Capítulo IV
Anna Lucia Campos2
CAPÍTULO IV
Introducción
Capítulo IV
La Neuroeducación: una nueva aliada para los programas de
atención y educación de la primera infancia
¿Cuáles serían los factores clave del éxito de los programas de AEPI?
Por otro lado, existen investigaciones acerca del entorno de los niños
y niñas que han demostrado que la relación de los niños con los adultos
causa un gran impacto en el desarrollo de su cerebro desde la etapa prena-
tal. La alimentación, la exposición o utilización de algunas sustancias quí-
micas y el estado de ánimo de la madre gestante, entre otros, son factores
de influencia para un cerebro que está en plena formación. El cuidado del
ambiente físico, las caricias, las conversaciones, los juegos, el afecto y las
canciones, son otros elementos presentes en la relación entre padres, edu-
cadores y niños desde el nacimiento.
INTEGRACIÓN
SENSORIAL
COORDINACIÓN
SENSORIO MOTORA
DESARROLLO
EMOCIONAL
PROCESOS DE
ATENCIÓN Y
r AUTORREGULACIÓN
De la Primera Infancia a la Adolescencia 175
Capítulo IV
El cerebro pasa por grandes transformaciones durante el ciclo vital-
en especial en la etapa prenatal y en la primera infancia- y su crecimiento
y desarrollo son el resultado de la interacción armoniosa entre genética y
experiencias del entorno. Aunque cada niño y niña nace con un cerebro
programado genéticamente para sacar del entorno toda la información
que necesita para desarrollarse. Las experiencias vividas en la primera in-
fancia, o la privación de las mismas, van a matizar el proceso de desarrollo
cerebral, ya que en esta etapa se pueden identificar “periodos sensibles”
para determinados aprendizajes, como es el caso del lenguaje.
Capítulo IV
Sería ideal establecer como requisito principal para todos los educado-
res una formación mínima sobre Neuroeducación, así como para los padres
de familia y toda la comunidad. La primera infancia es compromiso de todos.
La infancia es, en definitiva, una etapa para cuidarse. Conocer de cerca esta etapa
transformará el concepto y la importancia que se dan a los programas educativos para
la primera infancia.
A tan solo pocos meses después del nacimiento, los- padres podrán
observar varias de las habilidades que son fruto de un cerebro cada día más
desarrollado.
Las primeras palabras, los primeros pasos, las sonrisas, los abrazos, las can-
ciones y muchas otras habilidades más, son el resultado de una serie de cambios que
van permitiendo, segundo tras segundo, que el cerebro se vuelva más funcional.
La ramificación dendrítica y
Capítulo IV
Varios estudios concluyeron que en los primeros años de vida el pro-
ceso de conexión sináptica y la plasticidad cerebral son exuberantes pues, a
diferencia del cuerpo, el cerebro no añade tantas células después del naci-
miento, pero sí hace crecer las prolongaciones de las mismas provocando
un sistema de comunicación fenomenal. La explosión de sinapsis para la
estructuración significativa de esta compleja red neuronal va permitiendo el
despertar paralelo de muchas habilidades sensoriales, motoras, cognitivas,
sociales y emocionales que permitirán al niño integrarse al mundo que lo
rodea, crecer y desarrollarse.
Según Fischer, durante los tres primeros meses de vida hay tres “esti-
rones”, cada uno acompañado por nuevas habilidades relacionadas a los
instintos primitivos y los reflejos de supervivencia. Cada una de las expe-
riencias vividas durante estas etapas, y en las posteriores que se presenten,
prepararán y conducirán al cerebro hacia un nuevo “estirón”.
Entre la tercera y cuarta semana de vida, el bebé puede seguir objetos con su vista y
tratar de agarrar a los que son puestos en su mano.
Entre la séptima y octava semana el bebé empieza a actuar por reflejos, de tal manera
que al escuchar la voz de su madre o padre dirigirá sus ojos hacia el origen del sonido,
y al ver un objeto que llame su atención, tratará de agarrarlo con su mano.
Entre la décima y décimo primera semana, ya no sólo dirigirá sus ojos hacia su madre
al escuchar su voz, sino que tratará de responderle con una sonrisa o algún otro
gesto o movimiento; de igual manera, al ver aquel objeto de su agrado abrirá los
dedos tratando de alcanzarlo.
