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MIEMBRO DE LA RED

2018
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SOCIOLOGÍA DE LAS RELACIONES
INTERNACIONALES

LOS DERECHOS HUMANOS COMO ARQUETIPO


DE ESTAS TENSIONES: “DEMOCRACIA Y
DERECHOS HUMANOS”

INTEGRANTES
• Fabio López
• Alexia Nicora
• Andrea Urquhart
• Andrés Riveros
• Jazmin Valdéz
• Florencia Romero

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ASPECTOS GENERALES

El trabajo presentado, haya sus bases y fundamentos en los análisis de la correlación entre
los Derechos Humanos y la Democracia. Se presenta como punto de partida la expresión
‘’Los derechos humanos como arquetipos de estas tensiones: democracia y derechos
humanos’’, para entender de mejor manera a qué punto se quiere llegar. Es sabido que los
Derechos Humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de sexo, nacionalidad, color, religión o lengua. Todos tenemos los mismos derechos,
sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e
indivisibles.

El principio de universalidad de los Derechos Humanos es la piedra angular del Derecho


Internacional de los Derechos Humanos. Este principio, tal como se destacó inicialmente en
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se ha reiterado en numerosos
convenios, declaraciones, y resoluciones universales de Derechos Humanos. En la
Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, por ejemplo, se
dispuso que todos los Estados tienen el deber, independientemente de sus sistemas
políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y
las libertades fundamentales. En contrapartida con la Democracia, todos los Estados han
ratificado al menos uno, y el 80% de ellos, cuatro o más, de los principales tratados de
Derechos Humanos, reflejando así el consentimiento de los Estados para establecer
obligaciones jurídicas que se comprometen a cumplir, y confiriéndole al concepto de la
universalidad una expresión concreta.

Los derechos humanos son la mejor expresión de todos los valores que caracterizan a un
sistema político democrático. Mientras el constitucionalismo norma los procedimientos,
deberes y garantías para la práctica de la democracia en un Estado de derecho, su aspiración
se concretiza en los derechos humanos, esto es, el interés de un régimen democrático se
orienta a mejorar la vida de los seres humanos que integran la sociedad.

De ahí que la democracia constitucional sea reconocida como un régimen de gobierno que
mezcla principios formales y sustanciales. En tanto estos principios sustanciales convergen
en el reconocimiento, salvaguarda y protección de los derechos humanos.

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INTRODUCCIÓN

DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos establecen las condiciones indispensables para garantizar la


dignidad humana y hacer posible que las personas vivan en un entorno de libertad, justicia
y paz. Hablan del principio de igualdad, del derecho a la vida y a no sufrir torturas, del
asilo, de la libertad de expresión y de conciencia, pero también de la educación, la vivienda
y del acceso a la salud y a la cultura.

Los derechos humanos engloban derechos y obligaciones inherentes a todos los seres
humanos que nadie, ni el más poderoso de los Gobiernos, tiene autoridad para negarnos. No
hacen distinción de sexo, nacionalidad, lugar de residencia, origen nacional o étnico, color,
religión, lengua, edad, partido político o condición social, cultural o económica. Son
universales, indivisibles e interdependientes.

DEMOCRACIA

Entendemos por democracia que es una forma de gobierno del Estado donde el poder es
ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de
decisiones políticas.El mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el
sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, a través del cual elige a sus dirigentes o
representantes para un período determinado.Pero, por otro lado, enfocándonos en nuestra
tema, puede ser entendida como una doctrina política y una forma de vida en sociedad, y su
principal función es el respeto por los derechos humanos, consagrados por la Organización
de las Nacionales Unidas, la protección delas libertades civiles y de los derechos
individuales, y la igualdad de oportunidades en la participación en la vida política,
económica y cultural de la sociedad.

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DERECHOS HUMANOS: SENTIDO HISTÓRICO Y CONDICIONES

La Segunda Guerra Mundial se había librado violentamente de 1939 a 1945, y al


aproximarse el fin, las ciudades de toda Europa y Asia yacían en ruinas humeantes.
Millones de personas murieron, millones más quedaron sin hogar o morían de hambre. Las
fuerzas rusas se acercaban, rodeando los restos de la resistencia alemana en la bombardeada
capital de Alemania, Berlín. En el Pacífico, los infantes de Marina de Estados Unidos
todavía estaban luchando con las fuerzas japonesas atrincheradas en islas como Okinawa.

En abril de 1945, delegados de cincuenta naciones se reunieron en San Francisco, llenos de


optimismo y esperanza. La meta de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Organización Internacional era crear un organismo internacional para promover la paz y
evitar guerras futuras. Los ideales de la organización se establecieron en el preámbulo al
Acta Constitutiva que propusieron: “Nosotros, la gente de las Naciones Unidas, estamos
decididos a proteger a las generaciones venideras del azote de la guerra, la cual dos veces
en nuestra vida ha producido un sufrimiento incalculable a la humanidad”.El Acta
Constitutiva de la nueva organización de las Naciones Unidas entró en vigencia el 24 de
octubre de 1945, fecha que se celebra cada año como Día de las Naciones Unidas.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Para 1948, la nueva Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se había
apoderado de la atención del mundo. Bajo la presidencia dinámica de Eleanor Roosevelt
(viuda del presidente Franklin Roosevelt, defensora de los derechos humanos por derecho
propio y delegada de Estados Unidos ante la ONU), la Comisión se dispuso a redactar el
documento que se convirtió en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Roosevelt,
a quien se atribuyó la inspiración del documento, se refirió a la Declaración como la Carta
Magna internacional para toda la humanidad. Fue adoptada por las Naciones Unidas el 10
de diciembre de 1948.

