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Psicología social

La psicología social es el estudio científico de cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas
son influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otras personas.1Junto con la psicología clínica, la educativa y
la organizacional, la psicología social es una de las cuatro grandes ramas de la psicología, así como una de las ramas clásicas
de la sociología. Sus orígenes se remontan a 1879 con la aparición de la Völkerpsychologie o Psicología de los pueblos,
desarrollada por Wilhelm Wundt y que actualmente es una de las especialidades de estudio, focalizando el individuo en
la sociedad y la incidencia de esta en el individuo ya que lo humano y lo social están estrechamente relacionados y se
complementan mutuamente.
Según la definición anterior, científico se refiere al método empírico de investigación. Los
términos pensamientos, sentimientos y comportamientos incluyen todas las variables psicológicas que se pueden medir
en un ser humano. La afirmación de que otras personas pueden ser imaginadas o implícitas sugiere que, de manera
indefectible, estamos influenciados socialmente, incluso cuando:
a) no hay otros individuos presentes -como cuando vemos la televisión
b) seguimos normas culturales internalizadas.
La Psicología Social es definida también como la ciencia que estudia los fenómenos sociales e intenta descubrir las leyes
por las que se rige la convivencia. Investiga las organizaciones sociales y trata de establecer los patrones de
comportamientos de los individuos en los grupos, los roles que desempeñan y todas las situaciones que influyen en su
conducta.
Típicamente, los psicólogos sociales explican el comportamiento humano como resultado de la interacción de estados
mentales y situaciones sociales inmediatas. En la heurística de Kurt Lewin, el comportamiento puede ser visto como una
función de la persona y el medioambiente, C=f(P, M). En general, los psicólogos sociales tienen una preferencia por los
hallazgos empíricos basados en laboratorios. Sus teorías tienen tendencia a ser específicas y enfocadas, en vez de globales
y generales.
La psicología social es un proyecto interdisciplinario que salva el espacio entre la psicología y la sociología. Durante los
años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, había una colaboración frecuente entre psicólogos y
sociólogos.2 Sin embargo, las dos disciplinas han virado hacia una actitud cada vez más especializada, aislándose la una
de la otra. En años recientes, los sociólogos se han centrado en macro variables (por ejemplo, la estructura social), yendo
hacia una extensión mucho más grande. No obstante, los enfoques sociológicos de la psicología social se convierten en
una contraparte importante a la investigación psicológica en el área.
Además de la ruptura entre la psicología y la sociología, ha habido una diferencia bastante menos pronunciada en el
énfasis, entre los psicólogos sociales estadounidenses y los psicólogos sociales europeos. Haciendo una amplia
generalización, se puede decir que, tradicionalmente, los investigadores estadounidenses se han centrado más en el
individuo, mientras que los europeos han prestado más atención a los fenómenos a nivel de grupo.3
Aunque el actual predominio anglosajón en esta disciplina ha pretendido establecer el origen de la misma en los Estados
Unidos, la realidad es que serán los trabajos de Gustave Le Bon, especialmente su Psicología de las Masas (1895), y muy
especialmente los de Gabriel Tarde, especialmente obras como Las Leyes de la imitación (1890) y La opinión y la
multitud (1901) quienes la inician. En los Estados Unidos, el primer estudio publicado en esta área fue un experimento
sobre el fenómeno de facilitación social.4 Durante los años de 1930, muchos psicólogos de la Psicología de la Gestalt,
entre ellos Kurt Lewin, huyeron de la Alemania Nazi, hacia los Estados Unidos. Fueron instrumentales en el desarrollo del
campo como algo distinto a las escuelas de psicología conductista, comportamental y psicoanalítica que fueron
dominantes en ese momento, y la psicología social ha seguido manteniendo el legado de sus intereses en la percepción,
la cognición y el acto de consciencia individual y colectivo. Las actitudes y una variedad de fenómenos de grupos pequeños
fueron los temas más estudiados durante esta era.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los psicólogos sociales estudiaron la persuasión y la propaganda para los militares