180 CURSO II — ARQUITECTURA DEL CEREBRO HUMANO
A partir del tercero hasta el décimo octavo mes, el bebé experimentará nuevos
“estirones” que conllevarán nuevas respuestas sensoriomotoras respecto a la
percepción de su entorno.
A diferencia de las primeras semanas en las que actúa bajo reflejos básicos, durante
el séptimo y octavo mes, con sus capacidades sensomotoras desarrolladas en un
nivel superior, el bebé no solo alcanzará el objeto de su interés, sino que lo tomará
con sus manos y lo acercará a sus ojos para examinarlo de forma más detallada.
Entre el décimo primero y décimo tercer mes ocurrirá otro impulso o “estirón” que
actuará directamente sobre la percepción y la reacción. Ahora el bebé no solo tomará
el objeto y lo examinará por todos sus lados, sino que al escuchar a personas hablando
moverá su boca y labios tratando de imitar el sonido de las palabras que escucha.
De esta forma, Fischer, como uno de los pioneros en explicar los acon-
tecimientos que pasan en el interior de las cabecitas de los bebés, describe
diferentes impulsos o estirones que se van presentando durante el desarrollo
del cerebro y los vincula a las diversas habilidades que van surgiendo año tras
año. Lo que resulta interesante es que justamente en los tres primeros años
de vida, muchos de estos estirones están sincronizados con la acumulación
de mielina en las diferentes regiones del cerebro y la explosión de las cone-
xiones sinápticas.
Capítulo IV
Kandel (1997), uno de los más reconocidos neurocientíficos en la ac-
tualidad, afirma que si bien el cerebro está apto para aprender y estructurar
el lenguaje, sea hablado o escrito y en el idioma que sea, hay un periodo
sensible para la adquisición de este aprendizaje, que corresponde a la etapa
entre los dos y ocho años aproximadamente, periodo marcado por la fuer-
te relación con el entorno y las personas que lo componen. Kandel afirma
también que a partir de esta etapa, la capacidad de adquisición del lenguaje
se reduce fuertemente.
Una vez más, esto nos lleva a reflexionar sobre la estrecha relación
que debe existir entre la Neurociencia y la educación. Muchos educadores,
por desconocimiento de este complejo proceso de maduración del SNC y
del cerebro, pasan por alto este desarrollo gradual, que va vinculado a un
despertar paulatino de todas las habilidades cognitivas, sensoriales, físicas,
sociales, emocionales, reflexivas y morales.
Capítulo IV
recientes señalan la fuerza e influencia que el medio ejerce en el desarrollo
del ser humano. Es en la primera infancia que dichas habilidades pueden
ser aprendidas, estimuladas y refinadas; donde la plasticidad del cerebro
permitirá la conformación de una personalidad más sana y equilibrada y
se construirá una identidad positiva para las etapas futuras del desarrollo,
siempre y cuando el entorno sea adecuado.
La La capacidad de La
El ensayo y error La intuición
individualidad asombro creatividad
El procesamiento
El cuestiona- El cambio de
La autonomía “inidvidual” de la La duda
miento dirección
información
Capítulo IV
Es de fundamental importancia que los padres, educadores y toda la sociedad
tengan conocimiento de los elementos que desarrollan, potencian o estacan
el desarrollo de estas dimensiones para que puedan actuar de forma adecuada
y ser agentes de promoción del desarrollo infantil.
a) La dimensión sensorial
Mucho antes de que Piaget asombrara al mundo con sus Estadios de Desa-
rrollo Cognitivo, sobre todo con respecto al pensamiento concreto, Aris-
tóteles revolucionaba a la Grecia antigua señalando: “Nada hay en la
mente que antes no haya estado en los sentidos”. Han pasado más de 2000
años, y los avances científicos no han dejado de darle la razón.
La mayoría de los niños y niñas llegan al mundo con todos los ór-
ganos de los sentidos y las neuronas listas para este aprendizaje, pero es
necesario estar expuestos a un gran repertorio de estímulos para que las
neuronas responsables de cada sentido se activen y puedan generar inter-
conexiones entre ellas. Por ejemplo, si un niño está privado de la experien-
cia de la luz y de la oscuridad, los receptores neuronales del sentido de la
vista no funcionarán de manera adecuada, ni el cerebro podrá registrar
esta experiencia para utilizarla y reconocerla en otro contexto o situación.
Hay que ver, probar, oler, tocar, escuchar y moverse de diferentes maneras y con
diferentes recursos, pues a mayor variedad de experiencias, mayor procesamiento
sensorial que permanecerá por el resto de la vida.
