FERNANDO SOSA FICACHI

INTERCESIÓN FERNANDO SOSA FICACHI

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................ 3

1. ¿CUÁL ES EL SECRETO DEL AVIVAMIENTO? ......................................................................................... 4

2. ALGUNOS MOVIMIENTOS DEL ESPÍRITU SANTO EN RESPUESTA A LA ORACIÓN ........................ 6

3. ¿QUÉ ES LA INTERCESIÓN? ................................................................................................................... 9

4. LA INTERCESIÓN COMO PUERTA A TODA ORACIÓN .......................................................................... 12

5. INTERCESIÓN ES SACRIFICIO CONTINUO............................................................................................ 14

6. LA INTERCESIÓN COMO CLAVE PARA LA ORACIÓN ........................................................................... 17

7. COMO LLEGAR A LA INTERCESIÓN ..................................................................................................... 19

8. CONOCE TU PRIVILEGIO ..................................................................................................................... 21

9. LA ORACIÓN VIOLENTA ...................................................................................................................... 22

10. DIOS BUSCA UN HOMBRE ................................................................................................................ 24

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INTRODUCCIÓN

Hay un proverbio que dice: “puedes llevar al caballo al lugar donde hay agua, pero no le
puedes obligar a beberla”.

Esto es cierto porque de nada sirve comenzar un estudio de intercesión, si no se aplica.

Creo que una de las cosas que más necesitamos el día de hoy es la intercesión.
Desgraciadamente hay gente cristiana en este tiempo que tiene apatía para servir a Dios; falta el fuego
del Espíritu Santo en el corazón, hay enfriamiento en vidas que una vez fueron llenas del Espíritu
Santo.

En estos días a algunas personas les es fácil el cristianismo que llevan: hay buenos
predicadores y tal parece que todo está a la mano; sin embargo algo esta pasando, no hay fervor en la
oración, falta el deseo de la presencia de Dios, de vivir una vida sin egoísmo.

Leonardo Raven-Hill, dijo: Hay dos requisitos para vivir una vida cristiana victoriosa: visión y
pasión, y estos deben de estar sustentados por la oración.

Dijo que la predicación está abierta a pocos, pero la oración no; que el pecador cesa de orar y
el que ora cesa de pecar.

La oración sacude el infierno, hace temblar el corazón y nos trae la presencia de Dios.

Fernando Sosa Ficachi

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CAPÍTULO 1

¿CUÁL ES EL SECRETO DEL AVIVAMIENTO?

Esto le preguntó a un predicador. No hay ningún secreto, contestó, el avivamiento llega en

respuesta a la oración.

Hoy necesitamos avivamiento, cada uno necesitamos una visión, vivir apasionados, tener
una meta que seguir, un esfuerzo que realizar.

En Hechos 4:23-30 se nos relata que Pedro y Juan habían sido puestos en libertad después
haber sido amenazados para no hablar más en el nombre de Jesús. Ellos fueron y dijeron a los suyos
lo que les habían dicho; en el verso 24 nos dice que alzaron unánimes la voz a Dios, y en los
versos 29 al 31 dijeron: “Ahora Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo
denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que hagan sanidades y señales y
prodigios mediante el nombre de tu Santo hijo Jesús”.

Cuando hubieron orado el lugar donde estaban tembló y todos fueron llenos del Espíritu
Santo y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

¡Qué oración hicieron! Si nuestras oraciones fueran como las de ellos, que hicieran que la tierra
temblara, veríamos a la gente ganada para Cristo antes de que pase esta generación. Los apóstoles y
discípulos aprendieron el secreto de la oración y de la intercesión.

Cuando Jesús partió, prometió mandar al Espíritu Santo. Diez días esperaron, fueron lo que yo
llamo los diez días más importantes de nuestra historia, después de que Jesucristo ascendió. Me
pregunto ¿qué hubiera pasado si ellos no hubieran permanecido unánimes en la oración y ruego? El
secreto tan grande en la iglesia Primitiva fue que tenían la presencia de Dios en cualquier
circunstancia en la que se encontraran.