estadounidenses. Después de la Guerra, los investigadores se interesaron por una variedad de problemas sociales,
incluyendo los asuntos de género y prejuicio racial. Durante los años sesenta, existió un interés creciente en una variedad
de nuevos temas como la disonancia cognitiva, el efecto espectador, y la agresión. Sin embargo, por los años setenta, la
psicología social en los EEUU había llegado a una crisis. Había un debate acalorado sobre la ética y la deontología en la
experimentación en el laboratorio, si las actitudes predicen el comportamiento de verdad o no, y cuánta ciencia podría
ser hecha en un contexto cultural.5 Paralelamente, un enfoque situacionalista radical desafió la relevancia del yo y la
personalidad en la psicología. En la década del ‘60 Enrique Pichon-Rivière crea la Psicología Social Argentina, con los
vínculos como objeto de estudio y con foco en los grupos, instituciones y comunidad. La psicología social alcanzó la
madurez en teoría y método durante los años 1980 y 1990. Cuidadosos estándares éticos regulan ahora la investigación,
y han emergido más perspectivas pluralistas y multiculturalistas. Los investigadores modernos se interesan por una
variedad de fenómenos, pero la atribución, la cognición social y el concepto del yo son quizás las áreas que más han
aumentado durante los últimos años. Los psicólogos sociales han mantenido sus intereses aplicados, con contribuciones
a la psicología de la salud y medioambiental, además de la psicología legal, y la estrecha relación con la psicología clínica,
especialmente desde el psicoanálisis y sus posteriores corrientes y tendencias (ej. la Gestalt) que, finalmente, fueron las
que dieron origen a la psicología social.
“Estudia la interrelación dinámica entre lo individual y lo social y en su atravesamiento con la historia, la cultura, la política,
la lengua, y otros aspectos presentes en la realidad. Desde la perspectiva de la psicología social se estudian los
comportamientos individuales y sociales, la formación de los grupos, los fenómenos de masa y otras problemáticas de la
escena contemporánea. Desde su comienzo, la psicología social fue entendida como un campo de confluencia entre la
psicología y la sociología. Sin embargo en las últimas décadas son muchas más las disciplinas que lo constituyen:
antropología, lingüística, historia, comunicación, economía. La psicología social construye conocimientos de formas
interdisciplinarias y lo aplica a distintos campos de la realidad. La cultura de fin del siglo XX y de los primeros años del
nuevo milenio fue afectado por cambios acelerados y definitivos de una velocidad que no se había producido en épocas
anteriores de la humanidad, ocasionadas en gran parte por los avances tecnológicos y productivos y posibilitados, muy
especialmente por los medios de comunicación. Este determino cambios en la forma de ser de las personas y en los grupos
que moldearon nuevas “subjetividades” en relación con este particular momento histórico social.
La llamada globalización es un fenómeno que comenzó en la esfera economica y consiste en la expansión de los grandes
mercados de capitales más allá de las fronteras de sus propios países, produciendo un fuerte impacto en las demás
naciones, en un intercambio claramente favorable para aquellas con economías más potentes. Éste fenómeno global se
extendió muy pronto a los ámbitos políticos, culturales, sociales, ecológicos y casi todas las esferas de la sociedad. Una de
las consecuencias de ese modelo fue la fragmentación de la sociedad y la exclusión de grandes sectores de la población
del mundo del trabajo y la falta de satisfacción de las necesidades básicas. Este fue el panorama en la argentina y en
muchos países de américa latina al comienzo del siglo XXI. En los últimos meses de 2008 se produjo una importante crisis
financiera en los países más ricos del mundo, con inevitables consecuencias para el resto; hasta el momento no es posible
evaluar el impacto de estos cambios económicos en otras esferas de la sociedad. Por ello es que estudiar los
comportamientos sociales sin la inclusión de la dimensión histórica es insuficiente. Por ejemplo, las marcas que imprime
la globalización en la juventud son muy distintas de las que “subjetivaron” a las generaciones de 1960 y 1970.
La perspectiva histórico-social ha incidido en los nuevos desarrollos teóricos y en los trabajos de campo de la psicología
social.”6

