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Silvia Alderoqui Paseos urbanos El arte de caminar como prdctica pedagégica Colecci6n En (as aulas iy Lugar Editorial 506 Ada 3. Viajes en la propia ciudad Bicileta 201850, por Fernando Travers, Arte urbana. Rosaro, Argentina, 2008. Quien pasea, el paseante, es movimiento y desplazamiento: ca- mina, contempla y medita. Es capaz de halla significado en sus pro- entiende las formas de la ciudad con su cuerpo como imento de percepcién. Los paseos pueden ser ligeros © pesados, complicados 0 leves, posticos, novelados, humorfsticos li- ‘erarios, El paseante carina con y sin propésito, lleva su propio paso, tiene el corazén abierto a todas jas impresiones y sus pensarmientos adoptan el color de lo que ve mientras avanza. Redescubrir las calles es parte del trabajo de reafirmar el lugar de cada uno en la ciudad, investinlo de ciertas imagenes exéticas y pinto reseas, sin dejar de convivir con lo cotidiano. El paseante Es posible que el paseo seal forma més pobre de vis, el més ‘modesto delos viajes. ¥ sin embargo, os dno de los que mas de- ldidamente implica las porencias de la atencin y la memo- tia, asf como las ensofaciones de la imaginacion y ello hasta el punto de que podrfamos dectr que no puede cumplirse au ‘éncieamente como tal sin que ellas acudan a la cits. Pasado, presente y futuro entremezclan slompre sus presencias en Ia experiencia del presente que acompafa a paseante y lo cons tiruye en cuants tal ‘Morey, (2004 1) Como venimos diciendo, una de las estrategias para la'educacién, genuina del lugar puede ser la organizacién de paseos en el propio ‘debemos dotar a nuestros lugares de algunas de las, 3s en los capftulos previos: ser destino itan los viajes: ser via de comprensiGn entre inmediato y lo lojano... Para aproximamos a ‘esta temdtica comenzaremos dando algunos rodeos pot las caracte- risticas que deben reunir los paseantes ylos paseos. Lo abordaremosa través de las reflexiones de dite itores acerca dela actividad de pasear para ver si algunas nos resultan tiles para nuestros paseos turbanos, Con un sentido bucdlico y refriéndose sobre todo a los paseos cen la campifia inglesa en el siglo XIX, Wiliam Hazlitt y Robert Louis Stevenson se preguntaban si habfa que pasear solo o en compafta, y se respondian que lo mejor era hacerlo solo, ya que esta tiempo comparando con otros as percepciones pri Ja impresién que ellas dejaban en la mente, y era me} serie de ideas para examinarlas més adelante. Ambos bieron entusiasmados las ventajas de los paseos si ‘mente en lo relativo a la posibilidad de conocernos un paco mds & nosotros mismos, a pensar con libertad, a encontrar los silencios y la elocuencia propios, como si la caminata a paso vivo sirviera de Pasor wine a8 indad y el orgullo. La caminata, como dice foto contra la prisa depuracién para la m Stevenson, es veo ia gracia.acaminary charlar al misme tiempo. (Stevenson, 2003). Una de as cosas mas placenteras del mundo es se de paseo, pero a mf me gusta ir Solo. Sé disfrutar dela eompanie en une habitaciSn, pero ala toy menos solo que cua hhay un tema sobre el que ccursién apie. y eslo que queztemos cenar cuando por la noche Teguemos a nuestra posada. Como otra exeeein, no me confage avetusndome snun amigo eu le or Noes habitual que las excursiones escolares o de grupos turisticos ¥ culturales incluyan momentos de contemplacién individual o de silencio, Retengamos estas ideas, para.que la organizacién de nues- (os paseos pedagdgicos los incor Paseinos ahora dela campifia inglesa al 4mbico urbano, La agitada vida en les ciudades industriales Inglesas del siglo XVI motivabe a los caminantes a “hui” hacia la del siglo XIX todas fas grandes ciudades de Europa se transformaron. Aumenté Ja poblacién atrafda por los puestos de trabajo que cfan las industries; surgid In necesidad de nuevas instala construyeron mercados, almacenes y dep que se producian, y también ibiaron y moder paisajes urbanos. Igual de dras- fe Se modificaron las miradas sobre los espactos urbanos. aseante urbano charles Baudelaire describe al releritse aun idad de Paris su 1a maltitud es su dominio, como el aire para el paar y el mar para el pez. Tlene una pasion y in eredo: adoprar Ia multcud. Para el perfecto paseante, para el observador apasionado, es un Jnmenso placer ja residencia en la lad, en code lo que se agitay que se mueve, evanescentee infnio, Sibien este féneures un personae literaio, profundicemos en las caracterstcas de este paseant 10 XIX, para descubrir slalgunas se mantienen o podrian ser dies en los paseantes del siglo XIE] ldneures un apasionado, observador, poeta, crosista, Enamo- rado de a rmutitud, disfruta desu incdgnito, es viaero y cosmopolta ppaisajes dela gran ciudad, adivina los préximos cambios