Dice José Silva que sus experimentos han demostrado que los niveles más pro-
fundos de nuestra mente experimentan el tiempo en un flujo que va de izquierda a
derecha. En otras palabras, el futuro se percibe a nuestra izquierda, y el pasado a
nuestra derecha.
Para atarnos las agujetas de los zapatos o para atravesar la calle, es mejor pensar
que el tiempo corre en línea recta desde el pasado, cruzando por el presente rumbo al
futuro. Es preciso que pensemos de esta manera con objeto de salir con bien de la
diaria tarea de vivir, de la misma manera que todavía pensamos convenientemente
que el Sol sale y se mete, como si la antigua astronomía de Copérnico nunca hubiera
comprobado lo contrario. Desde esta perspectiva podemos recordar el pasado,
experimentar el presente y ver con incertidumbre, si acaso, hacia el futuro.
Esto no sucede desde otra perspectiva. En Alfa y Theta podemos ver en el futuro y
en el pasado. Los acontecimientos que sobrevendrán si proyectan sus sombras antes
de producirse, y nosotros nos podemos entrenar para verlas. Esta habilidad se
conoce con la palabra, respetable hoy día, "precognición". Era menos respetable
cuando yo gané en la lotería mexicana.
Si en los niveles Alfa y Theta se puede ver el futuro desde ahora, este debe de
enviar por delante alguna clase de energía, con la que podemos sintonizarnos y para
que el tiempo emita cualquier clase de energía a cualquier punto, es preciso que sea
una energía en sí mismo.
Mis niños sentían que (de cara al sur) al proyectarlos hacia atrás en el tiempo
viajaban hacia la derecha (Poniente u Oeste). Cuando yo los progresaba hacia al
futuro lo contrario sucedía; se tambaleaban hacia la izquierda (Oriente o Este).
Muchos de mis experimentos (posteriores) con diversos sujetos confirmaron
esto.
En este planeta el Sol trae al nuevo día desde el Oriente y se lo lleva hacia el
Poniente. Si yo miraba hacia el Sur durante mis sesiones de meditación, el
Oriente estaría a mi izquierda y el Poniente hacia mi derecha, y de esta manera
yo estaría orientado en armonía con el flujo planetario del tiempo.