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Hemos hablado en nuestro curso de fotografía sobre este tema y también en

algunos artículos anteriores. Hoy empezaremos a darle una vuelta de tuerca al


tema e iremos profundizando en este asunto. En principio las reglas de
composición fotográficas nos ayudan a mejorar las tomas. Son una serie de
“consejos” no obligatorios en sí mismos pero sí una guía de referencia a la hora
de conseguir esa composición “técnicamente perfecta”. El buen fotógrafo debe
conocerlas y tenerlas grabadas a fuego en su cabeza pero no debe dejarse guiar
únicamente por ellas limitando su propiacreatividad, su propio ojo fotográfico.

Aunque no debemos olvidar una de las máximas que deberemos conjugar con la
composición fotografía: la fotografía es luz. Por muy buena composición que
logremos si la luz no aporta lo que tiene que aportar: fuerza, suavidad, frescura o
cualesquiera otra sensación, compositivamente la imagen podrá ser buena, pero
probablemente no funcione. De igual manera, si la luz de nuestra fotografía resulta
ser una distracción para la composición que hemos buscado, no funcionará.
Evidentemente hay muchos más factores en juego, pero nos centraremos en esta
serie en lacomposición. Comencemos por el principio.

La regla de los tercios


La más conocida de ellas, tanto por los recién llegados como los más
experimentados, es la conocidaregla de los tercios. Dicha regla, resumiéndola,
nos indica que debemos situar nuestro motivo principal en uno de los tercios
horizontales o verticales (imaginarios) en que podemos dividir nuestra toma. De
hecho, muchas cámaras incorporan la posibilidad de mostrar una rejilla con los
tercios para facilitar el encuadre. Es una indicación, nada más. Con ello lo que
quiere expresar dicha regla es que visualmente tendremos más posibilidad de que
la imagen “funcione”.

Esta conocida regla es muy aplicada en fotografía de naturaleza y paisaje, siendo


donde suele alcanzar su máximo esplendor sin que quiera decir esto que no se
aplica en otras disciplinas fotográficas con igual o mejor acierto, sino, simplemente
es donde se utiliza más. Esta regla, quizás por ser la más conocida, es la que
primero se aprende en muchas ocasiones. Tal vez por ello, mucha gente pasa por
fases donde si el motivo de sus fotografías no coincide exactamente con un tercio,
se las arregla para hacerlo coincidir, obsesionándose con ello. ¿No te ha
ocurrido? Como decía, es una sugerencia no una imposición.

Fotografía de José Castellano en nuestro grupo de flickr

La proporción áurea
Tradicionalmente en el arte, durante muchos siglos, creció el mito desde los
antiguos griegos que el cuerpo humano estaba sujetos a una proporción numérica
específica, lo cual para ellos era esencial para dentro de sus cánones de belleza y
geometría. Conocida es la obsesión de los antiguos griegos por la búsqueda de la
belleza relacionándola con las matemáticas. Dicha proporción es conocida con los
nombres de razón áurea, proporción áurea, media áurea o proporción divina.
Aunque las investigaciones, de hoy en día, revelan que no hay ninguna prueba que
relacione esta proporción con la estética griega, ésta sigue manteniendo un cierto
atractivo como modelo de belleza.
Matemáticamente, el número áureo es el valor numérico de la proporción que
guardan entre sí dos segmentos de recta a y b que cumplen la siguiente relación:

Decir que si asignamos 1 a b, entonces el valor de a será, resolviendo la ecuación


de segundo grado resultante, igual a 1,61803398 aproximadamente, valor que es
conocido como número áureo. Sin entrar en más cuestiones matemáticas veamos
esto con ejemplos fotográficos y cómo se traduce aplicándolo a la fotografía.

Algunos de los ejemplos más fáciles de encontrar los podemos encontrar en la


distancia en la concha de los caracoles o de cefalópodos como el nautilus.
También a la hora de hacer fotografía macro de flores podemos aplicar esa
“imaginaria” espiral que nos ayuda a componer. Pero tampoco podían faltar las
conocidas escaleras de caracol donde podremos encontrar disparando desde la
parte inferior esa espiral buscada como vemos en la imagen a continuación.

