritarios en el Parlamento. El
m á s a la vida de las personas de manera tan Partido Nacional «Blanco», que en agosto de
profunda que se convierte en la variable m á s 1984 se había retirado de las negociaciones en-
importante para determinar la conducta electo- tre el ejército y los partidos de oposición, defi-
ral. Por consiguiente, los factores a corto plazo nió su estrategia sobre todo en función de la
tienen un peso mayor que los factores a largo esperanza de gobernar en 1989 (aceptando, sin
plazo. Sin embargo, en Argentina los efectos se- embargo, colaborar para «estabilizar el régi-
cundarios de las crisis militares sucesivas, y en m e n democrático que renacía y contribuyendo
Brasil la evaluación negativa de la actuación de a la gobernabilidad»M).
la clase política, afectan también a la imagen de Las dos preocupaciones políticas centrales,
los primeros gobiernos de transición. es decir, la gobernabilidad y la restauración del
N o obstante, este fenómeno se refleja de sistema político anterior al golpe de Estado de
m o d o distinto en los resultados obtenidos por 1973, acapararon gran parte de las energías del
los dos partidos mayoritarios de la transición Gobierno.
en Brasil y en Argentina. La derrota del P M D B Según Rial, la primera de esas tareas se rea-
traduce un rechazo total del electorado. En Ar- lizó de manera adecuada. A su juicio, se logró
gentina, la U C R , aunque alejada del poder por la gobernabilidad gracias a un apoyo informal
los peronistas, conserva, por el contrario, un de una parte del Partido «Colorado» y de gran
nivel bastante apreciable de apoyo electoral. parte del Partido Nacional, que garantizaba la
Esta divergencia explica por qué el electorado coalición mínima necesaria para hacer avanzar
brasileño votó a favor de Collor. Por el contra- la gestión normal de la administración15. El se-
rio, pese a la victoria de M e n e m , la U C R se gundo objetivo se vio facilitado por su profun-
mantiene visiblemente por encima de su nivel do arraigo en la cultura política uruguaya. L a
histórico de los dos decenios anteriores (cerca restauración «de las instituciones políticas, so-
del 25 % de los votos). ciales y culturales del Uruguay se produjo en la
imaginación política de la sociedad uruguaya
(...) c o m o una especie de idea de retorno a una
El fin de la restauración democrática: edad de oro», en la que Uruguay aparecía c o m o
Uruguay la «Suiza de América latina»16.
Aunque la alternancia en el poder del primer Sin embargo, las esperanzas frustradas en
gobierno de transición haya constituido una ca- las negociaciones sobre la economía y la políti-
racterística c o m ú n a las elecciones presidencia- ca social alejaron a los sindicatos. Asimismo, la
les de Uruguay, Argentina y Brasil, en el prime- negativa del Gobierno a incluir en el programa
ro de estos países se celebraron en un contexto de debates el tema de la violación de los dere-
de legitimidad menos deteriorado que en los chos humanos alejó al «Frente Amplio» de to-
otros dos. Ese contexto tenía su origen en la res- do acuerdo político.
Elecciones presidenciales y transición política en América latina 325

El intento de solución que se dio al proble- otra, «los casos m á s recientes de Portugal, Gre-
m a de las violaciones de los derechos humanos cia y España contradicen tal hipótesis. En estos
perpetradas por los militares, es decir, la a m -países no se confirma la supuestafidelidada un
nistía previa a la Ley de caducidad de la facul- partido y se producen cambios considerables
tad punitiva del Estado, aprobada en diciem- en el voto»"'. Las elecciones presidenciales re-
bre de 1986, así c o m o la poca atención que se cientes en los países del C o n o Sur, y en particu-
prestó a las reformas institucionales en el ejér-lar Argentina, Brasil y Uruguay, siguen m á s
cito, suscitaron una gran insatisfacción en los bien el modelo de los países del sur de Europa.
sectores m á s movilizados de las organizaciones Sin embargo, este fenómeno no se explica pro-
políticas de izquierda y en la sociedad civil en bablemente sólo por la dinámica electoral, sino
general. La solución política de este problema que depende también de otros factores m á s o
sólo se logró en abril de 1989, afinalesdel m a n -
menos inmediatos, inherentes a los procesos
dato de Sanguinetti, con un referéndum nacio- mismos de transición.
nal en el que el 55,9 % de los votantes confir- En el artículo titulado: « ¿ C ó m o y dónde se
maron la validez de la «Ley de caducidad». bloquean las transiciones hacia la democra-
Así, el gobierno de Sanguinetti terminó por cia?», Przeworski considera que el objetivo de-
agotar sus recursos políticos y perder una parte seable «supondría un marco institucional que
importante del apoyo de que gozaba ante la permita transformaciones sociales y económi-
opinión pública. En las elecciones presidencia- cas, un régimen competitivo y representativo y
les de 1985, el Partido «Colorado» obtuvo ape- unos militares bajo el control civil». Sin embar-
nas el 30,31 % de los votos, mientras que el go, el autor admite que la mayoría de los proce-
Partido Nacional logró el 38,9 % de los sufra- sos de transición, si no todos, quedan bloquea-
gios con su candidato Luis Lacalle. A este res- dos a mitad de camino 17 . Entre los objetivos
pecto, son dignos de atención dos hechos. E n propuestos por Przeworski el m á s difícil es el
primer lugar, la victoria del Partido Nacional o control civil de los militares, logrado sólo en los
«Blanco» supone, tan sólo, el segundo caso de recientes procesos de transición en España y en
alternancia histórica en el gobierno en la histo-Grecia. Por otra parte, este autor no da la debi-
ria política de Uruguay. Constituye, pues, una da importancia a la relación que existe entre las
especie de éxito democrático. Por otra parte, el transformaciones sociales y económicas deri-
gran aumento de electores del Frente Amplio y vadas de los regímenes militares y el funciona-
de la izquierda, que reúnen el 30,2 % de los vo- miento efectivo de un régimen competitivo y
tos y conquistan la alcaldía de Montevideo con representativo. A su juicio, «existen buenas ra-
el 47 % de los sufragios locales, representa u n zones para pensar que las limitaciones son ins-
cambio. Estos resultados, que prueban la deca- titucionales y no económicas»^.
dencia de los partidos «Colorado» y «Nacio- En realidad, las consideraciones de Prze-
nal» (Blanco), indican en términos m á s genera- worski no parecen aplicarse a las transiciones
les la «crisis del bipartidismo tradicional» (Sie-
latinoamericanas, en las que los principales
rra) y el «fin de la restauración» (Rial). obstáculos obedecen, sin duda alguna, a limita-
ciones m á s económicas que institucionales.
Por lo que atañe a los países del Cono Sur, su
Las elecciones, las transición revela con toda claridad que el prin-
transformaciones socioeconómicas cipal factor de bloqueo en un contexto de valo-
y la nueva cultura política rización de la democracia, de las instituciones
representativas y de los procesos de participa-
Del análisis comparativo de las elecciones fun- ción político-electoral, se debe a las transfor-
dadoras en las experiencias de transición se de- maciones económicosociales heredadas del pe-
ducen enseñanzas contradictorias. Por una par- ríodo autoritario. Estas afectan a los modelos
te, «el examen de algunas elecciones fundado- tradicionales de la cultura política dominante
ras en el pasado (Francia en 1842; Finlandia en en otro tiempo, mientras que los efectos corro-
1907; Alemania en 1919; Italia en 1948 y Ja- sivos de la crisis económica y de la cultura de la
pón en 1952) sugiere que la distribución de las inflación se reflejan concretamente en la vida
preferencias de los electores suele mantenerse cotidiana de las personas y sus actitudes respec-
relativamente constante en el tiempo». Por to de la política.
326 Hélgio Trindade

rwKNAÂMàM

Estos dos factores han influido considera- El resultado de las elecciones de Argentina
blemente en la visión global que las personas indicó que la política parecía ser el reflejo de la
tienen de la política. Hace algunos años, los economía en la medida en que la hiperinflación
sondeos de opinión revelaban un alto grado de causaba una desarticulación paulatina del pro-
apatía política, debido a una percepción que ceso productivo. En un contexto de reflujo po-
disociaba la acción gubernamental de sus efec- lítico y desagregación de la sociedad, este efec-
tos en la vida concreta de la mayoría de la po- to en los partidos tendía a aumentar la fluidez
blación. La gravedad de la crisis y la dinámica del sistema de partidos en la medida en que
inflacionista han transformado esa situación. cada uno de los importantes comenzaba a inte-
La lógica de la acción gubernamental y sus con- rrogarse sobre la recomposición de las fuerzas
secuencias sociales se han hecho visibles ya que internas y la definición esencial de los modelos
influyen directamente en el comportamiento de sociedad que se proponen 20 . E n el caso de
político tanto individual c o m o colectivo. Se- Brasil, esos factores se manifestaron también
gún O'Donnell y Schmitter, «este proceso ejer- con la cuasiparalización del proceso de transi-
ce un efecto pendular en el proceso electoral. ción bajo el gobierno de Sarney. Esa interpreta-
En el pasado, las preferencias electorales cam- ción del efecto destructor de lo económico so-
biaban de manera esporádica pero irreversible, bre lo político no escapó al análisis de Bolívar
mientras que hoy parece que los electores qui- Lamounier, quien en vísperas de las elecciones
sieran m á s bien castigar a los hombres políti- presidenciales escribía: « L o ocurrido con el
cos, tanto de derecha c o m o de izquierda, por lo Plan Cruzado II fue m á s que un fracaso econó-
que consideran una administración incompe- mico, pues dio lugar a una grave crisis de con-
tente de los asuntos públicos»'1'. fianza. C o m o tenía que suceder, el mal conta-
Elecciones presidenciales y transición politica en América latina 327

Te Seguimos!
A la izquierda- La elección del radical Raúl Alfonsín a la Presidencia de la República Argentina, en 1983. finalizó
con la dictadura militar. Magnum Arriba: E n 1989, es el peronista Carlos M e n e m quien es elegido presidente. Renier/
Sipa
328 Hc'lgio Trindade

minó rápidamente todo el sistema. L a Consti- El problema actual m á s importante es, por
tuyente misma no tuvo el impacto regenerador lo tanto, recrear una vida política en contextos
que muchos esperaban. D e manera general, en trastornados por la modernización conserva-
el Congreso, en las asambleas de los distintos dora y por una aguda crisis económica. Sin e m -
Estados y en los consejos municipales la clase bargo, la situación en los diversos países varía
política no se dio cuenta de que el virus se ha- según estén asociadas a procesos de estanca-
bía generalizado»21. miento o de dinamismo económico a largo pla-
En las sociedades cuyos niveles de pauperi- zo. A este respecto Uruguay, casi inmóvil, se
zación y marginalización social son intolera- diferencia en m u c h o de Brasil y de Argentina.
bles, la fragilidad de las instituciones represen- E n el caso de Brasil, «la industrialización alia-
tativas se acentúa considerablemente, ponien- da al capital transnacional afecta profunda-
do en grave peligro la transición y la con- mente a la sociedad»24. Por su parte, Argentina
solidación democrática, debido al impacto de sufre de la frustración causada por el fracaso
la crisis económica, de las políticas de «cho- del presidente Alfonsín, incapaz de desarraigar
que» y de las estrategias neoliberales destina- el síndrome argentino, asociado a los fracasos
das a invertir la situación de presión social y de políticos y económicos de los cuarenta años an-
recesión económica prolongada. Según L a m o u - teriores25. Sin embargo, c o m o subraya Weffort,
nier, si Brasil no logra superar el «reto social», si los países del C o n o Sur se diferencian en el
no podrá preservar ni la democracia ni una vi- plano estructural, todos presentan una «seme-
da social civilizada22. janza por lo que se refiere a los efectos de la cri-
Aunque existen diferencias en las situacio- sis».
nes de crisis de los países del C o n o Sur, los cam- C o n todo, «el éxito económico del régimen
bios que se han producido en la cultura política militar brasileño estableció las premisas para
tienden a dificultar el proceso de redemocratiza- unos cambios culturales y políticos importan-
ción. La intervención de los militares en la vida tes»26. La m i s m a observación se aplica a Chile.
política y los efectos que la modernización con- Pese a diferencias que se remontan al período
servadora ejerce en la memoria política hacen preautoritario. esos cambios tuvieron mayores
complejas las tareas de la reinvención de la polí- repercusiones en esos dos países, en los que fue
tica. Uruguay es una excepción. U n largo perío- m u y claro el éxito de la modernización conser-
do de estabilidad democrática y u n sistema de vadora. Rodrigo Baño observa que «la combi-
partidos bien estructurado han logrado que la nación de la economía liberal y el autoritaris-
transición sirva c o m o una especie de puente ha- m o político ocasiona profundos cambios en la
cia la «restauración» de las instituciones del pa- estructura social, configurando así un nuevo
sado. E n otros países, la cuestión fundamental orden social. El régimen autoritario desarticula
sigue siendo la reinvención de la democracia. la organización política y de partidos existentes
Impedidos por una larga tradición de partidos que canalizaba toda la organización social
que se confundían con el Estado, Brasil y Para- (...)». Esa desarticulación engendra «un alto ín-
guay se diferencian de países c o m o Uruguay y dice de atomización social» y se traduce en una
Chile. E n éstos, el sistema de partidos, unido a cultura política en la que sectores importantes
ciertos sectores representativos de la sociedad, de la población se encuentran al margen de una
ha permitido prácticas democráticas que se han cultura política democrática27.
consolidado en la memoria política nacional, lo Por lo que se refiere a Brasil, Moisés consi-
que no ha sucedido en Brasil. El caso de Argenti- dera que el «contexto actual» es diferente del
na es intermedio. Hasta los años treinta ese país del período autoritario. «Se desarrolla en una
tuvo una experiencia democrática precoz y lue- sociedad m á s urbana, m á s diversificada desde
go entró en un ciclo de inestabilidad política sin el punto de vista social y m u c h o m á s compleja
precedentes en América latina. Mientras que en en la expresión de sus reivindicaciones socia-
Uruguay y en Chile la ciudadanía se consolidó les, económicas y políticas». Al igual que Baño,
mediante una tradición política estable, en Bra- Moisés reconoce que la salida de la crisis «re-
sil, Argentina y Paraguay se construyó dentro quiere la gestación de nuevas formas de conce-
de las reservas de una «ciudadanía reglamenta- bir y practicar la política»; que «se necesitan
da» 23 que representa un obstáculo a la constitu- cambios en la cultura política; y que si éstos
ción democrática. rebasan la capacidad de organización institu-
Elecciones presidenciales y transición politica en América latina 329

cional necesaria para el proceso de democrati- grandes medios de comunicación. El «cesaris-


zación política, tendrán pocas posibilidades de m o electrónico», asociado al fenómeno Collor,
transformar el panorama de los países del C o n o ha demostrado su eficacia política en un con-
Sur»28. texto de una volatilidad creciente del voto. L a
E n la coyuntura de los países del C o n o Sur, situación es propicia para la intensificación de
la interacción entre la cultura de crisis y la cul- un populismo moderno. Por ello, el mayor peli-
tura política configura así la variable estratégi- gro para la transición política sería que, si-
ca para interpretar los resultados de las eleccio- guiendo el rumbo del proyecto neoliberal do-
nes presidenciales y el bloqueo del proceso de minante, resultaran triunfadores los nuevos
consolidación democrática. El cambio de las populismos de derecha de Collor y M e n e m , o
instituciones y de la cultura política se ve some- bien, en la hipótesis de un fracaso de esta nueva
tido a los avatares de las políticas económicas corriente, que renaciera el viejo populismo de
llamadas de choque. Es difícil prever el resul- izquierda c o m o reacción nacionalista a la inter-
tado económico y social a medio y largo plazo nacionalización de la economía. E n ambos ca-
de esta estrategia neoliberal. Sin embargo, ésta sos se bloquearía la consolidación democrática,
no se puede disociar del proyecto político al sujeta a las incertidumbres de los resultados
que va unida. Debido a esta relación, las socie- económicos.
dades latinoamericanas -cuyo ejemplo m á s
avanzado es Brasil- están engendrando una Traducido del francés
nueva cultura política bajo la influencia de los

Notas

1. Weffort. Francisco C , Novos Estudos. São Paulo. 1984, electores inscritos, sólo votaron
Incertezas da transição na América n u m . 9. págs. 36-46. 1.202.826, de los cuales 894.374 lo
Latina, en: Moisés, José A . y hicieron por el presidente elegido.
Albuquerque, J.A. Guilhon (org.) 7. Apsi. n ú m . 273. año XIII. Del (Tomado de: Resultados oficiales
Dilemas da Consolidação da 10 a 16 de octubre de 1988. de las lecciones generales de m a y o
Democracia. São Paulo, Paz e Santiago, págs. 3 y 8. de 1989 -Instituto Paraguayo para
Terra, 1989, pág. 93. la Integración de América latina,
8. Rouquié, Alain. L'Etat n ú m . 13, m a y o de 1989).
2. Fajnzylber. Fernando. Militaire en Amérique Latine.
Reflexión sobre límites y Paris, éd. du Seuil. 1982, pág. 222. 13. En la capital, los sufragios
potencialidades económicas de la favorables a Rodríguez alcanzaron
Democratización, Forum Cone 9. Weffort. F. Op. cit.. pág. 84. un porcentaje significativamente
Sul. I L D E S , julio de 1985. similar al del resto del país:
10. Estigarribia, José F. Fernández 73,84 % en Asunción y 74.36 % en
3. O'Donnell. Guilhermo. y Simon. José Luiz. La sociedad el conjunto del país. El electorado
Schmitter, Philippe e Whitehead internacional y el Estado de la capital representa el 18,75 %
(ed.) Transições do regime autoritario del Paraguay. Asunción del total.
autoritário: América Latina. São del Paraguay, Editorial Aravera,
Paulo. Vértice, 1988, pág. 27. 1987. pág. 21. 14. Sierra, Gerónimo de. Los
problemas de la democratización:
4. Weffort, F. Op. cit. pág. 85. 11. Arditi, Benjamín. La policidad ¿hacia dónde vamos'Montevideo.
de la crisis y la cuestión CIEDUR, 1, mayo de 1988,
5. Rapport en el Coloquio « A democrática: poder político, pág. 10.
transição política: necessidade e economía y sociedad en el
limites da negociação». Paraguay. 15. Rial, Y van. Urugua y:
Universidades de São Paulo, São CLACSÓ-ANPOCS-UFRGS. elecciones de 1989. Montevideo.
Paulo, julio de 1987. Porto Alegre, julio de 1986, Peitho, Sociedad de Análisis
pág. 76. Político, febrero de 1990, pág. VII.
6. Véase Przeworski, A d a m . « A m a
a incerteza e serás democrático.» 12. D e un total de 2.226.061 16. O'Donnell, Guilhermo y
330 Hélgio Trindade

Schmitter, Philippe. Op. cit., 2 1. Lamounier, Bolivar. « A 24. Juan Rial citado por Weffort,
pág. 103. democracia e o desafio social». Francisco. Op. cit.. pág. 3.
Afinal. São Paulo, 5 septiembre de
17. Przeworski, A d a m . Como e 1989, págs. 25 y 27. 25. Cavarozzi, Marcelo y Grossi,
onde se bloqueiam as iraosições Maria. Op. cit., pág. 3.
para a democracia'.'en: Moisés. 22. Ibid.
José Alvaro y Albuquerque. J.A. 26. Weffort. Francisco. Op. cil.
Guilhon de. Op. cil., pág. 42. 23. Véase Wanderley Guilherme págs. 90 y 91.
dos Santos. Cidadania e Justiça.
18. ¡Nd
Rio de Janeiro, C a m p u s , 1979, 27. Baño, Rodrigo. Chile,
pág. 75. Seminario Internacional «Eleições
19. O'Donnell. Guilhermo y
Schmitter. Philippe. Op. cil.. « Ciudadanía reglamentada Presidenciais e Mudança Política
significa, a mi juicio, la ciudadanía no Cone sul da América Latina»,
pág. 103.
cuyas raíces se encuentran no en Florianópolis, junio de 1990
20. Cavarozzi, Marcelo y Grossi. un código de valores políticos, sino (mimeo).
María. De la reinvención en un sistema de estratificación
democrática al reflujo politico y la profesional (...). Son ciudadanos 28. Moisés. José Alvaro. «Dilemas
hipcrinjlación. Buenos Aires. todos los miembros de la da Consolidação Democrática n o
Grupo de Trabajo de Partidos comunidad que ejercen una de las Brasil», en Moisés, José Alvaro e
Políticos. C L A C S O / C E D E S , 12 ocupaciones reconocidas y Albuquerque. J.A. Guilhon de. Op.
noviembre de 1989. págs. 35 y 27. definidas por la ley.» cit., pág. 121
Del comunismo a la democracia.
Nueva visión del cambio de régimen
en Hungría y Checoslovaquia

Pietro Grilli di Cortona

El período de transición iniciado con la caída países habían vivido épocas de democracia
de los regímenes comunistas en Europa es el m á s o menos plena. E n el período anterior a la
más reciente de los procesos de democratiza- Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia go-
ción que se han producido en los últimos veinte zaba de un sistema democrático estable. D u -
años y que han afectado también a la Europa rante la República de Weimar, Alemania había
meridional (España, Grecia y Portugal) y a tenido una democracia relativamente menos
América latina (los casos m á s recientes son estable y m á s breve, mientras que Polonia vi-
Chile y Nicaragua). vió una democracia precaria e intermitente.
El objetivo de este artículo es examinar la Después de la guerra, las circunstancias inter-
transición del comunismo a la democracia en nacionales subsecuentes permitieron que C h e -
Hungría y Checoslovaquia. coslovaquia restaurara su
Ante todo intentaremos re- democracia y que Hungría
Pietro Gnlli di Cortona, nacido en Flo-
construir y comparar los rencia en 1954, es «Ricercatore» (profe- t omara un derrotero
procesos respectivos de sor ayudante) de ciencias políticas en el democrático. Prueba de es-
transición y de instaura- Departamento de Estudios Políticos de ta evolución de la posgue-
la Universidad «La Sapienza» de R o - rra -interrumpida prema-
ción de la democracia. Pos- m a . Es uno de los especialistas italianos
teriormente, haremos c o m - en materia de regímenes comunistas y turamente por el estableci-
paraciones m á s amplias, ha publicado Le crisi polinche net regí- miento de los regímenes
por ejemplo, entre los ras- mi coimmisti. Ungheria, Cecoslovacehia comunistas- son el amplio
e Polonia da Stalin agli anni allanta.
gos propios de la transición Milán, Angeli, 1989, Rivolttzioni ehuro- sistema de partidos y las
a la democracia en los paí- crazie. Continuitù e mutamento negli elecciones libres en esos
ses comunistas y los pecu- Statt rivoluzionari. Milán, Angeli. 1991, países (Seton-Watson,
así c o m o muchos artículos sobre estos
liares de los procesos aná- temas. Su dirección: Via Cásale Giulia- 1952;Fejtö, 1976).
logos en los regímenes au- ni, 71.00141 R o m a , Italia. Otro rasgo c o m ú n de
toritarios no comunistas o los cuatro países citados es
entre las variantes que se que todos ellos se esforza-
observan en los procesos de transición dentro ron en atenuar la rigidez del régimen comunis-
de la propia Europa Oriental. Por último, eva- ta o incluso en rechazarlo completamente. E n
luaremos las perspectivas de consolidación de- este sentido deben interpretarse las crisis de
mocrática de Hungría y Checoslovaquia a la Berlín Oriental (1953), de Hungría (1956) y de
luz de nuestras consideraciones y de los prece- Checoslovaquia (1968) y las que se repitieron
dentes históricos respectivos. entre 1956 y 1981 en Polonia (Grilli di Corto-
En los dos casos que vamos a estudiar -pero na, 1989).
también en los de Polonia y Alemania Orien- Dentro de este grupo de países, Hungría y
tal- podemos hablar de «redemocratización», Checoslovaquia constituyen los casos m á s
aunque con muchas precauciones y cuidando «normales», es decir carentes de variables pro-
de no subestimar las diferencias. Antes de la pias «complejas», c o m o la perspectiva y la es-
conquista del poder por los comunistas, esos peranza de la reunificación en Alemania Orien-

R I C S 128/Junio 1991
332 Pielro Gri/li di Cartona

tal y la fuerte y tradicional intervención social ción que se produjo en Hungría, mientras que
de la Iglesia católica en Polonia. en Checoslovaquia se dio el otro caso (ambos
D e b e m o s comenzar por definir el significa- fenómenos son prácticamente simultáneos).
do de algunos términos clave que vamos a utili-
zar. Por transición entendemos esa fase inter-
media y a m e n u d o confusa que comienza con El fin del régimen comunista y
la disolución de un régimen político y termina el comienzo de la democratización.
con el establecimiento de otro. La fluidez insti- Diversidad de antecedentes
tucional que se produce durante la transición
se debe al hecho de que la forma de gobierno Las diferencias en cuanto a las vías hacia la
que está desapareciendo no ha sido sustituida transición pueden explicarse en cierta medida
aún por una nueva estructura institucional con por las distintas maneras en que ambos regíme-
nuevos principios organizativos y nuevas leyes. nes comunistas se plantearon el problema de la
Cuando un sistema no democrático cede el pa- falta de legitimidad interna. Tras superar sus
so a otro democrático, la instauración (o d e m o -
crisis de 1956 y 1968 respectivamente, las éli-
cratización) alcanza su m o m e n t o decisivo entes de Hungría y de Checoslovaquia necesita-
las primeras elecciones competitivas y legales ban asegurar la superviviencia y la continuidad
(O'Donnell y Schmitter, 1 9 8 6 ; Morlino, del régimen y evitar la repetición de fenómenos
1986a). El término implica, pues, el pleno reco-importantes de oposición. C o n tales fines
nocimiento de los derechos civiles y políticos, adoptaron estrategias diferentes. El método de
un nuevo pluralismo político - y , con él, la exis-
Husak fue ante todo el de la represión. Se m a n -
tencia de partidos, sindicatos y grupos diver- tuvo a la sociedad sometida a un control rigu-
sos- y la adopción de todos los procedimientos roso y se expulsó del partido a todos los m i e m -
y condiciones que son requisitos previos de la bros que habían apoyado la «Primavera de
democracia1. N o siempre es posible establecer Praga» (Wightman, 1983). E n cambio, Kadar
una distinción neta entre la transición y la ins-
llegó a la conclusión de que. si bien era preferi-
tauración, que, además, en algunas ocasiones ble no hacer concesiones políticas, había que
pueden superponerse en parte. ampliar las bases de apoyo al régimen ponien-
Hay que distinguir también entre democra- do en práctica por lo menos ciertas reformas
tización y ¡iberalización. La segunda se diferen-económicas. D e ahí que el objetivo principal
cia de la primera en que sólo entraña una con- del «Nuevo mecanismo económico» estableci-
cesión limitada, y controlada desde arriba, de do en Hungría en 1968 fuera reformar el siste-
derechos civiles y políticos que no llegan a ser m a de gestión económica concediendo mayor
completos y totales. D e ahí que la liberaliza- autonomía a las empresas y ampliando las fun-
ción pueda preceder a la democratización y ser ciones del mercado (Adam, 1987; C o m p t o n ,
uno de los rasgos de la transición: el régimen 1987:170-172; Heinrich. 1986:141-180).
hace ciertas concesiones y permite esferas de Esto explica en parte el carácter peculiar de
libertad al m i s m o tiempo que trata de mante- la ulterior transición de Hungría y el contraste
ner ciertos matices autoritarios y de poner di- entre ella y los acontecimientos en Checoslova-
que a las exigencias de participación. Es dudo- quia. En Hungría el clima era favorable a la re-
so q u e una situación semejante pueda forma incluso antes de la elección de Gorba-
mantenerse durante mucho tiempo, ya que to- chov c o m o líder del Partido Comunista de la
do proceso de liberalización tiende por natura- Unión Soviética (1985). A partir de este m o -
leza a suscitar nuevas existencias de participa- mento, el reformismo soviético fue una fuente
ción. O . inversamente, puede ocurrir que la de estímulo para acelerar el ritmo de desarrollo
transición se produzca tan rápidamente que la de la tendencia adoptada. En cambio, la peres-
liberalización y la democratización resulten ca- troïka cogió por sorpresa a los dirigentes che-
si simultáneas: la limitada concesión de dere- coslovacos, que reaccionaron ante el nuevo fe-
chos precede sólo momentáneamente a las pri- nómeno soviético más con perplejidad que con
meras elecciones libres2. Surge aquí la primera simpatía. Su única concesión a la nueva ten-
diferencia entre los dos países que estamos exa- dencia fue la decisión que Husak tomó en di-
minando: una liberalización m u y anterior a la ciembre de 1987 de no seguir desempeñando la
democratización es lo que caracteriza la transi- doble función de Presidente de la República y
Del comunismo a la democracia. Nueva visión del cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 333

? ,
îj=i çÇp^*!»,Kyy,y, -"; :-^.:

Mitin en Praga durante las elecciones legislativas de junio de 1990. c.T.K./Gammu.


334 Pietro Grilli di Cartona

de Secretario General del Partido Comunista oposición. Según Jiri Pehe (1989b), pueden
(para este segundo puesto fue elegido Milos identificarse tres etapas en esa evolución: 1) En
Jakes). los años setenta los objetivos de la Carta 77 se
limitaban a los derechos humanos. Cualquier
otro tema se habría considerado en ese m o m e n -
La función de la sociedad civil
to un ataque contra las bases del sistema. 2) El
La disparidad entre ambas tendencias, que se número de temas de oposición aumentó duran-
acentuo a partir de 1988, se debía esencialmen- te los años ochenta: la crisis económica, la eco-
te a las diferentes actitudes de las élites gober- logía y la protección del medio ambiente, la re-
nantes. La checoslovaca se cerraba a cualquier ligión, la cooperación con Solidarno.se, la
cambio; la húngara se mostraba mejor dispues- desmilitarización de la sociedad. 3) En 1989 el
ta hacia las reformas y terminó por aceptarlas. desafío al régimen llegó hasta sus bases políti-
Sin embargo, pese a esta diferencia -que cierta- cas e ideológicas: lo que ahora se pedía era la
mente habría de tener más tarde consecuencias implantación de un sistema parlamentario.
importantes-, las dos situaciones presentaban En Hungría, por su parte, las intenciones re-
un rasgo común: un impulso hacia el renaci- formistas cada vez más explícitas de la élite go-
miento de la sociedad civil, especialmente des- bernante sirvieron casi inmediatamente de es-
pués de 1987. En ambos países se crearon nue- tímulo para que la oposición incrementara sus
vos grupos, asociaciones, partidos, editoriales y esfuerzos de organización y su actividad. Así,
revistas, y los que ya existían cobraron nueva 1988 fue también para Hungría el año de la ex-
vitalidad. Se produjeron numerosas manifesta- plosión pluralista. D e los aproximadamente 21
ciones y menudearon las exigencias de partici- grupos y movimientos identificados a media-
pación y las muestras de disentimiento. dos de 1989, no menos de 15 se habían consti-
A pesar de la actitud represiva de las autori- tuido en 1988 o en los primeros meses de 1989.
dades, a mediados de 1989 Checoslovaquia te- Sin embargo, uno de los rasgos que los distin-
nía aproximadamente 27 grupos y movimien- guían de los checoslovacos era su mayor estruc-
tos independientes que actuaban en turación. Los húngaros tenían menos miedo de
circunstancias más o menos clandestinas y pre- declararse miembros de tal o cual grupo o de
carias. D e ellos no menos de 20 se habían for- afiliarse a uno u otro, con el resultado de que
m a d o entre 1988 y comienzos de 1989. T a m - aumentó el número de afiliados y que algunos
bién había más de 40 revistas samizdat (por lo grupos lograron ramificarse a nivel local. Otro
menos 20 de ellas fundadas en 1988). A d e m á s , rasgo característico era que la tendencia refor-
sólo en Praga, en la segunda mitad de 1988, se mista de los dirigentes del Partido Socialista
produjeron tres manifestaciones que congrega- Obrero Húngaro ( P S O H ) no fue suficiente para
ron a millares de personas: el 21 de agosto (vi- evitar que los miembros se dieran de baja en el
gésimo aniversario de la invasión), el 28 de oc- mismo: entre enero y abril de 1989 el Partido
3
tubre y el 10 de diciembre. El m i s m o año, perdió un total de 30.000 miembros .
600.000 personas firmaron una petición en de- Además, se produjo el renacimiento de los
manda de mayor libertad religiosa. Pero la m o - partidos políticos. Mientras en Checoslovaquia
vilización de las fuerzas de la oposición llegó a fueron los partidos «satélites» los que inicial-
ser particularmente efectiva cuando el drama- mente presentaron tímidas demandas de auto-
turgo Vaclav Havel empezó a ser blanco de la nomía (el Partido Socialista Checoslovaco en
persecución por las autoridades (a comienzos abril de 1989. el Partido Popular Checoslovaco
de 1989) (Pehe, 1989a). en junio), en Hungría los partidos fueron refun-
El renacimiento de la sociedad civil en Che- dados completamente y a veces pudieron orga-
coslovaquia trajo consigo no sólo una prolifera- nizar sus primeros congresos con el pleno reco-
ción de grupos opositores sino también un con- nocimiento de las autoridades -tal es el caso
tenido diferente en las demandas políticas. del Foro Democrático, que celebró su Primer
Desde mediados de la década de los setenta, Congreso Nacional los días 11 y 12 de marzo de
cuando volvió a manifestarse la oposición al 1989. El Congreso aprobó los estatutos de la
régimen (con la creación de la Carta 77), y has- organización y eligió u n Presidium de 15
ta 1989, se produjo una patente evolución de miembros. A d e m á s del Foro, entre los partidos
los temas en que se inspiraba el movimiento de que se constituyeron figuraban los socialdemó-
Del comunismo a la democracia. Nueva visión del cambio de régimen en Hungria y Checoslováquia 335

cratas, los demócratas cristianos y el Partido de que Imre Poszgay hizo una declaración que ve-
la Independencia. En Checoslovaquia, en c a m - nía a revisar radicalmente la posición oficial
bio, el renacimiento de los partidos c o m o tales respecto del levantamiento de 1956 y que fue
sólo comenzó después del derrumbamiento del recibida positivamente por la mayoría de los
régimen. miembros de dicho Comité. La segunda fue el
10 de marzo, fecha en que la Asamblea Nacio-
nal aprobó el proyecto de una nueva Constitu-
La dinámica: rechazo del comunismo en
ción que incluía un sistema pluripartidista,
Hungría y hundimiento del régimen
abolía la función dirigente del partido único y
en Checoslovaquia
creaba el cargo de Presidente de la República.
Y a hemos visto que la continuidad en la transi- El Comité Central adoptó otras decisiones
ción húngara fue mayor que en la checoslovaca. importantes: el 8 de m a y o - e n la misma reu-
En el primer caso el cambio fue paulatino y li- nión en la que Kadar perdió su cargo de Presi-
neal, bajo la dirección y el control de un Parti- dente del Partido y, juntamente con otros ad-
do Comunista que lentamente fue abandonan- versarios a las reformas, la calidad de miembro
do todos sus privilegios, aguijoneado por una del Comité Central-, decidió renunciar a su de-
sociedad civil cada vez m á s activa. En el segun- recho de decidir acerca de las designaciones pa-
do caso la resistencia de la élite, privada del ra los altos cargos de la nomenklatura del
apoyo soviético que en 1968 había permitido P S O H , del Estado y de la economía. Era ésta
implantar la «normalización», se derrumbó ba- sin duda alguna una medida revolucionaria. El
jo la presión de las manifestaciones de masas. único precedente que presentaba ciertas analo-
En el primer caso, el cambio fue impuesto des- gías era el de Praga en 1968. C o n la adopción
de arriba; en el segundo, desde abajo. Examine- de tal decisión, el Comité Central abandonó
m o s brevemente las etapas principales de los una de las posiciones clave que el Partido ocu-
dos procesos de transición4. paba en la sociedad, limitando su acción en
Resulta m á s difícil identificar un punto de adelante a ejercer el control sobre las designa-
partida particular en el caso de la transición ciones internas5. También en esa ocasión, y de
húngara, dado su carácter paulatino. Sin e m - conformidad con el nuevo orden de ideas, el
bargo, y con algunas reservas, cabefijarel co- Comité decidió que el control sobre los 60.000
mienzo de la disolución del c o m u n i s m o en miembros de la milicia obrera pasaría del Par-
Hungría afinesde 1988. El surgimiento confu- tido al Gobierno.
so de grupos y asociaciones, en parte porque las En junio comenzaron las negociaciones en-
autoridades evitaban aplicar la represión en tre los representantes del P S O H y los de la opo-
gran escala, colocó al régimen en una posición sición. Los representantes de los grupos c o m u -
cada vez m á s difícil. D e esta manera la función nistas ortodoxos se constituyeron en grupo
dirigente del P S O H se tornó anacrónica y obli- para participar c o m o tercer elemento en las dis-
gó al régimen a sacar sus propias conclusiones cusiones. Las cuestiones principales del orden
de la nueva situación. El resultado fue que ace- del día eran las normas para supervisar la tran-
lerara las reformas y elaborara las líneas direc- sición a la democracia, la reforma constitucio-
trices para el establecimiento del futuro siste- nal, la función del Presidente de la República y
m a político (Comité Central, 15 de diciembre la creación de un Tribunal Constitucional. U n a
de 1988). El Partido tuvo que adoptar una posi- vez iniciadas las negociaciones, se produjeron
ción sobre tres problemas principales: 1) su re- otros acontecimientos que pueden agruparse
lación con las nuevas asociaciones indepen- en tres categorías particularmente importantes.
dientes; 2) el sistema pluripartidista; 3) el La primera se refería al Partido Socialista
futuro sistema electoral. Obrero Húngaro: en el congreso celebrado a co-
Fue en ese m o m e n t o cuando el proceso de mienzos de octubre, el P S O H proclamó su re-
desmantelamiento del antiguo régimen recibió pudio definitivo de su pasado, consolidó su
su primer ingreso esencial. Los gobernantes op- mayoría reformista interna, se reorganizó y
taron decisivamente por la reforma, lo que se cambió de nombre para convertirse en Partido
confirmó m á s tarde en dos ocasiones. La pri- Socialista Húngaro.
mera fue la reunión plenária del Comité Cen- El segundo grupo de acontecimientos giraba
tral los días 10 y 11 de febrero de 1989, en la en torno a varias consultas electorales que con-
336 Pielro Grilli di Cartona

firmaron el cariz democrático q u e estaba to- ya no era una «república popular»); 2) se dota-
m a n d o la transición así c o m o el renacimiento ba a la Asamblea Nacional de amplios poderes
de u n sistema de varios partidos. Entre esas legislativos; 3) se aceptaba formalmente el sis-
consultas h u b o varias elecciones parciales cele- tema pluripartidista y se reconocían oficial-
bradas durante el a ñ o q u e llevaron al Parla- mente los derechos h u m a n o s y civiles; 4) H u n -
m e n t o a varios candidatos de los partidos d e gría sería gobernada basándose en los princi-
oposición 6 . T a m b i é n debe mencionarse el refe- pios de la economía de mercado, y la propiedad
r é n d u m del 2 6 de n o v i e m b r e q u e d e s e m p e ñ ó privada recibiría la m i s m a protección que la
u n papel importante en la transición. L a princi- pública7. Los resultados de las dos vueltas elec-
pal de las cuatro preguntas formuladas era si las torales del 25 de marzo y del 8 de abril (basadas
elecciones para el cargo de Presidente de la R e - en un sistema electoral semiproporcional) (Pa-
pública debían celebrarse antes de las eleccio- taki, 1990) no sólo confirmaron y fortalecieron
nes libres para el Parlamento ( c o m o deseaban esas orientaciones sino que además favorecie-
los ex comunistas) o después ( c o m o querían los ron a aquellos partidos (en particular el Foro
grupos de la oposición). G a n a r o n los segundos, Democrático) que prometían una transición
a u n q u e - e n lo relativo a este asunto- por u n a m á s paulatina (cuadro 2).
p e q u e ñ a mayoría (cuadro 1). D e todas m a n e -
ras, el referéndum dejó a los ex comunistas e n C U A D R O 2. Elecciones legislativas húngaras de 1990
u n a posición netamente minoritaria y confir-
m ó su voluntad de asumir todas las consecuen- Total Por-
cias del proceso de innovación. de centaje
escaños de votos

C U A D R O 1. Resultados del referéndum del 26 de Foro Democrático 65 42,75


noviembre de 1989 en Hungría Alianza de Demócratas Libres 92 23,83
Partido Independiente
Sí No de los pequeños propietarios 43 11,40
Preguntas
(%) (%) Partido Socialista 33 8.55
Partido Demócrata Cristiano 21 5,44
¿Deben celebrarse las Alianza de Jóvenes Demócratas 21 5,44
elecciones presidenciales Otros 11 2,86
únicamente después de las
elecciones parlamentarias? 50,07 49,93 Fuente: «Magyar Hirlap», 10 de abril de 1990; Z . B . Ba-
¿Deben las organizaciones del rany. The Hungarian Democratic Forum Wins National
Elections Decisively, « R F E Report on Eastern Europe»,
partido abandonar I, 17 (27 de abril de 1990). pág. 12.
los lugares de trabajo? 95,1 4,9
¿Debe el Partido Socialista El d e r r u m b e del sistema checoslovaco fue
Húngaro rendir cuentas m á s rápido y traumático. El m o m e n t o crítico
de los bienes que posee
se produjo durante el otoño. L a evolución polí-
o administra? 95,4 4,6
tica q u e se estaba produciendo e n M o s c ú y B u -
¿Deben disolverse las Milicias dapest y el é x o d o de los alemanes orientales (en
Obreras? 94,9 5,1
parte a través de la E m b a j a d a de A l e m a n i a O c -
Fuente: Alfred Reisch, Clifflianger Referendum Chan- cidental e n Praga) vinieron a acentuar a ú n m á s
ges Political Timetable en « R F E Report on Eastern Eu-el aislamiento del Gobierno checoslovaco d e n -
rope», vol. I 2 (12 de enero de 1990), págs. 9-13.
tro y fuera del país. D e s p u é s d e meses d e m a n i -
El tercer grupo c o m p r e n d í a todas las m e d i - festaciones y de peticiones d e diverso carácter
das cuya adopción ya había decidido el C o m i t é para obtener u n a democracia m á s amplia, la
Central del P S O H . La reunión de la Asamblea manifestación del 17 de n o v i e m b r e (autorizada
Nacional del 18 de octubre tuvo una importan- para recordar a algunas víctimas del nazismo)
cia histórica. Durante la m i s m a se votaron al- asestó el primer golpe al régimen. L a severa
gunas enmiendas constitucionales que perma- reacción policial suministró a la oposición u n
necerían vigentes hasta que se adoptara la nue- motivo para seguir protestando. E n los días si-
va constitución tras las elecciones de 1990. guientes (del 2 0 al 23 de noviembre) centenares
Entre ellas figuraban las siguientes: 1) Hungría de miles de personas atestaron las calles pidien-
pasaba a ser una república (por consiguiente, d o el fin del c o m u n i s m o . El 2 5 d e n o v i e m b r e ,
Del comunismo a la democracia. Nuera visión del cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 337

los medios de comunicación se abrieron a la licia Popular y poniendo en práctica reformas


oposición. S e ñ a l a r e m o s s e g u i d a m e n t e los estructurales en sus propias filas. Estos c a m -
acontecimientos principales d e las s e m a n a s bios n o impidieron el éxodo de los afiliados. A
que siguieron: fines de 1989, el n ú m e r o de los que se habían
29 de noviembre: la Asamblea Federal abroga el marchado era de 130.000, cifra que a fines de
Artículo 4 de la Constitución que consagraba el febrero de 1990 era de 500.000, es decir un ter-
papel dirigente del Partido Comunista; cio del n ú m e r o total, según reconoció la propia
3 de diciembre: c o m o consecuencia de las m a - dirección del Partido (Peher, 1990a; O b r m a n ,
nifestaciones, se crea u n nuevo gobierno presi- 1990). L a reconstitución de otros partidos co-
dido por el comunista Ladislav A d a m e c pero m e n z ó el 17 de noviembre. El 26 de enero de
que incluía a cinco n o comunistas; 1990, la radio checa anunció el renacimiento
10 de diciembre: tras una serie d e nuevas m a n i - de m á s de 4 0 partidos políticos, pero las elec-
festaciones, se constituye u n gobierno con m a - ciones de junio, además de recompensar, tam-
yoría n o comunista; H u s a k renuncia a la Presi- bién en este caso, al grupo que iba en vanguar-
dencia de la República; dia del cambio (el Foro Cívico), dieron entrada
28 de diciembre: la Asamblea Federal inicia u n al Parlamento a u n número m u y pequeño de
proceso de renovación designando c o m o dipu- partidos debido a la cláusula de exclusión que
tados a varios miembros de los grupos de la establecía el sistema electoral (cuadro 3). La
oposición y aceptando la renuncia a otros única sorpresa de las elecciones checoslovacas
miembros del Parlamento; entre los elegidos fue el resultado favorable del Partido Comunis-
por votación figura Alexander Dubcek, desig- ta renovado (en todo m e n o s en el nombre).
nado por votación Presidente de la Asamblea;
29 de diciembre: la Asamblea Federal, presidi- C U A D R O 3. Elecciones legislativas checoslovacas de
da por D u b c e k y parcialmente renovada, elige 1990 (las dos Cámaras de la Asamblea Federal)
por unanimidad c o m o Presidente de la R e p ú -
blica al disidente Vaclav Havel; Total de escaños
30 de enero: la Asamblea Federal completa su
proceso de renovación: aproximadamente 120 Foro Cívico - El Público con-
nuevos diputados, la mayoría de ellos designa- tra la Violencia 170
dos por la oposición, sustituyen a los que se vie- Partido Comunista
ron obligados a renunciar o se dieron de baja en de Checoslovaquia 47
Unión Demócrata Cristiana 40
el Partido Comunista. E n el período de diciem-
Asociación para Moravia
bre y enero las jerarquías del ejército y de los y Silesia 16
servicios de seguridad y las altas esferas del po- Partido Nacional Eslovaco 15
der judicial sufren una organización a fondo. Coexistencia (Partido D e m ó -
C o m o muestra esta rápida secuencia de crata Cristiano Húngaro 12
acontecimientos, en Checoslovaquia, a dife- Fuente: Jan Obrman, Civic Forum Surges to Impressive
rencia de Hungría, se produjeron casi simultá- Victory in Elections, en « R F E Report on Eastern Euro-
neamente u n gran n ú m e r o de importantes pe», I," 25 (22 de junio de 1990), págs. 13-16.
transformaciones institucionales que afectaban
al Parlamento, a su presidencia y a la presiden-
cia de la República. A diferencia de los c o m u - Aspectos y matices de la transición
nistas húngaros, los checoslovacos se vieron del comunismo a la democracia
forzados a cambiar de r u m b o . E n Hungría, la
institución que constituía el motor de la trans- L a reconstrucción q u e a c a b a m o s de hacer de
formación era el Comité Central del Partido. los acontecimientos muestra ciertas diferencias
En Checoslovaquia era la Asamblea Federal, entre los dos procesos nacionales de transición
seguida por la Presidencia de la República. D e y de establecimiento de la democracia. C o m o
todas maneras, el Partido Comunista Checos- h e m o s visto, la m á s evidente se refiere a la pos-
lovaco, aunque con retraso, trató de participar tura de la antigua élite política. E n Hungría, la
en la transformación emprendiendo una purga transición fue dirigida por los comunistas re-
a fondo de la «vieja guardia», reconociendo la formistas q u e seguían controlando las princi-
nueva situación económica, disolviendo la M i - pales instituciones políticas (el Gobierno y el
338 Pieira Gri/li di Collona

Parlamento). E n Checoslovaquia, las manifes- nes no fueron m u y diferentes. En ambos casos,


taciones masivas forzaron al Partido Comunis- el motor principal de la movilización social fue
ta a ceder su posición dominante, en el Gobier- la necesidad de revisar o reinterpretar la histo-
no y en el Parlamento, a la oposición en tan ria reciente del país, de rehabilitar a las vícti-
sólo unas pocas semanas. Esto explica la mayor mas del pasado y de acelerar (en Hungría) o
continuidad de la transición húngara si se la iniciar (en Checoslovaquia) la transformación
compara con la checoslovaca y también la m a - política. En Hungría se hizo m á s hincapié en el
yor dificultad para fijar un punto de partida nacionalismo (confirmado con la restauración
preciso para la primera. de lafiestanacional del 15 de marzo, aniversa-
Sin embargo, dejando de lado las variantes, rio del levantamiento contra los Habsburgo en
ciertas etapas que marcaron el paulatino des- 1848); en Checoslovaquia, la movilización de
mantelamiento de los antiguos regímenes fue- masas se produjo sobre todo por la resistencia
ron comunes a todos los países. Eran el produc- al cambio de los dirigentes comunistas que ha-
to de cierto consenso alcanzado (la «mesa re- cía aún más anacrónica la evolución que se es-
d o n d a » fue uno de estos métodos que se taba produciendo en los países vecinos. En Pra-
inauguró con éxito en Polonia en la primavera ga, igual que en Hungría, la violencia fue prác-
de 1989) entre las fuerzas gubernamentales y ticamente nula: las autoridades recurrieron
las de la oposición. Gracias a ese consenso se m u y poco a las medidas represivas antes de ce-
fijaron la fecha y las normas fundamentales pa- der definitivamente. Y después no se produje-
ra las primeras elecciones libres, así c o m o algu- ron actos de resistencia violenta a los cambios.
nas normas básicas para el sistema futuro. Las Las condiciones que produjeron el hundi-
etapas principales fueron las siguientes: 1) de- miento de los regímenes de Europa Oriental
rogación de los artículos constitucionales que tienen para nuestro análisis una importancia
se referían al papel dirigente del Partido C o m u - doble. En primer lugar, nos permiten compren-
nista; 2) reevaluación de las instituciones del der mejor la fisionomía de los subsiguientes
Gobierno y del Parlamento; 3) abolición del procesos de transición. En segundo lugar, pue-
sistema de nomenklatura; 4) disolución de las den ejercer una influencia parcial en el proceso
milicias del Partido; 5) reintroducción de la de establecimiento de la democracia y ofrecer
propiedad privada en la economía. Cada una una vislumbre de alguno de los problemas del
de estas etapas trajo consigo en su m o m e n t o nuevo orden político. C o m o han señalado nu-
una agravación de la crisis del Partido C o m u - merosos observadores (por ejemplo. Baloyra,
nista con la consiguiente desestructuración, el 1987:37), el fin de un régimen político no pue-
final del centralismo democrático, la disminu- de explicarse adecuadamente por los abusos de
ción del número de sus miembros, los congre- poder, la ineficacia del gobierno, la disminu-
sos de refundación y las revisiones ideológicas. ción del nivel de vida o la corrupción. Por un
Por consiguiente, al comparar las transicio- lado, sabemos que la falta de legitimidad que
nes que se han producido en Europa Oriental puede resultar de las mencionadas circunstan-
deben examinarse dos aspectos básicos. U n o cias no es en sí m i s m a una condición suficiente
de ellos, ya examinado, se refiere a los procesos para que un régimen se desplome 8 . Por consi-
dinámicos en que se apoya la transición: el al- guiente, debemos centrar nuestra atención en
cance de la movilización social y el nivel de condiciones particulares y excepcionales tales
violencia, los papeles respectivos de las élites c o m o las consecuencias de una guerra, una cri-
del antiguo régimen y de los grupos de oposi- sis económica inesperada y catastrófica, una lu-
ción, y la amplitud con que organizó la oposi- cha interna por la sucesión, la desaparición de
ción. El segundo aspecto es el de las causas o circunstancias que originariamente habían jus-
condiciones que pusieron fin al dominio comu- tificado la formación del régimen, etc. Esas
nista y originaron el proceso de transición. condiciones, a su vez, debilitan y dividen a la
En lo relativo al primer aspecto, la diferen- coalición que está en el poder y dan origen a
cia m á s destacada entre Hungría y Checoslova- una crisis (Przeworski, 1986:56): c o m o vere-
quia reside en la distinta actitud que adoptaron m o s , la crisis de los regímenes comunistas no
frente a los cambios las respectivas élites comu- constituye una excepción a esta regla.
nistas. En el plano de la participación y la vio- Para comenzar, debemos observar que toda
lencia sociales, por otra parte, las dos transicio- la historia de los países comunistas europeos ha
Del comunismo a la democracia. Nueva visión del cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 339

La democratización de Hungría: Manifestación en la Plaza Kossuth de Budapest, en octubre de 1989. vioujard/