dela moday Is costumbres: conace las calles, comerci bulando y mirando la gente. El paseant ¥ para comprender lo que ve, aquello de lo que es parte rant desarrola una actividad intelectual para descifrr la ciudad. Se separa canismos de extrafiamiento que Je permiten desarraigase dela percepbin inmediate de las cosas. Es de Jo que observa por medio d una suerte de topdgrafo urbano que intents descirar los aspectos de leciudad, deambulando a veces con cierto aburrimientoy melancolia Su intencién, segin mismo poeta encarna un métado de trabajo y alumbrados, elementos desconocidos hasta ese momento (Ortiz, 2000; 115-116 y Gache, 2003; 22) Domingo Faustino Sarmiento escribe el 4 de setiembre de 1846: paraindicar aquel far nientede pail no ene una p XIX, la aparicida de los pasajes, galer y la abundancia de las mercancfas en menciona que el “arte de perderse" en la ciudad cumplia de algun modo el suefio de los dibujos de laberintos que realizaba cuando era centre mirar, recordar y reconocer a ciudad y, al mismo (, reconocido y recordado por| yy reconocer las huel ‘original, lo irrepetible, lo que percura y esiste. Habia que comenzar porlosbordes y margenes, yinalmente abordar la zona central: a.unsitio en el que ya estuvo ai tenfan claro que el fléneur n particulares, como si no se pudiera ser flaneur en cualquier tiempo y espacio (Améndola, 2006 Benjamin escribio —5 permite extraer algui hacer conocer el pais «de Paris, fe la ciudad como laberinto, el arte de pasearse, igares de intercambio y encuentro entre per- - de Bern, a importanela de aprender a perderse en el lugaral cual ‘uno pertenece; - de Mosc, ln necesidad de familiarizarse en un entorna totalmente desconocido, legible, enlgmético y diferente del propio, y de aprendera rientarse y desplazarse en una ciudad en a que es diff, caminar@la intemperie, por la nieve yl inclemencia del tempo. En su breve ensayo acerca de Népoles, Walter Benjamin detalla 3s de indagaci6n en las ciudades que “traicionan que se resistgn # nuestro deseo de orientacién, donde todo se confundeo es demasiado idiosincratico, loslugares con fronteras tenues, méviles o inexistentes. En esos casos, recomienda, por ejemplo, reconacer fa porosidiad de usos (donde se mezclan la pereza con el trabajo y el comercio, el arte, la fiesta y el espectéculo, laprosperidad ya decadencia, lo sagrado yle profano, o ptblico yo do noes posiblelacaminatayla 35, buhardillas, patios traseros jue Népoles nunca se dejard y escondrijos”; reconoce, igual joal atrapar de! todo y que siempre habrd un resto que quecard exch conocimienta (Kohan, 2004; 215-221), Bl escritor checo Franz Kafka Kefka: “La firmeza que me da el hecho Ge eseribir algo, por poco que sea, es indudable y maravillsa. La mirada con que ayer lo dominé todo duramte el paseo? Wagenbach 190; (eYaS eae hss a rae ET ‘cuento breve “EI paseo repentino” expresa el cont ‘for del hogar y las experiencias fuera de la casa en escritor es donde cada uno puede adquirir su verdadera“estatu Ia calle, y ve que sus miembros (Quando uno se encen aceaibertad queseleshacon- responclen con singular tedido: cuando gracias paisa peaemeictte cocoa saree Sa Aden con ms claridad que de costumbre que posee mas poder que ecesidad de provocar y sopoctar con faclidad los mas répidos cambios, y cuando uno recorce asf las largas calles. adquiete su verdadera imagen yestatura (Franz Kalk, 121 Pata continuar con nuestro paseo por este libro recuperemas las caracteristicas mds sobresalientes de esta especie de “investigador" uurbano que nos interesa estimular la curlosidad, la mirada ociosa ¥ adiestrada pare descubrir lo invisible, como si fuera un cazador y detective que conoce por el contacto con la gente y la cultura, muy {maginativo; que disfruta la delicia de transitar, en forma lentay tran- quila, ala biisqueda de los secretos de la ciudad, y puede transformar ‘cuatro 0 cinco calies en un viaje y una experiencia inolvidabie. ‘Antes de seguir por nuestro camino, un par de reflexiones, Flpaseante el siglo XIXy comionzos del siglo XX dificilmente padiasec mujer ya que la calle era dominio de los varones. Como mencionamos anteriormente, Doreen Massey nos recordaba que los recuerdos acerca de los lugares cestaban cruzados por la perspectiva cel género* también vinos que los viajes por placer estaban restringidos a ciertossectores sociales, EL andar como préctica estética Un buen viajeo debiera Uibrarse a su intuiién, elo ast, estoy ‘seguro, el tuecnpo se lata y aparecen las impres Porque el Paseante siempre pasea con un nifo: ‘nifo que fuimos quien pasea, ‘Morey, 2004; 11) smpo se dilata y aparecen las iy i fulmos’ también lo hacen las ideas cr del desasosiego de sus paseos por Lisboa como sise trataran de una “conversacidn": En decor manenies aay cre dela mann oma aa los ea qu, l rine dela tad, vagb obsevador paris ce ies, cade persona me rac una nota coda case me ore ua tnovedad,eada fewer contlene un avca para mi Ml paseo ca indo es ucaconves sj ods nosotros, hombres, casa, pido et mcs una gran muted amiga, que se coe a gran procesion del Destina Pessoa. 