¿La realidad se construye?...

Ronnie Salazar

¿La realidad se construye? respuesta en un órgano sensorial” (Feldman,

Comprendiendo a la percepción desde 1998, p. 567). En otras palabras, las ondas
una perspectiva interdisciplinaria
electromagnéticas, las ondas de presión del aire,

Ronnie Salazar 1
Guayaquil, 29/05/2013
Percepción: estímulo y sensación
A la percepción, en términos generales, el
Diccionario de la Lengua Española, en una de
sus acepciones, la define como conocimiento o
idea (Real Academia Española, 2001). Y desde
una postura psicológica a la percepción se la
puede definir como “… la transformación del
mundo físico en imágenes mentales” (Frith,
1980, p. 17). De acuerdo a estas nociones, en
primera instancia, a la percepción se la puede
considerar tanto como un producto al hablarse
2
de saberes e ideas o imágenes mentales , y un
proceso al contemplarse la transformación.
En esta misma línea, para Matlin y
Foley (1996), dentro del enfoque psicológico, la
percepción es la “interpretación de
sensaciones incluyendo significado
organización” (p. 489). De este modo, se hace
necesario indicar que, a primera vista, en la
formación de la percepción de un individuo se
contemplan dos elementos: estímulo
sensación. Así, al estímulo se lo puede entender
como “fuente de energía física que produce una
los componentes químicos, entre otros, son
estímulos, los cuales son recogidos por medio
de los respectivos sentidos de un organismo
(Martin & Jessell, 1997); mientras que la
sensación es el “proceso mediante el cual los
órganos sensoriales de un organismo responden
ante un estímulo” (Feldman, 1998, p. 572).
Por esta vía, una vez recibido el
estímulo, ya sea del entorno (Feldman, 1998) o
del interior del cuerpo humano (Martin &
Jessell, 1997), por cualquiera de los sentidos
como la vista, el oído, etcétera, el proceso que
genera las sensaciones, en términos generales,
contempla la conversión de los estímulos en
información sensorial que recorren por las
fibras nerviosas sensoriales hasta llegar al
encéfalo (Martin & Jessell, 1997). Así, a una
sensación, como resultado del proceso en
las cuestión y en relación a lo arriba citado, se la
y puede entender como una construcción mental
(Martin & Jessell, 1997) sin interpretación,
significado y organización, como respuesta a un
estímulo captado por medio de los sentidos
y (Matlin & Foley, 1996; Morris, 1997; Morris &
Maisto, 2005).
En esta misma dirección, Matlin y Foley

1
(1996) señalan que “la sensación se refiere a
Maestría en ciencia, tecnología y sociedad, Universidad Nacional de
Quilmes, Buenos Aires, Argentina. Otros postgrados en Docencia
Superior e Investigación en las Ciencias Sociales, Universidad Casa
experiencias inmediatas y básicas, generadas
Grande. Docente universitario, investigador y consultor de empresas.
Contacto: infoshe@hotmail.com. por estímulos aislados simples” (p. 2). Por su
2
Babbie (2000). expresa que “el término técnico para estas imágenes
mentales… es idea” (p. 99).
1
¿La realidad se construye?...
parte, Morris y Maisto (2005) comentan que “la
sensación se refiere a los datos sensoriales
puros de los sentidos…” (p. 140). Por ejemplo,
cuando una persona escucha un sonido
totalmente desconocido - sensación -, como
producto de haber captado una variación en las
ondas de presión del aire - estímulo - en el
entorno, y dicha persona no tiene con que
compararlo, no lo reconoce, es decir, no tiene
cómo interpretarlo; entonces tal sonido no tiene
sentido para aquel sujeto.
Consecuentemente, es importante
mencionar, por una parte, que cuando una
persona recibe estímulos, por medio de sus
órganos sensoriales, ésta sólo capta una
fracción de aquellos. Esto se debe, entre otras
cosas, a que el individuo realiza una
selectividad, de los estímulos que recibe, que
depende de las pre ideas del sujeto (Klineberg,
1965; Rodríguez, 1987) y de fijar la atención en
un segmento de las excitaciones (Rodríguez,
1987). Por ejemplo, una persona que aprende
sólo tres temas del contenido de una disciplina
escolar especifica y el resto lo deja a un lado
(Rodríguez, 1987). Así mismo, de las
limitaciones neurobiológica, como es el hecho
de que el ojo humano sólo puede captar colores
con longitudes de ondas en un rango que
comprende entre los 400 y los 700 nanómetros,
en otras palabras, una persona no puede
distinguir luz infrarroja ni ultravioleta (Tessier-
Lavigne & Gouras, 1997). En razón de esto,
2
Ronnie Salazar
Martin y Jessell (1997) expresan que “…el
sistema nervioso sólo extrae parte de la
información sensorial de un estímulo y desecha
el resto…” (396).
En esta dirección, desde la
neurobiología de la percepción, de manera
general, el estímulo, del ambiente o del interior
del cuerpo, es captado por los receptores
sensoriales, éstos, a su vez, al estímulo lo
transducen y codifican en señales neurales
electroquímicas; señales - información - que
recorren por varias vías sensoriales, de manera
serial y en paralelo, y que se van transformando
en el camino, y por la medula espinal hasta
llegar al cerebro, el cual con dicha información
crea y/o reconstruye una imagen, un sonido, un
olor o sabor, del mundo, siguiendo sus propias
reglas. Por ejemplo, una persona recibe fotones
de luz, del entorno, con diferentes longitudes de
onda, por medio de fotorreceptores los cuales
transforman en señales eléctricas a dichos
fotones; éstos, a su vez, son procesados por la
retina a través de diversas fibras nerviosas
sensoriales (Martin & Jessell, 1997).
De acuerdo a esto, Kandel y
Kupfermann (1997) comentan que “…la
percepción en sí misma es un proceso
constructivo, que no sólo depende de la
información intrínseca del estímulo sino
también de la estructura mental de quien la
percibe” (p. 347). Así, por ejemplo, cuando un
individuo escucha tocarse un piano, de él la
¿La realidad se construye?...
persona puede captar los rasgos de una nota
como su tono y volumen, pero si esto no tiene
un sentido para dicha persona, ésta a lo mucho
podría escuchar un zumbido (Matlin & Foley,
1996). Al respecto, Morris y Maisto (2005)
indican que “el tímpano vibra de una manera
particular, pero no escucha una sinfonía” (p.
125).
