Anda di halaman 1dari 5

Universidad Adolfo Ibáñez

Licenciatura en Ciencias Sociales

Libertad y estado democrático

Nicolás Alliende
Electivo de Filosofía
Sección
Profesor Eugenio Yañez
4 de Noviembre de 2008

1
Todos sabemos que, como seres humanos, poseemos una libertad intrínseca
desde que nacemos, pero esta aseveración genera controversia y dudas, como por
ejemplo; ¿Qué tan libres en realidad somos?, ¿Cuál es el propósito del ejercicio de
nuestra libertad? En este ensayo abarcaremos una de las preguntas trascendentales de la
libertad y la abordaremos desde el punto de vista de la convivencia humana.

Hace ya tiempo autores del calibre de Platón y Aristóteles comenzaron a


comprender que el ser humano necesitaba vivir en sociedad, por distintos motivos como
reproducirse o auto realizarse, lo importante de esta afirmación es que comprendemos
que el ser humano obtiene algún beneficio conviviendo en sociedad. Ahora, este
beneficio no es gratuito, y supone vivir en algún tipo de “común acuerdo” para poder
pertenecer a esta comunidad. Uno de estos costos comúnmente es nuestra libertad de
acción. En este trabajo nos analizaremos la siguiente pregunta: ¿Cómo
generamos un estado más democrático?, ampliando las libertades de sus ciudadanos al
máximo o, por el contrario, cuando se preocupa por regularlas.

A medida de que ha pasado el tiempo, el hombre a aprendido a vivir con sus


pares, y vemos repetitivamente en la historia, la evolución de las comunidades, desde
pequeñas tribus hasta los inmensos países actuales, así mismo, ha ido cambiando la
manera de interactuar entre los hombres, generándose así la necesidad de una institución
para regular está interacción entre ciudadanos. Esta función la cumple el estado, y como
dice ratzinger: “la tarea del estado es mantener la convivencia humana en orden, es
decir, crear un equilibrio entre libertad y bien”1. Así, en la actualidad existen distintas
normas y códigos de conducta que regulan esta compleja interacción.

Ahora bien existen diversos tipos de estado, estados democráticos, estados


anárquicos autárquicos, pero en este ensayo nos remitiremos al estado democrático,
considerándolo como lo describe brevemente: “la democracia consigue la distribución y
el control del poder y ofrece la más alta garantía contra la arbitrariedad y la opresión, y
el mejor aval de la libertad individual”2 .

1
Ratzinger (2005); p. 90.
2
Ídem, p.81.

2
En el presente trabajo defenderemos la tesis de que un estado es más
democrático cuando se preocupa de regular las libertades individuales de sus
ciudadanos.

El primer argumento que presentaré para defender la tesis es la consideración de


que para lograr vivir en sociedad, debemos renunciar a ciertas libertades, como lo dice
Hobbes: “El derecho de naturaleza es la libertad que cada hombre tiene de usar su
propio poder como quiera, para la conservación de su propia vida” y luego añade “esta
condición del hombre genera un condición de guerra de todos contra todos, en la cual
cada uno está gobernado por su propia razón…”3 lo que lo lleva a concluir que “un
precepto o regla general de la razón, cada hombre debe esforzarse por la paz, mientras
tiene la esperanza de lograrla”4 Así concluimos que si queremos vivir en comunidad y
no estar en un estado de guerra constante con nuestros pares, debemos renunciar a
ciertos actos que aunque podamos realizarlos, destruyen la vida en sociedad.

A este argumento se le podría contra argumentar que: aun si renunciamos a


nuestra libertad, al no ejercer toda su capacidad, podríamos eventualmente seguir en un
estado de guerra, en el caso de que alguien más no renuncie a esta libertad y nos cause
daño.
Aunque eventualmente la situación descrita puede suceder, consideramos que
aún así hay que seguir abrigando la esperanza de paz, ya que es la única manera de
conseguirla, y en ese caso, el estado, como “regulador de interacciones humanas”,
debería imponerle un castigo a la persona agresora. Pero aún en este caso se hace
imprescindible renunciar a dimensiones de nuestra libertad para convivir pacíficamente
con nuestros pares.

Como segundo argumento presentamos que necesitamos seguir a una autoridad


que gobierna para encontrar el bien común y así realizarnos. Como lo dice Maritain.
“obedecer según la justa medida en el caso de que ejerza ese derecho quien tiene
realmente derecho de dirigir la acción, es de suyo acto de razón y de libertad”5.

3
Hobbes (1995); p.113.
4
Ídem, p.114.
5
Maritain (1969);p. 47.

3
A este argumento podría alegarse que: siendo así la situación no seriamos para
nada libres ya que dependeríamos de un estado para que nos guíe hacia la
autorrealización.

A este contra argumento podemos argüir que como dice maritian nuevamente:
“obedecer a quien en verdad cumple el destino de dirigir la obra común hacia el bien
común es accionar como hombre libre”6. Lo que nos permite concluir que no es el
hecho de acatar ordenes lo que nos hace no tener libertad, ya que si la decisión se toma
por buenas razones, y va en búsqueda del bien propio y común, acatar nos haría más
libres aún.

Como conclusión me gustaría exponer un extracto del pensamiento de Joseph


Ratzinger impreso en su libro: “verdad, valores, poder” donde dice: “no puede haber
libertad sin sacrificio y renuncia”7 este pensamiento, me atrevo a conjeturar, se debe a
que si consideramos el propósito de nuestra libertad, esta nos permite admirar el fin de
ser libres, y cómo utilizarla para ser a la vez más libres y más felices. Y aunque algunas
veces parezca contradictorio, la dificultad se encuentra en saber que la libertad no es lo
mismo que libertinaje, sino que es la capacidad que tenemos como humanos de escoger
nuestro camino, para que evolucionemos hacia un ser más perfecto, con más libertad y
tranquilidad de conciencia.

Bibliografía:

6
Maritian (1969); p. 47.
7
Ratzinger (2005); p.34

4
Hobbes, Leviatán Puerto Rico, Universitaria Universidad de Puerto Rico, 1995.
Laski, La libertad en el estado moderno, Editorial Abril, Buenos Aires, 1946.
Maritain, Principios de una política Humanista, Buenos Aires, Difusión S.A., 1969
Ratzinger, Verdad, Valores, Poder, Madrid, Ediciones Rialp, S.A., 2005

Anda mungkin juga menyukai