Fotografía de José Ramón García en nuestro grupo de flickr


Veamos otros dos de los ejemplos sencillos de proporción áurea pero con
rectángulos. Imaginemos 4 líneas rectas, 2 verticales y 2 horizontales donde cada
una divide el ancho o el alto empezando por un extremo o por el otro. Trazandolas
todas, cada magnitud se divide en tres zonas. Cada zona lateral es sección áurea
del resto, y la zona central es sección áurea de cualquiera de las laterales. En este
caso podemos decir que comprimimos el centro.

Otra división áurea que aparece con facilidad es la se denomina raíz de cinco. Con
el mismo número de líneas trazamos de igual forma pero en este caso la relación
es la inversa a la anteriormente explicada, en ésta, cada zona lateral es sección
áurea de la zona central. Tal vez hayas oído esto cuando alguien te ha hablado de
“despejar o liberar” el centro de la imagen. Las podéis ver en la imagen que a
continuación vemos en el siguiente apartado.

Cartier-Bresson y sus “composiciones”


decisivas
Sí, no me he equivocado. Podía haber comentado el famoso ejemplo del Hombre
de Vitruvio de Leonardo Da Vinci, pero mejor con un maestro fotógrafo. Cartier-
Bresson ampliamente conocido por sus momentos decisivos fue un fotógrafo
especialmente afín a la composición según las reglas, con la dificultad que ello
conlleva cuando realizaba fotografías en la calle. Más mérito aún si cabe ya que en
su época si fallabas no podías saberlo hasta que revelabas. Baste ver una de las
fotografías más icónicas del maestro para ver que se llevaba muy bien, en este
caso con la proporción aúrea.
Veremos más sobre las reglas de composición y su aplicación así como que en el
capítulo final veremos como determinadas rupturas con sentido también facilitan o
hacen que la fotografía final funcione visualmente. Además veremos cómo en post-
producción podemos “afinar” para obtener una copia final con una mejor
composición. Un consejo, si nuestro motivo es estático o no va a salir “corriendo”,
prueba a realizar varias composiciones distintas siempre que puedas para ver cuál
funciona mejor. Y, recuerda, el don sigue estando en la mirada del fotógrafo.
En el capítulo anterior hemos hablado de dos reglas fundamentales que son
la archiconocida regla de los tercios y la proporción áurea. También
pudimos ver como “casi” inconscientemente las fotografías de Cartier-
Bresson se llevaban bien con las reglas. Si mirásemos más fotografías de
los grandes maestros nos daríamos cuenta de eso mismo.

Las reglas de composición no son obligaciones, son orientaciones. Estas


reglas están estudiadas y provienen de años y años de experiencia en la
fotografía pero no por ello hemos de dejar de innovar. Las reglas pretenden
tener su efecto positivo sobre nuestra percepción visual de una fotografía.
Hoy vamos a hablar de la importancia del equilibrio y de las líneas tanto
en el retrato como en el paisaje para seguir en el próximo capítulo
hablando de líneas horizontales y verticales, triángulos, simetría, asimetría y
patrones.

Equilibrio
La colocación del motivo principal fuera del centro, como en el caso de
de los tercios o de la proporción áurea, “crea” una fotografía más
interesante, pero puede dejar un vacío, en ocasiones, en la escena que
puede hacer parecer que falta algo. En estas ocasiones podemos equilibrar
el “peso” del motivo principal mediante la inclusión en la escena de otros
motivos secundarios para “rellenar” el espacio o aire que puede motivar esa
sensación de vacío. A veces incluso podemos tener dos motivos o más
principales cada uno equilibrando a los otros. En la foto siguiente vemos
como el recurso de aprovechar las fuentes de iluminación traseras
favorecen el equilibrio de la composición.