FACTORES ENDÓGENOS Y EXÓGENOS INFLUYENTES EN LA CRIMINALIDAD DE MENORES.


Toda comunidad humana y en particular el estado como sociedad temporal, aspira a la preservación de su propio ser, de
su salud física y espiritual, pues solo sobre esa base puede cumplir normalmente su actividad y así alcanzar sus fines
propuestos. De allí, pues, que por vía de la costumbre o del mandato del legislador, el hombre haya desde siempre
ordenado la vida comunitaria y haya previsto diversos medios para contener y repeler cuanto pueda para hacer peligrar
su supervivencia y felicidad.
La vida social es una propiedad de la naturaleza humana, la que se encuentra ordenada a la consecución de bienes que el
hombre solamente puede obtener en común. Asociado el estado, quiere bastarse a sí mismo, lo que constituye a la vez
un fin y una felicidad, eso explica que el hombre defienda con tanto énfasis la organización social como defiende su
existencia individual.
La delincuencia nace del acontecimiento de apetitos e inclinaciones contra el bien común, la autoridad pública implementa
medios jurídicos y genera acciones, aisladas o concertadas como respuesta indispensable para asegurar o restaurar la
salud física y espiritual del cuerpo social.
En el panorama de la delincuencia general, los hechos delictivos protagonizados por individuos de menor edad importan
una porción cuantitativa y cualitativamente importante, y por ello han sido objeto desde principios del siglo pasado de
acuciosos estudios y eventos nacionales e internacionales, pudiendo ilustrar que entre los años 1930 y 1960 se realizaron
mas de 100 congresos en el mundo bajo dicha temática.
No podemos dejar de lado que al adentrarnos en el mundo de la delincuencia en menores, debemos enfrentar una cultura
principalmente occidental basada en lujos, comodidades y placeres, en resumidas cuentas de confort, y que la carrera por
alcanzarlo ha acarreado no pocas situaciones de injusticias.
La sociedad materialista, fundada en el lucro individual, genera el desorden de los espíritus rendidos ante el egoísmo como
estímulo para la vida, al que sigue como consecuencia invariable, la grave perturbación de las propias relaciones sociales,
en parte por la insatisfacción de bienes materiales, y en mucho por la vacuidad del consumo desenfrenado y la
desorientación sobre el destino humano. De aquí que podemos observar a nuestro muy cercano alrededor que la
delincuencia en menores no es exclusiva, como pudiera pensarse, de clases sociales marginadas, sino que también a
permeado a los estratos más altos de nuestra sociedad.
La delincuencia juvenil, es una grave alarma social que ha obligado a la mayoría de los estados a invertir grandes cantidades
de recurso humano y económico con la finalidad de erradicarlo, buscando obtener como objetivo: 1) La protección del
delincuente joven, haciendo cesar la situación irregular que padece, y la defensa del bien común, en la consolidación de
la justicia y la paz social.
Los estudios iniciados por distintas ramas del conocimiento humano acerca de la delincuencia en menores, han arrojado
un valioso aporte para su prevención y tratamiento, tal es el caso de los estudios en sociología, psicología, criminología y
por supuesto el derecho.
Debemos de entender que el ser humano se rige por leyes físicas, químicas, biológicas e instintivas en su corporeidad y
sensibilidad, pero que regula su integridad por leyes éticas que lo encauzan hacia su plenitud existencial. La circunstancia
de que en sus primeros años de vida muestren al hombre ligado a la satisfacción de sus apetitos, y de que frustraciones y
conflictos graves subyazgan en un plano no consciente por su escasa racionalidad, que lo veda por resolver y asumir en
un nivel consciente y que éstos apetitos dormidos resurjan por hechos actuales y motivadores.
Así podemos hablar de factores internos (endógenos) y externos (exógenos) que presionan a los elementos dinamizadores
de la vida humana a saber:

La herencia;
La gestación;
Factores Endógenos La deficiencia mental y
Las enfermedades psíquicas.

La familia;
La escuela;
Factores Exógenos El grupo étnico;
El barrio y
La sociedad global.

Los factores externos son los que actúan dinámicamente desde el exterior, integrando el marco social dentro del cual se
desenvuelve su vida, todos los autores coinciden en la decisiva influencia que tiene el entorno con el ser humano, y de
ello debemos acotar que no existe un único factor en el entorno que desencadene el actuar antisocial, sino que son la
pluralidad de ellos los que ejercen presión en distintas modalidades y niveles.
1. La familia: La célula de la sociedad tiene como responsabilidad entregar al menor su calidez afectiva, la cual se
requiere para su normal desarrollo, así como suministrarle los medios indispensables para encaminarse hacia su plena
realización. Los padres son quienes transmiten la vida y con ella contraen la gran responsabilidad de nutrir y educar a su
prole. (Ejemplo de menores indigentes- a falta de padres entre ellos mismos crean sus lazos afectivos principales y
derivado de su propia inexperiencia es que toman caminos torcidos). La familia descansa en un principio fundamental, el
cual se basa en que ellos comprenden la trascendencia de la misión que han emprendido, esto en obediencia a un llamada
natural. Elementos de cohesión familiar: amor, comprensión, autoridad, guía, experiencia, responsabilidad.

