El proceso de selección artificial consiste en elegir de la población los mejores
individuos portadores de las características que quieren seleccionas para obtener su descendencia y volver a repetir el proceso. Podríamos hacer lo mismo con el tamaño de las flores de una planta, o con el tamaño de alguna estructura de interés en un animal doméstico.
La evolución ha traído como consecuencia la aprobación de nuevas especies
y otras han desaparecido a lo largo del planeta; hoy en día se pueden apreciar a lo largo de los ecosistemas una gran diversidad de organismos de distintas especies, algunas están en peligro de extinción.
La selección natural es el factor que ORDENA la variación la variación surge
por mutación así lo definió Darwin.
Las causas de la selección natural -y por tanto del proceso evolutivo- son:
- variaciones entre los individuos de una población
- trasmisión de los caracteres variables a la progenie
- capacidad reproductiva
- lucha por la supervivencia.
1. Variaciones entre los individuos de una población
Las características que hacen a un organismo diferente de los demás, pueden
ser morfológicas, fisiológicas o conductuales.
Aquellas características de origen genético pueden heredarse, pero no las de
origen ambiental. Sin variaciones entre individuos, la selección natural no tiene sobre qué actuar.
2. Trasmisión de los caracteres variables a la progenie
La obra de Darwin es anterior a los experimentos de Mendel sobre patrones
de herencia. De modo que no se sabía entonces cómo se trasmitían los caracteres variables a la progenie, pero sí que tal transferencia ocurre.
Sin trasmisión de los caracteres variables a la progenie, no habría evolución.
3. Capacidad reproductiva
Es necesario que los organismos más aptos se reproduzcan.
A través de las generaciones, las características de los individuos con
abundante progenie tienden a ser más comunes entre la población; mientras que las características de los individuos con escasa progenie tienden a desaparecer de la población.
Si los individuos de una población no se reproducen a una tasa al menos
ligeramente superior a la necesaria para remplazo, la probabilidad de extinción aumenta.
Sin reproducción, no hay generaciones siguientes.
4. La lucha por la supervivencia
En la naturaleza, los organismos se reproducen, y la progenie tiene que
enfrentar depredadores, enfermedades y hambre, compitiendo por los recursos limitados de agua, alimentos, luz, espacio, etcétera. Es una lucha en la que los organismos más aptos, aquellos mejor adaptados al ambiente, sobreviven y se reproducen.
Pero las condiciones ambientales cambian a través del tiempo, y aquellas
características que hacen a un organismo más apto en un ambiente, pueden no conferirle tal aptitud óptima en un ambiente diferente.
La lucha por la supervivencia es permanente.
La importancia de la variación genética, Selección natural y Selección artificial
La variabilidad genética es la materia prima de la evolución. Sin variabilidad
genética, una población no puede evolucionar en respuesta a cambios en las variables ambientales y, por lo tanto, se enfrenta a un mayor riesgo de extinción. Por ejemplo, si una población se expone a una enfermedad nueva, la selección actuará sobre los genes de resistencia a la enfermedad sólo si éstos existen en la población. Si no existen si la variabilidad genética adecuada no está presente la población no evolucionará y es posible que la enfermedad acabe con ella.
A medida que el número de individuos de una especie disminuye ésta pierde
variabilidad genética, y no la recuperará ni siquiera aunque la especie se recupere. La variabilidad genética sólo se recuperará, lentamente, con la acumulación de mutaciones con el transcurso de muchas generaciones. Por este motivo, puede que una especie amenazada con poca variabilidad genética esté en riesgo de extinción mucho tiempo después de que el tamaño poblacional se haya recuperado.
La teoría evolutiva nos indica que para garantizar la supervivencia de una
especie a largo plazo no basta con conservar individuos de esa especie, sino que también es necesario conservar su capacidad de evolucionar ante cambios en las variables ambientales, es decir, hay que conservar los individuos y la variabilidad genética.
Aunque este ejemplo no es en absoluto concluyente, es posible que la escasa
variabilidad genética de los guepardos —al contrario que la mayor variabilidad de los leones— significara que ninguno de ellos poseía las variables génicas del sistema inmunitario adecuadas para eludir la enfermedad. Es posible que otras epidemias similares arrasen otras especies vulnerables con poca variabilidad genética, haciendo que aumente la probabilidad de que se extingan.
La selección natural da como resultado la supervivencia de los individuos más
capacitados a su ambiente. Eso quiere decir que es el mecanismo que regula el curso de la vida, por ej: Si la tierra se congelara producto de una catástrofe global, sólo los animales que pudiesen soportar mejor el frío sobrevivirían. Para ello quizás se destaque una especie en particular de mamífero lanudo que durante el transcurso de sus generaciones ha ido siendo más peludo, suponiendo que este mamífero (A1) se desprende de un clase en partícular A0, que no llevaba tanto pelo, la clase A0 se extinguirá en las próximas generaciones mientras que A1 que desarrolló un mecanismo para guardar más calor sobrevivirá. De esta manera se moldean las especies, y se seguirá haciendo.
Sin la selección natural no habría evolución ni, por tanto, biodiversidad.
Es posible desarrollar la selección artificial para favorecer la reproducción de
ejemplares que cuenten con las características deseadas o incluso para lograr justamente lo contrario: que no se produzca la reproducción de ejemplares que tienen características no deseadas.
Por lo general la selección artificial se orienta a la obtención de ejemplares
diferenciados para la reproducción. A partir de las nuevas generaciones, comienzan a surgir ejemplares con las características deseadas de manera estable.