Gamma

estado profundamente condicionada por facto- N o cabe la menor duda de que el último de
res internacionales. Al afirmar esto, no preten- estos factores fue el decisivo. La adopción de
demos subestimar la función de los agentes in- una política de reformas por el dirigente sovié-
ternos de cada país: también en este caso los tico entrañaba una invitación a los Estados sa-
acontecimientos y actividades propios del país télites a que también introdujeran reformas in-
son producto de una interacción, en evolución ternas. El nuevo tipo de relaciones dentro del
constante, entre factores internos y externos. bloque soviético explica también por qué M o s -
Pero el peso del factor internacional sigue sien- cú no intervino para impedir una evolución es-
do considerable si se lo compara, por ejemplo, pontánea y autónoma.
con los procesos de transición en Occidente. H a y otros aspectos que conforman la im-
Baste recordar algunos hechos: 1) salvo en Y u - portancia del factor internacional, en particu-
goslavia y Albania, el modelo comunista fue lar el desgaste que la ideología comunista y los
impuesto en Europa Oriental tras la Segunda modelos en ella inspirados habían sufrido du-
Guerra Mundial desde el exterior y por la fuer- rante un período de m á s de setenta años. Prue-
za; 2) la Unión Soviética impidió siempre toda ba de ese desgaste es el hecho de que muchos de
modificación espontánea e importante de ese los objetivos -plausibles o n o - que contribuye-
modelo dentro de cualquiera de los países; 3) la ron a que la ideología se difundiera y conquis-
evolución misma de 1989 se vio estimulada tara el poder en tantos países no se alcanzaron
por un acontecimiento externo fundamental, a nunca y, por consiguiente, demostraron ser fa-
saber, la elección de Gorbachov c o m o Secreta- laces. Esta crisis general de los valores subya-
rio General del Partido Comunista de la Unión centes a los Estados comunistas hizo posible:
Soviética (1985). a) el desafío del nacionalismo, particularmente
340 Pietro Grilli di Cartona

virulento en la Unión Soviética y en Europa ta en un país comunista) abrieron el camino a


Oriental c o m o resultado de la considerable futuros acontecimientos, incitando a los grupos
mezcla de nacionalidades y de sus reivindica- de la oposición a emularlos y fomentando las
ciones; b) la religiosidad, incluso en regiones facciones reformistas internas. Por consiguien-
secularizadas c o m o la checa, estimulada por la te, la caída de varios regímenes en el otoño de
elección de un Papa polaco (1978). 1989, pese a la diversidad de formas que adop-
U n hecho que hay que añadir a ese desgaste tó, representó una secuencia de acontecimien-
ideológico - y que en parte lo explica- es el fra- tos rigurosamente relacionados entre sí.
caso de los comunistas en el logro de sus objeti- H e m o s visto que la transformación de cada
vos económicos. N o cabe duda de que en esta uno de estos regímenes forma parte de un pro-
esfera la lucha competitiva que los regímenes ceso m á s amplio de deterioro de un modelo y
comunistas (en primer lugar la U R S S ) entabla- de un poder político c o m ú n y que ello explica
ron con Occidente ya se había perdido a fines por qué esos procesos de transición presentan
de los años sesenta en lo que se refiere a la pro- notables similitudes, m á s allá del carácter na-
ducción agrícola, el desarrollo industrial y la cional de cada uno. Otra razón que explica ta-
calidad de la vida (Bideleux, 1985; Deutsch, les similitudes es la tipología particular de los
1986; Spulber, 1976). La propia Checoslova- regímenes comunistas, los cuales no eran ejem-
quia es un buen ejemplo de ello: en un princi- plos de un autoritarismo «normal» sino que es-
pio era la única nación industrializada de la re- taban condicionados por la existencia de es-
gión oriental de Europa (juntamente con Ale- tructuras totalitarias heredadas del estalinis-
mania Oriental), pero sufrió una drástica m o . Cuando tocó a su fin esta etapa histórica,
recesión económica cuando se le aplicó el m o - hubo un proceso de atenuación de algunas ca-
delo comunista. E n 1963, m o m e n t o en que la racterísticas del totalitarismo (Fisichella, 1987;
situación económica llegó a su punto m á s bajo, Linz, 1975): el dinamismo ideológico, la movi-
una parte de la propia élite comunista decidió lización permanente, el sistema de terror, la
poner en práctica un experimento político y tendencia hacia la transformación total. El pro-
económico que luego tomó la forma de la «Pri- ceso no era uniforme ni homogéneo en sus di-
mavera de Praga» (Golan, 1971;Kosta, 1973). versas manifestaciones: en Polonia, por ejem-
Por otro lado, durante los años ochenta las plo, el totalitarismo había sido menos acentua-
estructuras y estrategias de los grupos de oposi- do mientras que Rumania fue tal vez el país
ción que actuaban dentro de cada país se vie- que menos sintió los efectos de la desestaliniza-
ron también influidas por factores externos. ción.
Los m á s importantes fueron los contactos in- Sin embargo, en todas partes los rasgos tota-
ternacionales que proliferaban entre los gru- litarios se atenuaron, aunque sin desaparecer
pos. Durante el verano de 1989, por ejemplo, la nunca del todo. En particular, uno de los lega-
Carta 77 y los Demócratas Libres Húngaros re- dos estructurales del estalinismo fue la persis-
dactaron un documento conjunto; por su parte, tencia del Partido Comunista c o m o fuerza pro-
el Grupo Iniciativa Democrática Checoslovaca pulsora esencial del régimen, por encima del
y el Foro Democrático Húngaro decidieron aparato estatal que funcionaba c o m o correa de
crear una Comisión C o m ú n c o m o cauce para transmisión del poder del Partido. Este papel
realizar consultas recíprocas normales. Tales central del Partido dentro del Estado tenía tres
contactos fueron esporádicos antes del decenio manifestaciones estructurales m u y concretas:
de los ochenta, pero recibieron un fuerte impul- a) la existencia de un aparato del Partido que
so con el nacimiento de Solidamosc en Polonia funcionaba paralelamente al del Estado; b) el
y se incrementaron en gran medida durante sistema de nomenklatura; c) la existencia de
1988-1989. Los acontecimientos que se produ- unas milicias del Partido.
cían en los países vecinos constituían también Tales aspectos nos dan una idea de las con-
una influencia contagiosa. La paulatina evolu- diciones específicas en que se produjo la transi-
ción de Hungría y los acontecimientos tal vez ción del comunismo a la democracia. L o que
m á s espectaculares de Polonia (debates en hay que poner de relieve es que, cualquiera que
«mesas redondas» con Solidamosc, elecciones sea la manera c o m o evaluemos el alcance del
parcialmente libres de junio y constitución del cambio posterior a la desestalinización, no
primer Gobierno presidido por un no comunis- puede ignorarse el peso del pasado totalitario.
Del comunismo a la democracia. Nueva visión del cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 341

Y , efectivamente, el comienzo de la transición Perspectivas de la consolidación


significó ante todo la eliminación de los rasgos democrática
totalitarios que todavía persistían: fin de la do-
minación exclusiva del partido único, aboli- En los dos casos que estamos considerando, el
ción de la nomenklatura y de las milicias del proceso de establecimiento de la democracia
Partido, etc. H e m o s visto que tal cosa ocurrió debe completarse aún. Su m o m e n t o crítico es el
en Checoslovaquia y en Hungría. Pero Alema- de las primeras elecciones libres que acaban
nia Oriental, Bulgaria y Polonia también se precisamente de celebrarse. C u a n d o de esas
movieron en esa dirección. El propio Gorba- elecciones haya surgido un gobierno y el nuevo
chov parece haber señalado la abolición de la orden institucional se haya completado con la
función dirigente del P C U S c o m o condición reestructuración del país sobre una base d e m o -
indispensable para la reforma. crática, podrá decirse que el proceso ha llegado
E n términos generales no sería, pues, erra- a su conclusión. E n ese punto la democracia
do sostener que el peso de un pasado totalita- debe consolidarse: lo que hace falta es un «pro-
rio puede hacer m á s problemática la transi- ceso de ajuste y cristalización de las estructuras
ción y el establecimiento de la democracia que y normas democráticas que la sociedad civil
en el caso de otras situaciones de gobierno au- acepta en parte o totalmente c o m o legítimas»
toritario. (Morlino, 1986b:210).
D e b e m o s recordar que los regímenes co- Del análisis que hemos venido desarrollan-
munistas desmembraron la sociedad civil, ani- do, dos puntos resultan importantes. El primero
quilaron o rebajaron socialmente a las anti- es que la transición a la democracia a partir del
guas clases de gestores y administradores y comunismo es m u c h o más difícil que la que se
desmantelaron todas las estructuras que sus- produce a partir de sistemas autoritarios no co-
tentaban el pluralismo político. A d e m á s , los munistas. El segundo se refiere al hecho de que
sistemas económicos sufrieron un vuelco total en Hungría y Checoslovaquia existen ciertas
con la abolición de la propiedad privada de los condiciones que atenúan esa dificultad: el peso
medios de producción y con la imposición de de ciertas tradiciones y una marcada afinidad
una industrialización intensiva y acelerada. cultural respecto de Europa Occidental pueden
U n pasado histórico de este tipo puede re- servir de base para reconstruir más rápidamente
tardar el proceso de reconstrucción de la socie- la sociedad civil destruida en las épocas totalita-
dad civil. rias y para fomentar entre la población el deseo
Por otra parte, su peso negativo puede de integrarse a la comunidad occidental. Gra-
equilibrarse en parte si se dan otras condicio- cias a ello podría ser m á s fácil la democratiza-
nes: una influencia acusada de la Europa Occi- ción que en otros países comunistas.
dental, por ejemplo (lo que vale para todos los Este segundo punto se confirma y amplía si
países centroeuropeos): el recuerdo de un pa- evaluamos el tipo de influencia que cabe razo-
sado democrático estable (Checoslovaquia); o nablemente esperar de la intervención conjun-
una evolución política paulatina que permite ta de ciertos factores en la consolidación de la
que las fuerzas de la oposición tengan tiempo democracia. Esos factores son la situación in-
para reclutar a los que van a convertirse en la ternacional, la actitud del ejército, los proble-
clase política del sistema futuro (en parte, m a s económicos y las relaciones entre los gru-
Hungría). Cuando no se dan estas condicio- pos étnicos. Los dos últimos factores, en parti-
nes, o cuando actúan otras tendencias opues- cular, cobran gran importancia en la
tas que fortalecen el peso negativo del pasado transformación de los regímenes de Europa
totalitario (tradiciones centralistas m u y arrai- Oriental porque la transición del comunismo a
gadas, burocratización asfixiante), la d e m o - la democracia tiene m u c h o que ver con la esfe-
cratización puede convertirse en un proceso ra económica y porque muchos de estos países,
m á s prolongado y lleno de dificultades. de una u otra manera, tienen que enfrentarse
Tal puede ser el caso de la Unión Soviéti- con problemas de índole étnica. ¿Qué hipótesis
ca (White, 1990) y de algunos países de Euro- podemos formular acerca de la influencia rela-
pa Oriental (por ejemplo, Bulgaria y R u m a - tiva de estos factores en el proceso de consoli-
nia). dación de la democracia en Hungría y Checos-
lovaquia?
342 Pielro Grilli di Collona

La situación internacional la crisis de éstos (fines de los años ochenta),


también puede ejercer el m i s m o efecto en esta
En este punto hay una hipótesis inmediata que fase de consolidación de la democracia.
no puede descartarse enteramente. Pese a su re-
cién recuperada independencia, Hungría y
La actitud de las fuerzas armadas
Checoslovaquia podrían sufrir las repercusio-
nes de una posible interrupción de la evolución Por la experiencia de otros países (por ejemplo,
política en la U R S S . Si Moscú retornara a una el golpe fallido de 1981 en España) sabemos
coalición de fuerzas contrarias a las nuevas re- que la actitud de las fuerzas armadas (o de par-
formas, o simplemente nostálgicas del pasado, te de ellas) hostiles a la democracia puede cons-
los grupos comunistas que no se han resignado tituir un grave obstáculo para la consolidación
a la implantación de la democracia y de la eco- de la democracia. Si consideramos, además,
nomía de mercado recuperarían espacio políti- que las jerarquías militares húngara y checoslo-
co y se sentirían estimulados. A mi juicio, no vaca estaban impregnadas del adoctrinamiento
hay prueba alguna de que las antiguas estructu- comunista y prosoviético, es razonable pregun-
ras políticas hayan hecho suya la causa de la tarnos en qué medida van a aceptar las nuevas
democracia. En el mejor de los casos, han llega- instituciones políticas. Vale la pena señalar al-
do a cobrar conciencia de que no existe m á s gunos puntos a este respecto.
alternativa que la democratización. Ello puede En primer lugar, los dos países no tienen an-
explicar su pasividad frente a los cambios ac- tecedentes históricos de intervencionismo en
tuales. Debe también señalarse que en Checos- los asuntos políticos por parte del ejército. Tan-
lovaquia el Partido Comunista (que parece to en el período precomunista c o m o , sobre to-
«arrepentido» pero que no ha cambiado de do, en el comunista (Herspring y Volgyes,
nombre) ha obtenido el 10 % de los votos. Esto 1978; Perlmutter y LeoGrande, 1982) se esta-
significa que la hostilidad del «aparato» puede bleció una rígida subordinación de las fuerzas
convertirse en una amenaza si el modelo c o m u - armadas a las autoridades políticas. Ello parece
nista volviera de alguna manera a presentarse constituir un factor decisivo en la medida en
c o m o alternativa viable a la democracia. Es lo que el control democrático del ejército se con-
que podría ocurrir en la U R S S si el cambio que vierte en un problema, sobre todo en los casos
se produce actualmente fuera interrumpido en (como ocurre en muchos países latinoamerica-
nombre de los viejos principios. Se dirá que nos) en que las fuerzas armadas han desempe-
ello es improbable, pero, dada la situación ac- ñado un papel importante en el régimen autori-
tual en la Unión Soviética, no debe descartarse tario anterior (Stepan, 1988).
totalmente. En segundo lugar, confirma la ausencia de
Sin embargo, exceptuada tal eventualidad, una tradición militarista la manera c ó m o la so-
la situación internacional debería ejercer una ciedad en general considera el papel de las fuer-
influencia positiva en la consolidación de la de- zas armadas. E n este aspecto Hungría y Che-
mocracia, igual que ha ocurrido hasta ahora en coslovaquia difieren de Polonia donde el gran
el período de transición. Se produciría así una prestigio social de que goza el ejército (supera-
repetición de la influencia favorable que Euro- do solamente por la Iglesia) está estrechamente
pa Occidental ejerció en la democratización y relacionado con una tradición histórica en la
consolidación de los regímenes de la Europa que aquél aparece c o m o protagonista de acon-
Meridional en los decenios de los setenta y los tecimientos nacionales de primer orden y c o m o
ochenta (Schmitter, 1986:4). Las instituciones el salvador de la Patria y la encarnación del es-
regionales, el comercio, la presión política, la píritu nacional (Bebler, 1989). N o es una coin-
necesidad absoluta de las inversiones extranje- cidencia que fueran los militares (aunque sólo
ras, los vínculos con los partidos de otros países se tratara - y esto tiene su importancia- de un
y la perspectiva de ingresar en el Mercado C o - sector especialmente adoctrinado de ellos)
m ú n son factores que en Europa impulsan ha- quienes asumieran la tarea de reprimir Solidar-
cia la democracia. La situación internacional, nosc y se encargaran luego de la dirección polí-
factor determinante en Hungría y Checoslova- tica del país, colocándose por encima del pro-
quia cuando se crearon los sistemas comunistas pio Partido Comunista (Malcher, 1984).
(fines de los años cuarenta) y cuando se inició En tercer lugar, si estudiamos los antece-
Del comunismo a la democracia. Nueva visión del cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 343

El líder de Solidarnosc, Lech Walesa, en 1981. Los polacos habrían de luchar aún más de 10 años para instaurar la
democracia, M

dentes históricos, el dominio soviético sobre verosímil que el ejército exija un reconoci-
las fuerzas armadas húngaras y checoslovacas miento político o que intente influir en el nue-
nunca supuso su subordinación incondicional vo sistema.
al ejército soviético. Baste recordar que en T o d o ello nos lleva a la conclusión de que
1956 el ejército húngaro se alió abiertamente no cabe esperar una acción militar que retarde
con los insurgentes y que en 1968 el ejército o ponga en peligro la consolidación de la d e m o -
checoslovaco no intervino en ninguna acción cracia. Ante todo, debemos tener presente que
militar porque se le consideraba poco seguro han habido cambios importantes de personal en
para participar en la represión. D e esto parece las jerarquías militares, en los ministerios de
deducirse que no es m u y grave el riesgo de que defensa y en los servicios de seguridad de a m -
los militares se muestren hostiles a los nuevos bos países (cambios que comenzaron a media-
sistemas: lo m á s probable es que, actualmente dos de diciembre de 1989). A d e m á s , se han
c o m o en el pasado, su lealtad a la nación y al producido reducciones en el presupuesto con-
Estado sea m á s fuerte que el compromiso con sagrado al ejército que en su m o m e n t o no susci-
la causa del comunismo. Por último, debemos taron ninguna reacción particularmente negati-
señalar que los dos ejércitos nacionales no des- va. La retirada de las tropas soviéticas, el hecho
empeñaron ningún papel en la caída del régi- de que la formación ya no estará monopolizada
m e n comunista (cosa que no ocurrió en R u m a - por Moscú y el fin del adoctrinamiento ideoló-
nia) ni en la transición a la democracia. Esto gico deberían permitir la definitiva descomu-
parece estar de acuerdo con su tradición de no nistización de las fuerzas armadas (Barany,
intervencionismo; además, hace que sea poco 1989; Clarke, 1990).
344 Pietro Grilli di Cortona

Problemas étnicos nente eslovaco. Los dos principales cargos ins-


titucionales (la Presidencia de la República y la
Las relaciones interétnicas van a condicionar el Presidencia de la Asamblea General) fueron
futuro de Europa Oriental y de la Unión Sovié- confiados respectivamente a un checo (Havel)
tica pues interferirán en los procesos de conso- y a un eslovaco (Dubcek). T a m p o c o la ley elec-
lidación democrática. El problema afecta de toral (Pehe, 1990a) penaliza a los eslovacos ya
manera diferente a los dos países que venimos que en ella se establece una representación pro-
examinando. Hungría es un país étnicamente porcional con la siguiente condición: para que
homogéneo pero con fuertes minorías en el ex- un partido esté representado en el Parlamento
tranjero que reivindican su nacionalismo. La tendrá que obtener por lo menos el 5 % de los
m á s importante de estas minorías (más de un votos totales para las dos Cámaras en una de
millón y medio de personas) vive en Rumania. las dos repúblicas. Esto significa que un partido
Su situación se agravó debido a los intentos de que consiga m á s del 5 % de votos en Eslová-
Ceaucescu de forzar la integración y a sus esca- quia, pero menos del 5 % en la República che-
sos contactos con la mayoría rumana, c o m o de- ca, estará representado en el Parlamento aun
muestran numerosos conflictos y tensiones, al- cuando obtenga un total general inferior al 5 %
gunos de ellos recientes. Resulta difícil predecir en la totalidad de la República Federal. D e to-
qué consecuencias puede tener esta situación das maneras, afinesde marzo de 1990 tuvieron
para la democratización de Hungría. N o cabe lugar algunas manifestaciones en favor de la in-
duda de que, si los problemas alcanzaran pro- dependencia eslovaca que planteaban una vez
porciones espectaculares y obligaran a Hungría m á s todo el problema. La historia pasada y las
a reforzar su función protectora para con la co- tradiciones culturales del país, unidas a la pro-
munidad magiar que vive en el extranjero, verbial habilidad de las élites gobernantes para
agravando así la tensión entre ambos Estados, entablar el diálogo y llegar a acuerdos (sobre
la situación terminaría influyendo a largo plazo una base semejante se creó la Primera Repúbli-
en la evolución política de Hungría: aquellas ca en 1918) son buenos augurios para la solu-
fuerzas y tendencias para las que el nacionalis- ción de este problema.
m o es una prioridad ampliarían su espacio en
el espectro político. Ello podría tener dos resul-
tados: el deterioro del clima de negociación en Problemas económicos
que se basan las relaciones políticas en una de- E n lo que hasta ahora hemos dicho se sobreen-
mocracia y el comienzo de una fase de inestabi- tiende que, dado el carácter de los sistemas co-
lidad del sistema de partidos, con posibles con- munistas, su transición a la democracia debe
secuencias negativas para todo el proceso de entrañar una doble transformación. U n a de
consolidación política. ellas es de índole política y afecta al propio sis-
E n Checoslovaquia los problemas étnicos tema. La otra es socioeconómica y requiere una
que se plantean son los relativos a la aspiración restauración del mercado y la privatización de
tradicional de los eslovacos (aproximadamente parcelas en la economía. Si se intenta limitar
un tercio de la población) a alcanzar su autono- las reformas solamente a la esfera política, es
mía. El problema está profundamente arraiga- m u y improbable que se llegue a la consolida-
do en el pasado y las tendencias a la autonomía ción democrática; baste con pensar en las difi-
se manifestaron también durante la «Primave- cultades con que tropiezan los soviéticos al tra-
ra de Praga» (Dean, 1972-1973). Durante el pe- tar de completar su transformación política
ríodo anterior al comienzo de la transición el con un cambio radical de la gestión económica
problema nunca cobró dimensiones importan- y en los serios obstáculos que encuentra la pri-
tes. T a m p o c o pareció alterarse el delicado mera debido al fracaso de la segunda (disminu-
equilibrio étnico durante la transición. Las m e - ción del apoyo al nuevo gobierno, persistencia
didas adoptadas para la renovación institucio- del poder de la burocracia, etc.). A d e m á s , la in-
nal tuvieron en debida cuenta los dos compo- troducción de los mecanismos de mercado aca-
nentes nacionales, tomándose las decisiones rreará a corto plazo ciertos efectos negativos,
pertinentes al cabo de las negociaciones entre c o m o la inflación, el desempleo, la movilidad
miembros del antiguo régimen y representan- social, las mayores exigencias impuestas a los
tes de la oposición, en que se incluía un compo- obreros, etc. Hungría, Checoslovaquia, Alema-
Del comunismo a la democracia. Nueva visión del cambio de régimen en Hungría y Checoslovaquia 345

nia Oriental y Polonia resolverán con mayor faci- una historia que incluye dos décadas de d e m o -
lidad estos problemas, gracias al papel que va a cracia estable (Taborsky, 1945). Y sabemos
desempeñar Occidente (y no sólo en el caso de que, así c o m o la política de avanzar gradual-
Alemania), a ciertos elementos innovadores que mente favorece una transformación m á s equili-
ya se habían introducido en el sistema económi- brada y sincronizada (y, por consiguiente, un
co (en Hungría, pero también en Polonia, que ya cambio que pone menos en peligro el nuevo sis-
puso fin al sistema de granjas colectivas en los tema), un pasado democrático no sólo ofrece
años cincuenta) o a la tradición de una economía un modelo listo para el presente, sino que ade-
capitalista industrial (Checoslovaquia y Alema- m á s permite el establecimiento de prioridades
nia Oriental). N o obstante, es probable que el re- sobre la base de las cuales podrán evitarse los
torno a una economía de mercado cree fenóme- errores pasados.
nos de alienación social (aumento de las fuerzas E n ambas experiencias históricas, los parti-
opuestas al sistema, diversas formas de protesta, dos políticos aparecen c o m o los actores princi-
absentismo electoral, etc.). El peligro es que la pales y las fuerzas propulsoras de la consolida-
legitimación democrática puede desgastarse: m u - ción democrática. D e ahí la importancia pri-
cho dependerá de la habilidad de las élites para mordial de estabilizar y fortalecer el sistema de
dirigir el proceso de transformación de manera partidos. Ahora que parece haberse completa-
equilibrada y paulatina y del tiempo que sea ne- do el abanico de los partidos, estos últimos de-
cesario para que la economía se ponga definitiva- berán dotarse de las estructuras organizativas
mente en marcha. adecuadas, aumentar el número de sus m i e m -
bros y afirmarse c o m o cauces de reclutamiento
político. Los problemas que van a plantearse de
Algunas observaciones finales manera inmediata tras las elecciones libres
(creación de las primeras coaliciones parla-
La transición del comunismo a la democracia mentarias, estabilidad y eficacia de los prime-
no tiene precedentes históricos. Esa transición ros gobiernos de coalición, determinación de
parece exigir cambios m u c h o m á s amplios y las formas y del ritmo de la transformación
profundos que cuando el antiguo régimen no económica, reorganización de las burocracias
era comunista. Tal c o m o hemos visto, Hungría heredadas del sistema anterior) pondrán a
y Checoslovaquia emprenden el proceso con al- prueba la cooperación entre las nuevas élites.
gunas bazas a su favor: la primera con una
transformación m á s paulatina; la segunda con Traducido del inglés

Notas

1. Para un análisis de las establecimiento de la democracia 23 de octubre de 1989,


condiciones de la democracia, en los dos países m e he basado págs. 1.219-1.255. Véase un
véanse Dahl (1971), Fisichella sobre todo en informes reunidos comentario en Oltay (1989).
(1988)ySartori(1987). por Radio Free Europe (RFE)
Research. 8. D e otro m o d o tendríamos que
2. Acerca de la definición y de los explicar la longevidad de tantos
procesos de liberación y 5. Acerca del sistema de la regímenes que no gozaban de un
democratización y la interacción nomenklatura en la Unión alto grado de legitimidad. Se ha
entre ellos, véase O'Donnell y Soviética, véase Harasymiw escrito mucho al respecto a partir
Schmitter (1986:7-11). (1984). de M a x Weber. M e limitaré a una
cita de Przeworski ( 1986:51-52):
3. La noticia aparece en RFE 6. Por ejemplo, en las elecciones
«Lo que importa para la
Research, que, a su vez, la tomó parciales del 5 de agosto de 1989,
estabilidad de cualquier régimen
del periódico húngaro dos de los tres escaños disputados
no es la legitimidad de este sistema
Nepszabadsag. los obtuvo el Foro Democrático.
particular de dominación sino la
4. Para la reconstrucción histórica 7. La Constitución modificada se existencia o ausencia de
del proceso de transición y de publicó en Magyar Kozlony el alternativas preferibles».
346 Pietro Grilli di Corinna

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La transición a la democracia en Europa
oriental: tendencias y paradojas de la
racionalización social

Nikolai Guenov

Estamos asistiendo a una sorprendente diver- gión. Sería más adecuado describir la tendencia
sidad de acontecimientos en Europa oriental general c o m o una adaptación global a circuns-
(Eisenmann, 1990), que en general siguen ten- tancias nacionales e internacionales cualitati-
dencias comunes a toda la región. L a tendencia vamente nuevas. Se trata de un esfuerzo por
m á s obvia es la democratización de las institu- aumentar el nivel general de racionalidad so-
ciones políticas. En una situación internacional cial para obtener una racionalización social
propicia aparecen en escena nuevos partidos y omnicomprensiva.
movimientos, nuevas élites asumen el poder; se El proceso es m á s bien complejo porque
van desarrollando democracias parlamentarias abarca todas las corrientes, y la transición a la
alimentadas por la diversificación de la propie- democracia parlamentaria es sólo una de ellas,
dad y la pluralización de la aunque de importancia ca-
cultura. pital. U n análisis aislado
Nikolai Guenov es profesor del Instituto
El proceso podría des- de Sociología de la Academia de Cien- de este proceso revela casi
cribirse c o m o una restaura- cias de Bulgaria. 13 A rue Moskovska, idénticos rasgos de d e m o -
ción. Pero, ¿una restaura- 1000 Sofia, Bulgaria. También ha im- cratización en Europa
partido clases en las universidades de
ción de qué? En toda la re- Leipzig (Alemania) y Berkeley (Estados oriental y en los cambios
gión sólo Checoslovaquia Unidos). H a publicado muchos artícu- políticos de los países de
tenía una democracia par- los en el campo de la teoría social, con Europa meridional (Llera,
particular atención en el cambio social.
lamentaria funcionando Entre sus libros, cabe mencionar 7a/- 1990) o incluso de América
antes de la Segunda Guerra cott Parsons and Theorical Sociology, latina. Pero, al observar las
Mundial. Entre tanto, se Rationality and Sociology y Traditions similitudes no hay que des-
in Sociology (codir-pub.) Es miembro
han edificado grandes del consejo de redacción de Current So-
cuidar las causas y las razo-
complejos industriales que ciology. nes históricas específicas
exigen sistemas de organi- de la actual racionalización
zación tecnológica y econó- social de la región de Euro-
mica que antes eran inima- pa oriental. D e hecho, esta-
ginables. C o m o resultado de la industriali- m o s viviendo el cambio social más profundo
zación y la urbanización, han cambiado ocurrido desde la Segunda Guerra Mundial.
profundamente las bases sociales de la política. ¿Qué tensiones y conflictos lo están provocan-
Los modelos culturales que resultan atractivos do? ¿Cuál es el contenido específico de la tran-
para los jóvenes de Europa oriental no son en sición a la democracia en la región? ¿Cuáles son
m o d o alguno los de antes de la guerra. La cultu- sus perspectivas?
ra está dominada por valores típicos de los paí- Para responder a esas preguntas nos basa-
ses actualmente m á s desarrollados. m o s en un concepto de racionalidad elaborado
Así, lo que estamos presenciando difícil- en otra parte (Guenov, 1986). La idea es que la
mente constituye una restauración, puesto que complejidad de la racionalización social se
hay una discontinuidad fundamental en el de- puede comprender efectivamente sólo median-
sarrollo económico, político y cultural de la re- te un marco teórico multidimensional, que

R I C S 128/Junio 1991
350 Nikolai Giwnov

consiste en una serie de oposiciones polares ta- estructuras económicas y políticas jerárquicas
les c o m o : el individuo y la colectividad, lo ins- y está dispuesta a asumir las reglas dinámicas y
trumental y lo sustantivo, lo subjetivo y lo obje- la representación de papeles propias del juego
tivo, etc. político democrático.
Estas polarizaciones conceptuales se apli- E n contra de estas tendencias generales,
can al análisis de las tendencias y las paradojas las sociedades de Europa oriental establecie-
de la transformación actual. El enfoque y las ron y conservaron (con algunas modificacio-
conclusiones no son específicos de ninguna ex- nes) sistemas centralizados de producción y
periencia nacional. El análisis se centra en la de vida política y cultural. Fue en el marco de
esencia de los procesos que se están desarro- esta organización social y económica en que
llando en su forma típica ideal. Esto es posible se llevó a cabo la industrialización y se desa-
porque todos los países de la región han c o m - rrolló una forma de Estado asistencial, en to-
partido un sistema c o m ú n de desarrollo duran- da la región. Esto hizo posible que los países
te decenios. de la Europa del Este desempeñaran un papel
El proceso de racionalización se enfoca des- sustancial en la política internacional. Pero
de tres puntos de vista. El primero contempla no podían hacer frente al desafío de los tiem-
los problemas de la acción política colectiva pos. El sistema económico y social centraliza-
que desencadenaron la transición a la democra- do exige y premia la subordinación. Las ini-
cia y le dan su forma actual. El siguiente paso se ciativas de c a m b i o y de control social se
caracteriza por la especial atención prestada a consideran legítimas solamente si proceden
la dimensión cronológica del cambio, y el terce- del centro m i s m o del poder político o si pro-
ro se refiere a la influencia recíproca del cono- ceden según sus reglas.
cimiento y la acción práctica en el curso de la Por ahora es difícil argumentar que el siste-
racionalización social. m a casi militar de organización social fue his-
tóricamente inevitable en Europa oriental.
A d e m á s , ni las circunstancias internacionales
Racionalización hostiles ni los errores de personalidades clave
d e la acción colectiva pueden ayudar a explicar por qué un proyecto
de cambio planificado básicamente progresivo
Los sociólogos saben perfectamente que el des- y humanitario t o m ó un r u m b o equivocado.
arrollo tecnológico en los países industrializa- Ahora está claro que una organización social
dos ha llegado al punto en que la fuerte jerar- demasiado centralizada causa tensiones y con-
quización de las decisiones y las acciones no flictos sinfin.A pesar de su eficacia para movi-
puede ser tan efectiva c o m o solía ser en las fa- lizar recursos escasos con destino a tareas so-
ses iniciales de la industrialización. La intelec- ciales estratégicas, la centralización exagerada
tualización del trabajo hace que la definición produce situaciones paradójicas que a la larga
centralizada de las tareas y los incentivos y el minan la racionalidad social.
control jerárquico resulten cada vez más inade- En primer lugar, una sociedad centralizada
cuados a la naturaleza del proceso laboral. Este crea relaciones paradójicas entre los actores
requiere un alto grado de devoción, iniciativa y (individuos, grupos, organizaciones, etc.) y los
responsabilidad de parte de los individuos y los contextos de su acción. Durante décadas, el
grupos. Por tanto, la producción y los servicios contexto estuvo caracterizado por la posición
modernos exigen la descentralización de las dominante de la propiedad estatal de los m e -
responsabilidades, la participación de los indi- dios de producción. Dicha organización econó-
viduos y los grupos en la adopción de decisio- mica elimina virtualmente una constante evo-
nes y en el control de los procesos tecnológicos, lucionista de la civilización h u m a n a : la
económicos y políticos. competencia del mercado. La paradoja históri-
La tendencia a la democracia participativa ca consiste en que la nacionalización de los m e -
en el lugar de trabajo y en otras partes se ve dios de producción tenía c o m o objetivo elimi-
m u y facilitada por el sucederse de las genera- nar los efectos negativos del mercado, o sea las
ciones. La gente joven con una mejor forma- crisis de producción excedentária y la aliena-
ción se opone a las relaciones paternalistas. Ca- ción. Pero la experiencia histórica nos enseña
da vez se siente m á s i n c ó m o d a con las que la intervención política del Estado en el
La transición a la democracia en Europa oriental: tendencias y paradojas de la racionalización social 351

La transición democrática en Bulgaria: manifestación en Sofía, noviembre de 1989. Aga/Comaci Press.

curso natural de los asuntos económicos tiene siva respecto de las condiciones y los resultados
sus propias consecuencias imprevistas e inde- del trabajo y el nivel de vida.
seables. Esta es una cara de la moneda; la otra son
El retraso en la innovación tecnológica, de- los costos de la torpe regulación y el torpe con-
bido a la falta de dedicación, iniciativa y res- trol burocráticos encaminados a reemplazar el
ponsabilidad personales, es de capital impor- mecanismo del mercado. U n a distribución de
tancia. Sin e m b a r g o , ésta es tan sólo la los ingresos que tenga por objeto mantener a la
característica m á s sobresaliente de la falta de burocracia alerta y acomodada agrava la falta
motivación para el trabajo que mina las econo- de incentivos para tomar la iniciativa y asumir
mías nacionales de Europa oriental. E n la tota- responsabilidades en la innovación tecnológica
lidad de la región se produjo el m i s m o patrón y en el trabajo de cada día. Así se cierra el círcu-
general de erosión de la ética del trabajo, aun- lo: las deficiencias de la organización económi-
que modificado por las tradiciones nacionales ca centralizada conducen a una escasez perma-
y las circunstancias históricas. Los deficientes nente de bienes y servicios; pero éste es sólo el
incentivos al trabajo, típicos de sistemas socia- efecto m á s visible de la deficiente racionalidad
les fuertemente centralizados basados en la de las decisiones y las acciones económicas de
propiedad estatal, solamente podían compen- los individuos, los grupos y las organizaciones.
sarse temporal y parcialmente por medios ideo- A su vez. ésta reproduce simplemente la defi-
lógicos o por la simple necesidad de ganarse la ciente racionalidad de la situación económica
vida. A largo plazo, la centralización acarrea de las empresas y de la economía nacional, co-
ineficiência económica, nuevas formas de alie- m o lo indican los beneficios decrecientes de las
nación económica y moral e insatisfacción m a - nuevas inversiones.
352 Nikolai Guenov

Lo que aquí viene al caso no es la ineficiên- discurren paralelamente con cierta prioridad
cia de la organización económica m i s m a de las para el cambio político.
sociedades de Europa oriental (véase también Dichas tareas no son fáciles de emprender,
Bunic, 1989), sino el hecho de que este tipo de puesto que no existen mecanismos elaborados
organización económica fuese impuesto por y comprobados para transformar la propiedad
medios políticos con el fin de lograr unos fines del Estado en propiedad privada en tan gran
políticos. Esta declaración contundente signifi- escala. En los países de Europa oriental no hay
ca que el monopolio económico del Estado es- capital nacional libre que se pueda usar amplia-
taba intrínsecamente relacionado con la domi- mente para fomentar empresas privadas. La in-
nación monopartidista de la vida política. E n versión masiva de capital extranjero puede te-
unas condiciones que, según Z . B a u m a n , se po- ner consecuencias impredecibles. La situación
drían perfectamente describir c o m o «patrimo- es precaria también debido a que todos los paí-
niales» (Benson, 1990), la política penetra pro- ses de Europa oriental tienen dificultades para
fundamente en todas las esferas de la sociedad adaptarse a los mercados extranjeros competi-
y sobre todo en la economía, dando la ilusión tivos, especialmente aquellos países agobiados
de que recibe apoyo unánime. Esta es una clase por la deuda externa. Por último, aunque tam-
de política paradójica, que impide que los dife- bién es un factor importante, no hay tradicio-
rentes grupos representen sus intereses en for- nes democráticas maduras en la mayoría de los
m a abierta, organizada y legal. países de la región. L a cultura política todavía
El problema no sólo reside en el hecho de está impregnada de autoritarismo. El ideal de
que sea absolutamente falsa la imagen de una- juego político basado en la igualdad de oportu-
nimidad política inherente. Es m á s importante nidades no tiene amplia aceptación. E n m u -
observar que la excesiva politización impuesta chos casos, la victoria política todavía se en-
a la vida social da un resultado opuesto al pre- tiende c o m o la derrota total del adversario, en
visto, y engendra un déficit m á s , el de la inicia- términos morales e incluso físicos.
tiva y la responsabilidad políticas. Este déficit Así, los problemas de la actual racionaliza-
es el resultado de la supresión de la sociedad ción social de Europa oriental, aun teniendo su
civil, y restringe aún más la racionalidad del especificidad, son similares a los que se plan-
sistema político. U n problema todavía mayor tearon a España, Portugal o Grecia en su transi-
es el de que la injerencia en gran escala de la ción a la democracia parlamentaria. La tarea
política en la vida económica y la supresión de no consiste únicamente en restablecer las reglas
la sociedad civil indican que no hay sistema so- democráticas del juego político, incluida la re-
cial diferenciado. A corto plazo, una integra- gulación democrática del mercado. La verda-
ción excesiva puede ser efectiva, pero a largo dera tarea es introducir intercambios moder-
plazo es autodestructiva. nos de mercado y desarrollar unas instituciones
La transición a la democracia en Europa políticas que los regulen efectivamente en for-
oriental está pues estrechamente relacionada con m a democrática. Esto es necesario para i m -
la transformación fundamental del marco insti- plantar una cultura política a fin de aumentar,
tucional de la sociedad y principalmente con la en vez de restringir, la racionalidad política de
demolición del monopolio en la vida económica los individuos y los grupos. A su vez, el desarro-
y política. El círculo vicioso por el que se refuer- llo de la racionalidad política de los diversos
zan mutuamente las irracionalidades de la eco- componentes probablemente elevará el nivel
nomía y la política está llamado a romperse. La de racionalidad de la situación política en gene-
forma de lograrlo es liberar los impulsos econó- ral.
micos de las restricciones políticas que les impo- En toda Europa oriental son visibles los sig-
ne el Estado. En este contexto histórico concreto, nos positivos de incremento de la racionalidad
esto supondría pluralizar la propiedad y desarro- social. La normalización de la vida política es
llar verdaderos intercambios de mercado. Las una realidad. H a n desaparecido las dictaduras
medidas que se adopten para la racionalización anticuadas, ha surgido una oposición democrá-
económica significan también un progreso fun- tica y se han celebrado elecciones libres y jus-
damental hacia la racionalización política, in- tas. Se está procediendo a la privatización de la
cluida la pluralización del poder político. En rea- economía. Las personalidades públicas del e m -
lidad, las reformas económicas y políticas presario y del político democrático han ganado
La transición a la democracia en Europa oriental: tendencias y paradojas de la racionalización social 353

prestigio al estar dotadas de un poder económi- de las democracias reside en la tensión perma-
co y político real. nente entre la racionalidad de los individuos
Sin embargo, sería ingenuo un excesivo op- que actúan y la racionalidad de las colectivida-
timismo acerca de la evolución y las perspecti- des. Se suponía que la planificación centraliza-
vas de los procesos en curso. Después de la su- da manifestaba la racionalidad de las naciones
presión de las barreras políticas, han salido a la consideradas c o m o colectividades. Sin embar-
superficie las profundas diferencias económi- go, c o m o hemos observado, el resultado fue el
cas, políticas y culturales de las sociedades de opuesto al previsto. E n lugar de servir única-
Europa oriental. Algunos intereses específicos mente al bien c o m ú n , la organización política y
lograron la autonomía organizativa. N o hay económica centralizada frecuentemente sirvió
duda de que el nuevo juego democrático de in- sólo a los intereses de las élites políticas o inclu-
tereses permitió que se aliviaran algunas ten- so de determinados individuos. Este desplaza-
siones intrínsecamente conectadas con el go- miento de losfinestuvo dramáticas consecuen-
bierno autoritario, pero conflictos irreductibles cias que minaron la racionalidad en todos los
que habían sido descuidados o suprimidos pa- campos de la vida social. U n o de los objetivos
saron a ocupar el primer plano de la atención m á s importantes del actual proceso de raciona-
pública y bloquear los gobiernos democráticos. lización es establecer mecanismos de control
El funcionamiento de todo el mecanismo social eficaces para evitar el abuso de los bienes de la
es a m e n u d o deficiente, puesto que el juego de- colectividad confinesindividuales.
mocrático resulta problemático cuando las re- Sin embargo, teóricamente, en el contexto
glas n o están claramente definidas, amplia- actual es m á s importante la complicada agrega-
mente aceptadas y correctamente aplicadas. E n ción de las decisiones y las acciones racionales
la actualidad hay abundantes ejemplos que co- de los individuos en decisiones y acciones co-
rroboran estas afirmaciones. Desde este punto lectivas racionales. M . Oison y sus seguidores
de vista, la transición a la democracia significa hacen hincapié en que dicha transición es teóri-
por lo m e n o s una disfunción temporal de las camente imposible. Dicha aseveración refuer-
relaciones y los procesos sociales, especialmen- za la opinión de que hay una irracionalidad in-
te en condiciones de profunda crisis económica herente a la vida política causada por la
y cultural. N o es un secreto para nadie que las necesidad de agregar las preferencias indivi-
situaciones inestables de este tipo son propicias duales en preferencias colectivas para tomar
para la aparición de fuerzas inclinadas a romper decisiones y medidas colectivas (Barry y Har-
con las reglas del juego político democrático. E n din, 1982, parte I).
algunos casos se registran actos de terrorismo polí- Efectivamente, hay m u c h o s ejemplos de
tico, o intentos de imponer la ley marcial o de irracionalidad colectiva en la composición de
derrocar a gobiernos democráticos. los órganos democráticamente elegidos de Eu-
U n a evaluación serena de la situación lleva a ropa oriental (incluidos los parlamentos). Sin
la conclusión de que la debilidad y la disfunción embargo, esta paradoja de la racionalidad polí-
actuales de las relaciones entre los actores y las tica es menor que la de situaciones anteriores
situaciones de Europa oriental no son simple re- en que círculos restringidos de políticos de élite
sultado de la historia. M á s precisamente, dicha que perseguían sus intereses personales vota-
evaluación pone de relieve las enfermedades po- ban por secretarios de partido dotados de po-
tencialmente crónicas de la democracia, que sin der ilimitado pero que n o tenían capacidad in-
embargo se convierten en agudas cuando se dan telectual y moral para utilizarlo debidamente.
condiciones de inestabilidad de las instituciones El punto clave es u n a vez m á s la necesidad
políticas y subdesarrollo de la cultura política. A de desarrollar y aplicar mecanismos de control
pesar de algunas expectativas exageradas, los polí- eficaces a fin de evitar la irracionalidad al
ticos y el público en general tendrán que aceptar transformar la racionalidad individual en deci-
que la democracia parlamentaria tiene también su siones colectivas. L a división en poderes legis-
costo de oportunidad y puede incluso funcionar lativo, ejecutivo y judicial que se está estable-
en forma ineficaz. Además, en dichas condicio- ciendo mediante reformas en todos los países
nes, la democracia podría frustrarse y abrir la vía de Europa oriental es el paso m á s importante
a su propia eliminación. en esa dirección. El objetivo es racionalizar la
U n a de las dificultades del funcionamiento preparación y la ejecución de las decisiones, pe-
354 Nikolai Guenov

ro también desarrollar un orden social que ase- de las creencias religiosas. Los riesgos y los peli-
gure el acceso del m á x i m o de individuos a los gros ecológicos se han convertido además en
bienes públicos. E n un determinado contexto una fuente especial de significados esenciales
esto no es sólo un punto teórico o ideológico que dejan atrás los enfoques tecnocráticos y el
sino también un problema práctico candente, secreto burocrático. El significado último de la
puesto que hay fuertes tendencias a la rápida existencia h u m a n a constituye una vez m á s uno
acumulación de capital por parte de algunos in- de los hilos conductores del desarrollo de la de-
dividuos a expensas de un sistema de bienestar mocracia parlamentaria y de toda la racionali-
social debilitado y concebido para proteger a zación social en curso.
grandes grupos de población. Hasta cierto pun- El proceso tiene también otra dimensión.
to esto corresponde a los procesos de apropia- Durante largo tiempo, la ideología oficial pro-
ción individual que operan en la mayoría de movió la particularización de los valores últi-
sociedades democráticas desarrolladas (Sack- m o s , haciendo hincapié en la división de clases
m a n n . 1990). Entre los nuevos miembros del a este respecto. La transición a la democracia
club democrático, uno de los efectos posibles es está estrechamente vinculada a un retorno a los
la erosión del contrato social por parte de nu- valores universales de la existencia h u m a n a ,
merosos navegantes solitarios. que aparecen m á s claramente definidos en las
Los debates sobre la coordinación de la ra- principales religiones mundiales. Su revitaliza-
cionalidad individual y la colectiva giran en ción no es un simple retorno a los problemas
torno a las relaciones entre la racionalidad de del significado último de las cosas, sino tam-
los medios y la de losfines,o. en otras palabras, bién un retorno a su interpretación en el marco
la racionalidad instrumental y la sustantiva. de las visiones del m u n d o humanistas y univer-
N o hay duda de que la distinción es relativa sales. Pero también hay acuerdo universal acer-
puesto que lo que en un contexto es un medio ca de determinadosfinesinstrumentales, c o m o
puede ser perfectamente un fin en otro contex- la reintroducción de los mecanismos de mer-
to. Sin embargo, la racionalidad sustantiva ge- cado.
neralmente implica los objetivos últimos de la Esta tendencia a la universalización de los
existencia h u m a n a . valores no debiera ser sin embargo sobrestima-
E n el curso de la transición a la democracia da. Junto con la nueva diferenciación social en
tiene lugar un doble proceso de racionalización función de los ingresos, el prestigio y el poder,
respecto de los medios y losfinesde la acción. se están formando nuevas polarizaciones de va-
E n primer lugar, está la ruptura definitiva con lores que influyen en la acción social. Así, difí-
la ideologización excesiva y políticamente de- cilmente podemos esperar que se llegue a un
terminada de la cultura. En efecto, el desencan- vasto consenso en un debate sobre los valores.
to respecto de losfineshumanísticos proclama- Por el contrario, la unanimidad ideológica su-
dos por el desarrollo socialista en régimen de perficial del período anterior puede perfecta-
socialismo estatal se produjo m u c h o antes, ya mente dar paso a dramáticas luchas sobre las
que dichos fines estaban en abierta contradic- prioridades sustantivas e instrumentales de los
ción con la realidad. Esta clase de desencanto valores. D e hecho, esto ya está sucediendo en la
provoca una instrumentalización de todo el sis- mayoría de países de Europa oriental. La espe-
tema de valores: los fines instrumentales se ranza es que el marco recién establecido de ins-
convirtieron en losfinesúltimos de la vida de tituciones democráticas se mantenga estable
grandes grupos de personas. Este fenómeno durante suficiente tiempo c o m o para evitar
previsto por M a x Weber en las sociedades m o - que las diferencias ideológicas degeneren en
dernas (Lash y Whimster, 1987) asumió formas confrontaciones violentas entre individuos y
especialmente traumáticas en los Estados de organizaciones.
Europa oriental debido a la supresión de las Los debates sobre las tensiones entre los ac-
creencias y costumbres tradicionales. tores y las situaciones, entre los actores indivi-
Ahora estamos presenciando el proceso in- duales y los colectivos, o entre los valores ins-
verso. La ola de democratización impulsa una trumentales y los valores fundamentales llevan
revitalización de los valores fundamentales ex- tiempo. También se necesita tiempo para los
presados en el derecho a la propiedad privada y cambios de comportamiento y de estructuras
a la libertad de expresión y en el florecimiento de organización: realmente, el tiempo es uno de
La transición a la democracia en Europa oriental: tendencias y paradojas de la racionalización social 355

La presión popular quefinalmenteconseguirá derrocar al muro de Berlín y al régimen de la R D A : un tren repleto de


refugiados de la Alemania del Este llega a la R F A . semanas antes de la apertura del muro. Cámara Press.

