ALEMANIA
Alemania conserva aún el puesto principal en la ciencia forestal que
empezó con Harting y Cotta. Las escuelas forestales alemanas, de las cuales
hay siete de grados superiores, se cuentan aún entre las mejores, y el estudio
de las selvas, tanto en las escuelas como en las estaciones experimentales,
se prosigue con grande empeño. Las selvas de Prusia, Sajonia y otros Estados
alemanes, están admirablemente dirigidas y dan importantes rendimientos.
El valor total de las selvas alemanas públicas y privadas, se dice ser de cerca
de $4,500.00,000.
FRANCIA
El arte del cultivo de los bosques ha estado asociado en Francia a los
nombres de ilustres personalidades. Enrique de Navarra y su amigo y Ministro
Sully; Palissy, el gran alfarero, quien llamaba al descuido de los bosques,
prevalente en su tiempo, “no un error, sino la maldición y la calamidad
mayor de Francia”; Colbert, Ministro de Luis XIV; el botanista Duhamel del
Monceau; Buffon, el célebre naturalista, figuran entre los hombres a quienes
Francia debe el alza y progreso de su excelente política forestal actual. Sus
servicios peculiares fueron los de poner los cimientos, tanto en la legislación
como en la opinión pública, sobre los que ahora descansa el cultivo de las
selvas en Francia.
Los bosques del Gobierno francés son admirablemente administrados.
Cubren solo cerca de 2,750,00 acres, pero rinden un producto líquido anual
de mas de $2 por acre. Además de administrar sus bosques naturales con
gran inteligencia y éxito, los cultivadores franceses han hecho mucho por el
progreso general del ramo. Han desarrollado el arte de repoblar las
montañas desnudas, y fueron los primeros en plantar árboles sobre las dunas
de arena movediza a lo largo de la playa. Mas de 150,000 acres de estas
dunas, que en una época eran movidas por el viento hasta cubrir grandes
extensiones de terreno fértil y aún amenazaban sepultar ciudades enteras,
están ahora cubiertas de bosques de pinos, que producen grandes
cantidades de trementina, leña y carbón.
SUIZA.
En Suiza, desde tiempos muy remotos, se ha atenido al cultivo de los
bosques. Cerca de doscientos años antes del descubrimiento de América
comenzó la ciudad de Zurich a formar leyes para la protección y
administración del Sihlwald, selva que posee aún y que ahora rinde un
producto anual de cerca de $8 por acre. En el Cantón de Berna un decreto
del año 1592 prohibía a la protección de los bosques. Disponía también que,
por cada árbol que se cortara, debería plantearse un nuevo en su lugar. Es
curioso encontrar esta errónea prescripción para la conservación de los
bosques, en moda ya hace mas de tres siglos. APra salvar los bosques, cada
árbol viejo debe ser remplazado por muchos nuevos.
La primera ley general de bosques de Berna fue expedida desde
fecha tan remota como 1725. Comprendía los principio mas importantes de
una sabia legislación forestal, como los comprendemos ahora. Pero esta fue
solo una de la larga serie de leyes sobre conservación de bosques en que,
desde un principio, se patentiza la idea de la importancia de los bosques, no
solo para sus dueños, sino para toda la comunidad. Los ciudadanos de
Berna son cada día mas dóciles para imponerse restricciones en beneficio
de la salud pública.
En 1834 hubo grandes inundaciones en Suiza, que fueron la causa de
que se despertara general interés en los bosques. Poco tiempo despues se
nombro una comision federal para el servicio de los bosques. Desde la
publicación de su informe final, expedido en 1861, ha sido rápido el progreso
de las selvas de Suiza. En 1875 se nombró un inspector federal de bosques, y
un año despues se expidió la primera ley forestal suiza. Esta ley no se
extiende a toda la República sino solo a los Alpes y a las cañadas. En un país
de montañas escarpadas es de primera importancia conservar las selvas de
las vertientes. Por consiguiente, todas las selvas de estas vertientes, que sirven
para proteger los valles contra las inundaciones, avalanchas y otros peligros
similares de viento y lluvia, están a cargo del servicio forestal federal de
Suiza.
“Nuestras leyes forestales, dijo Elías Landolt, hombre grande y sencillo,
cuyo nombre figura en primera línea entre los que mas han hecho por la
conservación de los bosques en Suiza, están destinadas a obrar mas bien por
la ilustración, buen ejemplo y estímulo, que por disposiciones severas”. Este
sistema es algo mas suave que cualquiera otro que comprenda
disposiciones mas duras, pero los resultados finales son mas útiles y
duraderos.
Cuando los dueños de bosques emprenden algo de cuya utilidad
están convencidos, lo hacen bien con miras para el futuro; pero lo que
hacen por mandato lo realizan sin cuidado y lo abandonan a la primera
oportunidad. Pero lo que han aprendido por persuasión y han llegado a
reconocer como bueno, lo llevaran a cabo cada año con mas perfección.
LA INDIA INGLESA
Durante muchos años después de la conquista inglesa, la India hizo
muy pocos progresos en el cultivo de los bosques. Se perdió mucho tiempo
en medidas inútiles, hasta 1856 en que el Dr. Brandis (ahora Sir Dietrich) fue
puesto a cargo de los bosques “teak” de Pegu. En seguida procedió con la
idea de preservarlos haciéndoles producir. Al principio tuvo que ser algo
restringida la producción de “teak”, bien a pesar de los comerciantes de
madera de Rangoon, quienes protestaron que se arruinaria la industria de su
ciudad. Pero tras esta momentánea interrupción, el comercio de “teak” de
Rangoon empezó a crecer hasta llegar a ser mucha mas grande que nunca,
siendo ahora una de las principales fuentes de riqueza y prosperidad de la
ciudad.
El nombramiento del Dr. Brendis fue el indicador del servicio forestal de
la Inda. En 1866 se le hizo inspector general de la Inda. En 1866 se le hizo
Inspector general de Bosques; y desde esa fecha fue rápido el progreso. El
servicio forestal de la India cuenta ahora con cerca de 300 oficiales
superiores y mas de 10,000 guardas forestales. Tiene a su cargo cerca de
200,000 millas cuadradas de selvas, y produce una renta líquida de cerca de
$3,00,000 por año. Además, los bosques proporcionan a los labriegos
tenedores de derechos forestales productos cuyo valor se calcula en una
cantidad considerablemente mayor que todo el costo del servicio forestal.
Cerca de 30,000 millas cuadradas están efectivamente protegidas contra el
fuego, a un promedio de costo anual de menos de medio céntimo por acre.
Estos admirables resultados son especialmente interesantes, porque la India
es como los Estados Unidos en al gran extensión y variedad de sus selvas y
por el número y fuerza de los incendios de bosques.