TEOLOGÍA
DE LA
CRUZ
UNA PERSPECTIVA BASADA EN 2 CORINTIOS
PABLO GONZÁLEZ
Para llegar a entender a qué se refiere la teología de la cruz, primero es necesario entender
qué es la teología. Theologia es una palabra compuesta por los términos griegos Theo (Dios)
y logos (palabra, discurso), formando así nuestra palabra castellana «teología» o discurso de
Dios. En lo personal, prefiero la definición «estudio de Dios». Así, se llega también a lo que
se conoce hoy como teología sistemática, la organización de las distintas doctrinas que la
Biblia enseña. De este modo, llegamos a una de las unidades principales de la teología
Lamento hacer tan grande introducción, pero creo que es necesario porque justamente uno
que observa la cruz como el punto focal de la revelación que Dios hace de sí mismo o, en las
palabras del mismo Lutero1: «Por tanto, es en Cristo crucificado donde está la verdadera
para el apóstol Pablo en su predicación. Para esto, quisiera tomar como ejemplo la primera
carta a los corintios, específicamente los primeros dos capítulos. En esta porción bíblica,
Pablo presenta quizás el más excelente argumento a favor de la teología de la cruz: «Cristo,
predicación «Cristo y este crucificado». Benedicto XVI es muy certero en decir que: «Para
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«El término fue usado primeramente por Martín Lutero para describir su teología de la reforma en sus
principios», observándola así, como el «centro de toda teología verdaderamente cristiana» Diccionario de
teología (Casa Bautista de Publicaciones), s.v. Cruz, teología de la
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Martín Lutero, 95 Tesis sobre el valor de las Indulgencias, (Buenos Aires: Editorial Paidós, 1974), Tesis 20
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punto central de su teología, porque decir cruz quiere decir salvación como gracia dada a
toda criatura».
Ahora, en base a todo esto, nos dedicamos a observar la teología paulina de la cruz en
Ya dijimos que la teología de la cruz busca el conocimiento de Dios por medio del
sufrimiento de Jesús en el Gólgota. Por lo cual, lo primero que podemos observar al respecto,
es lo que Pablo dice en el capítulo 3 de la carta. En esta ocasión, Pablo hace un contraste
entre el Antiguo y el Nuevo Pacto; muestra las deficiencias del Antiguo y manifiesta las
excelencias del Nuevo. Así sucede que, al fijar nuestra mirada en el Nuevo Pacto, observamos
pues dice: «cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará» (2 Corintios 3:16). La pregunta
ahora es ¿cuál es este velo? Parece ser una alegorización de Éxodo 34:33, en la que el velo
usado por Moisés refleja el «velo» del Antiguo Pacto. Ese velo que impedía al pueblo ver la
gloria de Dios, una gloria que en aquel tiempo parecía ser pasajera o limitada a unos cuantos.
Producto de esto, «el entendimiento del pueblo se entorpeció». Sin embargo, vemos que, en
Cristo, aquel velo es quitado. De modo que, por medio de la cruz y al convertirnos al Señor,
aquel velo no nos permitía ver la gloria del Señor nos es quitado. Por eso dice: «nosotros
todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor» (3:18). Por lo cual,
concluimos en primera instancia que, por medio de experiencia de la cruz, podemos llegar a
Ahora, quisiera destacar otro punto de la cruz presente en la carta de Pablo. Martín Lutero
presentó algunas paradojas teológicas al momento de presentar esta teología, por ejemplo:
«la verdad de Dios está oculta bajo lo que parece ser la mentira», «la gracia de Dios está
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oculta bajo lo que parece ser su cólera», «la justificación del pecador está oculta bajo la
pareciera que los argumentos que Lutero plantea en realidad sí tienen fundamento bíblico.
Donde se ha llegado a experimentar que hay un Dios que dirige su mirada hacia
abajo y que ayuda sólo a los pobres, a los despreciados, a los miserables, a los
desventurados, a los abandonados y a los que no son nada, allí es donde se le ama,
que Dios ha regalado (…) Por eso nos ha sometido Dios a todos a muerte y ha
ministerio. Un pasaje bastante conocido en el que el apóstol se encarga de enumerar, por así
decirlo, cada uno de sus sufrimientos como esclavo de Jesucristo. Es aquella porción bíblica
que comienza con las frases «¿son ministros de Cristo? Yo más» (11:23), 6 versículos
dedicados exclusivamente para enumerar los sufrimientos del apóstol. Destaco la frase con
la que esta lista comienza, porque parece ser que estos sufrimientos son las «credenciales»
del ministerio paulino. Es como si Pablo dijera: «yo sirvo más que ustedes y mis sufrimientos
son evidencia de ello». Lo cual es similar a lo que acabamos de mencionar: [Dios nos ha
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Martin Lutero, El Magníficat Traducido y Comentado (Salamanca: Editorial Sígueme, 1977), págs. 178-179
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Asimismo, vemos un episodio similar en el capitulo siguiente, aquel episodio tan conocido
como «el aguijón en la carne». Vemos aquí a un Pablo necesitado, un Pablo que ha rogado
tres veces al Señor para que le quite este «aguijón». Algunos comentaristas interpretan esto
Independiente de qué sea esto, lo central del texto es la respuesta que el Señor le da: «bástate
con esto? Lo que la teología de la cruz viene recalcando desde sus inicios: es en la cruz de
Cristo (y, por ende, la cruz de cada creyente) donde conocemos verdaderamente a Dios.
Como se dice popularmente: «es en aquellos momentos difíciles, donde hay pruebas, en los
que más vemos a Dios». Así es como lo vivió el apóstol Pablo con su aguijón, fue en aquella
Ahora, me tomo de las palabras de Benedicto XVI al decir que «Pablo ofreció una
protestantismo, considero que tiene la razón al mencionar este texto como la «admirable
síntesis de la teología de la cruz». Digo esto porque, en todo 2 corintios, este es el único texto
que nos habla claramente sobre lo que sucedió en la cruz. Más allá de una muerte horrenda
(lo que no es menor), se encuentra la ira justa de Dios haciendo justicia en la persona de
Jesucristo (lo cual es infinitamente mayor). Es en este episodio donde el pecador arrepentido
conoce la ira de Dios y su amor; su justicia y su gracia. Tal cual como Lutero explica en su
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Benedicto XVI, Audiencia General, 29 de octubre de 2008
https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2008/documents/hf_ben-xvi_aud_20081029.html
último ingreso 02-05-2018
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paradoja: «la justificación del pecador está oculta bajo la condenación de nuestro propio
pecado».
Primero: podemos ver que la segunda carta a los corintios, a diferencia de la primera, no
dedica mucho tiempo para hablar de la cruz como tal. De hecho, la palabra cruz es tan solo
mencionada en una ocasión (13:4). Sin embargo, según los textos que acabamos de analizar
(de forma muy superficial, por cierto), nos muestran que la teología de la cruz está más que
presente en la carta.
Segundo: se puede observar cómo es que, por medio de la cruz, al hombre le es quitado el
«velo» que ciega su mente. De modo que, por medio de la cruz de Cristo, el hombre puede
Tercero: pudimos ver cómo los sufrimientos ayudan al creyente a llegar a un conocimiento
más profundo de Dios. De modo que aquel proverbio evangélico se hace realidad: «en los
momentos de dificultad, es donde más vemos al Señor». Así, se aprende también que, el
sufrimiento y la dificultad, es algo que acompañará la vida del creyente; es una herramienta