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 LA ECONOMÍA COMO FLUJO CIRCULAR
por W. Leontieff
Traducción del alemán de
*
 Félix Arias Schreiber Barba Cynthia Sosa Gómez Fidel Aroche Reyes Revisión de Fidel Aroche Reyes Cuando se observa la situación actual de la teoría económica se presenta en primer lugar un laberinto variopinto de principios y perspectivas fundamentales de las teorías del valor y del precio, conteniendo en su mayoría expresiones contradictorias, sin que alguna posición se imponga, como hace poco tiempo podía haberse dicho de la escuela de la teoría marginalista. No obstante, si se pasan por alto las críticas extremas y las introducciones generales, se llega a las explicaciones positivas, lo que lamentablemente y con frecuencia se torna muy difícil, por la presencia de terminologías entrecruzadas. Entonces las contradicciones no son tan severas como los propios teóricos creen. Lo que se observa es que las perspectivas fundamentales e incluso los métodos, van por cauces comunes, y si éstos no se condicen entre sí, ello se debe en gran parte a cuestiones de vocabulario. A la teoría económica no le va en lo absoluto tan desesperadamente mal, como algunos pesimistas (Gottlottlilienfeld, Stolzmann, Salin) sostienen.
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 Agradecemos los comentarios y observaciones de Oscar Ugarteche a una verisión anterior (N. de T.)
 
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Podría imaginarse, sin embargo, que lo común de las teorías particulares es meramente una cantidad de sobreentendidos que resultan familiares a cualquier
profesional
experimentado”
, sin conocimiento científico. La siguiente investigación se propone d
emostrar lo contrario. Ninguna “evidencia práctica”
es fundamento de la teoría económica actual, y en verdad no sólo de la actual, sino más bien aquella se apoya en concepciones muy abstractas, incluso apriorísticas. La economía como flujo circular. Este parece ser el lema que expresa más apropiadamente la esencia fundamental de la teoría económica moderna. Al hablar de teoría económica, no aludimos al conjunto del aparato conceptual de la investigación económica científica. Nuestra investigación considera solamente construcciones racionales, al modo de la teoría económica
“pura”
, por ejemplo, las leyes del precio
*
. Si a lo largo del presente análisis nos adentramos más profundamente en una cierta dirección, será con clara conciencia de que, tanto en el planteamiento de la cuestión como en la manera de responderla nos movemos en el círculo estrecho de las posibilidades de un método aislado. Nunca se trata de lo que Es; solamente de lo que es Posible. No obstante, en este intento se cruzan las barreras de la propia teoría del precio. Es nuestro parecer empero, que el método abstracto no está circunscrito del todo a una determinada área del conocimiento, sino que más bien caracteriza a un determinado nivel de conocimiento. Es del todo comprensible que el conocimiento racional se haya dirigido en primer lugar hacia aquellos fenómenos que, según su esencia y contenido, puedan ser portadores de una racionalidad subjetiva, hacia los fenómenos del mercado de la economía capitalista. En esto coinciden, por decirlo así, la teoría y la práctica. Así se explica el sobreentendido trivial
de la mayoría de las “leyes de
l
precio”.
 
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 Walras define la teoría pura como la teoría de la determinación de los precios, Walras L. (1874)
Eléments d´économie politique pure, ou Théorie de la richesse sociale
. Oeuvres Economiques Complètes Vol. VIII, Paris: Economica, 1988
 
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En la medida empero en la que se establece que incluso en esos límites estrechos no se encuentra del todo ninguna cultura pura del
homo oeconomicus
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, se abren entonces tan sólo dos caminos positivos para la teoría económica abstracta. Ya sea que se mantenga el paralelismo entre el razonamiento teórico y el práctico, elaborando la teoría como una disciplina normativa (una teoría de la economía correcta
1
), o bien, se deja de lado la conexión directa entre el esquema del conocimiento racional y el objeto de conocimiento racional. También se intenta conocer racionalmente cosas que contradicen la razón práctica o que no tienen nada que ver en lo absoluto con ella
. Nos servimos acá del último de los métodos. Pero precisamente por ello, deben suprimirse todas las barreras exteriores al conocimiento racional; asimismo deben por ello aflorar con especial claridad sus limitaciones internas. Ni siquiera la más elaborada hipótesis contiene una afirmación sobre la realidad. En este sentido podría decirse que la teoría racional no es en lo absoluto conocimiento, sino un mero instrumento de conocimiento. Consideramos asimismo la teoría del flujo circular como un instrumento de conocimiento y creemos poder constatar que tal instrumento ha probado ser eficaz a lo largo de la evolución del conocimiento científico económico. Es un fenómeno frecuente considerar y formular inicialmente a determinados elementos de un sistema teórico hayan formulados como cualidades inmanentes del objeto de conocimiento, para separarse poco a poco, y finalmente ser reconocidos como principios metodológicos, es decir, exógenos. También el flujo circular económico ha sido objeto de consideración teórica desde hace mucho tiempo; sin embargo, apenas recientemente se le trata de manera consciente como un fenómeno específico.
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En latin en el original (N.de T.)
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 Por ejemplo Erns Schuster
Wistschaftstheorie und Wirstschaftspraxis [Teoría éconómica y práctica económica]
1928 I. Bensheimer, Mannheim.
 Esta fisura epistemológica puede ciertamente repararse con facilidad. Si se encuentra un concepto más genérico, y también cuando se encuentra un concepto aparentemente irracional, es posible encontrar su justificación racional. Ese es el sentido del racionalismo filosófico: ¡todo ser es racional!

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