los parámetros clave de todo cambio social, in- toamplificador de impaciencia creciente, en
cluida la transición a la democracia. reacción a decenios de cambio retrasado, pos-
tergado o bloqueado.
E n las condiciones actuales el problema cla-
Dimensión cronológica ve parece ser el peligro de que la aceleración del
de la racionalización social tiempo social se descontrole. En términos prác-
ticos esto significaría la destrucción del orden
Los procesos sociales contemporáneos se carac- social. Al ser la transición a la democracia un
terizan por una gran densidad de aconteci- período en que resulta m u y real el peligro de
mientos, y esto explica la aseveración de que el situaciones de ilegalidad o ausencia de ley, al-
tiempo social se está acelerando. M á s aún, el gunas veces los acontecimientos pueden llegar
tiempo se está convirtiendo en un recurso cada a condensarse hasta el límite del estallido catas-
vez m á s escaso. La paradoja consiste en que, ! trófico. Todavía son m u y posibles, por lo m e -
junto con la aceleración espectacular del tiem- nos en algunas partes de Europa oriental, los
po social, los que abogan por un cambio toda- hechos imprevisibles e incontrolables.
vía m á s rápido y m á s radical están adquiriendo A u n q u e la aceleración del tiempo social
mayor influencia. Los europeos orientales es- constituye un problema crucial, es sólo uno de
tán atravesando exactamente este proceso au- tantos dentro del complejo inherente al tiempo
356 Nikolai üuenov

del cambio y al tiempo en el cambio. Por ejem- en diversos proyectos de reforma económica
plo, un gran grupo de problemas puede resu- ( A d a m , 1989).
mirse c o m o la necesidad de mantener el equili- Las críticas actuales de la planificación se
brio entre las acciones orientadas al presente y expresan en términos m u y enérgicos y llevadas
las orientadas hacia el futuro, en otras palabras: a la práctica podrían dar resultados paradóji-
la relación entre la racionalidad aplicada al pre- cos, ya que el mercado liberal propuesto es cor-
sente y la aplicada al futuro. Esto guarda rela- to de vista. El deseo de obtener beneficios espe-
ción no sólo con lo dicho antes acerca de la ra- culativos a corto plazo seguramente planteará
cionalidad sino también con el destino de la dudas acerca del contenido m i s m o y de las
civilización contemporánea. perspectivas de la racionalización de la vida
En las sociedades modernas la referencia a económica. Hay que esperar que un factor evo-
la «realidad última» de los significados básicos lucionário universal descuidado -el mercado-,
y los objetivos a largo plazo influyen profunda- no se reinstale a costa de otro, es decir, de la
mente en la vida diaria y constituyen la norma regulación estatal de la actividad económica.
del m u n d o social. Pero una característica espe- Los verdaderos creyentes en el liberalismo eco-
cífica de la civilización contemporánea es que nómico tienen que reconocer que hoy en día la
lo sagrado y lo profano estén dominados por su democracia política no implica una economía
relación con los problemas y las perspectivas de de laissez-faire. E n el m u n d o contemporáneo
aquí y ahora. Es exactamente en este contexto no hay mercado libre en sentido estricto.
de civilización que la sociedades europeas ca- Así. el problema real que hay que enfrentar
yeron en la trampa de la esquizofrenia dual. es c ó m o mantener el equilibrio entre, por una
Por una parte, la supresión de las creencias parte, la regulación espontánea del mercado a
y costumbres tradicionales, junto con la indus- corto plazo y, por otra, la regulación estatal de
trialización y la urbanización aceleradas, diri- la economía a largo plazo. M á s específicamen-
gió la atención pública hacia los motivos de te, hay que tratar de obtener una gran eficiencia
descontento y los conflictos de la vida cotidia- competitiva sin descuidar las prioridades tec-
na. La instrumentalización de losfinesse c o m - nológicas, políticas y culturales en el marco de
pletó con el limitado horizonte temporal pro- los bienes nacionales colectivos, y preservando
pio de la simplista y generalizadafilosofíade la las condiciones naturales y sociales de la futura
supervivencia que dominaba las relaciones mi- actividad económica. U n a de las tareas más ar-
crosociales. duas que esperan a los gobiernos democrática-
Por otra parte, la activa e influyente pro- mente elegidos de Europa oriental es suminis-
paganda estaba fuertemente orientada hacia trar el capital y la iniciativa necesarios para
el futuro con el fin de poner en perspectiva las conseguir un desarrollo económicamente soste-
penalidades de la vida diaria. Las contradic- nible (duradero) en una zona m u y afectada por
ciones se hicieron inevitables. Tras los años la contaminación.
de apoyo emocional al cambio radical, inme- Sin duda alguna, el mejor mecanismo polí-
diatamente después de la Segunda Guerra tico para resolver este problema es una d e m o -
Mundial, cada vez m á s gente se puso en con- cracia que funcione equilibrando los intereses
tra de la ideología y la política de la gratifica- contradictorios de la forma m á s racional. Pero
ción permanentemente postergada. Y a no po- todavía cabe preguntarse si los recién llegados a
dían seguir tolerando contradicciones c o m o la democracia política podrán aprender rápida-
las existentes entre el futuro bienestar prome- mente que el mercado político competitivo no
tido y las realidades de la crisis de vivienda y debe limitarse a perseguir dividendos políticos
los desastres ecológicos. a corto plazo. H a y muchas razones para pensar
E n este contexto, es comprensible que la que el entusiasmo por los cambios rápidos lleva
fuerte posición crítica contra la planificación a sobrestimar el m o m e n t o actual en detrimento
centralizada a largo plazo se vuelva también de las estrategias de largo plazo. El asunto se
contra toda regulación a largo plazo, contra complica todavía m á s porque los políticos y los
cualquier regulación de la vida social. Segura- economistas no tienen experiencia de adopción
mente muchas de las reservas que inspiraba el de decisiones a largo plazo en las nuevas condi-
sistema de la planificación económica centrali- ciones políticas de democracia. A d e m á s , la na-
zada estaban bien fundadas y se han reflejado turaleza misma de la política democrática fa-
La transición a la democracia en Europa oriental: tendencias y paradojas de la racionalización social 357

vorece la planificación política a corto plazo en abiertamente de cosas que eran tabú tan sólo
función del ciclo electoral. Podría argumentar- algunos años o meses atrás. H a y que preguntar-
se que, a este respecte la política burocrática se si la colectivización de la agricultura fue en sí
puede ser m á s eficaz porque no tiene que estar misma un error histórico o si principalmente
sujeta a controles democráticos periódicos. Pe- fue la colectivización forzada la causa de los
ro los frutos de la planificación burocrática ya desastres ocurridos. Preguntas de esta índole
se han visto y la opinión pública no los conside- deben servir de base a las conclusiones y deci-
ra aceptables. siones que han de influir en la estrategia y las
Es indudable que no se puede obtener de tácticas de las reformas en curso.
una vez por todas un equilibrio entre objetivos El legado del pasado tiene también otra di-
políticos a largo y a corto plazo. Es necesario mensión. Algunas organizaciones económicas
coordinar en todo m o m e n t o las decisiones y las o políticas están cargadas de historia, otras no.
acciones con los resultados previstos o desea- Pero esto no es necesariamente algo positivo,
dos en el futuro m á s lejano. E n otras palabras, ya que no tener pasado puede significar no te-
es necesario mantener un equilibrio permanen- ner tampoco futuro. Esto no es una especulación
te entre la racionalidad del proceso y la raciona- ociosa sino que representa la situación precaria
lidad de los resultados preliminares y finales. de vastos grupos de población. Los burócratas
Es una cuestión de necesidad pero también de se hallan frente a la amenaza del olvido, mien-
elección, puesto que un m i s m o resultado se tras que los nuevos hombres de negocios y polí-
puede lograr mediante diferentes procesos, y el ticos están luchando por el futuro. C o n la libre
m i s m o proceso puede dar resultados m u y dis- circulación de la información, grandes grupos
tintos. de personas están enterándose de que, debido a
Entre los problemas m á s urgentes que de- la reestructuración de la economía, tienen que
ben resolver las recién establecidas democra- adaptarse a un ritmo de trabajo distinto debido
cias de Europa oriental está la privatización de a la necesaria intensificación de la productivi-
la propiedad estatal. ¿Cuál es la mejor manera dad. Evidentemente, en Europa oriental se está
de lograrla? N o hay ninguna fórmula universal produciendo una ruptura rápida y radical con
válida para todos los países, los sectores, ni si- los modelos igualitarios de organización y cul-
quiera para las escalas de las diversas unidades tura, junto con la introducción de perspectivas
económicas. Los debates políticos también se temporales altamente diferenciadas para dis-
centran en los plazos adecuados para la privati- tintos grupos específicos.
zación. N o hay respuestas claras para dichas N o hay manera de lograr el cambio deseado
preguntas, porque no hay ninguna experiencia si no es mediante experimentos sociales bien
previa de cuál es la mejor forma de privatizar concebidos y controlados. Desde esta perspec-
toda una economía nacional para establecer los tiva, la democratización consiste en una serie
cimientos económicos de la democracia. de transiciones de estructuras teóricas a estruc-
Aquí también el rompecabezas se complica turas prácticas. A su vez, toda medida práctica
porque los procesos políticos y económicos son de reforma debe reflejarse en nuevos análisis
interdependientes. La democratización políti- teóricos y evaluaciones que estimulen otros
ca no puede ser eficaz sin una privatización programas de cambios prácticos. Estos proce-
efectiva de la economía. La afirmación inversa sos llevan tiempo porque requieren la genera-
también es cierta. El proceso y los resultados de ción y aplicación de conocimientos, que luego
la privatización dependen de la capacidad de la deben ponerse a prueba cuidadosamente en la
democracia parlamentaria naciente para llevar práctica.
a cabo reformas efectivas. T o d o paso encami-
nado a la reforma política debe estabilizarse
mediante reformas económicas, y viceversa. Problemas de la interacción
Detrás de los problemas prácticos de esta entre teoría y práctica
clase está la necesidad de una evaluación per-
manente y global del pasado y de los resultados El cambio social es un proceso de aprendizaje,
del desarrollo económico y social. En Europa en primer lugar de las tensiones y los conflictos
oriental, éste es un problema candente en todas causados por necesidades insatisfechas. Los
partes porque ha llegado el m o m e n t o de hablar muchos problemas tecnológicos, económicos,
358 Nikolai Guenov

políticos y culturales no resueltos - o resueltos dójicas. E n lugar de suscitar debates políticos


de manera deficiente en los últimos decenios- públicos y abiertos, las irracionalidades teóri-
han provocado una insatisfacción generalizada cas y prácticas constituyeron el objeto de una
entre vastos grupos de población en Europa floreciente cultura política extraoficial. Duran-
oriental. Bajo la superficie de un orden social te m u c h o tiempo, las sociedades de Europa
estable y un apoyo unánime a la ideología y a oriental han sido centros de origen y difusión
las instituciones oficiales, los conflictos se in- de chistes políticos.
tensificaron cada vez m á s . Pero incluso quie- La razón de estas expresiones específicas
nes mejor conocían la situación se quedaron del interés político era el carácter represivo del
sorprendidos por el grado de protesta organiza- sistema político. En la mayoría de los países de
da cuando la oposición se hizo pública. Sin du- Europa oriental era prácticamente imposible
da ahora está de m o d a atacar a los regímenes traducir un conocimiento teórico de la irracio-
derrocados y proclamar que uno ha sido perse- nalidad del orden social en acción práctica.
guido por los dirigentes anteriores. Pero dejan- Desde los disturbios de 1989, resulta perfecta-
do de lado los excesos oportunistas, está claro mente normal recurrir a las iniciativas d e m o -
que la voluntad de cambio está m u y extendida. cráticas. Pero está cada vez m á s claro que los
Pero, ¿cómo hay que formular los programas problemas prácticos son m u c h o m á s complica-
apropiados de cambio? dos y difíciles de entender de lo que se espera-
A pesar de las diferentes modalidades na- ba. En reconocimiento de este hecho, las ideas
cionales de oposición y de las formas específi- iniciales acerca de la aceleración del desarrollo
cas de cambio institucional, todos los países de económico y social tuvieron que transformarse
Europa oriental siguen un proceso típico de ra- en una estrategia de perestroïka encaminada al
cionalización social. Dicho proceso comienza cambio fundamental.
con el reconocimiento de los fallos de la organi- El hecho de que mucha gente tenga concien-
zación social imperante. C o n todo, en muchos cia de la intensidad de la crisis económica, polí-
casos, el conocimiento de las necesidades, los tica y moral, constituye un buen signo del p o -
conflictos y las soluciones deseables y posibles tencial de la racionalidad cognoscitiva. Pero es-
no está correctamente conceptualizado y de- to no es suficiente para la acción racional. Esta
masiado a m e n u d o ha sido desorientado o de- diferencia la vemos en la práctica al comprobar
formado por una falsa conciencia. que las nuevas fuerzas democráticas resultan
Por ejemplo, era general la creencia de que incapaces de generar y aplicar programas polí-
las deficiencias se podían achacar principal- ticos eficaces para satisfacer las exigencias ac-
mente a la incompetencia o a los errores de las tuales. Por ejemplo, la organización social y
personas que ocupaban los puestos clave. Otro económica de Suécia está siendo presentada
estereotipo ideológico era atribuir los distur- c o m o modelo apropiado sin tener en cuenta la
bios a la interferencia de potencias extranjeras. singular neutralidad histórica sueca, el nivel de
Aunque apoyadas en algunas pruebas, dichas formación de la fuerza de trabajo o el tradicio-
opiniones tuvieron que ser abandonadas dada nal consenso nacional de ese país, y sin hacer
la naturaleza misma de los problemas prácti- tampoco ningún caso de los actuales problemas
cos. Bajo su presión, incluso la ideología oficial del Estado asistencial sueco. Esto es típico de la
tuvo que aceptar que las causas del descontento falta de evaluación realista de los problemas y
estaban arraigadas m u c h o m á s profundamente las perspectivas en la transición económica, po-
en la estructura y el funcionamiento del orden lítica y cultural hacia la democracia. Así, se
social existente, que necesitaba un cambio ra- mantiene la situación paradójica: a medida que
dical. se van levantando las barreras a la formación
Así, la naturaleza misma de los problemas de una opinión democrática y a la acción prác-
cotidianos y el curso de los acontecimientos hi- tica, los problemas planteados no son m á s fáci-
cieron que la opinión pública se interesara m u - les de resolver. Por el contrario, ha llegado el
cho por las complicadas relaciones entre la ra- m o m e n t o de revelar todos los puntos fuertes y
cionalidad cognoscitiva y la racionalidad prác- débiles del conocimiento racional y de la ac-
tica. E n razón de los estrictos controles de la ción práctica.
producción y la difusión de los conocimientos, U n a de las principales razones de los actua-
este interés, sin embargo, adoptó formas para- les problemas de Europa oriental es, segura-
La transición a la democracia en Europa oriental: tendencias y paradojas de la racionalización social 359

mente, que durante m u c h o tiempo se presentó tucionalizada planteó toda una serie de interro-
un punto de vista particular - y por lo tanto gantes acerca de la posibilidad de justificar de
subjetivo- c o m o el único universalmente váli- manera racional otros sistemas de valores que
do y, en consecuencia, c o m o el único punto de sirvieran para definir y llevar a efecto las medi-
vista objetivo. Aquí se nos presenta otra para- das prácticas. El antecedente histórico es, en
doja del conocimiento y la organización: los in- este caso, la ideología declaradamente raciona-
tentos de establecer y mantener un monopolio lista y simplista propuesta c o m o justificación
teórico de la verdad culminaron, en las relacio- universal de los fines instrumentales o funda-
nes políticas existentes, en un monopolio insti- mentales. D a d o que la vida era y sigue siendo
tucional de la verdad. El marco institucional m u c h o m á s compleja, la irracionalidad fue pe-
apoyaba a su vez el intento de establecer crite- netrando en amplias esferas de la sociedad.
rios uniformes de verdad y una sola verdad so- Este drama constituye el trasfondo del inte-
bre cada tema. rés actual por los intentos de hallar una justifi-
U n a estrategia c o m o ésta va en detrimento cación racional de las preferencias axiológicas
de la búsqueda de la verdad, que exige plurali- (Habermas, 1983:53f). Exactamente en este
dad de opiniones y discusión abierta. La uni- contexto se presenta una serie de situaciones
formidad institucional trae consigo la unifor- paradójicas, la m á s evidente de las cuales es
midad de pensamiento, que nunca ha propicia- ciertamente el que amplios grupos de todos los
do la búsqueda de la verdad. U n a demostración estratos sociales estén existencialmente intere-
convincente de esta regla general es la suerte sados en el cambio, en un cambio que suponga,
que han corrido las ciencias sociales en la re- evidentemente, una mejora. Pero las preferen-
gión. Desde una perspectiva internacional (Gue- cias axiológicas de determinados grupos son
nov, 1989) es evidente que cayeron en el pro- m u y diferentes y en algunos casos contradicto-
vincialismo, ocultando detrás de pretensiones rias. Los empresarios desean la liberalización
ideológicas convenientes su incapacidad de de los precios y oportunidades de obtener bene-
descubrir la verdad objetiva. Estas pretensio- ficios. Los estratos cuyas perspectivas econó-
nes resultaron ser doblemente autoengañosas. micas son modestas o incluso tienden a empeo-
C o n algunas excepciones, las ciencias sociales rar hacen hincapié en una mayor justicia social,
oficiales apoyaban básicamente prácticas n o teniendo en mente modelos de tipo igualitario.
democráticas en la sociedad y en la ciencia mis- C o m o que toda visión del futuro se puede
m a . El lysenkismo afectó no sólo a la biología o justificar de forma más o menos racional, las
la cibernética sino sobre todo, y durante m á s perspectivas de orden social no son especial-
tiempo, a las ciencias sociales. Por otra parte, mente prometedoras. La política democrática
descontando algunas excepciones, dichas cien- puede dar fácilmente c o m o resultado una serie
cias fueron incapaces de predecir los cambios de desilusiones y una situación de anarquía, y
que se están produciendo. Su contribución a la provocar el descontento general. Los partidarios
explicación y a la gestión de la transición hacia de la ley y el orden a cualquier precio podrían
la democracia ha sido a m e n u d o criticada, y jugar con dichos sentimientos para hacer retro-
por buenas razones. N o hay duda de que las ceder el proceso de racionalización social, por lo
democracias incipientes tendrán que reforzar menos temporalmente. Si bien esta hipótesis no
la base teórica necesaria para lograr una mayor es m u y probable, tampoco es posible excluirla.
racionalización social, lo que significa afianzar La transición a la democracia y a la racionaliza-
la posición de las ciencias sociales. Lo único ción social es inevitable a largo plazo en Europa
lamentable es que la ciencia sea un esfuerzo tan oriental, pero no va a producirse necesariamen-
costoso. te hoy o mañana en todos los países.
La cuestión tiene también otro aspecto. L a
demolición de la uniformidad ideológica insti- Traducido del inglés
360 Nikolai Guenov

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La democracia en tierra del Islam:
el caso de Turquía desde una perspectiva
comparativa

Ali Kazancigil

La democracia política o poliarquía1 (Dahl, sectores de la población, el hecho de que sean


1971) es infrecuente en el m u n d o islámico. So- demasiado recientes, limitadas y frágiles no
lamente Turquía y Malasia consiguieron esta- permite evaluar sus probabilidades de avance
blecer y mantener, contra viento y marea, regí- hacia una democratización, sobre todo porque
menes políticos que se pueden calificar, no sin se ven amenazadas por el dominio creciente de
reservas, de democráticos2; Turquía a partir de los movimientos islamistas. L a gran mayoría
1946 y Malasia desde 1957, fecha de su acce- de las sociedades musulmanas continúan so-
sión a la independencia. En ambos países, el metidas a regímenes autoritarios, m á s o menos
proceso democrático sufrió interrupciones au- represivos, con fachada parlamentaria o sin
toritarias: en Turquía tres veces (en 1960-61, ella, con formas estatales que varían de la repú-
1970-73 y 1980-83) (Özbu- blica a la monarquía abso-
dun, 1990; Heper y Evin, luta (Korany, 1990).
Ali Kazancigil, politólogo, es redactor
1988; Sunar y Sayari, jefe de la RICS desde 1984. H a publica- En estos países, las rela-
1986) y una en Malasia do diversas obras: Ataiürk, fondateur de ciones entre el Islam y la
(1969-71) (Ahmad, 1990). la Turquie moderne (co-ed., con E . política distan m u c h o de
Özbudun, 1984), L'Etat au pluriel (ed.,
E n c a m b i o , en otros 1986) y Comparing Nations: The Pen- ser homogéneas. Por un la-
países islámicos, c o m o en dulum between Theory and Substance do, está Turquía, único Es-
Indonesia y Paquistán, las (co-ed., con Mattei Dogan, de próxima tado constitucionalmente
aparición). También es autor de n u m e -
transiciones democráticas rosos artículos de política comparada y laico del m u n d o musulmán
que siguieron a la indepen- de relaciones internacionales. (junto con Y e m e n del Sur
dencia no tuvieron larga vi- hasta su desaparición en
da. Paquistán recobró, a 1990, al unirse con Y e m e n
partir de 1988, una nueva del Norte) y, por otro, hay
vía de transición hacia la países en donde la religión
democracia, que sigue sien- y el Estado (din y dawla) se
do m u y frágil. Senegal lleva han fusionado, sea bajo el
adelante, desde hace diez años, una difícil ex- control de líderes religiosos c o m o en Irán, sea
periencia de pluralismo, mientras que Túnez y bajo el del soberano, como en Arabia Saudi (en
Argelia la intentan seguir desde no hace m u c h o una versión puritana) o c o m o en Marruecos (en
tiempo. Por lo que se refiere a Egipto, país don- una versión m á sflexible).En la mayoría de los
de la lógica parlamentaria ha sido propulsada demás países musulmanes, la política y la reli-
con m á s fuerza que en el resto de los países ára- gión, por no estar constitucionalmente separa-
bes, la intención que demuestra de pasar de su das, no están bien diferenciadas de fado, aun-
ya antiguo aunque controlado pluripartidismo que sí se observa un asomo de justificación de
hacia un inicio de transición democrática no se tal distinción y la controversia a este respecto
ha concretizado todavía. A u n cuando todas es- es cada vez mayor.
tas experiencias ponen de manifiesto la exis- La sociología del Islam revela otro tipo de
tencia de aspiraciones democráticas en amplios heterogeneidad: la que procede de la multipli-

RICS 128/Junio 1991


362 Ali Kazancigil

cidad de prácticas religiosas, así c o m o de dis- aún indeterminada, excepción del Estado islá-
crepancias entre el Islam erudito, urbano y uni- mico fundamentalista - e n la enorme zona del
versal de los ulemas (dividido por su parte en- m u n d o que va de Indonesia a Africa Occiden-
tre el sunismo y el chiísmo, así c o m o en varias tal, en donde el Islam es la religión principal o
escuelas jurídicas) y el Islam popular, comuni- dominante- la democracia es el único modelo
tario y m á s o menos heterodoxo de las tariga de gobierno que tiene una legitimidad y un
(cofradías religiosas), de los baba (santos), de atractivo apreciables en el m u n d o de hoy»
los múridas y derviches (Gellner, 1981). E n (Diamond, Linz, Lipset, 1990, p.x.).
muchas comarcas, hay una configuración frag- D e hecho, la cuestión se ve alterada por la
mentada del Islam, aun cuando algunos movi- lógica culturalista subyacente. El culturalismo
mientos islamistas, c o m o los Hermanos Musul- considera que el factor cultural juega un papel
m a n e s en Egipto o el Frente Islámico de determinante sobre los demás y le concede una
Salvación (FIS) en Argelia parecen deber parte autonomía absoluta, disociándolo de la histo-
de su éxito político a su capacidad de unificar ria y de la sociología. Ahora bien, a partir de la
bajo su guía estas dos formas del Islam. labor de M a x Weber, el análisis sociológico
E n estos países, las principales fuentes de conceptualiza la cultura no c o m o factor suscep-
legitimidad de los regímenes son las ideologías tible de aprehender la totalidad de las relacio-
movilizadoras, a saber, el Islam político y el na- nes sociales, sino de contribuir a la identifica-
cionalismo/populismo, que se interpenetran y ción de lo que sea históricamente específico en
fortalecen mutuamente, hasta el punto de que dichas relaciones. La política comparativa rei-
con frecuencia es difícil distinguirlos (Razi, vindica a la cultura en tanto que conjunto de
1990). Dicha combinación es reconfortante pa- símbolos, códigos o discursos vinculados a la
ra los regímenes autoritarios y hace difícil la significación de la acción, y no c o m o fuente
emergencia de una legitimidad democrática. única de la historia política y de la práctica so-
¿Se pueden sacar conclusiones de lo que an- cial (Badie, 1983).
tecede, por lo que se refiere a las relaciones en- Este tipo de enfoque permite relativizar el
tre una religión -el Islam- y un régimen políti- peso excesivo que se ha dado a ciertas caracte-
co -la democracia? E n el ámbito, nada fácil de rísticas de la doctrina, tal c o m o se desprende
delimitar, de los vínculos entre la cultura y el del Corán y de la tradición, para explicar o jus-
cambio social, político o económico, ¿no se ha tificar una incompatibilidad entre el Islam y la
dicho ya todo y lo contrario? Por ejemplo, la modernidad política - y por tanto la democra-
teoría de la modernización en los años sesenta cia-. Así, el «fin» de la idjtihad (interpretación
estimaba que la ética confuciana era un obs- individual del Corán) desdefinalesdel siglo IX,
táculo al desarrollo socioeconómico en Asia. el miedo a la fitna (división subversiva), la
Veinte años m á s tarde, el fulminante creci- prioridad dada a la uni ma (comunidad islámi-
miento de ciertos «dragones» puede atribuirse ca), la reticencia frente a la bid'a (innovación,
en parte al mismo factor. En América latina, palabra que significa también imitación del in-
se pensaba que la democracia chocaba contra fiel), ¿pueden explicar las dificultades que
una «predisposición cultural por el autoritaris- constantemente tuvo el Islam para adaptarse a
m o » , pero ésta no fue corroborada por los he- la evolución del m u n d o ? (Rodinson, 1980). Es-
chos (Malloy y Seligson, 1987. p. 246). N o obs- tos elementos tienen una importancia eviden-
tante, se está planteando realmente la cuestión te. Pero si la historia depende sobre todo de la
referente a la posibilidad de establecer regíme- acción individual y colectiva más que de las
nes democráticos estables en países musulma- doctrinas c o m o tales, es conveniente plantear
nes. Este tema es objeto de estereotipos, apoya- la cuestión de las relaciones entre el Islam y la
dos en ciertas corrientes del orientalismo, democracia en el tiempo y el espacio, y de so-
aunque actualmente sean objeto de crítica meterla a un examen histórico y sociológico.
(Said, 1980; Hudson, 1980). A veces ocurre que Tal es el enfoque de este artículo, que estu-
la comparación política se siente incómoda en dia, dentro de una perspectiva histórica y c o m -
este terreno y en tales ocasiones trata de salir parativa, uno de los dos casos de democratiza-
del paso situando al m u n d o musulmán al mar- ción persistente en el m u n d o musulmán: el de
gen del movimiento por la democratización. Turquía'. A través del tiempo, analiza la insti-
Así, podemos leer: «Con la importante, aunque tucionalización del orden político y la emer-
364 Ali Kazcuicigil

gencia paulatina de un proceso de democratiza- (como el motazilismo) no tuvieron influencias


ción. significativas, la responsabilidad principal,
¿debe atribuirse exclusivamente a la doctrina o a
la falta de inspiración de los teólogos islámicos?
La institucionalización del orden Aquí surge la duda. La doctrina en sí misma,
político otomano-turco disociada de la práctica social, no es un factor
explicativo suficientemente discriminante. Por
El orden político que los turcos otomanos cons- otro lado, el Islam no posee el monopolio del
truyeron entre los siglos XI y XVI (período del m o n i s m o . El judaismo también lo es (Dieck-
4
apogeo del Imperio Otomano), pertenecía al hoff, 1990 ); fue igualmente el caso del cristia-
m u n d o m u s u l m á n y, m á s generalmente, a nismo oriental: Bizâncio fue césaropapista, lo
Oriente Medio. En Oriente Medio y en los paí- m i s m o que el imperio zarista, en el que el prín-
ses islámicos en particular, la doctrina no des- cipe tenía dominio sobre la iglesia ortodoxa
lindaba las esferas religiosas y seculares. E n la rusa.
tradición musulmana, se considera que la Cha- La explicación debe m á s bien buscarse en
rt'a (ley coránica) gobierna no solamente la vi- las relaciones entre las estructuras históricas,
da espiritual, sino el conjunto de relaciones so- las prácticas sociales y la cultura. El cristianis-
ciales, económicas y políticas, según las reglas m o occidental logró la disociación de las esfe-
reveladas, que c o m o tales están fuera del alcan- ras religiosa y política, siguiendo una trayecto-
ce de los humanos. Si la soberanía sólo pertene- ria histórica particular, ajena a Oriente Medio.
ce a Dios, la autoridad no puede delegarse y el En los países católicos, la institucionalización
príncipe ejerce el poder por necesidad, pues es independiente del poder religioso y del poder
menester gobernar la nación. D e este m o d o , lo secular se consiguió después de luchas que du-
político se tolera, pero no dispone de legitimi- raron varios siglos. Posteriormente, el protes-
dad autónoma respecto a lo religioso. El carác- tantismo ofrecerá otra configuración de las re-
ter precario de lo político ha sido, a lo largo de laciones entre este m u n d o y el m á s allá, que es
la historia musulmana, fuente de inestabilidad particularmente interesante para el análisis del
gubernamental y de debilidad institucional. m u n d o musulmán. La Reforma, exactamente
Los intentos que realizaron los grandes pensa- c o m o el Islam, no concebía originalmente la se-
dores musulmanes de los siglos X al XIII, c o m o paración de los dominios espiritual y temporal
Farabi, Ibn Sina (Avicena), Ibn Rushd (Ave- (Hermet, 1986; Walzer, 1965). La disociación
rroes), Al-Mawardi, Ghazali o Ibn Taimiyya, se hizo en el siglo XVII, gracias a la resistencia
de conciliar las exigencias del monismo con que las sociedades occidentales opusieron a los
una legitimidad política autónoma necesaria al puritanos m á s fervientes de imponer su fe ab-
príncipe para permitirle gobernar la nación sin soluta a todos los sectores de la población. La
violencia y con estabilidad, no tuvieron éxito. práctica de la religión quedó desde entonces re-
Las tentativas de innovación, c o m o la del M o - legada a la vida privada y a la conciencia indi-
tazilismo (siglo VIH), que sostenía la noción de vidual. La explicación de los variados itinera-
un Corán creado y de la palabra de Dios situa- rios que siguieron las religiones abrahámicas,
da en el tiempo, y por lo tanto no inmutable, junto con el esclarecimiento de las diferencias
fracasaron. En el siglo XIX, Afgani, Rida y A b - entre el laicismo galicano y el secularismo pro-
dul intentaron introducir la innovación y este testante, deben pues buscarse fuera del ámbito
último se sintió momentáneamente atraído por de los textos sagrados o de sus interpretaciones.
la idea de la ley no revelada, pero la doctrina ¿Cuáles son las razones histórico-sociológicas
islámica persistirá en su voluntad de responder de las que procede la no disociación de lo polí-
a los retos de la historia con una vuelta a la tico y lo religioso, sobre todo -aunque n o ex-
tradición (Badie, 1986, p. 55). Esta actitud, aún clusivamente- en el Islam, donde su imposi-
en nuestros días, sirve de inspiración a los m o - ción es mayor? Según la hipótesis avanzada por
vimientos islamistas. el pensador laico árabe Abd-al-Razik, a princi-
Ahora bien, si el Islam no conoció el equiva- pios del siglo actual, el m o n i s m o del Islam di-
lente del tomismo, o m á s bien si las corrientes manaría de la aventura imperial, la de los Orne-
de pensamiento que preconizaban la pertenen- yas (del siglo v u a mediados del siglo VIII) y
cia de la fe y de la razón a esferas diferentes posteriormente la de los Abasidas, del 750 al
La democracia en tierra del Islam: el caso de Turquia desde una perspectiva comparativa 365

1050 (Badie, 1986, p. 43). En estos imperios, la los árabes, de la pronoia de los bizantinos o del
concentración de los poderes espiritual y tem- timar de los otomanos. El soberano no tenía
poral en manos del Califa, a la vez jefe religioso obligaciones contractuales y no compartía su
de la ummayjefe militar, habría consolidado y poder. Estas características contractuales hicie-
perpetuado ese carácter monista. ron que la desintegración de los imperios orien-
Ciertamente, la historia política del Islam, y tales no desembocara en una soberanía frag-
también la de Oriente Medio en su conjunto, mentada, c o m o en el Occidente feudal, sino en
estuvo dominada desde la época romana por la la emergencia de una sucesión de centros impe-
obra imperial. Efectivamente, el imperio roma- riales, que monopolizaban la totalidad del
no de Oriente, transformado en Bizâncio, so- poder.
brevivió hasta mediados del siglo x v y, más al El caso turco fue la única excepción a este
norte, el imperio ruso no desapareció hasta respecto en el m u n d o islámico, excepción que
1917. En la esfera musulmana, los imperios se se manifestó de dos formas diferenciadas en el
sucedieron, pues la desintegración de uno re- tiempo. Después de haber sido islamizados en
sultaba periódicamente en la emergencia de Asia Central a partir del siglo IX, los turcos
otro: después de los Omeyas y Abasidas, vinie- se destacan en la escena medioriental en el si-
ron los Salyúcidas y los O t o m a n o s (hasta glo XI, en este contexto imperial. Rápidamente
1922). También hubo el imperio Safárida en controlaron, en el seno del Imperio Abasida, el
Irán y el Imperio Mogol en India. poder militar y posteriormente el poder políti-
En contraste, la trayectoria del Occidente co. Aunque tradicionalmente los Califas abasi-
posromano se caracteriza por la imposibilidad das concentraban en sus manos los poderes re-
de mantener un orden imperial duradero. El ligioso y político, en adelante se hace distinción
Imperio Carolingio no tuvo sucesor. La feuda- en el ejercicio de ambos poderes, si no de jure al
lidad se fundaba en la partición de la soberanía menos defacto. Portadores de tradiciones polí-
y la desagregación del poder, tomando la expre- ticas anteriores a su islamización, los turcos
sión de Terry Anderson. La ausencia de un cen- crean imperios -Salyúcida y O t o m a n o - cuyos
tro imperial fuerte, capaz de unificar los pode- soberanos no tienen pretensiones califales, has-
res secular y religioso, coadyuvó a que la ta los albores del siglo XVI. Después de con-
diferenciación entre los «dos poderes» resulta- quistar Constantinopla en 1453, el Sultán oto-
ra cómoda y se hiciera definitiva. m a n o M e h m e t II reivindica el título de César,
El objetivo de este artículo no es analizar las aspirando a ser sucesor de los emperadores ro-
trayectorias históricas contrastadas de Europa manos de Occidente y Oriente, además de os-
Occidental y Oriente Medio. N o obstante, es tentar la posición de «padichah» otomano.
importante referirse a ellas, en la medida en U n a vez conquistados Siria, Palestina,
que influyeron, a largo plazo, y hasta el si- Egipto y el Hedjaz (Lugares Santos Islámicos),
glo X X , en la institucionalización ulterior de los los otomanos, que a partir de entonces son due-
sistemas políticos de estas regiones. M a x W e - ños del m u n d o árabe-musulmán, declaran que
ber explicó por qué en Occidente el Imperio fue el califato ha sido transferido de El Cairo a Es-
sustituido por la feudalidad, mientras que en tambul. El Sultán será también Califa, con lo
Oriente, la usanza imperial se perpetuó. Identi- cual posee la legitimidad y el prestigio propios
ficó c o m o factor discriminante la naturaleza del jefe espiritual de los musulmanes e inaugu-
diferente de la soberanía, vinculada en sí mis- ra una estrategia de poder en la que lo religioso
m a al m o d o de apropiación de las tierras ( W e - será puesto al servicio de proyectos seculares.
ber, 1978, 2:1.070-1.085). En Occidente, el sis- En el plano doctrinal continuará el monismo.
t e m a de feudos suponía lazos de tipo Sin embargo, el encabalgamiento de las dos es-
contractual entre el señor y sus vasallos, que feras tomará una forma que presentará ciertos
imponían obligaciones a las dos partes y limita- rasgos próximos al césaropapismo, dado el do-
ban la soberanía del señor respecto a sus vasa- minio religioso del príncipe otomano, parecido
llos y del rey respecto a los señores. En Oriente, al de los zares rusos.
las tierras pertenecían al centro imperial (lo El orden político otomano se institucionali-
que no excluía ciertas formas de propiedad pri- zará, pues, siguiendo modalidades específicas,
vada) y se distribuían entre los funcionarios en que le darán una configuración singular frente
forma de prebendas, ya se tratara de la iqía de a los demás sistemas políticos musulmanes.
366 Ali Kazancigil

Las principales diferencias se refieren a la rela-


relaciones tributarias, el centro político. L a ra-
tiva autonomía de lo político y su legitimación cionalidad político-administrativa predomi-
propia respecto a lo religioso, así c o m o a la nante era incompatible con el mercantilismo,
construcción de un Estado bien estructurado y así c o m o con la acumulación económica priva-
diferenciado. En cambio, en los otros órdenes da o la ascensión social por intermedio del mer-
políticos musulmanes, la autonomía del domi- cado. La única vía de promoción social era el
nio político y la institucionalización del Estadoservicio del Estado e incluso en ese caso las
serán débiles. Q u e los otomanos propiciaran la ventajas obtenidas eran prebendas no heredita-
disociación entre lo temporal y lo espiritual, rias, que no permitían la adquisición de títulos
aun cuando fuera incomparablemente m á s li- ni funciones políticas, administrativas o judi-
mitada que en Occidente, es un hecho que abri- ciales, susceptibles de propiciar la constitución
rá el camino, llegado el siglo XIX, a las reformas
en la periferia de poderes locales legítimos y
seculares en la administración, la educación, la autónomos en relación con el centro (Mardin,
justicia y, en el siglo X X , a la emergencia de un
1973;Heper, 1980).
Estado moderno, fundado en el principio de la D e este m o d o , el poder permanecerá sin ri-
soberanía popular y, m á s tarde, a la introduc- val, e incluso afinalesdel siglo xvill, cuando el
ción del pluralismo, a partir de 1946, fecha de centro está sumamente debilitado, los poseedo-
las primeras elecciones competitivas. res de prebendas en la periferia del Imperio
(aran) -expresaran o no fuertes resistencias co-
E n el espacio político otomano se desarrolló
así un Estado fuerte, cuyos impulsores recibie- munitarias contra el centro-, no estaban en
ron mayor influencia del pensamiento socioló- condiciones de desafiar largamente al Sultán ni
gico de Ibn Khaldoun que de los teólogos. Este de obligarle a compartir su poder. Las tenden-
Estado, con una ideología específica, una buro- cias desintegradoras no desembocarán en la
cracia captada y formada en base a criterios de formación de los Ständestaat (estados u órde-
competencia y de mérito, controlaba eficaz- nes de la Europa absolutista), en el desarrollo
mente todos los recursos sociales disponibles, del mercado y del capitalismo, en el progreso
tanto materiales c o m o simbólicos, en un gradode la burguesía, en la constitución de una socie-
no conocido en los d e m á s órdenes políticos dad civil o en la emergencia de una orientación
musulmanes. La propia religión estaba someti- democrática «desde abajo». Las transforma-
da, c o m o ya hemos subrayado, a los objetivos ciones ulteriores -la reforma del Imperio en el
seculares del Estado, por intermedio de un per- siglo xix, la creación de la República, la m o -
sonal religioso remunerado que ejercía igual- dernización de la sociedad y los principios de la
mente funciones educativas y judiciales y que transición democrática en el siglo X X - se harán
constituía la tercera rama de la burocracia, al «desde arriba», por iniciativa de las élites esta-
tales.
lado de los militares y de los funcionarios civi-
les. El Imperio impulsó de este m o d o , en ámbi- Estas características explican la no emer-
tos no abarcados por la Chari'a (ley coránica) gencia de una sociedad civil, entendida c o m o
una legislación secular mucho más importante conjunto autónomo en relación con el centro
que en los otros sistemas islámicos (Veinstein, político, fundada en relaciones de mercado y
1989). Estas leyes (küruin), codificadas en c o m -
en una racionalidad económica (en contraste
pilaciones denominadas kânunname y e m a - con las relaciones nacionalizadas y la racionali-
nantes de la tradición islámica pero también de dad administrativa), formando un tejido de
trasfondos jurídicos turco, bizantino y eslavo, asociaciones voluntarias, de grupos e indivi-
fueron dictadas a partir del siglo xv, modifica-duos cuyas actividades son independientes, y
das o reemplazadas según las épocas y las cir- que tienen cohesión orgánica. E n el Imperio
cunstancias, creando así una legislación parale- O t o m a n o , la monopolización del poder por un
la a la ley coránica. centro hipertrofiado -con sus respectivas di-
La base social segmentada, organizada en mensiones, patrimonial e imperial, el estrecho
millet -comunidades étnicas/religiosas- estaba control administrativo ejercido sobre la econo-
bajo estrecho control. La función social asigna- mía y sus agentes, impidiéndoles constituir una
da a los productores -campesinado, comer- fuerza social con base en el mercado-, era in-
ciantes, artesanos- era la de producir exceden- compatible con la sociedad civil y el pluralismo
tes d e los que se apropiaba, conforme a que ésta implica.
La democracia en tierra del Islam: el caso de Turquia desde una perspectiva comparativa 367

La formación histórica otomana se caracte- la codificación de leyes seculares o la mejora de


rizaba, pues, por una parte, por la presencia de la condición jurídica de las minorías no musul-
una autonomía bastante grande de lo temporal manas. U n a característica importante de las
respecto a lo espiritual y un Estado reciamente mejoras del Tanzimat, iniciadas con el decreto
institucionalizado y, por otra, por la ausencia imperial (Hatt-i H ü m a y u n ) de 1839, fue el des-
de una sociedad civil. Si los dos primeros ele- lizamiento progresivo del poder palaciego ha-
mentos le eran específicos, el tercero, en cam- cia la burocracia modernizada, que los eu-
bio, era c o m ú n a todos los Imperios musulma- ropeos llamarán la Sublime Puerta (Davidson,
nes. Tales rasgos no facilitarán la emergencia 1963). D e esa manera, el Sultán deberá c o m -
del individuo-ciudadano ni de la democracia. partir el poder que ejercía en nombre de la ley
Si, pese a todo, Turquía emprendió ulterior- islámica, con un aparato estatal occidentaliza-
mente el camino de una democratización dura- do que, a diferencia de la burocracia patrimo-
dera, tiene m u c h o que ver en este empeño la nial palaciega, tenía una condición que le ofre-
brecha abierta tiempos atrás entre lo político y cía garantías jurídicas. Los partidarios de una
lo religioso. vuelta a «la edad de oro» del Imperio combati-
rán vigorosamente esta evolución, preconizan-
do, por el contrario, la restauración de un Sul-
Los orígenes tán que ejerciera un poder exclusivo, para
de la democracia turca hacer reinar de nuevo la Ley de Dios (Abu-
M a n n e h . 1990). Tal disociación anuncia pro-
M u y afinalesdel siglo xvin. cuando el Impe- gresos ulteriores, c o m o la sustitución de la so-
rio, m u y debilitado, debió enfrentarse al tre- beranía divina por la del pueblo, la creación de
m e n d o desafío que le planteaba la denomina- la República y la posibilidad de una transición
ción e c o n ó m i c a , política y militar de democrática.
Occidente, la respuesta de la Sublime Puerta no La base social de las élites modernizadoras,
consistió en la habitual tentación de refugiarse que originalmente se limitaban a los grupos si-
en la tradición coránica y la Gloriosa Ciudad tuados en las altas esferas del Estado, se a m -
del Profeta, que preconizaban los ulemas 5 . pliará considerablemente. D e estas nuevas éli-
Optó por la vía de la innovación y de la reforma tes, m á s numerosas, de origen social m á s
de las instituciones estatales, recurriendo a m é - modesto, saldrán m á s tarde los dirigentes y
todos occidentales propuestos por la burocra- miembros de los Jóvenes Otomanos de fin de
cia secular. E n este contexto, la lucha entre las siglo, de los Jóvenes Turcos de 1908 y de los
élites religiosas y seculares se prolongará hasta kemalistas de los años 20. El fracaso de la expe-
elfinaldel Imperio y verá el triunfo de las élites riencia panislamista de Abdulhamid II termi-
seculares. Los Sultanes otomanos, a partir nará de convencer a las élites modernizadoras
de Selim III (1789-1808) y M a h m o u d II m á s radicales -los Jóvenes Turcos y sobre todo
(1808-1839) respaldarán esta estrategia secular los kemalistas- que el Islam no ofrece los m e -
de modernización, incluido Abdulhamid II dios de llevar a cabo una reforma política, so-
(1876-1909), cuya tentativa de una moviliza- cial y económica susceptible de sacar al país de
ción modernizadora basada en el Islam fraca- su inmovilismo. Herederos de la Ilustración,
sará (Mardin, 1984; Kazancigil, 1990). Para- positivistas consagrados al progreso y a la cien-
lelamente, el m i s m o Sultán continuará cia, los kemalistas decidirán arrojar a la reli-
desarrollando reformas seculares con m á s éxito gión del espacio público y relegarla a la esfera
y su reino conocerá «la culminación del Tanzi- de la conciencia individual.
mat» (Shaw y Shaw, 2 , 1977, pp. 172-272). En la década que siguió a la proclamación
Las reformas otomanas, introducidas por de la República en 1923, Mustafa Kemal e m -
las élites estatales modernizadoras, tendrán prendió una impresionante serie de reformas
inicialmente por meta fortalecer el Estado y su que tenían por objetivo transformar radical-
administración, que históricamente es el ele- mente el Estado y la sociedad: constitución lai-
mento central de la formación social turca. ca, nueva identidad nacional y ciudadanía re-
M á s tarde, las reformas se extenderán progresi- publicana, condición secular de la familia,
vamente, con el establecimiento de un sistema igualdad de la mujer ante la ley, incluido su de-
judicial y un sistema educativo secularizados. recho a voto, reforma del idioma, adopción del
368 Ali Kazancigil

Manifestación de partidarios de Cory Aquino. Filipi naS, 1987. Yamsuun/Keystone.

alfabeto latino y del calendario gregoriano, etc. países musulmanes de Oriente Medio, la limi-
Pese a su diversidad, estas reformas perseguían tada legitimidad de la política y la escasa fuerza
un solo fin: crear una ciudadanía, con u n indi- del Estado impidieron la introducción de refor-
viduo liberado de las penosas obligaciones co- m a s tan radicales y llevaron al fracaso a los que
munitarias de la umtna, que evolucionara en el intentaron seguir el ejemplo del kemalismo, co-
seno de una sociedad civil contractual y plura- m o los Pahlavi en Irán.
lista, y en un espacio cultural estructurado no E n lo referente a las instituciones, el lejano
ya por la fe religiosa, sino por la razón y la cien- origen de las prácticas democráticas data de
cia. Pero hay que señalar también que la natu- 1876, año de las primeras elecciones legislati-
raleza nacionalista y populista del kemalismo vas (sufragio censatario e indirecto) para elegir
será un obstáculo al desarrollo de esta ciudada- el primer parlamento otomano (suspendido,
nía y habrá que esperar hasta los años 1970 pa- tras algunos meses de ejercicio, hasta el año
ra que la misma adquiera un contenido m á s so- 1908). El segundo período de monarquía cons-
cial. E n efecto, todas estas reformas fueron titucional, de 1908 a 1918, comienza con la R e -
introducidas autoritariamente, a través de un volución de los Jóvenes Turcos. D o s elecciones
Estado sólidamente institucionalizado. A u n - relativamente competitivas tuvieron lugar en
que no penetraran hondamente en la sociedad, 1908 y 1912. A u n cuando fue interrumpido en
las reformas autoritarias del período kemalista 1913 por el golpe de Estado de los dirigentes
dieron sus frutos m á s tarde, llegada la hora de del Partido Unión y Progreso, este período
la democratización. E n cambio, en los otros constituye la primera experiencia parlamenta-
La democracia en ¡ierra del Islam: el caso de Titrquiu desde ana perspectiva comparativa 369

Los inicios de la democracia en un país musulmán. Arriba: U n a oficina electora] en el sur de Argelia durante las
primeras elecciones plurales desde la independencia, celebradas el 12 de junio de 1990. Biondm/Sipa. A la derecha:
Manifestación masiva contra la intolerancia en Argel en reacción al creciente poder de los islamistas. Parrot/Sygma

rista, con elecciones pluralistas y partidos polí- estela de la victoria en 1922 de los nacionalistas
ticos organizados y con una base social bastan- turcos, Mustafá Kemal crea el Partido Popular,
te amplia (Ahmad, 1969). El debate político m á s tarde llamado Partido Republicano Popu-
tiene lugar en un espacio secular, entre dos con- lar (PRP), que dirigirá el país hasta 1950. D u -
cepciones opuestas de la sociedad, una autori- rante el régimen del partido único, las dos ten-
taria, nacionalista, centralizadora y partidaria tativas de fundar un partido de oposición -el
del Estatismo y otra descentralizadora, liberal Partido Republicano Progresista en 1924-25 y
y parlamentaria. el Partido Republicano Libre en 1930- fracasa-
Las bases del Estado-nación se sientan du- rán. Esos años de partido único, desde la crea-
rante el período de lucha por la liberación na- ción de la República en 1923 hasta 1946, son
cional, emprendida por las fuerzas aliadas que los de consolidación del orden republicano,
ocupaban Anatolia, tras la derrota del Imperio mediante la introducción de las ya citadas re-
O t o m a n o en la Primera Guerra Mundial. El es- formas radicales. El régimen es autoritario, pe-
pacio político se institucionaliza siguiendo m o - ro la dictadura no se legitima nunca en tanto
dalidades que harán posible la emergencia ulte- que ideología oficial. El objetivo declarado del
rior de la democracia. Los poderes legislativo y kemalismo es progresar hacia un Estado d e m o -
ejecutivo están en posesión de la Gran A s a m - crático. Mustafá K e m a l consiguefijarsu poder,
blea Nacional, dirigida por Mustafa K e m a l , consolidar las instituciones políticas y estable-
que en 1921 adopta una Constitución procla- cer la práctica de elecciones regulares. Aunque
m a n d o el principio de soberanía popular. E n la la participación y la movilización fueran esca-
370 Ali Kazuncigil

sas, la institucionalización política fue sólida (Kazancigil, 1984). Durante el período republi-
(Özbudun, 1990, p. 197). cano-kemalista, hasta 1945, esta alianza fue
controlada y dirigida por las élites estatales. La
transición democrática se tradujo, desde este
La transición democrática punto de vista, en una relativa distribución del
poder político entre élites estatales y élites polí-
La transición comenzó con la creación en 1945 ticas, económicas y sociales, es decir, entre el
de una importante formación de oposición, el centro y la periferia. Esta última polaridad,
Partido Demócrata (PD), y la celebración de m á s que las tensiones derecha-izquierda o bur-
elecciones legislativas pluralistas en 1946. Pero guesía-clases subordinadas, constituyó el eje
el acto fundador del régimen democrático fue principal del sistema político turco en las fases
la alternancia en el poder, que se materializó iniciales de la transición, hasta los años 1960.
con la victoria del P D en las elecciones legisla- El P D se llevó igualmente la victoria en las
tivas de 1950, transcurridos 27 años de régi- elecciones legislativas de 1954 y de 1957. Pero
m e n autoritario en m a n o s del partido único. en ausencia de una práctica suficientemente
La ausencia de una ideología oficial del par- arraigada del debate democrático, las relacio-
tido único propició el paso suave y tranquilo al nes entre el poder y la oposición pronto toma-
multipartidismo y a la alternancia democráti- ron un cariz conflictivo y el gobierno introdujo
ca. A ello contribuyeron varios factores: de tipo medidas antidemocráticas.
externo, c o m o las exigencias de una liberaliza- El golpe de estado militar del 27 de m a y o de
ción de la economía y del régimen político, pro- 1960 interrumpió esta primera experiencia de
cedentes de Estados Unidos, o de tipo interno, democracia política. La burocracia militar, res-
c o m o la presión de ciertos grupos sociales -en paldada por la burocracia civil y los sectores
especial los círculos comerciales y los grandes kemalistas de la opinión, reprochaban al go-
explotadores agrícolas-, los cuales buscaban bierno del P D haber traicionado los ideales re-
compartir el poder político, hasta entonces po- publicanos, laicos y democráticos y sobre todo
sesión casi exclusiva de las élites estatales. Es- explotar al Islam confineselectorales. El régi-
tas prefirieron, frente a las presiones internas y m e n militar promulgó una nueva Constitución
externas, optar por la orientación democrática, y se organizaron elecciones legislativas en octu-
que el régimen kemalista siempre proclamaba bre de 1961. Durante los mandatos de los go-
c o m o su objetivo a largo plazo. Tal orientación biernos de coalición que siguieron, el Partido
les pareció constituir el medio m á s eficaz de de la Justicia (PJ) emergió c o m o heredero del
conservar la experiencia adquirida por la R e - P D (abolido en 1960), representando a los
pública. Confiaban, naturalmente, en retener el círculos comerciales, a los notables anatolianos
control del Estado y el monopolio de la legiti- y al campesinado, mientras que el P R P conti-
midad republicana. nuaba siendo el partido de la burocracia estatal
La transición turca se hizo en un contexto y, m á s generalmente, de los medios kemalistas.
de pacto y no de ruptura (O'Donnell y Schmit- El PJ ganaría las elecciones de 1965 y de 1969.
ter, 1986), sin movilización y con escasa parti- Sin embargo, la inestabilidad política con
cipación, por un acuerdo entre ciertos grupos fondo de crisis económica e ideológica se mani-
de las élites. Así, los dirigentes del partido en el festó de nuevo a partir de 1968. El 12 de marzo
poder y los de la oposición convinieron en una de 1971 los jefes del ejército (en parte con m i -
nueva ley electoral, con anterioridad a las deci- ras a evitar un golpe de Estado que preparaban
jsivas elecciones legislativas de 1950. Este enfo- los oficiales «progresistas»), obligaron al go-
que no era ajeno a la tradición otomano-turca. bierno a presentar su renuncia, aunque sin di-
E n el siglo xix, dichas alianzas se limitaban a solver el Parlamento. El gobierno civil, estable-
las diversas facciones de la burocracia del Esta- cido con el apoyo de los militares, modificó la
do otomano. La lucha de liberación nacional Constitución de 1961, a fin de consolidar los
(1919-22), la creación y la consolidación de la poderes del ejecutivo y limitar ciertas liberta-
República, a partir de 1923, se desarrollaron en des cívicas y políticas. El semi-golpe de 1971
virtud de un pacto ampliado entre las élites es- sancionaba así la incapacidad del gobierno de
tatales kemalistas, las élites económicas urba- vencer el terrorismo. C o m o el anterior golpe de
nas y una parte de los notables provinciales 1960, era la expresión de la desconfianza de la
La democracia en tierra del Islam: el caso de Turquía desde una perspectiva comparativa 371

burocracia estatal para con los políticos, a quie- el ejército pudo llevar a cabo, el 12 de septiem-
nes continuaba acusando de traicionar a la R e - bre de 1980, su tercer golpe de Estado desde
pública laica. 1960. Esta vez, el intermedio autoritario iba a
Después de este período de parlamentaris- ser más largo y m á s duro que en las anteriores.
m o bajo tutela militar, marcado por métodos Acusando, no sin justificación, a la clase políti-
autoritarios y represivos, la vuelta a la d e m o - ca, pero también - y de forma m á s discutible- a
cracia se efectuó con las elecciones legislativas intelectuales, universidades, sindicatos, asocia-
de 1973, ganadas por un P R P renovado, que ciones socioprofesionales o culturales, de haber
había modificado su imagen de partido próxi- faltado a su deber, y considerando ser la única
m o a las élites burocráticas y adoptado un pro- institución indemne en la catástrofe político-
grama social-demócrata. El P R P consiguió en- moral generalizada, el ejército emprendió en-
tonces atraer los votos de la clase obrera en los tonces lo que consideraba ser una obra de «sa-
centros urbanos, lo que significaba que el siste- neamiento» del país. La nueva Constitución,
m a de partidos políticos había sido objeto de preparada por una Asamblea Constituyente no
reajuste. E n efecto, los estudios electorales fue elegida; nombrada por la Junta, creaba un
muestran que en las ciudades y regiones m á s ejecutivo m á s fuerte, restringiendo los dere-
desarrolladas, los electores habían votado si- chos y libertades cívicas y políticas y especial-
guiendo criterios m á s autónomos e instrumen- mente los derechos sindicales y asociativos.
talizados, mientras que en las regiones menos Fueron abolidos todos los partidos políticos
avanzadas habían predominado las relaciones existentes y sus líderes y principales dirigentes
clientelistas. A medida que el país se industria- excluidos de la vida política. U n a represión
liza y que su espacio se integra en la economía m u y amplia, destinada a erradicar el terroris-
de mercado, el clientelismo político tiene ten- m o , azotó el país.
dencia a perder terreno. Así, el sistema de par- El proceso de vuelta a la democracia se ini-
tidos va perdiendo poco a poco los rasgos ca- ció m á s lentamente que en las dos salidas del
racterísticos que manifíesta-en otros países m u - autoritarismo anteriores (en 1961 y en 1973),
sulmanes (Badie, 1984). L a sociedad de los con la adopción por referéndum popular en
años setenta se había hecho, pues, más pluralis- 1982 de la nueva Constitución y con elecciones
ta, abierta y urbana, con un espacio económico legislativas en 1983, estrechamente controla-
dominado por las relaciones de mercado, una das por la dirección militar, pues solamente
industrialización m á s avanzada y diferencias tres formaciones nuevas tuvieron autorización
de clases más marcadas, junto a las tradiciona- para participar. Sin embargo, la victoria y la
les tensiones centro-periferia. mayoría absoluta en el Parlamento fueron lo-
Pero las victorias de la izquierda en las elec- gradas no por la formación respaldada por el
ciones de 1973 y de 1977 no le habían dado poder, sino por el Partido de la Madre Patria
mayoría parlamentaria. El país estuvo dirigido, ( P M P ) del Sr. Turgut Özal, que se había situa-
de 1973 a 1980, por coaliciones inestables e in- do en la oposición. El P M P ganó también las
capaces de hacer frente a los graves problemas elecciones legislativas de 1987, que fueron
socioeconómicos existentes. L a situación de competitivas, obteniendo de nuevo la mayoría
Turquía alfinalde los años 1960 y durante los absoluta en el Parlamento, gracias a una ley
años 1970, con las dificultades resultantes de electoral que favorece a las grandes formacio-
una industrialización basada en la estrategia de nes. Progresivamente fueron desapareciendo, a
substitución de las importaciones podía, en partir de 1983, las restricciones a la democra-
ciertos aspectos, compararse a la de varios paí- cia, al menos en el plano político (las restriccio-
ses latinoamericanos durante la misma época. nes sindicales y asociativas siguen en pie). Pri-
Las interrupciones del proceso democrático en mer Ministro desde 1983, Turgut Özal fue ele-
1971 y en 1980 pueden explicarse en parte por gido Presidente de la República en 1989. Pero
la teoría de autoritarismo burocrático ( O ' D o n - las elecciones locales y parciales de 1989 y 1990
nell, 1973). Entre 1977 y 1980, Turquía estuvo mostraron que el P M P no tiene ya mayoría en
sumida en la peor crisis económica y moral de el electorado, y que las dos principales forma-
su historia reciente y el terrorismo político al- ciones de oposición, el Partido Socialdemócra-
canzó en esos años proporciones alarmantes. ta Popular de Erdal Inönü y el Partido del Justo
Estando el país gravemente desestabilizado. Camino (centro derecha), de Süleyman D e m i -
372 Ali Kazancigil

rei, no parecen estar en condiciones superiores asociativos, así c o m o a la participación política


de obtener una mayoría. La perspectiva de una de los movimientos extremistas.
vuelta a la inestabilidad política, que la opi- Existen otras dificultades de índole econó-
nión pública turca, todavía traumatizada por el mica y social. La liberalización económica en
recuerdo de los años 1977-1980, teme por enci- marcha desde 1980 ha permitido indudable-
m a de todo, ha resurgido. En este contexto, una mente consolidar la economía de mercado, ga-
parte de la clase política y de la opinión pública
rantizar una tasa de crecimiento elevado, au-
parece inclinarse por la propuesta de Özal de mentar las exportaciones y sacar al país del ato-
revisar la Constitución, a fin de elegir al Presi-
lladero provocado por estrategias de desarrollo
dente de la República por sufragio universal, basadas en la substitución de importaciones.
fórmula que ofrece la ventaja de garantizar m a -En cambio, el costo social del liberalismo sigue
yor estabilidad, pero que también lleva consigo siendo m u y grande, con una inflación m u y ele-
el riesgo de una concentración demasiado gran- vada (50 %) y sobre todo una intensificación
de del poder en la cima del Estado, en una for- considerable de las desigualdades sociales. Si
mación histórica cuya principal característica no se logra un equilibrio más razonable entre el
es precisamente un Estado m u y fuerte y una crecimiento económico y una mejor reparti-
sociedad civil que todavía no es lo suficiente- ción de las riquezas producidas, la democracia
mente sólida. La oposición ve también aquí la turca se verá amenazada a plazo medio.
oportunidad de abolir las cláusulas antidemo- A pesar de sus insuficiencias y de los desa-
cráticas de la Constitución de 1982 y del código fíos a los que debe hacer frente, la transición
penal. democrática en Turquía cuenta con valores na-
U n o de los acontecimientos más importan- da desdeñables, c o m o consecuencia de una
tes de los decenios 1970 y 1980 fue la irrupción profunda transformación de la sociedad, cuyos
orígenes datan de principios de siglo. Los Jóve-
de los Islamistas en la escena política. El Parti-
do de Salvación Nacional obtuvo, en las elec- nes Turcos habían tomado ya conciencia, por
ciones legislativas de 1973 y 1977, el 11,8 % y oposición a las élites otomanas del siglo XIX, de
8,6 % de los votos respectivamente y participó la imperiosa necesidad de promover una eco-
en tres gobiernos de coalición entre 1973 y nomía nacional. E n 1917, uno de los pensado-
1980. Su sucesor, el Partido del Bienestar, ob- res del régimen. Yusuf Akçura, advertía que «si
tuvo 6 % de los votos en 1987 y en las eleccio- los turcos no consiguen establecer una clase
nes municipales de 1989 ganó en cuatro ciuda- burguesa..., las probabilidades de superviven-
des bastante importantes, en el sur y el este decia de una sociedad turca, compuesta exclusi-
Anatolia. vamente de campesinos y de funcionarios, se-
rán m u y exiguas» (Berkes, 1964, p. 426). La po-
lítica económica estatal propulsada por el
Sociedad civil y ciudadanía régimen kemalista, en los años 1930 y 1940,
aseguró a Turquía una acumulación económica
Al término de un proceso que duró casi cinco considerable, pero también contribuyó a la
décadas, Turquía dispone de un espacio d e m o - emergencia de una clase compuesta por hacen-
crático que parece establecido con suficiente distas, comerciantes y empresarios privados,
solidez y con posibilidades de durar. Es cierto incluso si el Estado desempeñaba, c o m o conti-
que todavía existen muchos obstáculos que de- núa haciéndolo, un papel m u y importante en la
ben superarse antes de que se instaure una po- economía. A condición de estar en equilibrio
liarquía: respeto m á s riguroso de los derechos con otros factores sociales y políticos, dicha
humanos (el gobierno de Ankara se adhirió a la burguesía, así c o m o el auge de la economía de
Convención europea de derechos humanos, pe- mercado, proporcionan los elementos estructu-
ro suspendió su aplicación en 1990 en las regio- rales indispensables a la supervivencia de la de-
nes del este anatoliano, donde hay enfrenta- mocracia, según la célebre fórmula de Barring-
mientos entre guerrilleros kurdos y el ejército ton Moore: «Sin burguesía no hay democracia»
turco); igualmente, está pendiente de resolver- (1967, p. 148).
se por vía democrática la cuestión kurda; y, por Creada en primer término como clientela
último, tendrían que desaparecer las restriccio- de la burocracia estatal, por acciones propulsa-
nes que se imponen a los derechos sindicales y das desde arriba, la burguesía se fortaleció pau-
La democracia en tierra del Islam: el caso de Turquía desde una perspectiva comparativa 373

