Anda di halaman 1dari 14

AÓNIKENK (Tehuelches, Patagones)

UBICACIÓN
Vivian en el sur de la Patagonia, entre el río Santa Cruz y
el estrecho de Magallanes en Chile.

LENGUA

La lengua del pueblo AÓNIKENK está extinta, fue el


aonikaish. Pertenecería al tronco lingüístico Tshon, al
igual que la de los Selk`nam. Era aglutinante y sustantiva,
es decir, una palabra designa cada objeto de la naturaleza
o expresa ideas abstractas de un orden superior, por
ejemplo:
chetjen /guanaco nuevo
shotel/ojo de guanaco;
Otil nau/espíritu bueno.
Habrían existido tantos dialectos como subgrupos
componían la etnia.
El idioma de los Aónikenk pertenece a la lengua CHON.
Agua = Le, Amien
Fuego = Iaik
Caballo = Kowai.
Sol : Sheuen o Shehuen'à Uno : Chochieg
Luna : Keingueinken o Dos : H'áuke
Keingueincon Tres : Ká'ash
Noche : Ter-nsh
Día : Chocheg Shehuem
Cuatro : Kague
Hombre : Alen, Aln, Alnk Cinco : K'tsàen
Mujer : Ishé o Enack Cien : Pataca

SUS CARACTERISTICAS: VESTIMENTA Y


PINTURA
Estatura promedio: 1,80 m.
Casi siempre eran robustos, de espaldas anchas y rostro
grande.
Su vestimenta era el manto de pieles de guanaco pintado
usado con el pelo hacia el interior, llamados kais o
quillangos, era ricamente decorado con coloridos dibujos
geométricos. Un quillango (manto) necesitaba unos trece
cueros de guanaco, de preferencia de la cría, el chulengo.
Como parte de la vestimenta, también calzaron botas de
cuero, primero hechas de guanaco y luego de potro. En
todos estos soportes se observa un estilo común: motivos
simples, principalmente geométricos (puntos, líneas,
círculos y grecas); pero incorporando también figuras
naturalistas, la más común fue la impronta de manos.
Utilizaban adornos, pinturas y plumas.
Utilizaban unas vinchas en la cabeza, llamadas "cochel" de
lana o algodón; diademas de plumas; y pintura blanca en
el pelo largo, dispuesto a llevar con él las flechas.
En el cuerpo, utilizaban pinturas faciales y corporales a
manera ceremonial y, cotidianamente, como protección
contra el clima.
Se pintaban el rostro de colores, rojo negro y amarillo
cubriéndolo con líneas en una mezcla de grasa y tierras. A
veces se tatuaban el rostro o los brazos con finos cortes en
la piel que luego teñían con cenizas y tierra de color.
Los Aonikenk pintaban sus cuerpos por razones estéticas y
prácticas, como por ejemplo para protegerse del frío. Así,
el rostro se resguardaba del viento helado de la zona
austral, con pintura roja y negra.
La pintura era una mezcla de médula de hueso o grasa de
guanaco, la que al cocinarse se convertía en materia
gelatinosa. A esta sustancia se le agregaban tinturas
naturales.
El rojo se obtenía al agregar ocre a la cocción y para
obtener el blanco se usaba arcilla feldespática.
Las mujeres, en un sentido más estético, se pintaban la
cara con zumo de calafate. Este es el fruto oscuro de un
arbusto que tiñe de un azul intenso.
Usaron rústicos telares, probablemente de influencia
mapuche, en la confección de fajas de ornamento para
cabalgaduras, y probablemente para algunas prendas de
vestir y de abrigo.
También manejaron rústicamente la platería llegando a
confeccionar botones, hebillas y adornos, usando el corte,
perforación y moldeo.

JUEGOS
El juego de naipes, al que llamaron berrica o birk,
asimilado del contacto con los barcos de paso o por la
movilidad que les otorgó el caballo. Manejaron tanto la
baraja española como la inglesa, pero especialmente la
adornada con sus propios motivos. Las hacían con cuero
de guanaco, de un tamaño de unos 8 x 5 centímetros.
Igualmente incorporaron los dados que fabricaron con
huesos de huemul.
HISTORIA Y CREENCIAS
La palabra Aónikenk significa gente del sur. Llegaron a la zona
Magallánica alrededor de años antes de cristo. Su d’s era Elal a
quien atribuía la creación de los animales y el indio. El cacique
era la autoridad máxima y podían tener más de una esposa.

Huake, el ultimo cacique de la tribu aónikenk de Camusu Aik.


LAS VIVIENDAS
Estaba constituida por el paravientos de cuero y el toldo,
que tenían una división entre áreas de mujeres y de
varones. Se sostenía con palos decrecientes hacia atrás y
se cerraba con una cortina de cuero por delante.
LA ORGANIZACIÓN DE LA TRIBU
La sociedad tehuelche estaba organizada por familias muy
numerosas. Se formaban cacicatos con territorios
delimitados. Los jóvenes, alrededor de los veinte años se
incorporaban a los guerreros. Las personas mayores, se
dedicaban a la medicina y hechicería. Los muertos eran
enterrados en tumbas llamadas "chenques". Una vez
muerta una persona, se prohibía pronunciar el nombre del
muerto.

