Hebreos 1:1-4
EXORDIO:
Hoy en día, en los diferentes ámbitos de la vida humana, escuchamos diferentes voces; aun en
la esfera religiosa, al interior mismo del cristianismo, solemos confundirnos por la multiplicidad
de mensajes que se generan.
INTRODUCCIÓN:
El autor de la carta a los Hebreos, en vista de que va disertar a favor de Jesús, argumentar que
en él se cumplió todo lo dicho por Moisés y los profetas, y echar por tierra muchas de las cosas
del sistema religioso de Israel, comienza estableciendo a través de quien Dios ha hablado.
PROPOSICIÓN:
El propósito de este sermón es que determinemos escuchar solamente al Hijo de Dios, por medio
del cual el Padre nos ha hablado. Jesús es el único digno de ser escuchado, en tanto es el heredero
del Padre, su representación misma, en él está todo el poder y ha sido puesto en supremacía.
CONFIRMACIÓN:
I. Porque el Hijo tiene la herencia de todo
“en estos postreros días nos ha habado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por
quién asimismo hizo el universo” (1:2).
EPÍLOGO:
A Cristo Jesús hemos de escuchar porque en él está toda la herencia que el Padre tiene para
nosotros, en él vemos al Padre mismo, sustenta todas las cosas con su palabra de poder y no ha
rescatado del pecado, y ha sido puesto en supremacía.
RESOLUCIÓN:
En medio de tanto bullicio, de tanto discurso religioso en nuestros días, cada uno de nosotros
debe aprender a escuchar al Padre a través del Hijo; no una escucha afanada, pero si atenta y
con disposición de comprender y obedecer al nuestro Señor Jesucristo.