A las 8 de la mañana del aquel día solemne, se dio inicio con el rezo de laudes, a
lo que siguió una inspirada meditación por parte del padre Rubén Tapia. Después
del desayuno, algunos cantos y alabanzas animaron a los presentes, que se
dispusieron para entronizar la Biblia en sus corazones. Fue entonces cuando el
padre Luigi Butera, fundador de los SP, dio una calurosa bienvenida a los
asistentes, iluminando la jornada con la predicación de la palabra de Dios. El
padre Luigi exhortaba a los presentes a luchar por conservar los valores del
Evangelio en la familia, ante un mundo lleno de violencia y división.