Cátedra I
Según Torfing, el análisis de discurso debe tomarse como una analitica que es
contexto-dependiente (porque se inserta en superficies discursivas que construyen lo
social como significativo), histórico (porque se adentra en la historia ya escrita) y subjetivo
(porque busca develar las verdades locales que rondan los horizontes ideológicos) de las
formaciones discursivas, y que busca comprender estas formaciones que constituyen
formulaciones de la sociedad desde una postura vacía y no-objetiva, sin apegarse a un
campo privilegiado de aplicación.
Este análisis del discurso sostiene que lo social está atravesado por una negatividad y
que esta negatividad es lo que constituye la apertura de lo social y permite (la apertura)
dotar a la sociedad de formulaciones de proyectos políticos basados en éticas y
racionalidades contingentes.
Torfing establece tres fases del análisis discursivo:
- En la primera fase, se centra en las limitaciones que representan el reduccionismo
de clases de marx, sosteniendo que la solución es crear un espacio para generar
ideologías que no pertenezcan a una cierta clase.
- En la segunda fase, entra el concepto de hegemonía, y retoma a Gramsci, quien
desplaza la idea marxista de que solamente las clases fundamentales pueden
convertirse en hegemonías, argumentando que ese concepto puede formularse
como la articulación de la identidad social, donde se construye subjetividad.
- En la tercera fase se establece el nacimiento del antagonismo social, ligado a una
carencia estructural que deviene en una construcción de la sociedad como parte de
un todo recompuesto.
El otro elemento constitutivo de la política es el poder que ofrece al orden social un espacio
común entre los hombres articulando e instituyendo por encima del conflicto y a
pesar de el.
1) Pensando la política como un ámbito junto a otros de la vida social (ya sea Estado o
sistema político).
2) como subordinada a fuentes externas inmodificables para la acción humana (como
la historia, la biología).
En ambos casos, la política se reduce a ser administradora de las leyes de los otros
ámbitos sociales (por ejemplo, la economía) o las de esas instancias que imponen unas
reglas irresistibles (por ejemplo, la historia entendida de modo teleológica).
Franzé vincula esta perspectiva con la idea del buen orden fundamentando que su rol será
el de buena administradora de lo que está producido en otro lado, de lo que ya viene dado y
trasciende. Construye el buen orden entendido como vida buena, seguridad individual o
realización de la humanidad en una sociedad sin clases.
DESVENTAJAS DE LA DISTINCIÓN
En lo político la desventaja radica en que la violencia conlleva a una lucha por el sentido
que termina dañando la subjetividad de los actores implicados.
VENTAJAS DE LA DISTINCIÓN
La distinción presenta ventajas en el sentido de que permite distinguir entre una política
creativa y no violenta por ser no Estatal, y otra administrativa y reproductora del orden y por
tanto violenta por ser estatal.
Permite distinguir entre el orden dado como algo construido históricamente, es decir, la
lucha por el sentido (disputa de sentido dentro de un orden establecido), y la otra forma de
verla es la que establece al orden históricamente dado (concepción más tradicional).
La distinción entre ambos es productiva si se la utiliza para pensar que los fenómenos
políticos no se circunscriben al Estado y para distinguir entre una lógica de la política
específica por obligatoria para toda la sociedad y los órdenes históricos que esa lógica
permite construir como sentido sedimentado (acumulación histórica de sentido, es el
resultado de las luchas por la hegemonía. Condiciona la socialización política de los sujetos
pero no cancela los procesos de resignificación).
El rol del mito político para la constitución de actores políticos y sociales radica en que el
mito se centra en la voluntad de acción del actor político que termina por modificar a la
sociedad en un sentido igualitario, es decir, que esa voluntad tiene la facultad de perdurar
en el tiempo al no proporcionarle una descripción de la realidad exterior puramente objetiva,
dejando abierta la posibilidad de que ese actor se desarrolle como actor político. Esto quiere
decir que el mito aporta a la construcción de una realidad política modificable.
Un ejemplo de esto podría ser cuando ocurrió la Revolución Cubana, en la que la figura del
Che Guevara pasó a ser inmortalizada y a adquirir un sentido y una significación otorgados
por la comunidad política que fue testigo de sus actos.
El conflicto se vuelve el núcleo de lo político (S. XX con Schmitt). El Estado recurre a una
violencia legítima (policía) para establecer el orden social . Ese “otro” extranjero y enemigo.
Arendt: La política concebida como aquella que emerge o aparece cuando los hombres se
encuentran para tratar los asuntos comunes a partir de la palabra y la acción.
Orden social no es una totalidad cerrada, por ende, pueden desatarse conflictos que son
evidentes en ciertos momentos históricos.
Las nuevas subjetividades permiten poner en cuestión al orden social a través de la
producción de nuevas decisiones y acontecimientos. Además, dejan en evidencia la
contingencia del orden social porque ponen en duda la naturalidad de este orden. Esto
genera la expansión del campo de disputas y el terreno para la rearticulación de la
subjetividad colectiva, que posibilitan la emergencia de nuevos sentidos (formaciones
discursivas novedosas) para significar las relaciones sociales que componen un orden
social histórico.
La reconfiguración de la subjetividad colectiva constituye la posibilidad de construcción
de sujetos políticos con capacidad de acción y lucha por el orden social. Es decir, que
genera la desnaturalización de los sentidos hegemónicos al rearticular las subjetividades.