Fotografía de Paolo Martínez en nuestro grupo de flickr

Las líneas
Las líneas en la composición fotográfica son guías que nos llevan por un
camino dentro la imagen hasta un determinado punto de interés. Saber
jugar bien con ellas a la hora de lograr una buena composición hace que
sea uno de los recursos más difíciles de utilizar aunque su concepto sea
sencillo. Uno de los ejemplos más conocidos son las líneas paralelas que
“visualmente parecen” converger en un punto de fuga en muchas fotografías
de paisaje.
Fotografía de Ángel Valencia en nuestro grupo de flickr

Pero no tiene porqué ser siempre así. Además muchas veces pensamos
solamente en líneas rectas y tampoco debe ser así, hay otras maneras. Otro
recurso puede ser en la fotografía de paisaje el integrar un camino o
carretera a modo de guía para el espectador. Esto podemos conseguirlo
desde un punto de vista elevado o uno más bajo.
Fotografía de Iván Domínguez en nuestro grupo de flickr
Fotografía de Serching♪♫ en nuestro grupo de flickr

La importancia de las líneas que no se ven pero se intuyen para mí


tienen muchísima más importancia visualmente y requieren de un
entrenamiento que solamente consigues en la práctica. Hay veces que
miras por el visor y sabes que va a funcionar. Tu ojo ya ve esas líneas que
existen, que no están marcadas pero que a veces por la disposición de los
elementos se intuyen como en la siguiente imagen donde además de la
línea del horizonte claramente marcada podemos intuir diferentes líneas
en diagonal marcadas por la dirección de las barcas, generando
tensión entre ellas.
Fotografía de tobarrica en nuestro grupo de flickr

A veces en arquitectura lo tenemos algo más fácil, pero hay que saber leer
las formas dentro del encuadre. Para ello prueba a inclinar o girar la
cámara, en este caso lo importante no es que esté torcido o no, si no la
forma resultante.

En el caso de los retratos es algo más complicado de ver. Pero como


comentaba anteriormente, no debemos fijarnos solamente en las lineas
rectas a veces podemos encontrar líneas curvas que nos ayudan también a
equilibrar la composición. Al principio hablábamos del equilibrio. Las líneas
nos ayudan a buscar ese equilibrio también además de guiar visualmente.
En la siguiente fotografía he tratado de equilibrar la ondulación del pelo con
los dos “casi” triángulos de la parte inferior.
Fotografía de Alfonso Domínguez Lavín en nuestro grupo de flickr

Conclusiones
En resumen, el equilibrio aporta orden y sensación de llenar la
composición. Las líneas nos orientan de forma visible unas veces y de
forma invisible otras veces hacia en motivo principal de nuestra
composición. En los siguientes capítulos iremos descubriendo más secretos
de la composición fotográfica. Y, recuerda, el don está en la mirada del
fotógrafo.
Hoy empezamos un nuevo capítulo de esta serie sobre composición. En él
empezaremos a abordar algo más el tema de líneas como os
comentábamos en la anterior entrega: líneas horizontales y verticales,
triángulos, simetría, asimetría y patrones. Y es que el cerebro humano
acostumbrado sin querer a la geometría, busca todo tipo de formas a la hora
de descomponer una imagen. Por eso es tan importante el buscar este tipo
de geometrías a la hora de componer.

Respondiendo a una persona que preguntaba si hay que tener todos estos
elementos en la cabeza. Mi respuesta es que no. Pero debemos aprender a
identificar dichos elementos a la hora de componer nuestras fotografías.
No quiere decir que en una composición tengamos que meter todos los
elementos de todas las reglas ni mucho menos. No. Tienes muchas
combinaciones y posibilidades. Usa unas y contradice en otras, experimenta
y crea pero con sentido. No vale cualquier cosa.

