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LEUCEMIA

LEUCEMIA

1. DEFINICIÓN
La leucemia es una enfermedad de la sangre por la
cual la médula ósea produce glóbulos blancos
anormales, denominadas células blásticas leucémicas o
células de leucemia. Estas células se dividen
reproduciéndose a sí mismas, lo que genera una
proliferación neoplásica de células alteradas que no
mueren cuando envejecen o se dañan, por lo que se
acumulan y van desplazando a las células normales
(plaquetas y glóbulos rojos). Esta disminución de células sanas puede ocasionar dificultades en el
transporte del oxígeno a los tejidos, en la curación de las infecciones o en el control de las
hemorragias.
Por tratarse de una proliferación de células inmaduras y anormales en la sangre, la leucemia
se considera un "cáncer de la sangre".
Hay diversos tipos de leucemia, incluyendo:

 Leucemia linfoblástica aguda (LLA): se produce principalmente en los niños. La LLA


aparece también en el cerebro y las membranas cerebrales y, por tanto, se pueden
producir síntomas neurológicos como parálisis. Como tratamiento es adecuada
la quimioterapia en algunos casos combinada con radioterapia. El 80% de todos los
casos se suelen resolver completamente.
 Leucemia mieloide aguda (LMA): este tipo de leucemia surge de las células
mieloides inmaduras. Las células mieloides son células madres de glóbulos blancos.
La LMA puede surgir también de glóbulos rojos (eritrocitos) degenerados. Con el
crecimiento rápido de células anormales “cancerosas” en la médula ósea, se
interfiere en la proliferación de células rojas (eritrocitos) normales. La LMA ocurre
principalmente en adultos.
 Leucemia mielógena crónica (LMC): los granulocitos, subtipo celular de los
glóbulos blancos, se multiplican enormemente en la LMC. Si la LMC llega a la fase
aguda, surge la llamada crisis blástica. Entonces se liberan muchas células blancas
inmaduras y no funcionales a la sangre. Como las células degeneradas también
tienen tropismo, afinidad por el hígado o el bazo, estos órganos se inflaman a
menudo en la LMC. Una característica típica de la LMC es el denominado
cromosoma Filadelfia, un cambio genético que se manifiesta en más del 90% de los
pacientes con LMC.
 Leucemia linfocítica crónica (LLC): los médicos incluyen la LLC entre los
llamados linfomas no-Hodgkin. Se produce principalmente en personas mayores.
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En la sangre y la médula ósea, los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo se


acumulan los llamados linfocitos B. En condiciones normales, los glóbulos blancos
producen anticuerpos y, por lo tanto, juegan un papel importante en el sistema
inmunológico. En la LLC, los linfocitos B cancerosos acumulados no funcionan bien.
Por eso, el sistema inmunológico del paciente queda debilitado.

2. FACTORES DESENCADENANTES
La causa exacta de la leucemia es desconocida pero varios factores de riesgo pueden
aumentar la ocasión de conseguir leucemia. Estos incluyen riesgos familiares y genéticos,
así como factores ambientales y de la forma de vida.

a) Factores familiares y genéticos


Las anormalidades genéticas desempeñan un papel importante solamente de una
pequeña proporción de casos de leucemia. En la mayor parte de los casos hay una acción
recíproca con los genes defectuosos y el daño de la DNA con los factores ambientales y de
la forma de vida para causar el riesgo de leucemia.

Algunas anormalidades genéticas se han asociado a leucemias directamente. Estos


incluyen el cromosoma de Philadelphia y su asociación con CML. El síndrome de
Klinefelter, ataxia del síndrome de Síndrome de Down, del lingote, telangiectasia y
síndrome de Fanconi son desordenes cromosómicos que llevan a la predisposición de la
leucemia.

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Los parientes primer grados incluyendo padres, hermanos, o descendiente directo con
leucemia crónica tienen riesgo creciente dos a cuatro tiempos para este cáncer.

b) Edad
La mayoría (el 70%) de las leucemias se ven en pacientes sobre la edad de 50. Los
pacientes diagnosticados con AML, CML y CLL son generalmente adultos y los ancianos.
Todo, al menos es más común en niñez temprana.