La situación social en la cual las demandas tienden a reagruparse sobre esa base negativa
genera la primera precondición para que se dé el populismo.
Cada demanda individual a través de los vínculos equivalenciales se pone en conjunto con
otras demandas
Significante flotante: Se dan cuando unas demandas están sometidas a los intentos
antagónicos de una pluralidad de proyectos antagónicos (partidos políticos con una
problemática social en común, por ejemplo: el aborto legal, seguro y gratuito), es decir,
cuando ciertas demandas que están inscriptas en una cadena de equivalencias se
inscriben en otra. (Ejemplo: para un neoliberal los significantes flotantes tales como
libertad, propiedad e individuo se acolchan siempre bajo el punto nodal de la propiedad
privada tal como ellos la entienden se inscribirán en la cadena de propiedad privada. Es
decir, sólo hay libertad en la propiedad privada).
Los significantes flotantes son elementos discursivos privilegiados que fijan parcialmente
el sentido de la cadena significante, constituidos en el interior de “una intertextualidad que
los desborda” y cuya principal característica es su naturaleza ambigua y polisémica. Dan
cuenta de luchas políticas y semánticas por hegemonizar un espacio político discursivo.
Significante vacío: Elemento que otorga coherencia a la cadena por significarla como
totalidad (por ejemplo la justicia, el amor).
A diferencia de los primeros, los significantes vacíos son elementos particulares (“palabras
o imágenes”, “términos privilegiados”) que refieren a la cadena equivalencial como un
todo. Son significantes sin significado que, inscritos en momentos de cambio político y de
construcción de identidad popular, juegan un importante papel en la configuración de una
nueva hegemonía política Por ejemplo, "descamisados” fue un significante vacío en la
lucha social que encarnaron Perón y Eva.
Retoma las críticas de Schmitt para enfrentarlas a esta idea del liberalismo:
- Uno de los rasgos centrales del liberalismo (discurso filosófico) implica exclusión de
identidades colectivas, y justamente el criterio de lo político como dimensión
antagónica es esa discriminación amigo-enemigo, porque constituye una
formación del nosotros contra ellos y determina formas colectivas de identificación
(en este punto es cuando esa formación se vuelve política). Esto termina por
constituir esa dimensión antagónica y una esfera de decisión (pluralismo de
estados).
- El otro rasgo central del liberalismo (discurso filosófico) implica posibilidad de
consenso universal basado en la razón. Esto evidencia la negación del
antagonismo social porque éste último, al momento de tener que tomar decisiones
en la sociedad, revela el límite del racionalismo individual.
En base a estos rasgos, establece que lo político no puede ser erradicado porque
obtiene su energía de las más diversas antítesis (religiosa, moral, económica)
siempre y cuando éstas agrupen a la gente en términos amigo-enemigo.
Luego, se distancia de Schmitt, quien sostenía que sólo cabía la idea de pluralismo de
estados, para socavar en que la especificidad de la política democrática radica en el
modo diferente de establecer esa distinción amigo-enemigo que sea compatible con
el pluralismo (constitutivo de la democracia moderna).
En este punto, retoma a Staten, quien decía que el hecho de la creación de una identidad
implica establecimiento de una diferencia construida sobre la base de una jerarquía
(por ej: entre hombre y mujer, blanco y negro). La diferencia es precondición para la
identidad, es decir, la percepción de un otro que constituye su exterioridad.
Esto establece que el campo de las identidades colectivas se trata siempre de la creación
de un nosotros, que existe por la demarcación de un ellos.
Todo orden es político, y está basado en alguna forma de exclusión, es decir, siempre
existen otras posibilidades que han sido reprimidas y que pueden reactivarse. Las
prácticas articulatorias a través de las cuales se establece determinado orden y se fija el
sentido de las instituciones sociales son prácticas hegemónicas. Todo orden
hegemónico puede ser desafiado por prácticas contra hegemónicas, prácticas que va
a intentar desarticular el orden existente.
El enfoque alternativo para la teoría democrática que establece Mouffe, el cual se basa
en una nueva forma de establecer la relación nosotros-ellos, es el agonismo.
El agonismo establece esa relación de adversarios en vez de amigo-enemigo en la que
las partes en conflicto, si bien admitiendo que no existe una solución racional a su conflicto,
reconocen la legitimidad de sus oponentes. Aunque en conflicto se perciben a sí mismos
como pertenecientes a la misma asociación política, compartiendo un espacio simbólico
común, dentro del cual tiene lugar el conflicto. La tarea de la democracia entonces es
convertir el antagonismo en agonismo.
Lechner propone una redefinición del Estado (de los objetos) desde una mirada
latinoamericana desligada de la mirada europea. Establece que hay que dejar de depender
de los saberes europeos y crear los nuestros.
Se empezó a cuestionar la epistemología y construcción de saberes en las academias
latinoamericanas.
Este proceso de redefinición del Estado, es decir, de saberes e identidades
latinoamericanas, se vio atrasado por con respecto a Europa por la dictadura.
La posterior apertura democrática permitió abrir la construcción de saberes
académicos.
Lechner sostiene que no hemos construido ningún padre espiritual que diga que
América Latina tenga que construirse desde, por ejemplo, la pluralidad. No hay un relato
que se haya impuesto como hegemonía, como por ejemplo europa con Hegel y la razón.
No hay particular que se haya vuelto universal.