2. La escuela: En conjunto, gobierna el desarrollo y devenir del menor en medida decisiva, es en ese lugar donde el
menor se reúne por primera vez con otros niños quienes a su vez se encuentran en un nuevo circulo social fuera de lo ya
conocido, es decir de la familia; al llegar a este nuevo circulo debe de integrarse a un nuevo o nuevos grupos sociales,
compartir espacios u tareas con desconocidos quizá de edades mayores a la suya y viceversa. No es raro encontrar que en
el ámbito escolar, el menor es valorado con arreglo a su capacidad y al resultado de su trabajo, y así recibe un puesto fijo
en la comunidad escolar.

El entorno escolar promueve la aparición de la pandilla porque los jóvenes se asocian para el juego con grados de
participación distintos según el tiempo y en ella se entrelazan mediante mecanismos de identificación. (ejemplo de los
equipos de futbol y los grupos en la prepa). El aspecto escolar debe de contar con fuertes y cercanos vínculos con el
familiar, ya que durante varios años de vida del menor, será su constante realidad.

3. El grupo étnico: Ejerce influencia antisocial cuando pera a partir de que alguno de los miembros del grupo hace de su
propia peculiaridad étnica, el motivo para ser desechado de otros grupos, motivándolo a juzgar y al rencor, pudiendo
llegar a la conducta delictiva. (ejemplo de prisiones en EU y las bandas).

4. El barrio, la colonia, Etc.: Constituye el entorno inmediato del hombre, y en él el menor entabla relación con sus
vecinos de edades similares, hijos las familias de las proximidades con una duración dependiente del tiempo de residencia
en el lugar.

5. La Sociedad en general: Las influencias indirectas de la sociedad se reciben a través de la familia, que acusa los
impactos de las contrariedades y las transmite a la prole. La dificultad para procurar el sustento, debidas a la carencia de
trabajo o a salarios mal pagados por debajo del mínimo indispensable para la subsistencia claro que son factores que
influyen el desarrollo y ambiente familiar, generando una tensión domestica de conflicto y destrucción. Así podemos
explicar muchas fugas de niños y adolescentes.

El ataque mas poderoso lanzado contra la familia y la minoridad radica en el ambiente de pública inmoralidad que las
envuelve, con la tolerancia de los gobernantes, lo que estimula el adulterio, el aborto y hasta el abandono infantil. A esos
canales de presión indirecta se agregan otros que posibilitan las consecuencias en el menor, tales como los hoy
indispensables medios de comunicación, los cuales si bien es cierto han tenido un avance vertiginoso en las últimas
décadas, también han abierto la puerta nuevas formas de consumo y a desinformación, tal y como lo vemos en la
admiración que despierta en los menores las mercancías expuestas en internet, las grandes portadas y escaparates, así
como los héroes fantásticos q a quienes todos los menores quieres imitar para obtener sino los poderes especiales, si esa
vida cómoda y resuelta que da el poder de cualquier especie, en nuestro caso específicamente el económico.