Con el pasar del tiempo y con la madurez del sistema nervioso los ni-
ños y niñas empiezan a distinguir, organizar y seleccionar a aquellos estímu-
los que más los motivan, interesan o necesitan, entendiendo su significado
y su utilidad, pasando a ignorar a otros estímulos que están en su entorno
y dedicándose más tiempo a una actividad u otra.
Capítulo IV
tempo-espaciales y de habilidades más complejas como la lectura y
escritura tradicional.
• Sistema Auditivo: refina los sonidos para que tengan sentido y significa-
do (sobre todo las palabras).
Además, los insumos sensoriales deben ser variados, para todos los
sentidos y estar pensados para ser desarrollados en un ambiente lúdico y
acogedor. Todas estas acciones y recursos favorecen y potencian la interac-
ción del niño y niña con su ambiente y consigo mismo, permitiendo que
todo el sistema nervioso trabaje en conjunto de manera armoniosa, respon-
diendo de manera eficiente, satisfactoria y segura al entorno que lo rodea.
Capítulo IV
Cuanto más pronto los bebés, niñas y niños comiencen a ejercitar
sus sistemas sensoriales, tengan o no alguna discapacidad, los cimientos
para el desarrollo de habilidades académicas, afectivas y sociales serán
más versátiles, sólidos y de mejor calidad. Asimismo, serán mayores sus
posibilidades de participar como personas adultas efectivas, productivas
y comprometidas con el bienestar de su sociedad, reflejo de una educa-
ción temprana y de calidad.
b) La dimensión cognitiva
Muchos tienen la idea que los bebés cuando nacen tienen la mente en
blanco, es decir, algo como una pizarra donde todavía no se ha escrito
nada. Actualmente, con los avances en las investigaciones neurocientíficas,
vamos entendiendo que esto no es de todo cierto ya que los bebés ya traen
consigo un gran potencial.
¿Pero, qué es lo que traen consigo los bebes al nacer? Desde que
el bebé está en el vientre de la madre ya va absorbiendo una serie de
estímulos. Estas experiencias prenatales influyen en todos los aspectos de su
desarrollo incluyendo la memoria - estudios muestran que el bebé es capaz
de reconocer una música a la que estuvo expuesto mientras estuvo en el
vientre de la madre- y las habilidades lingüísticas - en los últimos meses de
la vida intrauterina empiezan a surgir las capacidades lingüísticas del feto, a
partir de la voz de la madre y del ritmo de su lengua nativa.
Sabemos por demás que los bebés tienen que recorrer un largo ca-
mino para adquirir una gama de conocimientos y habilidades cognitivas
con las que no nacen. Pero sabemos también que llegan al mundo con un
sistema nervioso altamente estructurado, apto para captar estímulos del
exterior y comenzar a construir sus conocimientos. Asimismo, traen con-
sigo algunos instintos cognitivos, los cuales les permiten percibir estímulos
exteriores y reaccionar a ellos.
190 CURSO II — ARQUITECTURA DEL CEREBRO HUMANO
Conforme los niños y niñas van creciendo, van teniendo una amplia
gama de experiencias, se relacionan con las demás personas de su entorno,
perciben de diferentes maneras el mundo que los rodea y van integrando
toda información para ir actuando sobre su entorno de manera cada vez
más madura. Todo esto los ayuda a construir una mejor comprensión del
mundo que los rodea y es así como el desarrollo cognitivo va siendo cada
vez más notorio. Pueden razonar mejor, solucionar problemas más com-
plejos, son más creativos, tienen periodos de atención cada vez más pro-
longados, comprenden mejor conceptos cada vez más abstractos, tienen
una mayor capacidad para recordar cosas. Lo mejor de todo es que ellos se
dan cuenta de esto y comienzan a utilizar su intelecto con mayor intención.
Cuantas veces los padres han llamado la atención a sus hijos, por
ejemplo, por haber tirado un adorno al piso? “¿Qué no sabes que eso se
rompe?” Pues no lo sabe sino hasta que lo tira y lo ve roto en el piso. Es
recién entre el año y medio y los dos años que los niños pueden basar sus
actos en experiencias previas. Estos progresos les permiten a los niños re-
solver problemas con mayor acierto.
Vemos entonces que a medida que los niños y niñas van creciendo el
pensamiento va siendo cada vez más abstracto y los mecanismos implicados
van siendo cada vez más complejos. Por eso las experiencias a las que los
debemos exponer en casa, en la escuela y en cualquier medio social donde
De la Primera Infancia a la Adolescencia 191
Capítulo IV
se desenvuelvan tienen que ir de acuerdo con el nivel de pensamiento, de tal
manera que no se frustren por no entender algo que esté muy por encima de
su capacidad de razonamiento ni tengan que hacer ningún tipo de esfuerzo
por lograr una comprensión debido a la sencillez del planteamiento.
El desarrollo intelectual se hace más notable conforme los niños van
desarrollando el lenguaje. El lenguaje es un elemento importante en el
desarrollo cognitivo. Es cuando van adquiriendo la habilidad del habla que
los niños van siendo capaces de expresar cada vez con mayor claridad sus
ideas, razonamiento, problemas, deducciones, etc. Alrededor de los dos
años se da una “explosión en el lenguaje” y es a partir de esta edad hasta
los seis años que la vida mental de los niños pasa por un gran crecimiento
debido al uso del lenguaje y a la comprensión del mismo. Esta adquisición
acelerada del lenguaje les permite llevar a cabo nuevas labores cognitivas a
las que van a estar expuestos en la sociedad.
“El lenguaje (…) es más de un medio de comunicación con otros. Las palabras
profundizan la comprensión de ciertos aspectos de los objetos y de las relacio-
nes entre varios eventos. La asociación entre palabras provee un mapa mental
del mundo que da forma a la manera de pensar de los niños.”
Cole and Cole
El juego puede ser locomotor (correr, saltar, trepar, gatear, etc.) y con los movimientos se les
amplían las oportunidades de conocer su entorno.
El juego puede girar entorno a objetos: los exploran a través de sus sentidos, los manipulan
y se relacionan con ellos. Este es un momento muy rico para potencializar sus habilidades y
consolidar conocimientos.
El juego puede tener un matiz social, donde implica interacción con otra persona.
Estos tres tipos de juegos, amplían las posibilidades de los niños de ad-
quirir nuevos conocimientos, afianzar otros y ampliar sus aprendizajes. Entre
el año y medio y dos años aparece el juego simbólico, donde prima la fan-
tasía e imaginación, un objeto puede representar otra cosa totalmente dife-
rente; por ejemplo un bloque de madera puede ser un avión o un teléfono.
Capítulo IV
ponsable y madura. Pero siempre es bueno recordar que los niños piensan
como niños y actúan como niños.
Los científicos han comprobado que desde el primer mes de vida los
bebés muestran emociones. Estas emociones, que son capaces de poner de
manifiesto, son muy pocas por lo que resulta sencillo comprender que puede
estar sintiendo el bebé y atenderlo oportuna y positivamente. El bebé se ríe,
patalea o grita cuando está feliz, llora cuando está triste, angustiado o incómo-
do. Conforme van creciendo, las emociones que van experimentando se van
ampliando y comienzan a utilizar nuevas conductas para expresar esta gama
de emociones, cada vez más amplia.
Los niños y niñas nacen con el “equipo” necesario para desarrollar y potenciar
su dimensión cognitiva. La inteligencia no es fija, es dinámica, crece, se desa-
rrolla y se amplía. No solo depende de los niños lograr el desarrollo de sus ha-
bilidades cognitivas de manera satisfactoria, sino también, y en mayor medida,
de los adultos que los rodean, quienes deben darles las oportunidades que les
proporcionen para que desplieguen al máximo sus potencialidades
194 CURSO II — ARQUITECTURA DEL CEREBRO HUMANO
Sabemos que así como los bebés sienten y expresan emociones po-
sitivas cuando los padres los cargan con cariño, les hablan, los acarician o
les devuelven una sonrisa, también sienten y muestran emociones negativas
comunicadas, generalmente, a través del llanto. No está mal ni es dañino
que experimenten estas emociones negativas, pero si es necesario actuar para
ayudarlo a sentirse mejor y que esta emoción negativa no sea muy prolonga-
da. Es necesario reaccionar a sus emociones, sean estas positivas o negativas,
con mucho cariño, amor y paciencia para que así se sientan amados y seguros.
Capítulo IV
EDAD CARACTERÍSTICAS SOCIO – EMOCIONALES
• Se ríe a carcajadas.
• Llora si le quitan algo.
4 meses • Se emociona cuando ve a gente conocida.
• Protesta si lo dejan solo.
• Prefiere jugar con personas q con juguetes.
Capítulo IV
EDAD CARACTERÍSTICAS SOCIO – EMOCIONALES
Podemos ver, entonces, que desde muy pequeños los niños y niñas
tienen la necesidad de cariño, de amor, de ser satisfechos en sus necesidades
básicas, siendo los padres quienes se las proporcionan. Con ellos, el bebé
establece su primer vínculo afectivo y la manera en la que éste se desarrolle
permitirá la fluidez de las relaciones posteriores.
De la Primera Infancia a la Adolescencia 199
Capítulo IV
Es necesario entender que el niño y niña no nacen ni crecen solos, en
la nada. Desde que viene al mundo es parte de un contexto familiar y es en
este contexto donde se va desarrollar. Por todo ello, la familia es indispensa-
ble para la evolución y desarrollo del niño y niña, que depende de la calidad
del ambiente familiar y de las relaciones entre los miembros. Los padres son,
entonces, los primeros modelos de conducta que los niños tienen.
Características Características
Tipo de Padres
de los padres de los niños
Características Características
Tipo de Padres
de los padres de los niños
• Poco control sobre los niños. • Bajo nivel de autoexi-
• Exigencias muy bajas. gencia.
• Alta comunicación. • Dificultades para con-
• Alta muestra de afecto. trolar sus propios impul-
• Actitud positiva frente a cualquier sos.
Padres
tipo de comportamiento del niño. • Inmaduros.
Permisivos
• Poco castigo. • Poco constantes.
• Blandos en la disciplina. • Alegres.
• No establecen rutinas. • Espontáneos.
• Excesiva concesión ante la deman- • No muestran dificulta-
da de los hijos. des para establecer re-
• Muestran extrema tolerancia a los laciones sociales.
impulsos de los niños. • Dificultades para asumir
responsabilidades.
• Baja autoestima.
De la Primera Infancia a la Adolescencia 201
Capítulo IV
Características Características
Tipo de Padres
de los padres de los niños
• Nivel de exigencia de acuerdo a la • Mejor autocontrol.
madurez del niño. • Mejor autoestima.
• Buen nivel de control. • Mayor confianza en sí
Padres • Afectuosos, cariñosos. mismos.
Democráticos • Promueven la comunicación familiar. • Son más persistentes
• Evitan los castigos pero los emplean en sus metas.
de ser necesarios y de manera ade- • Tienen mejores habilida-
cuada. des sociales.
• Refuerzan las conductas positivas. • Suelen ser cariñosos.
• Atentos a las necesidades de los hijos. • Suelen tener valores in-
• Favorecen la autonomía de acuerdo teriorizados.
a la edad de los niños.
• Son firmes con las reglas.
• Ofrecen opciones.
• Apoyan la independencia de los hijos.
A través del juego y de la relación con sus pares durante este, el niño
o niña se da cuenta que hay normas y reglas para relacionarse con los de-
más; que hay límites y que hay conductas permitidas y aprobadas y otras
que no. Durante el juego, el niño o niña proyecta actitudes, conductas y
comportamientos aprendidos en casa. Muchas veces imitan lo que ven de
sus padres y repiten lo que escuchan de ellos durante el juego.
Primero, los niños y niñas son seres humanos sociales por naturaleza. Desde que
nacen están inmersos en un contexto social y lo necesitan para desarrollarse de manera
integral. La base de los aprendizajes socioemocionales se obtiene durante la infancia
dentro del contexto familiar.
Segundo, el desarrollo emocional y social están estrechamente relacionados. La vida
emocional de una persona depende de las relaciones sociales y progresa conforme va
evolucionando el desarrollo social. Los niños y niñas necesitan tener relaciones estables y
de cariño para desarrollar sus capacidades y habilidades emocionales. Un buen desarrollo
emocional le va a permitir vivir en sociedad y relacionarse efectivamente en ella.
“Cientos de estudios muestran que la forma en que los padres tratan a sus
hijos (…) tiene consecuencias profundas y duraderas en la vida emocional del
hijo. (…) tener padres emocionalmente inteligentes es, en sí mismo, un enor-
me beneficio para el niño.
Daniel Goleman
De la Primera Infancia a la Adolescencia 203
Capítulo IV
d) La dimensión motora
Está directamente relacionado con la información sensorial que el niño o niña recibe del
mundo y de su propio cuerpo y se confirma con la aparición de diferentes habilidades de
tipo motor.