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El primer milagro que hicieron los discípulos después de que fue derramado el Espíritu
Santo, fue cuando asistían a la oración; tenían disciplina en orar y lo hacían a las tres de la tarde.

Juan era un joven y Dios lo utilizó. A veces creemos que el joven no puede ser usado, pero los
jóvenes como Juan, a quienes les gusta orar, sí son utilizados. Necesitamos disciplina en la oración.

La gente que fue utilizada en lo que nos narra el libro de Hechos fue gente sencilla y humilde
para rogar a Dios, cuando nosotros seamos así, podremos ver grandes cosas. Si queremos que
nuestras vidas sean llenas y que tiemble nuestra ciudad, necesitamos la oración.

Este avivamiento empezó formado por la oración antes de Pentecostés; y a las tres de la tarde
de un día de oración, después de Pentecostés, empezó una edad en la que vivieron no para ellos sino
para otros. Con ello empezó la hora de la intercesión.

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CAPÍTULO 2

ALGUNOS MOVIMIENTOS DEL ESPÍRITU SANTO EN RESPUESTA A LA

ORACIÓN

Los moravianos en Hernhut en 1727 iniciaron la fuerza evangelizadora más grande de

aquellos tiempos gracias a la intercesión, duró 100 años. En ese tiempo se le llamó la hora de la
Intercesión; salieron de las poblaciones campesinas 100 misioneros en 25 años, en repuesta a la
intercesión.

Juan Wesley en el tiempo de su vida puso énfasis en la intercesión, orando metódicamente de

4 a 5 a.m. y de 5 a 6 p.m.; no es de extrañar que en ese tiempo se levantara un movimiento de los más
fuertes que ha habido.

Charles Finney en 1857 dependía de oración de Nash y Clary; cuando él predicaba, le

sostenían estos dos en la intercesión. Veían muchas almas cada semana convertirse. Este avivamiento
dio comienzo en un cuarto lateral de su iglesia, poco tiempo después, la gente que venía a orar
sobrepasaba la capacidad de su edificio.

Spurgeon dijo a su congregación en 1858: “el Espíritu Santo está salvando multitudes en
Estados Unidos; puesto que Dios no hace acepción de personas oraremos hasta que Dios envíe lluvias
de bendiciones”. En 1859 tuvo respuesta su intercesión.

En Gales a principios del siglo, se formaron 300 grupos de oración para interceder porque
Gales fuera salvada.

Juan Knox intercedió pidiéndole a Dios Escocia decía, o me muero. Sus oraciones eran más
temidas que el ejército enemigo.

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Lutero pasaba tres horas en oración. Él dijo: si dejara de orar un día, perdería una gran parte
del fuego de la fe.

Pablo oraba de día y de noche. Fue utilizado en varios continentes.

Daniel oraba tres veces al día. Duró en su puesto varios imperios.

David oraba mañana, tarde y noche, fue un gran Rey, poniendo a sus enemigos bajo sus pies.

No es de extrañar que estos hombres fueran usados grandemente. Nunca ha habido una
necesidad más grande y urgente de hombres y mujeres consagrados a la oración.

Cuando Charles G. Finney comenzó su gran obra de avivamiento en Estados Unidos,

solamente había doscientos mil miembros en las iglesias. Pero cuando Finney terminó su trabajo había
tres millones.

Se estima que cuando Finney realizó su campaña en la ciudad de Rochester, Nueva York, cien
mil personas se añadieron a las iglesias como resultado de una sola campaña, que se había convertido
en avivamiento.

Oswald J. Smith relata en su libro “Pasión por las Almas”, que en realidad el avivamiento
siempre viene en los días de crisis. Cuando la necesidad es más imperiosa, Dios vierte agua sobre la
tierra sedienta y el suelo reseco, es entonces cuando más falta hace.

No ha habido en Inglaterra un periodo más oscuro que aquel en el que John Wesley llevó a
cabo su ministerio, pero fue en que el avivamiento cundió por todas partes. Ocurrió en los días del
gran avivamiento irlandés en 1859 y del avivamiento Galés en 1904.