CARACTERÍSTICAS
CARACTERÍSTICAS BIOLÓGICAS O CONGÉNITAS
Un enfoque que considere las conductas antisociales como comportamiento con evidente base evolucionista y una visión
antropológica que considere que la sociedad ha reaccionado contra las conductas que la amenazan y subvierten,
favoreciendo las actitudes altruista y castigando las tácticas desintegradoras, necesariamente conducirá a admitir que el
crimen tiene primordialmente una base genética.
Adrián Rain resume en los siguientes puntos las consideraciones que enturbian el análisis de la influencia de la genética
de la conducta Antisocial.
1. ¿Un gen es responsable de la conducta criminal? Los genes codifican proteínas y enzimas e influencian los procesos
fisiológicos cerebrales que podrían predisponer biológicamente para determinar conductas criminales.
2. ¿La influencia de la herencia entraña que todos los crímenes son genéticamente determinados? La conducta criminal
es el producto de los genes y del ambiente.
Por otro lado, los genetistas de la conducta no tienen una posición radical; ellos no excluyen la importancia del ambiente,
aunque obviamente privilegian las bases biológicas de la violencia.
3. ¿La investigación genética puede explicar por qué algunos individuos específicos comenten crímenes? Una
heredabilidad de los 50% para el crimen no puede extrapolarse para inferir la conducta antisocial de un individuo en
particular.
4. ¿Si el crimen es genéticamente determinado entonces es irremediable? Obviamente no hay un destino ineluctable.
Admitimos que se trata de una predisposición constitucional influenciable por los parámetros sociales.
5. ¿Son los estudios genéticos más orientados hacia la herencia que hacia el entorno? En rigor los estudios en gemelos y
en adopción, si bien están presididos por la genética informan al mismo tiempo, que esta no explica todo.
6. ¿Los factores genéticos que subyacen en el crimen no pueden invocarse en un proceso legal?
No puede heredarse algo que es un constructo social y legal y cuya definición está abierta a debate; sin embargo, esto
valdría para muchas enfermedadesmentales.
7. ¿Las bases genéticas excluirán a los cientistas sociales? Obviamente nunca sucederá esto. Hay razones incontrovertibles
para sostener que los factores socioculturales son claves en el desarrollo del crimen y todo señala que la genética actuará
en un vacío si no considerara el medio ambiente.
CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS
Ofensores que padecen patologías mentales acompañadas o no de físicas.
La personalidad del delincuente puede variar desde una persona psicótica (que padece una enfermedad mental) hasta
una que presente desórdenes hormonales a nivel cerebral. Por tanto, los especialistas se enfrentan a individuos con
grandes desórdenes psicológicos.
Diversos estudios confirman que la presencia de trastornos de salud mental incrementa la conducta violenta y antisocial.
Estudios en Dinamarca identificaron en 324,401 personas que aquellos que tenían historial de hospitalizaciones
psiquiátricas tenían más probabilidad de ser convictos por ofensas criminales (tanto en hombres como en mujeres) en
una proporción de 3-11 veces más que aquellos que no tenían historial psiquiátrico. La esquizofrenia, específicamente,
aumenta la probabilidad en 8% en hombres y en 6.5 en mujeres. El desorden de personalidad antisocial aumenta la
probabilidad en 10% en hombres y 50 en mujeres de conducta homicida.
CARACTERÍSTICAS SOCIALES
Se incluyen factores como la raza, familia y cultura en la medida en que incidan en la comisión de hechos delictivos.
En términos generales, los resultados muestran que los siguientes factores explican la probabilidad de que una persona
tenga un historial de reincidencia delincuencial:
Nivel educativo. Los reclusos con poca escolaridad tienen más probabilidad de ser reincidentes criminales.
Desempleo. Las personas que no tienen empleo tienen más probabilidades de ser reincidentes criminales.
Pandillero. La pertenencia a las pandillas es un factor que aumenta la probabilidad de vivir en el circuito del crimen.
Vivir en una comunidad con alto desempleo. Las personas que viven en comunidades con mucho desempleo tienen menos
probabilidades de sufrir por la violencia criminal de cualquier tipo.
Vivir en una comunidad con presencia policial. En la medida en que hay más presencia policial en una comunidad, en esa
medida sus miembros tienen menos probabilidades de sufrir por la violencia criminal.
Vivir en una comunidad con poca desigualdad económica. Esta condición disminuye la probabilidad de ser víctima de un
delito con motivaciones económicas, pero aumenta la probabilidad de sufrir un hecho de violencia de cualquier tipo.
CAUSAS
En la conducta delictiva influyen tanto los elementos biológicos como el desarrollo social. También tienen mucho peso:
 La educación recibida
 El estatus económico de la persona y su entorno
 La percepción de riesgo
 La alta impulsividad y distorsión de la realidad
 La necesidad de emociones
 La inadaptación al medio
 La agresividad
 La falta de habilidades sociales
No necesariamente los factores antes mencionados son determinantes para que alguien se convierta en un delincuente.
Muchos estudios determinan que el delincuente no nace, sino que se hace.
Uno de los problemas que surgen en teoría es cuando se pretende formular las tipologías de diagnóstico y tratamiento,
estableciendo necesariamente diversos tipos de delincuentes. A mi criterio la elaboración de tipologías, así como los
postulados que se fundan en tales clasificaciones son verdaderamente tomados de una etiología, los cuales tienen
un carácter exploratorio y que simplemente tienen una formulación de teorías sobre las causas del crimen y
la delincuencia.
Las normas que se siguen para la clasificación de los transgresores, según la ley se establecen en función de: la tipología
del delincuente o criminal, el color de cabello, su raza, su edad, existencia de reincidencia urbana o rural. Lo ideal sería
que la elección del delincuente fuera atinada al cuadro clasificatorio, los cuales exhiban los esquemas clasificatorios de
este; sin embargo esta muestra se distingue ya que ninguno de los hechos delictivos nos permite establecer una
clasificación segura.
CONSECUENCIAS
No existe una única razón para explicar la delincuencia, más bien se trata de una espiral de donde emergen múltiples
factores entrelazados:
1) El empeoramiento de las condiciones sociales de vida produce un aumento de los delitos, como consecuencia de
la inseguridad económica y la falta de recursos, dándose respuestas agresivas.
2) La delincuencia es una consecuencia de una sociedad mundial donde se prima el “tener” antes que el “ser”, donde se
es más cuando se tiene más. Es la consecuencia del mito del bienestar.
3) La sociedad se defiende del delito creando mecanismos de miedo que generan nueva delincuencia: miedo a la calle,
miedo a la vida, miedo al futuro...
4) La sociedad se defiende creando una imagen deteriorada del delincuente, presentándolo como un monstruo más que
como una persona humana.
5) La sociedad se defiende creando mecanismos de castigo. Las cárceles no funcionan, siendo generadoras de delitos. Son
los porcentajes de reincidencia los que ponen en cuestión la capacidad regeneradora de las prisiones.
La delincuencia o se reprime o se previene. Nosotros creemos que solamente a través de la prevención es posible ir
disminuyendo el alarmante aumento de nuevos delincuentes. Estamos absolutamente en contra del delito, pero
queremos intentar encontrar las causas profundas de la delincuencia, no negando nunca la posibilidad de cambiar.