204 CURSO II — ARQUITECTURA DEL CEREBRO HUMANO
Capítulo IV
Las habilidades motoras, por su parte, tienen en común la siguiente
propiedad: “Cada habilidad tiene que ser aprendida para poder ser ejecu-
tada de manera correcta”.
Por ejemplo, para que un bebé empiece a caminar, a pesar de ser una
habilidad fundamental y relativamente sencilla, exige un aprendizaje pre-
vio y muchas horas de entrenamiento, además de todas las sub-habilidades
que ya fueron adquiridas.
Para cada año en la primera infancia los hitos del desarrollo motor
son muy notorios, y los patrones de movimiento se van refinando a cada
día.
toda la vida.
“El aprendizaje motor puede ser definido como un cambio interno en el indivi-
duo, deducido de una mejoría
relativamente permanente en su desempeño, como resultado de la práctica”.
“El desarrollo motor, es el resultado del cambio de comportamientos o con-
ductas (en este caso motoras)
relacionados al proceso de crecimiento y desenvolvimiento del ser humano.”
Richard Magill (1998),
Patrones motores rítmicos (andar, masticar- actos reflejos más actos voluntarios) y
Capítulo IV
• la etapa de pensar demasiado en el cómo se hace, de intentar, equivo-
carse y volver a intentar a…
Factor ambiental
Factor Factor Factores de índo- (entorno familiar,
nutricional emocional le genética socioeconómico y
cultural)
La leche materna es el mejor alimento para el bebé y esta debe ser ingerida
como alimento único hasta los 6 meses aproximadamente
Capítulo IV
Dificultad en el desarrollo cognitivo.
Anemia.
Los efectos de Retraso en el crecimiento.
la desnutrición
Bajo peso.
en la primera
infancia pueden ser Crecimiento retardado del cerebro.
irreversibles.
Desarrollo motor retardado.
no están adoleciendo, están pasando por una etapa de muchos cambios que
son de alguna forma, el gran desafío que tienen al frente para que puedan
entrar al mundo de los adultos.
Esta etapa del desarrollo vital, que solo fue reconocida recientemen-
te a partir del siglo XIX, era considerada como una etapa de prolongación
de la infancia, lo que le restó por años la posibilidad de ser mejor compren-
dida. La visión o forma de comprender la adolescencia fue fortaleciéndose
frente a los diferentes abordajes que le dieron los psicólogos, sociólogos,
antropólogos, psiquiatras y psicobiólogos, que desde sus puntos de vista,
fueron construyendo las características esenciales de la misma.
Algunos consensos
Capítulo IV
tidad y seguramente harán que el adolescente experimente varios roles,
aspiraciones vocacionales o principios ideológicos hasta que se incorpo-
re a un sistema social adulto.
Capítulo IV
los dos hemisferios pase de forma mucho más rápida (Pujol, et al, 1993).
Se infiere que este es uno de los motivos por el cual los adolescentes tienen
mayor capacidad de aprender habilidades cada vez más complejas.
• El cerebro elimina cierta información que ya no es muy usada, para poder cen-
trarse en aquellas que van a ser de mayor provecho en el futuro, con relación a
su desarrollo.
Varias de las conclusiones a las que van llegando los neurocientíficos con
relación a lo que sucede en la adolescencia y en el cerebro adolescente van
abriendo paso a la profundización de un conocimiento que podrá definitiva-
mente cambiar en rumbo de la educación en esta etapa del desarrollo vital.
214 CURSO II — ARQUITECTURA DEL CEREBRO HUMANO
Aportes Importantes
Capítulo IV
hora de ir a dormir, y la segunda es la encargada de darnos bienestar. Pocas
horas de sueño, entonces, redundan en un cambio significativo de humor en
nuestros adolescentes.
Amar, comprender y encauzar son las actitudes más sabias que los padres y
educadores necesitan tomar frente a esta etapa tan compleja.
De la Primera Infancia a la Adolescencia 217
Capítulo IV
Referencias
Citas
1
Pubertad es entendida como una etapa en que el ser humano alcanza la
madurez sexual, siendo ya capaz de tener hijos.
2
Se considera madurez el momento en que una persona alcanzó un ple-
no desarrollo en aquellas áreas básicas para el ser humano (físico, social,
emocional, intelectual, social, moral) aunque no todas logran un grado
de maduración simultáneo.
3
El cuerpo calloso es una estructura conformada por más de 200 millo-
nes de fibras nerviosas responsables de unir y comunicar los dos hemis-
ferios cerebrales.