En razón de lo antes citado, cuando una
persona ve una casa, degusta una manzana o
siente frío, ésta está recibiendo, del entorno,
variaciones de ondas electromagnéticas,
elementos químicos y energía térmica,
respectivamente; estímulos que mediante unos
procesos neurobiológicos llegan al cerebro, el
cual construye una imagen de la casa o el sabor
de la manzana. Empero, estos olores, sabores,
imágenes y sonidos no existen en el mundo
exterior, sino que son construcciones mentales
generadas por el cerebro y sólo se hallan en éste
(Martin & Jessell, 1997). Por ejemplo, si una
madre y un padre ven que el color de los ojos
de su pequeño hijo es verde, lo que ellos en ese
momento están haciendo es recibir una
variación de ondas electromagnéticas
provenientes de su pequeño infante, entonces,
estos padres, muy bien, podrían preguntarse:
cómo es su hijo en aquel mundo al que se
denomina mundo exterior, es decir, el mundo
físico en el que existen los árboles, las
manzanas, los mares, etc.
La interpretación en la percepción
3
Ronnie Salazar
Sin embargo, si bien es cierto, por ejemplo, un
individuo escucha sonidos, variaciones en las
ondas de la presión del aire, que pueden ser
zumbidos o chillidos, los cuales podrían no
tener sentido alguno para la persona, ésta
también puede escuchar sonidos que pueden ser
canciones o sinfonías. Pero, ¿cuándo ocurre
eso? Las canciones o sinfonías pueden ser
escuchadas por la persona cuando hay una
interpretación de la sensación, que fue
originada por la entonada de un conjunto de
instrumentos musicales, por parte de ésta. Con
respecto a esto, Matlin y Foley (1996)
manifiestan que cuando una persona interpreta
una información sensorial le da sentido y
organización a dicha información. De tal modo,
que sin una decodificación de por medio de la
información sensorial adquirida por cualquiera,
o algunos, de los sentidos humanos, dándole así
un significado para la persona de dicha
información, ésta sólo sería datos no
condicionados sobre el entorno (Morris, 1997;
Morris y Maisto, 2005).
En este mismo sentido, Morris y Maisto
(2005) promulgan que “la percepción consiste
en descifrar patrones significativos en la
maraña de la información sensorial” (p. 125).
Cabe mencionar que el estado consciente de la
persona incide en el proceso perceptual de la
misma; mientras que el inconsciente parece
tener poca implicación en dicho proceso
(Morris, 1997; Feldman, 1998). Sin embargo,
¿La realidad se construye?... Ronnie Salazar

Abbagnano (1986) y Gonzales (1988) persona (Matlin & Foley, 1996). En esta etapa
consideran que el inconsciente juega un rol de la interpretación, en la que se contempla, de
destacable en la percepción de un individuo igual manera, los procesos conocidos como
(Vargas, 1994). Por su parte, Martin y Jessell arriba-abajo y abajo-arriba 3, se implican los
(1997) participan que la sensación es una procesos cognitivo (Schellenberg, 1993; Matlin
experiencia tanto voluntaria como inconsciente. & Foley, 1996) 4 y analítico (Feldman, 1998).
Por ejemplo, un individuo, antes de que se dé Las experiencias previas en la percepción
cuenta de que una superficie está caliente, retira De este modo, una persona elabora una
su mano de dicha superficie gracias a que la percepción - la que puede cambiar por una
información sensorial desencadena una actividad, una experiencia o el aprendizaje 5 -,
respuesta motora de modo automático (Martin y considerando sus ideas previas de experiencias
Jessell, 1997). pasadas. Al respecto, Vernon (1962) comenta
En este mismo sentido, Vargas (1994) que cuando una experiencia es inesperada o
enuncia que el plano consciente está incongruente y no puede ser ignorada, la
relacionado con el reconocimiento del objeto tendencia es conjeturar lo que es más posible
percibido, mientras que en los procesos de que sea dentro de las circunstancias. Así, las
configuración y segmentación de las experiencias pasadas de situaciones similares y
sensaciones se encuentra el estado involuntario. lo que queremos ver en el presente nos guían en
En esta línea, la interpretación de la la percepción del mundo. Cabe indicar que
información sensorial involucra, entre otros Biederman (1981) señala que el contexto incide
procesos psicológicos, al reconocimiento en el proceso perceptual de la persona
(Matlin & Foley, 1996; Feldman, 1998; Morris (Feldman, 1998). En este caso, un individuo
y Maisto, 2005), la selección (Klineberg, 1965; observa unas series de letras: A, I3, C, D, E, F, y
Coon, 1999; Quiles, Marichal & Betancort, de números: I0, II, I2, I3, I4. Luego, éste puede,
2000), la significación (Quiles, Marichal & contemplando el contexto, distinguir si el
Betancort, 2000; Morris y Maisto, 2005) y la
simbolización (Cerdá, 1977). En virtud de esto, 3
Según Feldman (1998) el proceso denominado abajo-arriba consiste en
el “reconocimiento y procesamiento de información relativa a los
la información sensorial, que se origina de un componentes individuales de un estímulo” (p. 571); mientras que el
considerado arriba-abajo es la “percepción guiada por el conocimiento,
estímulo, es comparada con las ideas la experiencia, las expectativas y las motivaciones” (p. 571).
4
Según Matlin y Foley (1996), en términos generales, la cognición
preconcebidas o preconcepciones de contempla “… la adquisición, el almacenamiento, la recuperación y el
uso del conocimiento” (p. 2).
5
Forgus (1978) expresa que “… el juicio y la discriminación perceptual
experiencias perceptuales pasadas; ideas se modifican después de la experiencia y la práctica” (p. 210). Además,
este mismo autor sugiere que “… el aprendizaje origina la sensibilidad
previas que son evocadas de la memoria de la diferencial del organismo a diferentes combinaciones de patrones
sensoriales; y como resultado del ajuste al medio, el organismo ha
aprendido el significado de diferentes patrones de energía…” (p. 211).
4
¿La realidad se construye?...
símbolo ‘I3’ es la letra ‘b’ dentro del alfabeto o
es el ‘número trece’ dentro de dicha retahíla de
números (Feldman, 1998).
En consecuencia, lo que percibimos no
son imágenes directas y exactas del mundo,
sino que éstas han sido filtradas por nuestras
preconcepciones. Al respecto, Kandel
Kupfermann (1997) señalan que “…los análisis
celulares del procesamiento de la información
en las vías visuales han demostrado que el
encéfalo no se limita a recibir impresiones del
mundo externo, sino que más bien construye
imágenes visuales…” (p. 346).