Líneas horizontales y verticales


La línea horizontal más evidente resulta ser la del horizonte, cuando se
trata de fotografía de paisaje. Uno de los efectos que se suele corregir es la
inclinación de la línea del horizonte y colocarla girando la imagen hasta
dejar una línea horizontal. Bueno, aquí una de las rupturas de reglas más
usadas y conocidas consiste en justo eso, inclinar el horizonte. Pero ya lo
veremos cuando aprendamos las reglas en condiciones.
Otro de los efectos que se puede producir es cierta curvatura del horizonte
en los extremos lo cual habremos de arreglarlo en post-producción.
Normalmente debido a cierta distorsión del objetivo utlizado. Para éstas y
otras cosas está la post-producción, aunque mucha gente prefiera no tocar
nada y dejar la foto tal cual sale en JPG.

Las líneas horizontales dan sensación de estabilidad y serenidad en la


imagen. En relación al horizonte también pueden sugerir la idea de
distancia, lejanía, profundidad y/o amplitud. En general suelen mezclarse
con otro tipo de líneas siempre como las diagonales que vimos en capítulo
anterior o las verticales que veremos a continuación. La idea a la hora de
componer es destacar, en general un tipo de línea u otra haciendo que unas
tengan más peso (normalmente habrá más) que las otras (habrá menos).
Aunque hay ocasiones como en el uso de barridos o la técnica
conocida ICM (intentional camera movement) donde casi siempre el peso
casi mayoritario lo tiene las líneas horizontales.

Fotografía de Julián Solana Serrano en nuestro grupo de flickr

Las líneas verticales que nos transmiten ligereza y movimiento pero tiene
explicación y es que normalmente para “destacar” la amplitud y peso de
estas líneas el encuadre lo realizamos en vertical, favoreciendo dichas
sensaciones. Por lo que la vista al recorrer la imagen es de abajo a
arriba(sucede en edificios normalmente) o de arriba a abajo (sucede en los
retratos, normalmente). Curioso ¿verdad?

Otra asociación de ideas respecto a las líneas verticales está en relación al


concepto de crecimiento. Esto, implícitamente, lo hemos comentado antes
respecto a los edificios. También podemos verlo en muchos elementos
como señales de tráfico o las vallas que encontramos en muchas playas
para controlar las las dunas de arena. Pero podemos asociarlo a elementos
vivos a los árboles o las flores también.

Así vemos que tanto en las líneas verticales como en las


horizontales influye mucho el tipo de encuadre bien sea horizontal o
vertical. Pues hacer la foto de una forma o de otra dará más importancia
seguramente a un tipo de línea que a la otra. Prueba por ejemplo, a
fotografiar unas escaleras o un paso de cebra en formato vertical o en
horizontal y notarás como el peso de las líneas horizontales varía. Lo mismo
puedes hacer para elementos verticales.

Los triángulos
Los triángulos son en geometría el elemento, dentro de la familia de los
polígonos, más simple. Tan solo hacen falta 3 puntos para tener un triángulo
(los mismos que para determinar un plano geométrico). Por eso son
fácilmente reconocibles por nuestro cerebro a la hora de interpretar una
imagen.
Fotografía de Teo Barker en nuestro grupo de flickr

Una de las tendencias que veíamos al respecto de las diagonales es que,


por ejemplo, los dos lados de un camino parecen converger hacia el final en
lo que denominamos un punto de fuga. Inevitablemente al cortar la imagen
por el primer plano entre la base y los dos lados del camino se forma un
triángulo.

Otro ejemplo que sucede y tiene relación con otra regla (la de elementos
impares), es que al fotografiar tres elementos, imagina por ejemplo, tres
piezas de ajedrez, inveitablemente observaremos un triángulo. Un buen
ejercicio que puedes hacer para descomponer y analizar tus fotografías y
ver si están bien compuestas es identificar triángulos.

Antes comentábamos algo sobre inclinar el horizonte. Pues bien, al


hacerlo podemos romper esa regla pero podemos ayudar a formar algún
triángulo entre el horizonte y los bordes de la imagen. Rompemos una regla
para aplicar otra. Ya vamos viendo el truco. Hay gente que, sobre todo, en
fotografía paisajística, no sale de los horizontes perfectamente horizontales
y cada vez que ve una fotografía sin el horizonte perfecto exclama:
“¡Endereza el horizonte!”. ¿Habrán probado a inclinarlos formando estos
triángulos que te comento?
Simetría y Asimetría
En la composición que busca la simetría la imagen resulta agradable
visualmente si los motivos situados a ambos lados del eje de simetría tienen
el mismo peso visual, al menos en la teoría. A mí me gusta más
la asimetría (o ausencia de simetría) en su grado justo. La
simetría/asimetría es un recurso que no conviene abusar demasiado de él
ya que suele cansar y podemos caer en el aburrimiento. Debe ir en su
medida justa y pocas veces llenar toda la imagen. Sin embargo, si maneja
adecuadamente se pueden obtener resultados tan buenos como el sigue
bajo estas líneas.

Fotografía de David González

La simetría perfecta en fotografía salvo que lo hagamos desde post-


producción es muy complicada de encontrar. Hay otro tipo de “simetría” en
cuanto a composición que es raro que funcione bien, se suele dar a la hora
de fotografiar personas al contrario que en los paisajes como hemos visto
en la fotografía anterior que funciona bien. Un ejemplo muy claro lo vemos
al realizar en formato horizontal un plano entero, plano medio, plano medio
corto o un plano americano a la hora de fotografiar a alguien y situar a
nuestro sujeto justo en el centro de la imagen creando una composición
simétrica. Esto cambio funciona mucho mejor cuando realizamos un primer
plano y los dos lados de la cara llenan el encuadre de nuestra composición.

En el primer caso para que funcione esa simetría hay que “romperla”, de
no hacerlo la imagen puede volverse tremendamente aburrida y más
cuando estamos usando aperturas amplias, en mi opinión, claro está. El
truco para hacer que funcione muchas veces reside en que el sujeto adopte
una pose que no sea simétrica con su propio cuerpo o bien romper la
simetría con los elementos del fondo. Esto último si visitáis la Entrevista a
Joel Grimes: Realidad o Fantasía que hicimos hace unos meses, podréis
verlo claramente en la foto de la portada de aquel artículo. De ese mismo
artículo podéis observar como un gesto muy sutil, como es colocar al
atleta en posición de tacos de salida, sirve para romper una composición
aburrida y hacer que la imagen funcione muy bien visualmente a pesar de
colocar al sujeto centrado en la imagen. Esos pequeños detalles son los
que, en muchas ocasiones, hacen que una imagen funcione o no. Así, por
ejemplo, si hubiera un exceso de asimetría en el fondo también la imagen
probablemente no funcionaría también.

Fotografía de nuestra Entrevista a Joel Grimes: Realidad o


Fantasía

En fotografía publicitaria se suele situar muchas veces (y en vertical) al


sujeto
Patrones
Una tendencia de nuestro cerebro, como hemos comentado con los
triángulos, es la de encontrar patrones. Los patrones (a modo de reglas) nos
ayudan a recordar las cosas. En este caso nos ayudan a fijar las imágenes
en nuestro cerebro.

Fotografía de Elena Pueyo Ruiz

Los patrones (o repeticiones de un elemento) podemos encontrarlos tanto


presentes en la naturaleza (flores o piel de animales, por ejemplo) como
pueden darse así como en fotografía urbana o de arquitectura tal como
hemos visto en la imagen anterior.

En resumen
Seguimos viendo que las normas son solamente orientaciones y que, al
final, el toque lo da el fotógrafo aportando ese punto de vista especial,
particular y único. Pero, ojo hay determinadas cosas que, como hemos
mencionado, en la mayoría de las ocasiones no funcionan visualmente. Si
de verdad quieres aportar algo mejor que esa foto horizontal con el el sujeto
en el medio, recuerda, que para que funcione puede bastar con romper
sutilmente la simetría “aburrida” de la composición.

El color. Empezaré con una pequeña queja, hay gente que cuando se
relaciona fotografía con pintura, parece que le molesta. Es algo que he oído
en distintos foros y círculos. No entiendo porqué. La pintura es una
disciplina artística de la cual ha de beber un buen fotógrafo, así como de
otras muchas. Al menos en mi opinión. El manejo de la luz, perspectiva y
profundidad de los grandes maestros pintores te puede ayudar muchísimo
como fotógrafo.

¿Qué es la composición por color? Veamos un ejemplo para empezar a


entenderlo. Cuando llega la pintura barroca, la forma comienza a definirse
principalmente por el color. También por el movimiento y la luz, pero
principalmente por el color. Se comienzan a adoptar nuevas perspectivas y
volúmenes. Pero sobre todo hay un cambio grande en cuanto al color.
Comienzan los degradados de color. El color se degrada según se alejan
los objetos, esto provoca una sensación de profundidad en el espectador. Si
no sabes a qué me refiero fíjate en el conocido cuadro de Las Meninas, de
Velázquez.

El contraste y el color
A la hora de componer por color, uno de los principales factores es
el contraste. Pensemos en dos colores que están juntos. El contraste
intensifica las diferencias entre los dos. Lo sé bien, pues debido a mi cierto
grado de daltonismo, cuanto más contraste existe entre dos colores
contiguos mejor diferencio ambos. Podemos concluir que todos los colores
de una composición fotográfica se ven influenciados por los colores con los
que tienen contacto.

Así podemos hablar del Contraste de luminosidad, o de claro-oscuro, que


ocurre cuando enfrentamos un color oscuro frente a uno claro. En estas
ocasiones solemos decir que la imagen presenta un alto contraste. Aunque
haya ausencia de color y tengamos una imagen en blanco y negro, también
encontramos este contraste y, lo solemos llamar Blanco y Negro de Alto
Contraste.

Artigazo en nuestro grupo de Flickr

Suele funcionar muy bien en estas imágenes. El resultado es una imagen


donde priman los negros y blancos por encima de la escala de grises,
resultando un contraste alto entre el negro y blanco. Por eso en post-
producción podemos potenciarlo como lo hicimos en el capítulo VIII de
Aprendiendo con Adobe Camera RAW.
Otro tipo de contraste es el Contraste de temperatura, que resulta cuando
juntamos color cálido con otro color frío. La calidez o frialdad de un color es
un hecho subjetivo, que aunque tiene su explicación en la cual no voy a
entrar, nos quedamos con que asociamos colores cálidos con rojo, naranja,
amarillo y verde frente a colores fríos como azul, magenta, cyan

La división de los colores en cálidos y fríos “puede” responder a una


sensación térmica (de las estaciones del clima) y a la vez psicológica
(melancolía, alegría, rechazo, …) que producen los colores, pero depende
muchísimo de cada persona. Pues aunque asociamos colores cálidos a un
atardecer o fríos a una fotografía invernal quién nos dice que no podamos
cambiarlo y evocar en el espectador diferentes sensaciones.

También existe el llamado contraste de saturación, cuando enfrentamos


un color puro con otros. O el contraste de valor y el contraste
simultáneo (para un color dado nuestro ojo busca su complementario y si
no existe lo “crea” ficticiamente). Quedémonos de momento, en que el
contraste influye en color y, por tanto en la composición.

Entonces ¿cómo es la composición por el


color?
Atendiendo a una definición clásica de lo que es la composición de una obra
artística podríamos decir algo así como que componer es ordenar los
elementos plásticos y visuales de la obra teniendo en cuenta el equilibrio,
distribución de pesos de luz y color, las simetrías, asimetrías y otros
elementos. Es decir, la composición es el factor que
proporciona coherencia formal a la fotografía, en nuestro caso.

En el caso del color se busca que las composiciones sean armónicas (por
eso no suelen gustarnos las dominantes de color o los hdr exagerados),
haya más o menos contraste (por ejemplo, con las claves altas o bajas, bajo
contraste cromático o desaturación parcial). Siempre buscando un equilibrio
que es lo que hace que funcione visualmente. Con el Blanco y Negro (sí, lo
metemos aquí pues es una manera de componer por color) pasa eso
mismo. Cuántas veces te has dicho: “Esta foto queda mucho mejor en
blanco y negro”.
Gerard Amela en nuestro grupo de Flickr

Aunque elementos importantes en la composición son la simetría, la


proporción, el ritmo y el movimiento, también lo es el color. En general los
colores cálidos, los oscuros y los terrosos pesan más que los colores fríos,
los claros, los saturados o puros. Pero que queremos decir con pesar: pues
que reflejan mayor importancia. La regla aquí es que no hay regla, quizás
sea la menos estricta de cuanto hemos visto y la más subjetiva, pues la
percepción del color es muy diferente para cada uno. También puede ser la
más creativa.