Delincuencia
miércoles, 5 de octubre de 2011
tipos de delincuencia
¿QUE ES EL DELINCUENTE?
Si el delincuente es el “sujeto que delinque”, o lo que es igual, “sujeto activo o agente del delito”, entonces la
delincuencia es la “calidad de delincuente”, la “comisión de un delito” o un “conjunto de delitos en general, o referidos a
un país o época”.
A su vez, un diccionario puede decir que delito es la “culpa, crimen o quebrantamiento de la ley”. Dicho de manera más
precisa, es la “acción u omisión voluntaria, imputable a una persona que infringe el Derecho, y que es penada por la ley”.
El Maestro Eduardo García Maynez señala que “se da el nombre de delitos a ciertas acciones antisociales prohibidas por
la ley, cuya comisión hace acreedor al delincuente a determinadas sanciones conocidas con el nombre específico de
penas”.
En cuanto a la delincuencia, una definición elemental señala que “delincuencia es la conducta resultante del fracaso del
individuo en adaptarse a las demandas de la sociedad a en que vive”. A su vez, Herrero Herrero define la delincuencia
como “el fenómeno social constituido por el conjunto de las infracciones, contra las normas fundamentales de
convivencia, producidas en un tiempo y lugar determinados”.
En un comunicado de prensa emitido por el Consejo Europeo de Tampere, realizado en octubre de 1999, y luego de la
conferencia de alto nivel celebrada en Praia da Falésia el 4 y 5 de mayo del 2000, la Comisión Europea llegó a la conclusión
de que se “define la delincuencia como todo acto punible cometido por individuos o asociaciones espontáneas de
personas. No obstante”, indica el mismo documento, “esta definición engloba distintas realidades como:
La delincuencia en sentido propio.
La delincuencia con un nivel de infracción penal menos grave pero más frecuente.
La violencia que afecta a los medios más diversos.
La falta de civismo, que incluye comportamientos asociales –o antisociales, como sería más apropiado decir– que no
constituyen una infracción penal”.
Ahora bien, el delito cometido por el delincuente no es del todo espontáneo, sino que puede ser premeditado y
programado. Sin embargo, dependiendo del número de personas que lo cometa y ejecute, de los procedimientos que
siga, de los recursos que utilice y de los objetivos que persiga, podrá haber, esencialmente, dos tipos de delincuencia:
Delincuencia menor, y
Delincuencia organizada.
En las próximas secciones de este capítulo se hablará de ellas, definiéndolas y explicando sus características particulares
y ámbito de acción e influencia. Sin embargo, antes se hace obligado explicar que, por su escala de acción, también se
puede hablar de una delincuencia estratificada: menor, intermedia y mayor, como la clasifica Leticia Salomón, del
foro Ciudadano de Honduras.
Como ya se verá, la delincuencia menor o delincuencia común es la más visible y temida, pero constituye la punta del
iceberg. Al hablar de delincuencia intermedia y mayor se está hablando, de facto, de delincuencia organizada, y aunque
todas ellas requieren de una mayor preparación de las fuerzas de seguridad pública, la organizada requiere, además,
recursos tecnológicos e intelectuales muy avanzados.

