OBJETIVOS ESPECÍFICOS
ESTADOS DE LA CONCIENCIA
Según Freud la mente humana estaba dividida en tres grandes regiones mentales,
el consciente, el inconsciente y el preconsciente.
Según Freud todos nuestros actos tienen su origen en lo más profundo de nuestro
inconsciente. Lo que ocurre es que los verdaderos motivos de estos actos no se
presentan en la conciencia de la misma forma que lo hacen en el inconsciente; los
instintos, recuerdos e ideas, presentes en nuestro inconsciente pasan a la
conciencia convertidos en emociones y sensaciones de menor intensidad.
Así, por ejemplo, Un impulso sexual se vive como una emoción amorosa o un
impulso agresivo se traduce y se vive como una emoción colérica. La teoría
psicoanalítica considera que los procesos psíquicos son esencialmente
inconscientes y que antes de llegar a conscientes deben sufrir un complicado
proceso de transformación.
Los procesos inconscientes no tienen las mismas leyes que el resto de los procesos
mentales, sino que se gobiernan según leyes propias. Por ejemplo, pensamientos y
sentimientos que se daban unidos se dividen o desplazan fuera de su contexto
original; un sentimiento de deseo sexual puede desplazarse y presentarse como un
sentimiento de agresividad; dos imágenes o ideas dispares pueden ser reunidas
(condensadas) en una sola; los pensamientos pueden ser dramatizados formando
imágenes y símbolos, en vez de expresarse como conceptos abstractos, y ciertos
objetos pueden ser sustituidos y representados simbólicamente por imágenes de
otros, aun cuando el parecido entre el símbolo y lo simbolizado sea vago, o
explicarse sólo por su coexistencia en momentos alejados del presente. Las leyes
de la lógica, básicas en el pensamiento consciente, dejan de ejercer su dominio en
el inconsciente.