199 Acerquémonot un efemplo Ieraro desde ef mundo de ls sentido del exctragetno Roberto Athen 1820, en El plover de agabundea una de sus Aguafgre portenas, El pacante mira senso mndot uaa coor, cpaco wan opis aio, estimule stot, sattace su gusty tests aco: Comienzo por declarar que creo que para vagabundesr se necesitan excepcionales condiciones de sofiedor.[.] Loe ex 8 09 bonices 7 ‘egaladares de fos sentidos se desvanecen para dejar lotande El olor cautivante del café es motivo para Julio Cortézar de toda ‘una ensofiacién urbana en el centro de Buenos Aires: me qued un brusco recu al entrar una vez mas en et Pasaje Gem: me envolvd Sia Adee azar, saboreando y oliendo a la vez, queméadome y feliz, Todo lo que sigus hasta el fn dela tarde lis distinto.(Corté- ar, 1973) Dice el escritor Enrique Vila Matas de su experiencia de observar su cludad, Barcelona: Viajaba sin rumbo fijo. No creo desvelar secteto alguno si comfieso que muchas veces entro al aza, sin dlrgirme a par te alguna, en metres, renes o autobuses con Ia intencion de espiar conductas humanas ycazar eon disimulo cénversacio- nes de desconocidos... todas los escritores somos un poco ‘voyeurs, todos esplamos un poce la vida por el ojo de a cera dura. La vida es demasiado breve como pat suficiente de experiencias es necesariorobarlas. (Vila Matas, 2000; 88-28) La ciudad siempre ha sido una cantera de inmenso potencial: sin ‘embargo, para desentrafiar su arte y significado se requiere habi y camlnarla con modos creatives. ;Cémo podrfamos aprovech Veta de sensibilizacién y posibilidad creative en nuestros paseos de conocimiento? Desde la pedagogia, a inicios del siglo XX, John Dewey sostonfa que cuando entre el ambiente y el suleto se produce una interaccin pos: tiva, se pueden tener experiencias extre-ordinarias y surgen las condi- iedad cultural en tréite constantey continuo de transinsion Algo se converte en bien patrimonial cuando Ia sociedad le ficado que desea sea pasado alas generaciones nuevas. este significado pasa a ser parte de ls earactersticas culturales y de la memoria de los habitantes, por eso su conserva cin, enidada y educacién estén muy relacionados con la formacion de la ciudadanta. El patrimonio no es un listado de objets, edificiosy ‘monumentos reconocidos por su dimensién arquitect6nica y arqueo- egies sino una cuesti6n de carne piedas®, como podemos utlizando la meréfora de a obra-puente de Porqueunpuente,aunquesetengacldeseodetendeloytodaobra, sea1un puch haciay desde algo, noes verdaderameate puente :nientas los hombres no le erucen. Un puente es un hombre 1do tn puente, che Sin embargo, en la propia ciudad en la que vivimos muchas ve- ‘ces nos sentimos extranjeros 0 excluidos, porque no reconocemos [o que vemos. Hay ciudadanos que "conocen’ y raconocen el lugar: de viven, lo visit tras otros s6lo pueden hal © padecetlo. Sobre el dad convergen muchas {totias, no solo las oficiales: las de los grupos minoritaris, las de las mujeres, as de diversos grupos étnicos o colectividades, las de los hiflosy adultos que viven en la calle. Patrimonio compartidos y tam- bign divisiones entre los patrimonios de unos y otros sectores de la Pass wanes ccludad. Como dice Beatriz Sarlo (2001), siempre hay sujetos que usan el espacio construyendo sentidos ¢ inventando nuevas précticas, Las comunidades pueden aprovechar el poder de sus paisajes urbanos ‘para nuit la memoria publica desde estos nuevos puntos de vista. La artista y arquitecta norteamericana Dolores Hayden (1997) explica sullibro El poder det lugar los resultados del trabajo de equipos de jadores, disefladores, planificadores y artistas que juntos com- _prendieron y preservaron la historia del paisaje urbano de comunida- des afroamericanas, latinas y asiaticas en ciudades norteamericanas. situando fa historla de las mujeres y de los grupos étnicos en el centro de la ciudad, en los lugares p Es importante reflexionar acerca de qué es lo que convierte ‘conocer esas pi 8) que debe sertenidaen cu " de transmisién. Nose cextrafia lo que no se ha conoeide, y al misma tiempo podemos decir {que cuando mirames nuestros lugares habituales como si fuéramos extrafios, podemos realmente empezar a conocerlos. También ppodtfamos incluir el arte de caminar como un saber que puede ser transmitido de generacién en generacién. Ocupémonos, entonces, de nuestra mirada. i Acerca de la mirada las cosas y nosotros producto de los esquemas de pe ign que hemos Inceriorizado a través del cont epci6n, predisposicion