De este modo, una vez que ocurre la
comparación antes referida, la información
sensorial se configura de un modo determinado
de acuerdo a las ideas y experiencias
preadquiridas, reconociendo así el individuo al
objeto de su percepción (Feldman, 1998).
Worchel y Shebilske (1998), al respecto,
comentan que la percepción es “reconocer un
objeto específico” (p. 679).
En esta misma línea, Vargas (1994)
menciona que “el reconocimiento es un proceso
importante involucrado en la percepción,
porque permite evocar experiencias
conocimientos previamente adquiridos a lo
largo de la vida con los cuales se comparan las
nuevas experiencias, lo que permite
identificarlas y aprehenderlas para interactuar
con el entorno” (p. 49). En este sentido, la
persona al reconocer al objeto percibido éste
5
Ronnie Salazar
adquiere un sentido para aquella (Feldman,
1998). Así, en la generación de sentido del
objeto percibido se encuentran envueltas la
simbolización y significación. Según Cerdá
(1977) “la percepción está siempre asociada a
un concepto” (p. 295). Por ejemplo, una
y persona percibe un vehículo y a este concepto
se relacionan varios atributos (Cerdá, 1977) y
emociones (Coon, 1999). De este modo, Cerdá
(1977) manifiesta que “… hay, pues, en la
percepción una aprehensión inmediata de un
significado, de un símbolo intelectivo” (p. 295).
En consecuencia, a la percepción, hasta
este momento, se la puede comprender como la
generación de información sensorial, con los
estímulos recogidos ya sea del ambiente o del
interior del sujeto, la cual es contrastada con las
imágenes mentales preconcibidas, ordenándola
a dicha información de un modo especifico; lo
cual le permite a un individuo reconocer al
objeto o sujeto que percibe, adquiriendo así
aquellos objeto o sujeto, percibidos, un
significado para la persona, y en cuyo proceso
se encuentran implicados símbolos, conceptos,
vocablos, definiciones, atributos, sentimientos y
y el entorno.
Así, por ejemplo, una persona le invita a
un amigo a servirse un cuy 6. El invitado
observa al cuy asado sobre la mesa. El
convidado evoca ideas previas que tiene sobre
las ratas y las confronta con los rasgos del cuy
6
Mamífero roedor, conocido también como conejillo de Indias o cobayo
(Diccionario Norma, 1986).
¿La realidad se construye?...
percibido. Entonces, el invitado se percata de
que el cuy se parece a una rata, y se dice a sí
mismo: ¡que animal asqueroso, repugnante y
portador de enfermedades! Acto seguido, el
amigo le dice a su anfitrión, gracias pero no
comeré el cuy. Así, se puede decir que las
personas pueden generar diferentes
percepciones de una misma cosa. Por lo tanto,
la sensación originada por un estímulo es
interpretada “…en el contexto de la experiencia
previa” (Martin & Jessell, 1997, p. 396).
La percepción, un proceso no lineal
En este sentido, de acuerdo a lo dicho,
anteriormente, el proceso perceptual parece ser
de naturaleza lineal. En otras palabras, una
persona capta un estímulo, el cual se traduce en
información sensorial, y ésta es interpretada,
con lo que se crea una percepción. Empero,
para Locke (1975) y Reese (1980) aunque el
proceso de percepción pareciera que es lineal,
es decir, estímulo-sensación-percepción, en el
que el individuo cumple una función pasiva, tal
proceso es no lineal, en otros términos, las
particularidades y las ideas previas
trastocadas, también, por la sociedad - del
individuo inciden en la producción de su
percepción del mundo (Bunting, 1988). Así, el
proceso perceptual es no lineal debido a que el
individuo aporta, con sus preconcepciones y
experiencias pasadas, a la construcción de la
percepción que éste elabora del mundo.
6
Ronnie Salazar
En este mismo orden de cosas, Vargas
(1994) señala que “la percepción no es un
proceso lineal de estímulo y respuesta sobre un
sujeto pasivo, sino que, por el contrario, están
de por medio una serie de procesos en constante
interacción y donde el individuo y la sociedad
tienen un papel activo en la conformación de
percepciones particulares a cada grupo social”
(p. 48). En este orden de cosas, el proceso
perceptual es no lineal porque el sujeto
contribuye a recrear lo percibido, influyéndose
y cambiando, mutua y permanentemente, entre
el individuo, la sociedad y su contexto.
Asimismo, la percepción es no lineal, ya que el
proceso perceptual se da en una vía de dos
sentidos, en permanente interacción e influencia
recíproca, desde el ambiente a la percepción del
sujeto y de ésta hacia el entorno; lo cual está
afectado, entre otros factores, por las
experiencias, el aprendizaje, los valores, la
cultura (Morris, 1997) y lo social (Klineberg,
1965).
Aspectos sociales en la percepción
- Consecuentemente, Klineberg (1965) expone
que en la comprensión de los fenómenos de la
percepción se deben contemplar, también, los
aspectos sociales; mientras que Frith (1980)
manifiesta que “…nuestra percepción del
mundo necesariamente la determinan en gran
parte nuestra cultura y nuestra sociedad” (p.
31).
¿La realidad se construye?...
Por ejemplo, según Malinowski (1927)
en la cultura de los trobriandos [habitantes de
las islas Trobriand ubicadas al oriente de la isla
de Nueva Guinea] siempre se considera y
asevera que los hijos se perecen a sus padres,
aunque en ciertas ocasiones eso vaya en contra
de lo que ven los ojos de los trobriandos, y
expresar, por ejemplo, que los vástagos se
parecen a sus madres es una ofensa entre ellos
(Klineberg, 1965).
De este modo, desde la perspectiva
antropológica, según Vargas (1995) en la
percepción del individuo, la que se forma a
través de su vivencia, se encuentran
involucrados los procesos de selección y
simbolización (Vargas, 1994). Con respecto a
esto, se conoce que la capacidad humana para la
producción simbólica está dada por las
particularidades biológicas que el humano
posee a diferencia de las otras especies, como la
capacidad de generar el lenguaje humano
(Harris, 1990), pero que al mismo tiempo la
persona se encuentra limitada por sus
capacidades biológicas (Vargas, 1994). Por
ejemplo, un vendedor occidental que trata de
vender un artículo a un japonés y éste le repite
varias veces la palabra: hai, el vendedor puede
pensar que el japonés le está diciendo sí, acepto
su producto, y por lo tanto creer que ya hizo el
negocio; cuando en el idioma japonés el
vocablo hai, significa: si, le estoy escuchando
(Biasca, 2004).