Se sugiere que los cromosomas de los glóbulos blancos de los ancianos son el daño frágil y
más propenso y los cambios de la DNA que pueden llevar a la leucemia. Con edad, hay una
capacidad reducida de la DNA de repararse y de protegerse contra daño. Podía también
haber daño del radical libre a la DNA en los ancianos.

c) Factores de la forma de vida


Esto incluye factores como fumar y factores dietéticos. Los ricos de una dieta en frutas y
verduras y otros antioxidantes pueden ayudar a prevenir contra el daño de la DNA causado
por los radicales libres y así pueden tener un papel en reducir el riesgo de cáncer. El
tabaquismo creciente se asocia al riesgo creciente de leucemia. Los cigarrillos contienen
los agentes tales como benceno y otras substancias químicas que se han conectado a la
leucemia.

d) Factores ambientales
Los estudios han mostrado que varias exposiciones ambientales y últimas pueden
aumentar el riesgo de leucemia. La exposición anterior a la quimioterapia y a la radiación
aumenta el riesgo de leucemia.

Alquilizar los agentes, usados para tratar otros cánceres, aumenta importante el riesgo de
leucemia. En los pacientes tratados con los agentes que alquilizan para los diversos tipos
de cáncere, hay una probabilidad creciente del revelado de la leucemia.

La radiación ionizante usada para otros cáncere aumenta el riesgo de AML, de TODO, y de
CML pero no para CLL. Ésos expuestos a la radiación están también a riesgo de leucemia.
Los estudios muestran que la mitad de todas las cajas de leucemia diagnosticadas entre
1950 y 1987 era atribuible a la radiación en Hiroshima y Nagasaki después de la explosión
de la bomba atómica.

Ciertas substancias químicas como el benceno aumentan el riesgo de leucemia. El benceno


se utiliza como disolvente en cuero, la impresión e industrias petroquímicas. La exposición
del benceno ocurre en el lugar de trabajo o por fuentes ambientales tales como consumo
de tabaco.

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La leucemia aguda, especialmente ésas que afectan a las células de T, se puede causar por
la exposición al virus humano de la leucemia del linfocito T (HTLV). Este virus tiene
proteínas que los attaches a las proteínas en los linfocitos y causen a anormalidades en su
incremento que lleva al cáncer.

La LLA (Leucemia linfoblástica aguda) es la consecuencia de la transformación


maligna de una célula progenitora linfoide inmadura que tiene la capacidad de
expandirse y formar un clon de células progenitoras idénticas bloqueadas en un
punto de su diferenciación.

3. FISIOPATOLOGIA

Como en toda enfermedad neoplásica, la secuencia de acontecimientos que derivan en la


transformación maligna de una célula es multifactorial. En el caso de la LLA, estos eventos
se producen durante el desarrollo de la estirpe linfoide. Estos precursores linfoides
presentan una alta tasa de proliferación y de reordenamientos genéticos; características
que favorecen la aparición de mutaciones espontáneas y de otras alteraciones
citogenéticas que facilitan la transformación maligna.

En más del 75% de las LLA de pacientes pediátricos, se pueden detectar anomalías
genéticas primarias. Los modelos experimentales nos han permitido conocer que, para
que se desarrolle una leucemia, son necesarias varias alteraciones genéticas. Los estudios
de Mullinghan han identificado una media de 6 alteraciones en las copias de DNA en los
casos de LLA infantil.

Los factores genéticos tienen un papel cada vez más importante en la etiología de las
leucemias agudas. Esta afirmación esta basada en:

1) Existe una estrecha asociación de las LLA y algunas translocaciones cromosómicas.

2) La frecuencia de leucemia aguda es mayor en los familiares de pacientes con LA.

3) Determinadas enfermedades genéticas cursan con mayor incidencia de LA (síndrome de


Down, Klinefelter, neurofibromatosis, Schwachman, Bloom, Fanconi, etc.).

Se cree que el 1% de las leucemias en el adulto son secundarias a las pruebas radiológicas
realizadas durante su vida. Existe controversia sobre si los campos electromagnéticos
(teléfonos móviles, torres de alta tensión, etc.) incrementan o no el riesgo de leucemia. De
momento, los estudios realizados no han encontrado una clara asociación. La exposición a
diferentes productos químicos, como el benceno, se ha asociado a LMA en el adulto.
También, la quimioterapia, utilizada para el tratamiento de distintos tumores, puede tener
efecto leucemógeno (por ejemplo, los agentes alquilantes o los inhibidores de la
topoisomerasa II). En el estudio de la LLA, en el menor de un año con reordenamiento del
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gen MLL, se ha observado que esta alteración genética aparece con alta frecuencia en
aquellas leucemias agudas secundarias a la exposición a agentes inhibidores de la
topoisomerasa II. A partir de esta observación, se ha desarrollado la hipótesis de que
sustancias en la dieta, medicamentos o en el ambiente que inhiban las topoisomerasas y la
capacidad reducida del feto o de la madre de eliminar estas sustancias podrían aumentar
el riesgo de desarrollar leucemia aguda en el lactante.