y aprecia~ to hist6rico-social en tangibles, pueden ‘que vivimos. As iple sensacida haste ser abjeto de ada nos hacemos de lo que vemos esta hi constituida y, porlo tanto, es eambiante. El ambiente donde crecemos establece para cada uno dernosotros cierta “comunidad de lecturay de interpretacisn’ dela realidad, De ello se deduce que las desigualdades On yapropiacién delosbienes culturales son unaspecto lades en las educaciones recibidas. Algunos sern Ta ciudad; otros se senticdn indiferentes; muchos de ‘omo sefialaba el artista francés Marcel 8 cuados quienes los “hacen, algo asf capaces de ellos, tal vez, excluidos. ¥ Duchamp, som los que mi come que las presente y en ie contempla, la visién del palsaje e trata de hacer caidlogos, Inventarlos encontramos en nuestro paseo, sino que hay ycomunicacién humana, y no solamente como “elementos constitu- tuvos de Ia calle’, como seriala Melo Moreno (2001). Se vive y expert menta diferente en diferentes modos de construcciones fisieas. Los materiales de la calle dan pistas acerca de la historia local y del su -omo espacio public, tienen huellas y expresiones materiales y de tensiones y conflictos, de Ia accién social de ast como de reclamos, apuestas y demandas al fu no, 2001). ta de mirarel'amarre" entre la calle, laciudad y la experiencia |. La arquitectura no se reduce a sus formas y volimenes, sino {que comprende ademas cOmo las personas se organizan y utilizan los espacios y os objetos que se disponen en el iiblico y privado dividen una tram: ‘construcciones privadas, ‘salen’ hacia lacalle or medio de balcones, aleros, cafios de infraestructura, Por lo tant. invisible eignorado y convertir el teri torio en un lugar de contemplacion se requieren rupturas, miradas y preguntas que lo cizcunscriban y permitan simplificarla complejidad de lo real. Por un lado, estd el nivel literal de Is interpretacién de sus formas, y por oto, lo que esas formas connotan, sus significados més iples, La ciudad es un texto polis imagenes y los mensajes que mezclen prehistorias, memorias yleyenxlas y también anunclan nuevas actua- imagen de adoptar una modalidad de percap- ci6n viajer, un cierto extrafiamiento que permita ver como nuevo lo {que tenemos por conocido, intentaremos observar de este mode lo sensible, lo concreto y lo palpable que sucede en as ealles, a través de enfoques de la mirada que permitan desencadenar una experiencia cemotiva y cognoscitiva ala vez, Es deck, una apreciacién que trans- 1 modo de mirar los objetos, edifcios,situaciones, consecuencia, el modo de percibiry entender. nen nombres que expresan las ideas, lades, las esperanzas, los valores enlos jes y también, por opasicién, lo quese oculta. Un monumento o un edificio siempre es una via para partir hhacia una comprensidn de modos de vida, de relaciones sociales, de fuerzas productivas, Una observacisn flotante, estar atentos yabiertos alfluirde los avatares de a actividad social en lacalle alas texturas de las relaciones de los cuerpos mviles vsibles con los objetos y cosas del entorno (Delgado, 2007).. jocas iluminan pistas para observar los, 1850-1693), Walter Benjamin (1892- Se trata de observar todo cuanto se pretende expresan, con ‘iempo suficient y suicente atencién para descubvir ea ello sspecto que nadie haya observado ni dicho. En todas las co- ‘ste algo inexplorado, porque estamos acostumbrads & ios de nuestros ojos sole con el recuerdo de lo que pen saron otros antes que nosotros sobre lo que contemnplamos. La ‘menor cose tiene algo deseonocide, Enco cubrieun fuego que ace y und amos frente ase fuego ya ese dcbolhasia quero se patezcan, Para nosotros aningin otro drbol y nngin oto fuego, Esta es lamanera de gar a ser orginal. similar, Walter Benjamin llamaba a la mirada de los. la mirada de la Medusa’, cuyo ojo llumina lo inusual y la certeza de que allf hay una clave; la micada de la mnmensurable lo que se tiene ante sf, como si al Jupa perdiera su tamafo real y mantuviera su ‘movilidad en una imagen fja (B ivo era pedagdgico; so preter Jos jovenes a leer el paisaje urbano y los textos liter sign de la hist sobre la base de anéedotas histéricas, aventuras y biograflas de escri- tores (Buck-Mor 53) Amediadosdel siglo XX, Georges Perecpropuso que hay que observar “lo que ocurre cada dia y vuelve cada dia, lo trivtal, lo cotidiano, lo i i dad. Hay que dejar de Io hab 3F todo lo que suelo cuando caminamos por la cal estamos acastumbrados a ver pero certante para la lo habitual. No estamos habituados » les en la mesa, & nuesitos eas « nuestas ocupaciones, endornos. Nuestra mirads es el elemento mas importante del equipaje para oder volar con los pies, bien asentados en el suelo, Atreva encontrar lo desconocido de cada cosa, a buscar i cular, a intetrogarlo que ya no nos sozprende