Llamados a libertad
SEPTIEMBRE
2018
Digital
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1 de septiembre | Lectura del día: Gálatas 5:1-6
LLAMADOS A LIBERTAD
VERDADERAMENTE LIBRES
l contexto de nuestro verso base es muy interesante: Jesús les dice a los
E que habían creído en Él, que si se mantenían fieles a sus enseñanzas, co-
nocerían la verdad y que la verdad les haría libres. Como respuesta ellos
presumen su linaje como descendientes de Abraham y le dicen una mentira his-
tórica, que ellos nunca habían sido esclavos de nadie. Con facilidad olvidaron
que sus antepasados estuvieron en Egipto y en Babilonia desterrados y sirviendo
como cautivos. Nuestro Señor los lleva, de momento, sin considerar sus argu-
mentos, al plano espiritual y les dice que todo el que no hace la voluntad de
nuestro Padre Celestial es esclavo del pecado. Y les da el mensaje que Él, como
Hijo de Dios, es el único que puede darles la verdadera libertad. Y ahora sí, alu-
diendo a sus argumentos les lleva al punto de considerar que por sus actitudes y
sus hechos, ellos no eran hijos de Dios ni de Abraham. Al no seguir el ejemplo del
Padre de la fe y al tratar de matarlo, ellos eran hijos del diablo y que les encan-
taba hacer las cosas malvadas que él hace. Concluye diciéndoles que el enemigo
de nuestras almas es asesino, odia la verdad, es padre de la mentira y no escucha
la Palabra de Dios. Juan 8:36 nos lleva a la consideración de que hay una libe-
ración engañosa, mentirosa y una real y verdadera. Significa que el ser humano
puede estar libre físicamente, pero espiritualmente siendo esclavo de los vicios,
de las adicciones, del odio, del rencor, de la malicia, de la pornografía, del sexo o
de cualquier otra conducta pecaminosa. Descubrimos que la verdadera libertad
solamente la da nuestro Señor Jesucristo y comienza en nuestro ser interior. Y se
expresa en la nueva vida que Él nos da, en nuestra conducta.
Oremos: Gracias bendito Padre Celestial, porque por medio de Tu Hijo Jesu-
cristo y siendo guiados por la Palabra Escrita nos has hecho verdaderamente
libres. Reconocemos nuestras limitaciones humanas y nuestras debilidades,
pero te pedimos nos fortalezcas para mantenernos fieles a ti. En el nombre
de Cristo Jesús. Amén
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3 de septiembre | Lectura del día: Santiago 2:1-8
LIBRE DE DISCRIMINACIÓN
LIBERTAD NO LIBERTINAJE
Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser
libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus
pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. Gálatas 5:13 (NVI)
l ser humano fue creado por nuestro buen Dios como un ser moral, con
Nos concedió que fuéramos libres del temor, al rescatarnos del poder
de nuestros enemigos, para que le sirviéramos. Lucas 1:74 (NVI)
LIBRE DE CULPA
a culpa es una de las cosas que mantiene al ser humano prisionero, es por
LIBRE DE DETERIOROS
CULTIVA TU COMUNIÓN
LIBRE DE DISTORSIÓN
Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, pode-
mos ver y reflejar la gloria del Señor. (2 Corintios 3:18a) NTV
n la época del primer siglo, cuando Pablo escribió sus cartas el desarrollo
E de los espejos era muy burdo y de muy alto costo para aquellos que refle-
jaban una imagen clara. Pablo usó esta ilustración para definir la vida de
los cristianos. El principio del reflejo es de dos pasos, el primero es lo que que-
remos reflejar y segundo el material que usamos para reflejar. Este principio de
espejos y reflexiones es muy importante al considerar que nosotros reflejamos
a Dios. Lo primero es la relación que tenemos con Dios, esto es, cuanto conoce-
mos a Dios, si no estamos alineados con Dios simplemente no podremos dar a
conocer a los que nos rodean quién es Él, pero muchos cristianos conocen a Dios