7
Ronnie Salazar
Por esta misma vía, Vargas (1994)
indica que la persona al percibir los elementos
del entorno, como objetos, sujetos o
circunstancias, ésta, por medio de su
percepción, le asigna significados a dichos
elementos percibidos en base a sus ideas
previas; ideas previas que están sustentadas en
sistemas culturales 7 e ideológicos 8, que son
elaborados y reelaborados, constantemente, por
la interacción de los miembros del grupo social
en un ambiente socio-histórico-cultural
determinado. Así, un individuo a medida que
crece va percibiendo y adquiriendo, por
ejemplo, normas, valores o formas de
comportarse, en un contexto socio-cultural
específico, como hacer fila o columna para
realizar transacciones bancarias (Harris, 1990);
normas, valores o modos de actuar que son
construidos y reconstruidos por la interacción
de quienes conforman el grupo social de dicho
individuo (Vargas, 1994), manifestándose así el
factor temporal o histórico en la percepción y
conducta social de la persona (Evans-Pritchard,
1990; Vargas, 1994).
La percepción y una construcción social de
la realidad
7
Según Geertz (1988) “la cultura denota un esquema históricamente
transmitido de significaciones representadas en símbolos, un sistema de
concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medios
con los cuales los hombres comunican, perpetuán y desarrollan su
conocimiento y sus actitudes frente a la vida” (p. 88); mientras que para
Reynoso (1987) a la cultura se la puede definir como un “…sistema de
símbolos y significados compartidos...” (p. 10).
8
A la ideología Geertz (1988) la contempla como “sistema cultural” (p.
171), de naturaleza crítica, imaginativa, participativa, práctica, etcétera,
o “…imágenes esquemáticas de orden social” (p.190).
¿La realidad se construye?...
En este sentido, desde la teoría de las
representaciones sociales, dentro de la
psicología social, a la percepción se la puede
comprender como una imagen construida y
reconstruida, a partir de la imaginación del
sujeto como de los objetos inventados
existentes, considerando al símbolo, el signo y
la significación, por medio de interacciones,
diálogos y acciones, y compartida, por los
integrantes de un grupo social; imagen que
llega a contar con una existencia casi física e
independiente de quien la genero (Moscovici,
1979).
Por esta vía, la imagen es más que una
réplica o reproducción que la persona hace de
un objeto percibido (Moscovici, 1979), aunque
como se dijo antes no es una réplica o
reproducción exacta de dicho objeto, ya que el
cerebro interviene en la elaboración de la
percepción a través de los procesos (Martin &
Jessell, 1997; Feldman, 1998; Quiles, Marichal
& Betancort, 2000) y las preconcepciones del
individuo (Feldman, 1998), anteriormente
citados. En otras palabras, no se trata de que el
individuo al percibir, por medio de sus sentidos,
un objeto él repita o replique una imagen en su
cerebro de dicha cosa (Moscovici, 1979;
Petracci & Kornblit, 2007), como una naranja,
en la que se contemple un color, una forma y
otros rasgos físicos, y a la cual, también, se
agregue un olor y una textura (Martin & Jessell,
1997), y hasta un significado (Cerdá, 1977),
8
Ronnie Salazar
como que la naranja contribuye a la buena
salud; sino que, desde la teoría en cuestión, la
imagen es una “expresión y construcción del
sujeto” (Moscovici, 1979, p. 43).
Consecuentemente, la persona crea,
produce o construye una imagen de un objeto
que no existe externa a ella, es decir, es una
imagen que no es generada a partir de un objeto
preexistente, sino que es concebida desde la
imaginación o invención del sujeto (Moscovici,
1979). Así, en el primer caso, el sujeto genera
una imagen de un árbol, de un objeto externo a
él, es decir, la imagen se elabora desde el objeto
(Moscovici, 1979) y hay una distinción entre el
sujeto y el objeto (Abric, 2001); mientras que
en el segundo caso, el sujeto produce una ley
jurídica, o una norma organizacional, en otros
términos, la imagen se construye desde el sujeto
(Moscovici, 1979), entonces, el individuo y el
objeto son inseparables (Abric, 2001).
No obstante, desde la perspectiva de las
representaciones sociales las imágenes que el
sujeto crea no sólo son producto de los procesos
cognitivos del individuo (Banchs, 2000; 2001),
las cuales se almacenan en su memoria
(Banchs, 2001), sino que en la producción de
dichas imágenes intervienen, de igual forma,
procesos sociales, es decir, son el producto de
interacciones y conversaciones, de personas que
son parte de un grupo social (Banchs, 2000;
2001). En otros términos, estas imágenes no
son “…un simple reflejo de la realidad, sino
¿La realidad se construye?...
una organización significante” (Abric, 2001, p.
13).
Por ejemplo, un veterano de guerra
quien considera que el síndrome de
inmunodeficiencia adquiriría es algo creado por
el hombre para deshacerse de lo indeseable, y
no una enfermedad de naturaleza orgánica,
imágenes que terminan involucrando al sujeto,
a la sociedad y al estado (Moscovici, 1988). De
este modo, lo social y lo cognitivo se
interponen en la producción, por parte de los
sujetos, de las imágenes (Moscovici, 1979,
Abric, 2001).
La percepción y los objetos sociales
Con respecto a esto, estas imágenes al contar
con una correspondencia en la realidad externa,
es decir, al contar con una figura y una entidad
solida, toman el nombre de objetos sociales
(Wagner & Elejabarrieta, 1994).
Empero, lo que le da el carácter de
social a los objetos, por un lado, es el tipo de
relación que las personas, entre dos o más,
sostienen con dichos objetos (Wagner &
Elejabarrieta, 1994). Por ejemplo, el agua
bendita, las leyes, el internet, un carnet de
identificación, etc. Y por otra parte, los objetos
sociales son producto de la designación por
medio de significados (Wagner & Elejabarrieta,
1994), y de una creación y reinvención,
permanente, a través de constantes
interacciones, conversaciones y acciones, en
medio de acuerdos y discrepancias, por parte de
9
Ronnie Salazar
los miembros de un grupo social (Moscovici,
1979; 1988). Por ejemplo, las leyes que se
constituyen y reelaboran en un proceso de
sociabilización.
