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Rescición – La ética y la tarea de la moralización - MORAL FUNDAMENTAL (UCA)

IDEAS PRINCIPALES

El ser humano es una corriente de vida moralizada, no sólo porque ha adoptado creencias,
preceptos, normas, etc., de la realidad en la que ha nacido, sino también porque por sí
mismo genera en su interioridad, límites a sus acciones, a sus instintos. En su proceso de
crecimiento va desarrollando el concepto del “otro” y eso motiva en su discernimiento
hasta dónde puede y debe llegar.

En ese proceso de crecimiento va pasando por un proceso de “Ajustamiento”, es decir que


el individuo, tiene la capacidad de elegir ante muchas posibilidades que se le presentan. A
diferencia de los animales, está en él una inteligencia que le permite este ajustamiento.
Pronto aprende qué respuesta dar ante qué estimulo o posibilidad. Este ajustamiento es lo
que lo convierte en un verdadero “acto humano” porque lleva implícita la elección y por
ende el “ajustamiento propio”.

a. Puede haber ajustamiento por que ya ha aprendido a hacer suyas las cosas
que pasan en su entorno, es decir sus actos se ajustan a la realidad y son
coherentes con ella – Zubiri la llama Moral como estructura.
b. O puede ser por el aspecto más profundo de la justificación, que es cuando
el acto se ajusta a la norma ética, cuando el individuo actúa de forma
honesta. Es decir que la justicia puede tomarse como sinónimo de
honestidad. – Zubiri la llama Moral como Contenido.

El hombre es consitutivamente moral, porque se hace cargo de su vida, de sus situaciones,


de los desafíos que se le presentan continuamente. En este proceso continuo de “elección”
de “preferencias”, se forma su carácter “ethos”. En este ethos queda impregnada su esencia
por todos los actos repetitivos, inconscientes y conscientes que ha realizado, así como por
aquellas luces que le han llegado por mera intuición.

En ese proceso de la vida, el ser humano al fin contempla la grandeza y seriedad de su vida.
Este momento de tanta profundidad puede llegar por cualquier medio: la moral, la
experiencia, la revelación, la aceptación o conversión…es un “momentum” que puede
haberse estado preparando por años. Esta conciencia es lo que llama el autor “repetición”,
que es la asunción en un instante de la totalidad de la vida. El individuo la “repite” desde la
responsabilidad totalmente madura y objetiva. Este es un acto privilegiado y decisorio, así
como el “instante” y el “siempre”. Como dice Zubiri, son actos decisorios y definitorios,
pero no es el Acto Definitivo.

El acto definitivo se refiere a la “hora de la muerte”, pero no se refiere al instante en que el


individuo está “inconsciente y comatoso”, sino que se refiere al “había tiempo”, ese
instante en que el individuo puede tomar consciencia de aspectos de su vida que todavía
estaban oscuros. Ese instante en que todavía puede auto-moldearse. Ese momento, en que

Blanca Emilia Ortiz


Rescición – La ética y la tarea de la moralización - MORAL FUNDAMENTAL (UCA)

todavía tiene la capacidad de elegir. Es este el acto definitivo en que queda definido su
ethos, su personalidad moral.

Con éste y en este ethos que se forja con el tiempo, también se forjan las virtudes. Estos
aspectos del individuo, también están determinados por el código moral de la sociedad en la
que vive. Si la sociedad es abierta y pluralista, cada persona se encuentra dentro de los
márgenes de sus propios códigos morales. En este sentido el individuo deberá nuevamente
elegir: ni someterse, ni rebelarse radicalmente, pues ningún código moral es perfecto.

Cada individuo debe madurar lo suficiente para tener un pensamiento crítico, que le permita
elegir qué sí y qué no es moralmente correcto, a pesar que la misma sociedad lo ratifique.

CONCLUSIÓN

Este texto me ha hecho reflexionar mucho, sobre cómo surge el código moral de cada
individuo. Siempre estamos decidiendo, sin embargo hay decisiones determinantes que se
han tomado al filo del abismo de las circunstancias. Decisiones que pueden no estar
ajustadas al código moral del grupo social en el que el individuo vive y que determinan
para siempre su carácter.

Realmente el individuo es forjado por muchos alfareros y cada uno ha dejado un aspecto de
sí en el individuo, hasta que éste alcance algún nivel de lucidez, para depurar su “código
moral”. Y entonces me pregunto ¿cómo en esta sociedad, pueden las masas discernir sobre
su moralidad, si están agotadas, agachadas y desarmadas, ante todo el discurso “inmoral”
de la élite dominante?

Preguntas:

1. Si bien es cierto el ser humano, no está como los animales, únicamente sometido a
sus instintos, ¿qué peso tiene dentro de la elección de sus actos, su herencia
genética?
2. ¿Cómo puede ser real y honesto, el “acto definitivo” de una persona, si ésta ha
estado toda su vida influenciada por un código moral que no ha podido cuestionar,
porque no tuvo las herramientas para ello?
3. Si el individuo forja su carácter a lo largo de su vida, ¿cómo puede ser su acto
definitivo, honesto? qué pasa cuando esta forja ha sido de manera inconsciente, sin
guía, sin contacto consigo mismo, sino más bien influenciado por los estándares
sociales?

Blanca Emilia Ortiz

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