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“Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la

Educación”

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas


Escuela Profesional de Derecho

Tema : RELACION JURÍDICA, DEBER JURÍDICO Y LA SANCIÓN

Curso : FUNDAMENTOS DE DERECHO

Docente : EDILBERTO DAVID AMPUDIA ZEBALLOS

Alumna : CANANI GONZALES LESLIE PATRICIA

Pucallpa –Perú
2015
INDICE

I. INTRODUCCIÓN .................................................................................................................4
II. DESARROLLO DEL TEMA ...............................................................................................5
CLASIFICACIÓN DE LOS CONCEPTOS JURÍDICOS FUNDAMENTALES ............5
RELACIÓN JURÍDICA .......................................................................................................5
RELACIÓN JURÍDICO PROCESAL ............................................................................8
DE LA RELACIÓN JURÍDICO PROCESAL: SURGEN LOS DERECHOS
PROCESALES ....................................................................................................................8
DERECHOS PROCESALES.........................................................................................8
DEBERES PROCESALES ............................................................................................8
DEBERES DEL JUEZ. ...................................................................................................9
SE PROPONEN PRETENSIONES Y DEFENSAS: ..................................................9
EXIGENCIA DEL CUMPLIMIENTO DE REQUISITOS DE LA RELACIÓN
JURÍDICA PROCESAL ......................................................................................................9
FILTROS PROCESALES .................................................................................................9
DECLARACIÓN DE UNA RELACIÓN JURÍDICA PROCESAL VÁLIDA ...............10
PRESUPUESTOS PROCESALES DE FONDO.- ....................................................10
NATURALEZA JURÍDICA.- .........................................................................................10
CARACTERÍSTICAS DE LA RELACION JURÍDICA: .............................................12
ESTRUCTURA: .............................................................................................................13
TEORIA DE LEGAZ Y LACAMBRA: ..........................................................................14
TEORIA DE PUGLIATI: ...............................................................................................14
DEBER JURÍDICO............................................................................................................15
Formas Lógicas del Deber Jurídico: ..........................................................................17
Fundamentos de la doctrina del deber jurídico: .......................................................17
Axiomas de Lógica Jurídica: .......................................................................................18
Axioma de libertad: .......................................................................................................18
Axioma de contradicción: .............................................................................................18
Axioma de exclusión del medio: .................................................................................18
Axioma de identidad: ....................................................................................................19
LA SANCION .....................................................................................................................19
TIPOS: ............................................................................................................................20
La sanción disciplinaria: ...............................................................................................20
La sanción tributaria: ....................................................................................................20
Multas: ............................................................................................................................20
b) No dinerarias. ............................................................................................................21
Comiso de bienes: ........................................................................................................21
Internamiento temporal de vehículos: ........................................................................21
Cierre temporal de establecimientos: ........................................................................21
Suspensión de licencias, permisos o autorizaciones: .............................................21
La sanción administrativa: ...........................................................................................22
Fundamento ...................................................................................................................22
2
Clases .............................................................................................................................23
III. DOCTRINA .......................................................................................................................23
IV JURISDPRUDENCIA.......................................................................................................26
EXP. N.° 518-2004-AA/TC ..................................................................................................26
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL ................................................26
El marco doctrinario y normativo de la denominada................................................30
V. ANALISIS/CRITICA .........................................................................................................42
VI. RESUMEN .......................................................................................................................43
VII. BIBLIOGRAFIA ..............................................................................................................47

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I. INTRODUCCIÓN

¿Qué debemos entender por derechos fundamentales? ¿Cuáles son los


conceptos jurídicos fundamentales? Éstas y otras interrogantes podrían surgir
de este importante tema. Nos concretaremos a señalar que los derechos
fundamentales establecen facultades del individuo en sus relaciones sociales
para su desarrollo como persona derivados de su libertad y dignidad. Es decir,
constituyen el “núcleo básico, ineludible e irrenunciable, del status jurídico del
individuo”.2
Los derechos fundamentales están ligados a la dignidad de la persona, son la
proyección positiva, inmediata y vital de la misma; constituyen la condición de su
libertad y autodeterminación. El desconocimiento o conculcación vulnera la
dignidad e impide el desarrollo individual y personal. Por ello, su disfrute resulta
imprescindible; son condición de la democracia como sistema político, la cual no
puede existir sin el reconocimiento y el ejercicio de los derechos fundamentales.
Los preceptos que contienen derechos fundamentales están en la Constitución
y son objeto de protección en sus diversas disciplinas.

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II. DESARROLLO DEL TEMA

CLASIFICACIÓN DE LOS CONCEPTOS JURÍDICOS FUNDAMENTALES


El estudio y análisis de los conceptos jurídicos fundamentales han sido objeto de
preocupación y acuciosas investigaciones de parte de los juristas en su afán por
enumerarlos y clasificarlos, entre ellos, Hans Kelsen, quien propone la siguiente
clasificación: el hecho ilícito o antijurídico; la sanción; el deber jurídico; el derecho
subjetivo; el sujeto de derecho o persona jurídica, y la responsabilidad jurídica.

El primer concepto jurídico fundamental, esto es, el hecho ilícito o antijurídico,


está indicado en el postulado kelseniano como hecho condicionante de la
sanción. Es la conducta (acto antijurídico) de aquel individuo contra el cual se
dirige la sanción. La sanción jurídica es impuesta por los órganos del Estado
cuando los individuos no observan la conducta debida. El derecho subjetivo,
según Kelsen, queda sobrentendido en virtud de que, frente al obligado a
observar determinadas conductas, existe el pretensor y, a su vez, el órgano que
tiene el deber jurídico de sancionar y exigir el cumplimiento. El deber jurídico
significa la existencia de una norma válida que ordena determinado
comportamiento. Para Kelsen, la existencia de un deber jurídico consiste en “la
validez de una norma de derecho que hace depender una sanción de la conducta
contraria a aquella que forma el deber jurídico”. Es simplemente la norma de
derecho en su relación con el individuo a cuya conducta la misma norma enlaza
la sanción. Es la “obligación de obedecer la norma del derecho”.

El sujeto de derecho constituye otro elemento fundamental referido al sujeto del


deber y sujeto de la sanción ante el hecho ilícito o antijurídico. La responsabilidad
jurídica es la consecuencia que se presenta por la sola voluntad de un sujeto que
quiere imponerse deberes para conferir derechos a otro sujeto siempre que el
orden jurídico lo permita.

RELACIÓN JURÍDICA

La vida social jurídicamente relevante se fundamenta en relaciones jurídicas.


Corresponde al derecho establecer entre los hombres una red complicada de
relaciones que constituye “una especie de tejido que afecta la vida social”.20
5
El hecho de que la norma jurídica exprese una vinculación con el destinatario
revela la existencia de “una relación jurídica entre éste y aquélla”.21 Incumbe a
las normas jurídicas establecer entre los “sujetos a quien se asigna el poder y a
quien se impone el deber”. Es necesaria la preexistencia de la norma que
imprima la forma fijando los “límites de las exigibilidades recíprocas”. La
ausencia de una norma que las determine implicaría el que “no haya relaciones
jurídicas”. Los hechos y las relaciones sociales sólo tienen significación para el
derecho si están “insertos en una estructura normativa”. Por consiguiente, los
requisitos necesarios para que haya relación jurídica son una relación
intersubjetiva, un vínculo entre dos o más personas y que este vínculo
corresponda a una hipótesis normativa, de la cual se deriven consecuencias
obligatorias. Esto presupone la intervención de dos elementos: el material,
constituido por el presupuesto de hecho o relación social apta para la regulación
jurídica; y el formal, que determina la consecuencia jurídica que recae sobre la
relación de hecho.

La existencia de una obligación supone siempre la de una relación, ambas van


“inseparablemente unidas, sin relación no hay obligación”.

Al imponer la norma obligaciones y atribuir pretensiones, es indudable que


vincula al sujeto de la obligación con el de la exigencia, al deber con el poder.
Esto es lo que constituye la relación jurídica.
Toda relación de derecho es “un ligamen entre la norma y el destinatario”. La
relación jurídica sólo es posible entre personas, es decir, entre sujetos de
derecho. Ésta surge siempre con ocasión de algo, ya sea por un acontecimiento
natural o un acto de la voluntad. El hecho condicionante engendra relaciones
jurídicas relevantes, las cuales pueden incluir “facultades y deberes a los que en
ella intervienen”.

En opinión de Legaz y Lacambra, aparecen como elementos de la relación:


a) la norma,
b) la persona,
c) el hecho condicionante,
d) la correlatividad de situaciones jurídicas,
6
e) la prestación
f) la sanción.

Miguel Reale distingue cuatro elementos fundamentales de la relación jurídica:


a) un sujeto activo, que es el titular o el beneficiario principal de la relación;
b) un sujeto pasivo, considerado así por ser el deudor de la prestación principal;
c) el vínculo de atribución, capaz de ligar a una persona con otra, frecuentemente
de manera recíproca o complementaria, pero siempre de forma objetiva, y
d) un objeto, que es la razón de ser del vínculo constituido.