o al menos eso parecería. Sin embargo, no se refleja a Dios de una manera clara,
esto es por el material que se usa. Tú y yo podemos distorsionar la imagen de
Dios ante los que nos rodean, conocemos a Dios pero tenemos amargura; sabe-
mos del amor de Dios pero no perdonamos; entendemos la justicia y la santidad,
pero nos negamos a dejar ciertos pecados. Tenemos un Dios de imposibles, pero
no tenemos fe, y así podría seguir nombrando como nuestra vida distorsiona al
verdadero Dios. Pablo en este pasaje nos da la clave para hacer esto posible, a
través del nuevo pacto vemos la gloria de Dios, porque Jesús nos quita el velo
de las leyes, de las tradiciones y de las falsas esperanzas. Pablo lo dice así: “…y
donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”(2 Corintios 3:16-17
NTV). Lo que la Palabra de Jesús dice hoy a nuestra vida es que todo aquello
que podría distorsionar la imagen de Dios a través de nosotros, se puede quitar
cuando nos volvemos al Señor. Creer en Jesús te hace libre de todas esas distor-
siones, de la amargura, de la falta de fe, del pecado, del mal carácter, del temor,
porque en Él hay verdadera libertad y somos limpiados para reflejar toda la glo-
ria de nuestro Dios a aquellos que nos rodean.
Oremos: Padre, hoy me doy cuenta de que he distorsionado tu imagen a través
de mi amargura, mis temores, mi indiferencia, m falta de perdón o incluso por mi
carácter. Quiero reflejarte a través de mi vida, de mi mentalidad, mis actitudes y
el trato a los demás, sé que Tú eres quien me puede limpiar y hacerme libre de
toda distorsión, en el nombre de Jesús, amén.
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11 Septiembre | Lectura del día: 2 Timoteo 1:3-11
LIBRE DE IMPUREZAS
E relación a su pureza, entre más puro sea mayor es su valor, pero para lo-
grar esa pureza debe ser sometido a un proceso bastante interesante, es
precisamente este proceso al que se refiere la Biblia en muchas ocasiones, desde
Job, los profetas, hasta Pedro hablan de ello, diciendo que el fuego es lo que puri-
fica de impurezas al oro, refinándolo. Esta imagen de purificación es muy fuerte
porque muchas veces el material que entra a la purificación está lleno de escoria,
y entre más escoria tenga el tiempo de purificación es más prolongado. Job com-
prendía este principio, que para sacar lo mejor y más valioso de él, Dios lo había
puesto a prueba, pero Job declara dos cosas más, la primera es que Dios es quien
sabe qué quiere lograr a través de las pruebas por las que pasamos. Tal vez tú
y yo nos sentimos como Job, desorientados y no entendemos lo que pasamos,
mucho menos vemos donde nos dirigimos, Job no tenía idea de lo que le espera
al otro lado de la prueba, él creía que su vida había llegado a su fin, él pensó
que no había más esperanza, sin embargo la historia es clara, él tuvo el doble
de riqueza y de bienes e hijos hermosos, pero gracias a que soportó la prueba.
Lo segundo es que él sabía que Dios lo pondría a prueba, esto lo dicen muchos
escritores bíblicos, y esta es una verdad, porque Dios no quiere que te estanques
o que te quedes sólo en un nivel de fe, obediencia o bendición, Él desea darte
más, pero para eso te va a pasar por el fuego de la purificación, esto significa que
si quieres servirle con mayor excelencia es necesario pasar, como Moisés, por el
desierto; como José por la esclavitud; como Pablo, por la persecución y azotes;
como Jesús, por la cruz. Tú decides si la prueba que estás pasando será la excusa
para rendirte y no seguir adelante, o será la prueba que purificará tu corazón, tu
carácter, tu conducta. Declara como Job “por lo tanto, él hará conmigo lo que
tiene pensado; él controla mi destino”. (Job 23:14).
Oremos: Dios poderoso, Padre nuestro, hoy no puedo ver el destino que tienes
para mí, hoy la prueba nubla mi vista y hasta mi corazón, pero déjame decir
como Job, Tú controlas mi destino y saldré como oro refinado, esta es la verdad
que hoy creo y camino en medio de la prueba con la certeza de que Tú me lleva-
rás hasta el otro lado, en el nombre de Jesús, amén.
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13 Septiembre | Lectura del día: 1 Timoteo 4:6-16
NO MENOSPRECIES TU JUVENTUD
L paración o la ambición desmedida. Tal vez has dicho que serías mejor es-
poso si tu esposa fuera mejor, o serías buen padre si tus hijos te hicieran
caso, serías mejor trabajador si tan solo tuvieras un buen jefe, lo que quiero que
veas es que no estamos conformes con lo que tenemos y eso nos hace infelices.
Tal vez pienses que tener un mejor carro te hará feliz, tener más dinero es el ideal
de todos, pero nunca será suficiente si no aprendes a contentarte con lo que
ahora tienes. El contentamiento es el antecesor de la gratitud, por eso existen
muchas personas ingratas, porque no ven lo que tienen, no valoran y disfrutan
lo que por el momento deberían de apreciar. Lo que Pablo le dice a Timoteo no
es un consejo de estancamiento o de mediocridad, más bien él le está diciendo
que el secreto de la vida y el ministerio consiste en apreciar y valorar aquello que
Dios nos permite vivir ahora, sea mucho o sea poco, no es la cantidad lo que te
hará feliz, en realidad la felicidad es la disposición de corazón, esa que te permite
disfrutar a tu cónyuge con sus defectos y errores, esa disposición que te permite
valorar el esfuerzo de tus hijos en la escuela, o que te permite servirle a tu jefe
y honrarlo a través de tu trabajo, así mismo ver la entrega de tus trabajadores,
etc. Sé libre de la amargura que trae el no valorar lo que tienes, vive contento
con lo que tienes, y sí, si está permitido querer más, pero no por insatisfacción,
sino por visión; como con nuestra Iglesia, yo la valoro, siempre que salgo extraño
mi casa, aunque he visitado otras congregaciones amo a mi iglesia y estoy muy
contento con ella, sin embargo mi visión es alcanzar a Oaxaca, esto quiere decir
que aprecio a mi Iglesia pero estoy buscando seguir creciendo, no porque esté
insatisfecho, sino porque Dios me ha dado la promesa de que así será. Así que
hoy sé libre por el contentamiento, disfruta lo que tienes y dale gracias a Dios.
Oremos: Gracias Padre, soy rico en tus abundantes bendiciones, hoy agradezco
la familia que me has dado, el trabajo y el lugar donde estoy, porque hasta aquí
me has ayudado. Perdona si no he valorado cada día como debería, pero hoy
quiero contentarme con todo lo que me has dado, en el nombre de Jesús, amén.
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15 Septiembre | Lectura del día: Gálatas 5:1-13
UN GRITO DE LIBERTAD
E yugo, a través del Cura Miguel Hidalgo y Costilla. Este llamado es parte de
la naturaleza humana, lo vemos a lo largo de la historia, cómo un pueblo
busca su libertad pero una vez obtenida se vuelve a esclavizar. La libertad es una
palabra amplia en muchos sentidos, pues nos plantea la disyuntiva de ser libre
o ser esclavo, ya que puede convertirse en libertinaje o subyugación. Ser libre es
más que poder hacer lo que uno quiera, ser libre significa servir por voluntad, ser
libre significa responsabilidad y respeto. En su caminar sobre este mundo, Jesús
nos mostró la amplitud de la libertad, pues nos libró de nuestros pecados, trajo
libertad a los cautivos, liberó a los que tenían enfermedades, trajo libertad de las
prisiones del alma, nos liberó de la ignorancia religiosa, y a través de su muerte
y resurrección nos liberó de la vieja naturaleza pecaminosa. ¿Qué significa esto?
Que el ser humano busca la libertad en todos los sentidos porque el pecado nos
tenía bajo su yugo, porque los placeres desenfrenados controlaban nuestra vida.
Porque los temores nos han encarcelado y pasamos de la esclavitud al libertina-
je. Dios nos ha dado la libertad de decisión, Él mismo nos ha dado este gran re-
galo, pero el pecado nos lo había robado, ahora en Cristo tenemos la capacidad
de servir a nuestro Dios. Lo que Dios nos regala a través de Jesús es más valioso
que lo que nuestros héroes de la patria lograron. Porque la verdadera libertad
nace del corazón renovado, aun así damos gracias porque en este país tenemos
libertad de culto. Es por ello que el conflicto de la libertad surge en el cristianis-
mo, porque no estamos obligados a ser cristianos y muchos han tomado esta
libertad de culto para no ir a la Iglesia, para tomar un camino de libertinaje.
Oremos: Amado Dios y Padre, hoy te agradecemos por la verdadera libertad
que encontramos en Ti, libertad del pecado y de la muerte; libertad de la enfer-
medad y prisiones del alma. Gracias Dios, porque en Ti y en tu plan redentor a
través de Cristo Jesús somos verdaderamente libres, oramos en el nombre de
Cristo Jesús, amén.
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16 Septiembre | Lectura del día: Juan 15:1-17
INTERDEPENDENCIA
MENTE DISPUESTA
S ciones, y has dicho “si tan solo hubiera hecho aquello…, si no hubiera dicho
eso…” y cosas semejantes. Estas frases se relacionan a cosas pasadas que
ya no se pueden cambiar, el caso es que estas cosas interfieren con nuestro día
a día, pues no podemos avanzar por estas ataduras. Es como si trataras de ma-
nejar un carro viendo solo el retrovisor. Te aseguro que ocasionarías un choque
o por lo menos no avanzarías tanto como imaginas. Eso es lo que pasa cuando
te detienes en el pasado y no lo sueltas. Mirar continuamente al pasado y pensar
en el que hubiera sido, nos llega a frustrar. Podemos entender que lo bueno o
malo del pasado en este momento ya no se puede modificar y por lo tanto no
importa cuánto tiempo pases meditando en él hubiera, nada en absoluto podrá
hacer la diferencia, lo único que puede pasar es que pasen de nuevo los años y
tú te estancaste en ese pasado, desaprovechando el presente y no mirando el
futuro que tienes por vivir. Lo que Dios le dice al profeta es “no te acuerdes más”
ni vuelvas a repasar los recuerdos, lo que debes entender es lo que quiero hacer
a partir de hoy, Él quiere hacer algo nuevo contigo, algo que tu pasado no puede
detener. En realidad, los grandes hombres de Dios también pasaron momentos
de estancamiento por aferrarse al pasado, pero cuando se dan cuenta de lo que
Dios quiere hacer con ellos ese pasado se desvanece y cobra más importancia
el futuro y el presente. ¿Qué cosa del pasado te persigue? ¿Qué es aquello que
no puedes superar de tu pasado? Dios hoy te dice, déjalo y mira mejor este día
nuevo que tengo para ti, espera días mejores para ti, pero para ellos debes dejar
las cosas pasadas atrás. Dios no va a obrar algo en tu pasado, Él quiere que ca-
mines en el presente y veas el futuro glorioso que tiene para ti. Jesús hoy te da
esa oportunidad, vive en el presente, es aquí donde Dios puede sorprenderte.
Oremos: Dios maravilloso de ayer, hoy y siempre, perdóname si me he queda-
do estancado en el pasado, permíteme vivir este día al máximo y darme cuenta
de que tienes un futuro brillante para mi, si me enfoco en el hoy y no el ayer que
ya no puedo cambiar, en el nombre de Jesús, amén.
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19 Septiembre | Lectura del día: Habacuc 3
LIBRE DE DESESPERANZA
E ello nos recuerda la realidad en la que vive el ser humano, más cuando
solo nos enfocamos en aquellas cosas terribles que pasan. Si el profeta
no conociera a Dios sin lugar a dudas no habría esperanza para él ¿Te has sen-
tido así? ¿Has estado en momentos de tu vida donde todo es desesperanzador?
Bueno, Dios es el Dios de la esperanza, porque sus caminos están por encima de
los nuestros y sus pensamientos superan nuestra imaginación. Lo que te quiero
decir hoy es que si solo miras a tu alrededor, sin Dios, el panorama será bastante
desalentador. Pero, si pones a Dios en tu realidad, las cosas cambian. Imagina
al profeta Habacuc describiendo la peor situación posible, no hay frutos, no, ni
siquiera flores, hay poco ganado y el poco que hay no se reproduce, incluso algu-
nos establos han sido saqueados o acabados por la hambruna, pero es ahí don-
de la revelación de Dios entra en acción, y le hace exclamar un cántico de espe-
ranza, a pesar de todo eso la alegría se encuentra en Dios, no en lo que pasamos,
no en lo que no tenemos, no en lo que vivimos, sino en Dios. Es que debes saber
que si Dios está contigo incluso la muerte es ganancia, que si Dios está contigo
la escasez de alimentos es la oportunidad de ver un milagro de provisión, que
si hay enfermedad es porque Dios puede darte sanidad, es que conocer a Dios
cambia nuestra manera de ver las cosas, tal vez suene absurdo pero así es Dios,
porque si eres débil, entonces Él es quien te fortalece de manera sobrenatural,
de manera que el pequeño ahora es grande, así es nuestro Dios, esa es nuestra
esperanza.
Oremos: Dios eterno, mi Señor hoy reconozco que aun así, en medio de cualquier
circunstancia la alegría viene de tu presencia, la esperanza no está en lo que veo,
sino en lo que la fe me deja ver que Tú harás, en el nombre de Jesús, amén.
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20 Septiembre | Lectura del día: Eclesiastés 3:9-15
REGALOS DIVINOS.
LIBRES DE OBLIGACIÓN
E donde explicamos que nadie se irá al cielo por sus buenas obras surge
la pregunta ¿Entonces porque obedecer los mandamientos? ¿Por qué ha-
cer las buenas obras? La razón es que por naturaleza seguimos las ordenan-
zas como una carga, y estamos acostumbrados a las obligaciones. Sin embargo,
cuanto más conozco a mi Dios me doy cuenta de que la manera más sublime
de darle la gloria es por voluntad propia, por eso Él nos creó con el libre albe-
drío, y no como máquinas que hacen su voluntad sin cuestionarla o sin la menor
dificultad. Obedecer los mandamientos es semejante a hacer tus obligaciones
por amor, imagina a una mamá atendiendo a su recién nacido, ¿Lo hace por
obligación? No, lo hace por amor y lo hace con amor. Cuando amamos a Dios,
hacer el devocional no es una obligación, es una dicha, es algo que anhelas. Leer
la Biblia no es una carga, sino una espera ferviente por escuchar las palabras de
nuestro Dios amado. Orar no es esa tarea tan difícil de realizar, no, cuando amas
a Dios orar es esa llamada o plática pendiente con ese amigo que tanto esperas y
disfrutas. No solo se trata entonces de hacer las buenas obras, hacer lo correcto
trae bendición a tu vida. No te estoy diciendo que alcanzarás el cielo más rápido,
pero sí disfrutarás más la tierra y lo que Dios derrama sobre aquellos que le te-
men. Si alguna vez quisiste hacer las cosas bien, buscarte una fórmula para que
te vaya bien, créeme que obedecer los mandamientos es la clave, pues cada uno
de ellos es sabiduría pura para tu vida. Y si amas a Dios cumplirlos será más fácil
de lo que imaginas.
Oremos: Padre Santo, gracias por tus mandamientos, gracias porque me permi-
tes amarte, y a través de ese amor que has puesto en mí procuro obedecerte por
amor. Estoy dispuesto a seguir Tus ordenanzas y recibir Tu bendición y sabiduría,
ayúdame a encontrar placer en todo lo que Tú has dejado para que yo haga, en
el nombre de Jesucristo, amén.
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22 Septiembre | Lectura del día: Tito 3:1-11
LIBRES DE LA NECEDAD
C por ejemplo, cuando los españoles llegaron a nuestro país, nos esclavi-
zaron de una manera cultural, religiosa y social que marcó nuestro por-
venir, pero también existe la esclavitud de otro tipo, como malos hábitos, adic-
ciones o rencor. Pero una de las cosas a las que el ser humano más se esclaviza
es a la necedad. La necedad puede ser descrita como darte cuenta del error y
aun así persistir en el. Desde el punto de vista espiritual no estamos muy lejos
de esa descripción, pues sabemos que cosas son pecado, que cosas están mal y
aun así persistimos en ellas, no queremos dejarlas. El detalle es que vivimos en-
gañados, pero no ciegamente, sino que creemos las mentiras que nuestra mente
crea para justificar nuestros malos hábitos, nuestros errores y pecados. Porque
creemos que el placer en sí mismo es bueno, o que la pasión puede llevarnos
a un buen lugar, pero la realidad es que sabemos que eso no es cierto, pero
preferimos creer que sí. Lo importante de este día es lo que declara Pablo a con-
tinuación: “Él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos
hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y
nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo”
(Tito 3:5). No se trata de mí, se trata de lo que Él hizo por mí, ¿Has oído del
nuevo nacimiento? Bueno es la acción que Dios hace en tu mente, para cam-
biar lo malo por algo completamente diferente, de eso se trata, de lo que Dios
ha puesto ahora en ti. Sé que aún puedes estar peleando con un hábito, pero
cuando Dios te declara justo, limpio y nuevo, realmente está haciendo algo que
tú y yo no podemos hacer, ¿Cómo explicas que un corazón amargado ahora sea
feliz? ¿Cómo comprendes que una familia desintegrada ahora pueda vivir ejem-
plarmente? Humanamente es imposible, pero Dios puede hacer lo que nuestra
mente apenas puede imaginar.
Oremos: Bendito Señor, gracias por hacerme nuevo, por declararme justo y
transformarme, porque me doy cuenta de que muchas cosas ahora son dife-
rentes en mi gracias a tu poder, ayúdame a cambiar lo que me corresponde, a
aceptar aquello que Tú y solo Tú puedes cambiar y vivir cada vez más como Tú
quieres que viva, en el nombre de Jesús, amén.
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23 Septiembre | Lectura del día: 2 Tesalonicenses 1
C tiones eternas, porque son cosas que aún no pasan y parecen muy dis-
tantes para nosotros, pero cuando leemos la Biblia nos encontramos
con una de las libertades más maravillosas e importantes, la libertad del castigo
eterno. No nos gusta hablar mucho del infierno porque creemos que es un lugar
que no visitaremos gracias a la salvación que Jesús nos ha dado. Por el contrario,
preferimos hablar del cielo porque es allí donde llegaremos, aun así no nega-
mos la realidad del castigo para los que no crean en Jesús. No quiero asustarte
con la descripción del infierno, prefiero que mires el maravilloso lugar que Dios
está preparando para ti. Ser libre de ese castigo nos debe de motivar a vivir en
armonía con lo que nos espera, Pablo diría, a vivir dignamente por la fe; esto es,
que todo lo que puedas vivir aquí en la tierra no sea para evitar el castigo, sino
para disfrutar del cielo y también de esta vida que Dios nos da, porque muchos
cristianos lamentablemente han dejado de disfrutar lo que hoy tenemos por te-
mor al castigo. ¿Recuerdas a los fariseos? Ellos vivían así, con temor a olvidar un
mandamiento, con temor de que se les pasara una instrucción de tal manera
que olvidaron el amor al prójimo; no así con Jesús, Él vivía con la alegría de ser
bendecido por Dios, a través de la gracia y misericordia. ¿Cómo vas a vivir? Con
temor al castigo o con la alegría de ser salvo, eso va a definir tu vida, tus rela-
ciones y todo lo que haces día a día, yo he elegido la alegría de ser salvo, y he
experimentado las bendiciones de Dios aquí y solo puedo imaginar lo que será
la recompensa allá en el cielo.
Oremos: Gracias Dios de amor y perdón, porque me has perdonado, porque
me salvaste del castigo eterno, permíteme vivir hoy con la alegría de ser salvo,
gozarme y alegrarme porque tu misericordia se ha derramado hoy una vez más,
en Cristo Jesús Señor nuestro, amén.
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24 Septiembre | Lectura del día: Proverbios 14:23-27
TEME, NO TEMAS
LIBRES DE AMARGURA
a falta del perdón es algo con lo que todos lidiamos casi a diario, esta situa-
NO ES EN VANO
l apóstol Juan era ya anciano cuando recibió la visión para escribir este libro
E ron milagros, solo escucharon las palabras de Jesús y eso les hizo seguir
a Jesús. Esta es la clave para ver los milagros suceder en tu vida, muchas
personas han ido tras milagros, y cuando los milagros suceden dejan de seguir
a Jesús; así mismo pasa cuando los milagros no suceden, por no ver no creen y
dejan de seguir a Jesús. Si nuestra vida cristiana estuviera basada en los mila-
gros seríamos como las multitudes que iban tras los milagros de Jesús. Cuando
obtengamos lo que pedimos dejaremos de clamar, cuando no veamos que su-
cede dejaremos de confiar. Por eso la importancia de buscar a Jesús y no sus
milagros, esto es lo que los primeros discípulos hicieron, y Jesús les recompensó
diciéndoles que a partir de ahora iban a ver milagros. Ellos no lo siguieron por los
milagros, ellos querían conocerlo, ellos se dispusieron a seguirlo porque era su
maestro, y sí eventualmente al caminar a su lado comenzaron a ver sus milagros,
se dieron cuenta de que cuando las cosas se complicaban y Él estaba con ellos y
en el lugar indicado, Él mostraría un despliegue de su poder y gloria. En las bo-
das de Caná el problema fue que ya no había vino, pero como los novios habían
invitado a Jesús y Él estaba ahí cuando el problema sucedió, pudieron recibir un
milagro, es que así es la vida cristiana, mientras caminas con Jesús a tu lado te
encontrarás en medio de problemas y situaciones imposibles, pero porque Él va
contigo, Él puede hacer cosas imposibles en tu vida, pero el punto en realidad no
son los milagros, lo importante es que camines con Él, que lo conozcas cada vez
más. Los milagros son solo eventuales, solo resuelven un problema, pero nuevos
problemas aparecerán. No te conformes con un milagro, mejor ve tras el que es
especialista en hacerlos.
Oremos: Gracias Señor Jesús por llamarnos a ser seguidores tuyos, perdónanos
si hemos ido solo tras Tus milagros y nos hemos olvidado de que quien importa
en realidad eres Tú, hoy he aprendido que lo más importante es que yo camine
a tu lado, así cuando las cosas sean difíciles, confiaré porque Tú estás conmigo,
sabré que para Ti no hay nada imposible las veces que sea necesario, en Tu
nombre, amén.
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28 Septiembre | Lectura del día: Lucas 11:1-11
LIBÉRATE DE LA VERGÜENZA
Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan
buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá.
Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a
todo el que llama, se le abrirá la puerta. (Lucas 11:9-10) NTV
ste pasaje del evangelista Lucas nos recuerda la naturaleza de los grandes
LIBRE DE RELIGIOSIDAD
No, Señor —dijo Pedro—. Jamás he comido algo que nuestras leyes
judías declaren impuro e inmundo. (Hechos 10:14) NTV
E más difíciles de entender para nosotros. Pedro había crecido toda su vida
guardando las leyes judías, tal vez durante su infancia cometió varios erro-
res que le costaron un par de lágrimas y castigos severos, durante su juventud
solo podía reafirmar todo lo que le habían enseñado. Esa manera de ser edu-
cado marcó su forma de vivir, ¿Recuerdas su encuentro en la barca con Jesús?
Cuando el milagro sucedió, él por sus prejuicios religiosos le dijo a Jesús “¡Apár-
tate de mí que soy pecador!” te das cuenta de su manera de pensar, la gracia y
el favor de Dios se habían acercado a él, pero él simplemente por sus prejuicios
religiosos no se sentía digno, quería salir huyendo, lo mismo pasa en esta histo-
ria, Dios mismo le da una orden, pero sus prejuicios religiosos no le dejan ver la
grandeza de la misericordia de Dios. La visión fue necesaria para que Pedro de-
jara a un lado sus prejuicios religiosos, aun cuando entra en la casa de Cornelio
Pedro dice lo siguiente: “Ustedes saben que va en contra de nuestras leyes
que un hombre judío se relacione con gentiles o que entre en su casa; pero
Dios me ha mostrado que ya no debo pensar que alguien es impuro o in-
mundo” (Hechos 10:28). ¿Cuántas veces hemos sido cautivos de los prejuicios
religiosos? ¿A caso necesitamos una visión para cambiar nuestras costumbres? El
caso es que Pedro era religioso porque esa fue su educación, pero tú y yo a veces
tenemos ciertas conductas pecaminosas o deshonestas porque así hemos sido
criados, y aunque sabemos que debemos dejarlas atrás estamos esperando una
visión del cielo y aun así tal vez diríamos lo mismo que Pedro, “no Señor jamás
he hecho algo semejante, jamás he dejado de hacer lo que me pides. Déjame
decirte, no necesitamos una visión, simplemente debemos obedecer la ley que
Dios nos dejó a través de la misericordia y amor de su Hijo Jesús.
Oremos: Señor Jesús gracias por mostrarnos tu misericordia, gracia y verdad,
hoy dejo todos mis prejuicios religiosos y aquellos que me impiden dejar ciertos
hábitos pecaminosos, deseo seguir Tu voluntad y disfrutar la nueva vida que me
regalas, en Tu nombre, amén.
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30 Septiembre | Lectura del día: Romanos 8:1-17
L seres humanos, aún los cristianos batallamos con este impulso, si bien
no estamos dominados por ella, si somos tentados y constantemente
incitados. Cuando el Espíritu de Dios no moraba en nosotros y no éramos
cristianos, esta naturaleza nos tenía bajo su completo dominio, los placeres,
el desenfreno y toda clase de vicios y malas conductas eran parte de nuestra
esencia. Tú tal vez querías dejar a tras ciertas cosas, pero al final cedías sin
mucha resistencia, es que en realidad vivíamos más bajo el impulso de ha-
cer lo malo. Ahora en Cristo las cosas son diferentes, porque no solo ves con
claridad el pecado, sino que te opones a ser incitado por la naturaleza peca-
minosa, cuando alguien te insulta buscas la manera de dominarte, cuando al-
guien te insinúa cosas que no agradan a Dios hay algo que te impide seguir la
corriente o por lo menos luchas para no ceder a la primera. Bueno, Pablo nos
da esta verdad porque él conoce que aun como cristianos sufrimos con esta
lucha, pero nos pide que experimentemos el poder sobre natural en nuestra
vida, tal vez tu estés luchando con un hábito, o estés pasando un situación
que no agrada a Dios y te has dado cuenta que debes dejarla, has intentado
dejarlo por tus fuerzas pero sin mucho avance, la buena noticia para ti es, Dios
te ha liberado de todo eso a través de su Espíritu Santo, si puedes creer esto
y vivir bajo su poder, cada una de esas luchas serán ganadas poco a poco.
Hoy te pido que luches, que no te dejes vencer por las tentaciones, recuerda
que Jesús te liberó de esa naturaleza, solo debes tomar esta promesa para ti
y dejar que Él te fortalezca.
Oremos: Gracias Espíritu Santo por morar en mí, por hacerme libre de las ata-
duras de la naturaleza pecaminosa, porque en mis fuerza he peleado sin mucho
éxito, pero cuando recuerdo que Tú me fortaleces puedo salir victorioso y apar-
tarme de esa acción, gracias por Tu poder derramado en mí, en el nombre de
Cristo Jesús, amén.