a dese ¥ luego otra, y luego otra. Cada vez que asilo decidamos podremos dialogar de modo novedoso con las temporalidades simulténeas de Ja ciudad: la arquitectura, los monuments, las fachadas, os nombres de calles y plazas; intensidades, circu laciones e intercambios de personas. i ———— El museo de la manzana \indolo desde diversos puntos de vista en silencio y con la maxima concentracién, pposicién fija con ta Imagina recorrida mental sea casi ras, placas en las fachadas y veredas, inscripciones en las esquinas, disevio de (as ventanas y puertas, faroles, etcetera Fla “familia arquitecténica” de ta manzana. Buscar ejem: intos modetos y épocas constructivas. Registrar en un plano a craquis de la manzana los diversos itinera Flos realizados. Entrevistara los vecinos y buscar Fotografias de otras époces de esa manzana u objetos, en dlbumes familiares 0 en el archivo muni+ cipal. Caleccionar anécdotas de vecinos, explicaciones y comenta: ‘acerca de la manzana. fer informacién de los bordes y segundos planos de las foto- raf Coleccionar informacién sobre ta vida cotigiana: comportamiento urbano jento de la basura, cuidada de animales domésticns, Srboles y plantas, uso de espacios pilblicos, etc.). Hacer un inven: tario de costumbres, tradiciones, comidas tipicas, fiestas, relatos que pasan de generacién a gene Selaccionar los objetos d= la exposicién y clasiicarios del mas nuevo al mas ant Information yexpeacones complemen nas Paesecuso, a ‘eredas deur ne, Soa Ata Hacer el inventario de personajes célebres de la manzana y de las razones de su celebridad, on los objetos seleccionados, escribir una historia que se quiera contar y disefiar la exposicién, ——— Perderse en una calle 4. Caminar en forma rect 2, Caminar répido, evitando a los demas, 3. Atravesar ta calle por donde sea. 4, Comportamlentas de encructiada 5. Pararse al borde de la acera. 6. Girar y cambiar ta direccién 7. Atencién detenida frente a vidrieras comerciales 8. Entrar y salir de edifcios y tiendas. 9. Empujar un cochecito de nif. Circular en bicicl Encontrar a algu 2. Evitar a alguien, 13, Contemplar un espectéculo cal 414. Hacer cola en la acera. 5. Sentarse en la mesa de un ero, 20. Cargar objetos voluminos 21, Sentarse en un banco piblico, 22. Carger un abjeto 23, Tirar un papel en 24, Pegar 0 colocar publicidad en la calle 25. Buscar una papelera de basura 26, Seguir a alguien a distancia, 27. War ena calle. 28. Esperar a alguten en la esquina. 59. Tornade de Moles Lefeba."Tipsae urbana como frente de conecient’ 169, pat 332 Seleccionar varias situaciones del repertorio y canstruir una historia callejera de un tnico acto. ——— Mirar para ariba y para abajo Preparar una caja magica o neceser® con elementos para mirar de diferentes modos: largavista, catalejo, Lupa; y elementos para registrar y colorear: papel y lip de colores, acuarelas y pinceles, etc, Seleccionar y caminar una calle durante una cuadra mirando para arriba tos primeros pisos y realizar la misma caminata rirendo et suelo 8 detalles, ver para arriba y para abajo, ver de reojo, mirar més allé de lo obvie, mirar lo cercano, observar desde distintos Puntos de vista, observar planos de conjunto (contexto), sumer: girse en la experienci j, descentrarse para 2 través de los ojos de servar desde un punto fijo, agudizar la mirada hacia los | jetos decoratives a lo largo de paredes y balcones. cicio varias veces para seguir descubriendo nuevas 2s tipograficas, nlimer lasfachadas 5. Descubrir marcas ries tas Escuchar la misica que suena en la calle. Ima ‘ritmo musical, acorde con el lugar, que podria ser interpretado en v0, Hacer el mismo ejercicio, pero con los ojos cerrades y en compania de otra persons bronces, los pasamanos; discriminar olores y sonidos. ———# Alma y aire de un lugar = . Pasajes y equipaje at, ver, contemplar en una perspe durante el desplazamiento, yg asa Acerca del caminar ‘Hlay algo ms bello que un caminct Ese stmboto de una vida ‘activa yvariada, Goorges Sand Sobre la importancia del eaminaren la historia de la hurmanidad y cen las ciudades contempordneas, reflexiona la escritora norteameri- cana Rebecca Solnit: ‘Tal vor caminar pueda serimaginado como un indicadior de es- ppecies al modo del témine utdizado en la ecologl, Un indica. en peligto osu disminacién puede ser un av ‘problemas siscémicos. Caminar es un indlcador de especie hu ‘maa para divers ipos de libertad y place: tlempo libre, el s libres de obsticulos, ‘Sol ‘Si consideramos al caminar como un indicador de la especie umana, su ausencia puede indicar un riesgo para el ecosistems fbumano. BI estatus social e imaginativo de las ciudades podrfa estar amenazado si somos indiferentes ala importancia que tienen las calles como unidades bésicas de la ciudad, y las palabras y reletos que las animan cotidianamente, Cuando caminamos, se compromete tanto el cuerpo como la mente en el conocimiento def mundo, es un acto colectivo en el mundo extetior que, a diferencia de nuestros desplaza- (05 en el mundo privado, nos pane en contacto con todo y todos. syoria de os caminantes yamantes delosandares peatonales, y la especie aque el tema de caminar los pensamientos pasan y egresan al pais modo de poner en comunicacién el pal el pensar raismo se convierte 11 Gado en Gaston Dachalard, Ta pote del xpace, 2005 42) ciudad. Astlos describe Marta Mata Gariga ~ el lenguaje oral, anterior alt escuclay rmultiplicado en cade generacién; -ellenguaje de las letras, orgen dels primera escuces y parte cons- ftwive de! paisje urbano {nonmnas Vales, publicidad, gr ~ ellenguaje de la imagen, a partir de la fotografia y la reproduccién multiple, que “vale por mil palabras’; ~ etapa is covtunbses via pb sce deb s cuerpos, dela educactén fisica, sus mito, ins - eLlenguaje musical que inunda los espacios piblicosy privados = el lengua del urbsnismo, la arquitectura, as artes plistcas, el ate en los espacios publi ~ ellenguaje del elect judad digializada’ ‘Avveinte aftos de tan vigentes observaciones, agregamos todo lo {que se produce a partir de la convergencia cultural y tecnoldgica que da y sigue dando lugar a nuevos lenguaies. ara captar tanta variedad de lenguajes necesitamos caminar acti- vando difecentes dimensiones pare contemplar y conocer (Gonzélez, M.A, 2006)8%: + La dimensién de las secsaciones: por ejemplo, la percepcin del fifo 0 dela humedad y el olor previosa una sudestada en la ciudad, cena piel y el olfato. - La dimensién perceptual 8s una constcuccion que se define por ica e intelectual simulténeamente (ejemplo, “La ve original de una ciudad caminando por una te hacia un antiguo curso de agua en la actua- iaginaria: en ausencia de lo conocido o en el na~ cimiento de un proceso de creaci6n (ejemplo: “Imagino un nuevo uso putblico para este lugar’) imensiGn emocional:identificaciones y pasiones que dan sen: a nuestras acciones y encuentran, a su vez, sentido en ellas ‘int aero (un parque o una plaza oscuros como lugar peligroso.o como lugar de deseos) - La dimensién conceptual: construcciones del pensamiento, ca- tegorias que se inscriben en los tertitorios de la significacién, enen anclaje en la historia, portan ideologfa y se recortan desde tuna posicin de poder (ejemplos: “Una eludad se compone de..." je cultural como... “El patrimonio ur- Una vez que aprendemos a caminar, le hacemos casi automética- ‘mente, cada uno a su manera. El acto inconsciente, normal y natural deirde un lugar otro ha sido motivo de reflexién de muchos fl6sofos, deellos, como Nietzsche, Rousseau y Benjamin, ya fueron anticipadas en capftulos anteriores, Acerca delvinculo entre el caminary el pensar, elfilésofo ginebrino Jean Jacques Rousseau admitié en sus Confesiones yen diversos relatos de sus paseos que él podfa meditar tinieamente mientras caminaba que les sucedfa a Hazlitt y Stevenson, lo 3—, Rousseau también decfa que los senderos excitaban su imaginaci6n, que cuando se detenia cesaba su pensamiento y que su mente solamente trabajaba en tandem con sus piernas, Mientras paseaba, tenfa énsonaciones que le ervian para pensar, recordar y poner en orden sus vivencias. Como sefiala Miguel Morey (2004) refiriéndose a Walter Benjamin, elpaseo es un empleo del tiempo que puede constituitse en una expe- Flencia mayoren tanto ejercicio que pone en juego a la vez: recuerdos, atenci6n, imaginacié ra existencia y la comu- nicacién con los demas, la elacién entre la vida y la reflext6n, entre el pensar y el hacer. Morey organiza un cierto método para pasear, a partir de las ideas de Benjamin: 2s siempre como un primer paseo, una pris ‘mera visita a una ciudad, con mirada de nif. Caminar perdién- dose y encontrar Jo_que no se espera y que “solo cuando se en- ‘cuentrase sabe que se esteba buscando”. placa Pele Picszro:“Yo BEN racine aan ~Caminar y dejar que emerja aquello que nos fuerza a recordar in- voluntariamente. = Caminar y percibirlo que nos es familiar “enigmaticamente’ [Nietzsche era conocido como tn gran caminante al que le ustaba sealizar el ejercicio de pasear constantemente, y siempre que podta, ‘encompania Estar sentado el menor tiempo posible ppensamiento que no haya nacido ala ‘wor movernos con Libertad, anlogtin pet calebren una festa también los musculos. (ce Horo, 1888), Vernos entonces que, mientras nos desplazamos, podemos realizar ‘una aventura intelectual que nos enriquezca, que nos dé la oport nidad de soflar, que nos reencuentre con nosotros mismos, ya que jones de circular y pensar se presentan como simulténeas. Tarnb iales indigenas y religiosos se evan a cabo clertos recorridos 0 entre os caminos y ciertos