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Universidad tecnológica de Pereira

Facultad de bellas artes y humanidades


Escuela de filosofía
Constitución política
Luisa Fernanda Garcés Díez

La Constitución

En sentido propio, la Constitución tiende a entenderse como un complejo de normas


jurídicas que se plasman en la escritura, por medio de un consenso del país. La Constitución
tiene una dualidad entre lo legal, esto es, la ley como principio de orden, y el derecho moral,
que garantiza los valores fundamentales para el sujeto.

De manera estricta, podemos afirmar que la Constitución debe plantearse una base
fundamental, y es el hecho de que debe ser real, entiéndase real en el sentido de que debe ser
práctica, y debe manifestarse una manera actividad para el pueblo; el pueblo tiene la
esperanza de que lo que se encuentre plasmado en la hoja atienda a la realidad social del
hombre. El país aspira a que con estos fundamentos que se manifiestan en la Constitución,
se atiendan sus necesidades y se haga efectiva la acción del Estado.

De nada sirve lo que se escriba en una hoja de papel, si no se ajusta a la realidad, a los
factores reales y efectivos del poder: “la constitución escrita, la hoja de papel tiene
necesariamente que sucumbir ante el empuje de la constitución real, de las verdadera fuerzas
vigente en el país” (Alarcón, 2011, p.56). El resaltar el hecho de una Constitución real no es
en vano, de no adaptarse a las condiciones reales de la época es entonces cuando el pueblo
pierde la confianza: suponemos que ese papel, que parece tan simple, es la protectora
fundamental de nuestro bienestar; las leyes son cambiantes y se acomodan al interés e
innovaciones de los hombres, sin embargo, un cambio en una constitución en general es
mucho más conflictivo para el pueblo.
La realización práctica de la Constitución es fundamental, pues de no ser así se manifestaría
un divorcio entre esta y la sociedad que la legítima “la constitución en su sentido profundo
es intento de restaurar la legitimidad del derecho” (zagrebelsky, p.23). Cualquier país puede
imponer una Constitución escrita, pero no cualquier país implanta una Constitución real.

Debemos entender que la misión de una Constitución es la de organizar el Estado y a los


ciudadanos, ¿este acuerdo entre los ciudadanos se manifiesta por medio de un acuerdo entre
los habitantes? “una constitución (cualquiera) no es más que un conjunto de declaraciones
que recogen el gran acuerdo del desacuerdo del conjunto de persona de una país” (Ballen,
p.279). La modificación de una Constitución puede ser realizable mediante un acuerdo, sin
embargo el cambio de dicha ley fundamental como lo es la Constitución parece escandaloso
para el pueblo. La decisión de una modificación a la Constitución puede traer bastante
conflicto para un país, pues cambiar esta no es como cambiar o renovar cualquier ley, pues
ella es, como ya se ha dicho, la ley fundamental de un país y su modificación podría empeorar
o mejorar las condiciones sociales y económicas.

Un cambio en la Constitución puede ser válido, plausible en tanto que dicha modificación
se adecue a los contrastes modernos de la sociedad, es decir que se debe innovar en ella
cuando el país por medio de la evolución, cultural, industrial etc., demuestre que sea
necesario para un mejor entendimiento de la constitución con la realidad actual del país
“cuando una constitución corresponde a los factores reales de poder que rigen a el país, no
se oye nunca ese grito de angustia” ( Lasalle, p. 53). La constitución no es solo para los que
mejor escriban, la Constitución es la realización de hombres racionales que estén en favor de
una calidad de vida digna para la realización de los individuos.

Parece vulgar y poco competente la ley fundamental de un país se manifieste de una


manera tan simple como lo es un papel, pero reducir estas leyes a un simple papel por parte
de los ciudadanos sería un error muy común. La realización de la Constitución no es solo un
encargo de los que creemos que tienen más poder, la realización de dicho papel debe ser
también responsabilidad de los habitantes, que cumplan y hagan cumplir lo allí consignado.
El habitante tiene la responsabilidad de entrar como un ser práctico a la sociedad sin importar
su más mínimo estatus económico, pues todo sujeto que conviva en el país, tiene
responsabilidad crítica de actuar frente a las decisiones que sean representadas en la
Constitución.

La intención fundamental de adecuar una Constitución a un país es el de dar forma y orden,


sin embargo tales representaciones de leyes que se encuentran en esta, parece impuestas,
desde el comienzo se puede notar en la Constitución de Colombia un cierto desorden, en
preámbulo comienza con la cita de una religión en especifico

en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea


Nacional Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la
unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la
justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico,
democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y
comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana, decreta,
sanciona y promulga la siguiente( constitución política de Colombia)

En la presentación se puede marcar el interés por una unidad ordenada para el pueblo
colombiano, buscando como fundamento valores importante para la realización de esta,
invocando la protección de Dios, dejando un poco confuso al lector por dicha intervención
divina, ya que la igualdad está también presente como un valor fundamental en dicho papel,
porque la necesidad de invocar esta presencia divina, sin embargo en el “Artículo 19. Se
garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su
religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e
iglesias son igualmente libres ante la ley”. Pero desde el comienzo vemos como colocaron
como base fundamental a Dios católico que es la religión mas profesada en el país, dejando
a la mente del lector ciertas molestias.

Bibliografía

Alarcón, Oscar Núñez. (2011) La cara oculta de la constitución del 91, Ed. Planeta
colombiana S.A,

Ballen, Rafael M. (1991) constituyente y constitución del 91. Ed. Jurídico de Colombia.
Santafé de Bogotá D.C.

La Constitución Política de Colombia de 1991


Zagrbelsky, Gustavo. (2004) La ley, y el derecho y la constitución. Revista española de
derecho constitucional.

Online

Lasalle, Ferdinand. (1999) ¿qué es una constitución? Recuperado de www.Elapeh.com

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