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En su preámbulo y en el Artículo 1, la Declaración proclama, sin lugar a equivocaciones,
los derechos inherentes a todos los seres humanos: “La ignorancia y el desprecio de los
derechos humanos han resultado en actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la
humanidad, y la llegada de un mundo donde los seres humanos gocen de libertad de
expresión y creencia ysean libres del miedo y la miseria se ha proclamado como la más alta
aspiración de la gente común... Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad
y derechos”.

Los países miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a trabajar juntos para
promover los 30 Artículos de los derechos humanos que, por primera vez en la historia, se
habían reunido y sistematizado en un solo documento. En consecuencia, muchos de estos
derechos, en diferentes formas, en la actualidad son parte de las leyes constitucionales de
las naciones democráticas.

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MARCO NORMATIVO DE DERECHOS HUMANOS

Los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar
elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal son elementos esenciales
de la democracia. A su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección
y la realización efectiva de los derechos humanos. Esos valores se han incorporado en
la Declaración Universal de Derechos Humanos y han sido elaborados aún más en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos que consagra una multitud de derechos
políticos y libertades civiles en que se basan las democracias significativas.

El nexo entre democracia y derechos humanos figura en el artículo 21 inciso 3 de la


Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece: ‘’La voluntad del pueblo es la
base de la autoridad del poder público; esta voluntad se debe expresar mediante elecciones
auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por
voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto’’.

Los derechos consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales y en instrumentos de derechos humanos posteriores que abarcan los derechos de
ciertos grupos (por ejemplo, los pueblos indígenas, las mujeres, las minorías, las personas
con discapacidades, los trabajadores inmigrantes y sus familias) son igualmente esenciales
para la democracia habida cuenta de que garantizan la inclusión de todos los grupos,
incluyendo la igualdad y equidad con respecto al acceso a los derechos civiles y políticos.

Durante muchos años la Asamblea General de las Naciones Unidas y la ex Comisión de


Derechos Humanos trataron de valerse de los instrumentos internacionales de derechos
humanos para promover una comprensión común de los principios, las normas, y los
valores que constituyen la base de la democracia, con miras a orientar a los Estados
Miembros para la formación de tradiciones e instituciones democráticas internas; y atender
sus compromisos en cuanto a derechos humanos, democracia y desarrollo.

Ello llevó a articular varias resoluciones de la ex Comisión de Derechos Humanos que han
constituido un hito. En el 2000, la Comisión recomendó una serie de importantes medidas
legislativas, institucionales y prácticas para consolidar la democracia (resolución 2000/47);
y en 2002, la Comisión declaró lo siguiente como elementos esenciales de la democracia:

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• Respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales
• Libertad de asociación
• Libertad de expresión y de opinión
• Acceso al poder y su ejercicio de conformidad con el imperio de la ley;
• La celebración de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto
secreto como expresión de la voluntad de la población;
• Un sistema pluralista de partidos y organizaciones políticas;
• La separación de poderes;
• La independencia del poder judicial;
• La transparencia y la responsabilidad en la administración pública;
• Medios de información libres, independientes y pluralistas.

Desde su creación en el 2006, el Consejo de Derechos Humanos (sucesora de la Comisión)


ha adoptado una serie de resoluciones que destaca la interdependiente y mutua relación que
se refuerza entre la democracia y los derechos humanos. Algunos ejemplos recientes
incluyen las resoluciones 19/36 y 28/14 sobre "Los derechos humanos, la democracia y el
Estado de Derecho".

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MEJORAR LAS CARENCIAS DEMOCRÁTICAS
COMO HINCAPIÉ PARA EL MEJOR DESARROLLO DE LOS DD.HH

Los déficits de la democracia, las instituciones débiles y la pobre gobernanza son algunos
de los principales problemas para la realización eficaz de los derechos humanos. La Oficina
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tratan de abordar esos problemas
mediante sus servicios consultivos y programas, que se centran en el fortalecimiento del
marco jurídico para la protección de los derechos humanos y su promoción (reforma
institucional y jurídica); la creación de sistemas nacionales de derechos humanos más
fuertes; la implementación de las recomendaciones de la Revisión Periódica Universal; la
inclusión de los segmentos de la sociedad más vulnerables y en situación de desventaja para
reivindicar sus derechos; y la promoción de la conciencia y educación en derechos
humanos.

En las democracias en transición y los países que emergen de conflictos, el ACNUDH


colabora con los gobiernos y los actores nacionales para construir un poder judicial fuerte e
independiente, un parlamento representativo, eficiente y responsable, una institución
nacional de derechos humanos independiente y eficaz, y una sociedad civil dinámica. En
contextos inestables el PNUD se centra especialmente en los derechos humanos a través de
su programa sobre el Estado de Derecho, Justicia, Seguridad y Derechos Humanos,
planificando los proyectos con las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos, en más
de 80 países; incluso a través de la disposición del Punto Focal Mundial sobre la Justicia,
Policía y Correcciones, y de la alianza entre el PNUD, DPKO, ACNUDH, UNODC, ONU
Mujeres y otros.

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PROMOCIÓN DE LA GOBERNANZA DEMOCRÁTICA

La gobernabilidad democrática, apoyada por las Naciones Unidas hace hincapié en el papel
de los individuos y de los pueblos - todos ellos, sin ningún tipo de exclusión - en la
conformación de su crecimiento humano y el desarrollo humano de las sociedades. Pero los
individuos sólo pueden hacer tales contribuciones cuando su potencial individual se desata
a través del ejercicio de los derechos humanos.