saberes que se adquieren solamente en el mismo acto de peregrina. Compartamos ahora las ganas de pasear con el escritor suizo Durante sus paseos miraba todo, lo grande, lo pequefio, las convenciones sociales, Jas maravillas de la naturaleza, como deseo se le manifestara tinicamente como desplazamiento inces desvigciones e intersecciones, Sus recorridos trazaban un dibujo de trayectos individuales que se grababan como un mapade la memoria El texto resultante de esos paseos se presenta como un, caminar entre las paginas del libro (Gache, 2003; 22); ‘Para mf patear no solo es sano Y ball, sino tambien convenience y ut. Un paseo me estimula profesionalmente y ala vez me da gusto alegrfa en el Peses ubanos Ss Ader pessoal me ere y consuelay log, para mf un place Al mlsmo tempo tenela cua de ume exclayascstea & Sgr sreando en tanto que me otecs como materia numer £08 objets pequenios vgs que desputo, en casn Saboro on ele ylignce (Waser 200852) Cuando paseamos, también debemos tomar algunas decisiones acerca de hacia dénde enfilar nuestros pasos, como Henry David Thoreau® escribe en su libro Caminar (1861) Por qué resultae veces tn arduo decldishacia donitecaminar? Creo que existe en ls Naturaleza un sutll magnetismo y gue, st cedemos inconscientemente a 4, not drigira corrctamente. ‘No da igual qué senda tomemos. Hay un camino adecuado, ero somos muy propensos, por desculda y estupidez, a elegit 61 erréneo. Nos gustaria tomar ese buen camino, que munca he- ‘mos emprendico en este mundo realy que es simmbolo perfecto dde que deseactamos recorrer en el tindo ideale interion y sia veces hallamos ffeil elgir su direceidn, es con toda seguri ad-— porque atin no tiene existnciaelara en nuestra mente Preparado entonces nuestro equipaje y resueltos a recorrer et ‘mundo real ye! interior, nos disponemos a encontrar nuestras sends y aprendizales sobre “nuestra” ciudaslsComo bien dice Kohan (2004; 57), estas experiencias se basan ante todo en un aprendizaje pereep- tivo, que tiene que ver mds con la pérdida y el olvido de saberes que con la acumulacign y la memoria Cartografias para perderse Le figura el ldneur anuncia la del investign Walter Benjamin, Pargé Capitate del XOX Scola (1906; 574) 4C5mo nos preparamos para caminar, conocer y percibir el paisaje de los lugares, de nuestra ciudad desde estos sentidos? Tenemos Pues que prepacar cierto equipaje para nuestra contemplacién, ante 7 fabrcance dept ambieniasta. Es ambien el eoneepralizador cricas de desobedinels ci. que pueda, como decia Robert Louis ol espiritu de nuestro viaje". La mirada hecesita estar instrulda para desarrollar la capacidad de sentir el poder que tienen algunos objetos de hacernos levantar los ojos, para ‘generar percepciones preciosesy al mismo tiempo pensamientos que se desplacen a otros lugares conocidos 0 por conocer. En las mochilas, también hay mapas, pero los mapas que proponeitios en este libro son de otra clase: son mapas para aprender a perderse. ‘Antes de pensar cémo pueden ser los mapas ‘para perderse’, anali- ‘cemos 2 continuacién algunos momentos de la historia del vinculo tentre Jos mapas y los vigjeros, para imaginar otros posibles nuevos instrumentos cartogréficos, Probablemente, las primeras cartas y los primeros mapas hayan sido instrucciones para los recorridos y pere- grinaciones, como diarios anticipados d de las etapas que habie que cumplir par lugares por os cuales habia que pasar, dénde Entre el siglo XV yel XVII, el mapasse volv6: abandond el registro descriptivo del rect desaparecieron sus detalles pictdricos para pasar a ser un conjunto formal de lineas, colores y simbolos que represe donde transcurrta la vida en sociedad. A partir vigjeros se lanzaron al intento de trazar el mapa def desde el puntode vista cientifico positivista, el objet producir un mod ronte’ que, por medio de u en forma transparente y “objetiva’, representaralas caracteristicas de! terreno. Pero a pesar de su pretensién de totalidad y jerarqufas, todo ‘mapa es una produccién cultural, una coleccidn de c la 1ci6n; ademds, los mapas son y han sido instrumentos de dominacién y expresién del poder, Por wats ica apes on aruda de pneu do Ee tpicalones poles ola proyestn Se Msc Sie Ade Estas representaciones se offecen a los “extranjeros" como “docu 8 de identidad” de los teritorios, pero n id (Roca, kgeneralmente en contradiccién con la experiencia fluc: tuante y eambiante del entomo y de los procesos de los caminantes. Los planos y guias. congeladas y una vision binaria de las ciudades divididas entrelo que ble ylo que noes visable, clasificado ademis con estrellasen, fancién de su supuesto valor. Por otra parte, las ciudades son mucho mds que dibujes: las lneas no pueden representar las realidades de fa vida cotidiana de las préct pequefio, de