DERECHO SUCESORIO
TRABAJO DE INVESTIGACION:
1.- El derecho sucesorio. 2.- concepto 3.- concepto general de
derecho sucesorio 4.- concepto de herencia y sujetos del derecho
hereditario 5.- relaciones jurídicas y objeto de derecho sucesorio
6.- aceptación y repudio de la herencia 7.- partición y
adjudicación de los bienes hereditarios
Son las distintas relaciones que pueden presentarse entre la diversidad de Interesados en
la herencia tales como los heredero, los legatarios, los albaceas e Interventores, los
acreedores y deudores hereditarios, y excepcionalmente los Acreedores y deudores
personales de los herederos y legatarios. Implica la articulación de todos los elementos
simples que intervienen como conceptos jurídicos fundamentales en todas las disciplinas
del derecho.
Los acreedores están facultados para ocurrir al interventor a efecto de que el albacea
cumpla con sus obligaciones.
Se divide en 2:
No tienen relación entre sí, a menos que toda la herencia se distribuya en legados, pues se
consideran como herederos.
Siendo los herederos causahabientes a título universal del patrimonio sucesorio, a beneficio
de inventario, se convierten en deudores de los acreedores del difunto, pero hasta el límite
que lo permita el activo de la herencia.
b) Cada heredero puede disponer del derecho que tiene de la masa hereditaria, pero no de
las cosas que forman la sucesión.
c) Para la venta de los derechos que tenga cada heredero, se respetará el derecho del
tanto.
d) Entre los herederos existe la obligación de abonarse recíprocamente las rentas y frutos
que cada uno hubiere recibido de los bienes hereditarios, así como pagarse los gastos útiles
y necesarios que hubieren hecho.
También existe la obligación de indemnizarse entre sí por los daños causados a los bienes
de la herencia
Entre herederos y albaceas existen las mismas relaciones que mediante entre acreedor y
deudor, pero creando derechos y obligaciones recíprocos.
El albacea mantiene relación jurídica con los legatarios, para el efecto de no permitir la
substracción de los legados, sino hasta que hayan sido liquidadas las deudas de la herencia
o garantizados los distintos créitos a cargo de la misma.
Sólo en el caso de que TODA la herencia se distribuya en legados, podrá originarse una
relación indirecta entre el interventor los legatarios, pues al considerarse a éstos como
herederos, procederán a la designación de albacea por mayoría de porciones.
Los albaceas sucesivos ejercerán por cada uno de ellos, en el orden que son designados.
El albacea general está obligado a entregar al ejecutor especial las cantidades o cosas
necesarias para que cumpla la parte del testamento que estuviere a su cargo. (Relación
entre albacea universal y ejecutor especial).
Los acreedores hereditarios están facultados para exigir directamente al albacea que tome
todas las providencias necesarias para la garantía y pago de sus créditos.
Los acreedores hereditarios pueden ser comunes o preferentes; así mismo, puede darse el
caso de concurso de la sucesión o del De cujus antes de su muerte.
No existe una relación jurídica directa, pero sí indirecta u oblicua, pues para el caso de que
el albacea en representación de los herederos, o estos últimos descuidar en exigir el pago
a los deudores hereditarios, podrán los acreedores substituirse al albacea o a los herederos.
Los objetos del derecho hereditario comprenden de 2 partes, los objetos directos y los
objetos indirectos.
Objetos directos:
Comprende los derechos subjetivos como los deberes jurídicos y las sanciones, es decir,
tienen que ser necesariamente formas de conducta humana en su interferencia inter.
Subjetiva que se manifiestan en facultades, deberes y sanciones. (Derechos, obligaciones
y sanciones relacionadas con la herencia)
Objetos indirectos:
La aceptación y la repudiación de la herencia son actos voluntarios y libres para los mayores
de edad, y podrá hacerse tan pronto como se produzca la muerte del causante.
Pueden aceptar o repudiar la herencia todos los que tienen la libre disposición de sus
bienes.
Los cónyuges no pueden aceptar ni repudiar la herencia común sino de mutuo acuerdo. En
caso de discrepancia resolverá el Juez.
Ninguno de los cónyuges necesita autorización del otro, para aceptar o repudiar la herencia
que a cada uno de ellos corresponda.
La herencia dejada a los menores sujetos a patria potestad será aceptada por quien o
quienes ejerzan ésta.