En el 2011, el PNUD ayudó a más de 130 países y dedicó $ 1500 millones en recursos para
la gobernabilidad democrática, haciendo del PNUD el mayor proveedor de este tipo de
asistencia en el mundo. El PNUD apoya uno de cada tres parlamentos en el mundo en
desarrollo y una elección cada dos semanas. En 2014, los programas del PNUD
fortalecieron los procesos electorales y ayudaron a registrar 18 millones de nuevos
votantes. Además, también trabaja para promover la participación, la responsabilidad y la
eficacia a todo nivel, con el objetivo de construir estados eficaces y capaces, responsables y
transparentes, incluyentes y sensibles – desde las elecciones hasta la participación de las
mujeres y los pobres.

La Oficina del Alto Comisionado sigue promoviendo la gobernanza democrática al


suministrar apoyo continuo a instituciones democráticas, entre ellas entidades e
instituciones nacionales involucradas en la administración de la justicia; al mejorar la
capacidad de los parlamentarios de participar en la protección de los derechos humanos; al
apoyar a la sociedad civil; al facilitar la creación de constituciones, y al vigilar los derechos
humanos en el contexto de los procesos electorales.

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APOYO A DEMOCRACIAS EN TRANSICIÓN

Los levantamientos populares a nivel mundial fueron dirigidos por los jóvenes, las mujeres
y los hombres de todos los estratos sociales, lo que ha logrado abrir espacios para la
participación ciudadana en la toma de decisiones. Las convocatorias de cambio son un
clamor popular en favor de las elecciones, la participación, la transparencia y el respeto por
un espacio democrático. Estos eventos han reafirmado la importancia fundamental de la
gobernabilidad democrática como un sistema que tiene como premisa la inclusión, la
participación, la no discriminación y la rendición de cuentas.

En las democracias en transición y en los países que salen de situaciones de conflicto, la


Oficina del Alto Comisionado colabora con los gobiernos y otras entidades nacionales para
enfrentarse al pasado a fin de restablecer la confianza del público, y restaurar la paz y el
imperio de la ley. La Oficina del Alto Comisionado ha apoyado activamente programas de
justicia transicional en más de 20 países en todo el mundo durante la década pasada. Su
apoyo incluye garantizar que factores de derechos humanos y justicia transicional se
reflejen en acuerdos de paz; participar en el diseño e implementación de consultas
nacionales globales sobre mecanismos de justicia transicional; apoyar el establecimiento de
procesos para descubrir la verdad, mecanismos de responsabilidad judicial, y programas de
reparaciones; y mejorar la reforma institucional.

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ORIENTACIÓN DE LOS ESFUEROS REGIONALES Y NACIONALES

En marzo de 2012, el Consejo de Derechos Humanos aprobó una resolución en la que


reafirmaba que la democracia, el desarrollo, y el respeto de los derechos humanos y las
libertades fundamentales son interdependientes y se refuerzan mutuamente. El Consejo
exhortó a los Estados a realizar esfuerzos continuos para fortalecer el estado de derecho y
promover la democracia, a través de una amplia gama de medidas. A partir de esta
resolución, la Oficina del Alto Comisionado, en consulta con los Estados, las instituciones
nacionales de derechos humanos, la sociedad civil, los organismos intergubernamentales y
organizaciones internacionales pertinentes, publicó un estudio sobre los desafíos, las
lecciones aprendidas y las mejores prácticas en la obtención de la democracia y el estado de
derecho desde una perspectiva de derechos humanos. Basándose en este estudio, en junio
de 2013 organizó un panel de discusión sobre estos temas, con la participación de expertos
internacionales. En marzo de 2015, el Consejo de los Derechos Humanos aprobó la
resolución 28/14, que establece un foro de derechos humanos, democracia y el estado de
derecho, y provee una plataforma, para promover el diálogo y la cooperación en temas
concernientes a éstas áreas. Este foro se llevará a cabo por primera vez en el 2016.

El ACNUDH también trabaja para subrayar la estrecha relación entre los derechos humanos
y la democracia dentro del sistema de las Naciones Unidas. En colaboración con el
Departamento de Asuntos Políticos y el Instituto Internacional para la Democracia y la
Asistencia Electoral (IDEA Internacional), el ACNUDH, organizó una’’Mesa Redonda
sobre Democracia y Derechos Humanos’’ en Nueva York en el 2011. La mesa redonda
analizó los movimientos democráticos y sus características, en una serie de Estados,
incluidos los que participan en la Primavera Árabe. La mesa a su vez subrayó la
importancia de trabajar con las organizaciones regionales y subregionales cuando se trate
de cambios inconstitucionales de gobierno, y en general cuando se promueven los
movimientos democráticos y las democracias.

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La Oficina del Alto Comisionado participa con otras partes del sistema de las Naciones
Unidas en la elaboración de un enfoque coherente a nivel de todo el sistema en lo que
respecta a la democracia y la asistencia constitucional. También trata de asociarse con
organizaciones intergubernamentales que promueven la democracia tales como
l’Organisation Internationale de la Francophonie, la Unión Interparlamentaria, la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y organizaciones
intergubernamentales regionales. La Oficina también proporciona apoyo dedicado al Fondo
de las Naciones Unidas para la Democracia , sirviendo de asesora para el necesario proceso
de adopción de decisiones sobre criterios para financiar el programa y propuestas de
proyectos.

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LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS: UNA RELACIÓN
COMPLEJA

Robert Alexy considera que hay tres posturas para el entendimiento de la relación entre
democracia y derechos humanos: la ingenua, la idealista y la realista. La primera no
reconoce ningún conflicto en las dos nociones puesto que ambas son parte de un mismo
ideario que comprende una diversidad de aspectos buenos y deseables de la vida pública de
un país, mientras que la segunda postura reconoce conflictos pero aspira a conciliarlos.
Finalmente, la tercera visión a la cual me refiero, considera que los derechos humanos son a
la vez democráticos y antidemocráticos.