En este sentido, es primordial señalar
que la aceptación, por parte de un grupo social,
de los objetos sociales producidos, los cuales se
construyen más que todo por la resolución de
asuntos prácticos y pueden ser recreados
cuando dichos objetos, predominantes, afrontan
algo desconocido que entra en conflicto con
éstos (Moscovici, 1979), no es por la cantidad
de sus miembros, sino debido a la intervención
de todos los individuos quienes conforman el
grupo social en el logro del consenso en
relación a la producción, y transformación, de
los objetos en cuestión (Moscovici, 1993;
Wagner & Elejabarrieta, 1994); es decir, un
consenso que le permita a los miembros de un
grupo sostenerse “…como una unidad
social…” (Wagner & Elejabarrieta, 1994, p.
819). Así mismo, que a los objetos sociales se
los puede contemplar como evidencias de las
imágenes que los individuos crean, por medio
de un acuerdo entre éstos, en otras palabras, “la
evidencia es el consenso social…” (Wagner &
Elejabarrieta, 1994, p. 819). Por ejemplo, las
citas como evidencias de razonamientos
expuestos en un escrito científico, los billetes y
monedas con respecto al dinero, o sistema
monetario, o un acta de matrimonio como
prueba de las nupcias.
¿La realidad se construye?...
De otra parte, Moscovici (1979) y
Duveen (2007) comentan que estas imágenes y
objetos sociales facilitan y orientan
comunicación entre los individuos de un grupo
social. En esta comunicación que tienen dichos
individuos desempeñan roles relevantes el
lenguaje (Moscovici, 1979; Banchs, 2001) y el
diálogo (Berger y Luckmann, 1968).
Por esta vía, Berger y Luckmann (1968)
señalan que la realidad es preservada por la
conversación que es el recurso más importante
para este fin. Además, de acuerdo a dichas
imágenes y objetos las personas se comportan,
de una manera específica, en un contexto socio-
histórico-cultural preciso (Moscovici, 1979;
Jodelet, 2000; Abric, 2001) y se relacionan de
un modo determinado con éste (Moscovici,
1979; Abric, 2001).
Sin embargo, estas imágenes como se
están, continuamente, reconstruyendo,
medio de la interacción de los miembros del
grupo social (Moscovici, 1979; 1993), lo que
evita la generación de conductas sociales
inmutables, no son tomadas por el individuo
como instrucciones a rajatabla para actuar, de
un sólo modo, perpetuamente, en un entorno
socio-histórico-cultural especifico; sino que
dichas imágenes pueden ser tomadas
retocadas, permanentemente, por el individuo
en interacción con los otros del grupo social,
modificándose, mutuamente, entre el individuo,
los miembros del grupo social y su ambiente
10
Ronnie Salazar
social delimitado (Moscovici, 1979; Rodríguez,
2007).
la De este modo, estas imágenes, que son
el producto de la influencia, interacción, y
diálogo, constantes, entre los individuos que
conforman un grupo social, contribuyen a que
dichos miembros puedan explicarse y
comprender la realidad social y física en la que
se desenvuelven en un entorno socio-histórico-
cultural concreto (Moscovici, 1979; Jodelet,
2000; Abric, 2001; Rodríguez, 2007). Así
mismo, sirven como medios para construir
dicha realidad (Moscovici, 1988; Banchs, 2000;
Duveen, 2007). De acuerdo a esto, se puede
decir que es una realidad producida socialmente
(Berger y Luckmann, 1968). En esta dirección,
Berger y Luckmann (1968) expresan que las
interrelaciones, a través del diálogo, que tienen
los individuos de una comunidad, y los
por resultados de éstas, tienen a ser contemplados
como realidades objetivas.
En virtud de esto, las personas le dan
sentido a su mundo social (Banchs, 2001). Al
respecto, Abric (2001) expresa que a las
imágenes y figuras que las personas poseen se
las puede comprender “…como una visión
funcional del mundo que permite al individuo o
y al grupo conferir sentido a sus conductas, y
entender la realidad mediante su propio sistema
de referencias y adaptar y definir de este modo
un lugar para sí” (p. 13). Por lo tanto, no se
puede hablar de una realidad social absoluta,
¿La realidad se construye?...
sino de disímiles realidades
(Moscovici, 1979). Por ejemplo, “…los incas
del Perú tuvieron un gobierno de tipo imperial,
mientras que las vecinas sociedades de la selva
carecían de cualquier forma de liderazgo
centralizado” (Harris, 1990, p. 25).
Sin embargo, estas imágenes, arriba
citadas, desde el enfoque
representaciones sociales, para que faciliten la
conversación entre los individuos de un grupo
social y contribuyan a la formación de
comportamientos en dichos individuos, se
deben tornar en figuras a las cuales están
asociadas significados y términos (Moscovici,
1979; 1988), y deben contar con una identidad
corpórea, dándoseles así a dichas imágenes el
nombre de objetos sociales (Wagner
Elejabarrieta, 1994) como se dijo antes, es
decir, con existencia casi concreta
independiente de quienes las produjeron
(Moscovici, 1979; 1988). Al
Moscovici (1979) indica que
“…constelaciones intelectuales, una vez fijadas,
nos hacen olvidar que son nuestra obra…que su
existencia hacia el exterior lleva la marca de un
pasaje por el interior del psiquismo individual y
social” (p. 39) Así, ejemplos de las figuras en
cuestión pueden ser el crucifijo, manuales de
políticas y funciones, los pictogramas chinos, la
fanesca, la computadora, etc.
En esta misma dirección, es importante
manifestar que estas figuras también fungen
11
Ronnie Salazar
sociales como signos. Así, por ejemplo, se tiene al
inconsciente como signo del psicoanálisis
(Moscovici, 1979) o al crucifijo como signo del
cristianismo. Así mismo, que los individuos,
por medio de estas imágenes, construyen
teorías, basadas en el conocimiento del sentido
común (Moscovici, 1979; 1988; Jodelet, 2000),
de las que les permiten comprender algo que no es
cotidiano y que estaba ausente en el diario vivir
de dichos sujetos, como la comprensión y
apropiación, por medio de las teorías en
cuestión, del saber científico (Moscovici, 1979;
1988; 1993; Rodríguez, 2007).