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Era la verdad también cerca de Estados Unidos en los días de Charles G Finney. Es la
verdad hoy y si alguna vez hemos necesitado un avivamiento, es en el momento actual. Sí, el
avivamiento depende de nosotros. Sí debemos satisfacer los requerimientos, sí debemos pagar el
precio, necesitamos agonizar en la oración.

Jesús agonizó en oración hasta que su sudor fue como gotas de sangre. Él les dijo a sus
discípulos: no habéis podido velar ni una hora, velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil (Lucas 22:44, Marcos 14:37-38).

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CAPÍTULO 3

¿QUÉ ES LA INTERCESIÓN?

a) Es la posición más alta del cristiano

Efesios 1:19-20 nos dice: “Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros
los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de
los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales”.

Efesios 2:6-7: “Y juntamente con Él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia
en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”.

En diferentes tiempos, los siervos de Dios han sido usados grandemente, no es de extrañar
la forma poderosa que Dios obró en ellos al darse cuenta de su privilegio y de su posición, por eso
Dios mostró en el siglo que ellos vivieron las abundantes riquezas de su gracia.

Desgraciadamente el cristiano no se ha dado cuenta de esta posición. Tú no podrás ser un

intercesor si no estás en ese sitio, no es algo que Dios va a hacer; Él ya nos hizo sentar juntamente
con su Hijo Jesucristo; es la posición más alta que un hombre en esta vida pueda disfrutar, pero hasta
que no estés consciente de ello, y que sea una realidad en ti, no podrás disfrutar de tu derecho.

b) Intercesión es disfrutar de un derecho

Es disfrutar de un derecho conferido por la resurrección de Jesucristo. Si no disfrutas de ese
lugar, no podrás ver las abundantes riquezas que Dios tiene para ti y para aquellos por los que tú
ruegues.

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Cuando recibí el bautismo del Espíritu Santo, estuve 15 días intercediendo por mi familia.
Parecía imposible una transformación en ellos a una vida más abundante. Pasé periodos largos en
intercesión, metido en la presencia de Dios, empecé a disfrutar de ese lugar en los lugares celestiales
como nunca antes lo había sentido, empecé a disfrutar del derecho conferido por Jesucristo, comprendí
que Él me había puesto juntamente con Él en lugares celestiales.

Cuando usé de mi derecho como heredero y coheredero de su gracia, la respuesta a mi

intercesión no se hizo esperar, 15 días fueron suficientes para ver el cambio en ellos. Si vemos a
Jesús nos daremos cuenta que actualmente lo que Él hace es interceder, esa es la posición de
Jesús. Si esa es tu posición, entonces estarás gozando juntamente con Cristo de ese privilegio.

Hay pocos que tienen el privilegio de dar un mensaje, una conferencia a las personas
diciéndoles lo que Dios desea de ellos, pero yo creo que es aun más grande hablar a Dios rogándole
por los hombres.

No podemos transmitir la vida de Dios, si no aprendemos a interceder, la intercesión es

preciosa a Dios, a través de ella podemos afectar nuestras vidas, las de otros, influenciar a la iglesia y
a la corriente de este mundo. Cuando intercedes puedes probar los goces celestiales y gozar de
la tranquilidad de lo eterno.

c) La intercesión es un ejercicio
Si no conocemos nuestro lugar seremos incompetentes. En 2 Corintios 3:5 nos dice: “No que
seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que
nuestra competencia viene de Dios”. No es lo que realices o lo que digas a Dios, o las horas que pases
con Él, porque todo proviene de Él.

Tomemos como ejemplo a un deportista. El atleta es tenaz, disciplinado, sacrificado, se

abstiene, se administra. Si el atleta confía en la fuerza que Dios le ha dado como don, y no la ejercita,
estará derrotado, necesita ser constante en su entrenamiento o fracasará.