Como analizaré más adelante, las obligaciones generales y el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, así como ciertas aproximaciones y filosofías políticas, implican la
subordinación de la democracia a los derechos humanos, aunque un entendimiento
sustancial de la democracia no considera esto como una limitante o un aspecto negativo,
pues los derechos humanos forman parte de la esencia misma de la democracia.

Existen Estados cuyo reconocimiento como regímenes democráticos se basa simplemente


en la existencia de elecciones limpias y periódicas -democracias formales o
procedimentales-, mientras que otras democracias no sólo contemplan estas acciones sino
que también buscan ideales o contenidos ético-políticos, como el respeto a los derechos
humanos y la igualdad socioeconómica y de oportunidades de los individuos. Es decir,
existen democracias formales o "sin adjetivos" en contraposición con otras que, además de
ser formales, buscan también ciertos ideales. Es así que en un primer análisis la relación
entre democracia y derechos humanos se torna compleja. Mientras que las democracias
formales pueden tener muy poca relación con el ejercicio de los derechos humanos, las
democracias sustanciales requieren forzosamente un apego a los derechos humanos, no sólo
aquéllos civiles y políticos, sino también a los derechos económicos, sociales, culturales y
ambientales (DESCA).

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También cabe hacer mención de las configuraciones y cambios institucionales específicos
que se requieren para que una democracia derive en el ejercicio pleno de los derechos
humanos. En este sentido, Davenport y Armstrong, con base en un análisis estadístico de
las prácticas de 149 Estados democráticos durante dos décadas, identifican claramente que,
a cierto nivel, la adopción de prácticas democráticas no tiene ningún impacto para
disminuir las violaciones de derechos humanos. Sin embargo, pasado el umbral de la
consolidación democrática, en donde se efectúan cambios estructurales que transforman a
la sociedad y a las instituciones, la democracia tiene un claro efecto para disminuir la
represión y las violaciones de derechos humanos por parte del Estado.

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LAS OBLIGACIONES GENERALES DE LOS DERECHOS HUMANOS

Con relación al punto anterior en donde el DIDH señala límites a los Estados, las
obligaciones generales demandan a los países respetar, proteger, promover y garantizar los
derechos humanos. Estas obligaciones se encuentran estipuladas en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos,el instrumento del DIDH más importante para los
países del continente americano.

La obligación de respetar consiste en no violar los derechos humanos, por lo que constituye
simplemente una acción negativa o de no interferencia. La obligación de proteger implica
que el Estado debe proteger a las personas de la violación de derechos humanos cometida
por particulares. Por otra parte, la obligación de promover implica poner a la disposición de
la sociedad la información necesaria para que los individuos conozcan sus derechos y sepan
cómo ejercerlos. Finalmente, la obligación de garantizar consiste en asegurar que todos los
individuos estén en posibilidad de ejercer efectivamente el pleno goce de los derechos
humanos.

A excepción de la obligación de respetar, el resto de las obligaciones acarrean no sólo una


acción de abstención, sino que demandan también acciones positivas, ya que los Estados
tienen que organizar todo el aparato gubernamental para poder efectuar campañas públicas
y mecanismos de difusión para informar a la población sobre sus derechos, así como una
serie de políticas públicas para prevenir, investigar y sancionar las violaciones de los
derechos humanos y reparar los daños. Es precisamente esta serie de acciones positivas,
que incluyen la adopción de medidas legislativas y reformas institucionales, la que provoca
tensión entre los derechos humanos y la democracia. Una vez más, los países no están en
posibilidad de llevar al grado absoluto el ejercicio de su democracia como Estados
soberanos, sino que la vida democrática debe ajustarse al respeto, protección, promoción y
garantía de los derechos humanos.

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Medina ejemplifica las implicaciones de dichas acciones positivas con el derecho al debido
proceso, dado que éste requiere que el Estado adopte medidas legislativas en torno al
derecho procesal, cree escuelas de derecho donde se capaciten abogados, provea asistencia
legal gratuita y fortalezca los tribunales. De igual manera, por ejemplo, para garantizar los
derechos reproductivos de las mujeres, el Estado debe adoptar leyes al respecto, crear o
fortalecer instituciones de salud pública, capacitar a médicos y emprender campañas
públicas con perspectiva de género. Todas estas acciones positivas implican una gran
inversión de recursos que no necesariamente son propuestos por los legisladores o
funcionarios elegidos democráticamente.

Es así que, nuevamente, los derechos humanos vuelven a dictar una manera de proceder,
limitando hasta cierto punto la total libertad de acción por parte del Estado. Sin embargo,
las directrices marcadas por los derechos humanos no determinan las reformas
institucionales o legislativas específicas a llevar a cabo, ya que los Estados pueden adoptar
diversas acciones y políticas públicas para lograr los mismos objetivos. Es decir, para
lograr una misma meta, los Estados pueden buscarla mediante distintas reformas
institucionales y acciones de diversa índole. Es por ello que, si bien las obligaciones
generales de los derechos humanos marcan límites a los Estados y en ese sentido subsumen
la democracia a los derechos humanos, esto no implica una merma en la vida democrática
de un país, entendida ésta desde una visión sustancial de la democracia.

