Por eso se va imponiendo desde hace unos años otra alternativa, la orientación
cognitiva, que trata de llenar el vacío existente entre el "input" y el "output"
(Genovard, 1981; Coll, 1987, 1989; Mayor, 1981; Beltrán, 1984) y, lo que es más
importante, pretende identificar, representar y justificar la cadena de procesos o
sucesos mentales que arrancan de la motivación y percepción del "input"
informativo y terminan con la recuperación del material y el "feedback"
correspondiente.