Va a clases
de pintura todos los días, feliz de jugar con los colores y pintar. Su profesora le dice que no tiene
mucha facilidad para la pintura, y ella empieza a faltar a las clases porque no le gusta que la
censuren. Y al poco tiempo ya tiene un principio de "Yo soy": Yo soy bastante mala para la pintura.
Y si sigue actuando de forma negativa al respecto, evitando las ocasiones de pintar, reforzará este
concepto y más tarde, cuando sea mayor y le pregunten por qué no dibuja, dirá: "Oh, no sirvo para
eso; siempre he sido así". La mayoría de los "Yo soy" son residuos de frases como: "Él es bastante
torpe; su hermano es bueno para la gimnasia, él es el estudioso de la familia,". O "Eres igual a mí;
yo también era pésima para la gramática". O "Billy fue siempre el tímido del grupo". O "Ella es igual
a su padre; si acierta una nota es como el burro que toca la flauta por casualidad,". {éstos son los
derechos innatos de una vida entera de "Yo soy" que nunca se discuten. Que se aceptan
simplemente como una condición natural de la vida.