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PERICIAS INMORALES.
En sede judicial, el juez es informado por un perito con relación a hechos que es menester
entenderlos por medio de dictamen pericial.
Ese dictamen debería contener, la información detallada de las operaciones de investigación
detalladas por el perito pasadas al lenguaje lego, a fin de que el juez llegue a la comprensión del
hecho, del acontecimiento o de la cosa que, estática o dinámicamente, es materia de
investigación.
No existe diferencia entre un perito entre un perito judicial y un perito extrajudicial. Tampoco
existen diferencias entre los peritos de parte o consultores técnicos y los designados por el Poder
Judicial.
Las diferencias consisten en el hecho de que, los llamados “consultores técnicos”, como los
“peritos de parte” han sido todos designados por el Juez, pero los judiciales, no han sido
designados sino por la proposición de la parte denunciante, demandante o demandada o
denunciada. Su proposición es extrajudicial, mas no su nombramiento. Por ende, incurre en el
delito de falso testimonio, el perito de parte o consultor técnico que suministrara dolosamente
falsos informes.
Los extrajudiciales, son igualmente “peritos”, y no cabe decir y denominar simplemente “perito”
a los designados por los jueces.
Cuando existe un dictamen pericial extrajudicial, puede presentárselo como elemento de prueba
documental en la demanda, contestación, denuncia, querella, defensa penal, o lo que fuere.
Esto es altamente conveniente, desde que el o los peritos designados por el juez, saben, que
otro experto, un perito extrajudicial, ha señalado hechos de su conocimiento respondiendo a un
mismo cuestionario, o similar. El juez, al momento de dictar sentencia, debe evaluar todos los
elementos de prueba incorporados a una causa y no sólo los informes de los peritos por él
designados. Habitualmente, estos últimos no realizan unidos la diligencia, por lo que se llega a
soluciones contradictorias en los dictámenes. Si la función de los peritos es la de ilustrar al juez,
debe solicitarse, exigirse, bajo pena de nulidad de la pericia, que la misma sea realizada
nuevamente con la presencia de los demás peritos designados por el juez.
Impugnar la pericia significa señalar los errores de razonamiento y los errores de los que parte
el análisis. Por ejemplo, levantar velas en el dictamen, de que el objeto a periciar era una mano
completa, se lo hizo con un dedo. Así partimos de una pericia con una base falsa a partir de la
cual, los errores de razonamiento son concatenados. Es exactamente lo mismo que expresar los
agravios en un recurso de apelación, donde le decimos a la Cámara de Apelaciones, los errores
cometidos por el razonamiento seguido por el juez de primera instancia.
Pero esto lo podemos hacer como abogados, mas, si lo hacemos como tales sin estar
debidamente ilustrados sobre la cuestión pericial, es poco importante nuestro razonamiento, ya
que no podemos como abogados, establecer un nexo de conexión entre el conocimiento
específico del experto y el nuestro en materia legal.
Por lo tanto, es preferible, que previamente, se cumplan los pasos anteriormente expuestos,
porque de otra manera, no puede ni el juez, ni los letrados indicar la falla de razonamiento.
Son muchas las pericias posibles, pero podemos partir de una clasificación básica: a) las pericias
en materia de ciencias exactas, b) las que de alguna manera dependen del obrar humano aún
cuando se expresen de manera de ciencia exacta.
En el primer caso, tenemos que el perito debe informar, para entendimiento, o el entendimiento
mas factible de realizar, a su vez, los abogados y las partes deben realizar un esfuerzo semejante
para ilustrarse, no digo acabadamente, sino lo suficiente, para poder comprender el sofisticado
lenguaje del perito. El peso de esa tarea no debe recaer sobre uno u otro exclusivamente, debe
estar debidamente repartido.
El pedido de explicaciones reside en el hecho mismo del que estamos hablando, la falta de la
debida ilustración, del pasar del lenguaje experto al lenguaje lego con el mayor esfuerzo posible
de parte de quien solicita la explicación, como de parte de aquel que debe darlas.
En muchos casos los peritos judiciales se limitan a referirse a sus dictámenes anteriores ante las
impugnaciones, como respecto del pedido de explicaciones.
No existe diferencia en este caso, entre el perito que no ha aceptado el cargo que le propuso el
juez, con respecto a que nos hizo perder un tiempo formidable rechazando las explicaciones y
las impugnaciones. En estos casos el perito judicial puede ser responsable de un juicio por los
daños y perjuicios que su subjetividad ha ocasionado.
Suele encontrarse en los interrogatorios que se realizan a los peritos, cálculos de posibilidades.
Y dichos cálculos, por llamarlos de alguna manera, son perfectamente posibles de responder.
Los peritos que realizan pericias que de alguna manera dependen del obrar humano aún cuando
se expresen de manera de ciencia exacta, pueden informar posibilidades. Esto es muy
importante, pues, conforme se ha dicho en esta página, el daño, posible, cierto, que aún no ha
ocurrido, pero que tiene chances ciertas de ocurrir, serias, debe ser informado. El perito no debe
decir que de esta manera realiza futurología, puesto que hay hechos que, estadísticamente
suceden y eso conforma las máximas de experiencia pericial, que es la experiencia del perito
que también se debe informar al juez.