En este orden de cosas, y de acuerdo a
lo arriba planteado, estas imágenes y figuras,
concebidas en la teoría de las representaciones
& sociales, inciden en el aspecto cultural del ser
humano (Moscovici, 1979). Al respecto,
e Moscovici (1979) comenta que a estas
imágenes y figuras se las deben considerar
respecto, como parte de una sociedad y cultura
las determinadas.
Así, se puede decir que dichas imágenes
y figuras, u objetos sociales, son parte de la
cultura del hombre (Moscovici, 1979) como lo
son otros elementos: las costumbres, los
valores, las creaciones materiales, etc. (Peck &
Kreiger, 1989). De este modo, el individuo
desde que nace va formando su visión de la
vida, a diferencia de las otras especies,
fundamentalmente, por medio del aprendizaje y
la experiencia, de su entorno socio cultural, la
¿La realidad se construye?...
cual le permite a aquel comportarse de un modo
determinado en una comunidad, grupo social o
sociedad, específica (Geertz, 1988; Harris,
1990; Gluckman, Hanson, Spencer & Bateson,
2005; Hackman, Farah & Meaney, 2010).
De este modo, Gluckman et al. (2005)
señalan que el contexto del individuo es crítico
en su desarrollo, mientras que para Geertz
(1988) la información que proviene del entorno
es transcendental en el desarrollo del individuo.
Por su parte, Harris (1990) manifiesta que los
individuos adquieren formas de pensar y actuar,
a través del aprendizaje y la experiencia, del
contexto en el que nacen y se desenvuelven,
como el hecho de que hay niños que en un
ambiente emplean cucharas y tenedores para
comer, mientras que en otro usan palillos como
los infantes chinos. En esta línea, según
Bhaskar ([1979] 1989) la sociedad forma a la
persona a través de la sociabilización (Reed &
Harvey, 1992).
En este mismo sentido, estas imágenes y
figuras, u objetos sociales, que contribuyen a la
formación de la cosmovisión y la conducta de
los individuos, dentro de una sociedad, van
cambiando a través del tiempo, es decir, son
temporales, lo que le da el carácter de históricas
a dichas imágenes y objetos (Moscovici, 1979;
Banchs, 2000). Sin embargo, cabe destacar que
aunque la persona pueda construir una visión
individual del mundo, ésta no deja de estar
incidida por los otros individuos del grupo
12
Ronnie Salazar
social (Moscovici, 1979; Araya, 2002). De
acuerdo a esto, Araya (2002) precisa que
“…cada persona forma su propia opinión y
elabora una particular visión de la realidad sin
que, de modo alguno, esto signifique que dicha
elaboración constituya un proceso individual e
idiosincrásico” (p.14).
En esta dirección, en base a lo arriba
expresado, por ejemplo, una persona ingresa a
laborar en una organización, grupo social,
donde adquiere, por medio de la instrucción y la
práctica, formas de comportarse para
relacionarse con los compañeros de trabajo y
efectuar las tareas encomendadas a ella. Así,
para esta persona, como empleado de dicha
organización, la información que proviene del
entorno organizacional es crítica (Geertz, 1988;
Gluckman et al., 2005) para su desempeño
óptimo en la empresa que trabaja. De este
modo, estas maneras de actuar se encuentran
concretadas en manuales de procesos y de
políticas como en los reglamentos, carnets de
identificación y canales de comunicación, etc.
En otros términos, estos manuales, reglamentos
y documentos son objetos sociales (Wagner &
Elejabarrieta, 1994) que han sido creados por la
interacción y el diálogo de un grupo social
(Moscovici, 1979), en este caso, por quienes
conforman la organización en cuestión.
Consecuentemente, las personas que
conforman dicha organización para que opere
ésta de un modo determinado han creado una
¿La realidad se construye?...
serie de imágenes las cuales se
materializado, por ejemplo, a través de dichos
manuales, adquiriendo éstas así una figura, un
cuerpo (Wagner & Elejabarrieta, 1994) y una
existencia casi independiente de quienes las
generaron (Moscovici, 1979; 1988), en este
caso, los miembros de la organización de
nuestro ejemplo. En otras palabras, dichas
imágenes se han objetivado en los manuales,
objetos sociales, los cuales contemplan
símbolos lingüísticos, significados, gráficos,
entre otros elementos, ya sea que estén en
formato físico o digital; tomando así tales
objetos, aparentemente, una existencia propia,
externa a las personas que los inventaron. Por
lo tanto, se puede distinguir, ilusoriamente, una
presencia autónoma del objeto de quien lo creó:
el sujeto (Moscovici, 1979).
Por esta misma vía, estos objetos
sociales contribuyen a las maneras en que se
relacionan los miembros del grupo social y a
éste con su entorno. Así mismo, facilitan la
comunicación entre las personas,
proporcionan pautas de conductas a los
individuos de dicho grupo (Moscovici, 1979),
en este caso, a quienes son parte de la
organización. Por ejemplo, canales
comunicación escritos o digitales
transmitir disposiciones a los miembros de la
empresa, maneras de realizar las tareas o modos
de interactuar entre los miembros de la
organización y los clientes de ésta, etc.
13
Ronnie Salazar
han Además, los objetos en cuestión, que son
producidos y compartidos por una comunidad,
sirven como evidencias de las imágenes creadas
por las personas (Wagner & Elejabarrieta,
1994), en este caso, por los miembros de la
empresa. Por ejemplo, los manuales de
procesos como pruebas de cómo se hacen las
tareas y se fabrican los productos, de la
organización, o el carnet de identificación como
evidencia de que una persona labora en una
empresa específica.
No obstante, los objetos sociales, como
se expuso antes, pueden ser reconstruidos,
continuamente, por interacción y conversación
de todos los miembros de un grupo social,
debido a que hay factores que, a través del
tiempo, pueden entrar en conflicto con éstos y
por cuestiones pragmáticas (Moscovici, 1979).
Así, los manuales de procesos pueden ser
reformados, permanentemente, por los
miembros de la organización, debido a un
aumento en el volumen de transacciones de la
y empresa o a la búsqueda de eficiencia, por parte
de la organización, en respuesta a un
incremento de la competencia en el mercado,
entre otras posibles causas. De este modo, la
de redefinición de los manuales en cuestión,
para objetos sociales, aunque puede ser propuesta
por uno de los miembros de la empresa, es de
conocimiento de todos los miembros de la
organización quienes, a su vez, participan,
interactuando y comunicándose, en dicha
¿La realidad se construye?...
reformulación, es decir, que la transformación
de tales objetos es de carácter público (Wagner
& Elejabarrieta, 1994).
