Llegados al quinto año de la carrera de abogacía, los
alumnos se preguntan ¿Qué es el de Derecho Notarial? ¿Y el Derecho Registral? No les resulta desconocida la terminología ya que han escuchado hablar del notario desde el segundo año, cuando en el primer acercamiento al Derecho Civil, en su parte general, estudiaron que en cuanto a la forma, hay actos jurídicos que deben realizarse ante él; tal vez entonces, por una derivación lingüística, pueden pensar que el Derecho Notarial es el “derecho de los notarios”. Lo mismo puede sucederles con el Derecho Registral, suponiendo que es el “derecho de los registradores”, que conocieron cuando trataron la publicidad registral relativa a las cosas en Derecho Reales, la registración en materia de Derecho Societario o en Derecho de la Navegación, entre otros, y se dieron cuenta que hay registradores y registros muy distintos. Sin embargo, ni el uno ni el otro, son lo que pueden parecer en esa primera vista, o al menos, no en su totalidad; pero sin duda no son materias que desconozcan totalmente, todo lo contrario. Al momento de estudiar Derecho Notarial y Registral, el alumno ya ha transitado la mayor parte de la carrera de Abogacía, conoce el Derecho Privado (civil y comercial), el Derecho Procesal y, en general, el Derecho Público. La materia está ubicada en el quinto año de la carrera contando como correlativas tales como Derecho de la Comercial II y Derecho Civil V, que requieren como mínimo haber aprobado 18 materias del plan de estudios, o sea más la mitad de la carrera. Además es frecuente, que elijan Derecho Notarial y Registral como la última asignatura, por lo que la estudian siendo casi abogados. Tales características le dan un perfil propio a la materia ya que los estudiantes, próximos a graduarse, cuentan con muchísimas aptitudes y habilidades adquiridas durante la carrera, lo que les brinda un fundamento sólido que permite vincular los contenidos aprendidos y profundizarlos, a la par que adquieren nuevas herramientas para su próximo desempeño profesional. 2. CARACTERÍSTICAS.
Por nuestra experiencia docente sabemos que la asignatura
genera cierto desconcierto, pues teniendo un contenido integrador de conocimientos previamente adquiridos, recién al fin de la carrera, muchos estudiantes advierten que, sea por un aprendizaje excesivamente teórico, o por optar modalidad libre, han tomado las materias que le precedieron como compartimentos estancos, sin la debida interrelación entre ellas, lo que constituye un requisito ineludible para abordar “Derecho Notarial y Registral”. También es probable que a estas alturas no hayan visto, ni menos analizado, una escritura pública o un folio real. A no desesperar: están en el lugar adecuado y en el momento justo, para que quienes tengan el preconcepto de que la materia es sólo de interés para futuros notarios o registradores, puedan cambiar de idea. El derecho notarial y el registral, no son monopolio de escribanos y registradores, son materias que estudian y aplican jueces, abogados, legisladores, funcionarios y tratadistas. Todos, de alguna manera, se vinculan con ellas desde diferentes lugares y funciones. Así, si el legislador crea las normas jurídicas, el notario las aplica al caso concreto; y, si en torno a una escritura pública se suscita una controversia, intervienen los abogados en defensa de sus clientes y el juez al momento de resolverla. Del mismo modo, el registrador al momento de inscribir, debe calificar si el documento, sea una escritura, una decisión judicial o administrativa, se ajusta a la ley. A su vez, no pocos litigios, en sede administrativa o judicial, se originan ante ese examen registral, cuando no se lo considera ajustado a derecho. En el ejercicio de la abogacía no faltarán las oportunidades para analizar una escritura, solicitar informes de dominio o anotaciones personales, trabar medidas cautelares, registrar sentencias, preconstituir prueba por acta notarial, redargüir de falso un documento notarial o demandar su nulidad por diferentes causas. La materia se encuentra distribuida por disciplina, primero el derecho notarial y luego el registral. Es útil recordar que en sus inicios la asignatura se denominaba “Derecho Notarial”, luego el tiempo y la historia jurídica de nuestro país hicieron que se le añadiera la materia registral. Tiempo, pues en el año 1968, cuando se extendió la publicidad registral a todos los derechos reales sobre inmuebles, el derecho registral inmobiliario adquirió una entidad propia. Y si el paso de los años, sirvió para “encumbrar” (a veces en exceso), al derecho registral, la historia lo unió al derecho notarial, no sólo porque el notario es el principal usuario del registro inmobiliario, sino porque la ley que lo reguló, fue concebida y redactada por notarios. Lo que no empece, por cierto, a que nos ocupemos de otros registros. Y, para reafirmar que el Derecho Notarial no es sólo el derecho del notario y el Derecho Registral, no incumbe exclusivamente al registrador, la Unidad I, con la que comienza el Derecho Notarial, nos presenta sus contenidos básicos, sin perder de vista la relación con las restantes ramas del derecho. Del mismo modo, el Derecho Registral, inicia en la unidad XIX, con su teoría general. A su vez se encuentra dividida en 26 unidades temáticas, que tienen título y una breve explicación introductoria. De ellas, 18 corresponden a contenidos de Derecho Notarial y