Oficina electoral en una ciudad de Anatolia, Turquía, en 1987. can/Sipa.

latinamente, hasta el punto de llegar a ser un élites estatales. L a modernidad republicana y


desafío, a partir de 1945, al monopolio del po- kemalista, impuesta desde arriba de forma au-
der ejercido por las élites estatales. E n las déca- toritaria, tiene rivalidad y es reemplazada pau-
das siguientes, los grupos sociales que se apoya- latinamente por una modernidad engendrada
ban en el mercado y en las actividades econó- por las fuerzas sociales y culturales y por una
micas, se hicieron constantemente m á s fuertes. participación m á s amplia. Las asociaciones vo-
La relación de fuerzas entre la burguesía y las luntarias, que constituyen el tejido de la socie-
élites estatales se equilibró progresivamente en dad civil, aumentaron de unas 800 en 1946 a
beneficio de aquélla. Estas élites, en particular cerca de 38.000 en 1968 (Yücekok, 1971,
las militares, siguen siendo aún m u y poderosas, p. 119). Las tentativas de frenar este proceso
pero a partir de los años 1970 el monopolio del con restricciones a las libertades sindicales y
poder ya no les pertenece. La formación social asociativas, c o m o ocurrió después de 1980, no
turca conoce, pues, con altos y bajos, pero resisten m u c h o tiempo a las presiones de la so-
siempre en la m i s m a dirección, la transforma- ciedad. Es bastante probable que en los años
ción fundamental que hace 150 años fue origen 1990 estas barreras desaparezcan, siempre y
de la modernidad política occidental, a saber, cuando el fracaso de las políticas económicas
la capacidad de la burguesía de proyectar su po- y la profundización de las desigualdades socia-
der económico en el sistema político. A medida les no provoquen una nueva interrupción del
que la racionalidad administrativa heredada de proceso democrático. A pesar de las restriccio-
los otomanos cede terreno a una racionalidad nes jurídicas, la vida asociativa sigue siendo
económica, la sociedad civil se consolida, pene- m u y activa.
tra en el Estado y comparte el poder con las Sin embargo, las transformaciones de las re-
374 Ali Kazancigil

laciones entre el Estado y la sociedad civil, por cia de este período, la sociedad turca de los
favorables que sean a la expansión de un régi- años ochenta supo engendrar un espacio públi-
m e n pluralista y democrático, no resultan auto- co donde tuviera lugar un debate democrático,
máticamente en una poliarquía y una ciudada- realzado por una prensa escrita pluralista (la
nía poseedora de la totalidad de derechos y li- información audiovisual sigue controlada por
bertades cívicas y políticas. La existencia de el gobierno, pero la creación reciente de una
una sociedad civil autónoma, de una burguesía cadena privada, a la que seguirán otras, intro-
y de una economía de mercado son condiciones ducirá el pluralismo con bastante rapidez). Este
necesarias, pero no suficientes, para la d e m o - debate, en el que participan fuerzas políticas
cracia. D e hecho, la democracia política y la diversas, así c o m o movimientos sociales, cultu-
ciudadanía se impulsaron en Occidente, siendo rales y religiosos, trata no solamente de cuestio-
consecuencia de las largas luchas que libraron nes políticas y económicas, sino también de te-
las clases dominadas contra la burguesía, con- mas c o m o la modernidad y la identidad cultu-
tra la explotación y las desigualdades inheren- ral, la condición de la mujer turca, la crítica de
tes al capitalismo. la familia patriarcal, el papel del Islam en una
Cuando la República kemalista emprendió sociedad abierta y pluralista, el respeto de los
la transición de la Gemeinschaft a la Gesell- derechos humanos, la lucha contra la tortura,
schaft y propició el nacimiento de un tipo de los derechos de las minorías étnicas (sobre todo
individuo liberado de la restricción comunita- los kurdos) y los culturales o la protección del
ria y miembro activo de una sociedad contrac- medio ambiente. El futuro de la democracia
tual dominada por la razón instrumental, no turca depende del vigor de este debate, que está
supo o no quiso darse cuenta de que el mercado en desarrollo, pero que todavía tropieza con
y la democracia mantienen relaciones íntimas ataques a la libertad de expresión (la censura se
y contradictorias al m i s m o tiempo, que la eco- aplica sobre todo en lo que atañe a la cuestión
nomía capitalista se alimenta de desigualdades, kurda; sin embargo, en enero de 1991, el G o -
mientras que la ciudadanía tiene sus cimientos bierno anunció su intención de legalizar el uso
en la igualdad jurídica (Polanyi, 1957; Dahl, de la lengua kurda, que ya es una medida enca-
1985; Turner, 1986). La lección de la historia minada al reconocimiento de los derechos cul-
de las democracias occidentales, que se instau- turales de esta minoría).
raron tras largas luchas llevadas a cabo por los
trabajadores contra la burguesía para obtener y
consolidar sus derechos y libertades políticas, El desafío islamista
sigue siendo de actualidad para Turquía (Gid-
dens, 1981 y 1985; Marshall, 1973). Entre los numerosos desafíos que se le plantean
En el orden del día político de la Turquía de a la democracia turca, el islamismo es particu-
los años 1990, figura primeramente la consoli- larmente significativo; algo así c o m o una prue-
dación y ampliación de la ciudadanía, tanto en ba. Es evidente que Turquía no vive bajo la
el plano jurídico c o m o en el de los comporta- amenaza de ser arrollada por una ola islamista
mientos políticos. Ello otorgaría al Estado, al de tipo khomeinista. H a y varios factores que
régimen político y a la sociedad civil un carác- tienen un peso enorme contra el Islam político:
ter democrático m á s afirmado. La democracia la burocracia estatal, y sobre todo el ejército, la
turca sufrió mucho, en los años setenta, de una burguesía industrial yfinanciera,la economía
polarización ideológica excesiva, entre los de mercado, los Alevíes - m á s del 20 % de la
«progresistas» y los «reaccionarios», o entre la población-, sólidos defensores de la República
extrema izquierda y la extrema derecha. Tal laica, una prensa independiente, un espacio de
polarización estaba relacionada en gran parte debate pluralista. El debate democrático y el
con la crisis económica, pero también fue refor- pluralismo político permitieron a los movi-
zada por una tradición cultural unitaria, m o n o - mientos islamistas ocupar un terreno nada des-
lítica, y una concepción absoluta de la acción deñable, gracias a un partido político (el Parti-
política. En este contexto, un fracaso electoral do del Bienestar), al auge de las tariqa (cofra-
se consideraba una derrota total y los partida- días religiosas) legalmente prohibidas pero
rios de una ideología rival eran enemigos que toleradas, a las asociaciones culturales y una
vencer. C o n lo que aportó la amarga experien- prensa generosamente financiadas por «la in-
La democracia en tierra del Islam: el caso de Turquía desde una perspectiva comparativa 375

C a m p a ñ a de Siileyman Demirel, líder del Partido del Camino Justo, en una ciudad de Anatolia Central, Turquía,
antes de las elecciones legislativas de noviembre de 1987. en las cuales su partido consiguió el tercer puesto.
Nun/Stpa.

ternacional islamista», y a una élite intelectual los islamistas se integran definitivamente en el


bastante notable. Por otro lado, al islamismo espacio político y la ciudadanía, aceptando su
turco le benefició m u c h o el paso de Turquía de legitimidad, o bien el Estado controlará (pero,
una modernidad impuesta autoritariamente ¿por cuánto tiempo?) a los movimientos isla-
por el Estado a una modernidad que se nutre de mistas recurriendo a métodos autoritarios, en
una sociedad civil m á s autónoma, abierta y perjuicio de la democracia.
pluralista. Sin embargo, las mismas caracterís- La cuestión de la integración de los islamis-
ticas que le permitieron abrirse, son un freno tas turcos en el sistema político evoca en cierto
en su intento de imponer su visión dogmática y m o d o la integración de las clases obreras en
monolítica al conjunto de la sociedad. Sin dejar los sistemas políticos de la Europa occidental,
de utilizar las posibilidades de acción que ofre- afinalesdel siglo XIX, pues fue una de las con-
ce el régimen democrático e incluso sacando diciones para la democratización de esos regí-
beneficio de ciertas anuencias gubernamenta- menes.
les6, los movimientos islamistas turcos, al igual Las tensiones entre la legitimidad democráti-
que sus homólogos egipcio o argelino, conside- ca y la legitimidad islamista que se dan en la
ran a la democracia ilegítima. E n el extremo sociedad civil turca pueden también recordar-
opuesto, las fuerzas laicas del país tienen a ve- nos las tensiones que sacudieron a los países
ces la tentación de moderarlos con métodos au- reformados en el siglo XVII, en el marco de la
toritarios, lo cual es naturalmente incompati- Revolución puritana: si los puritanos fervien-
ble con la democracia. Aquí es cuando el desa- tes no consiguieron imponer su fe absoluta a la
fío islamista se convierte en una prueba: o bien sociedad civil de los países protestantes, tam-
376 Ali KazancigU

poco los islamistas fervientes consiguen vencer los aparatos burocráticos o la penetración en la
a las fuerzas laicas que predominan en la socie- economía a través del sector bancário «islámi-
dad civil turca. Es, por lo tanto, posible que, a co» (que pretende no practicar la usura, pero
la larga, el laicismo kemalista de tipo jacobino que reparte las ganancias obtenidas, distinción
impuesto por el Estado y por ello poco compa- sutil que no suelen captar los no iniciados), a la
tible con la democracia, se transforme en un estrategia de ruptura violenta con el sistema,
secularismo de tipo protestante en el seno de la pretendiendo derribarlo, c o m o demuestran los
sociedad civil y, por primera vez en la historia, actos de terrorismo que ciertos movimientos
con un Islam libre pero limitado a la vida pri- islamistas m u y minoritarios han perpetrado en
vada y a la conciencia individual, facilitando los últimos dos o tres años. La ideología de la
de este m o d o la consolidación de un régimen que se inspiran los partidarios de la estrategia
democrático7. de conquista, con el beneplácito de una m a y o -
H a y que decir que esta hipótesis presenta ría de islamistas, es la «síntesis turco-islámi-
por lo menos dos objeciones. Primeramente, ca», una mezcla de nacionalismo de extrema
teniendo en cuenta la imposición del Estado, el derecha y de Islam político, mientras que una
laicismo turco, ¿no está m á s cerca del modelo minoría se acerca al khomeinismo o a los Her-
francés que del modelo reformado? D e hecho, m a n o s Musulmanes. Dadas las características
este paralelismo es solamente válido para el Es- de la sociedad civil, de la economía y del siste-
tado, no para la religión, ya que por un lado m a político pluralista, los movimientos isla-
está la Iglesia católica, institución centralizada mistas turcos, cuya incapacidad de formular
interlocutora del Estado francés y, por el otro, programas de acción constructivos y proyectos
la nebulosidad del Islam turco, que no tiene re- políticos coherentes (además de lanzar prohibi-
presentación unificada con la que el Estado tur- ciones en nombre de la Chari'a y de preconizar
co pueda negociar. E n segundo lugar, el m u n d o la vuelta a la Ciudad del Profeta) les acerca a
reformado del siglo x v n llevaba consigo una sus colegas de otros países musulmanes, tienen
tradición de disociación de los dos poderes, el escasas probabilidades de movilizar a las m a -
del príncipe y el de la Iglesia, mientras que Tur- sas a nivel nacional. Pero manifiestamente uti-
quía no puede, evidentemente, invocar una lizan el Islam c o m o instrumento ideológico pa-
historia comparable. N o obstante, m á s allá de ra participar en el debate público y en los con-
la autonomía tradicional de lo político respecto flictos políticos seculares, lo que lleva a un
a lo religioso, c o m o subrayamos m á s arriba, la fortalecimiento de la legitimidad de lo político
República ha mantenido autoritariamente y respecto a lo religioso, convirtiendo poco a po-
durante mucho tiempo a la religión apartada de co a los islamistas en uno de los componentes
la política, mientras emergía una sociedad civil de la vida democrática, a pesar de su hostilidad
secular y una economía de mercado. Cuando, a la misma.
favorecido por la democratización, el islamis- E n definitiva, de los dos principales retos a
m o hizo irrupción en la escena, encontró una los que se enfrenta la democracia turca -las de-
sociedad en la que el individualismo y el plura- sigualdades socioeconómicas y el islamismo-
lismo se habían implantado con fuerza sufi- el primero no es el menos temible. E n efecto, si
ciente para impedir a los islamistas imponer su el régimen democrático se muestra capaz de
fe absoluta sin resistencia. Por otra parte, el Is- mantener el crecimiento económico, reducien-
lam turco está fragmentado, tanto en su organi- do las desigualdades sociales, el Islam político
zación c o m o en su estrategia. En el plano políti- pasará a ser un fenómeno extremista y c o m o
co, hay corrientes islamistas que coinciden en m u c h o ganará victorias electorales a nivel m u -
varios partidos políticos. El Islam popular está nicipal, en las regiones menos favorecidas. E n
dividido entre varias tariqa, algunas de las cua- caso contrario, el Islamismo podría tener tintes
les c o m o la cofradía Nakchibendis, son políti- m á s peligrosos, aunque no llegaría al punto de
camente activas, mientras que otras, c o m o la conquistar el Estado.
de Nourdjous, se mantienen en un plano aso- Este riesgo es incomparablemente m e n o r en
ciativo y cultural. Las estrategias de acción son Turquía que en otros países musulmanes que
también distintas, van desde la participación recientemente tomaron la vía del pluralismo,
en la vida política, con el objeto de tomar el c o m o Argelia o Túnez.
control del Estado mediante la infiltración en
A través del prolongado proceso de moder-
La democracia en tierra del Islam: el caso de Turquia desde una perspectiva comparativa 377

nización, un sector importante de la sociedad restricciones hasta los años 1950 y m á s d e m o -


turca ha conocido lo que M a x Weber llamó cráticamente desde entonces- a la mayoría de
Entzauberung (el desencanto del mundo). El los turcos de que en cada individuo pueden co-
m u n d o sacralizado de la umma cedió su lugar a habitar el creyente y el ciudadano, a poder ser
las múltiples diferenciaciones funcionales, a la sin conflicto, y siempre de forma clara. Este es-
división del trabajo y a la burocratización. Esta fuerzo, del que la propia sociedad debió tomar
sociedad ha intentado también desde hace va- conciencia, no está todavía completado. La la-
rias décadas, pese a dificultades y reveses, que bor debe proseguir, porque es el precio exigido
la transformación se acompañe de una instau- por la democracia, tanto en tierra del Islam co-
ración de relaciones nuevas entre el individuo m o en otras partes.
y la comunidad, entre la sociedad y el Estado.
En particular, intentó convencer -imponiendo Traducido del francés

Notas

1. Según Robert Dahl. la coalición formada por las 6. Si las relaciones de las
poliarquía es la versión m á s comunidades maronita, drusa y asociaciones voluntarias con el
lograda de la democracia política sunita, teniendo la primera la extranjero se ven sometidas a
actualmente existente. N o cabe posición dominante. E n este rigurosas restricciones jurídicas, en
situarla en un régimen «ideal», artículo nos limitamos al estudio cambio las autoridades no parecen
donde deberían estar también la de aquellos países en los que el preocupadas por el hecho de que
democracia económica y la poder político es dominio de los los islamistas turcos reciban
democracia social; ahora bien, musulmanes. financiamiento de países que son
éstas no existieron nunca, mientras los prestamistas patentados del
que la poliarquía, con sus 3. El caso turco es probablemente integrismo. Otros ejemplos: los
limitaciones y problemas, tiene el m á s representativo que el de bancos «islámicos» obtienen
mérito de pertenecer a este m u n d o . Malasia, donde los musulmanes ganancias, desde hace algunos
Dahl ha identificado ocho criterios representan m e n o s de la mitad de años, gracias a privilegios fiscales
c o m o condiciones sine qua non de la población. Se trata de una no aplicables a otros bancos; y, en
la poliarquía (1971, p. 3). sociedad multiétnica, con una otro orden de cosas, se tolera la
Esquematizando su concepto, se democracia consociacional contratación sistemática de
puede decir que la democracia (Lijphart, 1977) fundada en el islamistas (sin tener en cuenta
supone la competencia libre, no consenso entre varias criterios de competencia
violenta y periódicamente comunidades: los malayos profesional) en ciertas
renovada, entre grupos musulmanes, que controlan el administraciones públicas.
organizados para acceder al poder; sistema, suponen el 48 % de la
la participación amplia y sin población, los chinos el 33 %, las
exclusiva de todos los ciudadanos etnias autóctonas el 10 % y los 7. Está teniendo lugar en Turquía
en las opciones llevadas a la indios el 9 %. Las comunidades un debate sobre la necesidad de
práctica por dirigentes y hombres minoritarias tienen derechos adaptar el laicismo kemalista a la
políticos, gracias a elecciones libres cívicos y políticos garantizados democracia. En el modelo
y a otros mecanismos (Ahmad, 1990). kemalista. que se inspira de la
participativos;finalmente,amplios
tradición otomana (sumisión de la
derechos y libertades cívicas y
4. Dieckhoff recuerda que el religión por el principe), el Estado
politicas, que constituyen las bases
historiador judío Flávio Josefo laico ejerce un estrecho control en
de la ciudadanía.
(37-¿100?) fue el inventor del el Islam oficial y en los asuntos
término «teocracia» para designar relativos al culto, por intermedio
2. Existe también el caso al «régimen político» judío. de la Dirección de Asuntos
particular de Líbano. Antes de Religiosos, vinculada al Primer
verse interrumpido por la guerra 5. Fue también el caso en ciertas Ministro. La oposición
que estalló en 1975, el sistema provincias del Imperio con socialdemócrata propone que el
político de este país, fundado en M o h a m m e d Ali en Egipto, de 1805 Estado cese de inmiscuirse en la
un consenso intercomunitario, a 1849. y A h m e d Bey en Túnez, de esfera religiosa, aboliendo esta
1837 a 1855 (Hermassi, 1989). administración.
estaba controlado por una
378 Ali Kazancigil

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La democracia y sus modalidades
en Asia meridional

S. D . Muni

Asia puede describirse c o m o un laboratorio de c o m o Pakistán, Nepal, Bhutan y Bangla Desh


«experimentos democráticos» en el Tercer no han conseguido hasta ahora crear o mante-
M u n d o . Este continente ofrece una gran varie- ner instituciones y normas de gobierno d e m o -
dad de sistemas políticos que se distinguen cráticas2. L a continuidad básica ha venido
por su mayor o menor grado de elementos de- dada por la aceptación de la democracia
mocráticos. Estos sistemas van desde la nega- c o m o valor político primordial y la volun-
ción absoluta de los valores e instituciones de- tad constante de preservarlo e institucionali-
mocráticas hasta su defensa decidida. Entre zarlo.
uno y otro extremo, algunos países han experi- La dificultad ha estribado, ante todo, en
mentado fluctuaciones bruscas, violentas e ajustar y adaptar los ideales y las aspiracio-
imposibles de predecir, del nes democráticas a las pre-
contenido democrático de siones resultantes de las
S. D . Muni, politólogo, es profesor de
sus sistemas políticos res- estudios surasiáticos en la Universidad particularidades políticas
pectivos. H a y ejemplos de Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi, 11067 de estas sociedades y de su
países donde las aspiracio- India. Fundador de South Asia Journal, desarrollo, que significan
ha publicado varias obras y artículos so-
nes y estructuras democrá- bre Asia del Sur, los problemas de segu- un reto para la democracia
ticas han surgido de las ridad y del desarrollo en el Tercer M u n - y le oponen una resistencia
fortalezas de sistemas polí- do. a m e n u d o tenaz e invenci-
ticos tradicionalmente au- ble.
toritarios, y otros en los A causa de esas adapta-
que el funcionamiento ciones, han aparecido en
pausado de las institucio- la región formas distintas
nes democráticas ha deja- de democracia, entre las
do paso súbitamente a cuales cabe mencionar las
un gobierno dictatorial y «democracias de base»
autocrático. en Pakistán (1962-1970)
Asia Meridional es una subregión con un y la «democracia Panchayat» en Nepal
fuerte apego a la democracia c o m o valor y co- ( 1962-1990). E n algunos casos, c o m o en B h u -
m o institución1. E n comparación con las subre- tan, la presión popular en pro de la democra-
giones vecinas c o m o Asia Occidental, Asia cia ha sido inexistente, o bien demasiado dé-
Central y el Sudeste Asiático (comprendida In- bil para hacer mella suficiente hasta ahora en
dochina), Asia Meridional ha dado muestras de el régimen monárquico y sus instituciones.
una mayor propensión a las instituciones y los El vigor interno, la legitimidad y la durabili-
valores democráticos, aunque no por ello los dad de los valores e instituciones democráticas
experimentos con la dinámica de la evolución en Asia Meridional sólo pueden comprenderse
democrática hayan tenido más éxito. Algunos teniendo en cuenta a la vez las raíces históricas
países c o m o India y Sri Lanka han logrado pre- y la dinámica del desarrollo de los países de
servar su vida democrática; otros, en cambio, esta región.

RICS128/Junio 1991
382 S. D. Muni

La herencia tico contribuyó considerablemente al desarro-


llo y la consolidación ulteriores de los procedi-
La herencia democrática en Asia Meridional mientos democráticos en India. Prueba clara
tiene u n triple origen: I) las tradiciones religio- de la honda huella dejada por el Imperio de la
sas yfilosóficas,II) las formas de gobierno an- ley y las normas constitucionales es que incluso
teriores a la época colonial y III) el siglo y m e - los dirigentes del Asia Meridional que se apar-
dio, a p r o x i m a d a m e n t e , de colonización taron de la vía democrática buscaron justifica-
británica. Las tradiciones religiosas y filosófi- ciones constitucionales para sus opciones polí-
cas, en particular las hindúes y budistas, ideali- ticas. La instauración del estado de excepción
zaron un ejercicio del poder responsable ante en India en 1975, la prórroga de la legislatura
los gobernados y sensible a sus aspiraciones. El en 1972 y el establecimiento de una presiden-
propio Islam, que muchos eruditos occidenta- cia ejecutiva en 1982 en Sri Lanka, y también
les consideran incompatible con la democracia la abolición del sistema parlamentario y del go-
(pese a que defiende ardientemente la igual- bierno representativo en Nepal en diciembre
dad, la fraternidad y la justicia), dio en Asia de 1960, son otras tantas ilustraciones de esta
Meridional gobernantes c o m o Akbar, que pre- actitud. Asimismo, la instauración por parte de
ferían adoptar decisiones basadas en el consen- los británicos de instituciones representativas
so, descentralizar la autoridad y gobernar te- en la administración política de sus intereses
niendo en cuenta los deseos del pueblo3. coloniales en Asia Meridional hizo que arraiga-
La evolución política precolonial de Asia ra firmemente el concepto de legitimidad po-
Meridional se caracterizó por distintas formas pular en los sistemas políticos posteriores a la
de orden feudal. Sin embargo, había en ellas independencia. A u n los gobernantes autorita-
elementos indiscutiblemente benignos c o m o la rios y tradicionalistas han buscado en las elec-
descentralización de la autoridad y el impulso ciones el respaldo y la aprobación populares a
al autogobierno local, creando unidades c o m o sus regímenes.
los «Panchayats» y «Janpad» que constituían Por lo que al aspecto negativo se refiere, la
un elemento importante de las estructuras polí- dominación británica transmitió también a las
ticas. Estas primeras formas de autogobierno élites indígenas elementos autoritarios de go-
sirvieron de modelo para instituciones políti- bierno c o m o la ley marcial, la eliminación de la
cas modernas c o m o los Panchayats en Nepal, disidencia y la oposición política mediante el
las instituciones Panchayati Raj en India o los ejercicio coercitivo del poder de Estado, y las
Gramin Sabhas y los Up-Zilla Parishads en estrategias de división y corrupción de los m o -
Bangla Desh. vimientos políticos competidores. Todos los
La herencia m á s importante para la d e m o - regímenes de Asia Meridional se han valido há-
cracia en Asia Meridional fue, desde luego, la bilmente de estos métodos para mantenerse en
de la colonización británica, cuyos elementos el poder, en menoscabo de los procedimientos
diversos y contradictorios tuvieron implicacio- democráticos. E n Pakistán y Bangla Desh, el
nes tanto positivas c o m o negativas para el des- recurso a la ley marcial y a la represión de los
arrollo y la estabilidad de las instituciones de- disidentes para mantener a raya a las fuerzas
mocráticas. U n aspecto positivo fue la asimila- democráticas ha sido la norma más que la ex-
ción por los países de Asia Meridional de con- cepción.
ceptos c o m o el imperio de la ley y el gobierno Pero la consecuencia negativa m á s impor-
representativo4, lo que contribuyó a que algu- tante del dominio británico para la democracia
nos movimientos políticos, c o m o el Congreso en Asia Meridional fue la introducción de un
Nacional Indio, adoptasen una forma de lucha tipo de desarrollo desigual y deformado. Así,
política basada en las normas constitucionales por ejemplo, ciertos países c o m o Nepal y Bhu-
y en las decisiones consensúales. Por supuesto, tan no fueron incorporados al Imperio por ra-
hubo otras muchas razones para que el Congre- zones de conveniencia política y por imperati-
so emprendiese tal c o m o lo hizo su lucha por la vos económicos. El ejercicio de una hegemonía
independencia, por ejemplo la prudencia y la regional, sin control imperial oficial, servía m e -
competencia jurídica de sus líderes y la diversi- jor los intereses británicos en estos países, cu-
dad sociocultural y regional de sus seguidores. yas arcaicas oligarquías, c o m o los Ranas de N e -
El apego al imperio de la ley y al consenso polí- pal, disfrutaban, a cambio, de la protección
La democracia y sus modalidades en Asia meridional 383

El corazón de la democracia más grande del m u n d o : el Parlamento indio en Delhi, M . Siivcrsume/Magnum

inglesa. Así, pues, Nepal permaneció al margen y la economía conservaron su vigor y perma-
de las repercusiones positivas de la dominación necieron intactas, convirtiéndose a la postre
colonial, es decir, la influencia de la mentali- en obstáculos para el florecimiento de una
dad y las ideas políticas modernas, así c o m o el cultura política y unas instituciones d e m o -
establecimiento de las correspondientes insti- cráticas6.
tuciones sociales, económicas y políticas, co- Se suele subestimar el papel que ha c u m -
m o , por ejemplo, la educación pública. La so- plido este aspecto de la herencia colonial en
ciedad nepalesa permaneció subordinada a la la deplorable ausencia de democracia en Pa-
autocracia tradicional, con unas aspiraciones kistán.
democráticas de la población demasiado débi- En buena medida ha sucedido lo m i s m o en
les e ineficaces para liberalizar el sistema polí- Bangla Desh, que no sólo era la periferia de la
tico5. India colonial, sino también del Pakistán inde-
7
Otra manifestación del desarrollo desigual pendiente .
propiciado por la explotación colonial británi- Otra estrategia de desarrollo aplicada por
ca fue la modernización selectiva de la econo- los británicos a sus subditos de Asia Meridio-
mía central del subcontinente indio, mientras nal consistió en aplicar criterios discriminato-
que la periferia era deliberadamente ignorada y rios en la vida política y representativa que m á s
se veía condenada al estancamiento. tarde han producido hondas divisiones religio-
Algunas zonas de esta periferia pasaron a sas, étnicas y regionales y han ejercido tremen-
formar parte de un nuevo Estado, Pakistán, el das presiones en el funcionamiento democrá-
cual, algo más tarde, en 1971, se dividiría en tico.
dos, y donde las raíces feudales de la sociedad
384 S. D. Muni

Modalidades de la democracia: de M u h a m m e d Ali Jinnah, fundador de Pakis-


duradera y desviada tán, y el asesinato del Primer Ministro Liaquat
Ali apenas cuatro años después de la creación
Los elementos positivos y negativos de la he- del Estado independiente, precipitaron el adve-
rencia histórica se han combinado con otros nimiento del régimen militar que m u y pronto
factores, determinando la evolución de la de- trató de legitimarse adoptando las «democra-
mocracia en los países de Asia Meridional, con cias de base» y permitiendo una participación
resultados distintos según las características popular controlada. Esta situación resultó in-
propias de cada uno de ellos. A grandes rasgos, sostenible y, tras la dolorosa partición del país,
se pueden distinguir tres modalidades. L a pri- éste volvió a la democracia en 1972, aunque
mera es aquélla en que las instituciones d e m o - sólo durante cinco años, hasta que los militares
cráticas han sobrevivido e incluso se han con- volvieron a imponerse en el escenario político
solidado, pero incorporando factores para gobernar sin oposición durante los once
negativos, c o m o en India. Sri Lanka y las Mal- años siguientes. El renacimiento democrático
divas. N o son estos países ejemplo de un éxito iniciado en Pakistán afinalesde 1988 concluyó
rotundo de la democracia pues, con el tiempo, con la destitución del gobierno elegido de Be-
ésta se ha ido desgastando y apartando de la nazir Bhutto y la disolución en la primera se-
trayectoria inicial e ideal. Así, Sri Lanka, c o m o m a n a de agosto de 1990 de la Asamblea Nacio-
10
antes se ha dicho, ha pasado de un sistema par- nal y las Asambleas Provinciales . Si bien el
lamentario con un poder ejecutivo colectiva- Presidente Ghulam Isaq K h a n , al tomar estas
mente responsable a una presidencia ejecutiva medidas drásticas con el apoyo del ejército, fijó
todopoderosa, con características propias del el 24 de octubre c o m o fecha para las próximas
autoritarismo y el bonapartismo8. Las Maldi- elecciones democráticas, el pueblo pakistaní
vas también están gobernadas por un presiden- abriga serias dudas sobre la celebración en un
te ejecutivo todopoderoso elegido directamen- futuro no m u y lejano de elecciones libres y lim-
te por el pueblo por un período de cinco años, pias.
sistema establecido en 1978 cuyo futuro está en Siguiendo una evolución parecida, en N e -
entredicho tras el fallido golpe de Estado de no- pal, tras la caída en 1951 del régimen autocráti-
viembre de 1988. India, que es la democracia co de los Rana, se estableció una forma d e m o -
más grande y con mayor estabilidad y arraigo, crática de gobierno bajo los auspicios de una
ha pasado también por una fase de desgaste e monarquía benigna, aunque no estrictamente
incertidumbre con respecto a su futuro al ins- constitucional. E n consecuencia, se redactó
taurarse en 1975 el estado de excepción que una constitución ampliamente democrática
suspendió las garantías democráticas. Este es- promulgada en 1959, cuando entró en funcio-
tado de excepción permaneció en vigor durante nes el primer gobierno representativo bajo la
18 meses, al cabo de los cuales se restablecieron dirección de B . P . Koirala. Sin embargo, a los
los derechos democráticos, celebrándose en 18 meses escasos de existencia, este gobierno
enero de 1977 nuevas elecciones que llevaron fue destituido, la constitución de 1959 fue
al poder al primer gobierno de centro, no perte- abrogada y el rey asumió el poder político. Para
neciente al Congreso Nacional Indio. A pesar disimular el carácter despótico de su régimen,
de estas deformaciones y desvíos, la democra- el rey instauró en 1962 el sistema Panchayat.
cia sigue siendo un factor decisivo en la vida La crisis que atravesó el sistema en 1979-1980
política de estos tres países de Asia Meridio- se superó gracias a un referéndum nacional que
nal". restituyó la legitimidad al sistema Panchayat
A la segunda categoría pertenecen Pakistán, bajo la «enérgica dirección del rey»" y prorro-
Nepal y Bangla Desh, que se apartaron de su gó diez años la vida del sistema Panchayat y el
trayectoria democrática original para sumirse poder real, hasta febrero-abril de 1990, cuando
en modalidades deformadas del orden d e m o - la lucha por la restauración de la democracia
crático, cuando no lo abandonaron. Pakistán, obligó al rey a ceder. Actualmente en Nepal es-
tras experimentar distintas formas de gobierno tá en el poder un gobierno provisional de coali-
civil entre 1947 y 1958, cayó en manos de go- ción cuyo cometido es el establecimiento de
bernantes militares en 1958. La ausencia de di- una auténtica monarquía constitucional. Sin
rigentes populares prestigiosos tras la muerte embargo, este arreglo provisional es s u m a m e n -
La democracia y sus modalidades en Asia meridional 385

te frágil y está todavía por ver qué equilibrio de un poder autoritario o dictatorial, en su va-
constitucional surgirá finalmente entre el rey y riante moderna (gobierno militar) o tradiciona-
los intereses creados que convergen en su per- lista (monarquía).
sona, de un lado, y las aspiraciones populares, A la tercera categoría de los sistemas políti-
de otro12. cos de Asia Meridional pertenece Bhutan que,
Bangla Desh ha recorrido un itinerario se- hasta ahora, no se ha visto afectado por los
mejante. Poco después de su creación en di- cambios democráticos que se han producido en
ciembre de 1971, la nueva nación optó por una los países vecinos. C o m o ya se ha dicho, al
forma de gobierno democrática y civil. Sin e m - principio de los años 1950 se alzaron voces de
bargo, en agosto de 1975 un golpe militar c a m - protesta clamando por la democracia, pero fue-
bió la situación. Desde entonces, los militares ron acalladas. Desde entonces, la historia polí-
se han mantenido inamovibles en el poder, tica de este reino budista ha sido tranquila y
buscando la legitimidad de vez en cuando en apacible, sin que se pueda descartar el resurgi-
elecciones manipuladas y con la organización miento de las fuerzas democráticas, habida
de un referéndum en 1985 l3 . Sin embargo, las cuenta de los importantes cambios mundiales y
contradicciones entre el régimen militar y las regionales que se están produciendo. Empieza
fuerzas democráticas se están agudizando pau- a ser perceptible cierto malestar por la dificul-
latinamente, siendo inevitable que desembo- tad de preservar las identidades nacionales
quen en un conflicto en los próximos años. (Bhutanesa/Drukpa) y étnicas (población nepa-
También aquí los militares han monopolizado lesa) de Bhutan. T a m p o c o cabe descartar la po-
de tal m o d o el ejercicio del poder político y so- sibilidad de que este malestar cobre una reali-
cieconómico que la aparición de una democra- dad política definida en un futuro previsible,
cia completa en un futuro cercano parece m u y sobre todo después de los cambios en Nepal
improbable. que están teniendo importantes repercusiones
Así, pues, entre los casos de democracia directas en el reino budista por conducto de la
desviada cabe observar que, al menos en Pakis- fuerte minoría de habla nepalesa concentrada
tán y Nepal, el movimiento de evolución o des- en el sur del país (casi 40 % según algunas esti-
gaste democráticos ha descrito un círculo c o m - maciones).
pleto. Partiendo de la inviabilidad del orden
democrático, estos países han terminado po-
niendo de manifiesto la inviabilidad del orden Razones de las modalidades
antidemocrático, aunque esto no signifique divergentes
que el establecimiento de una forma de gobier-
no plenamente democrático sea inevitable. La existencia de modalidades divergentes de
Hay esperanzas de que Bangla Desh siga la mis- democracia en Asia Meridional se debe a va-
m a evolución. Estos tres casos constituyen un rios factores. N o hay coherencia alguna en la
interesante reto analítico para quien intente índole ni en la repercusión de estos factores,
comprender las causas del fracaso y el renaci- que tampoco actúan con mutua independen-
miento de la democracia en Asia Meridional. cia. Los numerosos ensayos teóricos y m o n o -
Asimismo muestran que una de las característi- gráficos dedicados a este tema no logran cir-
cas de la dinámica política es que, incluso cunscribirlos correctamente. E n efecto, no
cuando se suspende el funcionamiento d e m o - todos estos factores se prestan al rigor científi-
crático, no se puede prescindir de los instru- co y empírico que requiere su estudio analítico.
mentos de legitimación popular. En consecuen- A d e m á s , si bien para India y Sri Lanka se dis-
cia, existe un conflicto latente e inherente entre pone de interesantes y valiosas reflexiones so-
los valores políticos de las masas y el embate de bre el papel de los factores socioeconómicos y
los intereses políticos e institucionales de los los índices de desarrollo en la dinámica de la
regímenes establecidos. Se ha intentado solu- evolución democrática, son m u y escasos en
cionar este conflicto con fachadas de democra- cambio los estudios de este tipo sobre otros paí-
cia - c o m o las «democracias de base», la d e m o - ses. Por otra parte, la apreciación del papel des-
cracia panchayat, el referéndum nacional o las empeñado por los dirigentes políticos en los
elecciones, etc. Todos estos recursos, sin e m - progresos y las dificultades de la democracia es
bargo, no han logrado ocultar el ejercicio real forzosamente subjetiva, pues se basa en fuentes
386 S. D. Muni

Mujeres paquistaníes manifestándose contra la introducción de la Chari'a (ley coránica). en julio de 1988, en
Karachi. Hamdam/Sipa.

parciales o incompletas de información autén- la luz no sólo de las incapacitaciones jurídicas


tica. M e n o s aún se sabe sobre la intervención que le impusieron las «draconianas leyes elec-
de los factores externos y estratégicos. torales» (como las calificó uno de los jueces de
El papel de los dirigentes políticos en la di- mayor antigüedad al formular críticas severas
námica de la evolución democrática en Asia contra sus elecciones), sino también de la a m e -
Meridional ha solido ser un tema m u y debatido naza de desestabilización que significó para
y controvertido. El desgaste o la interrupción ella el sangriento golpe en Bangla Desh y la agi-
de los procesos democráticos en India y Pakis- tación sociopolítica que cundió en India a m e -
tán se ha atribuido por lo general al ansia de diados de 1975 15 . A d e m á s , si la obsesión por el
poder y al abuso de autoridad de algunos líde- poder y el abuso de autoridad que la alimenta
res democráticos. Indira Ghandi en India y correspondiesen realmente a su estilo de direc-
Z . A . Bhutto en Pakistán han sido objeto de ción política y a su personalidad, ¿ c ó m o expli-
m u y severas críticas a este respecto14. Si bien car entonces que Indira Gandhi haya organiza-
estos dirigentes no pueden ser eximidos de toda do elecciones y levantado el estado de
responsabilidad en el desgaste o fracaso de la excepción en 1977? El caso de Bhutto es simi-
democracia, sus itinerarios políticos no pueden lar. Si bien es cierto que las elecciones de 1977
juzgarse sin tener en cuenta las presiones insti- fueron manipuladas fraudulentamente en fa-
tucionales y estratégicas a que se vieron someti- vor de su partido, nadie pone en duda que, de
dos, ni tampoco las condiciones de desarrollo y haberse celebrado limpiamente los comicios,
la situación política de sus respectivos países. Bhutto habría salido vencedor. En ese m o m e n -
Así, por ejemplo, el recurso de la Sra. G a n - to los militares dieron el golpe de Estado, pese
dhi al estado de excepción debe considerarse a a que los problemas políticos planteados por
La democracia y sus modalidades en Asia meridional 387

Benazir Bhutto en plena campaña electoral, Panjab, Paquistán, noviembre de 1988. Abbas/Magnum.

las elecciones habían sido resueltos amistosa- Bangla Desh durante los últimos 15 años? Po-
mente entre el Partido Popular de Pakistán en drían formularse muchas otras preguntas por el
el poder y su adversario, la Alianza Nacional estilo.
Pakistani16. U n análisis detenido de la situa- Los líderes políticos están indisociablemen-
ción política y del papel de los dirigentes políti- te relacionados con las instituciones que los
cos muestra cuan conveniente sería juzgar con asisten en la gestión política. En Asia meridio-
mayor objetividad e imparcialidad el compor- nal, los partidos políticos y el aparato del Esta-
tamiento político de la Sra. Gandhi y de Z . A . do han llegado a ocupar un lugar central. Ahora
Bhutto. bien, ya permanezcan o no en el poder durante
Resulta bastante sorprendente que la litera- largos períodos, los partidos políticos tienden a
tura política dedicada al Asia meridional n o perder su capacidad organizativa, su pertinen-
haya analizado m á s críticamente los desafíos cia política y su apoyo social, propiciando así la
lanzados a los regímenes democráticos por las aparición de líderes despóticos o la domina-
fuerzas autoritarias. Por ejemplo, ¿cuáles fue- ción de fuerzas dictatoriales.
ron las motivaciones de los militares al tomar El Estado, por su parte, ofrece dos aspectos
el poder en Pakistán en julio de 1977? ¿Por qué que revisten particular importancia en el acon-
fue destituido el Gobierno de Benazir Bhutto? tecer histórico del Asia meridional17. El prime-
¿Por qué razón el R e y Mahendra destituyó al ro es la estrategia seguida para la construcción
gobierno del Congreso Nepalés después de ape- del estado. Salvo India, todos los demás países
nas 18 meses de estar en funciones? ¿Por qué han adoptado un modelo de Estado sectario,
las jerarquías militares no han querido c o m - basado en una sola lengua, una sola religión y
partir el poder con las fuerzas populares en una sola comunidad, lo cual ha enemistado a
388 S. D. Muni

grupos minoritarios, ocasionado conflictos ét- M u n d o , no todo intento de establecer una rela-
nicos y obstaculizado el desarrollo de formas ción mecánica entre los índices de desarrollo y
de gobierno democráticas. M u c h o s de los des- el grado de democracia contribuye a una c o m -
víos y divergencias en las modalidades de de- prensión cabal de la realidad política vigente.
mocracia pueden achacarse a esta fórmula de Es innegable que la desigualdad y el subde-
edificación estatal, contraria a los métodos sarrollo dificultan la instauración de institucio-
de consenso y c o m p r o m i s o indispensables nes democráticas, pero en ciertos países las re-
para una evolución democrática. laciones entre estos dos tipos de indicadores
El segundo aspecto importante es la apari- deben manejarse con bastante cautela. En Asia
ción del Estado defensor de la seguridad nacio- Meridional, por ejemplo, es m u y posible que
nal. Fue en Pakistán donde por primera vez un Sri Lanka presente mejores indicadores de de-
Estado asumió la defensa de la seguridad na- sarrollo socioeconómico que India, pero en es-
cional, ante la supuesta amenaza de India y los ta última, sin embargo, el funcionamiento de la
peligros de desintegración y desestabilización democracia ha sido indudablemente mejor.
interna. Todos los demás países, comprendidos Asimismo, Pakistán presenta indicadores so-
India y Sri Lanka, han reaccionado a su vez en cioeconómicos m á s satisfactorios que Nepal y
mayor o menor medida ante amenazas internas Bhutan, pero no por ello son mejores sus logros
similares. C o m o ha podido comprobarse, un democráticos.
Estado que actúa en defensa de la seguridad na- Al tratar de establecer este tipo de relación
cional deja de fomentar y preservar los valores de causa a efecto, se descuida un factor m u y
e instituciones democráticas: m á s bien, privile- importante, no mensurable en términos opera-
gia decididamente la fuerza militar y la coac- cionales. que es el grado de conciencia y de m o -
ción, con la justificación de las supuestas a m e - vilización política necesarias para luchar con-
nazas que se ciernen. A d e m á s , el Estado defen- tra la desigualdad y el subdesarrollo. Esta con-
sor de la seguridad nacional exige m a y o r ciencia nace del proceso de desarrollo, pero no
disciplina y pone freno a las garantías y liberta- sin la adecuada circulación de información y
des. T o d o ello tiene repercusiones negativas en de debate público. A d e m á s , el conocimiento de
la sociedad civil y redunda en detrimento del la privación y la discriminación relativas puede
desarrollo democrático. También favorece la desencadenar fuerzas políticas, con su cortejo
consolidación de los militares en el aparato de de revueltas y sublevaciones, totalmente ajenas
Estado, lo cual significa algunas veces (como en a la defensa de los valores democráticos, c o m o
Pakistán y Bangla Desh) que el ejército se hace por ejemplo la guerrilla del J V P en Sri Lanka y
con el poder y lo monopoliza, imponiéndose el movimiento Naxalita en India. U n estudio
c o m o el árbitro único o predominante de la vi- comparativo del desarrollo de los países del
da política. La instauración de un gobierno ci- Asia Meridional indica, en cambio, que la apa-
vil en Pakistán o en Bangla Desh no garantiza rición de una clase media gracias a la expansión
en absoluto que el ejército se retire del escena- del sector industrial, el de producción, el del
rio político. E n Sri Lanka, desde que estallaron comercio y el de servicios, ha favorecido el sur-
los conflictos étnicos y la insurgencia del J V P a gimiento de una conciencia democrática.
principios del decenio de 1980, la sociedad y la El análisis del proceso democrático ha abor-
política se han militarizado considerablemen- dado el papel de los dirigentes políticos, las ins-
te, y se cierne el peligro de un golpe de Estado tituciones, los índices de desarrollo y las carac-
militar. terísticas del Estado, pero no se ha detenido to-
Al igual que la ideología de la seguridad na- davía en las influencias estratégicas externas
cional, el grado de desarrollo del país también que contribuyen a determinar su éxito o su fra-
tiene importantes implicaciones para la d e m o - caso. E n el Tercer M u n d o en general y en Asia
cracia en general y el Tercer M u n d o en parti- Meridional en particular, este último factor de-
cular. M u c h o s analistas occidentales conside- sempeña un papel no desdeñable. U n a perfecta
ran que un nivel m í n i m o de desarrollo -indica- ilustración de ello es Pakistán, país que en 1954
do por el progreso de determinadas variables fue escogido por Estados Unidos c o m o aliado
socioeconómicas- es necesario para que la de- estratégico, circunstancia que reforzó paulati-
mocracia exista y perdure18. Sin embargo, co- namente a los militares quienes, una vez termi-
m o se desprende de la experiencia del Tercer nada la primera fase de modernización a fina-
La democracia y sus modalidades en Asia meridional 389

les de los años cincuenta, dieron un golpe de Perspectivas


Estado y tomaron el poder en 1958'1). Desde
entonces, las dos características invariables de El m u n d o está viviendo rápidas transformacio-
la vida política Pakistani han sido su relación nes políticas, que son por lo general favorables
estratégica con Estados Unidos y la domina- a la democracia. Asia Meridional no va a la za-
ción de los militares en su sistema político. N o ga en esta fermentación democrática universal,
se sabe a ciencia cierta si una modificación c o m o demuestran los acontecimientos en Pa-
de la primera provocaría un cambio de la se- kistán y Nepal. N o obstante, en algunos de los
gunda. países de la región las fuerzas antidemocráticas
llevan ya muchos años institucionalizándose y
En Asia Meridional, India también es una consolidándose. Por consiguiente, la lucha por
importante potencia estratégica. Sus proble- la democracia será difícil, dolorosa y aun
mas de seguridad con respecto a Nepal y Bhu- arriesgada, sobre todo porque los factores so-
tan han influido en los procesos políticos y de- cioeconómicos regionales y mundiales están
mocráticos de estos países. Las consideraciones evolucionando también a toda velocidad en un
de seguridad tampoco fueron ajenas a la parti- sentido que no se puede considerar alentador
cipación de India en el éxito de la revolución ni reconfortante. En última instancia, la suerte
nepalesa anti Rana de 1950-1951 y en la lucha que corra este fermento democrático en la re-
del Congreso nepalés contra la monarquía en- gión dependerá de la interacción de estas fuer-
tre 1960 y mediados de los años 1970. En fe- zas políticas y socioeconómicas. Así, por ejem-
chas m á s recientes, la ruptura de relaciones co- plo, algunos observadores lúcidos ven un nexo
merciales entre India y Nepal por disensiones entre la destitución de Benazir Bhutto en Pa-
sobre el suministro de armas chinas a Nepal ha kistán y la escalada de tensiones en el Golfo a
reforzado indirectamente la lucha por la res- raíz de la anexión de Kuwait por Iraq20. Ade-
tauración de la democracia en este reino del Hi- m á s , la transformación de políticas autoritarias
malaya. en democráticas puede no ser suficiente: su
N o se pueden sacar conclusiones definitivas preservación y consolidación, aun en aquellos
sobre la influencia de los factores estratégicos países donde la democracia ha echado raíces,
externos en la evolución democrática, pero es puede exigir una lucha no menos decidida.
innegable que se deben observar, analizar e in-
tegrar en la reflexión teórica. Traducido del inglés
390 S. D. Muni

C U A D R O I. Indicadores de desarrollo escogidos

India Pakistán Bangla Desh Nepal Sri Lanka Bhutan

Libertades políticas y civiles


1965 5 8 5 (1972 a 1975) 10 5 10
1985 5 9 9 (Desde 1975) 8 7 10

Población (mediados de 1987) 797,5 102,5 106,1 17,6 16,4 1.3


(en millones)

Esperanza de vida 58 años 55 años 51 años 51 años 70 años 48 años

índice de crecimiento anual medio


de la población
1965-1980 2,3 3,1 2,8 2,4 1,8 1,6
1987-2000 1,8 3,3 2,4 2,5 1,1 2,4

Proyecciones de población
(en millones)
2000 1365 156 144 24 19 2
2025 1766 286 217 37 23 3

P N B per capita en dólares, 300 350 160 160 400 150


índice medio de crecimiento 1.8 2.5 0.3 0,5 3,0 n.a.

