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MANUSCRITO

¡Contado con los


pecadores!

Walter Jolón

SERIE: GRACIA EN ACCIÓN


Hemos extendido las enseñanzas durante estos últimos días del año para continuar
estudiando las Escrituras acerca del nacimiento de Cristo, su encarnación, su presencia
entre nosotros pecadores para salvarnos de la condenación eterna y traernos paz para
con Dios.
REFERENCIA BÍBLICA: ISAÍAS 53.12 | MATEO 1.1-16
FECHA: Domingo, 18 de diciembre de 2016.

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I NT RO D U C C I Ó N

No sólo esta época es la adecuada para hablar acerca del nacimiento


de Cristo, sin embargo, es una temporada donde muchas personas,
independientemente de su motivación, correcta o incorrecta, se
encuentran más dispuestos a escuchar sobre Jesús.

Muchos saben que la navidad se trata del nacimiento de Cristo, eso


crea una oportunidad para que como cristianos aprendamos más
acerca de la manifestación de Dios en carne, nos maravillemos de esa
gloriosa verdad y al maravillarnos hablemos a otros sobre lo que Dios
estuvo dispuesto a hacer:

 encarnarse y tomar forma de hombre,


 venir a habitar entre nosotros,
 mostrarnos su buena voluntad para rescatarnos y salvarnos,
 identificarse con nuestras debilidades y sufrimientos,
 vivir una vida santa y de perfecta obediencia para ponerla a
nuestro favor,
 nacer para poder morir y servir como sacrificio en nuestro lugar,
 resucitar de entre los muertos para resucitarnos a nosotros
juntamente con Él.

“5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres;8 y estando en la condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
— Filipenses 2.5–8, RVR60

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ESQUEMA

I. Introducción.
a. “Emanuel: Dios con nosotros”
i. La semana pasada vimos el verdadero significado de la
navidad.
ii. Aprendimos que debemos evitar los dos extremos del
error.
1. Los que están en contra y,
2. Los que están a favor
iii. Ir a los extremos nos lleva al error de olvidar la doctrina
fundamental de la encarnación de Dios.
1. Dios hecho hombre.
2. Dios habitando entre nosotros.

“Un niño nacido para morir… cuando usted entiende eso,


usted entiende la navidad” –John MacArthur

b. Emanuel nos enseña que:


i. Tenemos una garantía de nuestra liberación.
ii. Tenemos un Dios que entiende y con el que me puedo
identificar.
iii. Puedo acercarme a Dios y hablar con Él.
iv. Tenemos la victoria.
v. Él restaura su imagen en nosotros.
vi. Él terminará la obra que empezó en nosotros.

II. La condescendencia de Dios


a. Significado: Acción de ponerse al nivel del otro, tratando de
empatizar con sus conflictos y sentir de manera honesta y real la pena
o el sufrimiento que el otro siente para poder acompañarlo en tal

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situación. Se hace por bondad, a modo de hacer sentir al ser querido
que se le acompaña y entiende.

i. Dios que hizo todas las cosas, toma la naturaleza de una


de sus propias criaturas.
ii. Que Dios hubiera tomado la forma de un serafín o un
querubín ya hubiera sido un gran acto de
condescendencia.
iii. Dios decidió ser uno con el hombre.
iv. Como hombre fue:
1. Carne y sangre que sufría,
2. Padeció hambre, y también experimentó la
muerte.
v. Nuestro cuerpo no es más que polvo, nos alimentamos
con lo que crece de la tierra, y cuando morimos
regresamos al polvo de donde fuimos sacados una vez.
vi. Es un acto de gran condescendencia, que un Ser puro,
maravilloso, incomprensible y divino se haya unido a
este polvo insignificante de la creación.

III. ¡Contado con los pecadores!


a. “Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes
repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la
muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él
llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”
— Isaías 53.12, RVR6

b. Crucificado entre criminales


Marcos 15.28, RVR60
“28 Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos.”

c. La genealogía de Cristo

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También podemos ver la condescendencia de Dios al
hacerse hombre y pertenecer a un árbol genealógico de
seres humanos llenos de pecado.

