AMOR Y MERCADO (Celebración o costumbre)

Una de las fechas más esperadas y anunciadas es el 14 de febrero, la emoción de los cónyuges y
amigos crece potencialmente, antes de la fecha muchos empiezan a planear sus actividades de
ese día, los regalos se empiezan a seleccionar y presupuestar; se crea toda una atmosfera para
que ese día sea el más feliz del resto del año. Este es el día del amor y la amistad y, por lo tanto,
hay que disfrutarlo al máximo. Es el imaginario colectivo.

Este día aparte de ser uno de los más esperados es sin lugar a dudas uno de los más gastados por
la derrama económica que deja; los anuncios publicitarios no se hacen esperar, hay una serie de
propuestas en regalos, cenas, viajes, flores etc.; quizás alguna vez te has preguntado: ¿Cuáles son
los regalos más vendidos en esta fecha?, quienes encabezan las listas son: las flores, las tarjetas,
los peluches, los perfumes, las joyas, lencería y corbatas, las serenatas y los viajes.

A partir de estos antecedentes quiero plantear la siguiente pregunta: ¿Qué se celebra en realidad
el 14 de febrero? Esta es la gran interrogante y debe generar en nosotros una reflexión profunda
que nos permita hacer consciencia sobre lo que hacemos. Ante esta gran pregunta te propongo
una reflexión desde lo que Dios ha hecho por nosotros, estoy convencido que esto clarificará
nuestra mente sobre este tema.

Primero, Dios nos amó desde antes de la fundación del mundo, y la consecuencia de su gran amor
lo llevó a escogernos para salvación, Efesios 1: 3-4, partiendo de este texto con seguridad
podemos decir que el amor de Dios no tiene principio y tampoco fin, de hecho; Dios es amor. 1 1
Juan 4: 8, el amor de Dios no se da en tiempo y espacio, lo que nos lleva una comprensión más
amplia de lo que realmente es el amor, en ese sentido celebrar al amor debería ser; celebrar a
Dios por su amor inconmensurable. Esta reflexión nos convoca a una tarea que no se limita a los
cónyuges o amigos, sino a todos los que nos rodean, el amor se habrá de demostrar al necesitado
y afligido, al huérfano y a la viuda, demostraciones que demandan urgencia, no podemos esperar
hasta que llegue una fecha importante.

Segundo. La prueba del amor de Dios fue Jesucristo ciertamente un gran regalo que nadie
merecía, el texto que nos recalca este acto y que cada vez que lo leemos pone a vibrar nuestras
entrañas es: Juan 3: 16. La demostración del amor de Dios hacia nosotros es Jesucristo. Sin
embargo, no parece tan sencillo entender esto. Dios envió a su único hijo a morir por nosotros
los pecadores, un justo por los injustos. Es un regalo que jamás hubiéramos podido adquirir salvo
por un gran amor que no tuvo limitantes. Hoy es necesario detenernos aquí y reflexionar en la
siguiente pregunta: ¿Qué es lo que realmente significa para mí un regalo? En un regalo hacia la
otra persona necesariamente tendríamos que darnos nosotros mismo, tal como lo hizo Jesús.

Ojalá podamos entender mejor este evento, ya que se encuentra en nuestro contexto inmediato
y demanda un entendimiento claro de parte de nosotros los cristianos, el 14 de febrero es solo
un día dentro de un año en el que seguramente serán necesarios muestras de amor de formas
concretas, quizás ya no sean con flores o serenatas, sino a través del sufrimiento y despojo por
amor al otro. Así lo hizo Jesús, de forma humillante y dolorosa.

Es necesario celebrar a Dios y debe consistir en una celebración constante ya que su amor
sobrepasa nuestro entendimiento y es un amor inigualable e inagotable, invitemos a nuestro
cónyuge y amigos a celebrar a Dios porque amor como este no existe en la tierra solo es posible
por medio de Jesús.