las 8 restantes están destinadas al estudio del Derecho Registral, en especial a su rama más desarrollada, el derecho registral inmobiliario. En lo que atañe al Derecho Notarial, el orden que sigue el programa tiene una explicación lógica, pues parte de lo general y conocido como es el concepto de forma del acto jurídico, guiando al alumno cada vez más hacia contenidos más puntuales y específicos, que son coincidentes con las operaciones de ejercicio del escribano. Esta primera parte se articula alrededor de tres ejes: a) El instrumento, su autor y la función notarial. Su estudio nos acerca a temas fundamentales como el documento notarial y su principal especie, la escritura pública: sus requisitos y efectos; sus ineficacias y formas de subsanación. b) La función notarial: acceso, permanencia, cese, ejercicio. Y c) la responsabilidad notarial en sus diversos ámbitos y la ética en el ejercicio de la función. Un fiel y claro reflejo de lo expuesto es el decálogo del notario, cuya lectura recomendamos vivamente, como un guía rectora de su comportamiento. En cuanto al Derecho Registral, resulta muy difícil construir una teoría general, dado los distintos tipos de registros, como los disímiles efectos de la registración y funciones del registrador, lo que no nos impide formular una pequeña teoría general que se centra en la nociones de publicidad, registro y sus clasificaciones, sea por su objeto, sus efectos o los sujetos que los tienen a su cargo. También aquí el orden de las unidades tiene su explicación lógica, que se asienta tres aspectos: a) la publicidad y los registros en general. b) la publicidad registral y extrarregistral en materia inmobiliaria, atendiendo especialmente a las características y efectos de aquella. Y c) Un especial análisis del registro de anotaciones personales y de otros registros: de bienes, de estado civil y capacidad de las personas, mercantiles y societarios y de testamentos. El Derecho registral inmobiliario es, como dijimos, la rama que ha tenido una mayor elaboración doctrinaria y, por ello, es al que dedicamos la mayor parte de los contenidos de esta segunda parte del programa. Se incluye su evolución histórica, sus principios y el conjunto de normas que a ellos se refieren, en particular en el derecho nacional, incluyendo los problemas que se plantean en los supuestos de desacuerdo entre lo registrado y la situación extrarregistral y las responsabilidades que ello genera.
3. OBJETIVOS GENERALES Y ACTIVIDADES.
El estudio de la asignatura, en sus dos vertientes, no puede
ser meramente teórico. Por ello nos planteamos la necesidad de vincular los contenidos aprendidos con la jurisprudencia y la resolución de problemas y casos prácticos. Así, al par que se avanza en su tratamiento, se analizan la estructura de una escritura, de un acta, de un folio real y de sus medios de publicidad (informe, certificado), con los modelos y formularios al alcance de los alumnos. Y también, se los anima a ser los protagonistas del otorgamiento de una escritura, mediante un juego de roles, como vendedor, comprador, o notario, con los actos previos y posteriores a la firma de aquella, incluyendo el rol del registrador en la expedición de los certificados y la ulterior registración del documento. Fuera del aula, el aprendizaje se complementa con la visita a notarías, archivo de protocolos y registros. Estas vivencias constituyen una enseñanza inolvidable, sea que estén organizadas por la cátedra, como se hace en la mayoría de los cuatrimestres, o se los incentive a hacerlo en forma personal, si es que tienen tal posibilidad. Para todas estas actividades ponemos a disposición de los alumnos la atención del cuerpo de profesores que integran la cátedra, a cuyas clases pueden asistir no sólo los cursantes, sino también quienes rinden libre la materia. En este sentido disponemos de un pre evaluativo y de una dirección de mail de consulta. También los invitamos a participar de las actividades de extensión, capacitación e investigación que se realizan en el Instituto de Derecho Notarial y Registral de nuestra Facultad.
4. BIBLIOGRAFÍA.
Respecto de la bibliografía y las herramientas que les
permiten llevar a cabo el aprendizaje, recomendamos la lectura de la bibliografía general y especial contenida en el programa y su actualización en la cátedra virtual, en el anexo “Bibliografía”, donde encontrarán novedades en libros, artículos de doctrina, legislación y jurisprudencia de interés notarial y registral, sea directamente o a través de links. Allí también hallarán los lugares donde pueden consultar, que incluyen bibliotecas, páginas webs y las carpetas de la fotocopiadora del Centro del Estudiantes, dónde además encontrarán modelos de escrituras o cláusulas específicas, actas, certificados, modelos de folio real, entre otros.
Bienvenidos al estudio del Derecho Notarial y Registral, y
recuerden, como decía Carlos N. Gattari, que “La calidad del buen pintor la perpetua el cuadro no el modelo, La del buen notario, la dimensión papel pues El notario aprisiona en cárcel de papel a cadena perpetua el instante fugitivo, la realidad que pasa”. Y que tanto la actividad notarial, como la registral contribuyen a una convivencia pacífica y a la certidumbre en los derechos que se adquieren y, por tanto, a la seguridad jurídica, sustento indispensable del supremo valor de la Justicia.
Prof. Marcela H. Tranchini e integrantes de la Cátedra.