Que tu pareja insista en que llegues al clímax no tiene que ver con tu
satisfacción sexual sino con su deseo de sentirse ‘más hombre’.
Las autoras explicaron –en una entrevista con PsyPost– que esta visión
del orgasmo femenino es perjudicial: “La satisfacción de las mujeres
debería ser un elemento maravilloso de la sexualidad, no un favor que los
hombres les hacen como ejemplo de su destreza. La cultura en torno a la
masculinidad ha llevado a que los hombres sientan la necesidad de
cumplir ciertos ideales y eso, al final, es malo para el placer sexual”.