No tenemos imaginario que se suplante al individualismo europeo, ni a la idea del orden
social tal cual lo entendemos con europa, como la democracia.
Los límites son sociales y el Estado los traza. Por ejemplo, las fronteras de los países.
Cualquier sentido del mundo que se impone frente a otros es coercitivo, porque el Estado
demarca la línea del orden.
Al no existir relación social como materialidad pura, no hay sociedad en sí. Cualquier
sociedad en sí misma se reconoce en el orden imaginario, es decir, va a elegir por
relatos en qué imaginario va a dejar cohesionarse, y ese imaginario es el Estado.
Autor post marxista. Postula que todas las democracias son liberales.
La democracia tal cual la entendemos se inscribe en Inglaterra en el siglo XVII.
La idea de democracia es posterior al individualismo y al mercado, siendo que en Europa
las instituciones e ideologías del liberal capitalismo ya están establecidas, y la división de
clases aceptada.
En este sentido, el bien común es “para todos” aunque sosteniendo que es imposible
sostener esa felicidad porque ya está aceptada la división de clases, es decir, la
desigualdad.
La democracia liberal se apoya en dos grandes aspectos:
-El Mercado.
-La sociedad, entendida como la suma de intereses conflictivos, fruto de entender a los
seres humanos como maximizadores de ganancia y también la democracia naturaliza que la
felicidad pasa por la acumulación de bienes materiales en los seres humanos (esto llega
hasta el día de hoy).
La democracia también es un régimen al igual que el totalitarismo.
(sólo desarrollaremos la 1 y la 2)
Base utilitaria:
- Bentham: decía que la posesión de bienes materiales era básico para el logro de
las demás satisfacciones. La riqueza y el poder estaban estrechamente relacionados
porque cada uno es instrumento de producción en relación al otro. Los humanos son
los instrumentos dentro de esos conceptos.
- Mill: decía que la base del gobierno era el deseo de poder necesario para obtener
un objeto. El instrumento para lograr esto es el hombre. El poder es seguridad de
conformidad entre la voluntad de un hombre y los actos de otro. Esto conforma una
sociedad que colecta individuos que buscan poder, y para impedir caos, hacían falta
derechos civiles y penales, pero según el utilitarismo, los mejores derechos eran los
que producen mayor felicidad para la mayor cantidad de personas.
La única forma de impedir que el gobierno desposea al resto de la gente es hacer que la
mayoría de esa gente revoque a los gobiernos. Postulaba que la democracia defiende a
sus miembros de la opresión a la vez que emplea funcionarios opresores.
Surgieron dos cambios a mediados del siglo XIX que requerían un modelo de
democracia distinto.
Los obreros empezaron a verte como una amenaza a la propiedad privada, y la condición
de la clase obrera estaba haciéndose tan inhumana que los liberales no podían aceptarla
como justificable moralmente ni como inevitable económicamente.
El hijo de Mill fue el precursor de este modelo, y estaba convencido de que no se podía
seguir excluyendo a los pobres debido al aumento de sus capacidades de organización, no
tampoco podían seguir viviendo en la indigencia.
Para esto, partía de la base de que había que transformar los modelos de hombre y
sociedad de Bentham.
Tomaba como objetivo que la gente necesitaba protección contra el gobierno, pero
entendía que había que proteger también las posibilidades de mejorar la raza humana. Se
centraba en lo que la democracia podría aportar al desarrollo del ser humano.
Lo establecía como modelo moral por la visión de que la humanidad mejore, y esa mejore
radica en aumentar el desarrollo de la propia personalidad de los miembros de la sociedad.,
el desarrollo más alto y armonioso de sus facultades hasta alcanzar un todo completo y
coherente.
El hombre es un ser capaz de desarrollar sus capacidades y ejercerlas, no es un mero
consumidor y apropiador.
Se comienza a hablar del triunfo de la democracia luego de la caída del muro de Berlín, y se
le da una significación a la democracia de acuerdo al origen de su composición, siendo esta
el poder del pueblo, pero nace en ese mismo sentido el interrogante de ¿dónde vemos el
poder del pueblo?.
Para disipar confusiones debidas a dos autores modernos, Rousseau y Tocqueville, se
establecen sus concepciones de democracia.
- Para Rousseau, este tipo de régimen podría ser realizable para un pueblo de dioses
y no un pueblo de humanos, en la medida que la identidad del soberano y del
príncipe implica que el cuerpo político decida colectivamente todo y ejecute
colectivamente todas sus decisiones. Los atenienses no serían como tal un modelo
pero sí un ejercicio de algunas acciones democráticas de ejercicio del poder
realizables.
- Tocqueville realiza esencialmente una descripción sociológica y no política, la
igualdad de condiciones constituye el movimiento general de las sociedades
humanas que él lo proyecta mediante un tipo de institución, sobre el conjunto de
sociedades modernas, y que las lleva a rechazar las antiguas discriminaciones
sociales. Esta concepción sería políticamente inutilizable porque pone en mira una
sociedad perfectamente democrática en donde la igualdad de condiciones es
perfectamente realizable pero el conformismo de los ciudadanos es el que pone el
poder en manos de los gobernantes.
~ GENTE, ENCONTRÉ MI TRABAJO FINAL DE HIST DE LAS IDEAS (sobre el libro Rebelión
en la Granja). ME FUE BIEN ASÍ QUE LO SOCIABILIZO POR SI ALGUIEN LO QUIERE USAR!