Leer Mateo 1.1-16

i. Mateo pone especial atención en el nacimiento de


Jesús, siendo engendrado del Espíritu Santo.
ii. El Mesías que esperaban los judíos era muy distinto al
mesías que nació en condiciones que ellos jamás se
hubieran imaginado.
iii. Ellos esperaban que naciera de una familia de la
realeza, poderosa y honorable
iv. Jesús nació siendo descendiente de asesinos, adúlteros,
prostitutas, idólatras, etc.
v. Jesús vino a salvar a su pueblo, no de los romanos, sino
de su condenación.

“26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois


muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni
muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió
Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer
lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Mas
por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho
por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31
para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el
Señor.” — 1 Corintios 1.26–31, RVR60

d. Tamar, Rahab, Rut y Betsabé


i. Entre los antepasados de Jesús encontramos muchos de
los grandes héroes de la fe.
1. Abraham

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2. Isaac
3. Jacob
4. Judá
5. Booz
6. David
7. Salomón
ii. No todos los antepasados son tan gloriosos
1. Las mentiras de Abraham
2. El engaño de Jacob
3. La inmoralidad de Judá y David
4. La sensualidad de Salomón
5. Reyes idólatras, violentos y débiles
iii. En toda la genealogía Mateo menciona a cuatro
mujeres
1. ¿Qué clase de mujeres son?
2. Si nosotros hubiéramos escrito la genealogía quizá
hubieramos incluído a las mujeres más virtuosas:
a. Sara
b. Rebeca
c. Lea
d. Raquel
3. No es que las cuatro mujeres hayan sido malas
4. Ruth, es uno de los personajes más atractivos de la
Biblia
5. Ninguna de ellas merecía estar en la genealogía
de Jesús
6. Que hayan sido incluidas refuerza la idea de que
Jesús tenía en sus antepasados personas poco
deseables.
e. Tamar
i. Era esposa de Judá pero también su nuera
ii. Se vistió de prostituta, se colocó al lado de la carretera
para seducir a su suegro

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iii. Como llevaba velo, Judá no la reconoció y fornicó con
ella
iv. Su embarazo de Zara y Fares fue pecaminoso
v. Judá fue tan culpable como Tamar
vi. Tamar determinó seducir a su suegro como un acto de
venganza, reclamando los derechos que Judá le había
negado.
vii. Ella había estado casada con los dos hijos mayores de
Judá, pero las dos veces enviudó
viii. Judá aun tenía un tercer hijo, según la tradición tenía
que haberlo casado con ella para «levantar
descendencia» a sus hijos difuntos.
ix. Pudo más en Judá, la superstición que el deber,
temiendo que perdería a su tercer hijo.
x. Judá decidió devolver a Tamar a sus padres (lo cual, en
ese tiempo, era una desgracia y vergüenza)
xi. Fue por eso que Tamar decidió tener hijos con el suegro.
xii. El embarazo se caracterizó por la infidelidad y la lujuria.
xiii. Tamar hizo el papel de ramera.
f. Rahab
i. Era ramera profesional (Josué 2.1)
ii. Pertenecía a un pueblo que Dios había ordenado
eliminarlos por su idolatría y degeneración.
g. Rut
i. Rut era moabita, miembro de una nación que Dios
había dicho:
«No entrará moabita en la congregación de Jehová para
siempre, por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua
al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron
contra ti a Balaam hijo de Beor en Mesopotamia, para
maldecirte … no procurarás la paz de ellos, ni su bien en
todos los días para siempre» (Deuteronomio 23:3–6)
ii. Rut era una mujer virtuosa, pero pertenecía a un pueblo
excluído de la comunión con Israel por su inmoralidad.

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iii. Fue admitida en Israel
iv. Aparece en la genealogía como abuela de David.
h. Betsabé
i. Mateo ni siquiera la llama por su nombre
ii. Cuando ella se acostó con el rey David, era «mujer de
Urías»
iii. Cuando quedó embarazada, David trató de
esconderlo con engaños
iv. Cuando el engaño no tuvo éxito, David logró que Urías
muriera en la guerra
v. El adulterio, el engaño, el asesinato y la deslealtad eran
las consecuencias de esa relación (2 Samuel 11)
vi. El Mesías vino a solucionar el problema del pecado,
haciéndose pecado por nosotros.
vii. La genealogía nos recuerda que se identificó con ese
propósito en su nacimiento.
viii. Dios le envió en «en semejanza de carne de pecado»
(Romanos 8:3) para condenar en Él al pecado.
ix. No nació de una raza de superhombres, ni de santos,
sino de pecadores como nosotros.
x. Lo grande de la encarnación es esto:
Dios venía al mundo en la persona de Jesucristo, y venía
para identificarse plenamente con la condición
humana, para llevar sobre sí nuestros pecados.
xi. Hasta tal punto Él estaba «con nosotros».
xii. Él vino a ser «contado con los pecadores» y por esto
nació del linaje de Tamar, Rahab, Rut y Betsabé.
IV. Su sufrimiento (El Salmo de la Cruz)
“1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué
estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?”
— Salmo 22.1, RVR60

a. “Dios mío, Dios mío”