Porcentaje
1965 74 40 49 20 93 7
de la población
1986 92 44 60 79 103 23
escolarizada

Población urbana 1965 19 24 6 4 20 3


(% del total) 1987 27 31 13 9 21 5
Fuente: World Development Report 1989, Oxford University Press, 1989. Tomado de Raymond D . Gastil, Freedom
in lhe World Political Rights and Civil Lihertie 1987-1988, New York. Freedom House. 1988.
La democracia y sus modalidades en Asia meridional 391

C U A D R O II. Perfiles e c o n ó m i c o s , sociales y políticos nacionales

Infraestructura económica/
Países m o d o de producción Situación social Régimen político

Bangla Desh Feudal + un débil sector industrial Dominación islámica Dictadura militar
dependiente y bengali

Bhutan Prefeudal y feudal + sector comer- Dominación Drukpa Monarquía tradicional


cial dependiente e incipiente y budista

India Elementos feudales y de capitalismo Dominación hindú pero Democracia parlamenta-


moderno con sectores antinaciona- civil ria, estructura constitucio-
listas e industriales dependientes nal federal

Nepal Prefeudal + feudal + un sector co- Reino hindú Fracaso del sistema Pan-
mercial marginal y dependiente do- chayat. En vías hacia una
minado por intereses feudales democracia multipartidis-
ta con una monarquía
constitucional

Pakistán Feudal + un sector capitalista m o - Dominación islámica Democracia parlamentaria


derno con monopolios dependientes y Punjabi y un poder compartido en-
tre el ejército y la burocra-
cia

Sri Lanka Agricultura + pequeños sectores in- Dominación Sinhala Democracia presidencial
dustriales y comerciales capitalistas y budista con fuertes controles polí-
dependientes ticos
Las Maldivas nofiguranen esta lista debido a la escasez de datos incluso m u y generales.
392 5. D. Muni

C U A D R O III. Principales hitos de la evolución democrática en Asia Meridional

1947-1955 1956-1965 1961-1965 1966-1970 1971-1975 1976-1980 1981-1985 1986-1990


(D (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8)
India Promulgación Democracia Democracia Democracia Proclamación Fin del estado Democracia Democracia
de la constitu- del estado de de excepción,
ción. excepción Celebración
Preservación de elecciones
de una demo- (1977).
cracia efecti- Elección
va del primer
gobierno no
perteneciente
al Congreso

Pakistán Gobierno ci- Estableci- Democracia Celebración Gobierno Golpe militar Referéndum Fachada civil
vil inestable miento del de base de las prime- democrático y restauración nacional (1986-88).
dominio mili- (1962) y elec- ras elecciones delPPP del gobierno para legitimar Elecciones de-
tar(1958) ciones populares militar (1967) el dominio mocráticas
(1965) (1970) militar pero demo-
cracia parcial

Bangla Desh Gobierno Dominio Referémdum Dominio


democrático militar para legitimar militar
de la Liga el dominio
Awami militar.
(1972-1975). Elecciones
Golpe militar fraudulentas
sangriento \
gobierno mili-
tar (1975)

Nepal El dominio Estableci- Estableci- Panchayat Panchavat Referéndum Panchavat Fracaso del
Rana inte- miento de un miento del sis- nacional. sistema
rrumpe el gobierno par- tema Pancha- legitimación Panchavat
proceso de- lamenta- yat bajo el del sistema (febrero-abril
mocrático ini- rio (1959) enérgico do- Panchayat de 1990).
ciado bajo la destituido por minio del rev Renacimien-
monarquía. el re\ (I960) (1962) to de la de-
mocracia mul-
tipartidista

Sri Lanka Promulgación Prórroga en el Sistema presi- Sistema presi- Sistema presi-
de la Consti- poder del go- dencial dencial dencial
tución. bierno elegi- (1982).
Preservación do (1972) Desgaste
de una demo- delas
cracia efecti- instituciones
\a. democráticas

Bhutan Monarquía Eliminación Monarquía Monarquía Monarquía Monarquía Monarquía Agitación


del movimien- democrática
to
democrático.
Proscripción
de los parti-
dos
La democracia y sus modalidades en Asia meridional 393

Notas

1. N o nos proponemos abordar los También R . S . Chauhan, Political componentes eran el ejército y la
aspectos teóricos de la democracia Development of Nepal, Nueva burocracia (representada por el
ni su definición. Para una Delhi. 1970; Satish K u m a r . Presidente). Véase también S . D .
evaluación m u y brillante y aguda Ranancracy of Nepal, Nueva M u n i , «Internal Political
de los aspectos teóricos de la Delhi, 1969: B h u w a n Lai Joshi y Problems», en World Focus
democracia, véase «The Strategies Leo E. Roso, Democratic (Pakistan Today Issue), n u m . 115,
of Democratization» de Tatu Innovations in Nepal, University of juliode 1989.
Vanhanan, presentado ante el California Press, Berkeley. 1966.
Congreso Mundial de la I 1. Lok Raj Baral. Nepal's Politics
Asociación Internacional de 6. Barrington Moore Jr. Social of Referendum. Vikas, Nueva
Ciencias Políticas (AICP). Roots of Democracy and Class Delhi. 1983.
Washington, 28 de agosto - 1.° de Practice. Dhaka, 1982. Véase
septiembre de 1988. también Hassan Gardezi y Jamil 12. Véanse mis artículos sobre la
Rashid. Pakistan- The roots of situación actual publicados en
2. En el m o m e n t o de la redacción Dictatorship. 2nd Ed. Books, Times of India ( 17 de febrero de
del presente artículo, Nepal estaba Londres, 1983. 1990). Indian Express ( 16 de abril
avanzando con gran dificultad de 1990), The Statesman (28 de
hacia la consolidación de una 7. B . K . Jahangri, Rural Society, abril de 1990); Deccan Herald
estructura democrática Power Structure and Class Practice, (29 de abril de 1990).
multipartidista bajo una Dhaka, 1982. Véase también
monarquía constitucional. La Kirsten Wstergard, The 13. Para más información sobre la
incipiente experiencia democrática Relationship Between The State situación política en Bangla Desh
en Pakistán se vio seriamente and Rural Society in Bangladesh. después del sangriento golpe
comprometida por la destitución Universidad de Copenhague, militar de 1975. véase: Lawrence
del gobierno de Benazir Bhutto y la 1979. Lifschultz. Bangladesh: The
disolución de la Asamblea Unfinished Revolution. 2nd ed.
Nacional y las Asambleas Press. Londres. 1979; Zillur R .
8. Moore. M . P . , The Stale and
provinciales elegidas Khan, Leadership in the Least
Peasent Politics in Sri Lanka,
democráticamente. En Bhutan, las Developed Nation: Bangladesh,
Cambridge University Press, 1985.
presiones democráticas aumentan Universidad de Siracusa, 1983;
Véase también su contribución en
discreta pero claramente. Talukdar Maniruzzaman, Politics
James Manor. Sri Lanka in
of Military Rule in Bangladesh,
Change and Crisis. C r o o m Helm.
Dhaka. 1987.
3. El papel de Islam en el Londres, 1984.
desarrollo de la democracia ha sido
14. Véase por ejemplo Autl Kolili.
m u y controvertido. U n reciente 9. India y Sri Lanka también
India's Democracy (Princeton.
estudio titulado Democracy in - l.sia figuran decorosamente en el
1988). Shahid Javed Binki,
(cuyos autores son Larry «Index of Democratization»
Pakistan under Bhutto 1971-1977.
Diamond, Juan J. Linz y Seymour elaborado mediante un análisis
Nueva York, St. Martins Press
Martin Pipsct; Boulder Lynne retrospectivo por Tatu Vanhanan
1980: véase también su Pakistan:
Rienner. 1989) comprendía cuatro en su artículo «The level of
A Nation in lhe Making. Boulder,
monografías sobre la democracia Democratization Related to
en Indonesia, Malasia. Pakistán y Westview Press. 1986.
Socio-Economie Variables in 147
Turquía. Estos ensayos no States en 1980-1985», 15. Pupul Jayakar y Raghu Rai,
demuestran irrefutablemente que Scandinavian Political Studies, Indira Gandin. Nueva Delhi. 1985;
el Islam haya supuesto un vol. 2. n u m . 2. 1989,págs. 95-I27. véase también Inder Malhotra.
obstáculo para la evolución
Indira Gandhi: A Personal and
democrática. 10. Para un análisis de la Political Biography, Londres.
estructura de poder oficiosa pero 1989.
4. Myron Weiner. «Institution real y efectiva en Pakistán bajo el
Building in South Asia», en Robert gobierno representativo destituido 16. Tariq Ali. Can Pakistan
A . Sealapino, Seizaburo Sato y recientemente, véase: Abbas Nasir. Survive'.' Penguin. 1983.
Jusuf Wanandi,. l.s/£//i Political «The N e w Deal» en Herald, abril
Institutionalization, Universidad de 1990 (Karachi). Según este 17. H a m z a Alavi. en «The State in
de California, Berkeley, 1986. análisis, las fuerzas democráticas Post-Colonial Societies». New Left
eran un tercer componente débil Review, 1972, propone unas
5. History of Nepal en tres de la estructura de reparto del valiosas reflexiones teóricas sobre
volúmenes, por Rishikesh Shah, poder prevaleciente por entonces las características del Estado en
Nueva Delhi, 1990. Véase en Pakistán. Los otros dos Asia Meridional.
394 S. D. Muni

18. Cabe mencionar a Lipsct, reconoció en su libro Friends, not Liaquat Ali que, de haber
Irma Adelman, Kenneth A . Masters ( 1965) que entre 1951 y sobrevivido, hubiera podido
Boulding, Karl Deytsch, Philip 1957 había modernizado el imprimir una orientación distinta
Cutright y Tatu Vanhanan. ejército con la ayuda de Estados al desarrollo político del país.
Unidos. La coincidencia curiosa es
19. M . S . Venkataramani, The que dio el golpe en 1958. Pakistán 20. Véase, por ejemplo, Pran
American Role in Pakistan, Nueva tampoco ha podido dar una Chopra, «India and the Crisis in
Delhi, 1982. El ex Presidente de explicación convincente del Pakistan», Indian Express, 12 de
Pakistán, General Ayoob, asesinato de su Primer Ministro, agosto de 1990.
Africa y la idea de la democracia

Jacques Mariel Nzouankeu

La implosión democrática, que puede conside- «democráticos», las reivindicaciones actuales


rarse c o m o uno de los principales aconteci- sobre la forma de gobierno que se desea en
mientos ocurridos en Africa en los últimos do- Africa no dejan lugar a dudas. Y a no se trata de
ce meses, confirma dos ideas evidentes. Por la democracia en general, sino de la democracia
una parte, que ya no puede dejarse de recono- pluralista y, si en numerosos casos se reivindica
cer que los problemas prioritarios y de fondo simplemente el pluripartidismo, ello se debe a
del Tercer M u n d o son problemas políticos. que éste es el criterio revelador y m á s aparente
Hasta hace poco se sostenía, equivocadamente, de la democracia pluralista.
que se trataba sólo de problemas técnicos como Esa reivindicación del pluralismo democrá-
la lucha contra las enfermedades, el analfabe- tico se ha impuesto en la vida política por ha-
tismo, o las dificultades berse planteado en un lap-
económicas que requerían so relativamente corto en
Jacques Mariel Nzouankeu es profesor
un aumento de la asisten- de la Facultad de Ciencias Jurídicas y varios países a la vez (Tú-
cia financiera o material. Económicas de la Universidad Cheikh nez, Argelia, Costa de M a r -
H o y resulta manifiesto que Anta Drop, de Dakar, Senegal. Ante- fil, Benin, G a b o n y hasta
riormente, fue profesor auxiliar y estu-
abordar esos problemas vo inscrito en el Colegio de Abogados cierto punto Zaire, Congo y
desde una perspectiva fi- de Estrasburgo. Es fundador y Director Níger). Sin embargo, con-
nanciera, económica o téc- del Centro de Estudios e Investigacio- viene no olvidar que es una
nica equivale a considerar nes sobre la Democracia Pluralista en el
Tercer M u n d o ( C E R D E T ) , B . P . 12092
reivindicación antigua,
sólo las consecuencias de Dakar-Cobobane, Senegal, y dirige pues algunos países se es-
los males del Tercer M u n - también la Revue des institutions politi- fuerzan desde hace años
do, dejando de lado sus ques et administratives de Sénégal.
por instaurar el pluralismo
verdaderas causas. E n rea- democrático (Marruecos,
lidad las soluciones de fon- Senegal, Gambia y Botswa-
do son políticas, y remiten na) y otros, marcados por
siempre a una cuestión varios paréntesis autorita-
central: la forma de gobierno que ha adoptado rios, tratan de restablecerlo (Nigeria). Si a los
cada país y, por consiguiente, la autoridad res- casos citados se añade el caso ejemplar de N a -
ponsable de la decisión última, que es siempre mibia, que por sí solo es un modelo en su géne-
una decisión política. ro, la conclusión es que Africa contiene ele-
Por otra parte, es sorprendente observar mentos suficientemente variados y significati-
que el sentido atribuido a la democracia en el vos que justifican u n a reflexión sobre las
contexto actual no tiene ya ninguna ambigüe- condiciones de la aparición del pluralismo en
dad. Mientras que hasta ahora la palabra «de- ese continente (I).
mocracia» parecía un término trillado al que Pero, ¿está justificado el temor de que el fe-
cada uno daba su propio contenido, e incluso n ó m e n o sea pasajero y de que las fuerzas anti-
regímenes notoriamente dictatoriales aprove- democráticas vuelvan a recuperar el terreno
chaban esa ambigüedad para autocalificarse de perdido? Frente a ese peligro que es preciso evi-

R I C S 128/Junio 1991
396 Jacques Muriel Nzouankeii

tar, ¿cuáles serían las condiciones que permiti- chos años. Los trágicos acontecimientos de Ar-
rían consolidar el pluralismo democrático en gelia, que han permitido entablar el proceso de
Africa? (II). democratización de las instituciones, y la desti-
tución del Presidente Bourguiba en Túnez, se-
guida de los intentos de apertura del régimen,
I. La aparición del pluralismo no tienen prácticamente ninguna relación con
democrático en Africa las transformaciones en los países del Este.
Es, pues, necesario ir más lejos. Sin preten-
¿Cuáles son los orígenes de lo que se denomina der ser exhaustivos, podemos mencionar tres
la «revolución democrática» africana? ¿Qué es- factores favorables a la aparición del pluralis-
trategias para salir de las dictaduras, los planes m o democrático en el continente africano.
de transición hacia la democracia que ofrece
Africa? La respuesta que se dé a esas dos pre-
1. El fracaso de la democracia consensual
guntas es la clave para comprender la aparición
del pluralismo democrático en ese continente. U n o de estos factores es, indiscutiblemente, el
fracaso de la democracia consensual. Durante
m u c h o tiempo, y aún hoy, ha predominado en
A . Los orígenes de la revolución
grandes sectores una visión mítica de Africa,
democrática
simbolizada por el legendario árbol bajo el que
M u c h o s analistas establecen acertadamente se celebraban las reuniones. Se consideraba que
una relación entre la revolución democrática la conversación y el debate eran la forma de
en Africa y las profundas transformaciones resolver los conflictos. Estas deliberaciones se
ocurridas en Europa Oriental. E n efecto, los prolongaban el tiempo necesario para llegar a
cambios en los países del Este han podido in- un consenso general. En otras palabras, la m a -
fluir en la evolución de Africa; la reducción de yoría no debía imponer su voluntad a la mino-
la rivalidad entre las dos superpotências ha di- ría si no que todas las decisiones debían lomar-
suadido quizás a algunos Estados de proseguir se por consenso. Esta práctica se justificaba por
el chantaje diplomático, amenazando con pe- la aplicación del principio de la participación:
dir a una potencia lo que no podían obtener de se suponía que cada persona prestaba su contri-
otra. Al no poder ya los países del Este servir bución activa a la comunidad y que todas las
c o m o modelo de socialismo, el hundimiento de circunstancias particulares se tenían en cuenta.
sus regímenes ha podido desalentar a los países D e esta manera, habría de desterrarse la estan-
africanos de orientación marxista; a la inversa, darización de los individuos, así c o m o el elec-
los países africanos que hasta ahora se situaban toralismo, es decir, la ilusión de que los votos
en la zona de influencia Occidental han podido individuales puedan legitimar el poder y la ex-
aprovechar las transformaciones de los países plotación de esos votos confinespolitiqueros.
del Este para reivindicar el pluralismo político, Es indudable que la democracia consensual
convencidos de que los occidentales no po- ofrece una visión generosa de la sociedad y su-
drían aprobar la instauración de este sistema pone una confianza optimista en el hombre.
en el Este y al m i s m o tiempo repudiarlo en Puede, por tanto, considerarse c o m o el objeti-
Africa. vo lejano al que es preciso aspirar. A ú n más,
C o n todo, la relación, al menos coyuntural, para Africa es un honor que (con razón o sin
entre las mutaciones en los países del Este y la ella) se la considere cuna de la democracia con-
propagación del fenómeno democrático en sensual. C o n todo, es de lamentar que esta for-
Africa debe reducirse a sus justas proporciones. m a de democracia tienda inexorablemente a la
En primer lugar, sólo atañe a las transformacio- unanimidad, pues su aplicación supone seres
nes m á s recientes y significa únicamente que perfectos, totalmente conscientes de sus dere-
los cambios en los países del Este han acelerado chos y de sus obligaciones y capaces de separar
en Africa un proceso ya iniciado. Los movi- los intereses particulares del interés general o.
mientos de oposición en Gabón, Costa de M a r - por el contrario, personas sin voluntad ni liber-
fil y Zaire existían m u c h o antes de la caída de tad. E n otras palabras, la democracia consen-
los regímenes del Este. La crisis que está en pro- sual sólo puede existir en un pueblo de dioses o
ceso de solución en Benin dura desde hace m u - de esclavos.
Africa y la idea de la democracia 397

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Namibia ha llegado a la independencia en 1990, por un proceso democrático que se desarrolló bajo la supervisión
de las Naciones Unidas. Durand/Sipa.
398 Jacques Marie! Nzouankeu

Jean-Jacques Rousseau expresaba admira- encubrir sus verdaderos sentimientos y a utili-


blemente esta idea en El contrato social, cuan- zar el lenguaje estereotipado y convencional que
do escribía: le permite ajustarse a la línea del partido y esca-
«Si hubiera un pueblo de dioses, su forma de par a la represión. En resumen, en ese sistema el
gobierno sería la democracia... Cuanto m a - ciudadano se convierte en un ser traumatizado y
yor sea el concierto en las asambleas, es de- frustrado. Así, c o m o paradoja singular, el parti-
cir, cuanto m á s se acerquen las opiniones a do único se ha convertido en la causa principal
la unanimidad, m á s dominará también la del desarrollo y la consolidación del tribalismo,
voluntad general; en cambio los debates lar- pues la tribu aparece c o m o el último refugio pa-
gos, las dimensiones, el tumulto indican la ra los individuos desamparados en una sociedad
influencia de los intereses particulares... La totalitaria.
unanimidad vuelve a lograrse en el otro ex- Se ha tratado en vano de salvar la fórmula
tremo del círculo: cuando los ciudadanos, del partido único, defendiendo el llamado
caídos en la servidumbre, no tienen ya li- «partido único democratizado». Según ese siste-
bertad ni voluntad»1. m a , las elecciones serían libres, y los candida-
La democracia consensual ha fracasado en tos no serían ni nombrados ni apoyados por el
Africa. Los que insistan en defenderla preten- aparato del partido. E n realidad este tipo de
den simplemente mantener a ese continente en monopartidismo sólo presenta una apariencia
una servidumbre moral y política. En cambio, democrática. N o pasa de ser una técnica que
la democracia mayoritaria es la vía que lleva al permite deshacerse de personalidades políticas
establecimiento de las instituciones del sistema incómodas, elegidas antes con ayuda del parti-
representativo, aunque evidentemente ello re- do y de las que se decide prescindir. E n esas
quiere un esfuerzo constante. condiciones no es extraño que la revolución de-
mocrática en Africa reivindique el pluriparti-
dismo, es decir, un sistema que reconoce y or-
2. El fracaso del sistema de partido único ganiza realmente la libre competencia entre
Se creía también que, al ser la democracia con- programas y objetivos.
sensual la forma de gobierno «tradicional» de
Africa, su mejor expresión en el plano político
3. El fracaso de una concepción «africana»
sería el partido único. Este sistema presentaba,
de los derechos humanos
al parecer, varias ventajas. En primer lugar (pa-
rafraseando a J.J. Rousseau), evitaba los largos En tercer lugar, es indiscutible que las violacio-
debates, las disensiones y el tumulto, conside- nes, a m e n u d o en gran escala, de los derechos
rados obstáculos a la unidad nacional y la cohe- humanos han contribuido m u c h o a socavar a
sión social. Se esgrimía luego otro argumento los regímenes autoritarios africanos; en efecto,
que parecía importante: el partido único favo- la tortura, las detenciones y encarcelamientos
recía en teoría el desarrollo económico, por su arbitrarios, las restricciones intolerables a la li-
supuesta capacidad para reducir las tensiones bertad de circulación y la represión rigurosa de
sociales y movilizar las energías. cualquier manifestación de libertad forman
D o s decenios después de la independencia parte del panorama político de muchos Estados
de la mayor parte de los países africanos, ha sido de Africa.
necesario reconocer que ello no es así. Se ha de- A d e m á s , conviene señalar la aparición re-
mostrado que los partidos únicos representan el ciente de algunas doctrinas que pretenden legi-
principal obstáculo de la unidad nacional, pues timar ciertas restricciones de las libertades en
imponen un monolitismo ideológico, pretenden Africa en nombre de una supuesta concepción
modelar a los individuos según un prototipo «africana» de los derechos humanos. Según ta-
preestablecido, se arrogan la misión de regir las les doctrinas, el concepto de libertad no sería
conciencias y disimulan las preferencias perso- en Africa el m i s m o que en otras partes, pues
nales bajo la apariencia de modelos de pensa- ciertas libertades, admisibles en los países O c -
miento y estereotipos que supuestamente tradu- cidentales, no serían apropiadas en este conti-
cen la voluntad del «pueblo». El partido único, nente. Así, por ejemplo, sólo el partido único
en vez de educar al individuo y elevarlo al rango sería conveniente para Africa donde la venera-
de ciudadano, lo aplasta. Le enseña a simular y ción del jefe es uno de los «valores tradiciona-
Africa y la idea de la democracia 399

les» que deben preservarse. Asimismo, el afri- Es inútil, a este respecto, considerar la cate-
cano, cuya vida se desarrolla supuestamente en goría de las antiguas democracias africanas, es
comunidad, no debería reivindicar c o m o los decir, Egipto, Marruecos, Senegal, G a m b i a ,
occidentales la garantía de los derechos indivi- Botswana e incluso Mauricio, si se lo considera
duales. En resumen, «los derechos de la solida- parte de Africa. En estos países están ya esta-
ridad» y «los derechos de la tercera genera- blecidas las estructuras del pluralismo d e m o -
ción» serían m á s «africanos» que los otros y se crático. El combate político no tiene ya c o m o
adaptarían mejor al m o d o de vida en Africa, objetivo obtenerlo sino profundizarlo, consoli-
mientras que, por ejemplo, el sistema político darlo y perfeccionarlo. Las reivindicaciones
democrático, bautizado en este caso c o m o «de- de los sectores de la sociedad, cuando son fun-
mocracia occidental», representaría valores o dadas, se justifican con el argumento de que
sistemas importados. cejar en los esfuerzos de profundización oca-
En realidad, este concepto «africano» de los sionaría un retroceso importante, si no la pér-
derechos humanos, consagrado imprudente- dida, de las conquistas democráticas. Así, pues,
mente en parte en la Carta Africana de Dere- el conformarse simplemente con la existencia
chos H u m a n o s y de los Pueblos tiene connota- de los partidos políticos o con la posibilidad de
ciones racistas no confesadas y es una forma de crearlos, o de organizar elecciones periódicas
legitimar las prácticas antidemocráticas m á s no sujetas a la arbitrariedad del poder, equivale
condenables. Los derechos humanos no tienen a olvidar que la democracia sólo puede sobrevi-
fronteras y son indivisibles; la libertad no pue- vir con un esfuerzo constante para proteger sus
de ser buena para Occidente y mala en Africa. valores contra la amenaza permanente de la
Los supuestos derechos humanos «africanos» y dictadura.
la propia Carta Africana, cuyos autores pare- E n el otro extremo, Namibia es un caso
cen preocuparse m á s por el número de ratifica- ejemplar y único en Africa que ilustra el triunfo
ciones que por la eficacia de los mecanismos de la descolonización. U n a de las principales
establecidos, sirven únicamente para tranquili- enseñanzas que pueden extraerse de su caso es
zar la conciencia de los regímenes autoritarios, que la condición primordial para el estableci-
que pueden seguir fundando sus prácticas anti- miento de una verdadera democracia es la or-
democráticas en la «sabiduría» africana y un ganización de elecciones libres y transparentes,
tratado internacional. donde todas las partes actúen con lealtad. Si,
Por último, es cínico el argumento de que además, la sociedad namibiana consiguiera su-
algunos valores democráticos son importados. perar sus contradicciones pasadas y llegar a ser
Nunca se ha reprochado a Africa que importe decididamente multirracial, podría servir de
sus lenguas oficiales, sus religiones dominan- guía a la mayor parte de los países del conti-
tes, sus productos alimentarios, sus bienes de nente.
equipo (enseres domésticos, automóviles, or- Por lo que se refiere a las transformaciones
denadores, etc.), pero de repente algunos se in- ocurridas recientemente en Africa, así c o m o al
dignan cuando se trata de importar las liberta- establecimiento o restablecimiento de la d e m o -
des individuales y el pluralismo democrático. cracia, es posible distinguir tres formas o es-
U n a empresa basada en tantas incoherencias quemas de transición: la transición negociada
estaba necesariamente condenada al fracaso. (Benin, Nigeria, Túnez), la impuesta por la po-
blación (Argelia, G a b ó n , Costa de Marfil) o la
otorgada por el régimen en el poder (Zaire). Es-
B. Los esquemas de la transición a la
tas fórmulas no pretenden, por supuesto, esta-
democracia
blecer categorías rígidas sino que simplemente
Los procedimientos para salir de las dictaduras ilustran con un criterio comparativo la situa-
y establecer o restablecer la democracia son ción sumamente compleja de algunos países.
tantos c o m o los Estados africanos interesados.
Se ha decidido agruparlos para mayor simplifi-
1. La transición negociada
cación, sin olvidar que cada experiencia es úni-
ca en su género y que sólo el examen caso por La transición negociada tiene lugar cuando el
caso permite reconstituir su riqueza y sus espe- régimen autoritario o dictatorial que ejerce el
cificidades. poder entabla un diálogo dinámico con las
400 Jacques Marie/ Nzouankeu

fuerzas sociales y políticas para determinar fecha de las elecciones generales y de la entrada
junto con ellas el procedimiento de liquidación en vigor de las nuevas instituciones.
de la dictadura y de transición hacia la d e m o - El modelo de Túnez es bastante diferente;
cracia. Para que el poder consienta a este tipo en este país el Gobierno, aparentemente inca-
de transformación cualitativa es preciso que se paz de llevar a cabo las transformaciones nece-
vea obligado por diferentes factores, c o m o el sarias, fue derrocado por una revolución de pa-
fracaso del sistema político e ideológico y la lacio. El nuevo gobierno no convocó a conti-
bancarrota económica (Benin), la incapacidad nuación, c o m o en Benin, una conferencia,
de los regímenes militares para asegurar la con- aunque celebró amplias consultas para la pre-
tinuidad y la pervivencia de tradiciones d e m o - paración de los textos (sobre las elecciones, los
cráticas arraigadas (Nigeria) o el inmovilismo partidos, la prensa, etc.) destinados a regular el
del gobierno derivado de su concepción patri- régimen democrático previsto. E n cambio, re-
monial del poder (Túnez). cabó de las autoridades de otros países infor-
Aunque la presión popular se manifiesta en mación sobre su experiencia al respecto, para
todas estas hipótesis, e incluso puede contri- no repetir los posibles errores.
buir de forma determinante a desencadenar el En Nigeria el procedimiento de transición
proceso de democratización, no es el factor pri- parece complejo debido a las limitaciones que
mordial. Es el propio poder el que, acorralado la historia política del país ha impuesto a los
por todas partes, comprende que la represión sucesivos gobiernos. Es cierto que en él, pese a
resulta ineficaz, sobre todo cuando está debili- la alternancia de dictadura y democracia, exis-
tada por una resistencia pasiva prolongada, co- te una tradición democrática bastante fuerte.
m o en el caso de Benin, o cuando es el deseo de Los regímenes militares se consideran acciden-
legitimidad el que impulsa al régimen militar tes de la historia -aunque cada vez m á s n u m e -
que organiza la transición hacia la democracia, rosos e inquietantes- y la situación normal son
c o m o es el caso de Nigeria. Por último, c o m o los gobiernos civiles. Además, el régimen mili-
sucedió en Túnez, la destitución del Jefe de Es- tar del general Olesengun Obasanjo, confirmó
tado, sin derramamiento de sangre, permitió esa idea con la decisión, sin precedentes para
desbloquear la situación política e iniciar un un gobierno militar, de entregar el poder a los
programa de reformas políticas y sociales. civiles, y negarse a asumirlo nuevamente, pese
Algunos procedimientos originales de transi- a la deplorable gestión de éstos. Es bastante
ción se inscriben en esa perspectiva. La fórmula probable que el país esté una vez m á s en vías de
de convocar una conferencia nacional, adopta- salir del régimen militar y de restablecer una
da en Benin, tuvo un cierto éxito. Esta asamblea democracia que, de todos modos, estará vigila-
aparentemente heteróclita, organizada por el ré- da. E n efecto, tras haber excluido a los «baro-
gimen en el poder y que agrupaba a decenas de nes» de la vida política, los militares decidie-
tendencias políticas y cientos de delegados, pu- ron arbitrariamente reconocer sólo dos parti-
do constituirse c o m o organismo soberano e im- dos. Existe el peligro de que esa medida no
poner al régimen un nuevo gobierno y el estable- ponga realmente fin a la crispación de la vida
cimiento de instituciones de transición. El m o - política y que, por el contrario, alimente tensio-
delo de transición democrática de Benin se nes y rencores poco propicios al restableci-
caracteriza además por una sucesión de etapas: miento de un auténtico régimen democrático.
reunión de las fuerzas sociales y políticas m á s
representativas en una conferencia general o
mesa redonda; nombramiento, dentro de la con- 2. La transición impuesta
ferencia, de órganos encargados de llevar a cabo por la población
la transición, es decir, un gobierno de transición La transición impuesta por la población va pre-
y un órgano legislativo de transición, que en su cedida de actos de violencia, a veces cruentos.
día puede desempeñar la función de asamblea E n este modelo los poderes públicos despreve-
constituyente o de comisión constitucional en- nidos ceden a la presión popular e introducen
cargada de redactar la nueva Constitución; esta- reformas con el único objetivo de superar la
blecimiento de plazos para la enmienda y apro- crisis e impedir nuevos desórdenes. Es el proce-
bación de la nueva constitución, preferiblemen- so seguido concretamente en Argelia, Costa de
te por referéndum; y, por último,fijaciónde la Marfil y Gabón.
Africa y la idea de la democracia 401

IlEÍIWLKpRÊSiDEHrí;

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Durante m á s de una década, Senegal ha tratado de desarrollar un régimen pluralista: C a m p a n y a presidencial de


Leopoldo Sedar Senghor, en 1978. Carmelin/Sygma.
402 Jacques Marie/ Nzouankeu

Bajo la presión de la violencia se tomaron o cida por grupos de intereses que establecen
se prometieron en esos países importantes m e - otras formas de dictadura, o bien porque el
didas, c o m o el reconocimiento de los partidos pueblo, tras largos períodos de corrupción y
políticos de oposición, la liberalización de la servidumbre, tiene un régimen de libertad que
prensa, un calendario para el establecimiento considera una aventura y prefiere una nueva
de instituciones de transición a la democracia, dictadura que se ocupe de él y le evite la refle-
etc. C o n todo, la magnitud real de las transfor- xión y las iniciativas responsables. Así, Africa
maciones democráticas varía según los países; debe tratar de consolidar los pocos regímenes
así, mientras que en Argelia parece existir una partidarios del pluralismo democrático, sean
voluntad indiscutible de democratización, la cuales fueren sus antecedentes.
impresión que dan Costa de Marfil y G a b ó n es
la de una tendencia a contemporizar, y todo
indicaría que en esos países los partidos en el
poder no vacilarían un instante, si pudieran, en
II. La consolidación
recuperar lo que han perdido. T o d o indicaría, de la democracia
en estos casos, que la principal preocupación
del régimen es calmar a toda costa los desórde- Aparte de las circunstancias concretas de la caí-
nes y aprovechar el retorno a la tranquilidad da o la aparición de los sistemas autoritarios, la
para abandonar el juego. supervivencia de los logros de la democracia en
Africa depende de tres condiciones fundamen-
tales: un Estado democrático, una sociedad de-
3. La transición otorgada mocrática y un entorno regional democrático.
La transición otorgada, que ilustra el ejemplo
de Zaire, sigue hasta cierto punto la m i s m a ló-
A . Un estado democrático
gica. El Gobierno, sintiendo agravarse el des-
contento y presintiendo una prueba de fuerza El Estado democrático es el marco institucio-
con la población, se anticipa y concede o pro- nal en que se desarrolla la democracia. La cons-
mete reformas. Este procedimiento es ambiva- trucción de este marco es necesaria c o m o prio-
lente: puede ser resultado de una auténtica vo- ridad lógica e histórica. E n efecto, mientras la
luntad de democratización del régimen, pero sociedad se base en las relaciones jerárquicas
puede también representar una artimaña polí- de m a n d o , los límites de las libertades se esta-
tica del partido en el poder para desactivar una blecen dentro del propio Estado.
crisis, obtener una tregua y forjar nuevos ins- El Estado democrático no es neutro sino
trumentos de dominación política. que representa un marco ideológico. N o tolera
Sin embargo, c o m o lo que caracteriza a la todos los valores sino que, por el contrario, m a -
democracia es por definición el optimismo y la nifiesta una cierta intolerancia -precisamente
confianza en el hombre, puede admitirse que frente a los valores antidemocráticos- sin la
una apertura democrática, aun basándose en cual no podría sobrevivir. Es posible, sin duda,
un cálculo político, termina siempre creando que en una situación de gran tensión entre el
una dinámica de progreso y una nueva forma poder establecido y los ciudadanos, éstos, en
de pensar. Esa es una de las razones por las que nombre de los derechos humanos o de su con-
deben acogerse favorablemente todas las refor- cepción de esos derechos, consigan destruir la
m a s democráticas, cualquiera que sea su origen estructura estatal y, por ende, el marco ideoló-
y su alcance. L o m á s indicado, sobre todo en gico existente. Pero aun en esta hipótesis, lla-
los procesos de establecimiento o restableci- m a d a revolucionaria, la transformación se rea-
miento de la democracia es tomar a los gobier- liza en nombre de una ideología. La revolución
nos por la palabra y obligarles a cumplir las democrática sólo puede triunfar si es inmedia-
promesas que hayan hecho bajo la presión de tamente recuperada por un nuevo Estado, ga-
los acontecimientos. Esta posición está tanto rante del marco ideológico, que proteja los nue-
m á s justificada cuanto que la transición hacia vos valores y vele por su promoción. Este mar-
la democracia es una operación arriesgada, que co se configura en torno a determinados
puede fracasar bien por las pretensiones dema- principios y reglas específicas de funciona-
gógicas de una población desorganizada y sedu- miento de la democracia.
Africa y la idea de la democracia 403

1. Los principios del pluralismo 2. La organización de los poderes


democrático en el Estado democrático

E n las democracias c o m o las del continente Los principios democráticos citados configu-
africano, que están en proceso de estableci- ran todos sus efectos sólo si el Estado democrá-
miento o restablecimiento, el Estado debe reco- tico funciona de m a n e r a que estén garantizadas
nocer y garantizar cinco principios esenciales las libertades individuales. Para ello es necesa-
sin los que ninguna democracia digna de ese rio q u e se den las tres condiciones siguientes:
n o m b r e puede desarrollarse: a) La separación de poderes: el poder legis-
a) La existencia de varios partidos políticos lativo n o debe depender del poder ejecutivo.
que profesan ideologías diferentes y, por consi- E n u n régimen parlamentario el poder legislati-
guiente, el reconocimiento y garantía de u n a vo debe tener la posibilidad de ejercer u n con-
oposición legal. trol efectivo sobre el gobierno y, en su caso, de
b) La libertad de prensa y de información, hacerle caer y, por su parte, el gobierno debe
que excluye la censura gubernamental, suprime tener el poder de disolver la Asamblea. E n u n
la necesidad de obtener autorización oficial pa- régimen presidencial el poder legislativo debe
ra los que desean crear órganos de prensa y des- ser realmente independiente del ejecutivo, lo
carta el cuasimonopolio de las fuentes de finan- que supone, a d e m á s del pluripartidismo, u n
ciación de la prensa, que podría conceder a u n equilibrio entre los partidos. E n efecto, cuando
individuo o un grupo financiero u n a posición hay varios partidos pero u n o ocupa u n a posi-
de predominio en ese c a m p o ; la libertad de ción dominante, el poder legislativo queda bajo
prensa supone asimismo una legislación fiscal su dependencia; la lista de representantes pro-
y penal que no ponga trabas al desarrollo de puesta por el partido dominante resulta «elegi-
una prensa independiente del poder. da», c o m o es previsible, y una cámara formada
c) La independencia de los jueces, que n o así n o puede desempeñar la función de contra-
deben estar sometidos a presiones del poder poder que le corresponde.
ejecutivo ni a amenazas contra su carrera, o in- Esa separación de los poderes legislativo y
cluso contra su vida, en razón de las sentencias ejecutivo es tanto m á s necesaria cuanto que en
que dictan. los Estados africanos las leyes promulgadas por
d) La organización de elecciones libres, a in- el Parlamento, m á s que las decisiones del poder
tervalos razonables. El voto debe ser secreto y judicial, contienen las verdaderas garantías de
los resultados n o deben conocerse antes del es- las libertades públicas. Pero tales leyes sólo
crutinio de los votos. A d e m á s , en tales eleccio- pueden cumplir esa función si e m a n a n de per-
nes deben competir formaciones políticas dife- sonas libres, elegidas regularmente y, por ende,
rentes y candidatos independientes de los par- representativas de la población.
tidos políticos. C u a n d o las elecciones, tanto Por su parte, el poder judicial debe estar se-
nacionales c o m o locales, cumplen tales condi- parado del legislativo y el ejecutivo. N o se trata
ciones está garantizada la participación de los de conferir a la magistratura la condición de
ciudadanos en la t o m a de decisiones, rasgo fun- Estado dentro del Estado, sino m á s bien de dar
damental de la democracia. E n ese caso, carece a los jueces garantías materiales y profesionales
de sentido la controversia entre la legitimidad y que les permitan desempeñar su función con
la legalidad del poder, pues un gobierno es legí- total independencia.
timo cuando ha sido elegido con arreglo a las b) La separación del Estado y las institucio-
n o r m a s del sufragio universal por la mayoría nes y fuerzas religiosas: en u n Estado democrá-
de los ciudadanos del país. tico las decisiones políticas incumben exclusi-
e) La alternancia en el poder, es decir, que vamente al Estado, sin injerencia de las institu-
los gobiernos derrotados en unas elecciones re- ciones y fuerzas religiosas. E n este sentido,
gulares deben abandonar el poder y transmitir- cabe afirmar que el Estado democrático debe
lo a la nueva mayoría, o sea, a la antigua oposi- ser laico, y especialmente en Africa.
ción. N o se trata, con todo, del laicismo decimo-
Estos cinco principios deben cumplirse si- nónico europeo, concebido c o m o u n conflicto
multáneamente para poder considerar que u n entre el Estado y las instituciones religiosas.
Estado se funda en bases democráticas. Por el contrario, consiste en organizar la coe-
404 Jacques Marie/ Nzouankeu

xistencia entre el Estado y todas las creencias. del partido o de la coalición de partidos que ha
El Estado laico es el que no discrimina entre el ganado las elecciones. E n esas condiciones se-
creyente y el no creyente, ni introduce jerar- ría difícil pedir a los gobernantes que se distan-
quías entre los creyentes. En la medida en que cien de sus partidos.
las sociedades africanas son complejas, multi- Es evidente que la separación entre el Esta-
rraciales, multiétnicas y en ellas coexisten las do y los partidos políticos no debe entenderse
religiones tradicionales y las religiones revela- en el sentido orgánico formal aplicable a la se-
das importadas, el Estado laico permite organi- paración de los poderes legislativo y ejecutivo.
zar la coexistencia de los diversos grupos socia- Debe tratarse m á s bien de una separación fun-
les y ofrecer a cada individuo los medios para cional, basada en la obligación impuesta a los
alcanzar su plenitud. gobernantes de distinguir entre sus responsabi-
c) La separación del Estado y los partidos lidades c o m o estadistas y miembros de parti-
políticos: aunque su neutralidad no sea absolu- dos políticos. Mientras esta distinción no se de-
ta, pues tiene c o m o misión imponer la ideolo- rive espontáneamente de su educación cívica,
gía democrática, el Estado debe actuar c o m o será necesaria una legislación apropiada que
árbitro de las diferentes agrupaciones políticas. regule, por ejemplo, la utilización de los ve-
La experiencia política en Africa muestra que hículos del Estado (y las demás colectividades
la confusión entre el Estado y el partido m a y o - públicas), de los medios de comunicación esta-
ritario ha ido siempre en detrimento de las li- tales, de los locales administrativos y de las de-
bertades individuales. Efectivamente, en estos pendencias de dominio público.
casos los medios del poder público se utilizan
con frecuencia en provecho exclusivo del parti-
do dominante. H a y una tendencia a poner los B. Una sociedad democrática
bienes públicos, c o m o los medios de comunica-
ción oficiales, principalmente, si no exclusiva- El Estado democrático más perfeccionado está
mente, al servicio del partido en el poder; de expuesto a una rápida degradación si no se fun-
este m o d o , los ministros que desempeñan tam- da en valores democráticos. Esos valores se
bién funciones políticas en ese partido se ven crean en el marco de la sociedad democrática.
m u y tentados a utilizar los medios del Estado El desarrollo de una sociedad democrática
para sus actividades políticas. se basa en un trabajo cotidiano e incesante. Los
Si el principio de la separación del Estado y valores logrados no se conservan automática-
los partidos políticos es evidentemente una mente; si no se les presta atención, pierden te-
condición de la democracia, su aplicación plan- rreno. Por ello la expresión «logros democráti-
tea numerosas dificultades. La primera deriva cos» debe utilizarse con prudencia, pues en rea-
del monopolio que tienen los partidos en la pre- lidad nada se logra de manera definitiva en la
sentación de candidatos para las diferentes democracia.
elecciones; debería reconocerse la posibilidad Para progresar, la sociedad debe protegerse
de las candidaturas independientes. H a y otras con la barrera que representa el Estado demo-
dificultades, que varían según la índole de los crático. La construcción del Estado democráti-
regímenes. co, se impone, pues, c o m o la prioridad absolu-
E n el régimen presidencial, el Jefe de Esta- ta, incluso antes de iniciar el examen de fondo
do electo debería quedar separado de la direc- de los valores democráticos. El número de es-
ción de cualquier partido político. Convendría tos valores es infinito, y ninguna lista ni catálo-
incluso llevar esta lógica hasta sus últimas con- go puede pretender una enumeración exhausti-
secuencias y excluir de los cargos de ministros a va, pues es característico de la democracia el
los dirigentes o responsables importantes de descubrir nuevos valores y cuestionar, o por lo
partidos políticos. Sin embargo, esta solución, menos, revisar y perfeccionar, los antiguos. H a -
válida en teoría, presenta numerosos inconve- bida cuenta de estas observaciones, los países
nientes prácticos; el gobierno estaría formado africanos que antes se doten de un Estado de-
exclusivamente por tecnocratas, fórmula que mocrático tendrían, indudablemente, mayores
tal vez no es buena. E n los regímenes parlamen- probabilidades de que en ellas surja una socie-
tarios el problema es m á s complejo, pues el go- dad democrática. Tres actitudes contribuirían
bierno parlamentario depende precisamente a fomentar la aparición de esta sociedad.
Africa y la idea de la democracia 405

1. El reconocimiento y la protección del co y universal. Ese es el motivo por el que per-


carácter universal de los derechos sonas de diferentes naciones se movilizan para
humanos defenderlos. En nombre de la universalidad,
una parte del m u n d o se siente afectada cuando
Los partidarios de la concepción «africana» de esos derechos se violan en otras partes. Es ur-
los derechos humanos apoyan, tal vez sin sa- gente que Africa reconozca y proteja estos dere-
berlo, a quienes pretenden la jerarquización de chos.
los seres humanos. Cabe recordar la frase céle-
bre de Joseph de Maistre. autor francés del si-
2. La lucha contra el tribalismo
glo XIX:
y la organización del pluralismo cultural
«...La Constitución de 1795, c o m o las que la
precedieron, se dirige al hombre. Ahora Es paradójico que la diversidad étnica y lin-
bien, no hay hombres en el m u n d o . Durante guística de Africa, en lugar de enriquecerla, se
mi vida he visto franceses, italianos, rusos, convierta en un factor adverso hasta el punto
etc.; gracias a Montesquieu, sé incluso que de constituir uno de los principales obstáculos
se puede ser persa; pero declaro que jamás a su desarrollo. Esta paradoja se explica, entre
he encontrado al hombre; si existe, a mí no otros motivos, por el tribalismo, en sus múlti-
m e consta»2. ples manifestaciones: sustitución del interés de
Siguiendo esta lógica, habría una filosofía la nación por el interés de la tribu, favoritismo,
de los derechos humanos para cada una de las clientelismo, nepotismo, acentuación de las di-
zonas culturales y geográficas del m u n d o . La de ferencias sociales, etc. La democracia no puede
Africa, naturalmente, se distinguiría por las funcionar en una sociedad tribalizada, en la
costumbres tribales y el culto del jefe; la lucha que es imposible tener una visión general de la
contra el jefe sería incompatible con las «tradi- situación y aplicar eficazmente una política.
ciones» africanas, pues se supone que un jefe Sin embargo, aunque es difícil no condenar ni
nunca oprimiría a los miembros de la colectivi- combatir el tribalismo, los medios para acabar
dad, a los que considera c o m o de su familia; el con él varían.
Estado democrático no podría funcionar nunca Hasta ahora sólo se ha aplicado la repre-
en estas condiciones, y la única solución en ese sión: prohibición legal; medidas coercitivas
caso, es inventar el «Estado africano» capaz de contra las prácticas tribales; medidas políticas,
preservar sus valores y «costumbres». c o m o la obligación impuesta a los ministros de
Estas doctrinas - e n definitiva, racistas- dar a sus gabinetes una composición multiétni-
concebidas para legitimar las dictaduras, han ca, etc. Estas medidas son ineficaces porque
servido durante m u c h o tiempo para engañar abordan solamente algunas manifestaciones
incluso a personas de buena fe, orgullosas de del fenómeno, y no sus causas profundas. Por
que se diera a sus «usos» el rango de institucio- otra parte, con el pretexto de combatir el triba-
nes respetables y, sobre todo, integradas en una lismo parecería que los regímenes de partido
nueva problemática universal de los derechos único aplican una política tendiente, entre
humanos. La idea de poder contraponer al «Es- otras cosas, a imponer una etnia sobre las de-
tado occidental» el «Estado africano» y de m á s . El tribalismo de las demás etnias se con-
enarbolar frente al «individualismo» occiden- vierte así en una reacción de defensa contra la
tal sus «costumbres comunitarias» les hacía agresión cultural cometida por la etnia en el po-
creer que. aun sin haber inventado las matemá- der utilizando, además, los medios que le da su
ticas, la física y la informática, tenían algo que posición pública.
ofrecer en el concierto de las civilizaciones. Teniendo en cuenta estos peligros, cual-
Esta es, en el fondo, una ilusión peligrosa quier política eficaz de lucha contra el tribalis-
que permite perpetuar la colonización de Afri- m o debe, además, fundarse en la institucionali-
ca por otras vías, c o m o lo ha comprendido la zación del pluralismo cultural. E n efecto, en
generación actual que reclama el pluralismo muchos casos el tribalismo nace de las frustra-
democrático. Los derechos h u m a n o s no son ciones provocadas por el desprecio cultural, la
distintos para el hombre blanco, negro, amari- negativa a reconocer la especificidad de los de-
llo, oriental u occidental; hay derechos univer- más y la tendencia a basarse en la cultura pro-
sales, reconocidos al hombre en cuanto es úni- pia para ejercer contra ellos todo tipo de actos
406 Jacques Mariel Nzouankeii

de discriminación. Este pluralismo cultural miento de que son sólo representantes de la na-
puede definirse c o m o el esfuerzo por reconocer ción y no propietarios de la soberanía.
la especificidad de las diferentes culturas de
una nación, evitar su jerarquización y ofrecer- C . La promoción de un entorno regional
les las mismas posibilidades de desarrollarse. democrático
Es cierto que las revoluciones políticas que per- Los regímenes democráticos son frágiles y no
mitieron la instauración de la democracia plu- pueden sobrevivir largo tiempo en un entorno
ralista en Europa Occidental no estaban acom- hostil. En Africa, una forma de consolidarlos y
pañadas de un esfuerzo comparable en el plano sacarlos de su aislamiento sería la regionaliza-
cultural. Ese desfase explica, precisamente, las ción del pluralismo. El pluralismo político se
dificultades por las que atraviesan algunas de- consolida mejor cuando se practica en varios
mocracias de larga data c o m o , por ejemplo, la Estados vecinos y contiguos. U n factor para
persistencia de movimientos autonomistas promoverlo es la creación de zonas política-
dentro de ellas. Si no hay pluralismo cultural, el mente homogéneas que en un principio agru-
pluralismo político se pondrá constantemente pen a dos o tres Estados democráticos y tien-
en tela de juicio y sólo podrá mantenerse por la dan luego a extenderse progresivamente a los
fuerza. Estados vecinos.
Esa creación puede realizarse tomando co-
m o base los instrumentos internacionales de
3. La institucionalización del poder politico
garantía de los derechos humanos. E n efecto, el
E n Africa el mito del jefe ha tenido, entre otras carácter universal de los derechos h u m a n o s no
consecuencias negativas, la de dar al poder po- excluye la adopción de instrumentos regionales
lítico un carácter patrimonial. Los gobernantes para su protección. Esos instrumentos, menos
actúan c o m o si el poder fuera de su propiedad ambiciosos en su proyección territorial, serían
personal, un elemento de su patrimonio trans- mejor aceptados y, por tanto, m á s eficaces en
misible a los herederos. Africa. Se podría incluso prever la creación de
Esas prácticas, que en mayor o menor grado entidades regionales o subregionales que agru-
pueden seguirse en las monarquías, dentro de pen a regímenes pluralistas y unipartidistas,
los límites que imponen sus constituciones o para incitar a estos últimos a una transición
leyes fundamentales, son inadmisibles en los gradual hacia el pluralismo democrático.
regímenes republicanos. Desconociendo ese El renovado interés que manifiestan n u m e -
principio, se han dictado constituciones «a m e - rosos países africanos por la democracia plura-
dida» para un «jefe» inamovible o se han m o - lista marca, de todos modos, un jalón en la his-
dificado otras con el objeto de perpetuar un ré- toria del continente. Esa historia les marcará el
gimen y hacer prácticamente imposible la alter- camino para modernizar sus sistemas políticos,
nancia en el poder. E n esta perspectiva la ganar competitividad en el plano internacional
institucionalización del poder político impone y, por último, ofrecer a sus pueblos la posibili-
a los dirigentes la obligación de respetar los tex- dad de participar en el progreso económico y
tos preestablecidos y resistir la tentación de tecnológico.
modificarlos para adaptarlos a sus ambiciones
políticas personales. Ello entraña el reconoci- Traducido del francés

Notas

1. Jean-Jacques Rousseau. Du contrat social. Lib. Ill, cap.


IV infiney Lib. IV. cap. II. primer párrafo.