SALUDOS. ~
El libro “Rebelión en la Granja” de George Orwell puede ser analizado desde muchas aristas
que podrían comprender la relación entre el capital representado por el hombre y los
trabajadores que serían los animales, la representación del líder de masas encarnado primero
por Snowball y luego más firmemente por Napoleón y la ideología marxista entre otros.
Para el presente trabajo se analizará las relaciones que se dan entre los animales y como dentro
de los mismos surgen diferencias que llevan a conformar claramente dos clases distintas: una
de dominados y otra, más elitista y para unos pocos, que domina desde la cual emerge con
fuerza la figura del líder representado por el chancho Napoleón.
Se buscará analizar los motivos de estas correlaciones de fuerzas, en que contextos se dan y
cuales son los principales factores que favorecen la legitimación de una clase más alta y la
emergencia de un líder indiscutido con sus defectos y escasas virtudes. ¿Porqué los animales lo
siguen obedeciendo? Es otra de las preguntas a la que buscará dar respuesta a los largo del
este articulo.
“¿Porqué, entonces, continuamos en esta mísera condición? Porque los seres humanos nos
arrebatan casi todo el fruto de nuestro trabajo. Ahí está, camaradas, la solución de todos
nuestros problemas. Está todo involucrado en una sola palabra: Hombre.”[1]
Este es el puntapié inicial de la obra que nos permite ver a los animales unidos luchando contra
su único enemigo pero el desarrollo de la misma nos mostrará la progresiva división en castas
de los mismos, tema que será desarrollado en este informe.
Para dicho trabajo se utilizarán las obras de Antonio Gramsci[2], Nicolás Maquiavelo[3], Marx y
Engels[4], Max Weber[5], Juan Jacobo Rousseau[6], Thomas Hobbes[7] y Bobbio, Norberto
con otros.[8] Con los cuales se explicarán desde diferentes perspectivas el accionar de los
animales en la granja quedando así en claro que la obra analizada es un fiel reflejo a las
sociedades y a sus integrantes a través de los tiempos.
El libro comienza con el sueño del más viejo de los chanchos de la granja en el cual había
vislumbrado la formación de una sociedad de, por y para los animales, sin que éstos estén
sometidos a la explotación de los hombres que solo los usan para producir y son solo ellos los
beneficiarios de las ganancias de ese trabajo sin aumentarles siquiera las raciones de alimentos
en recompensa a lo producido.
La primera analogía claramente que aquí se ve es la representación del proletariado marxista en
los animales y la burguesía en el hombre, que los somete y son los únicos favorecidos. Karl
Marx y Friedrich Engel analizan esta lucha entre oprimidos (proletariado) y opresores
(burguesía) en donde el proletario debía levantarse para tomar el poder y así dejar de ser “una
mercancía como cualquier otro articulo de comercio, sujeta, por lo tanto, a todas las vicisitudes
de la competencia, a todas las fluctuaciones del mercado”[9]
En la obra de Orwell esto se ve con los animales ya que ellos desean librarse del hombre que
tanto los agobia y para los que solamente son el medio que los lleva a poseer más ganancias
mediante la venta sus huevos o leche, por ejemplo. “El hombre es el único ser que consume sin
producir. No da leche, no pone huevos, es demasiado débil para tirar del arado y su velocidad ni
siquiera le permite atrapar conejos. Sin embrago, es dueño y señor de todos los animales. Los
hace trabajar, les devuelve el mínimo necesario para mantenerlos con vida y lo demás se lo
guarda para él”[10], sostuvo el chancho llamado Viejo Mayor quien era el que había soñado con
esa sociedad en donde los animales vivan libres de toda opresión y sean los dueños de su
producción.
Bajo la consigna “todo lo que camine sobre dos pies es un enemigo. Lo que camine sobre
cuatro patas, o tenga alas, es un amigo”[11] conjugado con días de hambre y exceso trabajo; y
al grito de ¡Rebelión! los animales expulsaron de la granja a los humanos y tomaron el control de
la misma.
Luego de este episodio, se comienza a ver claramente la división en dos castas de los mismos.
Por un lado, los cerdos que eran capaces de leer y escribir, quienes eran los que tomaban las
decisiones y establecían las reglas de convivencia. Por otro lado, el resto de los animales de los
cuales solo unos pocos lograban entender de qué se trataba todo porque no habían sido
educados ya sea por ineptitud propia o por falta de voluntad por parte de los chanchos.
Vemos así, la conformación de una elite que es la encargada de dirigir a una masa, entendida
como un grupo que “no tiene otra función política que la de una fidelidad genérica del tipo militar
a un centro político visible o invisible”[12]. Dentro de la masa se pueden situar al caballo, a las
gallinas, a las ovejas y a las vacas entre otros. Ellos son los que solamente se limitan a aceptar
las reglas del juego que le plantean los cerdos a través de las leyes que éstos mismos
dictaminan. La mayoría de ellos no saben leer por lo que resulta obvio que a medida que las
leyes de Granja Animal se van modificando a gusto de la elite ellos crean en la palabra de
Squealer cuando justifica sus acciones diciendo que probablemente todo haya sido un sueño.