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LA POSICIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LOS DISTINTOS MODELOS
DE DEMOCRACIA

La diversidad de regímenes democráticos en relación al grado de consulta y participación


ciudadana (democracias representativas vs. democracias directas o participativas y la
diversidad que existe entre estos dos tipos) también representa diferencias con respecto a su
relación con los derechos humanos. De manera general, podemos decir que la democracia
representativa consiste en la elección de gobernantes que representan los intereses de los
gobernados en un marco liberal de imperio de la ley, mientras que la democracia directa
incluye una serie de instrumentos que permiten a los ciudadanos participar activamente en
las decisiones del gobierno. Sin embargo, además de la diversidad en los modelos de
democracia, existe una diversidad de formas en que la democracia se puede configurar.

Lo relevante para el análisis de la relación democracia-derechos humanos es la manera


como los distintos modelos de democracia conciben al individuo en tanto sujeto de derecho.
En este sentido, la democracia representativa, especialmente en su versión formal o
procedimental, según la plantean Shumpeter y Dahl, pone el énfasis en la igualdad formal
de los individuos, lo que para efectos del ejercicio democrático se traduce en la necesidad
de celebrar elecciones periódicas donde todos los votos cuentan y cada voto vale lo mismo
(igualdad de voto). La democracia en este modelo no tiene un fin ético, solamente busca la
configuración de un orden político basado en la elección de gobernantes. Para lograr dicho
objetivo, lo que se requiere es el respeto a ciertos derechos civiles y políticos, tales como la
libertad de expresión, la libertad de asociación y el derecho a votar y a ser votado. Sin
embargo, el resto de los derechos no son contemplados como prerrequisitos para alcanzar
una democracia. Este modelo democrático está fundamentado en la filosofía política liberal,
misma que, como ya se mencionó, entiende al individuo como el centro del orden político,
asume igualdad moral entre los individuos y demanda la libertad negativa o no interferencia
del Estado, por lo que los derechos económicos, sociales y culturales no son contemplados.

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Un claro ejemplo de lo anterior es México en los años recientes, pues, a pesar de existir
democracia -cuestionable desde el punto de vista sustancial, esta democracia ha coexistido
con una violación rampante de los derechos humanos, infringida en gran medida por los
cuerpos de seguridad del Estado en el marco de la guerra frontal contra los grupos del
crimen organizado. Las violaciones más graves incluyen numerosos casos de tortura con el
fin de obtener confesiones, así como desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales
llevadas a cabo por militares, marinos y policías federales y estatales. Aun cuando existe un
Instituto Nacional Electoral (antes Instituto Federal Electoral) y se celebran elecciones
"limpias" y periódicas, la violación a los derechos humanos en México ha llegado a niveles
de crisis humanitaria. Adicionalmente, existe una desigualdad social que da cuenta de la
falta de cumplimiento de los DESCA. Es decir, debido a que la democracia en México es
entendida desde una visión formal o procedimental, las violaciones a los derechos humanos
no restan legitimidad a las prácticas democráticas.

Por otra parte, las democracias directas y participativas conciben al individuo de distinta
manera. De manera similar al republicanismo, estas democracias consideran indispensable
el desarrollo de las capacidades de los individuos, así como la virtud cívica expresada por
medio de la participación en los asuntos públicos. El derecho a desarrollar estas
capacidades y la virtud cívica, por tanto, requieren no sólo de la selecta gama de derechos
civiles y políticos para la elección periódica de gobernantes, sino del más alto grado de
salud, educación y bienestar social, lo que, como ya se ha mencionado a lo largo del escrito,
depende de acciones positivas que garanticen los DESCA.

De la misma forma, aun cuando la democracia participativa no está libre de ciertos


problemas como la manipulación o la demagogia, la amplia participación ciudadana de este
modelo tiende a incorporar decisiones en beneficio de los distintos grupos sociales, lo cual
es logrado mediante los distintos instrumentos de la democracia directa (referéndum,
iniciativa popular y revocación del mandato).

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LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CONFORMACIÓN DEL ESTADO DE
DERECHO Y SU RELACIÓN CON UN ESTADO DEMOCRÁTICO

Aun cuando no existen definiciones consensuadas sobre los términos "Estado de derecho",
"Estado democrático de derecho" y "Estado constitucional de derecho", se puede afirmar
que cada uno de ellos tiene un énfasis distinto.

El primer término, Estado de derecho, al igual que la democracia, puede definirse con
visiones formales y sustantivas. Raz, Summers y O'Donnellconfieren visiones formales que
se acercan más a la definición de "imperio de la ley", es decir, el control del gobierno
mediante determinadas normas. Por otra parte, se encuentran los autores que otorgan una
definición más sustancial al Estado de derecho, como Díaz y Vázquez.Este último, por
ejemplo, desde una perspectiva liberal igualitaria reconoce que no basta la primacía de la
ley, sino que también se necesita la responsabilidad de los funcionarios, el control judicial
de constitucionalidad y el respeto de los derechos humanos. Una vez más, los derechos
humanos se vuelven condición fundamental de las visiones sustanciales. Aunque no son un
requerimiento para la existencia y respeto a las leyes, sí forman parte esencial de una visión
sustantiva en donde las leyes están dotadas de contenido ético.

Por su parte, la noción de Estado democrático de derecho denota no sólo el respeto a la ley,
sino también los rasgos y mecanismos que constituyen a la democracia. Sin embargo, como
ya se discutió previamente, no sólo existe una gran diversidad de modelos de democracia,
sino también un amplio rango de visiones normativas sobre ella, por lo que existen también
diversas aproximaciones a la noción de Estado democrático.

Lo que es relevante para el análisis de la relación democracia-derechos humanos es la


manera en que los derechos humanos guían y acotan los ejercicios democráticos. Para el
Estado democrático de derecho, cuando se piensa en la inclusión de los derechos humanos,
éstos claramente toman una posición privilegiada sobre la democracia, pues, como
menciona Ferrajoli, a las mayorías se les debe sustraer el poder de suprimir el poder de las
minorías.