2. Considérations sur la France, citado por Imbert, Morely Dupuy, en La pensée politique des origines à nos jours.
París, P U F , 1969. págs. 331 in Une, y 332.
Africa y la idea de la democracia 407

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Londres. Reino Unido. D . C . . 1." y 2.° de m a y o de 1989. Kenya.
¿Es Occidente el modelo universal
de la humanidad?
Los Baruyas de Nueva Guinea
entre la transformación
y la descomposición*
Maurice Godelier

C o m o antropólogo especializado en el estudio talización se difunde pero no todos los compo-


de sociedades que se encuentran realmente en nentes de Occidente pueden difundirse al mis-
las antípodas de Occidente, en Oceania, he po- m o tiempo, o al menos con el mismo éxito, que
dido obsevar desde 1967 las transformaciones ayer.
ocurridas en el m o d o de vida y de pensamiento ¿Qué es hoy Occidente? ¿Cuáles son sus
de una tribu de Nueva Guinea, una de esas so- componentes fundamentales? Se trata de c o m -
ciedades a las que damos el nombre de «primi- ponentes que en Occidente están asociados,
tivas»: los Baruyas, descubiertos en 1951 y so- pero pueden disociarse y combinarse de nuevo
metidos en 1960 al orden colonial australiano. con otras realidades sociales y culturales en
En 1975 ese país adquirió la independencia y otras partes del m u n d o . Creo que Occidente es
los baruyas se convirtieron una mezcla de elementos
en ciudadanos de un nuevo reales e imaginarios, de he-
Maurice Godelier es jefe de estudios de
Estado Miembro de las N a - la Escuela de Altos Estudios en Ciencias chos y de normas, de m o -
ciones Unidas y un testi- Sociales, 54, boulevard Raspail, 75006 dos de acción y modos de
monio más de los progresos París, Francia. H a realizado diversos pensamiento que forman
estudios de campo con los Baruya, en
de Occidente en esta parte Papua-Nueva Guinea, en 1967-1969, y hoy una especie de esfera
del m u n d o . en repetidas ocasiones hasta 1988. Es de energía que atrae o re-
autor de numerosas obras y artículos pele, y que gira en torno a
Cabe preguntarse si a como, por ejemplo, La production des
partir del 9 de noviembre Grans Hommes: pouvoir et domination
tres ejes, tres bloques de
de 1989, fecha de la caída masculine chez les Baruya de Nouvelle- instituciones con su lógica,
del muro de Berlín, no es la Guinée (1982), y Big Men and Great sus representaciones y sus
Men: Personification of Power in Mela-
propia Europa la que ha nesia (co-ed., con M . Strathern, 1991).
valores propios, a saber: el
reanudado el proceso de H a recibido el Premio Humboldt en capitalismo, la democracia
occidentalización. Dividi- ciencias sociales. parlamentaria y el cristia-
do desde hace algunos de- nismo.
cenios en dos Europas, O c - El capitalismo, forma
cidente se reunifica y mañana tendrá un peso de economía mercantil m á s desarrollada que
aún mayor en el destino del m u n d o para mode- haya existido en la historia; la democracia par-
larlo a su imagen y en su interés. N o olvidemos, lamentaria, sistema de gobierno en el que, tan-
sin embargo, que la occidentalización no es ya to en su forma republicana como de monarquía
sólo característica de los pueblos de Occidente. constitucional, se confía el poder a represen-
Ahora es también producto de Oriente, de Ja- tantes elegidos por sufragio universal y se reco-
pón y de los cuatro o cinco pequeños dragones. noce que, en principio, todos los ciudadanos
La occidentalización no es, pues, una simple tienen iguales derechos y deberes ante la ley; y,
expansión de Occidente, ya que tiene lugar en por último, el cristianismo, religión que hace
sociedades que han conservado su soberanía hincapié en el pecado y en la salvación del indi-
política y su identidad cultural, uno de cuyos viduo, y al mismo tiempo predica que se debe
elementos decisivos es el budismo. La occiden- amar al prójimo c o m o a sí mismo y dar al César

RICS 128/Junio 1991


410 Maurice Godelier

lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. tre sí por numerosos lazos matrimoniales y aso-
En resumen, el poder actual de Occidente ciados en la defensa y explotación de los recur-
se basa en la combinación de esas tres realida- sos de un territorio c o m ú n . Varias tribus
des surgidas en momentos diferentes de su his- pueden tener la misma lengua y los mismos
toria y que sólo tardíamente se han encontrado principios de organización de la sociedad. Lo
y combinado. El cristianismo ejerce su influen- que las distingue y opone es el control de un
cia desde hace 2.000 años y surgió muchos si- sector de la naturaleza, de un territorio.
glos antes de que apareciera el capitalismo. Es- D e este m o d o , la identidad tribal es una rea-
te comenzó a desarrollarse antes del siglo XVI lidad mixta compuesta de una estructura cultu-
en el seno de sociedades señoriales y monárqui- ral y social y de la identificación con un territo-
cas. En sus orígenes no tenía, pues, ninguna re- rio conquistado o heredado de los antepasados,
lación con la democracia, y M a x Weber dudaba que debe transmitirse a los descendientes. Las
aún en 1906 de que hubiera un vínculo necesa- sociedades tribales han sido y siguen siendo
rio entre el capitalismo y la democracia. Los m u y diversas. Pero, en general, pueden clasifi-
ejemplos de Taiwan y Sudáfrica, lo demues- carse con arreglo a dos criterios: por una parte,
tran. Por otra parte, mientras Sudáfrica es cris- según sean o no soberanas de un territorio o
tiana, Taiwan no lo es. estén ya integradas en un estado precolonial cu-
Estos ejemplos negativos nos recuerdan que yo gobierno sea en general ejercido por una tri-
Occidente tiene también una faz sombría. bu dominante; y por otra, según el poder sea
El Occidente conquistador, colonial y despóti- compartido dentro de ellas, de m o d o m á s o m e -
co, que extrae sus riquezas de los recursos del nos uniforme, por todos los grupos o esté con-
resto del m u n d o , cierra los ojos cuando le con- centrado en manos de algunas personas en la
viene ante la falta de libertad y de derechos en cúspide de una jerarquía m á s o menos heredi-
los regímenes que la sirven o se asocian con él, taria. E n 1951 los Baruyas de Nueva Guinea
y fomenta no sólo el individualismo sino tam- eran un caso de sociedad tribal soberana sobre
bién el egoísmo. Esas denuncias no proceden su territorio, cuyos poderes rituales y políticos
sólo del Tercer M u n d o ; en Occidente, la igual- estaban principalmente en manos de un cierto
dad de derechos coexiste mejor o peor con una número de linajes descendientes de grupos con-
desigualdad a veces sorprendente en las condi- quistadores. Aquí analizaré las formas que han
ciones de vida, por lo que algunos siguen pen- asumido y las etapas que han recorrido los pro-
sando que la acumulación de capital se basa en cesos de occidentalización de esta sociedad tri-
parte en la explotación legal del trabajo. bal. N o utilizaré un método comparativo, sino
En definitiva, aunque Occidente no sea un la generalización a partir del descubrimiento
modelo sin fallos ni defectos, sigue atrayendo de los procesos que han actuado en este caso y
m á s de lo que rechaza. Sin embargo, c o m o toda que, c o m o se verá, se han producido y reprodu-
realidad histórica, corre el riesgo de ser un día cido en otros lugares.
desmantelado por la historia a causa de sus ¿Quiénes son los baruyas? U n a sociedad
contradicciones y ambigüedades. Después de que vive en dos valles altos (2.000 metros) en
lo que ha ocurrido en Berlín o en Bucarest, ese una cadena de montañas del interior de Nueva
día parece haberse retrasado varios decenios, o Guinea. Fueron descubiertos en 1951 por un
tal vez varios siglos. oficial australiano que había oído hablar de los
Habiendo dado esta definición de O c - batiyas, famosos productores de sal, y organizó
cidente, quiero referirme ahora a la occiden- una expedición militar para encontrarlos. E n
talización de las sociedades preindustriales 1951, la isla de Nueva Guinea estaba dividida
limitándome entre ellas a las tribales. Las socie- en tres regiones coloniales: Irian-Jaya, contro-
dades tribales constituyen aún una parte im- lada por los Países Bajos; Nueva Guinea, anti-
portante de muchas naciones de Africa, Asia, gua colonia alemana que la Sociedad de Nacio-
América y Oceania. nes había confiado en tutela a Australia
V e a m o s en primer término qué es una tri- después de la Primera Guerra Mundial; y Pa-
bu. Es una sociedad compuesta de un conjunto pua, antigua colonia británica «cedida» por
de grupos de parentesco unidos por los mismos Gran Bretaña a Australia en 1901.
principios de organización de la sociedad y los En 1951, la población baruya estaba inte-
mismos modos de pensamiento, vinculados en- grada por unas 1.800 personas agrupadas en
¿Es Occidente el modelo universal de la humanidad'' 411

Guerreros Baruya. Laumonier/D.R.

una decena de aldeas. La sociedad estaba c o m - trilineal y las mujeres están excluidas de la pro-
puesta por quince clanes, ocho de los cuales piedad de la tierra, del uso de las armas y de la
procedían de invasores que habían sometido a posesión de objetos mágicos, así c o m o de los
los grupos locales. La economía se basaba sobre rituales que, para los baruyas, aseguran el creci-
todo en una forma de agricultura extensiva de miento de los niños. El matrimonio consistía
q u e m a , pero los baruyas practicaban también en el intercambio directo de mujeres entre los
técnicas m á s intensivas de cultivo de regadío hombres. Cada tres años se realizaban grandes
en terrazas. La cría de cerdos dependía sobre ceremonias de iniciación de los hombres: con
todo del trabajo de las mujeres; la caza, practi- tal motivo toda la tribu, sin distinción de al-
cada exclusivamente por los hombres, tenía so- deas ni linajes, construía una gran casa ceremo-
bre todo una importancia ritual y servía para nial (la tsimia) que para los baruyas constituye
afirmar la superioridad masculina. A comien- un gigantesco «cuerpo» donde cada poste
zos del siglo x x , los utensilios eran aún de pie- representa a un joven de la tribu que va a ser
dra, hueso o madera. Pero los baruyas no te- iniciado.
nían en su territorio piedras buenas para E n resumen, éste es un ejemplo de pequeña
fabricar sus utensilios y las obtenían mediante sociedad local políticamente soberana que vive
el comercio de la sal que producían a partir de en u n a economía parcialmente autárquica,
las cenizas de una planta. puesto que asegura su subsistencia, pero depen-
La organización de la sociedad se basaba en de del comercio de la sal para procurarse uten-
el juego de relaciones de parentesco y de la sub- silios, armas, objetos rituales, etc., es decir, sus
ordinación general de un sexo al otro, de las medios de producción y destrucción, y los obje-
mujeres a los hombres. L a descendencia es pa- tos indispensables para su reproducción. Se
412 Maurice Godelier

trata de una sociedad sin clases, pero no iguali-formado ya, anteriormente, la vida de los baru-
taria. Existen diferentes tipos de desigualda- yas sin que ningún europeo hubiera aparecido
des: una general, entre hombres y mujeres; en la región. E n efecto, en los veinte años que
otra, entre los «grandes hombres» y los demás. precedieron el contacto, los baruyas habían ob-
Los «grandes hombres» pueden serlo por su tenido, gracias al comercio de la sal, hachas y
función o por sus méritos; son los maestros del machetes de acero fabricados en Sheffield o en
ritual, que han heredado de sus antepasados los Solingen, en una Europa industrial cuya exis-
objetos sagrados necesarios para el crecimiento tencia ignoraban. Al percatarse de la eficacia de
de los niños y para la lucha contra los malos estas nuevas herramientas, habían desechado
espíritus; o son los grandes guerreros que han los útiles de piedra tradicionales. Las herra-
matado a muchos enemigos o los cazadores de mientas de acero, m á s eficaces les permitían
casuarios, pues el casuario no es solamente un ganar un tiempo que dedicaban a guerrear un
animal de caza, sino también una mujer salvaje poco más, o a no hacer nada. Sin embargo, para
que vaga por los bosques de Nueva Guinea. E n procurarse las nuevas herramientas, se veían
cuanto al universo, los baruyas no tenían no- obligados a producir más sal. Las mujeres, ex-
ción de la creación del m u n d o . Creían que des-
cluidas por tradición de la tarea de talar árbo-
pués de una época en la que el cielo y la tierra les, habían seguido utilizando sus instrumentos
estaban confundidos y los animales y los h o m - de madera y, en la medida en que los baruyas
bres vivían juntos y hablaban la misma lengua, desbrozaban m á s terrenos y criaban un número
el actual orden del m u n d o se había creado mayor de cerdos, la introducción de los instru-
cuando el sol y la luna se habían separado ele- mentos de los blancos representaba para ellas
vándose sobre la tierra y empujando el cielo un mayor trabajo.
delante de ellos. El sol y la luna son para los Así, sin saberlo, al abandonar sus antiguos
baruyas potencias, divinidades lejanas, pero útiles de piedra, los baruyas habían iniciado ya
cuya acción es positiva. Por ejemplo, el sol in- su dependencia material y económica de Occi-
terviene en el vientre de las mujeres para en- dente. Alfinalde esta época ocurrieron otros
gendrar a los niños conjuntamente con el esper- hechos sorprendentes. U n día, vieron en el cie-
m a del hombre. L o que preocupa y atemoriza a lo dos grandes pájaros que se perseguían escu-
los baruyas son los malos espíritus del bosque y piendo fuego y quedaron aterrados. Se trataba
las cavernas y, sobre todo, los espíritus de los de un episodio de la Segunda Guerra Mundial,
muertos. un combate aéreo entre japoneses y australia-
Señalemos que entre los baruyas no existe nos que probablemente ocurrió en 1943. M á s
un lazo directo entre la economía y el parentes- tarde Dawatnié, un baruya que visitaba a sus
co, entre la producción de riquezas y la repro- vecinos del norte, los watchakes, con motivo
ducción de la vida: una mujer sólo puede ser del comercio de la sal, fue conducido por ellos a
cambiada por otra mujer. Por el contrario, en la cumbre de una montaña desde donde pudo
muchas otras sociedades de Nueva Guinea o de ver en el valle algunos de esos grandes pájaros
Africa, la mujer se cambia por bienes: el precio en cuyo vientre penetraban seres de forma hu-
de la novia. El contacto con Occidente ha teni- m a n a . A su regreso, contó lo que había visto y
do c o m o efecto inmediato la gigantesca infla- así, ya antes de encontrarse con los europeos,
ción de las prestaciones económicas relaciona- los baruyas tenían noticias de la existencia
das con el matrimonio. Esto nos recuerda que de seres sobrenaturales de forma h u m a n a y
hay muchas situaciones iniciales sobre las que piel clara que vivían en los grandes pájaros de
ha influido Occidente. fuego.
La occidentalización de los baruyas se ha En 1951 tuvo lugar la llegada del primer
producido en cuatro etapas y bajo la influencia blanco, Jim Sinclair, a la cabeza de una colum-
de fuerzas distintas que han actuado ya en for- na de soldados y portadores. E n esa época, los
m a separada y sucesiva, ya conjuntamente. baruyas estaban en guerra con sus vecinos, cu-
yas aldeas fortificadas estaban en la cima de las
* * * montañas, del otro lado del m i s m o valle. El
blanco instaló un campamento y, en su centro,
El encuentro de los dos mundos tuvo lugar un mástil donde izó la bandera australiana. Ali-
en 1951. Sin embargo, Occidente había trans- neó a su tropa y le hizo presentar armas a la
¿Es Occidente el modelo universal de la humanidad? 413

bandera. Los baruyas quedaron deslumbrados Majestad la Reina de Inglaterra. Por desgracia,
por el brillo de las bayonetas; a la mañana si- en el viaje de regreso uno de esos hombres fue
guiente, al izarse la bandera, el guerrero Bwari- atacado por guerreros de la tribu enemiga
mac entró en trance; creía estar poseído por el Youndouyé, con la que la suya estaba en guerra
poder del blanco que había revelado el destello en el m o m e n t o de llegar los blancos, resultó
de las bayonetas. E n ese momento, los baruyas muerto y su cuerpo fue arrojado a los perros.
tuvieron la idea de matar al blanco y su tropa. Al recibir la noticia, el oficial organizó una
Pero Jim Sinclair, sin conocer esas intenciones, expedición punitiva; tres personas fueron
pidió que trajeran varios escudos sólidos y que muertas, entre ellas una mujer, y una columna
algunos guerreros dispararan susflechascontra de prisioneros fue llevada al puesto de m a n d o .
ellos; luego ordenó a sus soldados que abrieran Entre ellos se encontraba un gran shamán; con-
fuego sobre los escudos y éstos saltaron en pe- vencido de que podía escapar volando, pues el
dazos. Ante tal demostración de fuerza, los ba- espíritu de los shamanes es un pájaro, se lanzó
ruyas renunciaron a su proyecto de matanza. con las m a n o s atadas desde lo alto de un acanti-
Así a la subordinación material de los baruyas lado. Se aplastó contra el suelo y no murió, pe-
con respecto a las herramientas producidas en ro quedó horriblemente mutilado. Otro inci-
Occidente vino a añadirse en 1951 una nueva dente, ocurrido esta vez entre los baruyas,
dimensión: la subordinación militar. permitió a las tribus locales medir de nuevo la
Treinta años m á s tarde, después de la inde- fuerza y determinación de los blancos. C o m o
pendencia, la situación ya no sería la m i s m a consecuencia del suicidio de una mujer, había
cuando los baruyas y sus vecinos volvieron a estallado una batalla entre los habitantes de su
guerrear. El gobierno envió a un destacamento aldea y los de la aldea del marido. El oficial
al m a n d o de un oficial para detener a los «agi- encargado incendió la aldea de quienes creía
tadores». Los soldados amenazaron con dispa- que habían provocado esa batalla, es decir, la
rar sobre la multitud. Los baruyas explicaron aldea de la muerta. Por desgracia para los baru-
que no tenían miedo, pues eran demasiado nu- yas, en el incendio desaparecieron dos cosas sa-
merosos para que los mataran a todos y que, de gradas: los dedos secos de un gran guerrero que
todas maneras, el oficial y sus soldados sucum- había dirigido la conquista del territorio por los
birían rápidamente ante el mayor número. antepasados y, lo que era m á s grave, las piedras
Pero volvamos a 1951. Cuando vieron al de sílex que servían para encender el fuego sa-
primer blanco de carne y hueso, los baruyas ex- grado en las iniciaciones, y que explotaron en-
perimentaron un gran cambio de actitud. Des- tre las llamas. El oficial no se enteró nunca de
cubrieron que se trataba de un hombre c o m o ello.
ellos y no de un ser sobrenatural, que era un Así, pues, m u y pronto, en los primeros m e -
hombre superior a ellos pero de ningún m o d o ses de la colonización, las tribus locales perdie-
un espíritu ni un Dios. ron un atributo fundamental: el derecho a dis-
Pasaron algunos años sin que los blancos poner de su propia existencia, el derecho a
volvieran a aparecer, hasta que en 1960 una aplicar sus leyes en su propio territorio; en una
imponente columna de soldados y portadores palabra, perdieron lo que llamaríamos la sobe-
dirigida por un oficial llegó al valle de W o n e n a - ranía política y la autonomía cultural.
ra, en la frontera entre los baruyas y sus enemi- C o m e n z ó entonces el censo sistemático de
gos. Se trataba de un lugar llano donde las tri- las poblaciones, pues u n Estado sólo puede
bus acostumbraban a librar batalla y por ser ejercer su poder sobre personas censadas. H a -
llano fue elegido por los blancos para establecer biéndose impuesto la paz, se obligó a los habi-
una pista de aterrizaje. En uno de sus extremos tantes de las aldeas a descender a los valles para
se construyó un puesto de m a n d o . U n a parte de facilitar su censo y control. Se les impuso la
la tropa visitó a las tribus para identificarlas y obligación de someterse al censo y a la ley, la
comunicarles que en lo sucesivo no estaban au- prohibición de hacerse justicia por sí mismos.
torizadas a luchar. El oficial responsable de ese Los baruyas acababan de entrar en contacto
enclave administrativo convocó a los represen- con una institución que ha jugado un gran pa-
tantes de las diversas tribus para explicarles la pel en la evolución de la humanidad y que es un
nueva situación y les despidió tras conferirles símbolo de civilización, el Estado. Natural-
el título de «jefe de aldea» en nombre de Su mente, el Estado que los había descubierto era
414 Maurice Godelier

colonial y autoritario pero, para los europeos y al que, según comprendieron rápidamente, ya
representaba una etapa necesaria hacia el Esta- no podrían escapar. Los soldados, los evange-
do democrático y parlamentario que debía im- listas, los portadores, negros c o m o ellos y pro-
plantarse después de la independencia. cedentes de tribus desconocidas, eran la prueba
En 1966 hizo su aparición sobre el terreno de ello. Enviaron así a los muchachos a la es-
otro componente del concepto de Occidente, el cuela sin iniciarlos o reduciendo su iniciación a
cristianismo. Unos misioneros luteranos vinie- algunas horas y algunos ritos, mientras que, se-
ron a instalarse cerca del puesto de m a n d o y gún la tradición, un varón debía ser separado
construyeron al m i s m o tiempo una misión de su madre y del m u n d o de las mujeres hacia
y una escuela. Traían con ellos a evangelistas de los nueve años y vivir en la casa de los hombres
tribus de la costa, cristianizadas desde hacía hasta los veinte, edad en la que contraía matri-
m u c h o tiempo, e instalaron a uno de esos evan- monio.
gelistas en cada aldea para predicar la palabra Ello no impidió que el principal shamán de
del Señor. La predicación se hacía en «pidgin» los baruyas enviara a su hijo a la escuela. Vein-
que se enseñaba en la escuela, junto con los ru- te años más tarde, el joven había llegado a ser
dimentos de cálculo y de escritura. Los baruyas pastor, volvió a la tribu y se convirtió en adjun-
y las tribus vecinas acogieron con satisfacción to del misionero alemán que dirigía la misión
esa iniciativa y m u y pronto m á s de un centenar luterana. Por entonces, dos clanes de baruyas,
de niños frecuentaba la escuela. Al cabo de dos que, alentados por el gobierno, habían creado
años, los mejores alumnos fueron enviados a una cooperativa de compra y venta le confia-
una escuela secundaria de la misión en una ciu- ron la gestión. Pero el joven pastor fue expulsa-
dad del interior. Algunos muchachos de esa pri- do de la misión por haber dejado embarazada a
mera promoción llegarían a ocupar puestos de la madre de su mujer; más tarde tuvo que aban-
ingeniero forestal, profesor de matemáticas, donar también su otra función bajo la sospecha
policía e incluso uno el de pastor. de haber malversado los fondos de la cooperati-
Mientras los niños cursaban sus estudios, va. En la actualidad vive en la aldea, ha tomado
los misioneros les prohibieron que volvieran a una segunda esposa y sigue teniendo una indis-
la tribu para participar en las iniciaciones. Se cutible autoridad.
les decía que sus antepasados adoraban a dio- En 1965, la administración empezó a reclu-
ses falsos y que, sin saberlo, sus padres y ellos tar hasta el 30 % de los hombres de algunas al-
mismos habían vivido hasta entonces en el pe- deas para enviarlos a trabajar en las plantacio-
cado. Se creó así una escisión entre los jóvenes nes de la costa. Muchos baruyas se presentaron
que habían permanecido en el bosque con sus voluntarios, pues querían ver m u n d o . Su perío-
padres los «bush-kanaka» y la minoría de los do de trabajo era de dos años. La administra-
alumnos de las escuelas, que habían empezado ción no permitía que los indígenas renovaran
a evolucionar. D e estos últimos, algunos pro- sus contratos, pues temía que comenzaran a or-
clamaron que se debían abandonar las costum- ganizarse si permanecían demasiado tiempo en
bres de los antepasados y que despreciaban el la misma plantación. Los hombres recibían alo-
taparrabo de sus padres. Pero quince años m á s jamiento en barracas, alimentos y algunos dó-
tarde, casi todos volvieron por su propia volun- lares por semana. Al término del contrato, se
tad a participar en las grandes iniciaciones. V e - les daba la suma de 200 dólares australianos
remos por qué. «Kanaka» viene de «canaque», que podían gastar como quisieran. E n su m a y o -
que en francés designa a las tribus de Nueva ría, dedicaban parte de ese dinero a comprar
Caledonia. El término fue tomado por la admi- herramientas, mantas o paraguas que distri-
nistración australiana para designar a las tribus buían al volver a la aldea. Se puede decir que
del bosque que acababan de ser pacificadas. los baruyas se habían convertido en trabaja-
Los baruyas se convirtieron así en «bush-kana- dores asalariados que vendían libremente su
ka», primitivos que vivían en el bosque. trabajo.
Ahora bien, se trataba de los mismos «bush- En realidad, el dinero o las raciones alimen-
kanaka» que habían tomado rápidamente la tarias que recibían no eran el equivalente de un
decisión de escolarizar a una parte de sus hijos, verdadero salario. Se les había aplicado la dis-
lo que demuestra una voluntad de insertarse en ciplina de un trabajo a destajo, continuo y en-
el m u n d o nuevo que se les imponía o proponía cuadrado por capataces, práctica ajena a sus
¿Es Occidente el modelo universal de la humanidad? 415

formas tradicionales de trabajo. Habían descu-


bierto el mar, cuya existencia ignoraban, los
buques y los aviones. Pero al regresar en 1967,
muchos de ellos declararon que no volverían a
ir aunque se les pidiera.
Después de los militares, los misioneros y
los funcionarios, en 1967 llegó un universita-
rio, un antropólogo. Era yo. C o n m i llegada.
Occidente completaba su presencia: después de
las formas de poder, llegaba una forma occi-
dental del saber. Al cabo de unos meses, el ofi-
cial del destacamento m e pidió que le indicara
quiénes eran los verdaderos jefes guerreros,
pues era evidente que los baruyas habían pro-
puesto c o m o jefes de aldea a hombres sin im-
portancia. Por su parte, los misioneros desea-
ban saber qué ocurría durante las ceremonias
de shamanismo y quiénes eran los «brujos».
Entonces yo invoqué, c o m o los médicos, el se-
creto profesional para justificar mi silencio.
En 1968, la administración, deseando pro-
mover el desarrollo, organizó grandes campa-
ñas para incitar a las tribus a plantar café y dis-
tribuyó gratuitamente miles de plantas de
cafeto. Ingenieros agrónomos les explicaron
cuáles eran los suelos y las exposiciones que
convenían para su cultivo. En esa época, el café
obtenía buenos precios porque Brasil padecía
una crisis de producción, de lo cual los baruyas
Haciendo buen uso de los productos de la modernidad:
no tenían la menor idea. C o m o productores de U n guerrero de Papua - Nueva Guinea protege su m u ñ e -
sal, los baruyas sabían ya lo que era producir ca con una lata de conservas. Griffiths/Magnum.
para el intercambio y la venta. Pero la sal era a
la vez una mercancía y su moneda. C o n el café,
producían una mercancía que ellos mismos no en lo relativo a las tierras para la producción de
consumían y de la que obtenían una m o n e d a sal. En una palabra, los baruyas comenzaron a
producida y controlada por otros. makim bisnis (hacer negocios), según una fór-
Los baruyas se pusieron a plantar cafetales mula difundida en las regiones colonizadas
con la idea de que podrían obtener dinero sin desde hacía m u c h o tiempo. Pero hacer negocio
abandonar sus valles y sin sufrir la disciplina de en esos casos consistía en vender a los blancos:
trabajo en las plantaciones. Pero m u y pronto se no significaba todavía vender a un hermano,
planteó un problema: algunos linajes poseían vender a un miembro de la tribu, vender a u n
tierras aptas para el café y otros no. Al comien- baruya.
zo se aplicó la antigua regla de reciprocidad en- Ese paso se dio cuando los baruyas decidie-
tre linajes aliados por el matrimonio, y los lina- ron vender la carne de un cerdo. El cerdo era
jes que poseían tierras buenas permitían a sus desde siempre objeto de regalo entre parientes,
cuñados plantar cafetos en ellas. Pero el cafeto aliados, iniciados, etc. Vender carne de cerdo
vive unos 20 años. Permitir el uso de la tierra significaba transformar un objeto de regalo en
para plantar cafetos era algo totalmente dife- mercancía y aceptar la idea de que cualquier
rente a cederla para plantar camotes u hortali- persona con dinero puede presentarse para ad-
zas que se cosechan al cabo de una temporada. quirir esa mercancía, aunque no tenga ningún
Se estableció una diferenciación económica en- lazo personal con el propietario del cerdo. L a
tre linajes e individuos que no existía en el mar- mercancía impersonal y el homo economicus
co de la agricultura de subsistencia aunque sí abstracto acababan de surgir en una sociedad
416 Maurice Godelier

cuyo funcionamiento se basaba tradicional- inmediato en Miembro de las Naciones Uni-


mente en las relaciones personales. das. Era la época de las descolonizaciones, y la
A fines de 1968, Australia decidió organizar independencia les era otorgada por el Gobierno
elecciones en todo el país para establecer una laborista de Australia. Para los baruyas, el pe-
asamblea de representantes de las regiones, pri- ríodo colonial había durado m u y poco: quin-
mer paso en el aprendizaje de una democracia ce años. Otros quince años han transcurrido
parlamentaria que después de la independen- desde entonces. ¿Cuál es la situación de los
cia debía sustituir a la administración colonial. baruyas?
En el país ya existían partidos, entre ellos el Pocos meses antes de que se proclamara la
P A N G U que reclamaba la independencia y cu- independencia, Dick Lloyd, misionero del
yo secretario, Michael Somaré, oriundo del Se- Summer Institute of Linguistics que desde fines
pik, llegaría a ser Primer Ministro del primer de 1951 había sido el primer europeo con resi-
Gobierno independiente de Papua-Nueva Gui- dencia permanente entre los baruyas y había
nea. Pero, en 1968, los baruyas no sabían nada aprendido su lengua, volvió con el primer libro
de la existencia de esos partidos ni del significa- impreso en esa lengua, una notable traducción
do de las elecciones. Y o tuve la suerte de estar del Libro del Génesis de la Biblia. E n ese m o -
presente cuando se celebraron. mento, de los pocos baruyas que sabían leer y
Las diversas tribus de la región fueron reu- escribir sólo dos eran cristianos. Para ser bauti-
nidas en lugares de fácil acceso en las monta- zado el hombre polígamo debía repudiar a to-
ñas. U n funcionario europeo llegó con intér- das sus esposas, salvo a una. Repudiar a una
pretes e instaló una oficina de voto en una car- mujer significa romper la alianza establecida
pa. Explicó que todos los adultos censados con otro grupo al que se ha dado la propia her-
debían votar y que de ese m o d o enviarían a la m a n a . Significa trastornar la condición de los
capital representantes que defenderían sus in- niños nacidos de esa mujer. Para los baruyas,
tereses ante el Gobierno. Teniendo en cuenta todo ello era m u y difícil. Por otra parte, tampo-
que nadie o casi nadie sabía leer y por consi- co entendían m u y bien la guerra que libraban
guiente no podían elegir entre los boletines de entre sí los misioneros blancos de las sectas
voto, se expusieron carteles donde figuraban protestantes, los Adventistas del Séptimo Día,
nueve retratos de candidatos, blancos y negros, los Luteranos y las New Tribes Missions, por
desconocidos para esas tribus. El funcionario ganar prosélitos entre ellos.
dio algunas informaciones sobre los candidatos Por entonces, la misión luterana dirigida
y sus programas. Luego se llamó a cada hombre por un alemán que había escapado de la R e p ú -
y cada mujer por su nombre y se le pidió que blica Democrática Alemana estableció un al-
señalara una de las fotos. Los hombres se m o s - macén comercial al lado de la misión. Se invir-
traban tímidos, las mujeres, asustadas. Por tieron 200 dólares para adquirir las mercancías
ejemplo, una de ellas puso el dedo entre dos habituales: cuchillos, arroz, paraguas, etc.
fotos. Se oyeron voces de protesta y entonces Cuando se vendió la primera partida, el dinero
ella puso el dedo, al azar, sobre una de ellas: fue reinvertido para adquirir otra... Alfinaldel
había «votado». Esos fueron los primeros pa- año, el misionero tenía entre dinero y mercan-
sos en el aprendizaje del parlamentarismo. M á s cías el equivalente de 14.000 dólares. Ese nego-
tarde, los baruyas han llegado a entender m u y cioflorecientele fue reprochado por el misio-
bien las ventajas de tener su propio represen- nero estadounidense de las New Tribes Mis-
tante en la Asamblea Nacional. Pero tropiezan sions, quien proclamaba que él vivía en la
con dos problemas aún no resueltos. Sería ne- pobreza. El porcentaje de beneficios que ello
cesario que los diferentes linajes se entendieran representa es considerable, pero de todos m o -
entre sí para presentar un solo candidato, y que dos m u c h o menor que el de las grandes c o m p a -
este candidato contara con los votos de otras ñías comerciales australianas instaladas en las
tribus para ser elegido. Cada tribu desea que el ciudades, c o m o Burns Philips y Steamships.
diputado sea uno de sus miembros y cada linaje Se celebraron nuevas elecciones para la pri-
pretende lo mismo. mera asamblea de Nueva Guinea independien-
En 1975, sin que lo hubieran pedido ni de- te. Los Baruyas votaron por un hombre joven,
seado, los baruyas llegaron a ser ciudadanos de brillante, «Peter», asistente médico miembro
una nación independiente que se convirtió de de una tribu tradicionalmente enemiga, los
¿Es Occidente el modelo universal de la humanidad'' 417

Andjés, y que fue elegido diputado. Al m i s m o shamanes y organizaron grandes ceremonias


tiempo, le dieron una mujer. Por desgracia. Pe- que habitualmente se celebran cada ocho o diez
ter murió tres años después en un accidente de años. N o había muchos voluntarios, pues en es-
avión y su sucesor procedía de una tribu con la te pueblo el shamán debe quedarse en la tribu
que los baruyas tenían pocas relaciones. para protegerla contra los ataques de los malos
Después de la independencia siguió a u m e n - espíritus y luchar todas las noches contra los
tando el n ú m e r o de alumnos de las escuelas, brujos de las tribus vecinas que procuran extra-
incluyendo a niñas que por primera vez en la viar el espíritu de los baruyas o devorarles el
historia de los baruyas competían directamente hígado. Los jóvenes preferían viajar o tenían
con los varones en el aprendizaje de la lectura, menos confianza que sus mayores en los pode-
la escritura, el cálculo y hasta la carrera pedes- res de los shamanes. Estos declaraban que sus
tre. M u c h o s hombres jóvenes fueron a trabajar poderes n o eran ya los m i s m o s desde la llegada
en las plantaciones o buscaron empleo en la de los blancos, aunque se había llegado a un
ciudad. Los de m á s edad quedaron en la aldea y compromiso con la medicina de los europeos.
siguieron plantando café. Pero muchas cosas La población asistía al dispensario médico para
estaban cambiando en el país. M u c h a s planta- hacerse tratar las fracturas, heridas e infeccio-
ciones de la costa, vendidas por los europeos nes y consultaba al shamán para los dolores in-
que habían partido en masa después de la inde- ternos, signo de envenenamiento por brujería.
pendencia, habían sido adquiridas por los «big Así iban las cosas, cuando en 1986 volvió a
m e n » de las tribus locales. La presencia directa plantearse de manera brutal un problema, n o
de los europeos disminuía. E n las ciudades, la resuelto durante el período colonial, relativo a
inseguidad y la delincuencia aumentaban. El unas tierras que bordeaban un río y eran aptas
alcohol, que antes estaba reservado a los blan- para el cultivo del café. Los yuwarrunatché, ve-
cos y a algunos indígenas en las tabernas, pasó cinos y enemigos de los baruyas, que a la llega-
a ser de venta libre. Las iniciaciones, que entre da de Jim Sinclair acababan de perder la guerra
los baruyas nunca habían cesado en el período y esas tierras, decidieron recuperarlas por las
colonial pero cuyas ceremonias se desarrolla- armas cuando comprobaron que el nuevo Esta-
ban lejos de la mirada de los misioneros y los do no tenía la m i s m a fuerza que el Estado colo-
militares, volvieron a difundirse, pero siempre nial. La guerra estalló nuevamente.
amputadas de los rituales asociados con la gue- Los enemigos incendiaron la aldea baruya
rra, ahora prohibida, y con la homosexualidad m á s próxima a la frontera y acribillaron a fle-
entre los iniciados, que se practicaba cada vez chazos a un guerrero baruya diciéndole que
menos. E n ese m o m e n t o , algunos de los baru- volviera al territorio de sus antepasados con-
yas que habían cursado estudios y habían llega- quistadores de esas tierras. Todas las escuelas
do a ser policías, enfermeros, maestros, volvie- cerraron, las aldeas se replegaron a la cumbre
ron para participar en las instalaciones. Eran de las montañas y se rodearon de empalizadas
los mismos que veinte años antes despreciaban infranqueables. El hospital y la pista de avia-
las costumbres ancestrales. Fue uno de ellos ción dejaron de ser accesibles para los baruyas,
quien explicó en 1979 a los demás hombres de pues estaban demasiado cerca del territorio
la tribu y los jóvenes iniciados que las iniciacio- enemigo. Ningún avión aterrizaba para trans-
nes debían mantenerse porque era necesaria portar el café de los baruyas. La carretera que la
una fuerza que permitiera resistir a la vida de administración colonial había hecho construir
las ciudades, a la falta de trabajo y de dinero; por los baruyas y sus vecinos fue cortada por
añadió que era preciso apoyarse mutuamente; éstos, que destruyeron los puentes, y dejó de ser
y exclamó en mi presencia: « D e b e m o s sacar utilizable después de la primera temporada de
fuerza de nuestras costumbres, buscar apoyo en lluvias. Se originó un proceso de involución
lo que los blancos llaman "cultura"». que duró hasta 1988.
Las cosas siguieron evolucionando de esa Los baruyas tuvieron seis o siete muertos en
manera contradictoria; los baruyas se apoyan batallas diversas y los enemigos, cuatro; entre
en algunos aspectos de su cultura y abandonan ellos, el principal guerrero. Pero ya no era la
otros. L o que conservan se empieza a mezclar m i s m a guerra que antaño. Y a no se mataba a
con ideas y prácticas venidas de Occidente. E n las mujeres y a los niños, pues ello provocaba
1980, los baruyas decidieron iniciar a nuevos habitualmente la intervención de la policía. D e
418 Maurice Godclier

hecho, ésta se trasladó dos veces en helicóptero bían llevado para vender y que, por otra parte,
para detener a los agitadores, pero encontró las no se había producido para la venta. En el pla-
aldeas desiertas y se limitó a incendiar algunas no económico estos intercambios mercantiles
casas. tienen un carácter marginal, pero en el plano
Por último, en 1988, sin que se declarara social y psicológico revelan la voluntad de imi-
una verdadera paz, se estableció una larga tre- tar al m u n d o occidental e integrarse en él, de
gua. La pista de aviación volvió a ser accesible, m o d o m á s simbólico que real.
pero los baruyas habían aprendido una lección A mi juicio, esta m i s m a voluntad de inte-
de la guerra y desde 1987 habían comenzado a gración explica un fenómeno nuevo y de gran
construir su propia pista de aterrizaje cerca de importancia. C o m o se recordará, en 1975 sólo
la aldea m á s alejada de los enemigos, en una había dos baruyas bautizados. A partir de 1988
meseta elevada en la montaña. E n 1990 esta (cuando ya no habían misioneros europeos en
pista está en funcionamiento. E n resumen, la la región) en casi todas las aldeas se han erigido
vida comenzó y las transformaciones que la Haus Lotit, iglesias de madera y paja. M u c h o s
guerra había frenado por un m o m e n t o prosi- jóvenes y algunas mujeres de edad se reúnen los
guieron con una intensidad nueva. Señalaré al- domingos en esas iglesias. U n o que sabe leer el
gunas de esas transformaciones. «pidgin» recita la Biblia, y se canta en «pidgin»
Los baruyas cultivan cada vez más café, lo o en baruya para agradecer a Dios que haya
que es un trabajo de hombres. Pero luego, el traído la vida y la luz y pedirle que perdone los
mayor trabajo de cosechar, secar y descortezar pecados de sus criaturas. En 1988 se m e mostró
los frutos del café queda a cargo de las mujeres una larga lista de nombres de baruyas candida-
y las niñas. Pero han comenzado a participar tos al bautismo. E n su mayoría quieren entrar
también en esa tarea algunos hombres para en la Iglesia Luterana; algunos desean pertene-
quienes producir café y ganar dinero se ha con- cer a una secta estadounidense que ha hecho su
vertido en una especie de pasión. Algunos han aparición en el país, «The Church O f Christ».
ahorrado ya el equivalente de 500 a 1.000 dóla- Entre los candidatos hay muchos nombres de
res. H a n aprendido a vender en el m o m e n t o hombres casados y polígamos. Ante m i sorpre-
apropiado: escuchan la radio para conocer la sa, m e explicaron que ahora se podía ser políga-
cotización del café en Goroka, ciudad que se m o y recibir el bautismo. N o creo que sea ver-
encuentra a media hora de vuelo. Hasta ahora dad, pero los baruyas sí lo creen y ello les facili-
no han hecho casi nada con su dinero. Para evi- ta la conversión al cristianismo. ¿A qué se debe
tar los robos, la administración aconseja que lo ese deseo cada vez m á s difundido de recibir el
depositen en libretas de ahorro que distribuye. bautismo? N o m e lo puedo explicar. Los baru-
El dinero se transfiere luego a la ciudad. yas no parecen comprender el concepto de pe-
Los baruyas han continuado asociándose cado, y sus nuevos sentimientos cristianos no
para abrir pequeños comercios donde venden les impiden aplaudir cuando se mata a sus ene-
m u y caros los productos habituales c o m o migos, se queman sus aldeas, o se roban sus cer-
arroz, jabón, keroseno, cerillas, que hacen ve- dos. A mi juicio, ése es otro aspecto de su deseo
nir en avión de la misión. Sin embargo, esos de integrarse en el m u n d o occidental, en el
comercios quiebran a m e n u d o , pues quienes m u n d o contemporáneo. Es quizás significativo
los administran utilizan las mercancías o hacen que para ir a rezar los baruyas se vistan a la
regalos sin pagar. Cada vez con m á s frecuencia, europea y las mujeres se cubran los senos con
los baruyas matan cerdos para vender la carne una blusa. Los futuros bautizados piensan en el
a precios m u y elevados. La regla es ganar lo nombre cristiano que recibirán: John, Samuel,
m á s posible makim bisnis (haciendo negocios). Mary, etc.
También las mujeres han ingresado en la eco- Sin duda, lo que m á s ha cambiado entre los
nomía mercantil. Casi todos los días vienen baruyas son las relaciones entre hombres y m u -
por decenas a instalarse cerca del centro médi- jeres y entre generaciones. Aunque los m u c h a -
co y poner en venta algunos kilos de batatas o chos que permanecen en la aldea siguen some-
de bananas. Esperan al cliente mientras se tiéndose a los rituales de iniciación y habitan
cuentan las últimas novedades. A mediodía, re- en la casa de los hombres, de la que sólo debe-
gresan a sus aldeas, en la mayoría de los casos rían salir para ir al bosque, evitando todo con-
sin haber vendido nada. Consumen lo que ha- tacto con las mujeres, se los ve recorrer la aldea
,Es Occidente el modelo universal de la humanidad? 419

y conversar con las muchachas. E n una aldea, a las órdenes de su antigua metrópoli colonial.
las muchachas han formado incluso un equipo Pero todo ello está aún m u y por encima de la
de baloncesto y practican en el mismo terre- comprensión de los baruyas. Señalemos de pa-
no que los varones, lo que es poco común. D e so que la implantación y el mantenimiento de
ese m o d o pueden intercambiar bromas y mira- una democracia parlamentaria son tal vez posi-
das, cosa que cinco años antes habría sido im- bles debido a que en un país de montañas y de
posible. junglas, donde es m u y difícil circular, existen
Tal es la situación de los baruyas cuarenta más de 750 tribus de dimensiones y lenguas di-
años después de que un blanco, a la cabeza de ferentes, de las que ninguna ha podido nunca
una columna de soldados y portadores, apare- establecer una hegemonía permanente ni si-
ciera sobre una de las montañas e izara la ban- quiera sobre algunas de las demás. En otras
dera en medio del valle. Su sociedad no ha de- partes del m u n d o , en Africa o Asia, donde an-
saparecido: se mantiene, e incluso ha aumenta- tes o después de la colonización europea una
do el número de sus miembros, pero su m o d o etnia tenía un poder sobre las demás, hemos
de vida y sus maneras de pensar se han trans- visto surgir después de la independencia m u -
formado y alterado de manera irreversible. Los chos regímenes de partido único y de parla-
baruyas no han sufrido esas transformaciones mentos títeres.
pasivamente. H a n contribuido a ellas, son en Pero en Nueva Guinea, los mismos factores
parte sus autores, tanto el gran shamán que en- que han favorecido la implantación de la de-
vió a su hijo a la escuela c o m o el huérfano que mocracia parlamentaria limitan su eficacia. El
ha llegado a ser profesor de matemáticas en la Estado poscolonial no tiene los medios mate-
Universidad de Port Moresby después de cur- riales ni humanos para estar presente en todas
sar estudios en Australia. Pero si bien saben partes y hacer aplicar sus leyes. Habiendo c o m -
adaptarse y «fabricar» una sociedad, los baru- prendido rápidamente esa situación, las tribus
yas no dominan ya la evolución de su propia han vuelto a resolver los problemas que tenían
sociedad. Esta se encuentra ahora sometida a con sus vecinos mediante la violencia c o m o en
enormes fuerzas externas que han penetrado en los viejos tiempos. La guerra entre los baruyas
ella y la dirigen, fuerzas que proceden todas de y los yuwarrunatchés es un ejemplo de este m o -
Occidente y que han integrado esta pequeña so- vimiento general. El Estado se percibe a la vez
ciedad a la lógica del desarrollo cada vez mayor c o m o potencia abstracta y lejana, que más bien
de Occidente. Cabe señalar que en el Pacífico, conviene evitar, y c o m o fuente misteriosa y ca-
Occidente no es sinónimo de Europa, pues la si inagotable de dinero y asistencia, que es ne-
mitad de las mercancías que se venden en N u e - cesario explotar al máximo. Cada tribu invoca
va Guinea provienen de Japón. su derecho a obtener lo mismo que las demás y
Veamos ahora, en una rápida reseña, los as- cada una procura obtener m á s que las demás.
pectos de esos procesos, ya irreversibles, de su- También los baruyas han aprendido las reglas
misión e integración a Occidente. Los baruyas de este juego.
ya no producen sus propias herramientas y se- Subordinados económica y políticamente a
rían incapaces de fabricar los antiguos utensi- Occidente, los baruyas lo están también en el
lios de piedra y servirse de ellos. Necesitan una plano cultural. Aprenden a leer y escribir en
moneda que no es la propia y para ganarla de- «pidgin», lengua colonial compuesta de inglés
ben transformarse en trabajadores asalariados chapurreado y de malayo, similar a los dialec-
no calificados y mal pagados, o en pequeños tos criollos del francés y el inglés que se hablan
productores de un café que no consumen y que en las Antillas. Para cursar estudios secunda-
otros exportan al mercado mundial. rios y superiores, los baruyas deben aprender el
Los baruyas han llegado a ser ciudadanos de inglés, única lengua que permite, tanto a ellos
un Estado cuyos principios y modelos vienen c o m o a nosotros, comunicarse con el resto del
de Occidente, que procedió a implantarlos an- m u n d o . Pero lo m á s importante no es esto; es la
tes de otorgar la independencia a esta nación erosión general y el desmantelamiento de la
artificialmente creada. Después de la indepen- cultura más íntima de los baruyas y la destruc-
dencia, Australia continúa sufragando un ter- ción ya irremediable de algunos de sus elemen-
cio del presupuesto del nuevo Estado, lo cual tos. Y ello a pesar de que muchos de los baruyas
no significa que éste se encuentre simplemente están orgullosos de sus costumbres y no se
420 Maurice Godclier

muestran pasivos ni indiferentes ante su desa- sada por las mujeres, y éstas los símbolos de la
parición. Pero de todas las fuerzas que actúan superioridad masculina. Comienzan a verse jó-
en su sociedad, dos vulneran directamente su venes padres que juegan con sus hijos pequeños
cultura: el Estado que prohibe la guerra y se aunque se trate de niñas. Antes, la simple idea
atribuye el derecho de hacer justicia; y el cris- de hacerlo les habría provocado vergüenza y re-
tianismo que afirma que el sol y la luna son pugnancia. Hay algo que no ha variado: el m a -
falsos dioses, que la verdadera religión es la de trimonio se basa siempre en el intercambio di-
Cristo, que los hombres viven en el pecado, so- recto de dos hermanas entre dos hombres y dos
bre todo si ignoran que Cristo murió en la cruz linajes. Pero cada vez más se reconoce a las jó-
para redimir los pecados de los hombres de to- venes el derecho a expresarse sobre la cuestión,
das las razas y de todos los colores. Al igual que y se procura no forzarlas.
el Islam o el budismo, el cristianismo es una Esa es mi interpretación de las formas y los
religión proselitista y dentro de algunas genera- mecanismos del proceso de occidentalización
ciones los baruyas serán probablemente todos de una sociedad tribal. Para los baruyas, el
cristianos, de un cristianismo tercermundista blanco ya no es un ser sobrenatural pero sigue
que podrá tener grandes diferencias con el eu- siendo un ser superior. Sin embargo, un ser su-
ropeo pero que seguirá inspirándose en sus perior del cual, a partir de la descolonización,
grandes visiones y símbolos. Sin embargo, de ya no aceptan recibir órdenes ni puntapiés. E n
todas estas transformaciones, algunas tienen cierto m o d o , al concederles la independencia,
un valor positivo a juicio de los propios baru- los blancos han renunciado a la posibilidad de
yas. Estos no desean que vuelva el estado de actuar así. En un plano m á s abstracto, ¿acaso la
guerra permanente y endémico que existía con propia religión de los blancos no afirma que
sus vecinos. Ahora bien, si la guerra ya no se todos los hombres son iguales ante Dios?
considera como una necesidad normal de los ¿Continuarán esos procesos? Sí. ¿Son irre-
hombres para la cual hay que prepararse desde versibles? Sí. ¿Se extenderán a todo el m u n d o ?
la edad temprana y que permite la esperanza de Probablemente sí; pero cabe recordar aquí la
convertirse en un «gran hombre», desaparece idea de que la occidentalización se extenderá
una parte de los valores y la jerarquía social tra- sin que los tres elementos que la integran hoy se
dicionales. desarrollen con el m i s m o éxito. Japón es hoy el
Por otra parte, los baruyas no desean que- país capitalista más dinámico, pero ha llegado
dar confinados toda la vida en los dos valles a serlo sin perder su soberanía política ni los
que ocupaban sus antepasados y los cuatro o fundamentos de su identidad cultural. En efec-
cinco restantes que visitaban con peligro de sus to, Japón no fue nunca una colonia y durante
vidas. Les gusta viajar en avión, permanecer m u c h o tiempo impidió que el cristianismo ri-
varios años en otras tierras, jugar a las cartas, valizara con el budismo. Pero la minúscula so-
conducir un camión. U n o de ellos llegó a enro- ciedad de los Baruya no era nada al lado de
larse en un barco-factoría de pesca japonés. Japón, y hay centenares de sociedades simila-
Dos o tres contrajeron matrimonio con muje- res a la de los baruyas.
res de la costa e hicieron saber que no volverían Occidente triunfará en primer lugar en E u -
m á s a la aldea y que las mujeres que les estaban ropa donde terminará de conquistar la Europa
destinadas podían casarse con otros hombres. Oriental, tarea que comenzó en el siglo XVI y
Pero es sobre todo la estructura más profun- m u c h o antes de los regímenes comunistas.
da de la sociedad baruya, las relaciones entre También se extenderá en Oriente, aunque allí
los hombres y las mujeres, lo que ha cambiado, Occidente ya no se confunde con Europa. ¿Es-
y ello en un sentido contrario a las prácticas tamos condenados a sumarnos a los aplausos o
tradicionales de postergación de las mujeres y a abandonar la escena silenciosamente y de
afirmación de la dominación masculina. Estos puntillas?
cambios no han sido aceptados sin violencia. Ahora bien, sin hablar de los habitantes del
Siete u ocho mujeres han sido muertas a golpes Tercer M u n d o , ¿por qué deben callarse ahora
o asesinadas por maridos que no soportaban en Occidente quienes siguen pensando que el
infracciones contra la obediencia y la sumisión cristianismo no es la única religión verdadera y
impuestas por la tradición. Pero los hombres que no hay una religión «verdadera»; quienes
de hoy temen menos la «contaminación» cau- ven complacidos que la democracia política
¿Es Occidente el modelo universal de lu humanidad? 421

existe, pero saben que queda m u c h o por hacer garse a ver lo negativo, que existe y actúa sobre
para ampliar la democracia social y casi todo nuestra existencia? ¿Es que acaso ha llegado el
para que la economía y las riquezas que el capi- fin de la historia y vivimos en el mejor de los
talismo produce o hace suyas se distribuyan en mundos posibles?
forma m á s democrática y equitativa en Occi-
dente m i s m o y en otras partes? ¿Por qué ne- Traducido del francés