Max Weber define a la dominación como “un estado de cosas por el cual una voluntad
manifiesta (“mandato”) del “dominador” o de los “dominadores” influye sobre los actos de otros
(del “dominado” o de los “dominados”) de tal suerte que en un grado socialmente relevante estos
actos tienen lugar como si los dominados hubieran adoptado por si mismos y como máxima de
su obrar el contenido del mandato (“obediencia”)”[13] y así mismo sostenía que para la
dominación de una parte de la sociedad (en este caso, una sociedad animal) debía existir un
móvil inevitable, un mínimo interés que haga que la otra parte siga obedeciendo; en este caso
es la posibilidad de que el Sr. Jones (dueño de la Granja) vuelva.
Los animales prefieren seguir bajo el mandato de los chanchos antes de desobedecerlos y
provocar el retorno del hombre, “ella sabía (Clover) que, aun como se presentaban las cosas,
estaban mucho mejor que en los días de Jones y que, ante todo era necesario evitar el regreso
de los seres humanos. Suceda lo que suceda, permanecería leal, trabajaría fuerte, cumpliría las
directivas de Napoleón”[14]. El prevenir el retorno del hombre era el móvil que llevaba a que los
animales de la granja aceptaran cualquier directiva de la clase dominante que a pesar de todo,
eran animales.
Dentro de la elite o clase gobernante entendida como aquella que “cumple todas las funciones
políticas, monopoliza el poder y goza de las ventajas que lo acompañan”[15] es interesante
analizar la figura de Napoleón como líder de los animales de la granja, aquel que es capaz de
ejercer todo su poder para conseguir sus objetivos.
Este personaje es el único autorizado para romper las leyes impuestas, asesinar a sus
semejantes, comercializar con enemigos quienes a la larga se convertían en aliados y de crear
adversarios para realzar aún más su figura.
En este ultimo caso podemos citar a todo lo que se creo en torno a Snowball y su expulsión de
la granja: se lo acusó de tirar abajo el molino construido por ellos, de robar alimentos durante la
noche lo que provocaba la escasez y justificaba la merma en las raciones de comida, de
confabularse con el enemigo (identificado con el hombre) para que éste vuelva a ocupar la
granja que tanto les había costado obtener, “un príncipe sabio, siempre que la ocasión sea
propicia, debe hacerse algunos enemigos, para aumentar su crédito y grandeza
venciéndolos”[16] afirmaba Maquiavelo y esto, era lo que hacía Napoleón quien mediante la voz
de Squealer que hacía las veces de portavoz del líder se adjudicaba las hazañas del cerdo
expulsado como propia además de mantener bajo control los posibles focos de resistencia que
podrían surgir en la masa: ya que quitarle el poder a Napoleón significaría el retorno de Jones
porque cruzando los límites de Granja Animal estaba Snowball conspirando junto a los hombres
contra ellos.
“Algunos disputan acerca de si es mejor que el príncipe sea más amado que temido: y yo pienso
que de lo uno y de lo otro necesita. Pero como no es fácil hacer sentir en igual grado a los
mismos hombres estos dos afectos, habiendo de escoger entre uno y otro, yo me inclinaría al
último con preferencia”[17] propósito que se logró con la masacre llevada a cabo por los perros
que acompañaban al cerdo cuando una noche éste preguntó quienes de los animales se
encontraban aliados a Snowball. A medida que se iban reconociendo tratos con el desterrado,
los perros iban asesinando a los confesos “traidores” porque “cuando las leyes no alcanzan es
necesario recurrir a las fuerzas”[18].
Napoleón no reparó en romper las leyes animales o modificarlas a su conveniencia como por
ejemplo para ocupar la casa de Jones, su ropa o comercializar con los vecinos el producto del
trabajo de sus camaradas que en un principio debía ser usado por los animales y era solo para
ellos. Maquiavelo escribía en su libro que “todo el arte consiste en representar bien el papel y en
saber disimular y fingir; porque los hombres son tan débiles y tan incautos, que, cuando uno se
propone engaña a los demás, nunca deja de encontrar tontos que se dejen”[19]
Esta era la tarea de Squealer que justificaba cualquier acción de Napoleón y cualquier
modificación de las leyes diciendo que probablemente los demás animales lo hubieran soñado o
imaginado: “les aseguro que la resolución prohibiendo comercializar y usar dinero nunca había
sido aprobada, ni siquiera sugerida. Era pura imaginación, probablemente atribuible a mentiras
difundidas por Snowball”[20], sostuvo el animal en uno de los cuestionamientos por el accionar
de Napoleón.
Es evidente que el principal motivo de obediencia era el retorno del hombre con quien los
animales habían sufrido la explotación a cambio de nada. En este sentido es importante, resaltar
el papel de las ovejas quienes luego de ser entrenadas por los chanchos, cuando se presentaba
algún problema irrumpían al unísono con “dos pies no, cuatro patas sí” entonado durante varios
minutos lo que provocaba que cualquier reclamo perdiese vigencia.
Este objetivo en común que encontraban los animales para permitir el autoritarismo de Napoleón
es lo que Rousseau definía como parte esencial del vinculo social “porque si no hubiera un
punto en el que todos concordasen, ninguna sociedad podría existir” [21] que deriva
inevitablemente en las leyes que nos regirán como sociedad que en la obra de Orwell eran
cambiadas continuamente por los puercos ya que el resto de los habitantes de la granja no
sabían leer por lo que eran fácilmente engañados.
Es importante analizar el papel de Squealer en la obra quien podría ser considerado como un
intelectual orgánico según definición de Antonio Gramsci porque este sería quien ocupe el lugar
de conector entre las decisiones que tome la cúpula dominante y la comunicación de éstas a la
masa; es quien mediante saltos y palabras ornamentadas intenta persuadir de que lo que
propone el líder es lo correcto fortaleciendo desde allí la concepción de hegemonía que es
definida como las ideas de la clase dominante.