Se ha dado mucha importancia al papel de los virus en el estudio de la etiología de las


leucemias. Esto es debido a que la mayoría de las LLA se producen en un periodo de la
vida en el cual el sistema inmune está en desarrollo y podría ser más susceptible a los
efectos oncogénicos de determinados agentes virales. Hasta el momento, el virus de
Ebstein-Barr en la LLA-L3 y los HTLV I y II en algunos casos de leucemias del adulto, han
sido los únicos con una clara asociación.

4. MANIFESTACIONES CLINICAS

Cada caso es particular, pero, normalmente, la leucemia (cáncer de la sangre) suele cursar
con los siguientes síntomas:

 Cansancio

 Decaimiento

 Fiebre

 Sudores nocturnos

 Pérdida de peso

 Pérdida de apetito

 Propensión a infecciones
La leucemia se origina en la médula porque es allí donde se genera la producción de
células sanguíneas normales (glóbulos rojos, blancos y plaquetas). La enfermedad
disminuye el número de estas células vitales. Esta situación provoca anemia, fatiga,
palidez, mareos y dificultad para respirardebido a la falta de glóbulos rojos (eritrocitos). La
susceptibilidad a las infecciones, especialmente con bacterias y hongos, se debe a la falta
de actividad de las células sanguíneas blancas (leucocitos).Debido a la falta de plaquetas
(trombocitos), la coagulación de la sangre se reduce y hay una mayor tendencia a las
hemorragias en los pacientes con leucemia. Los signos frecuentes son hemorragias
nasales, puntos sangrantes en la piel y hematomas después de lesiones inofensivas.

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La exploración física implica la palpación de los ganglios linfáticos, el bazo y hígado que en
caso de leucemia pueden aumentar de tamaño. Si se desarrolla una meningitis en el curso
del cáncer de la sangre se producen síntomas neurológicos tales como dolor de
cabeza o parálisis.

En la leucemia aguda, los síntomas se desarrollan rápidamente. Una leucemia crónica, sin
embargo, evoluciona oculta sin signos típicos y a menudo no se descubre durante mucho
tiempo.

5. DIAGNOSTICO

5.1. Análisis de sangre

Generalmente las muestras de sangre para las pruebas de detección de ALL se toman de
una vena del brazo.
a) Recuento sanguíneo completo y examen de células sanguíneas (frotis de sangre
periférica): el hemograma completo (o CBC, por sus siglas en inglés) mide el número de
glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. Esta prueba se hace a menudo junto con un
diferencial, que indica los números de los diferentes tipos de glóbulos blancos. Estas
pruebas a menudo son las primeras que se realizan en pacientes cuando se sospecha
tienen un problema sanguíneo.
Para el frotis de sangre periférica, se coloca una gota de sangre en un portaobjetos para
analizar las células con un microscopio. Los cambios en los números y en la apariencia de
las células a menudo ayudan a diagnosticar la leucemia.

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La mayoría de los pacientes con ALL tienen demasiados glóbulos blancos inmaduros en la
sangre e insuficientes glóbulos rojos o plaquetas. Muchos de los glóbulos blancos serán
linfoblastos (blastos), los cuales son linfocitos inmaduros que no se encuentran
normalmente en el torrente sanguíneo. Los linfoblastos no funcionan como los glóbulos
blancos maduros normales.

Aunque estos resultados pueden sugerir leucemia, usualmente la enfermedad no se


diagnostica hasta que se analiza una muestra de células de la médula ósea.

b) Química sanguínea y pruebas de coagulación: las pruebas de química sanguínea


miden la cantidad de ciertas sustancias químicas en la sangre, pero no se usan para
diagnosticar leucemia. En pacientes que ya se sabe que tienen ALL, estas pruebas ayudan
a detectar problemas del hígado o de los riñones causados por la propagación de las
células leucémicas o debidos a los efectos secundarios de ciertos medicamentos
quimioterapéuticos. Estas pruebas también ayudan a determinar si se necesita un
tratamiento para corregir los niveles bajos o altos de ciertos minerales en sangre.

También se pueden hacer pruebas de coagulación sanguínea para asegurarse de que la


sangre coagula adecuadamente.

5.2. Pruebas de médula ósea

a) Aspiración y biopsia de la médula ósea: las muestras de médula ósea se obtienen


por aspiración y biopsia de la médula ósea, pruebas que generalmente se hacen al
mismo tiempo. Generalmente las muestras se toman de la parte posterior del hueso de
la pelvis (cadera), aunque en algunos casos se pueden tomar del esternón o de otros
huesos.