En este sentido, la persona que entró a
laborar en la empresa junto con los demás
miembros quienes conforman la organización
transforman los objetos sociales, como son los
manuales de procesos, es decir, rediseñan la
manera de hacer sus tareas y, al mismo tiempo,
reformulan sus comportamientos e imágenes,
en este caso, como miembros de la empresa de
la cual forman parte. En consecuencia, el
individuo no es un ser pasivo, por el contario
éste participa, activamente, en la construcción
de la realidad de su entorno social y, a su vez,
se erige como persona. Con respecto a esto,
Banchs (2001) expresa que “…los individuos
conjuntamente construyen su realidad y, al
hacerlo, se constituyen a sí mismos” (p. 15).
Por su parte, Bhaskar ([1979] 1989) señala que
el individuo, como ser social que se encuentra
en continua construcción, toma al mundo social
tal como está, lo interpreta y hasta lo transforma
(Reed & Harvey, 1992).
De esta manera, los objetos sociales que
han sido reelaborados, en este caso, los
manuales de procesos reformulados, entran en
vigencia, mientras los que son reemplazados
por éstos son dejados a un lado, con el tiempo
olvidados, por los miembros de la organización,
hasta que los objetos sustituidos llegan a
desaparecer. En este sentido, desde
14
Ronnie Salazar
neurobiología, esto se comprende, al olvido,
como una desconexión, progresiva, de las
neuronas que conforman una red neural, como
resultado, por ejemplo, del desaprendizaje y
desuso (Kandel, 1997; Kolb, Gibb & Robinson,
2003; Citri & Malenka, 2008), como en el caso
de los manuales de procesos suplantados y
desechados; mientras que se va fortaleciendo la
efectividad de las conexiones neurales como
producto del aprendizaje y la experiencia
(Martin & Jessell, 1997; Kandel, 1997; Kolb et
al., 2003; Citri & Malenka, 2008), como en el
caso de la comprensión y utilización de los
manuales de procesos redefinidos.
En consecuencia, se puede decir que los
objetos sociales cuentan con un génesis y un
final, de existencia (Moscovici, 1979). Cabe
destacar que en la construcción y retoque de los
objetos sociales, los miembros del grupo social
tienen una participación activa, entre conciertos
y desacuerdos, es decir, que en la producción y
regeneración de dichos objetos, la posición, o
actitud, de los sujetos también interviene
(Moscovici, 1979). Así, según Moscovici
(1979) los sujetos en base a actitudes
determinadas, tomadas previamente, crean y
reinventan sus imágenes y objetos sociales. Por
su parte, Rodríguez (1987) precisa que “las
actitudes social como uno de los procesos
psicológicos…” (p. 348) son “…capaces de
distorsionar la correspondencia existente entre
la el estímulo y lo percibido” (p. 348).
¿La realidad se construye?...
Percepción y actitud
En este sentido, se sabe que la percepción está
relacionada con la noción de la actitud. Al
respecto, Wilson (1980) manifiesta que la
actitud “es un punto de vista relativamente
constante con respecto a cierta cosa, ya sea
favorable o desfavorable, o inclusive neutral”
(p. 259); mientras que Vallejo-Nágera (2002)
define a la actitud como “tendencia a reaccionar
frente a un estímulo tras evaluarlo positiva o
negativamente” (p. 757). De acuerdo a esto, la
actitud puede ser entendida como una postura
especifica, en contra o a favor, ante un objeto,
sujeto o una situación, la cual genera una
tendencia, relativamente persistente, a sucede, ya que se conoce que los tres factores
comportarse, de una forma determinada, en
relación a dichos sujeto, objeto o circunstancia.
Al respecto, Young (1967) expone que la
actitud es “la tendencia o predisposición
aprendida, más o menos generalizada y de tono
afectivo, a responder de un modo bastante
persistente y característico, por lo común
positiva o negativamente (a favor o en contra),
con referencia a una situación, idea, valor,
objeto o clase de objetos materiales, o una
persona o grupo de personas” (p. 9).
En esta misma línea, Rodríguez (1987)
sostiene que a la actitud social se la puede
enunciar como “…una organización duradera
de creencias y cogniciones en general, dotada
de una carga afectiva a favor o en contra de un
objeto social definido, que predispone a una
15
Ronnie Salazar
acción coherente con las cogniciones y afectos
relativos a dicho objeto” (pp. 337 y 338).
En consecuencia, en la posición que una
persona toma ante una cosa, sujeto,
circunstancia u objeto social, se encuentran
involucrados percepciones, creencias,
sentimientos y emociones. Por ejemplo, una
persona a quien le gusta el tenis cuenta con una
actitud favorable hacia dicho deporte. Así, se
podría estimar que este individuo compra ropa
para ejercitar el tenis, asiste a, y ve por
televisión, los partidos de dicho deporte que se
realizan en su localidad o en el mundo, etc.
No obstante, tal estimación no siempre
que componen la actitud, como el cognoscitivo,
afectivo y conductual, no siempre son
congruentes entre sí (Rodríguez, 1987), aunque
se sabe que una de las funciones de la actitud es
la de ayudarnos “…a formar una idea más
estable de la realidad en que vivimos…”
(Rodríguez, 1987, p. 335). Empero, hay autores
como Fishbein (1967) y Ajzen y Fishbein
(1980) que mantienen que la actitud sí
contribuye, junto con otros elemento, a la
predicción del comportamiento de un sujeto
(Rodríguez, 1987). De acuerdo a esto,
Rodríguez (1987) y Schellenberg (1993)
comentan que la actitud contempla tres
componentes como son el cognitivo, afectivo y
conductual. El primero de estos componentes
¿La realidad se construye?... Ronnie Salazar

contempla creencias 9, conocimientos, valores 10, idea, vaga o errónea, de un estímulo, lo cual
pensamientos y expectativas. puede afectar o no la intensidad de las
Por esta vía, Rodríguez (1987) emociones y sentimientos del sujeto hacia dicho
promulga que necesariamente existe una estímulo. Así, una idea no clara, o incierta, que
representación cognitiva - percepción, idea o un individuo posea de un estímulo, incide en la
creencia acerca de un objeto o sujeto - cuando intensidad del afecto, pero una errada no afecta
una persona tiene una posición determinada para nada dicha intensidad (Rodríguez, 1987).