Nota

* Conferencia pronunciada el 13 de m a y o de 1990, en Viena, en el marco de las Wiener 1 'orlesuni;en organizadas


por el Ayuntamiento de la capital austríaca.
Los desenlaces
de la civilización:
Elias y la modernidad

Stefan Breuer

Desde que. hace m á s de 40 años, los autores de empíricos meticulosos. Hasta entonces, y tal
Dialectic of Enlightenment consideraron la vez con miras a ello, convendría abordar la
perspectiva de una «regresión de la civilización obra que ha analizado el concepto de civiliza-
ilustrada a la barbarie» (Adorno y Horkheimer, ción en la forma m á s completa jamás alcanza-
1979;xvi-xvii), ha aumentado el número de da: The Civilizing Process de Norbert Elias.
quienes ven en ello algo m á s que una mera po- Empezaré por exponer los principales argu-
sibilidad, incluso entre la gente de izquierdas mentos del libro y luego enumeraré algunas crí-
que. por lo general, no mira el progreso con es- ticas que se están formulando casi medio siglo
cepticismo. La desintegración de las relaciones después de su publicación. Por último, intenta-
sociales, el carácter embrutecedor de la vida co- ré determinar si el concepto de civilización, tal
tidiana, la propensión cre- c o m o lo entiende Elias, re-
ciente a resolver los con- fleja a d e c u a d a m e n t e la
Stefan Breuer es profesor de sociología problemática social m o -
flictos por la violencia, han en la Escuela Superior de Ciencias Eco-
hecho que el concepto de nómicas y Políticas, Von Melle Part 9, derna.
civilización, tal c o m o se ha D-2000 Hamburg 23. Alemania. Sus in- El estudio de Elias co-
integrado en la conciencia vestigaciones se orientan hacia la filoso-
fía social y política, así c o m o hacia la mienza con un análisis de
occidental, sea m á s contro- sociología histórica. Sus libros m á s re- la historia de las ideas. Su
vertible q u e nunca. R i - cientes son: Das archaische Staut ( 1 990) primer punto es que el sig-
chard Sennet observa una y Max Webers Herrschafl'ssocioloxie
( 1991. de próxima aparición). nificado de «civilización»
tendencia general al au- no era el m i s m o en Alema-
mento de la «incivilidad», nia que en el resto de Euro-
que se manifiesta en una pa occidental, en particular
pérdida de objetividad, Francia e Inglaterra. En es-
una obsesión por uno mis- tos dos últimos países el
m o y una «tiranía de la in- concepto sirvió de referen-
timidad» que impregna to- cia para el progreso econó-
das las relaciones sociales (Sennett, 1978:337- mico, social, político y moral en general, mien-
340). Neil Postman se refiere a la decadencia tras que en Alemania su contenido era m á s li-
de la civilité y a un «abandono general de las mitado. L a civilización es en Alemania un
reglas y rituales de la vida en sociedad» (Post- valor de segundo orden, una cualidad que se
m a n , 1982:133). Otro libro del que se habla refiere únicamente a lo exterior, a la superficie
m u c h o alude a la «agonía de la cultura» (Lasch, de la experiencia. El florecimiento de lo inte-
1980:235). Para Ulrich Beck, la sociedad m o - rior, en cambio, el progreso moral y espiritual,
derna está en vías de transformarse en una «so- se conceptualiza con el término «cultura». L o
ciedad del riesgo» encaramada en «el volcán de que en otros países occidentales se presenta co-
la civilización» (Beck, 1986:23). m o un movimiento unificado y continuo, en
La exactitud de estos diagnósticos sólo se Alemania se divide en dos dimensiones distin-
comprobará sin duda alguna mediante estudios tas cuva relación es a veces antitética. U n im-

RICS 128/Junio 1991


424 Stefan Breuer

portante hilo conductor de la ideología alema- del proceso de civilización que, digamos, Fran-
na anterior a las «ideas de 1914» era que los cia, donde estas instituciones experimentaron
occidentales sólo tenían civilización, mientras un fortalecimiento constante.
que los alemanes la habían convertido en cul- Elias distingue tres fases en la expansión del
tura. Estado central en Francia. La primera coincide
La decisión de Elias de considerar la ver- con la formación de las cortes de caballeros a
sión alemana c o m o la excepción y no detenerse principios de la Baja Edad Media, que sustitu-
más en ella responde a su entendimiento de las yen la forma de integración dominante hasta
exigencias del desarrollo social, en el que influ- entonces en las órdenes seglares gobernantes, la
ye a todas luces la sociología decimonónica, en violencia, por otra m á s pacífica y estable. A es-
particular la de C o m t e y Spencer. Elias c o m -ta orden «caballeresca y cortesana» sucedieron
parte su visión del desarrollo social c o m o parteen el siglo xvi dos fases ulteriores, la «sociedad
de una evolución general que, aparte de lo su- cortesana y absolutista», que siguió relaciona-
praorgánico. comprende también lo orgánico y da con el sistema medieval de las órdenes pero
lo inorgánico y cuya dinámica es la interacción que produjo un cambio político en la medida
entre la diferenciación y la integración. Al igual en que concentró la violencia física en una ins-
que C o m t e y Spencer. Elias identifica la dife- tancia monopolizadora. La antigua élite gue-
renciación funcional con la «división económi- rrera se desmilitarizó y se transformó en una
ca del trabajo», y las instituciones coordinado- aristocracia cortesana, permitiendo así la apa-
ras e integradoras con el Estado1. Elias no rición de cadenas de interdependencia m á s lar-
reconoce una jerarquía entre estas dos dimen- gas y complejas en el plano social y económico.
siones. Para él se trata ante todo de fenómenos La diferenciación funcional aceleró y posibilitó
equivalentes, que representan respectivamente la aparición de nuevas élites basadas en la ocu-
distintos aspectos de un solo substrato: la socie- pación y la actividad productiva, que a su vez
dad. Sin embargo, considera que los grados de pugnaron por participar en las decisiones de
integración no son fundamentalmente « m á s los órganos superiores de coordinación y regu-
que una combinación de figuraciones de los lación.
grados menos globales que, en cierta medida, Esta evolución condujo -tras una fase inter-
regulan» (1978:46), lo cual le lleva a desplazar media de «sociedad cortesana ampliada» en
el enfoque de su teoría del grado de integración que se produjo una interacción entre los círcu-
al de los orígenes y desarrollo de las institucio- los cortesano-aritocrático y cortesano-burgués-
nes dotadas de una capacidad de control parti- a la tercera y m á s reciente fase: el Estado nacio-
cularmente fuerte: los órganos políticos centra- nal burgués. Aquí la diferenciación funcional y
les o m á s bien, c o m o lo formula Elias siguiendo
la interdependencia general alcanzan una den-
a Weber, las organizaciones del monopolio de sidad inimaginable hasta entonces. Al m i s m o
la violencia. tiempo, la red de interdependencias ha llegado
E n esta premisa analítica radica el origen de a tal grado de intrincamiento que la monopoli-
la idea reguladora de la teoría de la civilización zación privada de oportunidades vinculadas al
de Elias, a saber «que la estructura de la con- centro del poder no puede perdurar. El m o n o -
ducta civilizada está estrechamente vinculada polio privado de individuos, escribe Elias, se
a la organización de las sociedades occidentales societaliza y se convierte en una «función del
en Estados» (1982a:xiv-xv). Cuanto m á s avan- tejido h u m a n o interdependiente en su conjun-
zada sea la formación del Estado en una esfera to», en un monopolio «público» (Elias, 1982b:
determinada, más avanzado será el proceso de 115). M á s allá de este estadio se puede percibir
civilización; a la inversa, cuanto menos desa- una cuarta fasefinalde todo el proceso:
rrollada esté la descentralización, menos desa- Se vislumbra un sistema mundial de tensiones
rrollados estarán los modales y m á s incompleta compuesto de alianzas y unidades supraes-
será «la nivelación e igualación de las normas tatales de varios tipos, los preludios de con-
sociales características de toda esta fase del flictos a escala planetaria, que son las con-
proceso civilizador» ( 1982b:318-319). Por ello, diciones previas de u n monopolio mundial
Alemania, cuyas instituciones estatales centra- de la fuerza física, de una institución políti-
les dejaron de desarrollarse después de la Baja ca central y, por ende, de la pacificación de
Edad Media, se presta menos a la investigación la tierra ( 1982b:331-332).
Los desenlaces de la civilización: Elias y la modernidad 425

Elias aplica varios modelos de relaciones a pervivencia social. La observación de sí mis-


la fase de centralización descrita aquí breve- m o y del prójimo alcanzó una intensidad ini-
mente, que contienen al m i s m o tiempo la de- gualada hasta entonces. L a guerra psicológica
rrota subjetiva de este proceso. La estructura llegó a ser un arma indispensable en la c o m p e -
policéntrica de la Edad Media corresponde al tencia por el prestigio.
modelo del cortesano que produjo las grandes Este nuevo modelo de regulación de la afec-
cortes de caballeros feudales (1982:62-63, 102; tividad, m u c h o m á s estricto que la «cortesía»,
1982b:72 y ss., 81 y ss., 260 y ss.). Sus caracte- todavía no está m u y hondamente arraigado en
rísticas fueron: una moderación de la afectivi- la estructura psíquica, según Elias. Los tabúes y
dad, : na revalorización -ciertamente m u y li- rituales de la sociedad cortesana se yerguen an-
mitada en esta fase- de quienes carecen de te los individuos c o m o imperativos claramente
control sobre los medios de violencia (en espe- formulados que los inducen a controlar cons-
cial las mujeres), el desarrollo de la etiqueta tantemente su afectividad y sus pulsiones. Sin
cortesana que regula la interacción social en la embargo, en términos psicoanalíticos, esto obe-
mesa, en el juego o en la competición y la orien- dece a un efecto principalmente consciente y
tación hacia las virtudes caballerescas, c o m o autocontrolado del Y o (Vowinckel, 1983:196).
las propagó sobre todo la Iglesia (el ideal del El cortesano, según lo describe Castiglione, te-
miles christianus), pero también la poesía se- nía que equilibrar sus distintas capacidades
glar (épica). con miras a convertirse en una especie de obra
Si bien este modelo permanece exterior a de arte; según Gracián, tenía que dominar
los individuos, dejando pronto de surtir efecto conscientemente sus pasiones, n o para des-
m á s allá del centro de interacción de la Corte, truirlas, sino para satisfacerlas en el m o m e n t o
el control social se intensifica con la transición m á s apropiado (Vowinckel, 1983:95). Así, el
a una configuración monocéntrica basada en control social actúa principalmente por medio
un monopolio de la violencia. En lugar de una del Y o , que se adapta a las presiones del entor-
«cortesía» puramente intermitente que se limi- no social sin transmitirlas del todo. Permane-
ta a una pequeña parte de la existencia de los cen exteriores al individuo, no habiendo «sido
caballeros, surge un nuevo modelo de regula- inculcadas todavía... c o m o u n autorrefrena-
ción de la afectividad, que Elias denomina «ci- miento automático, un hábito que, dentro de
vilidad», refiriéndose a los manuales de etique- ciertos límites, también funciona cuando la
ta de Erasmus, delia Casa, La Salle y otros persona está sola.
(1982a:54yss.. 102 y ss.). En cambio, al principio el refrenamiento de
La aristocracia, cuya dominación se veía los instintos se impone sólo en compañía de los
amenazada por la evolución política, social y demás, es decir, m á s conscientemente por razo-
económica, intentó en esta fase consolidar su nes sociales. A d e m á s , tanto el tipo c o m o el gra-
posición en la cúspide de la jerarquía social m e - do de refrenamiento corresponden a la posi-
diante un uso reforzado de las estrategias de ción social de la persona que los impone, con
distinción. respecto a la posición de aquéllos en cuya c o m -
Apareció un código de conducta más estric- pañía se encuentra» (1982a: 137).
to, que abarcaba cada vez más la totalidad de En la fase de «civilidad», la interdependen-
las costumbres. La interacción cortesana, en cia social es lo suficientemente poderosa para
particular en la mesa y la conversación, se ri- imponer la conformidad a los individuos, pero
tualizó considerablemente, c o m o lo demuestra no lo suficiente todavía para negar la indivi-
gráficamente Elias con la historia de los ritua- dualidad c o m o tal y transformarla en un punto
les en torno al cuchillo y el tenedor. La vesti- de intersección de tendencias generales (Ador-
menta se utilizaba conscientemente c o m o m e - no y Horkheimer. 1972:155).
dio de distinción y prestigio, al igual que los El modelo de «civilización» que sucede al
ademanes y la expresión verbal. de «civilidad» en la segunda mitad del siglo X -
Las cuestiones de buenos modales y de vill va m u c h o m á s lejos en este sentido. Pro-
buen gusto se convirtieron en asuntos que pulsado por los grupos reformistas del Anden
podían determinar la posición en la jerar- Régime -la nobleza ilustrada, la burocracia y
quía social; el tacto, la delicadeza y el estilo, las capas superiores de la burguesía- este m o -
en formas de las que podía depender la su- delo aspiraba a la universalización y estabiliza-
426 Stefan Breuer

ción del refinamiento racional de los modales del Estado nacional burgués. U n a vez supe-
ya alcanzado por la «civilidad». Semejante uni- radas las tensiones entre Estados, c o m o se
versalización implicaba la extensión de la R a - contempla en el pasaje final de The Civili-
zón a las leyes e instituciones nacionales y a la zing Process, con inconfundibles reminis-
conducta de toda la nación. Elias habla de la cencias de la visión de «paz eterna» de K a n t ,
«fusión de los modelos de conducta de las cla- la regulación de las relaciones sociales puede
ses funcionalmente superiores con los de las limitarse a lo instrumentalmente necesario y
clases ascendentes» ( 1982a:254) y clasifica esta pueden reducirse también las tensiones y
tendencia entre los procesos de colonización. contradicciones entre los individuos. Sólo
Las clases bajas y medias de Europa fueron so- entonces dejará de ser la excepción y
metidas a las normas de las clases altas exacta-
mente del m i s m o m o d o que las naciones occi- ...será tal vez incluso la regla el que una persona
dentales sojuzgaron en el siglo XIX al m u n d o pueda lograr el equilibrio óptimo entre sus
no occidental, imponiéndole los modelos occi- pulsiones que reclaman imperiosamente sa-
dentales de pensamiento e interacción (1982b: tisfacción y realización y las limitaciones
250, 357yss..308yss.). que se les imponen (y sin los cuales el h o m -
La estabilización implicó la transformación bre seguiría siendo u n ser bestial y u n peli-
de formas civilizadas de comportamiento en gro para sí m i s m o y para los demás) -aque-
una «coraza» que envuelve toda la personali- lla condición a la que u n o se refiere tan a
dad y su expresión m i s m a ( 1982a:307). Esto se m e n u d o con palabras altisonantes c o m o
logró mediante un proceso de condicionamien- «felicidad» y «libertad»: un equilibrio más
to establecido ya en la temprana infancia, in- duradero, una mejor armonía, entre las exi-
culcándole al individuo «una especie de esta- gencias generales de la existencia social del
ción retransmisora de normas sociales, una hombre y sus necesidades e inclinaciones
autosupervision automática de sus pulsiones. personales (1928b:333, el subrayado es
U n "Superyó" más diferenciado y estable se de- nuestro).
sarrolla en él. y una parte de las inclinaciones
afectivas y de las pulsiones olvidadas deja de El planteamiento general resulta m u y claro.
estar directamente al alcance del grado de con- Para Elias, la civilización es u n proceso en el
ciencia» ( 1982b:241). que van surgiendo modelos de autocontrol ca-
E n este sentido, en la sociedad burguesa da vez m á s estrictos, que alcanzan a un n ú m e r o
el Superyó desempeña la "función de con- mayor de personas y penetran m á s profunda-
trol" que cumplía el Y o en la sociedad corte- mente en la estructura psíquica. Este proceso es
sana». el aspecto subjetivo de un proceso social global
Elias no ignora la distinción entre las dos de diferenciación e integración, en el que la so-
formas de autocontrol, pero, en su reconstitu- ciedad va perfeccionando su control sobre las
ción de un proceso continuo, interpreta ante condiciones necesarias para su supervivencia y
todo sus progresos en términos de integración su organización2. Elias no ignora el precio que
social y psíquica crecientes gracias a la interio- el individuo tiene que pagar por ello: el condi-
rización cada vez m á s profunda de los mecanis- cionamiento permanente, la represión y m o d e -
m o s de control. ración de las pulsiones, la formación de ansie-
Todas las presiones que en los modelos de dades internas, la probabilidad de neurosis.
«cortesía» y de «civilidad» actuaban solamente C o n todo, estos inconvenientes se compensan,
c o m o limitaciones externas, c o m o fremdz- en su opinión, por la creciente capacidad de ob-
wang, se interiorizan ahora, lo cual permite su- jetividad y control, que aumenta dentro del in-
poner que la coacción externa será cada vez dividuo y en la sociedad. En el cuadro siguiente
m á s innecesaria, hasta desaparecer algún día figura una representación simplificada de este
por completo ( 1987:76). proceso:
Elias no indica c ó m o se podrá lograr esta
nueva forma de autocontrol, ciertamente
imaginable sólo tras la pacificación comple-
ta del m u n d o . Sin embargo, a él le resulta
evidente esta tendencia hacia la disolución
Los desenlaces de la civilización: Elias y la modernidad All

Sociogénesis Caballeresca Cortesano- Burguesa- Sociedad


Absolutista Industrial «Mundial»
Centro de Corte Feudal Estado Estado Estado
Control Absolutista Nación Mundial
Código de Cortesía Civilidad Civilización Civilización
relaciones mundial
Psicogénesis Indiferen- Dominación Dominación Equilibrio
ciación del Y o del Superyó del Ello/Yo/
Ello/Yo Superyó

1. Incluso un lector poco convencido por tum el resultado social de su labor, en la confir-
las tesis de Elias reconocerá los grandes méritos mación de sus productos c o m o cantidades de
de su reconstitución del proceso civilizador. La valor, lo cual sólo es posible una vez terminado
sociologíafiguracionalotorga igual importan- el proceso de producción, en el intercambio.
cia a los factores políticos, económicos y psico- Aquí, sin e m b a r g o ,
lógicos, ofreciendo así un panorama del desa- ...todos los diferentes tipos de trabajo privado,
rrollo de la civilización a m p l i a m e n t e realizados independientemente unos de
fundamentado. Presta poca atención a la in- otros, y no obstante c o m o ramas nacidas es-
fluencia de la religión, pero es lo suficiente- pontáneamente de la división social del tra-
mente abierto para poder integrar sin dificul- bajo, se reducen continuamente a las pro-
tad este tipo de consideraciones. Es m u y porciones cuantitativas q u e la sociedad
esclarecedor el examen del papel decisivo de la requiere. ¿Por qué? Porque en m e d i o de las
corte en la sociedad feudal y absolutista, y la relaciones accidentales y fluctuantes de in-
descripción del desarrollo de los monopolios tercambio entre productos, el tiempo de
de la violencia y la autoridad es inmejorable. trabajo socialmente necesario para su pro-
Lo más notable de la obra es el paralelismo es- ducción se i m p o n e forzosamente c o m o u n a
tablecido entre la sociogénesis y la psicogéne- avasalladora ley de la Naturaleza, del mis-
sis, que concilia la sociología de la dominación m o m o d o en q u e la ley de la gravedad se
de Weber, la teoría de la diferenciación dentro i m p o n e cuando se derrumba u n a casa ante
de la tradición de Durkheim y Spencer, y el psi- nuestros ojos» (Marx. 1954:79-80).
coanálisis freudiano. Ahora bien, un examen E n tales condiciones, hay que ser m u y poco
más detenido revela tres tipos de objeciones perspicaz para atribuir, c o m o Elias, la incalcu-
teóricas, que son, no obstante, compatibles en- labilidad y arbitrariedad principalmente a la
tre sí-1. violencia física y deducir de su indiscutible m o -
La primera objeción proviene de la teoría nopolización por el Estado m o d e r n o u n au-
dialéctica y se centra en el aspecto sociogenéti- m e n t o de la estabilidad y calculabilidad socie-
co de la teoría de la civilización. Según este tales totales. E n efecto, después del desarrollo
punto de vista. Elias no ha comprendido sufi- de los monopolios de la violencia en las socie-
cientemente los problemas de integración rela- dades estatales, perdura con los mercados na-
cionados con u n grado determinado de diferen- cionales y el m e r c a d o mundial u n a dimensión
ciación funcional. Su tesis de q u e la evolución de coincidencia y anarquía, que dificulta la cal-
hacia la sociedad m o d e r n a está determinada culabilidad de la acción individual. Y si bien de
por «el control y la supervisión m á s estrictos d e esto no se desprende en m o d o alguno que la
todo el proceso social» ( 1982b: 164) no tiene en sociedad burguesa industrial n o consigue por
cuenta el hecho de que un sistema determinado ello la unidad y la integración, n o deja de signi-
por la producción capitalista (de mercancías) ficar que dicha unidad e integración se convier-
no está dirigido por las órdenes de u n «centro ten en «una necesidad a posteriori, impuesta
planificador», sino sólo indirectamente por el por la naturaleza, q u e controla los caprichos
mercado. Los individuos o los productores e n anárquicos de los productores y se percibe en
cooperativas siempre experimentan post fes- las fluctuaciones barométricas de los precios
428 SlL'Iciii Breuer

del mercado». Elias señala acertadamente que obligados a convertirse en el centro de sus pro-
el freno a la violencia física constituye un paso pias vidas. La división del tiempo en unidades,
importante hacia la trascendencia del estado que caracteriza a la modernidad, también afec-
natural. Sin embargo, omite añadir que este es- ta al matrimonio, sometiéndolo al ritmo de la
tado natural reaparece en forma diferente bajo sucesión de uniones monogámicas (Shorter,
las condiciones de producción burguesa: la 1975). L a familia se ha convertido en una «fa-
competencia únicamente preserva la existencia milia de negociación» (Beck, 1986), en la que
individual en una forma particular, «al igual sus miembros viven en una lucha constante pa-
que en el reino animal, el helium omnium con- ra equilibrar sus intereses profesionales y e m o -
tra omnes preserva mal que bien las condicio- cionales. La fragmentación y la atomización in-
nes de cada especie» (Marx. 1954:336). vaden inexorablemente todos los ámbitos que
Esta consideración nos lleva a impugnar la antigua burguesía puritana consideraba tan
una de las piedras angulares de la construcción inexpugnables que estaba convencida de que
teórica de Elias: la idea de una «societaliza- podían cambiar los cimientos de toda la so-
ción» continua, que va de los caballeros medie- ciedad:
vales a la sociedad industrial burguesa, pasan- Si lo llevamos a su conclusión lógica, el modelo
do por la corte. El paso gradual de las cortes de mercado de la modernidad constituye
feudales a las residencias de la época barroca se una sociedad sin familia y sin matrimonio.
traduce por una vida cortesana cada vez m á s Todos los individuos tienen que ser inde-
densa e intensa, y es perceptible el desarrollo de pendientes, estar a la disposición de las exi-
una «buena sociedad» cuyos sucesores frecuen- gencias del mercado y velar por su existen-
taron los salones burgueses del siglo XIX. Este cia económica. El sujeto de mercado es, en
tipo de relación social, cuya base es la interac- última instancia, el individuo solitario y li-
ción, es decir la comunicación, debe distinguir- bre de pareja, matrimonio o familia. E n
se rigurosamente del m o d o de «societaliza- consecuencia, la sociedad de m e r c a d o
ción» paradójico q u e caracteriza a u n a avanzada es también una sociedad sin ni-
sociedad de mercado. Por un lado, c o m o obser- ños - a menos que éstos sean criados por pa-
va atinadamente Elias, produce un sistema dres y madres únicos y móviles (Beck,
m u y complejo de interdependencias en que el 1986:191).
individuo queda m á s atrapado que nunca a lo Basta con echar un vistazo al índice de nata-
largo de la historia. Por otro lado, empero, el lidad de la mayor parte de los países industria-
«forzamiento» de la competencia y la universa- lizados para convencerse de la pertinencia de
lización de los principios jurídicos burgueses estas observaciones.
generan un proceso de individualización que Los agregados sociales m á s complejos que
tampoco tiene parangón en la historia. N u n c a caracterizan la estructura de la sociedad indus-
se insistirá demasiado en que el mercado no trial burguesa también se ven afectados por
sólo agrega, también desagrega; no sólo integra, procesos similares de descomposición. El con-
sino que además niega la integración que ha cepto de clase, en particular, tan crucial para
creado. los teóricos burgueses y socialistas del si-
Prueba clara de ello es el destino de la uni- glo XIX, ha perdido casi por completo su apli-
dad social más elemental, en la que Elias ve con cación para la formación de entidades colecti-
acierto el instrumento condicionador por exce- vas en los países capitalistas avanzados. « L a
lencia de la sociedad burguesa: la familia nu- tremenda presión de la dominación», c o m o lo
clear. Producto de los procesos modernos de formuló Adorno hace m á s de 40 años, «ha diso-
diferenciación que asignaron las labores remu- ciado a las masas hasta tal punto que incluso la
neradas a los hombres y el trabajo de subsisten- unidad negativa de opresión que las convertía
cia improductivo y la crianza de los hijos a las en una clase en el siglo xix ha sido desmantela-
mujeres, este tipo de familia experimenta hoy da» (Adorno, 1972:377). N o ha desaparecido,
en día un continuo desgaste producido por la sin embargo, el objeto del concepto -la combi-
igualdad jurídica y cada vez m á s real de la m u - nación objetiva de desigualdades: lejos de ha-
jer. Los individuos están abandonando los pa- ber disminuido, las desigualdades sociales han
peles sexuales que desempeñaban y que los en- aumentado. Pero la disolución de los estilos de
cerraban prácticamente en castas, y se ven vida propios de una clase, gracias a la elevación
Los desenlaces de la civilización: Elias y la modernidad 429

del nivel societal total de consumo, la menor debajo de la norma de civilización a que llegó el
participación en el sector industrial -particu- Antiguo Régimen. En la actual «sociedad de la
larmente espectacular en Estados Unidos- la intimidad», según Sennett, la gente ha perdido
decadencia de los sindicatos, el encogimiento la facultad de actuar «públicamente», es decir,
general de la «sociedad ávida» (Beck, 1986) en independientemente de su personalidad parti-
los países más industrializados, la regulación cular. La interacción social se ha reducido a un
del desempleo masivo mediante el subempleo y simple medio de autoexpresión y autorrealiza-
la redistribución del trabajo entre las distintas ción, a una búsqueda sin fin de gratificaciones
etapas del ciclo vital- todo ello ha hecho mella narcisistas, que sólo puede realizarse en un es-
en la identidad colectiva a la que alude el con- fuerzo de identificación con «personalidades
cepto de clase, relegando cada vez más a los colectivas» grandiosas (Sennett, 1978, cap. 10).
individuos a su propia individualidad (Beck, A u n si la explicación causal de Sennett resulta
1987). Las clases sociales, señala oportunamen- endeble e históricamente poco convincente,
te L u h m a n n , son hoy en día estratos «que tie- con su referencia a fenómenos c o m o la secula-
nen que abandonar la regulación de la interac- rización y el simbolismo, la experiencia de los
ción» (Luhmann, 1985b: 131; para un examen movimientos de masas de este siglo debería
del concepto de clase, véase también Ritert, bastar para no descartar por completo sus hipó-
1987). tesis5.
Deberíamos tal vez dar un paso más y ha- Para resumir la objeción «dialéctica» a la
blar de un desgaste de la esfera pública que teoría de la civilización, el desarrollo de la so-
constituye la formación social de la identidad. ciedad moderna no puede entenderse c o m o
Elias no considera en absoluto esta posibilidad, una mera expansión de la interdependencia so-
aunque la decadencia de las formas decimonó- cial, y la competencia no puede considerarse
nicas de interacción pública es uno de los temas simplemente c o m o un medio por el que la for-
centrales de la República de Weimar 4 : la crea- mación cultural se plasma en agregados m á s
ción de interdependencias sociales, «induci- complejos y de m á s alto nivel. Se puede obser-
das» por la monopolización de la violencia, ha- var m u y a m e n u d o lo contrario. Las relaciones
ce que en cierto m o m e n t o del desarrollo sea sociales creadas por la sociedad burguesa se
inevitable abandonar la posesión privada del han desintegrado y las relaciones de solidari-
aparato político y económico, y transformar el dad se han relajado, cuando no han sido des-
monopolio privado en monopolio público truidas por completo. La societalización por el
(1982b:108, 322). Hoy en día la modernidad mercado significa una mayor interdependencia
parece caracterizarse más bien por una exten- _v también una mayor atomización de lo social,
sión de la esfera pública en detrimento de la la densidad creciente y la negación de todos los
privada, aunque también por una privatiza- vínculos: la sociabilidad asocial. Propicia la di-
ción de la esfera pública posibilitada por el de- ferenciación y al m i s m o tiempo, mediante la
bilitamiento de sus características fundamen- comparabilidad universal de todas las activida-
tales. Esto corresponde, c o m o ya mostró des laborales en valor de intercambio, impide
Habermas, a la aparición de los partidos políti- las posibles diferencias. Produce una integra-
cos y de los medios masivos de comunicación, ción social cada vez m á s densa, pero al m i s m o
que transforman la publicidad crítica en un ins- tiempo imposibilita el desarrollo de un sujeto
trumento de manipulación (Habermas, 1989). social. La integración siempre se lleva a cabo a
Sin embargo, esto también significa, en el senti- espaldas de los individuos activos, cobrando
do m á s amplio, una superposición y una modi- una forma que contradice toda integración.
ficación de los modelos públicos de pensamien- Debido a sufijaciónunilateral en la síntesis, la
to y de conducta a través de la esfera privada, teoría de la civilización oculta el hecho de que
c o m o apunta Richard Sennett en The Fall of la lógica de la societalización es también una
Public Man (1978). La sociedad moderna de «lógica de la desintegración» (Adorno, 1966:
nuestros días no se presenta c o m o una asocia- 407). Por ello, ni siquiera alcanza la capacidad
ción civilizada de personas caracterizadas por reflexiva de la antigua sociología de Comte y
el desinterés y la consecución racional de inte- Durkheim, que pese a su confianza en el poder
reses, sino m á s bien por un conjunto de « c o m u - de integración del Estado o en los efectos inte-
nidades destructivas» que se encuentran por gradores de la división del trabajo, nunca per-
430 Stefan Breuer

dio del todo de vista el aspecto negativo de la control con relación a la ya existente en el ca-
diferenciación funcional. Esta falta de rcflexi- rácter aristocrático. Y , según él, este aumento
bilidad no resulta demasiado sorprendente si se de control se explica precisamente porque la
recuerda que Über den Prozess der Zivilisationforma burguesa de educación familiar había
fue escrito durante la peor crisis del orden eco- encontrado una manera m á s eficaz de inculcar
nómico moderno. el control social en el individuo: la interioriza-
2. Esta crítica se completa con una segunda ción.
objeción, inspirada en tendencias recientes de Desde un punto de vista psicoanalítico. este
la teoría psicoanalítica. N o cabe duda de que la planteamiento resulta m u y parcial. La interio-
integración de conceptos freudianos, en parti- rización es sin duda un importante factor del
cular el modelo estructural del aparato psíqui- desarrollo civilizador, sobre todo cultural; es
co, es el aspecto m á s valioso de la teoría de la efectivamente una condición previa para la
civilización, pues permite a Elias comprender transformación de oponentes de la cultura en
las diferencias entre las formas burguesas y las defensores de ella: es ciertamente uno de los
preburguesas con mayor precisión en el plano conceptos básicos de Freud, quien recalcó rei-
psicogenético que en el sociogenético. Puede teradas veces las funciones disciplinarias y so-
así describir acertadamente la transformación cializadoras del Superyó, la base de la religión,
de la instancia condicionante: la transición de de la moral y de la responsabilidad social, «ve-
la forma pública y cortesana de la afectividad a hículo de la tradición y de todos los juicios de
la privada y familiar. Identifica correctamente valor imperecederos, transmitidos de este m o -
los cambios en los métodos de condiciona- do de una generación a otra» (Freud, 1933:67).
miento: la transformación de la coerción exter- se opone al individuo c o m o «imperativo cate-
na en coerción interna a través de la interiori- górico» y permite así las transformaciones mis-
zación y la identificación. Y . por último, expli- mas que nos convierten en seres sociales y m o -
ca a qué llevaron tales cambios: un tipo social rales (Freud, 1923:48; 1927:11). Pero, a dife-
caracterizado por una diferenciación previa- rencia de Elias. Freud no considera este
mente inexistente entre las funciones del Y o y mecanismo c o m o un logro exclusivo de la m o -
del Superyó por un lado, y las funciones de los dernidad; además, aclara que forma parte de
instintos y pulsiones por otro. un aparato m u y ambivalente. El Superyó no es
Estos aciertos, empero, no llevan a Elias a solamente, c o m o cree Elias, la «impronta de la
revisar su tesis de una continuidad civilizado- sociedad en el Y o interior» (1982a: 129). sino
ra. Por el contrario, así c o m o el Estado nación que es al m i s m o tiempo «el heredero del c o m -
burgués es para él una simple extensión del cen- plejo de Edipo y. por lo tanto, es también la
tralismo alcanzado por el absolutismo, el m o d o expresión de las pulsiones m á s poderosas y de
burgués de regulación de la afectividad le pare- las vicisitudes libidinales m á s importantes del
ce una mera extensión e intensificación del m o - Ello. Al establecer el Y o ideal, el Y o ha domina-
do cortesano, lo cual se expresa no sólo en sus do el complejo de Edipo y al mismo tiempo se
formulaciones explícitas sino además en su uso ha puesto bajo el dominio del Ello. El Y o es
estilístico de la comparación. Esto resulta evi- fundamentalmente el representante del m u n d o
dente, por ejemplo, cuando Elias se refiere a la exterior, o realidad, mientras que el Superyó es
«transición gradual a un comportamiento y un el representante del m u n d o interior, del Ello»
pensamiento m á s "racional", al igual que a un (Freud. 1923:36).
tipo de autocontrol m á s diferenciado y global» Detengámonos un instante en este punto.
(1982a:289). cuando señala la instauración de Elias hace suya la idea de Freud de que el Su-
«la previsión, una autodisciplina m á s comple- peryó representa la totalidad social en el indivi-
ja, una formación m á s estable del Superyó» duo y funciona así c o m o condición sine qua
(1982b:257), cuando comenta la formación de non de la civilización y la cultura, pero tiende a
«un autocontrol m á s o menos automático» percibir el establecimiento del Superyó en tér-
(1982b:248). o cuando opina que la conducta minos conductistas. c o m o resultado de un pro-
suele volverse «afectivamente m á s neutral» ceso de condicionamiento, y no trata de explo-
(1982b:273). Es indudable que el carácter so- rar sus fundamentos en la economía pulsional'',
cial burgués difiere del aristocrático. M a s para mientras que las formulaciones de Freud giran
Elias esto significa una mayor capacidad de precisamente en torno a esta última. Freud es-
Los desenlaces de la civilización: Elias y la modernidad 431

tima que lo social sólo puede echar raíces en el y la presión de lo reprimido sobre el Y o (Freud,
individuo cuando se alia con determinadas 1930:130 y ss.). La idea de Elias de que alguien
pulsiones y encuentra apoyo en la propia eco- pueda alcanzar «el equilibrio óptimo entre las
nomía pulsional. Según Freud, esto ocurre so- pulsiones que reclaman imperiosamente satis-
bre todo en la fase edípica. E n esta etapa de facción y realización y las limitaciones que se
desarrollo, el niño debe abandonar sus intensos les imponen» (1982b:333) sería, a juicio de
sentimientos de amor y odio hacia sus progeni- Freud, una utopía ingenua7.
tores y esto se produce por medio de la identifi- Es bien sabido que, a pesar de esta sombría
cación, es decir la recreación interna del objeto perspectiva, Freud consideraba que el Y o po-
abandonado (Freud, 1933:64). U n a parte de las seía la fuerza suficiente (o podía adquirirla con
energías libidinales pasa al Y o ideal, concepto ayuda del psicoanálisis) para soportar el retor-
del que Freud dio definiciones m u y distintas; no de lo reprimido. Sabemos también que esta
una parte de las energías agresivas, a saber, los convicción se basaba en el postulado de que el
deseos de castración y muerte del rival edípico, Superyó es «heredero del complejo de Edipo» y
se dirigen a la conciencia moral y el sentimien- sólo se crea después de su disolución; es decir,
to de culpa, principales componentes del Su- en una etapa en que el desarrollo psicosexual y
peryó (Freud, 1923:37). Puede verse que, en la el del Y o han alcanzado ya un cierto nivel. En
perspectiva de la economía pulsional. la in- una formulación extrema, cabría decir que en
fluencia socializante del Superyó tiene una ba- el modelo freudiano la intrusión de lo social se
se asocial e incluso antisocial, la agresión, que produce en una etapa en la que el Y o dispone
simultáneamente se desplaza del m u n d o exter- de la fuerza suficiente para integrar elementos
no al interno. dispares (fantasías, deseos y relaciones de obje-
Para Freud, la combinación de dos tenden- to) en un sistema funcional coherente (Jacob-
cias opuestas produce una constelación suma- son, 1965:125 y ss.).
mente inestable. En El Yo y el Ello señaló que La evolución de la teoría psicoanalítica des-
cuanto m á s limita el sujeto su agresión hacia el pués de Freud ha modificado este modelo en
m u n d o externo, m á s agresivo y estricto llega a los planos individual y sociopsicológico. En la
ser su Superyó. El Superyó toma un sesgo «hi- psicología individual, las diversas investigacio-
permoralista» que aplica al Y o con la misma nes (a veces contradictorias) de la escuela ingle-
ferocidad que en otros conflictos aplica al Ello sa, la escuela genética o estructural y la teoría
(Freud 1923:54). El diagnóstico que Freud for- del narcisismo han puesto de relieve la impor-
muló en 1923 en términos de psicología indivi- tancia fundamental que se debe conceder al de-
dual c o m o tendencia a la neurosis obsesiva o la sarrollo preedípico en el marco de la teoría de
melancolía lo amplió m á s tarde en forma de la socialización. Melanie Klein, Ernest Jones y
tesis sobre la «patología de las comunidades otros han descrito una etapa arcaica del Super-
culturales». En El malestar en la cultura señaló yó determinada no tanto por la introyección de
que el precio del progreso cultural es «una pér- la realidad externa c o m o por la incorporación
dida de felicidad debida al incremento del sen- de las proyecciones destructivas y sádicas del
timiento de culpa» (Freud, 1930:134). Incluso niño de corta edad (Klein, 1975; 1949; Jones,
en el seno de la familia, la vida sólo es posible 1948). René Spitz, Margaret Mahler y otros
con la renuncia de los deseos edípicos y el esta- han examinado la función constitutiva de la
blecimiento de la conciencia moral. Cada a m - diada madre-hijo, en especial la simbiosis, la
pliación de las relaciones sociales no hace más separación y la individuación, y han documen-
que acentuar este conflicto y provocar un incre- tado las múltiples consecuencias patológicas de
mento de los sentimientos de culpabilidad. El una relación psicotóxica o inadecuada con la
proceso cultural se basa en un mecanismo mal- madre en el psiquismo del niño en desarrollo
sano. Cuanto m á s limitada se encuentra la (Spitz, 1965; Mahler, 1968; Mahler y col.,
agresión inmediata entre individuos en el curso 1975). Por último, Kohut (1971) y Kernberg
de la socialización, m á s se acrecienta la agre- ( 1975) relacionaron el aumento de perturbacio-
sión dentro de los individuos. Cuanto más se nes caracterológicas con una aplicación inade-
debilitan las pulsiones y los afectos en el inter- cuada de las energías narcisistas de los objetos
cambio social, m á s se intensifican «la produc- arcaicos, entre ellos el Y o grandioso y la ima-
ción social de inconsciencia» (Erdheim, 1982) gen parental idealizada. Sobre este trasfondo
432 Stefan Breuer

teórico, las formulaciones de Freud no resultan m o m e n t o en que el proceso de maduración psi-


incorrectas sino excesivamente ancladas en la cosexual no ha llegado aún al desarrollo de un
intervención paterna durante la fase edípica. Y o estable y coherente. Varias teorizaciones
Estas concepciones quedaron aún m á s rela- sostienen que en la condición actual de «padre
tivizadas por la psicología social de orientación ausente», una proporción importante de las
psicoanalítica, que elaboró argumentos plausi- energías psíquicas queda ligada a objetos pree-
bles para demostrar el carácter de clase y la his- dípicos, de m o d o que sólo queda una cantidad
toricidad de la configuración edípica descrita limitada para el desarrollo y la creación de un
por Freud. El carácter de clase, porque esta Y o maduro y de estructuras superyoicas. La
configuración, determinada por la intensidad consecuencia es que el desarrollo infantil no
de la simbiosis madre-hijo y su destrucción por llega nunca al conflicto edípico decisivo, lo que
un padre prohibidor que insiste en que el niño significa a su vez que el componente arcaico y
abandone el principio del placer, refleja en últi- preedípico del Superyó cobra m á s importancia
m a instancia las exigencias de una familia nu- que el componente edípico.
clear burguesa con papeles m u y claramente Así, nos encontramos hoy con el siguiente pro-
definidos. Historicidad, porque este tipo de blema: la función limitadora, controladora
familia, habida cuenta de los cambios de y orientadora del Superyó, que ahora coin-
condiciones de trabajo y de la asignación de pa- cide ampliamente con el Y o , se ve m e r m a d a
peles en función del sexo, no puede considerar- por la debilidad de los progenitores, la edu-
se determinante c o m o lo era en la época de cación tolerante y el ambiente social. Las
Freud. pulsiones sociales y agresivas obedecen a un
D e las múltiples causas de estas transforma- número cada vez menor de normas. Pero
ciones, cabe mencionar aquí las siguientes: la subsiste en las profundidades del invididuo
devaluación de todas las características que sus- el Superyó estricto de los primeros años de
tentaban otrora la cultura patriarcal (Mit- vida. Esto se traduce en trastornos, descon-
scherlich, 1969), las experiencias de trabajo pri- tento, situaciones depresivas y la búsqueda
mordialmente individual y la posesión familiar de una gratificación sustitutiva (Lowenfeld
de los medios de producción; el auge de una y Lowenfeld, 1970:711; véase también
colectividad h o m o g é n e a de trabajadores Lasch, 1980; Ziehe: 130 y ss.).
(Marx) cuyo destino es la proletarización; la di- Se aplica también al psiquismo un hecho
ferenciación y disociación de esferas de la vida comprobado en el plano sociogenético: que la
integradas antes en la familia; la codificación socialización en las condiciones del mercado es
de la familia en virtud de normas burocráticas un proceso sumamente paradójico. E n compa-
y jurídicas; y, por último, la socialización de las ración con la época de Freud, la estructura so-
funciones parentales por los medios de c o m u - cial se ha vuelto m á s densa y m á s sólida y en-
nicación de masas, los grupos de pares y los globa ampliamente el núcleo de la vida fami-
profesionales de las terapias psicológicas y so- liar, que para Elias es un reducto que se sustrae
ciales. a la formación social (1982a: 166 y ss., 180,
188-189). Pero esta expansión de lo social no
Al parecer, hemos trascendido el concepto
conduce a la formación de un sujeto social, sino
de «societalización individual» (Adorno), se-
que socava, cada vez en mayor grado, el sustra-
gún el cual la socialización se producía por
to de las actividades sociales y subjetivas. El
identificación con un individuo a la vez a m e -
debilitamiento de los factores que en la familia
nazador e idealizado. Parece también dominar
burguesa provocaban la limitación y frustra-
ahora la idea de que la organización represiva
ción sucesivas de los deseos y las fantasías ar-
de los instintos ocurre en forma colectiva y de
caicas fortalece el poder del inconsciente. Con-
que el Y o es socializado de manera prematura
trariamente a lo que pensaba C G . Jung, el in-
por toda una serie de agentes e instancias extra-
consciente no representa una colectividad
familiares (Marcuse, 1972:79; Mitscherlich,
superior sino su negación. Se ha reforzado así el
1969:144 y ss., 310 y ss.; Lasch, 1980:176 y
poder de una instancia que es el m u n d o simbó-
ss.).
lico privado de individuos dominados por sus
C u a n d o Marcuse habla de socialización
objetos preedípicos y excluidos del m u n d o de
«prematura» quiere decir, ni m á s ni menos,
la comunicación social (Lorenzer, 1970:92,
que la totalidad incide en el individuo en un
Los desenlaces de la civilización: Elias y lu modernidad 433