Maquiavelo afirmaba que “un príncipe prudente debe, por lo tanto, conducirse de modo que en
todo tiempo y en cualquier trance, estén persuadidos sus súbditos de que le necesitan y no
pueden pasar sin él. Así siempre le sarán fieles”[22] y ésta, era la principal actividad de Squealer
quien para justificar la utilización de camas por parte de los chanchos adujo que “nadie estima
más firmemente que el Camarada Napoleón, el principio de que todos los animales son iguales.
Estaría muy contento de dejarles tomar sus propias determinaciones. Pero algunas veces
podrían ustedes adoptar decisiones equivocadas, camaradas, ¿y donde estaríamos entonces
nosotros?”[23] Mostrando claramente que el único capaz de guiarlos en el Líder.
Mínimus quien es otro chancho es otro de los intelectuales orgánicos que rodea a Napoleón: es
él el encargado de modificar las letras en las canciones y de componer las poesías que se
oraban religiosamente por los animales de la granja. Todas ellas de manera obligatoria.
Dentro de este grupo también se encontraría al caballo Boxer quien si bien no era un intelectual
porque a penas sabía recitar hasta la cuarta letra del alfabeto, era respetado por sus pares, por
el resto de la masa que admiraba su fortaleza, sus ganas de progresar y de trabajar casi sin
descanso alguno. Recitaba continuamente las frases “Napoleón siempre tiene razón” y
“trabajaré más duro” que inspiraban a sus compañeros. Si Boxer creía en algo, todos los hacían.
Nicolás Maquiavelo describía en su obra El Príncipe el ideal de gobernador que debía ser,
justamente, una monarquía pero Antonio Gramsci en su obra Notas sobre Maquiavelo, sobre la
política y el sobre el Estado moderno afirma que ya no debe ser un príncipe el ideal de líder sino
un partido político que define como “la primera célula en la que se resumen los gérmenes de
voluntad colectiva que tienden a devenir universales y totales”[24] lo que no quita la posibilidad
de la existencia de dos clases dentro de una misma sociedad: gobernantes y gobernados.
Por esto, es esencial remarcar que si bien la figura de Napoleón se erige como la del líder visible
detrás de él hay un conjunto de animales que llevan adelante el proyecto de mantener para sí la
granja del Sr. Jones,
“La historia de un partido, en suma, no podrá ser menos que la historia de un determinado grupo
social”[25] es la razón por la cual la Rebelión de los animales no se expande fuera de los limites
de la Granja Manor.
Como conclusión se podría decir que las diferencias entre las clases sociales existieron a lo
largo de toda la historia: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros
días es la historia de las luchas de clases (…) opresores y oprimidos que se enfrentaron
siempre, mantuvieron una lucha constante”[26] sostenían Marx y Engels.
Esta lucha es propia de cada contexto y los protagonistas son representaciones del mismo por
eso, es necesario comprender que los cambios que se dan en un determinado lugar raramente
puedan repetirse en otro.
Los animales no pudieron expandir su Rebelión a lo largo y ancho de Inglaterra porque
terminaron actuando como sus explotadores imponiendo su propia voluntad sobre la conducta
ajena.
¿Qué hace que los animales prefieran a Napoleón quien termina comportándose como un
humano? La imposibilidad de organizarse, ya sea por imposibilidad propia o por conveniencia de
las clases más altas que les denegaban la educación por ejemplo.
Hasta que el explotado no tome conciencia de su condición, hasta no despojarlo de todo lo
material seguirá en la misma condición. La Rebelión fracasó en la concientización.
[1] ORWELL, George, Rebelión en la Granja, Buenos Aires, Guillermo Kraft Limitada, 1955
[2] GRAMSCI, Antonio. Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno.
Parte I Capitulo I: El príncipe moderno, México, Juan Pablos Editor, 1976
[4] MARX, Karl. y ENGELS, Friedrich. El manifiesto comunista, Barcelona, Crítica, 1998.
[5] WEBER, Max. Sociología del Estado. Capitulo IX: Sociología de la dominación,
[6] ROUSSEAU, Jean J., El Contrato Social, Selección de cátedra, México, Porrúa, 1992.
[8] BOBBIO, Norberto et al. Diccionario de Política, México, Siglo XXI, 1991.
[10] ORWELL, George, Rebelión en la Granja, Buenos Aires, Guillermo Kraft Limitada, 1955.
Pág. 13
[12] GRAMSCI, Antonio. Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno.
Parte I Capitulo I: El príncipe moderno, México, Juan Pablos Editor, 1976. Pág. 30
[13] WEBER, Max. Sociología del Estado. Capitulo IX: Sociología de la dominación. Pág. 699
[14] ORWELL, George, Rebelión en la Granja, Buenos Aires, Guillermo Kraft Limitada, 1955.
Pág. 102
[15] BOBBIO, Norberto et al. Diccionario de Política, México, Siglo XXI, 1991. Pág. 519
[16] MAQUIAVELO, Nicolás. El Príncipe, Madrid, Planeta, 2001. Pág. 136
[20] ORWELL, George, Rebelión en la Granja, Buenos Aires, Guillermo Kraft Limitada, 1955.