Teniendo en cuenta que no es resarcible el daño futuro sino el actual, ciertamente cuando de un
hecho es altamente factible un daño adicional, el perito debe informarlo, desde su experiencia,
todo a fin de ilustrar al juez. Adviértase que en esos daños futuros, en los cuales existen serias
posibilidades de que un daño adicional ocurra, el perito debe informar desde su experiencia
particular. La jurisprudencia en estos casos tiene dicho que la sentencia que se pronuncia sobre
un daño aún no acontecido pero que, es bastante factible que ocurra, la sentencia debe
pronunciarse sobre el daño actual y ese futuro de alta factibilidad, desde que no es estrictamente
hablando “futuro” sino que lo que se señala, por los jueces, es que ese “daño futuro” no es el que
se indemniza, sino el “que habla de la envergadura del daño actual”, el cual, sí es indemnizable.
Por tales razones, si una persona tiene un grado de avance de cáncer IV, el perito no puede decir
que no puede hacer futurología, pues debe informar desde su experiencia particular, que un
resultado muy probable sea la muerte de la persona.
"A fin de determinar la existencia del daño psicológico, que es una patología, una enfermedad
de carácter transitoria o permanente, resulta imprescindible la intervención de un experto, la
realización de una pericia médico psicológica que la diagnostique y establezca la posibilidad de
recuperación y tratamiento adecuado para lograrlo, como así también su costo"
En aquellos peritos que de alguna manera dependen del obrar humano aún cuando se expresen
de manera de ciencia exacta. Como lo es el caso de un perito contador, el mismo debe siempre
ilustrar desde su experiencia, como en los casos de fraude posible. No transmitiendo ese
conocimiento de su carrera profesional, retacea al juez, el conocimiento que ha adquirido por
experiencia y, es susceptible de ser denunciado por falso testimonio, en el caso, por haber
callado. No necesariamente existe fraude, cuando alguien oculta algo, o retacea información al
perito, por el sólo hecho de que se está defendiendo de la persecución judicial. Es precisamente
la persecución judicial la que falla, por obra y gracia de las omisiones de los peritos, y el
ocultamiento de información, triunfa gracias a la inoperancia pericial.
Se llama así ( cadena de causalidad adecuada ) a lo que suele suceder conforme al orden normal
y ordinario de las cosas, lo que llamamos muchas veces “daño futuro”, conforme hemos definido,
como “envergadura del daño actual” en esta página, o lo que muchas veces no se puede
establecer un cálculo preciso, puede establecerse como una cadena de probabilidades.
El ejemplo más típico – por lo extremo - y conocido por la justicia y por los abogados en esta
materia es el disparo con un arma de fuego al pecho de una persona. El perito, en estos casos,
aunque no tenga específicamente calculado por donde entró la bala, y la misma ha tocado el
corazón y por ello se causó la muerte. No es factible que el perito responda a este interrogante
señalando “que no tiene establecido el lugar de perforación por el cual ha ingresado la bala, por
lo que no puede decir si la muerte ha sido ocasionada por el disparo del arma de fuego”. Hay
casos semejantes, en todas las competencias y fueros, no sólo en el penal. El perito debe realizar
maniobras de descarte de posibilidades y señalar lo más probable. Porque si bien, no puede
hacer un cálculo posible, sabe POR SUS MÁXIMAS DE EXPERIENCIA TÉCNICA, que lo mas
factible, es, conforme al orden normal y ordinario de las cosas dentro del punto de vista técnico,
que la causa de la muerte, haya sido, el disparo con arma de fuego. El perito que no responda a
un interrogante en el que no ilustre al juez desde las MÁXIMAS DE EXPERIENCIA TÉCNICA,
no debe ser remunerado por su función, desde que la misma no ha existido. Señalo que el
ejemplo dado, insisto, es extremo, pero sirve como elemento de demostración de las malas praxis
periciales.
Se presentan situaciones en las cuales en experto designado por el juez, escribe sin el menor
esfuerzo de acercarse al lenguaje lego. No existen muchos fallos, al respecto, pues, por lo
habitual, en alguna medida, muy pequeña, por cierto, hacen ese esfuerzo. Pero también es
notable la cantidad de veces en que su dictamen, es absolutamente ininteligible para las partes
como para el juez.