En resumen: Equilibrio y color


Normalmente el color se ve influenciado por muchos factores. Por la
presencia de la luz ambiente más o menos fría o cálida. Por nuestra
iluminación artificial o incluso si usamos geles de color. Pero donde más
podemos manipular el color es dentro del proceso de post-producción como
ya sabemos.

Un pequeño esquema, sencillo, para decidir nuestro estilo de post-


producción en base al color, puede ser el siguiente:

 Decidir entre Blanco y Negro o Color, aunque tratemos el Blanco y


Negro como un caso especial de color.
 Estilo suave, agresivo o neutro. Más contraste en los colores denota
agresividad, menos contraste implica suavidad.
 Recortar, reencuadrando la imagen para dar más peso a unos
elementos u otros en función del color.
 Y, recuerda, la psicología del color es importante a la hora de provocar
sensaciones en el espectador.
 Si usas un programa que permite guardar ajustes preestablecidos,
úsalos pues así podras ajustar una imagen y aplicar ese ajuste de color a
la serie a la que pertenezca, si lo deseas.
Antes de navidad tratamos de explicar y diferenciar un par de conceptos
que aunque todo está relacionado normalmente se confunden: La distorsión
de lente provocada por el tipo de objetivo utilizado frente a distorsión
producida al variar la perspectiva con respecto al objeto o motivo de nuestra
fotografía.

Saber mirar, saber componer fotográficamente también puede aprenderse y


mejorarse. No quita que seas muy bueno mirando, fotográficamente
hablando, como para que, teniendo claros una serie de conceptos, mejores
el aspecto compositivo de tus fotografías.

Tener claros estos conceptos te ayudará. Hoy vamos a hablar de nuevos


conceptos para seguir avanzando en este asunto. El horizonte y punto de
fuga tienen su importancia en esta discusión junto con el control de la
perspectiva, que es el procedimiento o método por el cual se corrigen las
líneas verticales u horizontales para obtener una perspectiva más
acomodada a nuestra visión así como los tipos de perspectiva. Avanzar que
los tipos de perspectiva van en función del número de puntos de fuga.
Recordad, por si no lo sabíais, que la perspectiva se define como es la
representación de los objetos en la forma y la disposición con que se
aparecen a la vista.

Por eso en nuestras fotografías “casi siempre” intentamos que la imagen


tenga una representación visual acorde a lo que ven nuestros ojos e
intentamos corregir algunos defectos. Al menos a lo que nos “gusta” ver o a
lo que está acostumbrado nuestro cerebro. Me explico, hay gente que
corriege la inclinación de las líneas verticales de los edificios mientras que,
a otros, les encanta esa inclinación. Precisamente por esa razón, solemos
corregir algunas líneas, enderezar un horizonte curvado y otros detalles que
muchas veces nos dan la sensación de que algo no funciona.

Punto de Fuga
Un punto de fuga es un punto imaginario en nuestra fotografía al cual
parecen converger dos o más líneas. Dentro o fuera del marco de la
fotografía. Este efecto visual lo que nos aporta es una mayor sensación de
tridimensionalidad.

Si el punto de fuga está dentro, lo que aporta es que “obliga” al espectador


a mirar hacia dentro, en cambio si está fuera el efecto será el contrario. No
quiere decir ni mucho menos que mirar hacia fuera fuera no sea bueno, en
ocasiones, puede aportar el que el espectador se imagine algo fuera de la
fotografía, con lo que habremos logrado interactuar con él también.