ante una cosa o un individuo, sin embargo, lo Por ejemplo, si a una persona se le pregunta
contrario no ocurre, es decir, cuando un acerca de que si la ciencia y la tecnología
individuo posee una idea de un estímulo, no pueden curar todas la enfermedades del hombre
necesariamente hay una actitud de por medio. y ésta tiene entre las posibles respuesta:
Por ejemplo, cuando una persona puede Totalmente de acuerdo, De acuerdo, En
poseer saberes científicos, como hechos desacuerdo o Totalmente en desacuerdo, y
científicos o acerca del método científico, y no dicha persona elegí ya sea En desacuerdo o De
tener ninguna actitud relacionado con éstos, acuerdo, entonces, es muy posible que aquella
pero si contar con una actitud, hacia el impacto no posea un claro conocimiento, o tenga dudas,
de la ciencia, cuando se trata de actividades sobre dicha inquietud. Pero, si la persona
científica que contamina al medio ambiente. escoge Totalmente de acuerdo o Totalmente en
Por su parte, el factor afectivo considera la desacuerdo, una de las posibles razones es que
asociación de emociones y sentimientos el individuo tenga una percepción errada sobre
positivos o negativos al conocimiento de un la interrogante en cuestión.
objeto o sujeto, en este caso se puede decir que Por otra parte, el factor conductual se
una idea de un objeto, o un sujeto, cuenta con trata de una predisposición para reaccionar de
una carga afectiva. un modo determinado (Wilson, 1980). Por su
En este sentido, es importante parte, Rodríguez (1987) precisa que el factor
especificar que una persona puede tener una conductual contempla “…la combinación de la
9
Germani (1967) menciona que “la creencia es una organización
cognición y el afecto como instigadora de
durable de las percepciones y de los conocimientos relativos a ciertos
aspectos del mundo de un individuo” (p. 30). Además, este mismo autor conductas dada determinada situación” (p. 341).
expresa que “… la actitud es una creencia adicionada de carga afectiva
y volitiva…” (p. 30). Por su parte, Schellenberg (1993) indica que las Por ejemplo, una persona que tiene una actitud
experiencias personales proveen las bases de muchas de las creencias
que las personas tienen. Asimismo, este autor define a la creencia como favorable hacia realizar deporte, ya que tiene
una afirmación acerca de la realidad para la cual una persona puede dar
su asentimiento consciente.
10
A los valores se los puede comprender como “…categorías generales
conocimiento sobre que el deporte ayuda a
dotadas también de componentes cognoscitivos,, afectivos y de
elementos capaces de predisponer la adopción de una determinada mantener una buena salud, y si éste cuenta con
conducta, difiriendo de las actitudes por su generalidad” (Rodríguez,
1987, p. 347).
16
¿La realidad se construye?...
recursos y un espacio para efectuar ejercicios
físicos, entonces, dicha persona hará deporte,
posiblemente, todos los días.
En suma, en la actitud de un individuo,
hacia un objeto o sujeto, están involucradas
ideas o percepciones, y en estas ideas o
imágenes mentales se encuentran implicados
sentimientos y emociones. De acuerdo a esto,
Vernon (1962) comenta que en una experiencia
perceptual puede entrar una variedad de
sentimientos y emociones. Y asimismo, como
se sabe que en la producción de
percepciones las concepciones pasadas, de la
persona, intervienen, entonces, se puede decir
que las ideas previas cargadas de sentimientos y
emociones influyen en la generación
reelaboración de las percepciones, por parte del
individuo, de cosas, sujetos u objetos sociales.
Por ejemplo, el propietario de un supermercado
descubre que uno de sus cajeros le roba y por
tal motivo lo despide. Y luego, cuando el dueño
del establecimiento trata de contratar a otro
cajero le da temor de hacerlo debido a que
considera, en base a su experiencia previa
cargada de afecto, que el nuevo cajero que
reclute le pueda, de igual modo, robar en su
supermercado.
Consecuentemente, lo que se acaba de
mencionar puede contribuir a la comprensión
tanto de lo que expone Moscovici (1979) sobre
que las personas, en base a sus actitudes,
elaboran y reinventan sus imágenes y objetos
17
Ronnie Salazar
sociales, como de lo que indica Rodríguez
(1987) con respecto a que las actitudes de las
personas inciden en sus procesos perceptuales.
Es así que, de acuerdo a lo arriba citado
sobre la actitud, y sin que haya un consenso, de
por medio, de dicha noción (Rodríguez, 1987),
a la actitud se la puede definir como una
disposición determinada, más o menos
persistente, en la que están envueltas ideas y
una carga de emociones y sentimientos, cuya
intensidad de dicha carga está perturbada por
las una imagen mental, no clara o incierta, que la
persona tenga de un estímulo, a responder, a
favor o en contra, por parte de una persona, ante
una cosa, un individuo, un objeto social o
y situación específica; disposición determinada,
que como ideas previas cargadas con
afectividad, influye en la construcción que una
persona realiza de una percepción. Y asimismo,
de acuerdo a todo lo antes planteado, se puede
promulgar que por medio de creencias, ideas,
conocimientos, sentimientos, expectativas y
valores se pueden conocer y medir las
percepciones sociales de las personas.
A manera de conclusión
Ahora bien, de acuerdo a las nociones sobre la
percepción arriba planteadas, se puede
comprender, a mi manera de ver, sin que sea
una definición cerrada, a la percepción como
una imagen, socio-histórica-cultural, específica,
que una persona construye, y reelabora,
continuamente, al tener experiencias, en las que
¿La realidad se construye?... Ronnie Salazar

intervienen sensaciones, de estímulos - objetos Babbie, E. (2000). Fundamentos de la

y sujetos, físicos e inventados socialmente -,
cuyas fuentes son tanto el mundo físico como la
imaginación del sujeto.
En este sentido, dicha imagen se genera,
y se reformula, como resultado de un proceso,
neurobiológico, psicológico y social, no lineal,
en un contexto socio-temporal-cultural
determinado, conformado por un conjunto de
actividades interpretativas y cognitivas; de
comunicaciones, interacciones y prácticas,
constantes, entre quien percibe y los otros con
quienes conforma un grupo social; en el que se
interponen ideas y prácticas pasadas, emociones
y sentimientos - no siempre -, el entorno, la
cultura, la participación e influencia de los otros
miembros de la comunidad, el aprendizaje, la
experiencia, la atención focalizada y las
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