Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Ludoterapia
Malaver Soto, Carmela
Integrantes:
Picon Aponte, Benjamin – 14180020
Martinez Chata, Angelica – 14180063
LECTURA- EL JUEGO EN EL NIÑO

Resumen

En la definición del Juego en el niño se evidencia cierta convergencia de criterios, como

lo menciona Johan Huizinga en su obra “homo Ludens” en donde considera al Juego
como una actividad voluntaria con finalidad en si misma, teniendo un significado interno
para el niño. Por su parte, Henri Wallon reafirma lo anterior al hablar de la
espontaneidad, haciendo énfasis en que los aprendizajes que el niño adquiere en la
actividad lúdica no han sido predeterminados.

El Juego realizado libremente, sin objetivos predeterminados externos a la actividad

lúdica, puede ser regulado por el niño o el grupo de compañeros de juego mediante la
creación de reglas, elaboración y aplicación de sanciones para quienes infringen lo
pactado en la actividad. Piaget, en sus estudios sobre la Moral del niño hace mención
de este juego regulado en el cual las reglas no son impuestas externadamente, sino que
surgen en el juego, de la participación activa, interactiva y cooperativa de cada uno de
los miembros del grupo, mostrando respeto por los pares y las reglas.

Elkonin afirma que “el juego seria una actividad en que se reconstruye sin fines utilitarios
directos, las relaciones sociales”, esto puede observarse en el juego simbólico donde el
niño/a hace uso de su imaginación y fantasía. En relación al ellos Cincunegui refiere que
“El juego constituye el primer acto creativo del ser humano, comienza cuando el niño es
bebé y establece un vínculo con la realidad, al jugar no sabe de pautas, no entiende
exigencias del medio, no hay un hacerlo bien”; por tanto, el juego sería una actividad
propia y característica del niño.

Los aspectos esenciales del Juego son: la alegría, espontaneidad, curiosidad, atracción,
perseverancia, el desafío, la exploración, experimentación, la imaginación, fantasía,
creatividad expresiva. Todos estos aspectos son tomados en cuenta para la elaboración
de un juguete, con el propósito de mantener y consolidar aprendizaje y fomentar el
crecimiento personal del niño.

La naturaleza del juego cuenta con diferentes enfoques. Para Stern, el juego es un
fenómeno de naturaleza y origen biológico. Por su parte, Elkonin y colaboradores,
refieren que el origen del Juego es social, ya que nace de las condiciones de vida del
niño en sociedad, tal como se manifiesta en el Juego protagónico.

Se infiere que más allá del carácter innato o adquirido, el Juego en el niño no se va a
manifestar sino se da su desarrollo maduracional.

Reflexionar sobre el Juego conlleva a analizar la historia del Juguete, ya que se

relacionan de manera estrecha. En el desarrollo histórico social de la Humanidad, el
hombre crea objetos para los niños, un nuevo tipo de cosa que ya no sirve para hacer
la acción verdadera, sino para “practicarla” y que habrían de realizarla en la vida adulta.
Es así como surge el Juguete, como una representación del instrumento en función, no
en su verdadera estructura.

A pesar de los desacuerdos en torno al origen del Juguete, se puede inferir que ha
estado presente en todas las épocas y sociedades. Por ello, se hace necesario definir
al Juguete como lo hace R. Pinon cuando refiere: “el juguete provoca el impulso de la
actividad que en seguida va a ser el juego, lo sostiene y esa su función en asociación
con el juego… solo el empleo confiere al juguete su carácter definitivo”. No obstante, no
todos los juguetes conducen al juego, ya que si son tomados como recursos didácticos
se pierde su identidad y se confunde enseñanza con juego, provocando exigencias y
frustración en el niño. El juego didáctico es una herramienta por la cual se está intentado
llegar a una meta de enseñanza conocido por uno y el otro no.

Con todo lo anterior mencionado surge la pregunta ¿Quién crea el juguete?, al respecto
existen dos creadores: el adulto y el niño.

El adulto como creador ve al niño como otro yo, siendo los juguetes reproducciones en
miniatura de los objetos humanos y por ello el juguete está completamente socializado
y convierte al niño en su propietario no su creador.

Por otro lado, en el niño/a como creador/a se debe tener en cuenta que los primeros
juguetes son ellos mismos y la madre o la persona que los cuida, el niño/a aprende a
reconocer a sus padres por la manera que cada uno juega con él, con ellos el niño no
solo establece contacto con su ambiente, sino que toma consciencia de la personalidad
de quienes lo rodean. Asimismo, el niño como creador de juguetes, al entrar en contacto
con los objetos puede convertirlos en juguetes al darles ese rol durante la actividad
lúdica.

Se concluye, por tanto, que el valor afectivo que envuelve el juguete reside en la
vinculación emocional que establezca el niño, y que su uso dependerá de la aceptación
o rechazo que el juguete le genere.
El juego es un factor básico y constante para la estructuración y activación de las
relaciones humanas, además de ser un medio para aprender a convivir, conocer,
respetar las diferencias, imitar y contribuye en la formación de la identidad sexual, por
tanto, al desarrollo psicosocial de niño/a.