En definitiva, podríamos decir que los puntos de fuga nos ayudan a leer la
imagen, recorriendo las líneas convergentes y dirigiendo nuestra mirada
hacia algo que el fotógrafo ha considerado importante, dicho de forma
general.

Fotografía de Ernesto M. en nuestro grupo de flickr

Perspectivas de 1 y 2 puntos: La perspectiva


paralela y oblicua
La perspectiva paralela o frontal es aquella en la que se utiliza un único
punto de fuga que coincide con el punto principal. El segundo caso, es el de
la perspectiva oblicua que utiliza dos puntos de fuga localizados en el
horizonte en un ángulo de 90º con el vértice localizado en el punto de vista.
Queda mucho más claro en la imagen, ¿verdad?
Perspectiva de 5 puntos
El efecto más acusado para nuestros ojos, en cuanto a perspectiva, es el
que se presenta con los objetivos tipo “ojo de pez”, en los cuales podemos
observar ese efecto esférico en la imagen. Esa perspectiva es conocida
como perspectiva de 5 puntos.

En la perspectiva de 5 puntos (ojo de pez) existen cuatro puntos de fuga


alrededor del círculo, nombrados habitualmente como los cuatro puntos
cardinales (N,S,E,O) y un punto de fuga en el centro del círculo. Es la
equivalente curvilínea de la perspectiva de un punto.

¿Más tipos?
Sí, hay más tipo de perspectivas utilizadas, entre otras la perspectiva de 4
puntos que podemos utlizarla para representar panoramas que vayan hasta
los 360º, pero no hemos querido, por ahora, entrar mucho más en materia.

Horizonte
¿A qué llamamos horizonte? Horizonte (del griego, “al límite”) es la línea
evidente que se separa tierra de cielo. En muchas ocasiones, el horizonte
verdadero es tapado por árboles, edificios o montañas. La intersección que
resulta de la tierra y del cielo en lugar de otro se describe como horizonte
visible.

A una altitud de 10.000m la curvatura del horizonte es aproximadamente de


0.056, la misma curvatura del borde del círculo con un radio de 10 metros
que se vea a partir de 56 centímetros. Traducido: que apenas es
“apreciable” dicha curvatura, menos aún desde una altura inferior. Ahora ya
comprendemos porqué los antiguos griegos y otras culturas durante siglos
creyeron que la Tierra era plana.
Fotografía de Javier López en nuestro grupo de flickr

Dicho esto, la curvatura que apreciamos en muchas de nuestras fotografías


cuando tenemos un horizonte visible, ¿a qué se debe? Pues vemos que no
es debida a la curvatura de la Tierra. Se debe a la distorsión de barril.
Distorsión que es más acusada en aquellos objetivos denominados
angulares o ultra-angulares.

Nos lo comentaba nuestro compañero Jose Barceló en su serie especial


sobre el uso de los objetivos:“Es uno de los aspectos que más se acentúan
a medida que disminuimos la distancia focal. Veremos que en la fotografía
las líneas rectas se vuelven curvas, especialmente en los bordes de la
imagen. Cuanto más cerca se encuentren los elementos de la fotografía,
más le afectará esta distorsión”. Cuanto más cerca, sí pero no por eso, en el
horizonte que está lejos deja de existir esa curvatura, es menos acusada,
pero existe.

En resumen, ¿pero cómo lo corregimos?


Tenemos muchas posibilidades. Por ejemplo, en Photoshop podemos ir a
Menú | Filtro | Corrección de lente. En Camera RAW podemos hacerlo
desde el menú del perfil de lente donde se aplicará un perfil predeterminado
de nuestra lente si queremos, o bien hacerlo de forma manual ajustando los
valores nosotros mismos. En general en casi todos los programas de
edición digital nos encontramos con opcioones similares.

En el próximo capítulo, entraremos en materia con alguno ejemplos


prácticos de cómo corregir la perspectiva. Manejar y tener claros estos
conceptos te ayudará a mejorar la composición de tus fotografías y que
funcione mejor visualmente. Recuerda, el don está en la mirada del
fotógrafo.

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