Esa es la primera
preocupación de la gente. Por eso, este bioquímico colombiano
creyó necesario actualizar los estudios de René Quinton y otros
que se han realizado en Europa y Asia. En 2003, empezó a analizar
agua de mar recogida en una reserva natural de El Caribe
colombiano. Admite que fue difícil convencer al comité ético de la
Universidad de Antioquía (Colombia) para que le permitiera hacer
pruebas en seres humanos. Gracias al apoyo moral y financiero de
la Fundación Aquamaris (con sede en Badalona, España) obtuvo la
autorización de la institución educativa, así como recursos
humanos para investigar en su laboratorio.
Soler y su equipo empezaron a analizar el agua que se estaba
distribuyendo de forma gratuita en un dispensario marino en el
municipio de La Ceja. “Analizamos la parte microbiológica y de
metales pesados y nos dimos cuenta de que el agua no era apta
para el consumo”, recuerda. El problema era la presencia de
coleiformes fecales. En Colombia los vertidos se hacen en la orilla
de la playa. No hay cultura de cuidar las playas por motivos
turísticos, como en Europa.
Entonces decidieron crear una planta de tratamiento de agua de
mar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, con
su propio sistema de transporte, y desvincularse de lo que se
estaba haciendo en La Ceja. “No queríamos poner en riesgo la
salud de la gente y, además, debíamos seguir las normas
internacionales sobre agua potable”, asegura.
Los efectos positivos del agua de mar de superficie
Los estudios de la Universidad de Antioquía se realizaron con
agua de mar recogida a 10 km de la costa y a unos 5 metros de
profundidad. Soler afirma que han podido demostrar que no es
necesario coger ni a gran profundidad ni en los vórtices. Diversos
estudios realizados en países asiáticos afirman que el agua de mar
recogida a una profundidad de entre 200 y 300m es muy rica en
plancton y está libre de microorganismos potencialmente
patógenos. Sin embargo, Soler advierte de que también contiene
nitritos y nitratos, lo cual representa un riesgo para la salud
humana.
En los vórtices existe una gran cantidad de flora microbiana,
pero eso no quiere decir que en el resto del mar no haya plancton,
asegura el bioquímico. La flora microbiana juega un papel
importante porque es la que produce la materia orgánica. Los
microorganismos marinos transforman los minerales inorgánicos
en orgánicos para poder introducirlos en su metabolismo. El ser
humano tampoco puede asimilar bien los minerales en forma
inorgánica. El 99% del cobre que encontramos en el agua de mar,
por ejemplo, está de forma orgánica, es decir, perfectamente
asimilable por nuestro sistema digestivo y por nuestras células,
afirma Soler.
Su último estudio, aún no publicado, fue realizado con una
muestra de 164 niños de entre 2 y 6 años con rinitis alérgica y
graves problemas de desnutrición. Dividieron la muestra en dos
grupos: a uno le administraron una solución salina y al otro agua
de mar por vía nasal y también ingerida. Al cabo de 3 meses,
notaron que los niños que ingirieron agua de mar habían crecido
un poco más. Soler asegura que esos niños dieron más talla
porque el agua de mar aporta minerales para el desarrollo óseo,
algo especialmente importante en esa etapa del crecimiento. “Lo
interesante para Latinoamérica y para los países pobres, pero
también para el consumo masivo, es que estamos demostrando
que el agua de mar que no es de vórtices ni de profundidad
también tiene esas propiedades nutricionales y medicinales”,
declara Soler. Insiste en que ese plancton está en todas partes,
que han visto esos microorganismos marinos en el agua que
recogieron para sus muestras, aunque admite que hay zonas más
ricas en plancton que otras.
Estudio: Ausencia de toxicidad por ingesta de agua de mar
natural en pacientes con gastritis (2007)
Muestra: 32 adultos con gastritis
Objetivo: evaluar la posible toxicidad por ingesta de agua de mar
natural durante 5 meses en un grupo de pacientes con gastritis
Observaciones: no se observaron efectos tóxicos, a pesar de los
altos volúmenes ingeridos por algunos pacientes. Tampoco se
observaron efectos desfavorables en la presión arterial. Dos
pacientes con sobrepeso lo disminuyeron y dos con déficit lo
aumentaron. Sin alteraciones patológicas en la prueba de
genotoxicidad. Sin embargo, se presentaron aumentos
significativos de bilirrubina directa y transaminasa AST. Se notó
mejoría en los síntomas de la gastritis en casi todos los pacientes,
excepto una, que terminó sintomática. En algunos casos, incluso
mejoraron otros síntomas como constipación y reflujo gástrico.
Cerca de un tercio de los pacientes expresaron sensación de
mayor vitalidad y menos fatiga física y mental, posiblemente
gracias al aumento del magnesio sanguíneo, que tiene un papel
importante para la actividad celular.
Estudio: Control microbiano de agua de mar mediante
microfiltración (2010)
Muestra: se recolectaron 30 muestras de agua de mar en
recipientes de polietileno de 20 litros en tres lugares diferentes de
la costa atlántica colombiana
Objetivo: comparar la eficiencia de tres métodos de control
microbiano: microfiltración, exposición solar y cuarentena.
Observaciones: 15 de las muestras recolectadas resultaron con
enterobacterias como E.coli y bacterias halófilas como Vibrio y
Aeromonas. La microfiltración a través de cerámica de 0.5 micras
produce desinfección de 100% de las muestras, mientras que la
cuarentena por 5 meses y la desinfección solar son efectivas en 66
y 21% respectivamente. Esta última requiere de ciertas
condiciones climáticas para alcanzar la desinfección y solo permite
el manejo de pequeños volúmenes. Se recomienda, por tanto,
recoger el agua en altamar, en lugares limpios y realizar la
microfiltración.
Estudio: Eficiencia del tratamiento de la rinitis alérgica con
agua de mar por ingesta y lavado nasal (2013)
Muestra: niños de 2 a 6 años de estrato socioeconómico bajo
Objetivo: comparar el tratamiento con agua de mar diluida con el
de solución salina fisiológica sobre síntomas de rinitis alérgica en
niños de 2 a 6 años por lavado nasal e ingesta, por 12 semanas.
Observaciones: Al inicio y al final del estudio se realizó un control
de crecimiento por antropometría. Se observó un mayor
crecimiento óseo en el grupo que tomó agua de mar. También en
dicho grupo se observó una mayor reducción de síntomas clínicos
respecto a la rinitis.
Resumen de algunos de los estudios realizados por Wilmer Soler y
sus colegas en la Universidad de Antioquía
Atención a la sal
Los minerales son indispensables para el cuerpo, pero un exceso
es un problema de vida o muerte, advierte Soler. Una persona se
puede intoxicar y morir por exceso de hierro, cobre, sodio o
magnesio. Ya los consumimos con los alimentos, por eso el exceso
puede venir de los complementos alimenticios. Hay que mantener,
por tanto, el equilibrio, aconseja este investigador. Si
incorporamos el agua de mar a nuestra alimentación, aportaremos
los requerimientos diarios de esos minerales en un 80%, cantidad
que combinaremos con los alimentos. Con un vaso de agua de mar
hipertónica al día cubrimos esas necesidades de todos los
minerales sin excedernos, excepto en el caso del sodio. “El sodio sí
supone un problema de sobrecarga cuando incorporamos el agua
de mar a nuestra alimentación, porque por cultura los países
occidentales sobrepasamos en dos o tres veces lo que el
organismo requiere en sodio. Nos hemos acostumbrado al sabor
salado de los alimentos”, asegura.