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Si el cristiano sólo confía en su nacimiento espiritual para entrar en la carrera cristiana,

estará derrotado, tendrá perdón de pecados, salvación, pero hasta ahí. Su vida será derrota tras
derrota y por consiguiente para las personas que estima, no viendo un resultado cristiano en
ellas.

El deportista se ejercita, se abstiene de todo, se sacrifica, teniendo tenacidad para un fin:

conseguir la victoria para él y sus seres queridos; así mismo el cristiano debe ser tenaz en la oración,
disciplinado y sacrificado en la intercesión.

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CAPÍTULO 4

LA INTERCESIÓN COMO PUERTA A TODA ORACIÓN

Hebreos 7:25 “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”.

a) Es el ministerio más grande

Jesús en la actualidad lo que hace es interceder. Jesús vive para interceder, entonces
comprendemos que el ministerio más grande es la intercesión.

Sin la intercesión no hay oración, por que la intercesión es poner nuestras vidas. Jesús en su
vida en esta tierra también intercedió. En Juan 14:16 dice: “Y yo rogaré al padre, y os dará otro
consolador, para que esté con vosotros para siempre”.

En Lucas 22:31-32 dijo también el Señor: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tu una vez, confirma a tus
hermanos”.

En Juan 17:15 “No ruego que los quites del mundo, si no que los guardes del mal”, Juan
17:17 “Santifícalos en tu verdad”, en Juan 17:20, 21 “Mas no ruego solamente por estos, sino también
por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno”.

En Juan 10:17 dijo: “Por eso me ama el Padre, por que yo pongo mi vida”.

Jesús rogo por nosotros para que tuviésemos el Espíritu Santo, para que nuestra fe no falte,
para ser guardados del mal, para ser santificados, por aquellos que han de creer y para que seamos
unidos. Creo que así nosotros debemos de rogar, pero hay algo más, Jesús puso su vida, Él dijo
también “Porque yo vivo, ustedes vivirán”. ¡Qué hermoso es esto!, pero démonos cuenta que Él vive
dándose por nosotros, lo hizo aquí en la tierra y lo sigue haciendo en el cielo.

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b) La intercesión es vivir por otros

Es vivir para ver esa persona entregada a Dios, o para ver la sanidad de esa hermana, es
vivir delante de la presencia de Dios para ver a las almas viniendo a los pies de Jesús.

Algo que debemos aprender es que la intercesión de Jesús no fue “Por favor cuídalos”, sino
que está sentado ante el Padre pidiendo por ti, cuando pecas. Él se ofrece y dice aquí estoy por
Fernando. Intercedamos poniendo nuestra vida por otros.

c) Intercesión es representar
Jesús está ante el Padre representándote, diciéndole: “Yo di mi vida por él”.

Cuando tú intercedes sentado juntamente con Cristo y hablas al Padre en nombre de Jesucristo
pidiéndole por otros, te estás poniendo entre Dios y la persona, o el asunto por el que pides, pero
tristemente en este tiempo moderno no se detienen las personas por un momento estar ante el Padre,
todo lo queremos instantáneo, lavadora automática, secadora automática, sillones y carros
automáticos, son los automáticos del siglo XX.

Debemos aprender de Jesús, Él se retiraba a orar (Juan 6:15) y actualmente lleva cerca de
dos mil años intercediendo por nosotros y no se ha cansado.

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CAPÍTULO 5

INTERCESIÓN ES SACRIFICIO CONTINUO

En Efesios 5:1,2 nos dice “Sed imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor,
como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios
en olor fragante”.

La intercesión es un sacrificio continuo porque demanda que uno ponga su vida. Si en

verdad quieres interceder, ahí está el poder.

a) Cuando intercedemos nos damos

Esto es lo más poderoso porque entregamos todo lo que somos. El salmista dijo: “Suba mi
corazón delante de ti como el incienso, el don de mis manos como ofrenda de la tarde” Salmo
141:2. Aprendemos a interceder dándonos en un olor fragante a Dios.

b) Es derramar nuestro ser

Romanos 8:26 nos dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues
que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles”.