En el procedimiento de aspiración de médula ósea, usted se acuesta en una mesa (ya sea
sobre su costado o su barriga). Después de limpiar la piel que se encuentra sobre la
cadera, el médico adormece la piel y la superficie del hueso al inyectar un anestésico
local, que puede causar una breve sensación de escozor o ardor. Luego se inserta una
aguja delgada y hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña
cantidad de médula ósea líquida. Hasta con el uso de un anestésico, la mayoría de los
pacientes experimentan algo de dolor breve cuando se extrae la médula ósea.

Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la


aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula con una aguja ligeramente

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más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. Con la anestesia local, la mayoría
de los pacientes solo sienten cierta presión y un tirón mientras se realiza la biopsia,
aunque algunos podrían sentir dolor breve. Una vez que se hace la biopsia, se aplica
presión en el sitio para ayudar a prevenir el sangrado.

Estas pruebas de médula ósea se usan para ayudar a diagnosticar la leucemia. También
se pueden repetir posteriormente para determinar si la leucemia está respondiendo al
tratamiento.

b) Exámenes de rutina con un microscopio: un patólogo (un médico que se


especializa en pruebas de laboratorio) observa la médula ósea con un microscopio, y el
hematólogo/oncólogo (un médico que se especializa en cáncer y enfermedades de la
sangre) del paciente puede revisarlas.

Los médicos observarán el tamaño, la forma y otras características de los glóbulos


blancos en las muestras para clasificarlos en tipos específicos.

Un factor importante es si las células lucen maduras (como las células sanguíneas
normales) o inmaduras (carentes de las características de estas células normales). Las
células más inmaduras se llaman linfoblastos (o blastos en su versión abreviada).

La determinación del porcentaje de células de la médula ósea que son blastos es


particularmente importante. Un diagnóstico de ALL generalmente requiere que al menos
de 20 a 30% de las células de la médula ósea sean blastos. En circunstancias normales,
los blastos nunca son más del 5% de las células de la médula ósea.

Algunas veces simplemente el recuento y el examen de las células no proporcionan un


diagnóstico definitivo y es necesario realizar otras pruebas de laboratorio.

c) Citoquímica: en las pruebas de citoquímica, se colocan células en una laminilla y se


exponen a tinciones (colorantes) químicas que reaccionan solamente con ciertas
sustancias encontradas en o sobre diferentes clases de células. Estas tinciones causan
cambios de color que se pueden observar con un microscopio y que pueden ayudar al
médico a determinar los tipos de células presentes. Por ejemplo, un colorante convertirá
partes de las células de leucemia mieloide aguda (AML) en color negro, pero no tiene
efecto en las células de ALL.

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d) Citometría de flujo e inmunohistoquímica: estas pruebas se usan para determinar


el inmunofenotipo de las células; esto es, la clasificación de las células de acuerdo con las
proteínas presentes en o sobre las células. Este tipo de prueba es muy útil para
determinar el tipo exacto de leucemia presente. Para el diagnóstico de la leucemia, se
realiza con mayor frecuencia en las células de la médula ósea, pero también se puede
hacer en las células de la sangre, los ganglios linfáticos, y otros fluidos corporales.

Para la citometría de flujo o la inmunohistoquímica, las muestras de células se tratan con


anticuerpos que se adhieren a ciertas proteínas. En la inmunohistoquímica, las células se
examinan al microscopio para ver si los anticuerpos se adhieren a ellas y por lo tanto
contienen esas proteínas, mientras que para la citometría de flujo se emplea una
máquina especial.

Estas pruebas son útiles en el diagnóstico de la leucemia y el linfoma. En caso de ALL,


estas pruebas se utilizan con más frecuencia para ayudar a determinar el subtipo exacto
de ALL en alguien que ya se cree tiene la enfermedad según se observa la sangre y la
médula ósea al microscopio.

5.3. Pruebas cromosómicas

Las células humanas normales contienen 23 pares de cromosomas (conjuntos de ADN).


En algunos casos de leucemia, las células presentan cambios cromosómicos. A veces una
parte de un cromosoma está ausente (deleción).

Con más frecuencia en ALL, dos cromosomas intercambian algo de su ADN, de manera
que esa parte de un cromosoma se adhiere a parte de un cromosoma diferente. Esto se
conoce como translocación. El cambio cromosómico más común en la ALL de adultos es
una translocación entre los cromosomas 9 y 22 [a menudo se identifica como t(9;22)],
que da como resultado un cromosoma 22 más corto (llamado cromosoma Filadelfia).
Aproximadamente uno de cada cuatro adultos con ALL tiene esta anomalía en sus células
leucémicas. Este cambio es especialmente importante, ya que puede ser atacado con
ciertos medicamentos.