TIPOS DE DELINCUENCIA
Características y ámbito de acción de la delincuencia menor
El Maestro Eduardo García Maynez, y citando a Afallón y García Olano, señala que “el delito representa, generalmente,
un ataque directo a los derechos del individuo (integridad física, honor, propiedad, etc.), pero atenta siempre, en forma
mediata o inmediata, contra los derechos del cuerpo social”.
Ello atañe a cualquier delincuente y a cualquier tipo de delincuencia, pues el sólo hecho de contravenir la ley –que por
antonomasia busca la protección y salvaguarda de la integridad y tranquilidad del individuo– ya implica un atentado contra
el orden social regulado por la ley.
La delincuencia menor es la cometida por un individuo, y cuando mucho, por dos, y que tiene por objetivo la comisión de
un delito que podría ser ir desde una falta menor hasta una grave y calificada, pero que no trascienden su escala y
proporciones, es decir, no son cometidos por bandas, no hay una gran planeacion en los hechos delictivos, o no se
pretende operar permanentemente a gran escala.
Leticia Salomón señala que “en la delincuencia menor se puede incluir algunos carteristas, asaltantes de buses,
estafadores. Esa es la delincuencia más común, más popular, la que vemos y a la que le tenemos miedo. Entonces los
ciudadanos comunes piensan que es un problema cuando transitan por determinadas zonas en que pueden asaltados y
la gente asocia inseguridad con esto”. Esa es la delincuencia callejera, la más ordinaria:
Asalto a transeúntes.
Carterismo.
Violación.
Robo de bienes y artículos menores.
Robo a casas habitación.
Robo de vehículos.
Vandalismo.
Grafitis y pinta de muros y monumentos.
Ahora bien, éstos y otros delitos pueden ser cometidos en grandes proporciones y por muchos individuos, con lo cual ya
se convierte en una delincuencia organizada, tanto de nivel intermedio como mayor. Cuando se convierten en tales, se ha
dado en decir que se convierten en la “industria del robo”, “la industria del secuestro”, la “industria del robo de vehículos”,
etc. Por supuesto, la delincuencia menor tiene las siguientes características, en términos generales:
Una precisión técnico-manual elevada y precisa parea cometer el ilícito con rapidez, astucia y disimulo, y
El uso de la fuerza con apoyo en ventajas físicas, e incluso, en el empleo de armas.
El asaltante puede apelar o no a dos recursos para lograr sus objetivos:
Normalmente existen compradores de bienes robados, que son quienes los adquieren de conformidad con tarifas ya
existentes en el mercado negro, mismas que son fijadas por la oferta y la demanda así como por la situación del entorno
local, nacional e internacional.
Regularmente, los delincuentes operan con apoyo de una red de corrupción entre autoridades intermedias (jueces
calificadores, agentes del ministerio público del fuero común) y corporaciones de seguridad pública desde sus mandos y
efectivos elementales hasta –cuando mucho– sus mandos medios (agentes de policía, jefes de sector, etc.).

2.Delincuencia: organizada
Es la realización de actos de delincuencia menores, pero que se comenten con organización de varios individuos que
buscan ejecutarlos a gran escala. Ejemplo de este tipo de delincuencia es la delincuencia colectiva que se conceptualiza
racionalmente en violencia institucional, de la vida privada y pública. Esto con el fin de obtener ganancias empresariales
con rapidez.
En este tipo de delincuencia hay mayor precisión para cometer el delito con disimulo y uso de la fuerza o de armas. Los
objetos robados son depuse puestos a la venta dependiendo de la demanda de la población.
Una característica más de este tipo de delincuencia es que se generan alianzas y vínculos con instituciones
gubernamentales, de la asociación civil, etc. que favorecen que se continúe con los actos delictivos, ejemplo de las alianzas
son fuerzas policíacas, agentes de ministerio público, jueces, etc..
Los dos tipos de delincuencia son el principal motivo de miedo entre los ciudadanos en la actualidad, así como de la
sensación de inseguridad en diferentes niveles de la sociedad del país.