Pág. 79
[21] ROUSSEAU, Jean J., El Contrato Social, Selección de cátedra, México, Porrúa, 1992. Pág.
14
[23] ORWELL, George, Rebelión en la Granja, Buenos Aires, Guillermo Kraft Limitada, 1955.
Pág. 68
[24] GRAMSCI, Antonio. Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno.
Parte I Capitulo I: El príncipe moderno, México, Juan Pablos Editor, 1976. Pág. 12
"El principal efecto de 1989 es que el capitalismo y la riqueza han dejado, por el momento, de
tener miedo". (Eric HOBSBAWN: El día después del fin del siglo).
"La república democrática es la mejor envoltura política de que puede revestirse el capitalismo"
(V.I. LENIN: El Estado y la Revolución.)
La teoría de Francis Fukuyama, director delegado del Cuerpo de Planeamiento de Política del
Departamento de Estado de los Estados Unidos, acerca del fin de la historia, a partir de su
publicación en l989 (acompañando los procesos de desmoronamiento de los regímenes de
Europa Oriental y la perestroika de Gorbachov) viene teniendo particular difusión, dado el
contexto de predominio ideológico liberal y particularmente neoconservador que caracteriza la
producción intelectual en la presente etapa del capitalismo.
"Podríamos resumir el contenido del estado homogéneo universal como democracia liberal en la
esfera
política combinada con un fácil acceso a video caseteras y estéreos en lo económico".
Políticamente este desarrollo significa -y en ello Fukuyama utiliza a Kojéve- la existencia del
liberalismo como estado homogéneo universal. Se trata de que, al no existir regímenes políticos
superiores, y al haber fracasado los modelos que se pretendían alternativos, la democracia
capitalista aparece como el régimen político absoluto e ideal. Este habría resuelto todas las
inquietudes ideológicas planteadas y el país representativo de aquél, los Estados Unidos de
Norteamérica, habría satisfecho incluso los máximos y extremos ideales de igualdad y libertad:
"Como Kojeve advirtió, el igualitarismo de los Estados Unidos de hoy representa el logro
esencial de la sociedad sin clases previsto por Marx "
1989, para Fukuyama, al igual que lo fue 1806 después de la batalla de Jena para Hegel,
muestra el fin de la historia, en el sentido del fin de los regímenes políticos.
"(...)en el fin de la historia no es necesario que todas las sociedades se conviertan en exitosas
sociedades liberales sino que terminen sus pretensiones ideológicas de representar diferentes y
más altas formas de la sociedad humana"
Es, pues, el fin de las ideologías y de la historia. Paradójicamente, después de todo, un triunfo
ideológico. Es el ajuste de cuentas, en este plano, que el capitalismo y el liberalismo hacen al
"socialismo realmente existente" en retirada mundial. Después de que el mismo capitalismo
había vivido, como señala Hobsbawn, en todo el siglo XX frente al fantasma de sus propias
limitaciones y debilidades como sistema y con el temor de la posibilidad de un sistema
alternativo.
La primera tesis, pues, de Fukuyama tiene que hacer con la afirmación que absolutiza como
definitivo, a partir de la consideración de la situación de los regímenes socialistas, el triunfo en la
historia del liberalismo como sistema político. Las criticas,
por ello mismo han estado orientadas a este respecto, a considerar el carácter arbitrario de tal
deducción. Ya no solo desde el punto de vista de la realidad material de los regímenes liberales
que en su historia real se hallan lejos de los modelos teóricos remisibles a los ideólogos de la
Ilustración, sino porque en realidad nada descarta la posibilidad de emergencia de teorías y
prácticas políticas nuevas. Probablemente es aquí donde se ve el franco carácter apologético de
las tesis de Fukuyama.
Ello resulta más claro cuando se sigue su razonamiento. La preeminencia del liberalismo en lo
político y del capitalismo en lo económico -y de la cultura del consumismo en lo cultural- estará
segura si se descartan lo que, a juicio del funcionario del departamento de Estado, son las dos
principales posibles amenazas de magnitud atendible: la presencia de movimientos religiosos en
política y el papel de los nacionalismos.
Los nacionalismos resultan siendo otro fenómeno que podría ser entendido como de
posibilidades alternativas o que, en todo caso, genera conflictos en el seno del propio mundo
occidental capitalista. Fukuyama lo descarta por las siguientes razones:
b) hay que distinguir entre nacionalismos sistemáticos con pretensiones políticas definidas (el
nacionalsocialismo fascista, por ejemplo) de lo que podrían ser los nacionalismos tradicionales o
espontáneos. Sólo los primeros pueden ser considerados como posible alternativa - y en
realidad lo fueron, según Fukuyama,- a la idea liberal, pero fueron derrotados ideológica y
materialmente.
c) mientras el liberalismo como ideología cuenta además con un programa comprensivo para la
reorganización socioeconómica de la sociedad, los nacionalismos tradicionales no, y más bien
muchos de ellos se compatibilizan con el capitalismo.
d) en realidad para Fukuyama los nacionalismos son fuente de conflictos sólo en las
condiciones en que la democracia liberal es imperfecta, cuando el liberalismo es incompleto. El
perfeccionamiento de la práctica liberal debería subsumir los movimientos nacionales.
) Cuál es el resultado del fin de la historia desde el punto de vista de las relaciones
internacionales
?. Para Fukuyama se trata de una situación que aminora o desaparece los conflictos
internacionales. La hegemonía capitalista y el predominio absoluto del liberalismo harán que en
la sociedad post-histórica las luchas en gran escala entre estados desaparezcan. Se trata de la
"mercadización-común" de las relaciones internacionales.