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a. Jesús era el amado de Dios
b. Aun experimentando y sintiendo en ese instante la ira
Divina.
c. Se puede dejar de percibir el amor de Dios, o sentir que
Dios está descargando sobre nosotros Su ira, y a la vez,
experimentar su amor a través de la fe hasta el punto
de exclamar: Dios mío.
b. “¿Por qué me has desamparado?”
a. Por haber sido Cristo desamparado temporalmente,
nosotros no seremos desamparados eternamente.
b. Él sufrió de buena gana el abandono divino por
nosotros.
c. El alma del Hijo de Dios, a pesar de la profunda aflicción
y amargura, no dejó de ver como un privilegio soportar
temporalmente el abandono de Dios, si así lograba
evitar que tú y yo, tan insignificantes y miserables como
somos, fuéramos abandonados y arrojados fuera de la
presencia favorable de Dios por siempre jamás.
c. “¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras
de mi clamor?”
a. Si nos hemos afligido por los pecados cometidos contra
Él
b. ¡Cuán mayores no fueron sus agonías por nosotros!
c. Soportó en el huerto de Getsemaní, en el pretorio y en
la cruz el dolor más intenso; padeció de manera
indescriptible al ser abandonado por su Padre,
abandonado por sus discípulos, ultrajado y
escarnecido por sus adversarios y hecho maldición por
nosotros.
d. El rostro del Padre que siempre le había sonreído, ahora
apartó su mirada.
e. Esto hizo que su alma experimentara un horror y
oscuridad como jamás había sentido.

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f. Dejó de contar con el consuelo del cielo, de los ángeles
y de sus amigos.

«Señor, tú sabes lo que significa para el alma humana sentirse


abandonada, pues tú mismo lo experimentaste cuando
exclamaste: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
No quiero pensar, Señor, pues no lo creo así, que en aquellos
momentos dejaste de tener el apoyo divino, no; pero sí que
perdiste (o al menos así lo parece) aquel gozo interior que en otras
ocasiones te había llenado. Ahora estás en tu gloria, ten piedad
de este pobre gusano que arrastrándose sobre sus miserias se
lamenta y anhela tu presencia más que todas las cosas. Señor, tú
padeciste intensamente y pagaste un alto precio por mi bien,
permite pues ahora, que este bien me alcance» —Joseph Symonds

V. Conclusiones
a. Hay una gloriosa esperanza para nosotros. Ya estamos en
pleno «evangelio» cuando aún no hemos salido de la
genealogía.
b. Nuestra esperanza como pecadores es que tenemos a un
Dios condescendiente que se identifica con nuestras luchar y
dolor.
c. La esperanza de todo pecador es que Él se hizo hombre para
salvar pecadores.
d. Dios no ha sido indiferente, ha extendido su brazo de
salvación, y Su brazo sigue extendido.
e. Así como Dios incluyó pecadores y gentiles entre los
ascendientes o antepasados del Mesías, así también es
capaz de incluirlos entre los descendientes.
i. Esta se mi esperanza para los que amo y quiero que se
salven.
ii. Todos tenemos a alguien que queremos que Dios salve.

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iii. Vayamos y dígamosles que Jesús fue hecho pecado
para perdonarlos y salvarlos.
f. Si la prostituta Rahab encontró la salvación, no fue por sus
habilidades o astucia, sino por el don de la gracia de Dios.
“Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los
desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.” — Hebreos
11.31, RVR60
g. Jesús se hizo uno de nosotros, para que nosotros seamos
hechos uno con Él.
h. Esta es la esperanza que debemos llevar a todos los
pecadores, los que hoy celebran la Navidad sin comprender
el verdadero sentido:

«...No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al


arrepentimiento»
—Mateo 9:13

¡Cristo sea exaltado siempre!

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