Nosotros no sabemos pedir como conviene, por eso necesitamos al Espíritu Santo porque Él
nos hace sentir por la gente, interesarnos por sus problemas, por su situación.

No es decir voy a orar por esta persona y ya. No, es derramar nuestro ser por esa persona,
como si fuera mi problema.

En Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse
de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.

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Lo que nos dice este pasaje es que Él siente lo que nosotros sentimos en nuestras debilidades.
Así nosotros debemos sentir si queremos vivir para interceder.

c) El calvario es intercesión
En la cruz de Jesús, El oró por los pecadores. Cuando meditamos esto, nos damos cuenta que
la cruz trata con el egoísmo del alma, es decir, no puedes orar por alguno si Dios no ha tratado contigo
primeramente en la cruz. ¿Como puedes orar por otros, cuando continuamente piensas en ti?

En Isaías 53:12 nos dice: “por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes
repartirá despojos; por cuanto derramo su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores,
habiendo Él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.

Este pasaje de Isaías nos muestra que en la cruz Jesús derramo su vida, pero aun
derramándola hasta la muerte no pensó en si mismo sino en los pecadores, Él estaba pensando en la
obra que estaba consumado a costa de su vida.

En el libro de Ester nos encontramos con una historia hermosa. El pueblo judío se encontraba
en peligro de ser destruido por causa del malvado Amán, pero la reina Ester entró en la presencia del
Rey para interceder por su pueblo.

Entró aún a costa de su vida, en el capítulo 4:16, del mismo libro Ester dijo a Mardoqueo: “Ve y
reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días,
noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al Rey,
aunque no sea conforme a la ley; y si perezco que perezca”. Ella pudo haber muerto porque no era
conforme a la ley de ese tiempo entrar a ver al Rey, lo que ella hizo fue que dio su vida, no fue egoísta.

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Vivir para interceder es olvidarse de uno mismo, interceder es poner tu vida, es lo que Jesús
hizo y sigue haciendo. Juan lo vio, y nos relata en Apocalipsis, como cordero inmolado.

La intercesión es estar dispuesto a ofrecerse a sí mismo, es la cruz el lugar donde debemos de

orar, porque la cruz es el poder de Dios para salvación para el que cree, el problema es que la gente no
sabe olvidarse de sí misma.

Una vida que me ha impresionado profundamente es la vida de David Brainerd, el vivir sólo
para Dios fue su única meta y ambición. Le ofrecieron las mejores iglesias de su tiempo para
que el ministrara, pero él las rechazo, porque una pasión se movía en su corazón: el ver el alma de
los indios convertidas a Dios, se dio a la intercesión en los bosques fríos del norte de América
pidiendo por aquellos que perecían sin Dios.

Llegó al punto del desánimo, parecía que era imposible ganar aquellos hombres para Dios,
hasta que un día, al estar hablando, el Espíritu Santo obró de tal forma que los hombres caían
fulminados con dolor en su corazón por haber pecado contra Dios, la gente lloraba a parte de haber
desobedecido Dios. David Brainerd murió antes de los 30 años de edad, pero en su corta edad hizo
mucho más de lo que muchos cristianos han hecho en toda su vida.

El secreto fue que no vivió para él, vivió para interceder por las que se estaban perdiendo. El
moldeó e impresionó a la generación de su tiempo y a las que siguieron. Si verdaderamente
intercediéramos, podríamos cambiar esta generación y las que siguen para que sirvan a Dios.

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CAPÍTULO 6

LA INTERCESIÓN COMO CLAVE PARA LA ORACIÓN

a) Antes que todo rogativas

En I Timoteo 2:1 nos dice San Pablo inspirado por el Espíritu Santo: “Exhorto ante todo a que
se hagan rogativas y oraciones…”

Lo primero antes que todo, antes que cualquier cosa que realicemos, es que roguemos y
hagamos oración.

b) Interceder es tocar sosas santas

En el Antiguo Testamento los levitas representaban al hombre ante Dios, ellos entraban en la
presencia de Dios, tocando cosas Santas así que cuando oraban manejaban las cosas santas.