Directamente hay que anular la pericia, designar otro perito idóneo, ya que es nulo el acto por el
cual no se cumple la finalidad para el que fue realizado. En cada paso procesal tenemos una
finalidad, y, si la misma, no se cumple, en la medida de lo razonable, siendo “lo razonable” lo
inteligible del lenguaje, corresponde entender que, en el caso, no ha se ha cumplido la finalidad
de la peritación, y por lo tanto corresponde declarar nulo a ese dictamen pericial, que necesita
de otro experto, para que nos la haga entender. La nulidad de la pericia, se refiere a la falta de
idoneidad o capacidad profesional del experto, casos en los cuales, no tiene títulos académicos
suficientes. Esta puede pedirse en cualquier momento, puesto, que determinarse, si por ejemplo,
hubo a su respecto “inhabilitación” para el ejercicio de la medicina, constituye un hecho del que
no podemos estar informados. Si esto ocurrió recientemente, el perito esta en las listas oficiales,
y realiza una función pericial, no podemos, enterarnos, muchas veces a tiempo. No
necesariamente tiene que existir título habilitante. Si bien las acordadas de las Cortes, lo exigen,
muchas veces no contamos con un profesional específico del área, y, como lo que importa en
mayor medida es el conocimiento mas que el título, pueden ser nombrados, por el juez, personas
que demuestren idoneidad o conocimiento en el arte o ciencia de que se trate el tema.
En este tópico, los tribunales se muestran reticentes y se guían mucho por los diplomas, pero no
es el caso el estar super diplomado, desde que la ciencia, como tal, no es algo estático, y quienes
la cambian, y mejoran, y descubren, generalmente no son personas diplomadas.
Las pericias son nulas o anulables, cuando se demuestra, que el perito, no es idóneo, o se
advierte que no puede completar su dictamen, como también en aquellos casos en los cuales lo
que pericia, lo que examina, no es lo que se le interroga o su dictamen contiene elementos que
no han sido respondidos, supuesto en el cual, la pericia, evidencia, haberse realizado sobre otro
elemento que no es el consignado para ser examinado. La pericia es el examen, de cosas, de
lugares, de personas, el dictamen las conclusiones de dicho examen.
La actividad del perito es reglada, por lo que, de pedirse la nulidad, el abogado, lego en la materia,
tal como el juez, no debe señalar con cuáles elementos no se ha podido defender, carga que
imponen los Códigos de Procedimiento para otras situaciones.
No estoy muy de acuerdo con soluciones límites como que, para entender el dictamen, como
ordenar el secuestro de libros contables, máquinas de computación, allanamientos de distinta
índole, al sólo efecto de poder comprender la pericia. Si la misma no ha servido a los fines para
los cuales ha sido promovida como elemento de prueba, corresponde la designación de un perito
idóneo. Y al que habla en idiomas meramente técnicos y no ilustrativos hasta llevarnos a estos
extremos, hay que removerlo de su función, pues, por lo general, vamos a estar en la misma
situación, ya que el perito, no sabe tender un puente de entendimiento al lego juez y a los legos
partes. Sin perjuicio de esto, en situaciones donde puede desaparecer fuente de prueba, habrá
que acudir a estos remedios, situaciones a las que se llega, generalmente, por la mala praxis
pericial.
PERICIAS INMORALES.
Los Códigos Procesales permiten a las partes como a sus letrados estar presentes en el
momento de la pericia, para realizar observaciones al perito, de lo que consideren conveniente
que tenga en cuenta.
Sin embargo, existen situaciones en las cuales los peritos permiten el ingreso de los letrados, y
aún de la parte adversaria, cuando, por ejemplo, se trata de el cuerpo de una persona viva,
atropellada por un automóvil de la parte adversaria en juicio, o que sean expuestos, desde esta
perspectiva, las respuestas que una persona perturbada, mentalmente, y como ejemplo, da, de
su vida íntima ( pericia psicológicas, psiquiátricas, médicas, etc ). Si bien es cierto que las partes
y sus letrados están habilitado para concurrir a ese tipo de pericias, por su inmoralidad debe
prohibirse la concurrencia. Los Códigos Procesales establecen que toda la prueba es de lícita
producción, salvo que afecten la moralidad, las buenas costumbres, no afecten derechos de
terceros,- entre los cuales está el derecho a la intimidad –. El perito es equivalente al juez, al
momento de realizar la pericia, y puede expulsar a letrados y partes. Dirige el procedimiento
pericial. Pero a mas de la mayor parte de las veces, no saberlo, no puede en casos límites,
reglamentar una pericia notablemente inmoral. Al respecto, la leyes muchas veces violadas
dicen:
Por su lado el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación indica el mismo concepto:
"Art. 469. - Forma de practicarse la diligencia. Los peritos practicarán unidos la diligencia, si no
tuvieren razón especial para lo contrario. Las partes y sus letrados podrán asistir a ella y hacer
las observaciones que consideraren pertinentes, debiendo retirarse cuando los peritos pasen a
deliberar."
"Art. 376. - Medios de prueba. La prueba deberá producirse por los medios previstos
expresamente por la ley o por los que el juez disponga, a pedido de parte o de oficio, siempre
que no afecten la moral, la libertad personal de los litigantes o de terceros, o no estén
expresamente prohibidos para el caso.
Los medios de prueba no previstos se diligenciarán aplicando por analogía las disposiciones de
los que sean semejantes, o en su defecto, en la forma que establezca el juez."
...
I.- OBJETO
II.- FUNDAMENTOS
III.- PETITORIO: