Anda di halaman 1dari 6

“El capital en el siglo XXI”.

Pasado y presente
de la desigualdad en la era del capitalismo
Raimundo Cuesta
Fedicaria-Salamanca
Artículo recibido el 28 de marzo y aceptado el 1 de junio de 2016.

Resumen
Este comentario de la obra de Thomas Piketty “El capital en el siglo XXI” hace una breve
genealogía conceptual del capitalismo. Se juzga el valioso esfuerzo del autor por presentar una
explicación a largo plazo y comparativa de las desigualdades inherentes al sistema económico
dominado por el capital. También se exponen las limitaciones de análisis de Piketty, que acepta
las normas conceptuales de la ciencia económica estándar. Finalmente, se propone la necesidad de
usar utensilios teóricos críticos junto a políticas sociales contra la desigualdad.
Palabras clave: Capital; Capitalismo; Desigualdad; Categorías económicas; Economía estándar;
Pensamiento crítico; Marxismo.

Abstract
“Capital in the Twenty-First Century”. Past and present of inequality in the era of capital-
ism
This comment on Thomas Piketty’s work “Capital in the Twenty-First Century” offers a brief
conceptual genealogy of capitalism as well as an assessment of the valuable effort made by the
author to present a long-term and comparative explanation of the inequalities inherent in the
capital-dominated economic system. The paper contends that the limitations of Piketty’s analysis
derive from the fact that he accepts as valid the concepts used by standard Economics. Finally,
a proposal is made on the need for a combination of critical theoretical tools with social policies
against inequality
Keywords: Capital; Capitalism; Inequality; Economic categories; Standard Economics; Critical
thinking; Marxism

“El capital no es una cosa, sino determinada relación conforme la cambiante temperatura de los
de producción social, correspondiente a determinada movimientos sociales marca el auge o decli-
formación social histórica”. (Karl Marx, 1973, p. 10)
ve de las expectativas de emancipación en las
sociedades industriales de la modernidad.
“Capitalismo”: un concepto Empero, en sus orígenes, “capital” y
recurrente “capitalista” traslucían una concepción es-
pontánea y simplista equivalente a dinero
El “capitalismo” es, y ha sido, un concep- o a riqueza genérica y a sus poseedores.
to estratégico de primer orden en las guerras Como señala F. Braudel (1984), la mutación
semánticas por el dominio del mundo sim- semántica de estas dos palabras se opera
bólico. En efecto, desde sus orígenes esta en el tramo temporal que lleva de Turgot a
noción ha demostrado una entidad fluida y Marx, que abarca desde la Ilustración hasta
recurrente, y ha experimentado múltiples re- la crítica del nuevo sistema económico for-
presentaciones (a menudo peyorativas) en la jado en la modernidad, época paroxística
conciencia colectiva de los grupos humanos, que presencia la gestación y aceleración del

Con-Ciencia Social, nº 20 (2016), pp. 121-126 - 121 -


“El capital en el siglo XXI”. Pasado y presente de la desigualdad en la era del capitalismo

cambio conceptual, ocurrido entre media- vadora” y neoliberal en ascenso desde los
dos del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. años ochenta del siglo pasado. Por ejemplo,
En ese lapso se erige el edificio de catego- sintagmas como “gran divergencia” de Paul
rías del que todavía nos valemos. Entonces Krugman o “gran brecha” de Joseph E. Sti-
“capital” empieza a absorber una función glitz, ofrecen pistas del nuevo interés por las
más amplia que la de la mera acumulación desigualdades socioeconómicas, que para
de bienes pecuniarios y así pasa a entender- estos autores, como para el propio Piketty,
se como aquella parte de la riqueza que se ponen en peligro la supervivencia del pro-
pone a disposición de producir más rique- pio capitalismo.1
za. El capital, de este modo, deviene en un Así pues, la obra del joven, brillante y
medio de producción y, más tarde, el voca- afamado economista francés se inscribe en
blo “capitalismo” acabaría aludiendo al ré- un cierto giro, dentro de un sector del cam-
gimen económico general que se basa en el po académico de los economistas, hacia po-
movimiento del capital para la ampliación siciones críticas respecto a las consecuencias
sin límites de sí mismo. más negativas del capitalismo, aunque sin
Thomas Piketty, el autor del libro que ánimo de enmendar la totalidad el modelo
comentamos (El capital en el siglo XXI), opta económico vigente. Más bien su libro se une
por llevar a la cabecera de su texto el voca- a la opinión de aquellos que piensan que
blo “capital”, quizás en un inconsciente y “el capitalismo es tal vez el mejor sistema
vano intento de emular la obra magna de económico que ha inventado el ser humano,
Marx (que solo ocasional y tardíamente em- pero nadie ha dicho nunca que vaya a crear
pleó el término “capitalismo”). A pesar de estabilidad” (Stiglitz, 2015, p. 83). Este tipo
que la problemática de la desigualdad social de opiniones “progresistas” distinguen un
ha sido y es el núcleo común de las tradicio- buen capitalismo de otro malo e incluso a
nes ideológicas izquierdistas, los supuestos veces, Stiglitz dixit, se alude a “capitalismo
teóricos y las categorías económicas emplea- de pacotilla”, expresión engañosa semejante
das por Piketty poseen una cercanía muy al “capitalismo de amiguetes” con la que en
notoria a la norma categorial de la ciencia España se llenan la boca los regeneracionis-
económica estándar. tas de derechas. Sea como fuere, la impla-
Con todo, es muy poco frecuente que cable hegemonía conservadora ha sufrido
un libro de economía de 663 páginas, publi- en los últimos años un cierto retroceso en el
cado originariamente por la editorial Seuil campo de la economía profesional, merced
en francés en 2013, se convierta en un ro- al surgimiento de una porción de economis-
tundo y clamoroso éxito transnacional. El tas renuentes a la ortodoxia neoliberal.
texto de Thomas Piketty, El capital en el siglo Desde luego, Piketty se aleja muchas mi-
XXI, ha aparecido en plena vorágine de las llas del significado que otorgara Marx (1973,
consecuencias de la crisis de 2008. Todo un p. 11) al término en El capital (“El capital no
síntoma del renacido interés actual por el es una cosa, sino una relación social media-
capitalismo como sistema y por algunas de da por cosas”). En su caso, empequeñece su
sus secuelas más dañinas. Que alguien trate alcance: “El capital no humano, al que lla-
de desentrañar los mecanismos ocultos que maremos simplemente ‘capital’ en el marco
generan desigualdades de ingresos y patri- de este libro, reúne pues todas las formas de
monios, y que su argumentación (muy con- riqueza que, a priori, pueden ser poseídas
sistente) sea recibida con avidez, no exenta por individuos (o grupos de individuos) y
de polémica, es un hecho expresivo del des- transmitidas o intercambiadas en un merca-
contento reinante en nuestros días, desazón do de modo permanente” (Piketty, 2014, p.
que afortunadamente ha ido erosionando 61). Esta simplista equivalencia entre capi-
el legado mental de la “revolución conser- tal y riqueza preside, sin embargo, una muy

1 Por su parte, B. Milanovic (2012), ex presidente del departamento de estudios del Banco Mundial, opina
que hoy la desigualdad es un peligro para todos, una verdadera plaga sin parangón en la historia.

Con-Ciencia Social, nº 20 (2016) - 122 - pp. 121-126/Raimundo Cuesta


“El capital en el siglo XXI”. Pasado y presente de la desigualdad en la era del capitalismo

sugerente obra que no pretende problema- (La gran transformación), argumenta que si el
tizar las categorías analítico-conceptuales sistema económico se deja al albur del libre
de la ciencia económica estándar (la norma mercado, camina hacia una situación caóti-
conceptual imperante). No busque, pues, el ca de desigualdades inasimilables y quizás
lector o lectora una enmienda a la totalidad hacia su propia destrucción. En consecuen-
del sistema económico. Eso no lo encontra- cia, este razonamiento genérico no se aparta
rá pero sí hallará un magnífico arsenal de demasiado de la tradición socialdemócrata,
ideas, datos, información histórica, compa- no en vano él mismo ha asesorado experien-
raciones espaciales, etc., que facilitan extre- cias gubernamentales de signo socialista en
madamente la labor de quienes, más procli- Francia. Claro que el mérito de El capital en
ves a la radicalidad del pensamiento crítico, el siglo XXI va mucho más allá de las inclina-
pueden nutrirse del material empírico que ciones políticas de su autor.
se exhibe a lo largo del texto. En efecto, el libro ofrece una gama diver-
sificada y muy rica de herramientas analí-
ticas para el estudio actual del capitalismo
Anatomía panorámica de
y su historia, en la perspectiva de la larga
la desigualdad en la era del duración (desde el primer capitalismo in-
capitalismo dustrial hasta el actual). Trata de cómo el
sistema económico vigente hoy ha generado
Thomas Piketty publica su obra cumbre en el curso de su historia (no siempre en el
en 2013, cuando apenas superaba los cua- mismo grado y con semejante intensidad),
renta años de edad. Habían transcurrido por y sigue ocasionando, desigualdad entre los
entonces dos décadas desde que diera a la poseedores de capital y el resto, entre el in-
luz su tesis académica sobre la distribución greso total de la sociedad y las rentas y pa-
de la riqueza. Aquel joven y brillante inves- trimonios provenientes del capital. Su tesis
tigador llegaría a rector de estudios en la central se formula como una contradicción
École des Hautes Études en Sciences Sociales y persistente entre el rendimiento del capital
a ejercer la docencia en la École de Économie y el crecimiento total de la economía. Cuan-
de Paris. Hijo de sesentayochistas, su sólida do la tasa de aumento del rendimiento del
formación es la quintaesencia de la elite fran- capital es superior a la tasa de crecimiento
cesa, la que su compatriota Pierre Bourdieu del conjunto de la economía (r > g), nos en-
diseccionó y calificó como “nobleza de Esta- contramos ante la primera y principal ley
do”. Tras cursar el bachillerato, fue norma- del capitalismo. Frente a la visión pesimis-
lien (ENS, de calle Ulm) de sólida formación ta de los economistas clásicos, o de Marx,
matemática y económica y, con experiencia contrapone las posibilidades de mejora real
como profesor en el Instituto Tecnológico de y colectiva dentro del actual modo de pro-
Massachusetts, renunció a hacer carrera en ducción, porque históricamente ha propor-
Estados Unidos. Admirador del pensamien- cionado los cambios tecnológicos y educati-
to social francés, apostó por la solvente tra- vos que han asegurado un crecimiento de la
dición de historia económica serial (al estilo productividad y una progresiva movilidad
de F. Simiand o E. Labrousse). Su celebridad social. Pero tal posición dista de comulgar
pública ha alcanzado cotas muy altas y tam- con las tesis de optimistas recalcitrantes
bién ha sido evidente su proximidad a la iz- como las de Simon Kuznets, premio Nobel
quierda, aunque el joven viera caer el Muro de Economía en 1971. Este economista fue
de Berlín sin añoranza alguna. Su objeto se pionero de los análisis de la riqueza a largo
circunscribe a los aspectos socialmente más plazo en Estados Unidos, senda que, a otra
repudiables del capitalismo. Pero su tesis escala espacial más ambiciosa y con pre-
subyacente, al fin y a la postre, postula que tensiones ideológicas diferentes, prosigue
dentro de ese sistema hay salvación siem- Piketty. En plena Guerra Fría y en mitad
pre y cuando se garantice más democracia y de la espectacular expansión capitalista de
más control del mercado. Siguiendo los ecos posguerra (Los “Treinta gloriosos” años de
de la excelente y ya clásica obra de Polanyi crecimiento), se pasaría de los apologistas

Con-Ciencia Social, nº 20 (2016) - 123 - pp. 121-126/Raimundo Cuesta


“El capital en el siglo XXI”. Pasado y presente de la desigualdad en la era del capitalismo

de la catástrofe (Malthus, Ricardo, Marx) al torcer. El remedio, nada original, residiría


“cuento de hadas” que anunciaba la “curva en diseñar un esquema fiscal pronunciada-
de Kuznets”, según la cual la desigualdad mente progresivo sobre ingresos y patrimo-
describiría una forma de campana (empe- nios, bajo el control democrático del Estado
zaría creciendo con la revolución industrial nacional, pero también amparado por una
pero acabaría descendiendo). En cambio, disciplina internacional que evitara el riesgo
el economista francés señala cómo la des- de opacidades y fugas de capitales a paraí-
igualdad no es un fenómeno natural ni está sos fiscales.
sometida a ninguna ley del progreso (como Precisamente sería misión de la econo-
parece sugerir la célebre curva), sino que mía como ciencia social, siempre atenta a la
son las condiciones sociales y políticas las historicidad de los fenómenos económicos,
que la frenan o la aceleran: “La dinámica de dar a conocer los mecanismos que hacen
la distribución de la riqueza pone en juego más menos desiguales a las sociedades de
poderosos mecanismos que empujan alter- ayer o de hoy. La dimensión histórica apa-
nativamente en sentido de la convergencia rece, pues, como inseparable del análisis
y de la divergencia” (Piketty, 2104, p. 36). propiamente económico, no en vano el au-
Según sus estimaciones, hoy estaríamos tor se muestra heredero agradecido de la
experimentando el regreso a unas cotas de historiografía económica francesa. Y así es
desigualdad anteriores a la Primera Guerra como Piketty, a pesar de la complejidad de
Mundial cuando el mundo capitalista es- algunas partes de su libro, de lectura difí-
taba dominado, como refleja la novelística cil para no iniciados, y de la extraordinaria
del XIX (a la que acude nuestro autor como aportación de datos y cálculos económicos,
fuente literaria para dibujar la cara del capi- no cae nunca en el formalismo retórico ha-
talismo entonces existente), por una burgue- bitual dentro del campo académico de refe-
sía patrimonialista profundamente rentista rencia. Por el contrario, a partir de una mul-
y escindida por un abismo de desigualdad titud de fuentes estadísticas (principalmente
del resto de la sociedad. Las guerras mun- fiscales) realiza una reconstrucción histórica
diales y la Gran Depresión rompieron esta de los ritmos de crecimiento y de desigual-
situación de forma que, después de 1945, se dad desde el siglo XVIII hasta hoy, aportan-
consolida una era de convergencia de ingre- do una serie de información relevante en el
sos solo rota en el último tercio del siglo XX tiempo largo de la historia del capitalismo.
merced al triunfo del capitalismo global y a De ahí que el mérito de su libro resida en
la voluntad de destrucción del Estado social, el impresionante esfuerzo de elaboración y
lo que no ha hecho más que agravarse con la tratamiento de fuentes, y, como él mismo
crisis de 2008. afirma, “la novedad del trabajo propuesto
Son, pues, prácticas humanas las que aquí es que se trata, a nuestro entender, de
actúan imprimiendo una dirección conver- la primera tentativa de volver a situar en un
gente o divergente. De ello se infiere que contexto histórico más amplio la cuestión
para nuestro autor la desigualdad no es una del reparto capital-trabajo y la reciente alza
maldición divina ni un destino ciego, es, en de la participación del capital, subrayando
cambio, efecto de circunstancias históricas la evolución de la relación capital/ingreso
susceptibles de ser cambiadas (aunque no desde el siglo XVIII hasta principios del si-
de cualquier manera). Para él, la equidad es glo XXI” (Piketty, 2014, p. 243). Con todas
factible dentro de las reglas de una sociedad las reservas que puedan hacerse a una re-
democrática avanzada y en el marco del lla- construcción tan larga y a veces referidas a
mado Estado de derecho. Como ya podrá periodos pre-estadísticos muy poco fiables,
suponer el lector o lectora, si el capitalismo, el resultado es muy valioso y digno de en-
como demuestra el economista francés, ha comio.
sido y es fuente insaciable de desequilibrios Otra cosa es que, desde una perspectiva
entre el capital y el trabajo, solo queda re- crítica, se puedan compartir (o no) sus su-
currir al sistema fiscal y a la educación para puestos analíticos y conceptuales. Como ya
enderezar lo que el propio sistema tiende a se dijo, y como el libro exhibe desde de la

Con-Ciencia Social, nº 20 (2016) - 124 - pp. 121-126/Raimundo Cuesta


“El capital en el siglo XXI”. Pasado y presente de la desigualdad en la era del capitalismo

primera parte, los conceptos de “capital”, que podrían dar mayor sentido a las series
“ingreso nacional”, “riqueza”, “ahorro”, económicas que tan brillante y trabajosa-
“trabajo”, etc. quedan presos dentro de la mente ha construido. Sin embargo, la vuel-
malla discursiva heredera de los economis- ta a Marx en el siglo XXI, es un viaje pro-
tas clásicos y neoclásicos. En efecto, el autor blemático, multifacético y con riesgos, que
da por naturales y ahistóricas esas nociones dista de ser tarea fácil.3 Sin duda, la lucha
convencionales hoy hegemónicas dentro de de clases o la teoría del valor-trabajo poseen
la ciencia económica estándar. Pero un afán una morfología muy distinta hoy a la que
crítico más profundo demandaría evitar esta tenían en el siglo XIX. La reactualización de
clase de método conceptual, en virtud del Marx en los últimos tiempos coincide con la
cual para analizar la variable desigualdad se enésima crisis del capitalismo, pero su obra
mantienen como constantes válidas las cate- no ha de enarbolarse como un monumento
gorías clásicas y neoclásicas, convirtiéndo- arqueológico ni como un texto sagrado del
las en una especie de a priori irrefutable. De pensamiento económico, porque “el Marx
esta forma el brillante quehacer de Piketty del siglo XXI sin lugar a dudas será muy
se encierra voluntariamente en una cárcel distinto del Marx del siglo XX” (Hobsbawm,
categorial impermeable a la impugnación 2011, p. 404).4
profunda de su utillaje terminológico. En- En realidad, si reparamos en la hondura
cierro que resulta asaz llamativo cuando ob- del asunto, un enfoque crítico del capitalis-
servamos que pasa de puntillas sobre temas mo de nuestro tiempo desde posiciones de
tan relevantes como la dimensión ecológica izquierda conllevaría al menos tres opcio-
de la economía o sobre el legado de K. Marx. nes: aceptar como casi inmutables las cate-
Por eso mismo no cabe mostrar asombro de gorías económicas de Marx (algo parecido
que, desde la tradición marxista y la nueva a lo que propone Harvey); reinterpretarlas
economía ecológica, el libro haya recibido haciéndolas solo válidas para el análisis del
más de un dardo envenenado. Por ejemplo, capitalismo (incluido el capitalismo de Esta-
las reacciones del geógrafo marxista David do a la soviética), tal como sugiere Moishe
Harvey (2014) son muy significativas. Este Postone (2006); o, finalmente, negarlas radi-
considera poco presentable la parca o nula calmente como un subproducto de la eco-
atención que el economista francés presta a nomía política burguesa, tal como mantiene
la lucha de clases o a las teorías del valor- José Manuel Naredo (2015), quien propone
trabajo. A pesar de reconocerle sus muchos una alternativa ecointegradora (una suerte
méritos, sostiene que Piketty no ha ideado de ciencia de ciencias), una “economía eco-
un modelo alternativo de explicación del lógica”. También cabe, desde luego, adelga-
capitalismo al que pergeñara Marx en el zar la crítica e ignorar estas disquisiciones
siglo XIX, por lo que para este todavía es radicales y tirar por la vía del socialismo
necesario recurrir a la obra marxiana.2 Cier- reformista. Esta última elección es la que
tamente, el economista francés elude las practica Piketty.5
causas sociopolíticas y las luchas de poder

2 En la misma línea “ortodoxa”, Vicenç Navarro (2015, pp. 183-193) dedica todo el capítulo V a enmendar la
plana a Piketty por ignorar en su análisis la lucha de clases.
3 Como demuestra la compleja y muy recomendable obra de Moishe Postone (2006), hay muchas maneras
de comprender las categorías básicas de la economía política de Marx. Una es la del marxismo tradicional
dentro del que se encuadra la interpretación de Harvey y otra muy distinta es la de Postone. Este último
niega la cualidad transhistórica (más allá del capitalismo) de las nociones económicas de Marx.
4 Valga como ejemplo de este retorno, el interesante monográfico de la revista Isegoría, 50 (2014) dedicado a
La vuelta de Marx.
5 Para una lectura triangular y comparativa de Piketty (2014), Postone (2006) y Naredo (2015), véase mi
trabajo (Cuesta, 2015).

Con-Ciencia Social, nº 20 (2016) - 125 - pp. 121-126/Raimundo Cuesta


“El capital en el siglo XXI”. Pasado y presente de la desigualdad en la era del capitalismo

Recapitulando: el capitalismo en el REFERENCIA PRINCIPAL


laberinto
PIKETTY, Thomas (2014). El capital en el siglo XXI.
Madrid: FCE, 663 págs.
En ocasiones, una buena imagen alum-
bra y suscita un camino reflexivo fructífe- REFERENCIAS
ro. Yanis Varoufakis, que fuera ministro de
asuntos económicos en la Grecia del primer BRAUDEL, F. (1984). Civilización material, econo-
Gobierno de Tsipras y, todavía hoy, figura mía y capitalismo. Los juegos del intercambio.
como cabeza visible de la pugna contra la Tomo II. Madrid: Alianza Editorial.
política de austeridad extrema de la troika, CUESTA, R. (2015). El capitalismo, una vez más:
acuñó el término Minotauro global (Varouka- el retorno cíclico de una cuestión controver-
kis, 2013) para referirse al modelo de domi- tida y molesta. Rebelion. <http://www.rebe-
nio americano hasta la crisis actual. En rea- lion.org/noticia.php?id=206676>. (Consulta-
lidad, la imagen del laberinto global (donde do el 20 de enero de 2016).
el Minotauro capitalista reside y domina) es HARVEY, D. (2014). Afterthoughts on Piketty´s
la que conviene todavía al mundo económi- Capital in the Twenty-First Century. Challenge,
co vigente. Hasta cierto punto, persiste el 57 (5), 81-86.
laberinto intelectual, político y social acerca HOBSBAWM, E. (2011). Cómo cambiar el mundo.
Barcelona: Crítica.
del presente y del futuro del capitalismo.
MARX, K. (1973). El capital. Libro primero, capí-
Piketty nos ofrece datos enormemente útiles
tulo VI (inédito). Madrid: Siglo XXI.
sobre el capitalismo como sistema necesaria-
MILANOVIC, B. (2012). Los que tienen o no tienen.
mente generador de desigualdad, aunque la
Una breve y singular historia de la desigualdad
principal debilidad de su aportación reside mundial. Madrid: Alianza.
en dar por sentada, como si fuera una ver- NAREDO, J.M. (2015). La economía en evolución.
dad revelada, natural e inmutable, la trama Historia y perspectivas básicas del pensamiento
conceptual hegemónica en el campo de los económico. Madrid: Siglo XXI.
economistas. Por añadidura, el horizonte NAVARRO, V. (2015). Ataque a la democracia y al
práctico-político que se desprende de su bienestar. Crítica al pensamiento económico domi-
libro aboga por una simple remodelación nante. Barcelona: Anagrama.
cosmética del actual modo de producción POSTONE, M. (2006). Tiempo, trabajo y dominación
mediante la política fiscal progresiva y re- social. Una reinterpretación de la teoría crítica de
distributiva. Marx. Madrid: Marcial Pons.
Lo cierto es que el pensamiento de iz- STIGLITZ, J.E. (2015). La gran brecha. Qué hacer con
quierdas sigue debatiéndose en una encru- las desigualdades. Madrid: Taurus.
cijada de ideas que oscila entre el pragma- VAROUFAKIS, Y. (2013). El Minotauro global. Es-
tismo de corte socialdemócrata y la relectura tados Unidos, Europa y el futuro de la economía
de la realidad desde posiciones radicales. mundial. Madrid: Capitán Swing.
Estas no son “la alternativa”, sino una vía
creativa y sustantiva, no incompatible con
reformas sociales de carácter parcial, para
pensar de otra manera y alumbrar futuros
movimientos emancipadores. En la tomen-
tosa y paradójica dialéctica de ambos polos
nos seguimos encontrando.

Con-Ciencia Social, nº 20 (2016) - 126 - pp. 121-126/Raimundo Cuesta

Anda mungkin juga menyukai