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Como un ejemplo, puede existir un plebiscito para aprobar la pena de muerte o la expulsión
masiva de migrantes indocumentados -lo cual sería un ejercicio democrático en una visión
formal-; esto podría ejecutarse con apego a la ley -lo cual sería válido en un imperio de la
ley o una visión formal del Estado de derecho-, pero no podría existir desde una visión
sustantiva del Estado de derecho en donde se consideren los derechos humanos y donde
éstos tengan un papel preponderante sobre la democracia.

En esta discusión también cabe mencionar el término Estado constitucional de derecho, el


cual dota de contenido ético al derecho e impide la adopción de leyes contrarias a los
derechos humanos. Nuevamente, y tal como se discutió en el apartado de garantías
primarias, los derechos humanos se privilegian sobre la democracia, dado que los
congresos, como órganos elegidos democráticamente, se ven limitados en su acción
legislativa por los derechos humanos.

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EL EFECTO DE LAS GLOBALIZACIONES EN LA RELACIÓN DERECHOS
HUMANOS Y DEMOCRACIA

Podríamos decir que tanto la conformación de Estados democráticos como el apego a los
derechos humanos son en sí mismos fenómenos de globalización, que aunque surgieron
principalmente en el mundo occidental, ahora está configurando gran parte de los
ordenamientos políticos de los Estados modernos.

Los distintos fenómenos de globalización y los localismos globalizados, en sus facetas


económicas, sociales, políticas y culturales, tienen un efecto importante sobre los derechos
humanos y las democracias actuales, así como en la relación entre estos dos. Un ejemplo
muy claro es el impacto que tienen los aspectos de globalización económica en el
funcionamiento de las democracias con respecto al ejercicio de los derechos humanos. Es
innegable que estas globalizaciones conllevan flujos financieros y fuerzas mercantiles que
rebasan a las democracias actuales en tanto ordenamientos estatales. Es así que los Estados
han perdido fuerza frente a las compañías multinacionales, por lo menos en lo que respecta
a su vida económica. En este sentido, las economías de mercado, como aquellas de los
países latinoamericanos después de la década de 1970, han mostrado que la pobreza ha
aumentado a pesar del crecimiento económico, es decir, existe una acumulación diferencial
del capital que conlleva una creciente desigualdad socioeconómica. Los grupos favorecidos
en este fenómeno son siempre los que constituyen "La Triple Alianza", es decir, las
multinacionales, las élites capitalistas locales y la burguesía estatal. De igual manera, esta
acumulación del capital significa en muchos casos una regresión de los derechos
económicos, sociales y culturales, ya que los Estados neoliberales favorecen más un clima
adecuado para los negocios y la inversión que los derechos colectivos o la calidad de los
trabajos.

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Cabe señalar en este sentido que las democracias procedimentales y representativas son
propensas a dar entrada libre a los mecanismos y efectos de la globalización económica,
debido, por una parte, a que la toma de decisiones se da de una manera vertical por los
grupos de poder y con poca participación social -sobre todo de los grupos más
desfavorecidos-, y por otra parte, porque las democracias representativas están planteadas
desde la lógica liberal en donde sólo se contempla la igualdad moral de los individuos pero
se hacen invisibles las asimetrías sociales. Es por esta razón que en las democracias
procedimentales y representativas los impactos de globalización son más notorios en los
derechos económicos y sociales. Como un ejemplo de estas prácticas, está el caso de las
reformas estructurales en México, en particular la reforma laboral, la cual implicó una
regresión de los derechos laborales, lo que provocó la presentación de millares de amparos.

Para efectos del presente análisis, los fenómenos de globalización económica en


democracias representativas tienden a tensar la relación democracia-derechos humanos,
específicamente en lo que se refiere a la toma de decisiones con respecto a los DESCA,
pues como afirma De Sousa Santos,los representantes (burguesía estatal que puede ser
elegida democráticamente) son una de las partes que se benefician de los procesos de
liberalización económica, a expensas de las clases trabajadoras.

Sin embargo, en el caso de las democracias directas y participativas, mismas que implican
una mayor horizontalidad y consulta a los distintos grupos sociales, los impactos de la
globalización económica en los DESCA son menores en tanto que estas democracias
tienden a poner frenos a las reformas estructurales que permiten empoderar a las compañías
multinacionales, contribuyendo a la acumulación del capital y a la desvalorización del
capital humano. Un ejemplo de esto son las socialdemocracias europeas, las cuales regulan
de mejor manera los efectos negativos de las globalizaciones económicas, además de que
en estos países los DESCA están más consolidados como resultado de la construcción del
Estado de bienestar.

24
Por otra parte, otro aspecto de la globalización es precisamente el movimiento de los
derechos humanos y su institucionalización no sólo a nivel estatal sino en ordenamientos
supranacionales. En este sentido, la globalización es relevante en tanto que las democracias
actuales son aceptadas por la comunidad internacional sólo en la medida en que incorporan
los derechos humanos como política de Estado. La relación entre democracia y derechos
humanos es por lo tanto indisoluble en lo que se refiere a la legitimidad en la arena
internacional. Sin embargo, la relación democracia-derechos humanos también es tensa en
la vía de los hechos porque los organismos supranacionales de derechos humanos con
frecuencia entran en conflicto con las democracias, organizadas como Estados-nación,
como ya se mencionó.