Delincuencia juvenil
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La delincuencia juvenil se refiere a los delitos realizados porjóvenes o menores de edad. Un delincuente es aquel que
reincide y comete crímenes repetidas veces. La mayoría de los sistemas legales consideran procedimientos específicos
para tratar con este problema, como son los centros juveniles de detención. Hay multitud de teorías diferentes sobre las
causas de la criminalidad, la mayoría de las cuáles si no todas pueden ser aplicadas a las causas de los crímenes juveniles.
Los delitos juveniles suelen recibir gran atención de los medios de comunicación y políticos. Esto es así porque el nivel y
los tipos de crímenes juveniles pueden ser utilizados por los analistas y los medios como un indicador del estado general
de la moral y el orden público en un país, y como consecuencia pueden ser fuente de alarma y de pánico moral.
Como la mayoría de los tipos de delitos, los crímenes cometidos por jóvenes se han incrementado desde mediados del
siglo XX. Existen múltiples teorías sobre las causas de los crímenes juveniles, considerados especialmente importantes
dentro de lacriminología. Esto es así, porque el número de crímenes cometidos crece enormemente entre los quince y los
veinticinco años. En segundo lugar, cualquier teoría sobre las causas de la delincuencia deberá considerar los crímenes
juveniles, ya que los criminales adultos probablemente habrán tenido un comienzo en la delincuencia cuando eran
jóvenes.
Prevención de la delincuencia masiva: ejemplos concretos
La prevención * debe tener en cuenta no sólo la delincuenciastrictu sensu, sino también los «comportamientos
antisociales». Está demostrado que las medidas de prevención bien concebidas y aplicadas pueden contribuir a reducir la
delincuencia.
Por ejemplo, una luz encendida cuando uno está ausente, un cierre suplementario de las puertas y ventanas, el refuerzo
del alumbrado exterior y la presencia de una alarma y/o de un perro guardián son medidas de prevención que han
permitido reducir los riesgos de robo con fractura en los domicilios. El simple refuerzo del alumbrado público ha hecho
disminuir la tasa de delincuencia en cerca del 20 %.
Además, el programa norteamericano Perry prevé clases complementarios para los niños de corta edad (de 3 a 4 años)
procedentes de familias con escasos ingresos, acompañados de visitas semanales a domicilio por el personal del programa.
Un seguimiento a largo plazo puso de manifiesto unas tasas de detención en la adolescencia y en la edad adulta claramente
inferiores en los participantes en este programa, y también unas tasas claramente superiores de conclusión de los estudios
secundarios, de realización de estudios superiores, de empleo y de ingresos.
Del mismo modo, el Programa «Juventud» de la Unión Europea, puesto en marcha a finales de los ochenta y orientado
hacia el bienestar, la inserción y el respeto político de los jóvenes en la sociedad, produjo efectos preventivos
considerables.
Por último, se concedió una ayuda considerable a la Asociación Europea para la Educación en el Medio Penitenciario
(AEEMP), dado que la enseñanza en el medio penitenciario y durante el período que sigue a la puesta en libertad puede
desempeñar un papel esencial en la reintegración social del ex preso.
Prevención: vías de acción
La presente Comunicación preconiza un enfoque a dos niveles: local y europeo.
Dado que la delincuencia masiva se produce principalmente a nivel local en medio urbano, las políticas deben aplicarse a
este nivel, adaptándolas a las especificidades locales o regionales. A este respecto, la implantación de políticas nacionales
de prevención de la delincuencia constituye una condición previa esencial. Además, las medidas de prevención se
caracterizan también por la necesidad de implicar a distintos protagonistas, entre ellos los sectores públicos (policía,
entidades locales, trabajadores sociales, etc.) y privados (asociaciones de empresas, compañías de seguros, organizaciones
de ciudadanos, etc.).
Estas políticas deben también ir acompañadas de medidas de cooperación efectivas a escala de la Unión Europea, cuando
sea posible sacar partido de la labor realizada por la Red Europea de Prevención de la Delincuencia REPD y de las
modalidades de financiación comunitaria, es decir, de los programas Hipócrates y AGIS, gestionados por la Comisión
Europea.
La Comisión considera, además, en la presente Comunicación, que las principales tareas y actividades a realizar en la UE
son las siguientes:
favorecer los intercambios de experiencias entre responsables políticos y expertos de la prevención;
definir y decidir las acciones prioritarias;
acordar las políticas y medidas en materia de prevención de la delincuencia cuya eficacia haya quedado demostrada
(buenas prácticas);
acordar metodologías uniformes para la elaboración, la aplicación y la evaluación de las políticas de prevención;
sensibilizar a los ciudadanos europeos respecto a la utilidad de la prevención de la delincuencia;
poner en marcha proyectos comunes de prevención;
seguir y evaluar las políticas nacionales de prevención y mejorar la comparabilidad de las estadísticas nacionales para
definir las diferencias entre los niveles de delincuencia.

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