La dejada a los menores y demás incapacitados sujetos a tutela será sujeta por el tutor;
pero la repudiación sólo puede hacerla el representante legal previa autorización judicial.
Los sordos mudos que no estuvieren en tutela y supieran escribir, podrán aceptar o repudiar
la herencia por sí o por Procurador; pero si no supieren escribir, la aceptará en su nombre
un tutor electo para el caso, conforme a lo dispuesto en los casos de interdicción.
La repudiación debe ser expresa y hacerse por escrito ante el Juez o por otro medio
fehaciente, cuando el heredero no se encuentre en el lugar del juicio.
La repudiación no priva al que la hace si no es albacea, del derecho de reclamar los legados
que le hubieren dejado.
El nombrado heredero en testamento y que al mismo tiempo tenga derecho de heredar por
intestado, si repudia como heredero testamentario, pierde el derecho de suceder por
intestado.
El que repudia el derecho de suceder por intestado sin tener noticia de su título
testamentario, puede, en virtud de éste, aceptar la herencia.
Ninguno puede renunciar la sucesión de persona viva, ni enajenar los derechos que
eventualmente pueda tener a su herencia.
Nadie puede aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte del autor de la sucesión.
Las sociedades y corporaciones capaces de adquirir y que persigan fines lucrativos, pueden
aceptar o repudiar la herencia. Los establecimientos públicos no pueden aceptar ni repudiar
una herencia sin la aprobación de las autoridades facultadas para ello.
Cuando alguno tuviere interés en que el heredero declare si acepta o repudia la herencia,
podrá pedir, pasados nueve días de la apertura de la herencia, que el Juez asigne al
heredero un plazo que no excederá de un mes, para que dentro de él haga su declaración,
apercibido de que si no lo hace, se tendrá la herencia por no aceptada.
El que por la repudiación de la herencia debe entrar en ella, podrá impedir, que la acepten
sus acreedores, pagando a éstos los créditos que tenían contra el que repudió.
La aceptación en ningún caso produce confusión de los bienes del autor de la herencia y
de los del heredero.
Concepto.
a) Ninguno de los coherederos debe permanecer sin que su cuota específica de la herencia
sea determinada, aun cuando el testador lo hubiere estipulado en el testamento.
3. Formalidades
La partición deberá constar en escritura pública, siempre que en la herencia existan bienes
cuya enajenación deba hacerse cumpliendo con este requisito. Los gastos derivados del
proceso de partición serán deducidos del fondo común, es decir, del haber hereditario, los
que devengan por el interés particular de alguno de los herederos o legatarios serán
cargados a la parte que le corresponda a éste de la masa hereditaria.
4. Efectos
La partición hecha conforme a derecho fija la porción o cuota de bienes hereditarios que
corresponden a cada uno de los herederos.
3) Cuando la pérdida fuera ocasionada por culpa del heredero que la sufre.
En este caso no se incluyen los créditos incobrables, sobre los cuales los coherederos no
tienen responsabilidad.
Cuando la porción hereditaria de uno de los herederos sea objeto de embargo, éste tendrá
derecho a pedir que sus coherederos caucionen la res- ponsabilidad que pueda resultarles,
y en caso contrario se les prohíba vender los bienes que recibieron.
Las particiones pueden ser rescindidas o anuladas por las mismas razones que las
obligaciones, es decir, por falta de legitimación, así como por la pre- sencia de causas de
nulidad absoluta o relativa en el procedimiento de parti- ción, por ejemplo, los vicios de la
voluntad o la ilicitud en el motivo o fin. Igualmente, cuando se presente el caso de un
heredero que aparezca posterior a la partición, éste tendrá derecho a solicitar la nulidad de
la partición y que se haga una nueva, para que reciba la parte de la herencia que le
corresponde.
Cuando se esté frente a un heredero falso o uno aparente, será nula la partición con relación
a la parte que le corresponde, y la misma se repar- tirá entre los herederos o, en su caso,
se devuelva la parte correspondiente en el caso del aparente a quien corresponda con mejor
derecho que el suyo en la escala hereditaria.
5. La partición de la herencia
1) Primero deberán pagarse las deudas relativas a la atención y asistencia del testador,
generadas como consecuencia de la enfermedad o situación que lo llevó directamente e a
la muerte y los gastos de funeral, si no se encontraran liquidadas antes de la realización del
inventario. Éstas deberán ser pagadas con cargo a la masa hereditaria.