la vecind: variedades de pasos y trayectorias pued aunque estos no pueden registrar lo que ha si Pasar: los girosy rodeos, los a del andar, y agrega: ‘Al donde el Certeau, 1996; 140) ‘Avancemos un poco més. El espacio es el lugar practicado, el lugar caminado, el lugar paseada, conte 12 del capt hos confesaba su deseo de organizar biograficamente el espacio de sit vida en un mapa. El mismo autor sefiala que: “No orientarse en una ciudad no significa mucho. Pero perderse en una ciudad como quien se plerde en tin bosque requiere de aprendizaje" (Benjamin, 2000; 13). somo pensar los paseos pedagdgicas como aprendizajes para perderse? El paseo por la ciudad es una pr Paseando podemo: practica. ¥ come los andares” y r para leer mapas e imaginar recor sgates y prac espacios, tomar senticios lterales y abrir caminos figurados, const aventuras y darles sentido propi M ae Un posible mapa para perdernos y practicar nuestra ciudad podria estar organizado en funcion de algu con las cuales Italo Calvino construy s + Temas: la memoria, el deseo, los signos, las: bios, [os ojos, el nombre, os muertos, al cielo, tisa, terror, lanto, aventura, iniciacién, desarraigo, lo eético, lo obsceno, la agresividad, la violencia, el odio. + Narrativas; comienzo, final, suspense, tiempos. + Lugaressimbslicas: desde afuera, desde adentro, familiar, enemiga, ‘el edén, el infierno, el mds allel purgatorio, la selva, la casa. + Instituctones. al paissje, ipologias y caracteres humanos, el de- siert, os lugares reales... ‘Seguin Calvo Montoro (1998; 77), Calvino aseguraba que la ciudad ‘como sfmbolo le habia permitido concentrar todas sus teflexiones, explora fa ciudad como las paginas de un bro cuya contenido son las palabras que la describen tanto como las trazas de la experiencia pero sabe que las palabras no alcanzan para ‘mundo: por eso int visibles imag iscursa del coleccionista, del afquedlogo, del los utopistas que persiguen las trazas dejadas a (Calvo Montoro, 1998; 75-93), Algo similar sucede con los 19 puntos de vista de los paseantes del capitulo 10 del Utises* de James Joyce (un cura. un nif, alguien que ‘compra en una tienda, una secretaria, un vendedorambulante de_libros, los hermanos, un subsherif un ciego, de un hombre recién fallecido, etcétera). Como sefiala Belén 7 Desde las sho de orks ci a madruged siguientes, dos pervonsiesvagen ‘Uno es un agente cache (2003; 22-23), Joyce “espacilia la tram de su Uses, proyec- horas del 16 do junio de 1904 sobre el mapa ‘capitulo frente a un mapa de! lector a partic de una es, iglesias, monumentos, arques, eteétera Por eso, ademds de los mapas convencionales, es necesario acer~ ‘carse a los lugares con otra clase de mapas y cartografia. taciones méviles y dindmicas, como redes sueltas'y abiert cada elemento transforma y se transforma en larelacién con los ots, como una especie de juego urbano con miltiples posibilidades, una ccartografla capaz de devolver a los paseantes y viajeros una responsa- Dilidad subjetiva en fa exploracidn, en lugar de Uimitarse dnicamente areconocerlo que esté ubicado en el territorio. Cualquier porcién del terrtoriolevainscripta yescritaensu super ficie el trazado de nuestras historias y todas las personas levamos en. nuestro cuerpo un mapa atravesado de recuerdos, un mapa de expe- riencias y registros subjetivos (Augustowsky, 2007; 26-27). Como ya Femos visto el lugar es una medida cruzads entre el espacio yla vida, es momento de dibujar esos nuevos mapas. sacri 5 ——— Compaitia ilustrada de viaje Buscar gufas de viaje e informacién del ugar a recorrer que tenga mas de cincuenta atjos de antigliedad (también se puede realizar con textos literarios de més de cincuenta af Transformar el viaje en una incursion a otro tiempo e historia del pensamiento, iy atentamente tadas los detalles, ocurrencias, incidentes y obstaculos de los personajes de las guias o relatos. ——— Pasear con mapas personales Los planos y croquis son un modo de conocer y también una herra: mienta para registrar nuestros viajes. razar una forma en el espacio, percit Sonides, guiarse por olores, vagabundear, captar el lugar, encon- tar objetos, recoger frases de carteles publicitaris, cbservar ala cetera, {que se camina, anotar sobre el mapa todo lo que captura 4a atencién, Recordar y registrar lugares de encuentro, conversa- clones y comentarios, descubrimientos, miedas, alegrias, juegos, ‘esperas, actividades. entorno més cercaro. Fue desarrollade por dos oneses, Masashi Nakaguma y unzo Okada. Cons! in zapatos por un plano de aproximadamente 10 m = 5 men donde se representa el espacio vital de fa comypidad involu- cada, can los nombres de ls calles yedificis pri imentos, et. Cada “camminante” sefala su casa y puede escribir 0

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