La descripción que el propio Fukuyama hace del tiempo post-histórico no puede ser mas
patética: una sociedad unipolar, sin conflictos, incluso poco atractiva hasta para el mismo
Fukuyama:
"El fin de la historia será un tiempo muy triste. La lucha por el reconocimiento, la voluntad de
arriesgar la vida de uno por un fin puramente abstracto, la lucha ideológica mundial que pone de
manifiesto bravura, coraje, imaginación
e idealismo serán reemplazados por cálculos económicos, la eterna solución de problemas
técnicos, las preocupaciones acerca del medio ambiente y la satisfacción de demandas
refinadas de los consumidores. En el período post-histórico no habrá arte ni filosofía,
simplemente la perpetua vigilancia del museo de la historia humana.Puedo sentir en mí mismo y
ver en otros que me rodean una profunda nostalgia por el tiempo en el cual existía la historia.
Tal nostalgia de hecho continuará alimentando la competición y el conflicto incluso en el mundo
post-histórico por algún tiempo. Aunque reconozco su inevitabilidad, tengo los sentimientos mas
ambivalentes para la civilización que ha sido creada en Europa desde 1945 con ramales en el
Atlántico Norte y en Asia. Quizás esta misma perspectiva de siglos de aburrimiento en el fin de
la historia servirá para hacer que la historia comience una vez más."
COMENTARIOS.
"Junto al ocaso de este universo "campista" -el de los "campos" o polos: USA vs. URSS- está
emergiendo con celeridad inusitada un nuevo mundo de personajes inéditos, de "nacionalidades
sin historia" -hasta ayer ignoradas y discriminadas-, de sectores y de clases sociales, viejos y
nuevos, que en distintos niveles y escenarios pugnan por el derecho a ser considerados
ciudadanos con plenitud de derechos. En este propicio caldo de cultivo se incuban múltiples y
originales ideologías en un proceso que aparece ante nuestros ojos como un caos de partes
inconexas, mezcla original de nuevas y
viejas visiones del mundo". (Alberto DI FRANCO: Hacia dónde vamos ?).
La defensa abstracta e ideal del liberalismo que hace Fukuyama -sin diferenciar los modelos de
los ideólogos de la Ilustración de la practica concreta de la democracia capitalista- no puede ser
suficiente para sostener su preeminencia no solamente frente al fracaso del "socialismo
realmente existente" (efectivamente no democrático) sino frente a cualquier concepción posible
que se manifieste o se haya manifestado temporalmente en la historia social; o lo que es mas
grave, que esté en proceso de incubamiento y ebullición. En términos concretos, pretender la
superioridad política de manera definitiva del sistema de sufragio norteamericano -por señalar lo
más resaltante- no resiste el menor análisis. En todo caso, el argumento de Fukuyama que se
basa en tachar de marginal a cualquier forma política diferente no resulta suficiente.
3. La concepción que maneja Fukuyama acerca del papel que el marxismo otorga a la
ideología adolece del conocido recurso de deformar la teoría que se critica, en este caso la
teoría marxista. Sólo una interpretación totalmente mecánica del materialismo histórico, que no
se remite ni a Marx ni a quienes con posterioridad lo han desarrollado, puede
sostener que según el marxismo las ideologías cumplen un papel secundario en el desarrollo de
la historia. Textos como la carta de Engels a Bloch (21/9/1890) -por citar el más recurrido-
contestan de plano sus observaciones.
4. A su turno más bien el propio Fukuyama hace gala de un idealismo en algunos momentos
ingenuo o insostenible, de carácter francamente apologético, al sobreestimar el papel de la
ideología y de las opciones valorativas y culturales en casos como el del gasto militar en su país
o en los países capitalistas centrales en general, dejando de lado el inocultable peso económico
y la misma rentabilidad de los sectores dedicados a la producción de armas que dirigen dichas
economías.
"Las causas fundamentales de la desigualdad económica no tienen que ver con el substrato
legal ni la estructura social de nuestra sociedad. (...) La pobreza negra en USA no es el producto
inherente del liberalismo, sino más bien el legado de la esclavitud y el racismo que ha persistido
mucho después de la abolición formal de la esclavitud".
6. Finalmente, el mundo relativamente estable que plantea Fukuyama para la situación post-
histórica, no escapa tampoco, a pesar de sus propias vacilaciones, al marco idealista y
apologético que venimos anotando. Se trata para Fukuyama de un mundo en donde los datos
de la miseria, desocupación, apartheid, mortalidad creciente, desequilibrio ecológico, creciente
pobreza de continentes enteros, etc., resultan de segundo orden en el camino del fin de la
historia, de la preeminencia del liberalismo como sistema y del capitalismo como forma
económica. En ese mundo, en el campo post-histórico, sin ideologías, pero sí con la ideología
del fin de las ideologías, sólo puede tener sentido lo que Fukuyama reconoce como la "tristeza"
del "aburrimiento" o la "eterna vigilancia del museo de la historia". Esto último, ) puede
interpretarse, quizás, como el control, no precisamente liberal, que el centro debe ejercer en la
sociedad post-histórica sobre los países y sectores sociales que no hallándose en el vértice del
imperio tienen que resignarse a los límites de la historia, es decir a la condición colonial o
semicolonial ?.