Otro rasgo muy relevante de la globalización es la velocidad de los flujos de información,


así como la horizontalidad que existe en ciertos medios, como los blogs y las redes sociales,
y el impacto que éstos tienen para la concientización y apropiación de los derechos
humanos, así como para la denuncia a nivel ciudadano de la información que los Estados
tratan de contener en relación a las violaciones por parte de los mismos Estados. Es decir, si
bien las democracias actuales intentan legitimarse en la esfera internacional por medio del
discurso de los derechos humanos, los fenómenos de la globalización relacionados con los
flujos de información presionan a los Estados a adecuar su accionar conforme a la retórica
empleada frente a la comunidad internacional. Lo relevante para efectos del presente
análisis es que los flujos de información están reconfigurando tanto las prácticas
democráticas como los derechos humanos, así como la relación entre ambos. Muchos de
estos medios de información están hasta cierto punto democratizados, lo que contribuye a
empoderar a la gente y a difundir la información que puede actuar en beneficio de los
derechos humanos, tanto con fines de denuncia como a nivel de apropiación de discursos y
vivencia de los derechos humanos.

25
LOS DERECHOS HUMANOS EN EL MUNDO MODERNO DE HOY

Hoy en día los derechos humanos ha adquirido preponderante importancia en el ámbito


internacional, su protección es obligatoria por todos los estados, asimismo se encuentra
prescrito en los instrumentos internacionales; el problema que se presenta cuando hablamos
de este tema no es el desarrollo de sus antecedentes históricos, la explicación de sus
fundamentos filosóficos, jurídicos o políticos o su precisión de sus características sino debe
ser respetado y cumplidos por todos los estados del mundo.

Los derechos humanos en la actualidad siempre está ligado al estado de derecho


democrático que ha optado un País o Estado y su forma de gobierno; por ello el estudio de
este tema debe ser basado en un trabajo objetivo e imparcial, es decir científicamente, para
que sea considerado como ciencia y no como una dogma por todos.

Cuando hablamos sobre los derechos humanos nos estamos refiriendo que está basado en
la justicia, la solidaridad, la equidad, derecho a la vida y otros atributos del ser humano que
tiene por el solo hecho de ser humano.

Por tales consideraciones creemos que todos las normas jurídicos de los países, así como
todos los Convenios Internacionales sobre derechos humanos debe tener en cuenta en
el respeto y la defensa de los derechos humanos de la persona, por ello se puede decir, los
derechos humanos son inalienables, que no pueden ser suprimidos, salvo en casos
excepcionales y según las debidas garantías procesales. Por ejemplo, se puede restringir el
derecho a la libertad, si un tribunal de justicia competente dictamina que una persona es
culpable de haber cometido un delito.

Cuando se habla de este tema debemos considerar el principio de la universalidad de los


derechos humanos que se debe tener en cuenta por todos los estados de mundo, es por ello
se considera la piedra angular del derecho internacional, los derechos humanos. Esta
consideración está consagrado por la Declaración Universal de Derechos Humanos, por ello
todos los estados tienen la obligación de de promover y proteger los derechos humanos y
las libertades fundamentales.

26
Para entender la situación de los Derechos Humanos en el continente americano es
necesario distinguir entre lo que ocurre en América del Norte (Canadá y Estados Unidos) y
lo que acontece en el resto de América Latina.

Actualmente existen varios problemas que aquejan a América Latina, entre los que se
encuentran la corrupción, la falta de independencia del poder judicial, la impunidad de
los agentes del Estado, la debilidad de los gobiernos, y la notoria divergencia entre lo
que marca la ley y lo que ocurre en la práctica. El legado de los regímenes autoritarios
del pasado sigue aún presente sobre todo en Centroamérica y también en algunos otros
países latinoamericanos que padecen de deficiencias institucionales. Todo esto ha
ocasionado la existencia de un déficit en materia de Derechos Humanos y que proliferen
los abusos por parte de funcionarios públicos, fuerzas policiacas y militares en contra de
amplios sectores de la población, y que se obstaculice el trabajo de las ONG´S y
defensores de los Derechos Humanos, y que frecuentemente los periodistas también
sufran violaciones a sus derechos. En muchos casos las acciones violatorias de Derechos
Humanos cometidas por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no son
objeto de acciones judiciales en su contra, lo que ha generado que prevalezca la
impunidad.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Latinoamérica es la


región del mundo con mayor índice de desigualdad. La pobreza que ha azotado a la
región, producto de las crisis económicas recurrentes a lo largo del tiempo, ha generado
que prevalezca la discriminación hacia amplios sectores de la población lo cual ha
producido también una gran inequidad y contrastes muy marcados con la consecuente
exclusión social de millones de personas (el caso de Haití es quizás el ejemplo más
latente de miseria generalizada en un país americano).

Podemos notar como la falta de transparencia y de rendición de cuentas en el manejo de


recursos, así como la protección de intereses económicos particulares, han sido un
obstáculo para superar la pobreza y sus consecuencias en la región.Igualmente en

27
América Latina los pueblos indígenas son víctimas de marginación, abusos y represión y
sin duda son el sector con el nivel de vida más pobre en la región.
Otro problema grave de esta región es la violencia contra las mujeres, la cual continúa
fuertemente arraigada en América Latina, y sus perpetradores frecuentemente se cobijan
bajo una gran impunidad. Del mismo modo, la discriminación de la mujer en múltiples
aspectos aún sigue presente.

También resulta importante hacer mención al largo conflicto armado que ha vivido
Colombia en los últimos años y que ha ocasionado graves perjuicios a la población civil
y en el que todas las partes que en él intervienen (Gobierno, guerrillas y delincuentes)
han cometido grandes abusos y violaciones en contra de los Derechos Humanos.
También por desgracia, una situación análoga se ha venido presentando en México
recientemente, en donde el aumento de la criminalidad y la lucha entre bandas
delincuenciales entre sí y con el gobierno ha ocasionado una gran cantidad de víctimas
(según las cifras más recientemente reveladas en 2010, las muertes ascienden a
aproximadamente 22 000 personas en los tres últimos años).