4) En tercer lugar, se procederá al pago de las deudas contraídas por el testador, de las
cuales es responsable con sus bienes y que son exigi- bles, por lo que deben ser liquidadas
y consideradas, independiente- mente de la voluntad manifestada en su testamento.
5) Liquidadas las deudas anteriores o garantizadas el pago, se podrá pro- ceder a cubrir el
correspondiente a los legados.
Para el caso de la venta de bienes de la masa hereditaria, con mo-tivo de liquidar deudas
y legados, se deberá hacer en subasta pública, salvo que la mayoría de los interesados
dispongan otra cosa. Y serán éstos o de conformidad a la autorización judicial, en su caso,
los que determinarán cómo se aplicará el dinero obtenido de la venta de los bienes.
Las particiones podrán rescindirse o anularse por las mismas causas que las obligaciones.
La partición hecha con preterición de alguno de los herederos, es nula. El heredero preterido
tiene derecho a pedir la nulidad de la partición. Decretada ésta, se hará una nueva partición
para que reciba la parte que le corresponda.
Es nula la partición hecha con un heredero falso, en cuanto tenga relación con él, y al parte
que se le aplicó se distribuirá entre los herederos.
Si hecha la partición aparecieren algunos bienes omitidos en ella, se hará una división
suplementaria, en la cual se observarán las disposiciones contenidas en este Título.
Para que a un heredero le adjudiquen los bienes de una herencia que le corresponden se
exige tras un fallecimiento que se realicen distintos trámites que debes conocer.
Efectivamente, con el fin de que los herederos pasen a ser titulares de los bienes que
adquieren mediante herencia es preciso realizar la denominada escritura de manifestación,
partición y adjudicación de herencia.
En dicho documento los bienes y derechos del fallecido se enumeran y valoran, así como
se fija el caudal relicto o total de la herencia, procediéndose a continuación a atribuir y
adjudicar a cada heredero la parte que le corresponde. En este punto hablamos de partición
y adjudicación de herencia.
3.- La copia autorizada del testamento, que se obtiene en el Notario ante el que el fallecido
otorgó en vida testamento.
Dichos documentos tendrán que presentarse ante un Notario para otorgar escritura pública
de partición y adjudicación de herencia.
Si, por el contrario el fallecido no había otorgado testamento será precisa una declaración
de que son los legítimos herederos y que son los únicos.
Esta declaración fehaciente puede obtenerse de distinta manera, según los herederos sean
hijos, cónyuges y padres; o bien, el resto de herederos; así:
1.- Si se trata de hijos, cónyuge o padres, éstos deberán obtener la declaración fehaciente
vía notarial.
2.- El resto de parientes tendrán que acudir a un procedimiento judicial para obtener la
declaración judicial.
El derecho sucesorio como rama del Derecho privado es importante ya que mediante a
esta se deben garantizar que los bienes de una persona que ya ha fallecido (testador o De
cujus), sean correctamente repartidos, distribuidos entre los herederos o entre las personas
a las que por mero derecho les corresponde, mediante la manifestación de la voluntad de
la persona fallecida, y en caso de no haya sido así, la ley indicara quienes son los que
heredaran, abriendo así una sucesión intesta mentaría.
Al hablar de herencia no tan solo nos vamos a referir a conjunto de bienes muebles o
inmuebles que la persona deja después de fallecer, sino que también estaremos hablando
de las deudas que este ha dejado, aclarando que la persona que va adquirir los bienes a
título de heredero solo se verá obligada a pagar la deuda dependiendo al valor total de la
herencia.
Por lo cual la herencia es la sucesión de todos los bienes del difunto (activos y pasivos) y
todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por a muerte, este puede ser
vacante, yacente, aceptada y divisa.
Como regla general todas las personas pueden heredar, sin distinguir de edad, y por lo cual
nadie puede ser privado de ella por ningún motivo.
Pero lo cual no implica que no puedan perder su derecho a heredar, como los casos cuando
existe la falta de personalidad, o se haya cometido un delito contra el testador, existiendo
otros casos en común.
Por otra parte la aceptación y la repudiación de la herencia se tratan más que nada de
aquellos actos voluntarios y libres para los mayores de edad, y podrá hacerse tan pronto
como se produzca la muerte del causante. Pueden aceptar o repudiar la herencia todos los
que tienen la libre disposición de sus bienes.