En Éxodo 28:2 nos dice que sus vestiduras eran sagradas para honra y hermosura, además en
el ver. 36 nos dicen que debían tener una lámina de oro grabada en ella “Santidad a Dios”, en el
versículo 38 nos dice que en su frente estaría continuamente para que obtuvieran gracia delante
de Dios.

Esto es para nosotros también, cuando oramos, nuestras vestiduras deben de ser honra y
hermosura y en nuestra mente sólo debe haber lo puro, sólo lo de Dios, la mente de Cristo.

c) Cuando oramos el Cielo se abre

Si queremos ver los cielos abiertos para nosotros y el pueblo, debemos orar. El cielo no se
abre solo por diezmar, según nos dice Malaquías, el cielo se abre también por orar.

En Lucas 3:21 nos dice que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado;
y orando, el cielo se abrió.

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En Hechos 7:56 hay otra referencia respecto a esto, Esteban estaba dando un gran discurso
ante los Judíos y dijo: “He aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que esta a la diestra de
Dios”.

En Hechos 10:11 hay otra cita más, Pedro estaba orando y vio el Cielo abierto y pudo tener
una revelación de lo que Dios quería que hiciera.

Oremos para que el Cielo se nos abra y recibamos, las bendiciones de Dios.

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CAPÍTULO 7

COMO LLEGAR A LA INTERCESIÓN

Génesis 18:2, 8, 17, 22, 23.

a) Debes ser agradable (ver. 2).

b) Debes disfrutar de una comunión intima (ver. 8).

c) Entonces podrás interceder (ver. 22 y 23).

Veamos la vida de Abraham. Él procuró obedecer a Dios y serle agradable. En II Corintios 5:9
nos dice: “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables”.

En el verso 2 de Gen. 18, nos dice que vio que el Señor venía y lo primero que hizo fue
humillarse, luego él disfrutó de la compañía o comunión, comiendo debajo del árbol, verso 8.

En el verso 17, Dios le dice que no va a encubrir lo que va a hacer con Sodoma y en el verso
22 vemos que él estaba delante de Dios, en el verso 23 Abraham se acerca y ahí empieza la
intercesión.

Abraham usó de su privilegio para estar delante de Dios e interceder.

Si leemos todo el capítulo se darán cuenta que en Dios no hubo apuro para escuchar los
ruegos de su servidor, con tal de que hubiera Abraham perseverado en interceder ya sea por amor
de cincuenta, de diez o de uno.

Cuando él cesa de pedir, Dios cesa de dar, si hubiera seguido hasta uno, Dios no habría
destruido Sodoma.

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Veamos bien a Abraham. Primero deseó obedecer a Dios y serle agradable humillándose, en
segundo lugar disfrutó de la comunión con Dios y en tercero usó de su privilegio para estar delante de
Dios y salvar a su sobrino de la destrucción que venía sobre los sodomitas.

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CAPÍTULO 8

CONOCE TU PRIVILEGIO

Muchos hijos de Dios tienen en muy poco sus oportunidades de entrar a la presencia
de Dios, creo que la causa se debe buscar en la apatía, porque implica un esfuerzo, la verdadera
intercesión es una labor. Elías y Eliseo, así como Moisés, conocieron el privilegio de vivir en la
presencia de Dios por eso mismo hicieron milagros portentosos.

Elías le dijo al Rey Acab: “vive el Dios de Israel en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni
rocío e estos años, sino por mi palabra” I Reyes 17:1.

Eliseo no admitió nada de Naamán después de que éste fue sano, en II de Reyes 5:16,
Eliseo le responde “Vive Dios, en cuya presencia estoy que no lo aceptaré”. Moisés le dijo a Dios: “Si
tu presencia no me acompaña, no quiero ir a ninguna parte”. Éxodo 33:11-15.

La presencia de Dios en sus vidas era algo que deseaba, yo creo que ahí fue formado el
carácter de estos grandes hombres de Dios.

