Que no respire: después de la liberación de las vías aéreas (desabrochar la ropa que pueda
molestar la respiración), no se observa ningún movimiento respiratorio y no se siente el aire salir
por la nariz o la boca.
1º) Verifica el estado de la víctima: El primer paso es estimular a la víctima para comprobar si está
inconsciente. Para ello se le colocará boca arriba, y podemos darle unos golpes en los hombros y
hablarle al oído para ver si con ello se mueve, abre los ojos o emite algún sonido que nos indique
que recupera la consciencia. Si no responde es posible que esté en parada cardiorrespiratoria,
pero antes de confirmarlo deberemos pedir ayuda.
2º) Pide ayuda: Una persona inconsciente es motivo de alarma, por lo que buscaremos en los
alrededores alguien que nos pueda ayudar. Puede ser gritando o llamando a una casa si estamos
en la calle. Eso sí, no hay que abandonar nunca a la víctima. Una vez confirmemos la ausencia de
respiración se llamará a los servicios sanitarios.
3º) Liberar la vía aéra (maniobra frente-mentón): La víctima durante una parada tiene todos los
músculos relajados, lo que provoca que la lengua caiga hacia atrás tapando la tráquea e
impidiendo que entre o salga el aire. Por ello, el tercer paso es asegurar la vía aérea, es decir, que
la garganta quede libre para que pueda entrar y salir el aire fácilmente de los pulmones. Para ello
se tomará a la persona con una mano en la frente y la otra en el mentón, y se le moverá la cabeza
completamente hacia atrás de manera que el mentón suba. Con esta maniobra conseguiremos
despejar la garganta.
4º) Buscar respiración (ver, oír y sentir): Con la maniobra frente mentón, el reanimador debe
acercar el oído a la boca de la víctima. De esta manera se involucran tres sentidos (vista, oído y
tacto) para comprobar si respira:
_Se siente el calor del aire al ser expulsado por la boca de la víctima.
No hace falta comprobar el pulso, si el fallo está en el corazón no tendrá latido, y esa habrá sido la
causa de la ausencia de respiración. Si el fallo ha sido respiratorio y la persona no ventila, al cabo
de unos minutos se le parará el pulso. Desde el principio, si no hay respiraciones, actuaremos
como si tampoco tuviera latidos.
5º) Llamar a emergencias: Por lo tanto, si la persona está inconsciente y sin respiración,
automáticamente se ha de llamar a los servicios de emergencia (112) y comunicar la situación de
manera clara y simple, explicar la ubicación de forma que puedan encontraros fácilmente. Ahora
es cuando realmente se comienza la reanimación cardiopulmonar: el reanimador debe iniciar la
reanimación con 30 compresiones torácicas externas seguidas de dos ventilaciones artificiales.
6º) Realizar compresiones torácicas: Para llevarlas a cabo colocamos las manos de la siguiente
manera: la mano dominante (sea la zurda o diestra) abierta y la otra encima, con los dedos
entrelazados, y se colocan en el pecho aproximadamente entre los pezones (en el centro del
tórax). A continuación el reanimador, con los codos completamente extendidos, deja caer todo su
peso sobre las manos en un movimiento intenso y rápido.
Si las compresiones se hacen correctamente, una pequeña cantidad de oxígeno llega al cerebro y
al corazón, lo suficiente para mantener el cuerpo hasta la intervención del equipo sanitario. Para
que sean efectivas, las compresiones deben cumplir ciertos requisitos:
_Que la frecuencia sea superior a 100 pulsaciones por minuto.
_Una vez terminada una compresión hay que dejar al tórax volver a expandirse antes de la
siguiente compresión.
No parar la reanimación, excepto que la víctima se recupere, los servicios sanitarios se hagan
cargo, o el reanimador (si se encuentra solo) quede totalmente agotado y le sea imposible
continuar. Después de las 30 compresiones torácicas, se dan dos ventilaciones artificiales. Siempre
es esa proporción: 30 compresiones – 2 ventilaciones, independientemente de los reanimadores
que haya. Si son más de uno lo ideal es que se turnen.
7º) Ventilación boca a boca: Las ventilaciones artificiales se realizan con la maniobra frente
mentón para abrir la vía aérea, y tapando la nariz para que el aire que se insufle no escape. El
reanimador hace una inspiración normal y coloca su boca en la de la víctima, cuidando de sellarla
completamente, y expulsa el aire para que le llegue a los pulmones. A la vez que realiza la
ventilación, observa si el pecho de la víctima se eleva. Si el pecho se hincha, las insuflaciones son
efectivas. Se hacen dos ventilaciones por cada 30 compresiones torácicas.
Qué no hacer:
_No interrumpir la técnica. Lo recomendable si hay más de un reanimador es que cambien cada
dos minutos para evitar la fatiga.
_Es posible que la víctima haya vomitado, o se observe poca higiene bucal. En estos casos se
continúa únicamente con las compresiones torácicas, aunque siempre que se pueda se deben
realizar las ventilaciones.
_Si al realizar el boca a boca no entra todo el aire (puede ser que los labios no estén
completamente sellados), no volver a realizarlo, seguir con el ritmo 30 compresiones – 2
ventilaciones.
Si la descarga está indicada: asegurarse de que nadie toca a la víctima. Pulsar el botón de
descarga. Reiniciar inmediatamente RCP 30:2. Continuar como se indica en las instrucciones.
Seguir las instrucciones del DEA hasta que: llegue algún otro reanimador que tome el relevo. La
víctima se despierte: se mueva, abra los ojos y respire con normalidad. El reanimador esté cansado
y haya otra persona que le pueda sustituir inmediatamente.
.La cánula de Guedel o tubo de Mayo es un simple tubo curvo y semirrígido de material plástico
que, introducido en la boca de la víctima, mantiene abierta la vía aérea, impidiendo que la lengua
y la musculatura faríngea obstruyan el paso del aire. También es muy importante elegir el tamaño
adecuado, para ello, aproximamos la cánula a la cara, el tamaño de ésta debe coincidir con la
distancia que hay entre la comisura bucal y la parte inferior del lóbulo de la oreja. Si la cánula es
grande se pueden producir vómitos o laringoespasmos y si la cánula es corta no sirve y puede
contribuir a una mayor obstrucción de la vía aérea. Para su colocación el reanimador debe realizar
una hiperextensión cervical (maniobra frente-mentón), abriendo la boca de la víctima con los
dedos índice y pulgar de la mano que no sujeta la cánula y procediendo seguidamente a introducir
ésta, rotada 180º con respecto a la que será su posición definitiva, es decir, la parte cóncava
dirigida hacia el paladar, girándola progresivamente según se va introduciendo en la boca hasta
dejarla en su posición definitiva, evitando en todo momento desplazar la lengua hacia atrás. Una
vez colocada, el reanimador deberá comprobar su permeabilidad, realizando insuflaciones y
comprobando si se desplaza el tórax de la víctima.
.La intubación endotraqueal consiste en introducir un tubo o sonda en la tráquea del paciente a
través de las vías respiratorias altas. Dependiendo de la vía de acceso que escojamos, tenemos dos
tipos de intubación: