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UNIVERSIDAD PERUANA UNION

FACULTAD DE TEOLOGIA

CULTO Y ADORACION
ALUMNO: DAVID MONTEZA
PROFESOR: DR. RUBEN JAIMES

INFORME DE LECTURA 1

IMPORTANCIA DE LA ADORACION

la adoración es importante porque adorar lo es; porque adorar es una parte


esencial de la experiencia religiosa. Esa vivencia de raíces profundas se da cuando el
hombre reconoce la existencia divina, se siente necesitado de ella y se pone en contacto
con la Deidad. Es en ese contacto que la adoración se hace presente. Asimismo, adorar
es tan parte de la religión como la creencia en Dios; es como la acción primaria o
central de la religión. Además, adorar es algo significativo, porque expresa e ilustra la fe
de los adoradores. Por otro lado, en la profecías apocalípticas se habla de un conflicto
de dimensiones cósmicas centrado en la adoración. En conclusión, William Johnsson,
director de la Adventist Review1, afirma que la adoración es el mensaje que la iglesia
debe dar al mundo y que encierra un profundo interés para la iglesia de este tiempo.
Según David Peterson2 la adoración está ligada a los mayores énfasis de la
enseñanza bíblica, como la Creación, el Pecado, el Pacto, la Redención, el pueblo de
Dios y la esperanza futura.
LA ADORACION EN LA BIBLIA
Los términos bíblicos de mayor significado y que más a menudo se traducen
como adoración describen el acto de “inclinarse” o “postrarse” (hebreo shlijáh y griego
proskuneó). El acto encierra una actitud de homenaje, respeto y sumisión.
La primera mención clara de la palabra "adoración", en la Biblia, se encuentra en
Génesis 22:5, en relación con la historia de Abraham: “Entonces dijo Abraham a sus
siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y
volveremos a vosotros”.
En la adoración, el hombre atribuye a Dios el homenaje y la veneración que solo
él merece.

1
William G. Johnsson, "When We Al! Get Together", Adventist Review (October 1997), p.
12.
2
David Peterson, Engaging with God: A Biblical Theology ofWorship (Grand Rapids, Michigan:
William B. Eerdmans Publishing Company, 1993), p. 17.
Asimismo, veremos algunos ingredientes indispensables que debe haber dentro
de la adoración:
SERVICIO
El verbo "servir" es muy común en la Escritura (hebreo 'abad y griego latréuó).
Puede referirse a un trabajo, un ministerio, o describir la actitud de lealtad y obediencia.
En la Biblia, servir equivale a adorar. El Antiguo Testamento describe como “servicio”
la actividad que los levitas y los sacerdotes realizaban en el Santuario o en el Templo. A
veces, “servicio” se refiere a un servicio de culto (Sal. 101:6; Isa. 56:6). Por ello,
cuando las naciones paganas adoran a sus ídolos, “sirven al palo y a la piedra” (Eze.
20:32). En el Nuevo Testamento, el término “servir” describe el ministerio apostólico y
sacerdotal (Hech. 13:2; Heb. 10:11), también el servicio de la iglesia y de los cristianos.
REVERENCIA
Con frecuencia ocurre en los documentos bíblicos, "temer" puede encerrar más
de un significado (hebreo yáré' y griego fobéomat). Este tipo de temor tiene que ver con
el recogimiento (Sal. 5:7), la humildad (Rom. 11 :20) y la obediencia a los
mandamientos de Dios (Gén. 22:1,12; Éxo. 20:20...) Es decir que el temor muchas
veces va más allá de la emoción y lude a la reverencia, al respeto y, sobre todo, a la
obediencia a la voluntad de Dios. En la Escritura, el temor encierra un profundo sentido
ético. El “temor de Dios” equivale a fidelidad, piedad y auténtica religiosidad. El
verdadero culto no puede en ningún caso dejar de lado este ingrediente de la adoración
bíblica.
GLORIFICACION
El término “gloria” se utiliza a veces en relación con la adoración (hebreo kábód
y griego dóxa, doxazó). Su significado literal era “peso” o “brillo”; es decir, valor,
dignidad. Dar gloria a Dios significa reconocer su honor. Las doxologías más
significativas de las epístolas del Nuevo Testamento se encuentran en pasajes como
(Romanos 11:36; 16:25 al 27; Gálatas 1:3 al 5; Efesios 3:20 y 21; Filipenses 4:19 y 20;
1 Timoteo 1:17; 6:15 y 16...). Glorificar a Dios es responder al Ser divino, que se ha
manifestado en su santidad, majestad y poder. Se glorifica a Dios mediante un estilo de
vida que refleje su carácter en alguna medida.
ALABANZA
En las Escrituras, en particular las del Antiguo Testamento, se emplea el verbo
“alabar” en abundancia (hebreo hálál y griego ainéó). Del verbo hebreo se compone
también la expresión “aleluya” (“alabad a JAH”). La Biblia presenta a Dios como digno
de alabanza, en virtud de sus atributos (2 Sam. 22:4; Sal. 48:1). De la idea de alabanza
emerge otro aspecto de vital importancia para la adoración y el culto, y tiene que ver
con la necesidad de dar al Señor una respuesta que quiebre el silencio y mueva a la
expresión y el diálogo divino-humano.
BENDICION
Bendición quiere decir ventaja, beneficio o regalo (hebreo bárak y griego
euloguéó). Bendecir significa literalmente “decir bien”, “hablar bien”. La bendición
puede estar orientada de Dios al hombre, del hombre para con su prójimo y del hombre
para con Dios. La adoración es un reconocimiento de Dios como el ser que otorga todos
los dones, materiales y espirituales. Decía el salmista: “Así te bendeciré en mi vida; en
tu nombre alzaré mis manos” (Sal. 63:4).
En conclusión, “La adoración, en todos sus grados y formas, es la respuesta de la
criatura al Eterno”.3

3
Evelyn Underhill, Worship (Nueva York: Harper & Row, 1957), p. 3.

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