William Barclay dijo: “El carácter de Cristo no fue formado simplemente por ser Hijo de
Dios, sino que se formó en la presencia de su Padre”. Y añadió “Sólo el hombre que tiene una
necesidad desesperada de Dios, solamente aquél en quien en quien la devoción contrapase las
fuerzas que se oponen y las venza, conseguirá, conseguirá arrebatar el Reino”.

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CAPÍTULO 9

LA ORACIÓN VIOLENTA

En Mateo 11:12 leemos: “Desde los días de Juan el Bautista, hasta ahora, el reino de los cielos
sufre violencia y los violentos lo arrebatan”. Creo que por mucho tiempo la Iglesia ha sido pasiva para
tomar lo que le pertenece.

Nuestra oración debe ser violenta para transformar nuestro país, para arrebatarlo de las garras
del diablo, debemos violentarnos contra Satanás y sus huestes infernales para arrebatar a nuestros
familiares y amigos de sus garras. Pero tristemente lo digo, muy pocos han aprendido a luchar en
oración, a prevalecer en la oración. Aprendamos a luchar, aprendamos a ser violentos, por años
esta verdad me fue escondida por los que enseñaban la Biblia, pero gracias a Cristo Jesús, que me
reveló esta verdad. Aprendamos a ser intensos, de mucha fuerza en la oración, sabiendo que las
armas de nuestra milicia son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas que el diablo ha
levantado II Corintios 10:5.

Hay otra historia que también me gusta, es la de un joven llamado Josué, discípulo de Moisés.
Así como Eliseo aprendió de Elías, Josué aprendió de Moisés.

En Éxodo 33:11 mientas Moisés hablaba cara a cara con Dios, el joven Josué no se separaba
del lugar del tabernáculo. Creo que por eso este joven fue utilizado para hacer portentos. No fue obra
de la casualidad que Josué pudo poseer la tierra y poner sus enemigos debajo de sus pies.

En Josué 10:11-14, nos relata que Israel peleaba contra los Amorreos y nos dice que Josué
habló a Dios y dijo: “Sol detente en Gabaón; y tú luna en el valle de Ajalón”, yo creo que fue una
orden violenta, enérgica, de autoridad sobre estas dos lumbreras.

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No dijo Josué: A ver tú sol, y tú luna, si quieren o si es la voluntad de Dios, deténganse. No, no
dice esto, el verso 14 nos dice que Dios atendió a la voz de un hombre. ¿Por qué es esto? Porque
Josué habitaba en la presencia del Altísimo.

El capítulo 10 nos sigue relatando en el verso 21 que el pueblo volvió sano y salvo y no hubo
quien moviese su lengua contra los hijos de Israel.

Déjame decirte que no habrá enemigo que se atreva a mover su lengua contra ti, ni habrá
circunstancia difícil en tu vida, si hacer uso de la oración de fe violenta, Dios se va a complacer en
responderte.

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CAPÍTULO 10

DIOS BUSCA UN HOMBRE

En Ezequiel 22:30 leemos: “Busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese
en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyere; y no lo hallé”.

Quiero decirte que Dios no busca multitudes, (pero si hubiera sería magnífico), ni busca
grandes grupos o personajes de renombre, Él sólo busca un hombre que se interponga entre Él y la
tierra. DIOS TE BUSCA.

Este es el momento en que podemos experimentar avivamiento, esta es la hora en que

debemos orar por nuestro país, es la hora en debemos poner a nuestros enemigos debajo de nuestros
pies, es la hora de atar al espíritu de hechicería y de ocultismo, es el momento de reprender el espíritu
de idolatría y al espíritu de indiferencia, es hora en que nos debemos poner en la brecha y hacer
vallado.

Estimado amigo Clama a nuestro Padre Celestial, para que en nuestra generación alcancemos
al mundo con el mensaje fabuloso y grandioso de Jesucristo.

¡Amigo, esta es la hora de la INTERCESIÓN!

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