FORMA DE VIDA
Fueron tribus nómades, cazadores, recolectores, que se desplazan
por la Patagonia en busca de animales para caza y alimentarse.
Antes de conocer el caballo hacían largo recorridos a pie, pero
cuando los Europeos trajeron este animal, los Tehuelches se
transformaron en hábiles jinetes, los adoptaron como medio de
transporte.
CARACTERISTICAS - ALIMENTACION
Tenían un modo de vida cazador-recolector se
movilizaban según las estaciones, desplazándose detrás de
las manadas de guanacos; durante los inviernos se
encontraban en cerca de costas y orillas de los lagos, y
durante el verano ascendían a los cerros. Durante cada
temporada tenían sitios donde instalaban sus
campamentos, llamados aik o aiken. Se alimentaba de los
animales que cazaban, aves, guanaco.
MUERTE DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Estos
pueblos eran los dueños de estas tierras. Luego llegaron
los españoles y europeos, quienes acabaron con su
cultura. Existieron los grupos de «cazadores de indios»
que realizaban expediciones para matarlos.
Por ello debemos tener respeto por los descendientes de
los pueblos originarios que aun viven entre nosotros.
REGALOS ARREGLAR MAS FOTOS
LOS AÓNIKENK (TEHUELCHES)

¿Dónde vivían?
Los tehuelches vivían en tierra del fuego, en la Patagonia de Santa Cruz y Chubut, hasta Tandil.
¿Cómo se alimentaban y con qué?
Los tehuelches cazaban o recolectaban frutos y cazaban con arco y flecha, boleadoras y con lanza.

¿Cómo eran sus viviendas?

Eran de cuero, toldo y ramas.

¿Eran nómades o sedentarios?

Los tehuelches eran nómades.

¿eran agricultores o cazadores – recolectores?

Los tehuelches eran cazadores y recolectores.

¿Cómo se vestían?

Se vestían con piel de guanaco.

¿Qué hacían los hombres?

Los hombres cazaban guanacos, avestruces y zorros.

¿Cómo se vestían las mujeres?

Las mujeres usaban faldas que iban debajo de los brazos hasta las rodillas.Las envolvían una vuelta y
media y el pelo se colocaba adentro.

¿Qué instrumentos utilizaban?

Los tehuelches utilizaban vasijas, lanzas, jarrones, flechas, arcos y boleadoras.

¿Qué artesanías hacían?

Los tehuelches hacían vasijas, lanzas, flechas, jarrones y ropa con la piel de guanaco y ñandú.

¿Cuál era su lenguaje?

Cada grupo de tehuelches tenía un leguaje diferente.


¿Qué creencias tenían?

Pensaban que había un ser supremo y un ser maligno.

¿Cuáles eran sus costumbres?

Una de sus costumbres era la cacería tehuelche.

EL SOPLO DE DIOS
(Leyenda Tehuelche)

Impulsados por los mandatos del destino, fuimos a parar al puesto


de un viejo indio, que se decía descendiente de una testa coronada
entre suyos. Los caprichos de una maquinaria, que algunos
llamaban automóviles pero que no pasaba de ser más que un
burrito traga nafta, nos obligó a pasar unos días en el rancho
maloliente del cacique, por derecho sucesorio.
Después de mucho trabajar y engrasarse, mi compañero de viaje,
a fuerza de alambres y piolines habían hecho andar el motor, que
parecía retozar sin acordarse de los muchos kilómetros andados y
sufridos.
A la madrugada siguiente debíamos salir.
Al pretender despedirnos, el indio contuvo nuestra partida,
diciéndonos:
- Es mejor no salir. He visto pasar el soplo de Dios que anda
buscando gente que castigar...
- Y qué es eso del soplo de Dios? - le pregunté.
- Ustedes lo llaman remolino... Pero es Dios que sopla para
castigar a los malos...
- ¿Conoce algún caso?-le preguntó mi compañero, que pocas
ganas tenía de emprender el aje.
- ¡A montones!
- ¡Cuéntenos alguno!
- Bueno, pero vayamos a la cocina. Y, entre mate y mate, les
contaré la historia que mi abuelo me narró una mañana como esta.
Así lo hicimos. Y el indio nos contó:
Era entonces la época en que los tehuelches reinaban absolutos en
la Patagonia. Con el triunfo de sus flechas y lanzas, habían
expulsados a los araucanos que, infiltrándose por los pasos de la
cordillera, habían fundado tolderías y establecido dominios.
El cacique tehuelche era gallardo y valiente. Su hijo había
heredado todas sus bellezas. Por derechos de mando, su esposa
era una beldad entre los nuestros - agregó el narrador.
El viejo cacique, reblandecido por los años y las luchas, se
enamoró de su nuera.
Ella tomo a broma las ternezas del viejo.
Pero él, cada vez más enamorado, había llegado a concebir el
crimen más horrendo: matar a su hijo, a quien, como rival
afortunado, odiaba con todas sus fuerzas.
Una mañana, los hombres del toldo fueron a cazar. Cuando un
huemul iba a caer bajo los dardos de los buenos arqueros, vieron
que el viejo cacique dirigiría su flecha hacia su hijo.
Rápido y certero, Dios sopló para salvar de la infamia a la tribu, y
a la tierra de un crimen. Furioso, bajó del Cielo el soplo que
envolviéndolo lo elevó para arrojarlo contra las rocas que
despedazaron su cráneo.
El soplo de Dios detuvo, aquel día, la mano un hombre, que se
encontraba a punto de manchar con su propia sangre la gloria de
su vida.
La joven pareja hizo la felicidad de los suyos, y de uno de sus
hijos desciendo yo.

Anda mungkin juga menyukai