Por lo que hace Norteamérica el caso de los Estados Unidos resulta paradójico, pues es
un Estado con gran desarrollo económico y que se jacta de ser “civilizado”, democrático,
respetuoso de las libertades y derechos de las personas, y sin embargo no ha ratificado
diversos tratados internacionales como son la Convención de Derechos del Niño, la
Convención de la ONU Sobre la Mujer, el Pacto Internacional de Derechos Económicos
Sociales y Culturales, el Pacto de San José, ni tampoco el Estatuto de Roma que
establece la Corte Penal Internacional.

Igualmente los Estados Unidos se han caracterizado en los últimos tiempos por
conductas racistas en contra de minorías y una xenofobia hacia ciudadanos de
determinadas nacionalidades en específico. También los Estados Unidos continúa siendo
el gran verdugo de todo el continente pues sigue llevando a cabo ejecuciones de
personas por penas de muerte impuestas.

28
CONCLUSIÓN
Para concluir con este desarrollo, un poco complejo pero logrando con los objetivos,
pudimos observar que entre la democracia y los derechos humanos existe una fuerte
relación, ya que, de manera conjunta, son elementos de un Estado de Derecho que
comparten una premisa elemental: permitir que los gobernados vivan con dignidad.

En la actualidad, la democracia se basa en la participación de los gobernados. Los


gobernantes son electos por los ciudadanos que ejercen su derecho al voto, definiendo así a
manos de quiénes quedarán las instituciones públicas.

Por lo tanto, existe la necesidad de que los gobiernos diseñen espacios institucionales y
mecanismos de participación menos administrativos y morosos, que permitan a los
ciudadanos expresarse en el proceso de toma de decisiones públicas y asumirse como
corresponsables de solucionar los problemas públicos.

Es decir, la apuesta por la democracia participativa se califica como un sistema de vida


basado en un mecanismo racional de convivencia, legitimado por el consentimiento
ciudadano a través del voto y de su participación en la vida pública que persigue la
identificación de propósitos e intereses comunes entre gobernantes y gobernados.

Los Derechos Humanos no fueron creados por simple capricho a querer obtener todo lo
deseado por un conjunto de personas, sino por el hecho de que el mundo (en constante
cambio, y bastante acelerado) va experimentando cuestiones que al parecer, no tienen
solución alguna.

Los problemas sociales alrededor del mundo no dan tregua a que siquiera parte de la
populación mundial se levante y empiece a accionar en pos del cumplimiento de esos
derechos. Es evidente que de tan apresurados que estamos, nos olvidemos que estamos
incluso, viviendo en una democracia ultrajada o manipulada por el tajante problema de la
corrupción, que ninguna ley la contemplará.

29
BIBLIOGRAFÍA
• (México), U. p. (2010). Una Breve Historia de los Derechos Humanos.

• Democracy, O. (11 de Noviembre de 2013). Los Derechos Humanos, la


Democracia y el Desarrollo: Aliados al Fin.

• Ma, A. (2 de Febrero de 2018). Índice de Democracia 2017.

• ONU. (1948). Declaración Universal de Derechos Humanos. París.

• Rosas, J. E. (29 de Abril de 2014). Los Derechos Humanos y su Relación con la


Democracia.

• Scielo. (Diciembre de 2015). La Democracia y los Derechos Humanos: Una


Relación Compleja.

• UNDP. (2015). Gobernabilidad Democrática.

30
ANEXO

31
32
Índice

Temas Páginas
• FICHA TÉCNICA • 1 al 2

• ASPECTOS GENERALES • 3

• INTRODUCCIÓN- • 4
DERECHOS HUMANOS Y
DEMOCRACIA
• DERECHOS HUMANOS
SENTIDO HISTÓRICO Y • 5 AL 7
CONDICIONES
• DECLARACIÓN UNIVERSAL
DE LOS DERECHOS
HUMANOS
• MARCO NORMATIVO DE • 8 AL 9
DERECHOS HUMANOS
• MEJORAR LAS CARENCIAS • 10
DEMOCRÁTICAS
• PROMOCIÓN DE LA • 11
GOBERNANZA
DEMOCRÁTICA
• APOYO A DEMOCRACIAS • 12
EN TRANSICIÓN
• ORIENTACIÓN DE LOS • 13 AL 14
ESFUERZOS REGIONALES Y
NACIONALES
• LA DEMOCRACIA Y LOS • 15 AL 16
DERECHOS HUMANOS:
UNA RELACIÓN COMPLEJA
• LAS OBLIGACIONES • 17 AL 18
GENERALES DE LOS
DERECHOS HUMANOS
• LA POSICIÓN DE LOS • 19 AL 20
DERECHOS HUMANOS EN
LOS DISTINTOS MODELOS
DE DEMOCRACIA

33
• LOS DERECHOS HUMANOS • 21 AL 22
EN LA CONFORMACIÓN
DEL ESTADO DE DERECHO
• EL EFECTO DE LAS • 23 AL 25
GLOBALIZACIONES EN LA
RELACIÓN DERECHOS
HUMANOS Y DEMOCRACIA
• LOS DERECHOS HUMANOS • 26 AL 28
EN EL MUNDO MODERNO
DE HOY
• CONCLUSIÓN • 29

• BIBLIOGRAFÍA • 30

• ANEXO • 31 AL 32

34

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