La información acerca de los cambios en los cromosomas puede ser útil para predecir el
pronóstico de una persona, así como la respuesta al tratamiento. Por esta razón, las
pruebas cromosómicas son una parte estándar en la evaluación de los pacientes de ALL.

a) Citogenética: para esta prueba, las células se cultivan en placas de laboratorio


hasta que comienzan a dividirse y los cromosomas se pueden ver con un microscopio. A

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continuación se observan los cromosomas al microscopio para detectar cualquier


cambio.

Debido a que se necesita tiempo para que las células comiencen a dividirse, las pruebas
citogenéticas toman a menudo alrededor de 2 a 3 semanas. Con frecuencia, estas
pruebas se utilizan para analizar las células en la médula ósea, aunque también se
pueden usar para analizar las células de la sangre. Una ventaja de la prueba citogenética
consiste en que examina todos los cromosomas, y el médico no necesita saber con
anticipación cuáles cambios identificar mediante prueba.

No todos los cambios cromosómicos se pueden ver en un microscopio. A menudo, otras


pruebas de laboratorio pueden ayudar a encontrar estos cambios.

b) Hibridación in situ con fluorescencia (FISH): esta prueba constituye otra forma de
examinar los cromosomas y los genes. Utiliza tintes fluorescentes especiales que sólo se
adhieren a genes específicos o partes de cromosomas particulares. La prueba FISH puede
encontrar la mayoría de los cambios cromosómicos (como translocaciones) que son
visibles en un microscopio en las pruebas citogenéticas convencionales, así como algunos
cambios que son demasiado pequeños para verlos con la prueba citogenética usual.

La prueba FISH se puede usar en muestras rutinarias de sangre y médula ósea. Debido a
que las células no tienen que dividirse para esta prueba, también se puede usar para
examinar las células de otros tejidos, como muestras de ganglios linfáticos. Esta prueba
es muy precisa y puede usualmente proveer resultados dentro de varios días. No
obstante, debido a que la FISH solo determina la presencia de ciertos cambios genéticos
(y no examina los cromosomas en general), resulta mejor identificar los cambios que son
importantes basándose en la clase de leucemia que tenga una persona.

c) Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): la reacción en cadena de la polimerasa


(polymerase chain reaction, PCR) es una prueba de ADN de alta sensibilidad que también
puede encontrar algunos ciertos cambios cromosómicos tan pequeños que no se pueden
ver con el microscopio, aunque la muestra tenga muy pocas células leucémicas. Al igual
que la FISH, se usaba para encontrar cambios genéticos particulares y no para examinar
los cromosomas en general. En caso de ALL, se emplea con frecuencia para identificar la
presencia del gen producido por el cromosoma Filadelfia.

Si las células leucémicas tienen un cambio genético particular (o cromosoma), se puede


emplear la PCR después del tratamiento para tratar de encontrar pequeños números de
células leucémicas que pueden no ser visibles con un microscopio.

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5.4. Punción lumbar

La ALL se puede propagar al área que rodea el cerebro y la médula espinal. Para confirmar
esta propagación, los médicos extraen una muestra de líquido de esa área (líquido
cefalorraquídeo o CSF) para realizar un examen.

Usted se acuesta de lado o se sienta derecho para realizar este examen. El médico primero
adormece un área en la parte baja de la espalda sobre la columna vertebral. Entonces se
introduce una pequeña aguja hueca entre los huesos de la médula espinal y hacia el área
que rodea la médula espinal para obtener algo de líquido.

Una punción lumbar también se puede usar para administrar medicamentos de


quimioterapia en el CSF a fin de evitar o tratar la propagación de la leucemia a la médula
espinal o al cerebro.

5.5. Biopsia de los ganglios linfáticos

La extirpación de un ganglio linfático o parte de un ganglio a menudo se realiza para


ayudar a diagnosticar los linfomas, pero se necesita en pocas ocasiones en las leucemias,
ya que el diagnóstico se puede hacer mediante el análisis de la sangre y la médula ósea.

En este procedimiento un cirujano corta la piel para extirpar todo o parte de un ganglio
linfático. Si el ganglio se encuentra cerca de la superficie de la piel, ésta es una operación
sencilla que puede hacerse a menudo con anestesia local, pero si el ganglio se encuentra
dentro del pecho o del abdomen, se usa anestesia general para mantenerle dormido
durante la biopsia.

Cuando se extirpa un ganglio linfático por completo, se le llama biopsia por escisión de
ganglio linfático. En caso de que se extirpe una parte de un ganglio linfático, se le
llama biopsia por incisión de ganglio linfático.

5.6. Estudios por imágenes

Los estudios por imágenes utilizan ondas sonoras, rayos X, campos magnéticos o partículas
radiactivas para obtener imágenes del interior del cuerpo. Debido a que la leucemia por lo
general no forma tumores, los estudios por imágenes no son tan útiles como lo son para
otros tipos de cáncer.

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Se pueden hacer estudios por imágenes en los pacientes con ALL, pero con más frecuencia
se hacen para detectar infecciones u otros problemas, no para la leucemia misma. En
algunos casos se pueden hacer para ayudar a determinar el grado de la enfermedad, si se
piensa que puede haberse propagado más allá de la médula ósea y la sangre.

5.7. Rayos X

Se pueden hacer rayos X torácicos si el médico sospecha una infección pulmonar. También
se pueden hacer para ver si los ganglios linfáticos del pecho están inflamados.

5.8. Tomografía computarizada

La tomografía computarizada (computed tomography, CT) es un tipo de estudio


radiológico que produce una imagen detallada, transversal de su cuerpo. A diferencia de
una radiografía regular, las CT pueden mostrar el detalle en tejidos blandos (tal como
órganos internos).

Este estudio puede ayudar a detectar si cualquiera de sus ganglios linfáticos u órganos está
agrandado. Generalmente no se necesita para diagnosticar la ALL, pero puede hacerse si
su médico sospecha que están creciendo células leucémicas en un órgano, como su bazo.

En lugar de tomar una sola imagen como lo hacen los rayos X convencionales, un
explorador de tomografía computarizada toma muchas imágenes mientras gira alrededor
del cuerpo. Luego, una computadora combina estas fotografías en imágenes detalladas de
la parte del cuerpo que se está estudiando.

Antes de la tomografía, pueden pedirle que tome una solución de contraste y/o que reciba
una inyección intravenosa (IV) de un material de contraste que ayuda a delinear mejor las
áreas anormales del cuerpo. Usted pudiera necesitar una línea intravenosa (IV) para
inyectarle el material de contraste. La inyección IV del tinte de contraste puede causar una
sensación de sonrojo o calor en el rostro o en otras áreas del cuerpo. Algunas personas
son alérgicas y les da urticaria o raras veces otras reacciones más graves como dificultad
para respirar y baja presión arterial. Asegúrese de decir al médico si es alérgico a algo o si
ha tenido alguna vez una reacción a cualquier material de contraste utilizado para rayos X.

El tomógrafo computarizado que se utiliza para este estudio consiste en un anillo similar a
una rosca (dona) grande, con una camilla estrecha que se encuentra en la abertura central.
Usted tendrá que acostarse inmóvil sobre la camilla mientras se realiza el examen. Las
tomografías computarizadas toman más tiempo que las radiografías convencionales, y
usted puede sentirse un poco confinado por el anillo mientras se toman las imágenes.

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En algunos casos se puede usar una CT para guiar con precisión una aguja de biopsia hacia
la anomalía sospechada, como un absceso. Para este procedimiento, llamado biopsia por
aguja guiada por tomografía computarizada, usted permanece en la camilla de la CT,
mientras un radiólogo mueve una aguja de biopsia a través de la piel y hacia la masa. Las
tomografías computarizadas se repiten hasta que la aguja esté dentro de la masa.
Entonces, se extrae una muestra de biopsia y se observa con un microscopio.

Algunas veces se hace un estudio que combina la CT con una tomografía por emisión de
positrones (PET/CT scan). Para la tomografía por emisión de positrones (positron emission
tomography, PET) se inyecta una forma de azúcar radiactiva (conocida
como fluordesoxiglucosa o FDG) en la sangre. La cantidad de radiactividad usada es baja.
Debido a que las células cancerosas en el cuerpo crecen rápidamente, éstas absorben
grandes cantidades de azúcar. Una cámara especial puede entonces crear una imagen de
las áreas de radiactividad en el cuerpo. La PET/CT permite al médico comparar las áreas de
mayor radioactividad en la PET con la apariencia más detallada de esa área en la CT. Esto
no se hace a menudo en pacientes con ALL.

5.9. Imágenes por resonancia magnética

Al igual que la tomografía computarizada (CT), las imágenes por resonancia magnética
(magnetic resonance imaging, MRI) proveen imágenes detalladas de los tejidos blandos
del cuerpo. Sin embargo, la MRI utiliza ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos
X. La energía de las ondas de radio es absorbida por el cuerpo y luego liberada en un
patrón formado por el tipo de tejido del cuerpo y por ciertas enfermedades. Una
computadora traduce el patrón en una imagen muy detallada de las partes del cuerpo.
El gadolinio, un material de contraste, a menudo se inyecta en una vena antes de realizar
el estudio para mostrar mejor los detalles. Este material de contraste es diferente al usado
para la CT.

Los exámenes de MRI son también muy útiles para examinar el cerebro y la médula
espinal.

Las imágenes por resonancia magnética toman más tiempo que las tomografías
computarizadas, a menudo hasta una hora. Puede que durante la realización del estudio,
permanezca acostado dentro de un tubo estrecho lo cual puede resultar incómodo y
confinante para algunas personas. Otra opción la constituyen las nuevas máquinas de MRI
que son más abiertas. La máquina de MRI produce un zumbido fuerte y martillante que
puede resultar incómodo. En algunos lugares se ofrecen audífonos o tapones para los
oídos con el fin de ayudar a bloquear este ruido.

5.10. Ecografía (ultrasonido)

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La ecografía usa ondas sonoras y sus ecos para producir una imagen de los órganos
internos o masas. Para este estudio, usualmente se coloca sobre la piel un pequeño
instrumento que parece un micrófono y que se llama transductor (que primero se lubrica
con gel). Este instrumento emite ondas de sonido y recoge el eco que rebota en los
órganos. Una computadora convierte los ecos en una imagen que se muestra en la
pantalla de una computadora.

Se puede usar para observar los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o
para observar órganos inflamados dentro de su abdomen, como los riñones, el hígado y el
bazo.

Esta prueba es fácil de realizar y en ella no se utiliza radiación. Para la mayoría de las
ecografías, usted simplemente se acuesta en una camilla, y un técnico mueve el
transductor a la parte de su cuerpo que está bajo estudio.

5.11. Gammagrafía con galio y gammagrafía ósea

Estos estudios no se utilizan con frecuencia para ALL, pero pueden ser útiles si usted tiene
dolor de huesos que puede deberse ya sea a una infección del hueso o a cáncer que
involucre los huesos.

Para estos estudios, el médico o enfermera inyecta un químico ligeramente radiactivo en el


torrente sanguíneo. El producto químico se acumula en áreas de cáncer o infección que se
pueden ver con un tipo especial de cámara. Las imágenes de estos estudios se ven como
“puntos radioactivos” en el cuerpo, pero no proveen muchos detalles. Si un área se
ilumina en el estudio, se pueden hacer otros estudios por imágenes, tal como radiografías,
CT o MRI para obtener una imagen más detallada del área. Si existe la posibilidad de que
haya leucemia, es posible que sea necesario confirmarlo mediante una biopsia del área.

6. TRATAMIENTO
En una leucemia (cáncer en la sangre) el tratamiento depende, sobre todo, de la forma de
leucemia que sufra el paciente.

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6.1. Quimioterapia
La quimioterapia es el tratamiento de elección en la mayoría de los casos
de leucemia (cáncer de la sangre). Los medicamentos que se emplean se denominan
citostáticos. Las citotoxinas inhiben el crecimiento y la proliferación de células cancerosas.
Los citostáticos atacan principalmente las células que se dividen ya que las células
cancerosas se dividen rápidamente de forma descontrolada, los citostáticos actúan sobre
ellas. Sin embargo, en el organismo también hay células sanas que se dividen rápidamente
(por ejemplo, las células de las mucosas). La quimioterapia, por lo tanto, puede afectar
transitoriamente a otros órganos o tejidos sanos del cuerpo.

Por lo general, los agentes citotóxicos se administran en monodosis o en combinación. La


quimioterapia se lleva a cabo a intervalos regulares (ciclos). Durante el tratamiento el
médico realiza regularmente una analítica sanguínea.

La quimioterapia daña temporalmente la médula ósea, deteriorando la formación de


nuevas células sanguíneas y células del sistema inmune. Como resultado
sobreviene anemia y la inmunodepresión, lo cual aumenta el riesgo de hemorragia y de
infección.

Otros efectos secundarios de la quimioterapia pueden ser los siguientes:

 Náuseas

 Vómitos

 Malestar general

 Inflamación de mucosas (mucositis)

 Caída del cabello


Los citostáticos pueden aumentar el riesgo de cáncer (carcinógenos). Los médicos deben
sopesar primero la utilidad y los riesgos de un tratamiento. En
la leucemia la quimioterapia es, a menudo, la única posibilidad de luchar contra la
enfermedad.

La intensidad, la forma y el grado de quimioterapia dependen, entre otras cosas, del tipo
de leucemia que padece el paciente.

6.2. Radioterapia
Los efectos secundarios de la radioterapia pueden incluir los siguientes síntomas:

La radioterapia, junto con la quimioterapia, puede ser útil en el tratamiento de


determinadas leucemias. Así, irradiar regiones específicas del cuerpo como, por ejemplo,
el cráneo, puede evitar que en determinadas leucemias, las células malignas pasen al

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sistema nervioso central. Los rayos X a ciertas dosis, dañan las células tanto sanas como
enfermas. Las células sanas pueden recuperarse a un ritmo más rápido porque tienen
mejores mecanismos de reparación. Las células tumorales son más sensibles y mueren.

Los efectos secundarios de la radioterapia pueden incluir los siguientes síntomas:

 Fatiga

 Náuseas

 Vómitos

 Diarrea

 Dolor de cabeza

 Irritación de la piel y de las membranas mucosas


6.3. Trasplante de médula ósea
Un trasplante de médula ósea o trasplante de células madre ofrece grandes posibilidades
de curación en la leucemia.

 Trasplante de células madre autólogas


En el trasplante de células madre autólogas, el médico obtiene del propio paciente médula
ósea a través de la punción del hueso de la cadera (cresta ilíaca). Ésta tiene un alto
contenido en células madre, células que todavía no se han diferenciado en una línea
celular concreta (glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas).

Las células madre de médula ósea son el precursor de todas las células
sanguíneas (glóbulos rojos, blancos y plaquetas). Para poder realizar el trasplante es
necesario destruir primero completamente la médula ósea enferma que forma la sangre
de los pacientes con un tratamiento previo intensivo de quimioterapia. El objeto de esta
terapia es matar todas las células tumorales con medicamentos (cicostáticos) y entonces
se introduce en el cuerpo células sanas (trasplante) con capacidad para formar sangre
nueva, no tumoral. El paciente recibe las células madre sanas mediante una transfusión.
Las nuevas células madre llegan así a la sangre y encuentran el camino a la médula ósea
por sí mismas.

 Trasplante alogénico de células madre


En el trasplante alogénico de células madre, el donante y el receptor no son idénticos. Las
células donadas deben ser, sin embargo, lo más similares posible y mostrar muchas
características en las superficies celulares. La mejor posibilidad de encontrar células de
donantes con características idénticas se encuentra entre los familiares.

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En primer lugar, es necesario destruir la médula ósea que forma la sangre de los pacientes
con leucemia mediante altas dosis de quimioterapia. Luego se transfiere mediante una
transfusión las células madre sanas del donante, las cuales se establecen en la médula
ósea del paciente. Para evitar que el sistema inmunológico rechace las células del donante,
el paciente recibe, además, medicamentos que suprimen su sistema inmune (llamados
inmunosupresores).

Un trasplante de células madre tiene también riesgos. En la fase en que la médula


ósea queda destruida, el paciente no tiene defensas en el cuerpo. Por lo tanto, está
amenazado de infectarse con gérmenes inofensivos y debe recibir medicamentos como
antibióticos durante este período, a fin de prevenir infecciones graves.

6.4. Otros productos


En algunos tipos de leucemia (cáncer de la sangre), se está comenzando a utilizar nuevas líneas
terapéuticas, gracias a los avances en los ensayos clínicos, entre los que se incluyen, el interferón
alfa.

El imatinib, se utiliza fundamentalmente con buenos resultados en la LMC.

En la leucemia linfocítica crónica (LLC) la quimioterapia se complementa


con medicamentos como el Rituximab y Aalemtuzumab.

Ambos son anticuerpos artificiales, que reconocen las pequeñas estructuras que tienen
específicamente los glóbulos blancos en su superficie celular “receptores” y los destruyen.

7. PREVENCION
Hasta el momento no se conoce ninguna medida que pueda prevenir la leucemia (cáncer
de la sangre). Además, no hay posibilidad de detección temprana. Sin embargo, con el fin
de minimizar el riesgo de cáncer, se debe tener cuidado con los contaminantes químicos,
en particular, el benceno y sustancias que contienen benceno. Es recomendable llevar una
buena calidad de vida, cuidando la alimentación, haciendo ejercicio y evitando el tabaco y
el alcohol. La radiación ionizante (por ejemplo, los rayos X) es un factor de riesgo.

Ante síntomas prolongados como debilidad, malestar, fatiga y fiebre, siempre se debe
consultar a un médico para que aclare las posibles causas. Incluso si la probabilidad de
una leucemia es baja en comparación con otras enfermedades, cuanto antes se detecta
una enfermedad, mayor es la probabilidad de curación.

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