97). L a civilización, instaurada en primer tér- las culturas premodernas avanzadas los siste-
mino mediante la domesticación de lo arcaico, m a s de interacción siguen desempeñando un
se convierte así en su opuesto; es decir, en la papel destacado, aunque haya en ellas funcio-
reproducción de lo arcaico «en la civilización nes importantes a cargo de los sistemas de orga-
por medio de la propia civilización» (Adorno, nización: en virtud del principio de estratifica-
1971:421). Elias no tiene en cuenta esta posi- ción que las rige, estas sociedades son represen-
bilidad, lo que debilita su teoría de la civili- tadas y simbolizadas en su totalidad por la red
zacións. de contactos de la minoría privilegiada. Las in-
3. La última objeción que expondré ahora teracciones de ésta pueden considerarse así co-
se debe a la teoría de los sistemas y es la si- m o «el m o d o de integración de las sociedades
guiente: Elias no distingue claramente entre sis- estratificadas» (Luhmann, 1980:84).
temas de interacción, sistemas de organización En cambio, en la sociedad moderna basada
y sistemas societales. Con arreglo a la defini- en una diferenciación funcional plenamente
ción de L u h m a n n , los sistemas de interacción desarrollada, el sistema de interacción no cum-
están determinados de tal m o d o que los partici- ple ya funciones de integración. La interacción
pantes se perciben recíprocamente y comuni- sigue siendo una condición previa de la socie-
can entre sí basándose en esa percepción. Pues- dad constituida, en última instancia, mediante
to que depende de la presencia tangible de otras la actividad social (Luhmann, 1982:79). Pero
personas, un sujeto aislado no puede alcanzar estas sociedades han adquirido un grado de
un alto grado de complejidad ni en sus relacio- complejidad tal (con la delegación de funciones
nes internas ni en sus relaciones externas, limi- fundamentales a los subsistemas, el auge de
tación que se ve agravada por el m u c h o tiempo vastos sistemas de organización y el desarrollo
que requieren la concentración temática y la se- de una sociedad mundial) que no están ya re-
cuencia lineal de las contribuciones. En c a m - presentadas, y m u c h o menos gobernadas, por
bio, los sistemas de organización permiten una la interacción.
m á s amplia generalización práctica y temporal, La sociedad está constituida en gran medida
por basarse en normas de pertenencia que per- por interacciones, pero ha llegado a ser
miten reproducir m o d o s de conducta m u y arti- inaccesible a la interacción. N o hay ninguna
ficiales por un largo período que se caracteri- interacción, por m á s elevada que sea la je-
zan por una generalización de motivación y rarquía de los participantes, que pueda ser
una especificación de conducta m u y grandes. representativa de la sociedad. Y a no hay
Por último, el concepto de sistema societal se pues una «buena sociedad». Las experien-
centra en la forma m á s amplia de comunica- cias a que permite acceder la interacción no
ción, el sistema social por excelencia, que actúa transmiten ya un conocimiento socialmente
c o m o fundamento de todos los demás sistemas necesario, sino que conducen, tal vez en for-
de la sociedad (y por consiguiente, de los siste- m a sistemática, a la confusión. Los ámbitos
m a s de organización y los de interacción). El de interacción que cabe unir y agregar en
sistema societal no es simplemente la suma de torno a algún puntofijoponen de relieve, en
todas las organizaciones e interacciones, sino el mejor de los casos, los sistemas funciona-
un sistema de orden superior. A d e m á s de las les, quizá también las demarcaciones regio-
interacciones, el sistema societal comprende nales (naciones), pero no el sistema global
todas las actividades no interaccionales, por de la comunicación societal ( L u h m a n n ,
ejemplo la comunicación escrita; separa lo so- 1985a:585).
cial de lo no social y permite diferenciar subsis-
D e manera análoga, a medida que la inter-
temas especializados con arreglo a funciones
acción pierde importancia en la sociedad, la or-
que les son propias ( L u h m a n n , 1974:143;
ganización pasa a primer plano. Los mismos
1982:11 yss.).
procesos que llevaron a separar los niveles de
L u h m a n n sitúa estas distinciones en una sistema de la sociedad y la interacción -según
perspectiva evolutiva. Ninguna sociedad c o m - L u h m a n n (1981:360 y ss.), la diferenciación y
prende sólo interacciones, pero se puede decir monetarización constante de la sociedad, la re-
que las sociedades arcaicas, cuya diferencia- glamentación jurídica de las condiciones cons-
ción funcional es escasa, funcionan esencial- titutivas de la vida cotidiana, la creciente im-
mente en forma de interacciones. También en portancia de la escolaridad y la elección de ca-
434 Stefan Breuer

rrera en la biografía de los individuos- fomen- el modelo no cortesano, de clase media, y que
tan, siempre ajuicio de L u h m a n n , una autoca- las buenas sociedades que siguen a la sociedad
tálisis en gran medida espontánea de organiza- de corte no tienen ya ni remotamente la m i s m a
ciones y la correspondiente generalización de influencia (1982b:305). Sostiene en varios pa-
factores singulares de este tipo de sistema: la sajes que el proceso de civilización avanza «sin
restricción de la comunicación a las decisiones rupturas», «en un movimiento de amplifica-
y la interconexión de las mismas; el predomi- ción constante y difusión continua» que se ini-
nio de las cadenas de m a n d o , las jerarquías bu- ció con la formación de un carácter social cor-
rocráticas y los mecanismos de control; la su- tesano y ha culminado (de m o m e n t o ) en un ca-
bordinación a metas y estrategias programáti- rácter nacional derivado de ese carácter
cas; y la ausencia de consideraciones morales y cortesano (1982a;36).
de reflexiones sobre la sociedad. Sin embargo, cuando Elias afirma que «el
Es cierto que esta expansión inexorable de modelo cortesano-aristocrático de la personali-
las organizaciones y los marcos de conducta or- dad se transmite en una u otra forma al modelo
ganizativos no significa que la sociedad se haya profesional burgués y éste le ha dado difusión»
convertido en un sistema unificado de organi- (1982b:37) -utiliza en alemán el verbo aufhe-
zación. En la actualidad, la sociedad ha llegado ben, que también significa «negar»- no hace
a ser una sociedad mundial y esto por sí solo justicia al matiz dialéctico contenido en los
significa que trasciende los horizontes de la or- otros significados de auflieben, «transmitir» y
ganización. Incluso en determinados ámbitos «propagar». Es evidente que hay una propaga-
funcionales se ha llegado a tal grado de comple- ción en el sentido de una conservación y conti-
jidad que las exigencias de la economía y la nuación que se manifiesta en la apropiación de
educación no pueden ser satisfechas por orga- determinados mecanismos de autocontrol (en
nizaciones individuales. A ú n si se pudiera, por una visión a m á s largo plazo, control de los
ejemplo, integrar a las organizaciones produc- afectos) o en fenómenos del tipo de la « d e m o -
tivas mediante un plan mundial, resultaría im- cratización de la alfabetización» (Goody y
posible combinar las decisiones relativas a la Watt, 1968). Pero aufheben significa también
producción y el consumo en una organización (y conviene subrayarlo en este caso) negar, in-
única. Los sistemas sociales organizados pue- validar y suprimir. L a democratización de la
den ser considerados c o m o un marco en el que alfabetización a que se refieren G o o d y y Watt
tiene lugar gran parte, si no la mayor, de la acti- (1969) no ha conducido a una mera apropia-
vidad social cotidiana sin que se llegue a una ción colectiva del patrimonio cultural, sino que
megaorganización en la que perdería vigencia ha socavado su homogeneidad y relajado su
la distinción entre sistemas societales y siste- fuerza de cohesión9 de m o d o que la Aufhebung
mas de organización. del privilegio no conduce a la generalización de
A la vista de estas distinciones, el problema los códigos de las clases superiores, sino a su
básico de la teoría de la civilización consiste en transformación en adornos.
la totalización de las formas de conducta típi- Las ideas de L u h m a n n conservan toda su
cas de los sistemas de interacción. Desde el pertinencia en este sentido, ya que: 1) la inter-
punto de vista histórico, esta totalización no acción de la clase alta pierde su carácter repre-
resulta totalmente incorrecta. En condiciones sentativo al acrecentarse la diferenciación de
de diferenciación por estratificación, u n siste- los subsistemas; el todo no puede ya ser repre-
m a específico de interacción (la corte) cumplía sentado por una parte, sólo se encuentra pre-
genuinamente funciones de integración y en es- sente en las partes; y 2) en virtud de la radicali-
te sentido era de pertinencia general para la so- zación de la diferenciación funcional, desapa-
ciedad. Sin embargo, Elias no limita explícita- rece la condición esencial de la interacción
mente la aplicación de su teoría de la civiliza- cortesana, a saber, la existencia de una canti-
ción a esta fase; considera que la diferenciación dad suficiente de tiempo libre. Sólo una clase
funcional y el nuevo marco de conducta consti- para la que todo el tiempo era «tiempo libre»
tuido por los sistemas sociales organizados son (es decir, tiempo no destinado esencialmente a
manifestaciones del proceso civilizador, aun- las tareas de producción y reproducción de la
que reconoce que existen diferencias entre el vida cotidiana) podía desarrollar la capacidad
modelo evolutivo de la civilización cortesana y psicológica de percepción de sí y de los demás
Los desenlaces de la civilización: Elias y la modernidad 435

de la que dependía la vida cortesana; sólo una exigir la aplicación actual del concepto de civi-
clase que se especializaba en la representación lización significa borrar de ese concepto todos
de la totalidad podía concentrarse en la estiliza- los contenidos que otrora guardaban relación
ción de usos, la producción e interpretación de con la civilidad.
los gestos donde se documentaba la jerarquía y
el honor, el respeto y el desprecio. Si la civiliza-
ción consiste en preferir el desvío y no el atajo,
La síntesis de todas estas objeciones nos permi-
en elegir la acción indirecta y no la directa, im-
te llegar a la conclusión crítica de que Elias con-
plica un orden en el que abunda al menos un cibe la civilización en términos excesivamente
bien: el tiempo. amplios. Es cierto que los argumentos de Elias
Ahora bien, los sistemas sociales organiza- permiten forjarse una idea del proceso civiliza-
dos que dominan en la sociedad burguesa pro- dor que ha configurado la conducta de las cla-
fesional se basan en la escasez sistemática de ses dominantes en Europa. Ese proceso, inicia-
tiempo. D e b e m o s insistir una y otra vez quedo en las cortes medievales, se transformó en
esos sistemas están destinados a ganar un tiem- las primeras formas modernas de la «civilidad»
po que representa una ventaja competitiva con y la «civilización» y llegó a incidir en los co-
respecto a las demás organizaciones: de ahí que mienzos de la sociedad burguesa, siempre aso-
la comunicación resulte abreviada y canaliza- ciado e impulsado por el monopolio de la vio-
da, que las tareas se cumplan simultáneamente lencia física legitimada que caracteriza el desa-
rrollo del Estado a partir de la Edad Media. La
gracias a la división del trabajo, y que las opera-
ciones queden liberadas de la necesidad (que presentación de Elias se vuelve problemática
exige tiempo) de establecer una motivación na- cuando trasciende la descripción de esta corre-
tural y u n consenso moral en cada caso indivi- lación y trata de interpretar la totalidad del
dual10. Es evidente que sólo si ahorran tiempo proceso social c o m o un proceso de civilización.
pueden responder las organizaciones a la m a - C o m o ya he dicho, esta tentativa lleva a subra-
rea creciente de demandas. Pero también resul- yar unilateralmente los aspectos que favorecen
ta evidente que la «temporalización de la c o m -la integración, la centralización y el control y a
plejidad» sólo puede desarrollarse en oposición descuidar los momentos contrarios de desinte-
gración y descomposición y anomia (en los pla-
a c ó m o las clases altas tradicionales pasaban su
tiempo, es decir, en oposición a la «civiliza- nos psicogenético y sociogenético). P u e d o
ción». D o n d e domina «la escasez de tiempo y añadir ahora que esta tentativa conduce a des-
la preeminencia de lo urgente», la comunica- vitalizar el propio concepto de civilización.
ción cortesana de viejo cuño se convierte en un Asimilar dos configuraciones tan diferentes co-
lujo que sólo es posible al margen de los siste- m o son el m u n d o cortesano-absolutista y el
m a s sociales organizados (y para ello, muchas m u n d o profesional burgués-industrial implica
veces, hay que pagar un precio). L a sociabili- llevar el concepto de civilización a un extremo
dad prudente y la conversación caballeresca, de abstracción en el que se convierte en u n sim-
ple sinónimo de «control de los afectos» y re-
los gestos y las palabras civilizadas, el tacto y el
respeto, fenómenos todos de clase alta, no so- sulta inútil para formular distinciones. Tal vez
breviven hoy a «la disolución del orden social Kant, antes de que se estableciera la distinción
estratificado, al menos no sobreviven como con- específicamente alemana entre «cultura» y «ci-
dición de cultura» (Luhmann 1985a: 456)". vilización» con la consiguiente desvalorización
Estos fenómenos no han desaparecido c o m - de la segunda, tenía razón al proponer que se
pletamente; pero la constante presión de aho- definiera estrictamente el concepto de civiliza-
rrar tiempo reduce a su mínima expresión to- ción limitándolo a «los buenos modales, la cor-
dos los adornos y ceremonias, todas las interac- tesía y cierta discreción» necesarios para con-
ciones rituales, al punto de que el estilo de vertirse en «miembro de la sociedad», es decir,
comunicación en las organizaciones y entre las de la buena sociedad (Kant, 1899:19). Esa defi-
organizaciones corresponde cada vez m á s al de nición de Kant tiene al menos la virtud de refle-
la arquitectura contemporánea para la que el jar con mayor precisión que Elias el carácter
adorno es un crimen (A. Loos). La economía de transitorio de las condiciones a que está ligada
tiempo y la civilización son términos que se ex- la civilización; y conserva además la posibili-
cluyen mutuamente. Negar esta oposición y dad de complementar la teoría de la civiliza-
436 Stefan Breuer

ción con una teoría de la descivilización cuya mismo m o d o , un m u n d o que nos despoja
necesidad se hace sentir desde hace tiempo: del tiempo libre y de otros requisitos de la
La caballerosidad sin caballeros, el espíritu cor- vida privada, atenta contra la sutileza de
tesano sin corte, la gracia sin salón, la corte- nuestra vida psicológica privada (Anders,
sía sin consideración material no pueden 1986:13).
sobrevivir eternamente, ni siquiera c o m o
puro juego. Lamentablemente es así. Del Traducido del alemán

Notas

1. Elias. 1987: 1978. Elias se ha 5. Para una crítica de Sennett. 7. Lasch formula una crítica
referido expresamente a su véase Vowinckel (1985). U n a análoga. 1985:713 y ss.
relación con C o m t e ( 1978:33 y ss.) buena ilustración de la tendencia,
Si bien no hay referencias a la que sólo aludimos aquí, a la 8. Esta afirmación se aplica
sistemáticas similares a Comte, la privatización de la esfera pública, también a su obra reciente Studien
afinidad conceptual es m u y es la desaparición del espacio über die Deutsehen ( 1989), donde
evidente en su terminología, en público. En el siglo x v m , las calles si bien presta gran atención a los
particular la utilización reiterada y plazas eran lugares de procesos de «descivilización», los
de conceptos c o m o diferenciación interacción y sociabilidad, explica por el retraso de las clases
e integración. mientras que ahora se han dirigentes de Alemania y su mayor
convertido en meras vías de proximidad con las sociedades
tránsito individual, cuyo ritmo es guerreras arcaicas. Incluso en este
2. Esta perspectiva se contempla
dictado por la inexorable presión libro, rico en brillantes intuiciones.
con m á s escepticismo únicamente
de los horarios de trabajo, de los Elias ignora el concepto de una
en las publicaciones recientes, en
comercios, de los transportes dialéctica de la ilustración:
las que Elias considera la
públicos, etc. Esto explica la considera que el colapso de la
posibilidad de que la carrera
propensión generalizada a civilización en Alemania no se
armamentista «con u n gran
atravesar estos espacios sin vida en debe a la propia civilización, sino a
estallido o sin él... esté llegando a
el menor tiempo posible, al igual la realización inadecuada de la
sus postrimerías» (1987:x), y que
que la tendencia, observada por ilustración y la debilidad de los
la «norma de conducta civilizada a
Günther Anders, a convertirlos en valores de clase media.
que ha llegado la humanidad no
sea uniforme ni esté unificada. una «hipertrofia de la esfera
privada», de preferencia con la 9. G o o d y y Watt, 1968:55 y ss.
Forman parte de su estructura
ayuda de transistores o lectores de Estos autores (que c o m o buenos
contradicciones reconocibles a las
casetes portátiles que permiten ingleses detestan los extremos) no
que se deben buena parte de las
estar presente y ausente al m i s m o comparten la idea de Nietzsche de
tensiones y los conflictos
tiempo. También encaja en este que «la forma m á s general de la
personales de nuestro tiempo»
molde el hecho de que la distinción cultura es la simple barbarie»
( 1987:81 ). N o es previsible, en entre la playa pública y el baño o (Nietzsche. 1974:38). Ulrich Beck
cambio, una ruptura de principio solário privado se haya vuelto en ha examinado de qué manera
con la filosofía de la historia de la gran medida supérflua (véase podría ser cierta esta afirmación de
Ilustración, pues, c o m o Sieves o Duerr, 1988:158 y ss.). Duerr ha Nietzsche, y señala que hay
Kant. Elias sitúa los rudimentos contrapuesto esta observación a la sectores del sistema de educación
del estado natural sobre todo en el tesis de Elias de un aumento del que. disociados del mercado de
plano interestatal, y supone que su control de la afectividad, postura trabajo, se están convirtiendo en
derrotafinalse logrará gracias a la que carece todavía de una ciudades fantasma o depósitos de
cooperación amistosa y la explicación teórica m á s precisa. personas que no logran encontrar
intensificación del autocontrol. trabajo (Beck, 1986:237 y ss.).

3. M e limito aquí a las objeciones 6. Puede verse la manera en que 10. V e r L u h m a n n , 1982:12 y ss.
teóricas; para una crítica de Elias utiliza el concepto de La aniquilación organizada del
orientación más histórica, véase «condicionamiento» en 1982a:69, tiempo conduce a una monstruosa
van Krieken( 1989). 81. 135, 178, 182. 188 y ss. y 204. expansión del tiempo, aunque se
E n la página 248 identifica la trate ahora de tiempo libre: esta
4. Véase Schmitt (1985) y el fuente del concepto: el dialéctica ha sido gráficamente
debate subsiguiente. conductismo estadounidense. descrita por Günther Anders: « A
Los desenlaces de la civilización: Elias y la modernidad 437

fuerza de ahorrar tiempo, hemos permitan gastarlo» (Anders, 11. Incluso en la isla Standard,
llegado a una acumulación de 1980:349). En la actualidad, hay cuyos habitantes no carecen de
tiempo con el que no sabemos qué industrias que aprovechan ese tiempo ni de dinero, el profesor de
hacer; disponemos de una cantidad tiempo-desperdicio; mencionemos baile (naturalmente, francés)
tal de tiempo que, presas de horror los objetos que el propio cliente contratado para mejorar las
al vacío, nos sentimos impelidos a debe armar, la producción de relaciones interpersonales se
ocupar ese tiempo con un gran objetos para el deporte y la encontraba ocioso: véase Verne,
número de actividades que nos industria cultural. 1895.

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Recomendación de Barcelona
Libertad, diversidad y solidaridad

La UNESCO, así como las diversas redes cultu-Considerando que:


rales, educativas y científicas asociadas a ella,
está organizando encuentros y otras actividades vivimos unas especiales circunstancias de
en ocasión del Quinto Centenario de la llegada cambios significativos en las estructuras de los
de Cristóbal Colón a las Americas, en 1492. En estados y de la realidad internacional que
el número de diciembre de 1992 de la RICS, abren nuevas perspectivas para los pueblos y
estudiaremos las múltiples trayectorias históri- culturas en todo el m u n d o ;
cas seguidas por distintos países del continente
americano. A continuación, publicamos el tex- la justa valoración de los pueblos y culturas
to de una recomendación adoptada en Barcelo- hasta ahora dominados así c o m o también de
na, tras la celebración de un seminario euro-las minorías culturales puede contribuir a la
americano que tuvo lugar entre los días 27 y 30 concepción de un nuevo orden de relaciones
de noviembre de 1990. culturales que contribuya a una efectiva d e m o -
cracia internacional;
A.K.
los problemas que afectan a las culturas domi-
nadas en relación a las culturas dominantes no
son exclusivas del continente americano y que
se dan situaciones similares en otros continen-
Los participantes de 16 países de América y tes;
Europa, reunidos en Barcelona, por iniciativa
de la Federación Catalana de Asociaciones y la diversidad cultural debe ser vista c o m o un
Clubs U N E S C O , con el alto patrocinio de la hecho vital y su reconocimiento contribuirá a
«Comissió América i Catalunya 92» de la G e - eliminar violencias, permitirá la supervivencia
neralidad de Cataluña, y con la colaboración y continuidad de la especie humana y de su en-
de «Unidad para la conmemoración del Quin- torno natural, los cuales no se desarrollan ade-
to Centenario del Encuentro de dos Mundos», cuadamente con criterios de homogeneidad;
«Comisión española de cooperación con la
U N E S C O » y «Comisión de Costa Rica de existen en los pueblos y culturas dominados
Cooperación con la U N E S C O » , para reflexio- los elementos de futuro que permiten imaginar
nar sobre «identidad cultural y modernidad: modelos de vida m á s dignos en las nuevas cir-
nuevos modelos de relaciones culturales», en cunstancias del m u n d o actual;
el marco de las convocatorias de U N E S C O so-
bre el « V Centenario del encuentro de dos emergen y se recuperan valores éticos, incom-
mundos» y en el marco de las actividades de patibles con modelos económicos, técnicos y
las Naciones Unidas que se proponen elaborar culturales que han dañado a los pueblos y cul-
una declaración sobre los derechos de los pue- turas dominados y a las mismas culturas do-
blos indígenas, minantes;

RICS 128/Junio 1991


440 Recomendación de Barcelona. Libertad, diversidad y solidaridad

el ejercicio de la soberanía es necesario para m u y especial y de nuevas metodologías de


poder superar las condiciones de dependencia aproximación y apoyo, en virtud de su mayor
y de dominación, y que para muchos pueblos vulnerabilidad y de las amenazas a que están
un elemento fundamental de la soberanía es la expuestas.
posesión de su espacio territorial.
7. Que se auspicien estudios e investigacio-
nes sobre las estructuras estatales heredadas
Recomendamos: del pasado que puedan bloquear la autonomía
de pueblos y culturas, bajo garantías interna-
1. Q u e sea redefinida la noción de pueblo co- cionales y con la colaboración de las comuni-
m o sujeto de los derechos colectivos. Que se dades afectadas.
promueva, en el marco de las Naciones Uni-
das, una Declaración de los Derechos de los 8. Que se estudien las diferentes ideologías
Pueblos y de las Culturas, y que se establezcan racistas y etnocentristas que limitan o distor-
los procedimientos internacionales para su sionan la comprensión recíproca de pueblos o
efectividad jurídica. culturas y que ocultan o niegan la diversidad
cultural.
2. Q u e se dé apoyo a los esfuerzos de las N a -
ciones Unidas para elaborar instrumentos jurí- 9. Q u e se establezca diez años, por iniciati-
dicos sobre los derechos de los pueblos indíge- va de la U N E S C O , bajo el control de una co-
nas y que se amplíen estos instrumentos para misión internacional independiente, u n atlas
las comunidades descendientes de la emigra- internacional de las lenguas y una evaluación
ción forzada de africanos en América y para del estado de las lenguas dominadas, en el
otros pueblos o formaciones culturales no do- bien entendido de que todas las lenguas del
minantes. m u n d o independientemente del número de
sus hablantes, deben constituir parte sustan-
3. Q u e sea reconocido el derecho a la auto- cial del patrimonio cultural h u m a n o univer-
nomía y a la autoidentificación (condición sal.
nombrada también con otros conceptos simi-
lares c o m o autodeterminación o autogestión)
10. Que todos los pueblos y culturas puedan
de todos los pueblos y culturas.
desarrollar sus medios de comunicación sin li-
4. Q u e sean recopiladas y difundidas todas mitaciones y que, en general, los medios de co-
las declaraciones y otros textos de orientación municación contribuyan a dar a conocer su
de la U N E S C O y de otras organizaciones in- existencia, sus contribuciones a otras culturas,
ternacionales gubernamentales y no guberna- y a presentar imágenes correspondientes que
mentales sobre los derechos de los pueblos, expresen las variedades fenotípicas, sociales y
culturas y minorías culturales y se les dé una culturales.
interpretación acorde con las actuales circuns-
tancias. 11. Que se fomente el diálogo intraétnico e in-
terétnico para reforzar las identidades cultura-
5. Q u e se facilite y apoye sin discriminacio- les y el desarrollo cultural, y para favorecer la
nes el desarrollo cultural de todos los pueblos. conciencia colectiva y el libre juego de las
Q u e se promuevan asimismo las condiciones ideas.
sociales, económicas y políticas para este desa-
rrollo cultural, puesto que todas las culturas 12. Que se reconozcan, estudien y valoren los
son dinámicas y pueden alcanzar su propia aportes de modelos de relación ser h u m a n o -
modernidad. La vida de todas las culturas, in- medio ambiente de los actuales pueblos y cul-
dependientemente de su extensión demográfi- turas dominadas, puesto que poseen formas de
ca, es patrimonio c o m ú n de la humanidad y vida más adecuadas para la sobrevivencia que
responsabilidad de todos. muchas prácticas de la modernidad.

6. Las culturas con menor número de porta- 13. Que los sistemas educativos refuercen las
dores requieren de una solidaridad universal identidades culturales. Q u e las lenguas nativas
Recomendación de Barcelona. Libertad, diversidad y solidaridad 441

y las lenguas criollas sean consideradas efecti- 17. Q u e se reconozca a los pueblos indígenas
vamente en las políticas educativas y que no se y negros descendientes de la diáspora africana
manipule la enseñanza con propósitos de alie- en América el derecho a su patrimonio simbó-
nación cultural. Q u e las lenguas de todas las lico, intelectual, artístico, científico y tecnoló-
culturas sean utilizadas por sus administracio- gico, y que ellos mismos puedan determinar
nes respectivas. las modalidades de su utilización y desarrollo,
y las relaciones de intercambio.
14. Q u e se favorezca la creación de nuevos
paradigmas económicos que substituyan el sis- 18. Llamar la atención de la comunidad inter-
tema de explotación y de desigualdad por otro nacional sobre la contradicción que supone
que valore la reciprocidad y la solidaridad. conmemorar el quinto centenario del encuen-
tro entre dos m u n d o s mientras se establecen
15. Q u e sean reformuladas las instituciones barreras migratorias en Europa y demás países
internacionales para que articulen este nuevo del Norte que dificultan la libre circulación y
orden cultural respetuoso con los pueblos y las contacto de culturas y pueblos.
culturas, y que estas instituciones funcionen
con criterios confederales a todos los niveles. 19. En suma, nos pronunciamos por un mode-
lo de relaciones culturales de libertad, diversi-
16. Q u e los centros de investigación, las uni- dad y solidaridad c o m o formas de relación
versidades y los establecimientos de educación respetuosas y recíprocas que favorecen el desa-
básica den legitimidad a los estudios sobre los rrollo y bienestar de todos los pueblos del
grupos negros descendientes de los africanos m u n d o , en condiciones de igualdad, sin domi-
en América. naciones de ningún signo.

G L O R I A A R T Í S (México), A U R E L I A R G E M Í (Cataluña), G U I L L E R M O B O N F I L (México),


JOSÉ A N T O N I O C A M A C H O (Costa Rica), R O B E R T O C A R D O S O (Brasil), A D O L F O C O -
L U M B R E S (Argentina), R A F A E L D U H A R T E (Cuba), FELICIANO E L I Z O N D O (Costa Rica),
N I N A F R I E D E M A N N (Colombia), JESÚS G A R C Í A (Venezuela), PILAR G A R C Í A (Cataluña),
J U K K A H A V U (Finlandia), JAIRO H E R N Á N D E Z (Costa Rica), JAVIER LAVIÑA (Catalu-
ña), G L O R I A L Ó P E Z M O R A L E S ( U N E S C O , París), M A R I A N O H E R R E R A (Venezuela), O C -
T A V I O IANNI (Brasil), JOSEBA INTXAUSTI (Euskadi), E N R I Q U E M A R G E R Y (Costa Ri-
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E A N M O N N OCIOSAIN (Irlanda), J A M E S P E T R A S (EEUU), E U G E N I P O R R A S (México),
JOSEP P U I G BOIX (Cataluña), A N G E L Q U I N T E R O (Puerto Rico), A D O L F O R O D R Í G U E Z
(Venezuela), D O N A L D ROJAS (Canadá), N E L L Y R O M A N (Costa Rica), N Y D I A R U I Z (Ve-
nezuela), V E R E N A S T O L C K E (Cataluña), D O M I N I Q U E T E M P L E (Francia)

Barcelona, diciembre de 1990


Servicios
profesionales
y documentales

Calendario de reuniones internacionales


La redacción de la Revista no puede ofrecer ninguna información complementaria acerca de estas reuniones.

1991

2-6 junio Calcutta Indian Institute of H u m a n Sciences: Int. Conference on Pragmatics and
(India) Semiotics-State of the Art
Prof. Samir K. Gosh, 120-1, Sri Aurobindo Road, Konnagar, W.B.,
712 235 (India)

23-27 junio Oslo Union internat, des villes et pouvoirs locaux: Congrès mondial sur l'en-
vironnement, la santé et le m o d e de vie
/ / / Congrès mondial de l'UIVPL, Haakon VUS GT.9, P.O.Box 1378
VIKA, N-0114 Oslo 1 (Noruega)

26-28 junio Copenhague Institute of Organisation and Industrial Sociology: VIII Conférence in-
ternationale
SCOS, Copenhagen Business School, 23B, Blaagaardsgade, DK-2200
Copenhagen N (Dinamarca)

2-5 julio Copenhague Institut internat, des sciences administratives: Table ronde (Thème: La
gestion des services sociaux)
¡ISA, 1 rue Defacqz, Ble II, B-1050 Bruxelles (Bélgica)

4-7 julio Debrecen Internat. Association for Cross-cultural Psychology: Conférence


(Hungria) Hedvig Katona Sallay, Institute of Psychology ofKLTE, 4010 Debrecen,
10. Pf.28 (Hungría)

8-12 julio Budapest Internat. Association for Cross-cultural Psychology: II Congrès euro-
péen de psychologie
Congress of Psychology, National Scientific Organizing Committee,
P.O. Box 4, H-Î378 Budapest (Hungría)

4-9 agosto Manila Association of Asian Social Science Research Councils: IX Conférence
biennale
AASSRECm c/o Indian Council of Social Science Research, 35 Feroze-
shah Rd. New Delhi-110001 (India)
444 Servicios profesionales y documentales

18-23 agosto México, DF Fédération mondiale pour la santé mentale: Congrès biennal 1991
( T h è m e : L ' h o m m e et la science pour la santé mentale)
Federico Puento Silva, C O M F C T A , A.C.. Apt. postal 22-421, Tlalpan
14000. Mexico. DF. (Mexico)

18-24 agosto Moscú Fédération internat, des associations de bibliothécaires et des bibliothè-
ques: LVII Conseil et Conférence générale ( T h è m e : Les librairies et la
culture)
IFLA. P . O . Box 95312. 2509 C H La Haye (Países Bajos)

Septiembre Europa del Oeste Tribunal international de l'eau: Réunion


Tribunal internat, de l'eau. Damrak 83-1. 1012 LN Amsterdam (Pays-
Bas)

15-17 sept. Padua U n i o n géographique internationale; G r o u p e d'étude sur les change-


(Italia) ments de l'environnement en zones karstiques: Conférence internatio-
nale
Dr. Aldino Bondesan, Dipt, de Geografia, Universila degli Sludi di Pado-
va, Via del Santo 26, 35123 Padua (Italia)

15-20 sept. Dubrovnik Inter University Centre: Conférence ( T h è m e : Impact des nouvelles re-
(Yugoslavia) lations Est-Ouest sur la coop. N o r d - S u d )
Inter University Centre. Frana Bulica 4, Yu 50000 Dubrovnik (Yugos-
lavia)

22-27 sept. Belfast v Association internat, pour le développement et la gestion des villes an-
Dublin ciennes et nouvelles: Conférence ( T h è m e : Le renouveau urbain - Eta-
blir l'équilibre)
All'N, 26 rue Emériau, F-75015 Paris (Francia)

24-28 sept. Dublin Fédération internat, pour l'habitation, l'urbanisme et l'aménagement


des territoires: 40e Congrès
F1HUAT, 43 Wassenaarseweg, NL-2596 C G La Haye (Países Bajos)

25-29 sept. Baltimore Internat. Society for the History of Rhetoric: Réunion
(EE. UU) Prof. N. Slruever, Humanities Center. The John Hopkins University,
Baltimore. M D 21218 (EE.UU)

21-25 oct. Paris E A P S : U I E S P ; I N E D : Congrès européen de démographie


SOCFI. Congrès européen de démographie. 14 rue Mandar, 75002 Paris
(Francia)

Noviembre Minia U ú ó n Geográfica Internacional; G r u p o de estudio sobre el h a m b r e y


(Egipto) la investigación de sistemas de producción alimentaria: Conferencia in-
ternacional sobre las zonas y lugares críticos
l'rof. F. N. Ibrahim, Institute of Geoscience, University of Bayreuth,
P. O. Box 3008, D-8580 Bayreuth (Alemania)

11-14 nov. Viena Centre internat, d'information pour la terminologie: III Colloque d T N -
F O T E R M - L a terminologie pour le transfert des connaissances
INFOTERM, Mme Krommer Benz, P.O.Box 130, A1021 Vienne (Aus-
tria)

27-29 nov. Luxemburgo Office statistique des C o m m u n a u t é s européennes: Conférences sur les
ressources humaines à l'aube d u X X I siècle
EUROSTAT, François Bégeot. Synthèses des statistiques sociales,
L-2920 Luxemburgo
Servicios profesionales y documentales 445

1992

20-24 enero ¡hadan Union géographique internationale; Comission «Santé et développe-


(Nigeria) ment»: Réunion
Dr. Base, F. lyun, Depl. of Geography, University of ¡hadan, ¡hadan (Ni-
geria)
20-24 enero ¡hadan Unión Geográfica Internacional; Comisión «Salud y desarrollo»; Reu-
(Nigeria) nión
Dr. Base, F. Iyun, Depl. of Geography, University of ¡hadan, ¡badán (Ni-
geria)

30 abril Denver Population Association of America: Reunion


2 mayo (EE. VU) PAA, 1429 Duke Street, Alexandria, VA 22314-3402 (EE.UU)

Junio Brasil Conférence des Nations Unies sur l'environnement et le développe-


ment
Nations Unies, New York, N.Y. 10017 (EE.UU)

13-17 julio Viena Institut International des sciences administratives: 22e Congrès inter-
national
USA, I rue Defacq, Bte. 11, B-1050 Bruxelles (Bélgica)

9-14 agosto Washington, DC Union géographiqe internationale: X X V I I Congrès international


Dr. A. R. de Souza, Secr.-gen., 27th ¡GU Congress. 1145-17lh Streets
N.W., Washington, DC 20036 (EE.UU)

30 agosto • New Delhi Fédération internat, des associations de bibliothécaires et des bibliothè-
5 sept. ques: LVIII Conférence générale (Thème: La bibliothèque et les pers-
pectives de la politique d'information)
¡FLA, P.O. Box 95312, 2509 La Haye (Países Bajos)

1994

Cuba Fédération internat, des association internat, des bibliothécaires et des


bibliothèques: Conférence générale
¡FLA, P.O. Box 95312, 2509 CH La Haye (Países Bajos)

22-26 agosto Praga Union géographique internationale: Conférence régionale


Dr. T. Kucera, Seer, of the Organizing Committee, IGC, Albertov 6,
128 43 Praga2 (Checoslovaquia)
Libros recibidos

Generalidad, Turner, B . S . Theories of Modernity Rollet-Echalier, Catherine. La poli-


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información en ciencias sociales. lona, Federació Catalana d'Asso-
Paris, Unesco; Oxford, Berg P u - ciacions i Clubs Unesco, 1990, v.p. World Directory of Teaching and
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Social Science Information Unesco Yearbook on Peace and Con- nal Law, 2nd ed., 1990 / Répertoire
Directories / Répertoires mondiaux flict Studies, 1988. Paris, Unesco; mondial des institutions de forma-
d'information en sciences sociales / N e w York, Greenwood Press, 1990. tion et de recherche en droit interna-
Repertorios mundiales de informa- 241 p. index. 300 F . tional / Repertorio mundial de insti-
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Unesco, 1990. 387 p. (World Social H 'orld List of Social Science Periodi- mation Services / Services m o n -
Science Information Directories / cals, 1986, 7 th ed. / Liste mondiale diaux d'information en sciences so-
Répertoires mondiaux d'informa- des périodiques spécialisés dans les ciales / Servicios mundiales de in-
tion en sciences sociales / Reper- sciences sociales / Lista mundial de formación sobre ciencias sociales).
torios mundiales de información revistas especializadas en ciencias 100 F.

* Cómo obtener estas publicaciones: a) las publicaciones de la Unesco que lleven precio pueden obtenerse en la
Editorial de la Unesco, Servicio de Ventas. 7, Place de Fontenoy, 75700 París, o en los distribuidores nacionales; b)
las co-publicaciones de la Unesco pueden obtenerse en todas las librerías de alguna importancia o en la Editorial de
la Unesco.
Números aparecidos

Desde 1949 hasta 1958. esta Revista se publicó con el título de International Social Science Bulletin/Bulletin international tle\
sciences sociales Desde 1978 hasta 1984. la RICS se ha publicado regularmente en español y. en 1987, ha reiniciado su edición
española con el número 114. Todos los números de la Revista están publicados en francés y en inglés. Los ejemplares anteriores
pueden comprarse en la U N E S C O . División de publicaciones periódicas, 7, Place de Fontenoy, 75700 París (Francia).
Los microfilms y microfichas pueden adquirirse a través de la University Microfilms Inc.. 300 N Zeeb Road. Ann Arbor, M I
48106 (USA), y las reimpresiones en Kraus Reprint Corporation, 16 East 46th Street. Nueva York, N Y 100I7 (USA). Las microfi-
chas también están disponibles en la U N E S C O . División de publicaciones periódicas.

Vol. XI, 1959 Vol. XVIII, 1966


N u m . 1 Social aspects of mental health* N u m . 1 H u m a n rights in perspective*
N u m . 2 Teaching of the social sciences in the N u m . 2 M o d e r n methods in criminology*
USSR* N u m . 3 Science and technology as development fac-
N u m . 3 The study and practice of planning* tors*
N u m . 4 Nomads and nomadism in the arid zone* N u m . 4 Social science in physical planning*
Vol. XII, 1960 Vol. XIX, 1967
N u m . 1 Citizen participation in political life* Num. 1 Linguistics and communication*
N u m . 2 T h e social sciences and peaceful co-opera- Num. 2 T h e social science press*
tion* Num. 3 Social functions of education*
N u m . 3 Technical change and political decision* Num. 4 Sociology of literary creativity
N u m . 4 Sociological aspects of leisure*
Vol. XX, 1968
Vol. XIII, 1961 N u m . I Theory, training and practice in manage-
Num. 1 Post-war democratization in Japan* ment*
Num. 2 Recent research on racial relations* N u m . 2 Multi-disciplinary problem-focused re-
Num. 3 T h e Yugoslav c o m m u n e * search*
Num. 4 T h e parliamentary profession* N u m . 3 Motivational patterns for modernization*
N u m . 4 T h e arts in society*
Vol. XIV, 1962
Vol. XXI, 1969
Num. 1 Images of w o m e n in society*
Num. 2 Communication and information* Num. 1 Innovation in public administration
Num. 3 Changes in the family* Num. 2 Approaches to rural problems*
Num. 4 Economics of education* Num. 3 Social science in the Third World*
Num. 4 Futurology*
Vol. XV, 1963
Vol. XXII, 1970
Num. 1 Opinion surveys in developing countries* Num. 1 Sociology of science*
Num. 2 Compromise and conflict resolution* Num. 2 Towards a policy for social research*
Num. 3 Old age* Num. 3 Trends in legal learning*
Num. 4 Sociology of development in Latin America* Num. 4 Controlling the h u m a n environment*
Vol. XVI, 1964 Vol. XXIII, 1971
N u m . 1 Data in comparative research* N u m . 1 Understanding aggression
N u m . 2 Leadership and economic growth* N u m . 2 Computers and documentation in the social
N u m . 3 Social aspects of African resource develop- sciences*
ment* N u m . 3 Regional variations in nation-building*
N u m . 4 Problems of surveying the social science and N u m . 4 Dimensions of the racial situation*
humanities*
Vol. XXIV 1972
Vol. XVII. 1965
Num. 1 Development studies*
Num. 1 M a x Weber today/Biological aspects of race* Num. 2 Youth: a social force?*
Num. 2 Population studies* Num. 3 T h e protection of privacy*
Num. 3 Peace research* Num. 4 Ethics and institutionalization in social
Num. 4 History and social science* science*
454 Números aparecidos

Vol. XXV 1973 Vol. XXXIV. 1982


N u m . 1/2 Autobiographical portraits* Núm. 91 Imágenes de la sociedad mundial
N u m . 3 The social assessment of technology* Núm. 92 El deporte
N u m . 4 Psychology and psychiatry at the crossroads Núm. 93 El hombre en los ecosistemas
Núm. 94 Los componentes de la música
Vol. XXVI. 1974
Vol. XXXV. 1983
N u m . 1 Challenged paradigms in international
relations* Num. 95 El peso de la militarización
N u m . 2 Contributions to population policy* Núm. 96 Dimensiones políticas de la psicología
N u m . 3 Communicating and diffusing social science* Núm. 97 La economía mundial: teoría y realidad
N u m . 4 The sciences of life and of society* Núm. 98 La mujer y las esferas de poder

Vol. XXVII. ¡975 Vol. XXXVI. 1984


N u m . 1 Socio-economic indicators: theories and ap- Núm. 99 La interacción por medio del lenguaje
plications* Núm. 100 La democracia en el trabajo
N u m . 2 The uses of geography Núm. 101 Las migraciones
N u m . 3 Quantified analyses of social phenomena Núm. 102 Epistemología de las ciencias sociales
N u m . 4 Professionalism in flux
Vol. XXXVII. ¡985
Vol. XXVIII. 1976
Núm. 103 International comparisons
N u m . 1 Science in policy and policy for science* Num. 104 Social sciences of education
N u m . 2 The infernal cycle of armament* Núm. 105 Food systems
N u m . 3 Economics of information and information Núm. 106 Youth
for economists*
N u m . 4 Towards a new international economic and Vol. XXXVIII. 1986
social order*
Num. 107 Time and society
Vol. XXIX. 1977 Num. 108 The study of public policy
Num. 109 Environmental awareness
N u m . 1 Approaches to the study of international or- Num. 110 Collective violence and security
ganizations
N u m . 2 Social dimensions of religion
N u m . 3 The health of nations Vol XXXIX. 1987
N u m . 4 Facets of interdisciplinarity Num. 111 Ethnic phenomena
Num. 112 Regional science
Vol. XXX. 197H Num. 113 Economic analysis and interdisciplinarity
N u m . 1 La territorialidad: parámetro político Num. 114 Los procesos de transición
N u m . 2 Percepciones de la interdependencia mundial
N u m . 3 Viviendas humanas: de la tradición al Vol. XL. 1988
modernismo Núm. 115 Las ciencias cognoscitivas
N ú m . 4 La violencia Núm. 116 Tendencias de la antropología
Núm. 117 Las relaciones locales-mundiales
Vol. XXXI. 1979 Núm. 118 Modernidad e identidad: un simposio
N ú m . 1 La pedagogía de las ciencias sociales: algunas
experiencias Vol. XU, 1989
N ú m . 2 Articulaciones entre zonas urbanas y rurales
N ú m . 3 Modos de socialización del niño N ú m . 119 El impacto mundial de la Revolución fran-
N ú m . 4 En busca de una organización racional cesa
N ú m . 120 Políticas de crecimiento económico
N ú m . 121 Reconciliar la biosfera y la sociosfera
Vol. XXXII. 1980 N ú m . 122 El conocimiento y el Estado
N ú m . I Anatomía del turismo
N ú m . 2 Dilemas de la comunicación: ¿tecnología con- Vol. A X / / , 1990
tra comunidades?
N ú m . 3 El trabajo Núm. 123 Actores de las políticas públicas
N ú m . 4 Acerca del Estado Núm. 124 El campesinado
Núm. 125 Historias de ciudades
Vol. XXXIII. 1981 Núm. 126 Evoluciones de la familia

N ú m . 1 La información socioeconómica: sistemas, Vol. XLI1I. ¡991


usos y necesidades
N ú m . 2 En las fronteras de la sociología N ú m . 127 Estudio de los conflictos internacionales
N ú m . 3 La tecnología y los valores culturales
N ú m . 4 La historiografía moderna *Números agotados
Informe sobre la

En esta obra se analiza el estado actual de las comunicaciones en el


m u n d o , desde diversos ángulos. Se examina la cooperación mundial
en cuanto a comunicación y desarrollo, el estado de la tecnología, la
circulación de la información, el empleo, la formación, los aspectos
jurídicos, los convenios vigentes, etc. Se incluyen bibliografía, señas
de instituciones especializadas y estadísticas recientes sobre los
medios de comunicación, cine, libros, comercio de programas y
mercancías, y otros aspectos.

¿QUIEN ESQUÍEN EN EL M U N D O
DE LAS COMUNICACIONES?

¿POR QUÉ LA DESREGLAMENTACIÓN?

LA FORMACIÓN DE LOS COMUNICADORES


A
La UNESCO acaba de publicar una recopilación de Información de una
riqueza nunca alcanzada (...) Este informe, fruto de un considerable
A
5
trabajo colectivo, deberá aportar grandes servicios a todos quienes
trabajan para el desarrollo de la comunicación (...)
Panorámica Católica (Panamá), 12.08.90.

Para adquirirlo se ruega dirigirse al agente de ventas de las publica-


ciones de la U N E S C O en su país, o a la Editorial de la Unesco, Servi-
cio de Ventas, 7, place de Fontenoy, 75700 París (Francia), adjun-
tando un cheque en francos franceses o en otra m o n e d a convertible.
El precio incluye el franqueo por vía marítima.

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U N E S C O , 1990
ISBN 92-3-302628-0
549 páginas, precio: 348 FF
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los museos en Puerto Rico"
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Unidos en Panamá"
-Aline Frambes-Buxeda: "Clases sociales y
política en la Integración Andina"
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-Liliana Cotto: "Sindicatos hoy en Puerto Rico"

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Los Repertorios mundiales
de información en ciencias sociales
se preparan en versión trilingüe
a partir del Banco de datos
D A R E de la Unesco, que contiene
datos sobre instituciones
de investigación y de formación,
servicios de información
y de documentación,
/ publicaciones periódicas
que se especializan
en el ámbito de las
ciencias sociales.

Repertorio mundial de instituciones de ciencias sociales - Repertorio mundial de instituciones de investigación y


quima edición, 1990, 1211 p. de formación en materia de derechos humanos
ISBN 92-3-0025S2-6 (FF. 22S). 1988,216 p.
Presenta dalos de anualidad acerca de más de 2000 institucio- ISBN 92-3-102504-X (FF. 12S)
nes, sociedades y grupos especializados en ciencias sociales,
sus actividades, investigaciones en curso y publicaciones. Lista mundial de revistas especializadas en ciencias
Los datos referentes a instituciones especializadas en los sociales
campos del derecho internacional, de la paz y de los derechos (octava edición en preparación)
humanos se presentan en volúmenes complementarios e in- Contiene información detallada y completa sobre más de
cluyen una información detallada sobre su programa de for- 4 500 revistas publicadas en los países desarrollados, así c o m o
mación: en los países en desarrollo, incluyendo las revistas bibliográfi
cas y las de resúmenes analíticos.
- Repertorio mundial de instituciones de formación y de
investigación en derecho internacional Inventario selectivo de servicios de información
segunda edición, 1990, 38^ p. y documentación
ISBN 92-3-0026-H-l (FF, 90). tercera edición, 1988, 680 p.
ISBN 92-3-002575-5 (FF, ISO).
- Repertorio mundial de instituciones de investigación y Presenta una descripción detallada de los ámbitos de activi-
de formación sobre la paz dad, colecciones y servicios ofrecidos por 89-1 servicios. Tam-
(séptima edición en preparación). bién incluve un índice de bases de datos.

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CIS
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Investigaciones

Reis
Sociológicas

Revista Española Elecciones Latinoamericanas


de Investigaciones Coordinador: Ludolfo Paramio
Sociológicas

Liliana D e Riz Edelberto Torres-


Argentina: Rivas
El comportamiento La recomposición del

50
electoral durante la orden: Elecciones
transición en Centroamérica.
democrática
(1983-1989) J. L. Piñuel Raigada
La cultura política
José Woldenberg del ciudadano y la
Enero-Marzo 1991 Elecciones y comunicación política
legislación en México en T V , en la
transición
Rodrigo B a ñ o política del plebiscito
Director
Elecciones en Chile: chileno
Luis Rodríguez Zúñiga
¿Otra vez lo mismo (octubre 1988).
Secretaria I. Metodología.
o al revés?
Mercedes Contreras Porta
II. Conclusiones
Consejo de Redacción
José Alvaro Moisés
Manuel Castells, R a m ó n Cotarelo, Juan Diez
Elecciones, José Medina
Nicolás, Jesús M . de Miguel, M . a Luz Moran,
participación Echavarria
Ludolfo Paramio, Alfonso Pérez-Agote, Juan
y cultura política: La posición de
Salcedo, José F. Tezanos
Cambio y América Latina en
Redacción y suscripciones las condiciones de
continuidades
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Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional

Edil or Administración > Documentación


Konrad-Adenaucr-Stiflung Asociación Civil Carlos Merle. O m a r Ponce
Ccnlro Inleidisciplinai'io de Estudios
sobre el Desarrollo Latinoamericano Consejo de Redacción
Director: Helmut Witlelsburger
Judith Bojman. Carlota Jackisch
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Helmut Wiuelsburger
Judith Bojman, Carlota Jackisch.
Carlos Merle. O m a r Ponce
Secretaria de Redacción
H c i m a n n Schneider Laura ViHarruel.
Helmut Wiitelshurgcr Laura Villarruel

Ediloiiül

Artículos Notas

Miguel A Gallo Balam e pi eh minai de la economia de Amei n a Lai ma i El Caribe, ¡9ut>


Responsabilidades sociales ih'iilio v ¡acia de lu empresa Karsien Schröder
Gon/alo Parol El íonsiiimdoí v sus derechos
Empresa v sociedad Desabas paiu el liitino
Volkmar Kohler
Michael Nosak Esiiatcçia paia e! destin olio El hombre como cernía del ínteres
Desanollo cconbmno de abaja hacia aniba Miguel de la Madrid Hui lado
Llvio Baklinclli Amsic economic o y consolidación i/emocialna
( ausentem ias dei subito den timbe del t am uni sunt
L/ett iones en ¡irasil
W im Kosters
La impoitancta de la pequeña v mediana empresa en la ¡'.continua Sm nil Eleu iones en (iiiatemaía
de Men ad. >
Elecciones en Haiti
Relectura de clásicos Documentos

Enrique Aguilar Juan Pablo II


(htega y ht Revolución Eia/itcsa
Si quietes la paz i espeta la •. anaemia ¡le tada hombic

Comentario de libros
( arlos Floi ia
I.a dimension pollina de lu \u/a Carlos Escude
/:/ frataso del proveito amaitino Educación c ideologia,
S e \ m o u r M . Lipset por Dolores Cullen Crisol
Sistemas pallidal tos r icpic\ciita< ion de giu/'os so, la/es Pierre Manent
¡listona del pensamiento hbcial,
Werner Simon
por Enrique Aguilar
, I oimacioii palana a tunes de los punidos '
E n n q u c Zúlela Pucciro
Personas y hechos
Modelos de partido poli/no r MÍ ítnanciatiiiaiia
Rolf Eschenburg Vacian Ha\el
La ¡elimination de los õi denes- Mi sueño

Heinrich Oberreuter Helmut Nagelschmil/


Legitimidad y comunicación La etonoima alemana a laiz de la itmthuttón

Cultura > política Karl Z u a d z k \


\h muniu, cl mayoi unpoiladoi agiurto del mundo
Wolfgang Bergsdorf
Scmiiiuno m/ei national «Intcn elación entie la consolidación tic la demociacia \
Espíiilu \ podei Ias i elaciones cune liieraiina y po/un el uniste de la economía" /tonutnnado de Prensa)

Publicación trimestral d e la K o n r a d - A d e n a u c r - S l i f t u n g A . C . - C e n t r o Inlerdisciplinai io


d e Estudios sobre el Desarrollo L a t i n o a m e r i c a n o C I E D L A

=
Año VIH - N 1 ( 2 9 ) - Flncro-marzo. I99I

Redacción \ Administración C I E D L A , Leandro N . M e m 640 - 20° Piso


1001 Buenos Aires. Republica Argentina.
Teléfonos (00541) 3 1 3-3522/1511/^Sl*j/31 2-69 l 8
T L X 24751 K A S B A A R
F A X (00541) 3] 1-2402
Derechos adquiridos por K O N R A D A D E N A U E R - S T I F T U N G A . C .
Registro de la Propiedad Inieleelual N * 266 3IU
Hecho el deposito que matea la le\ 1 I 723
oo
estudios sociales
N.° 67 /trimestre 1 / 1 9 9 1

PRESENTACIÓN Pág. E. CANETTI: EXPOSICIÓN DEL


PODER DESQUICIADO. Juan
Rivano. Pág. 147
ARTÍCULOS

EFECTOS DE LA BIOTECNOLO- RESENAS BIBLIOGRÁFICAS


GIA AGRÍCOLA EN LOS RECUR-
SOS FITOGENETICOS EN CHILE. «HEIDEGGER Y EL NAZISMO»
U N A APROXIMACIÓN SOCIOLÓ- (Víctor Farias). Rogelio Rodrí-
GICA. Jubel R. Moraga-Rojel Pág guez M . Pág. 163
APLICACIÓN DE LOS CONOCIMIEN-
TOS EXISTENTES PARA MEJORAR
LAS CONDICIONES DEL MEDIO DOCUMENTOS
AMBIENTE Y DE SALUD. Dr. Pedro
Naveillán Pág. 29 FACTIBILIDAD DE UN PROGRA-
M A DE EDUCACIÓN ESTÉTICA,
¿UN MODELO JAPONES O UN PARA LA ENSEÑANZA MEDIA.
MODELO PROPIO? Darío Rodrí- Eduardo Monreal Pág. 167
guez M . Pág. 69
QUEHACER UNIVERSITARIO:
M A S EDUCACIÓN, M E N O S PO- PROCESO PRODUCTIVO. Sole-
BREZA POLITICA ENTRE LOS JO- dad Ramírez Pág. 175
VENES. José Weinstein Pág. 79 PERSPECTIVAS REGIONALES DE
LA ENSEÑANZA DE LA PSICOLO- UN DESARROLLO A ESCALA HU-
GIA EN LA EDUCACIÓN MEDIA. M A N A . Horacio Larraín. Pág. 179
Jorge Catalán A . Pág. 89 INFLUENCIA DE MARITAIN EN
LOS ORÍGENES DEL SOCIAL-
LOS GRANJEROS EN EL MERCA- CRISTIANISMO CHILENO EN
DO: UN ESTUDIO DEL POPULISMO SU EXPRESIÓN POLITICA
AGRARIO EN ESTADOS UNIDOS: (1930-1950). Jaime Caiceo E. Pág. 189
1867-1896. Raúl Atria B. Pág. 99
TECNOLOGIA Y ANTROPOLOGIA CONTENIDO Y AUTORES DE N U -
EN EL CONTEXTO DEL NUEVO MEROS ANTERIORES DE LA RE-
M U N D O . Mario Orellana R. Pág. 133 VISTA ESTUDIOS SOCIALES. Pág. 199

corporación de promoción universitaria

Los artículos publicados en esta revista expresan los puntos de vista de


sus autores y no necesariamente representan la posición de la Corporación
EL TRIMESTRE
ECONÓMICO
COMITÉ DICTAMINADOR: Carlos Bazdresch P., José Casar, Jorge Hierro, José Romero, Inder Ruprah, Lu-
cía Segovia, Rodolfo de la Torre, Kurt Unger, Rafael del Villar. CONSEJO EDITORIAL: Edmar L Bacha,
Enrique Cárdenas, José Blanco, Gerardo Bueno, Héctor L. Diéguez, Arturo Fernández, Ricardo Ffrench-
Davis, Enrique Florescano, Roberto Frenkel, Ricardo Hausmann, Albert O . Hirschman, David Ibarra, Francisco
Lopes, Guillermo Maldonado, José Antonio O c a m p o , Luis Ángel Rojo Duque, Gert Rosenthal, Fernando Ro-
senzweig t (Presidente), Francisco Sagasti, Jaime José Serra, Jesús Silva Herzog Flores, Osvaldo Sunkel,
Carlos Tello, Ernesto Zedillo.

Director: Carlos Bazdresch P. Subdirector: Rodolfo de la Torre


Secretario de Redacción: Guillermo Escalante A .

Vol. LVIII(1) México, Enero-Marzo de 1991 Núm. 229

SUMARIO
ARTÍCULOS:

Joseph R a m o s y Restauración y conservación de los equilibrios macroeconó-


Nicolás Eyzaguirre micos básicos

Mauricio Rojas Notas para el estudio del cambio social a comienzos del
quinto ciclo de Kondratiev

Elio Londero Los fundamentos del análisis costo-beneficio y su reflejo en


las principales versiones operativas

Daniel H e y m a n n , Conflicto distributivo y déficit fiscal: Algunos juegos inflacio-


Fernando Navajas e narios
Ignacio W a r n e s

Dilip Mookherjee El aprendizaje en el trabajo y la estructura industrial del mer-


y Debraj Ray cado: Un panorama

Eliana Cardoso De la inercia a la megainflación: El Brasil en los ochenta

David Ibarra Notas sobre la integración latinoamericana

N O T A S Y C O M E N T A R I O S : Juan M . Rivera, Kenneth P. Jameson, K w a n S . Kim y Lee A . Tavis,


Comunicación entre gobierno y transnacionales: Una comparación de México y Corea

R E S E Ñ A S B I B L I O G R Á F I C A S : Carlos Márquez Padilla: Gerry Rodgers (comp.), Urban Poverty and


Labour Market. Access to Jobs and Incomes in Asian and Latin American Cities, Ginebra, Orga-
nización Internacional del Trabajo, 1989, 2 5 7 , pp.

DOCUMENTOS: Palabras de Víctor L. Urquidi al recibir el premio Iberoamericano de Economía


Raúl Prebisch

Precio de suscripción por un año, 1991


La suscripción en México cuesta $75,000.00

España, Centro
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bibliotecas
e instituciones: $35.00 $100.00
Fondo de Cultura Económica - Av. de la Universidad 975
Apartado Postal 44975, México, D . F .
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La Revista internacional de ciencias sociales
se publica en marzo, junio, septiembre
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