En suma, podemos agregar, con Aníbal Bascuñán Valdés, que en los circuitos
normativos intervienen: el hecho condicionante, los sujetos, el objeto y la sanción
entre los cuales existe el enlace de una relación que se transmuta en jurídica
(deber ser) y, en ocasiones, en vínculo de derecho.

Para Savigni, la Relación Jurídica, es una vinculación entre dos o más personas
determinadas, por una norma jurídica.

Relación, en su significado literal, es una interacción o dinamicidad, con la que


se desarrolla la convivencia social de las personas a través de sus hechos o
actos.
Du Pasquier: Expresa que toda norma conlleva explícita o implícitamente una
relación jurídica.
Las relaciones jurídicas implican o exigen la presencia de una o más personas,
con derechos y obligaciones, compartiendo la calidad del sujeto activo o pasivo
de dicha relación que no puede apararse de la regulación normativa del derecho.
De las relaciones jurídicas surgen efectos de naturaleza jurídica, creando,
modificando o extinguiendo derecho y obligaciones. Un mun do jurídico no puede
existir sin hecho o personas. Wagner afirma, que la sola ley no produce nunca
por sí consecuencias jurídicas, sin no se realizan algunos hechos, es que en el
derecho cabe reconocer dos aspectos, uno estático y otro dinámico.

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El aspecto estático, estudia el ordenamiento jurídico, como su estructura,
elementos, instituciones y otros. El aspecto dinámico, estudia el derecho puesto
en movimiento por algo, que son los hechos o actos jurídicos.

RELACIÓN JURÍDICO PROCESAL


En cuanto a la Relación Jurídico Procesal, siguiendo a los más renombrados
estudiosos del Derecho Procesal, como Carnelutti, Chiovenda, el mismo
Couture, se establece, que en el proceso la relación procesal, del que se originan
derechos, obligaciones, cargas y facultades distintas, a las que pueden surgir de
las relaciones jurídicas materiales, que en el se ventilan. Son sujetos de la
relación jurídica procesal, el actor, el demandado y el Juez. Sus poderes con
facultades que la ley les otorga para la realización del Derecho, el fin es la
solución de los conflictos, su actuación se hace por medio de la jurisdicción.

Eduardo J. Couture, explica en el siguiente triángulo la relación jurídico


procesal:

DE LA RELACIÓN JURÍDICO PROCESAL: SURGEN LOS DERECHOS


PROCESALES: Por ejemplo:
DERECHOS PROCESALES: Como derecho de acción, de contradicción, de probar.
DEBERES PROCESALES: Obligación de comportarse dentro de las normas del
Debido Proceso, lealtad, buena fe; de los terceros, el deber de testimonio, etc.

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DEBERES DEL JUEZ: De decretar, impulsar el proceso, actuar las pruebas de
oficio, de fallar o sentencia; la facultad de citar a terceros, a las partes y otros.
Para MATHEUS; 2000; 76, la etapa postulatoria, como su nombre lo indica, tiene
objetivos determinados en la misma ley y podemos señalar las siguientes:

SE PROPONEN PRETENSIONES Y DEFENSAS:


En esta primera etapa, las partes o sea demandante y demandado presentan al
Juez sus proposiciones, a fin de que durante el proceso sean debatidas, para
luego ser reconocidas o rechazadas por el Órgano Jurisdiccional.

EXIGENCIA DEL CUMPLIMIENTO DE REQUISITOS DE LA RELACIÓN


JURÍDICA PROCESAL
Con la atribución que le concede la ley, con el deber – poder de dirección del
proceso, el Juez en aplicación de la norma contenida en el art. 128 del C.P.C.,
califica los requisitos de forma y de fondo para luego declararlos admisibles y
procedentes. Si adolece de requisitos de forma o cumple defectuosamente,
declara inadmisible y si la omisión o defecto es en cuanto a los requisitos de
fondo, los declara improcedentes. El Juez, como director y responsable del
proceso, dando cumplimiento a la función, al recibir los actos procesales
postulatorios al proceso, tiene la obligación de verificar si cumplen con los
requisitos de forma y de fondo, que fundamentalmente está orientado a la
Relación Jurídico Procesal y al nacimiento válido del proceso y en el fondo
constituye el saneamiento de estos actos postulatorios al proceso.
Si la relación Jurídico Procesal, adolece de causales de nulidad por los defectos
de forma o por los requisitos de fondo, se estaría generando un proceso, con
causales de nulidad subsanable o causales de nulidad insubsanable, siempre
perjudicial a la tutela jurisdiccional con las garantías del debido proceso.

FILTROS PROCESALES
Vienen a ser aquellos mecanismos que sirven de barreras para depurar y sanear
el proceso en la etapa postulatoria, dejándose expedito para que los justiciables
y el juez puedan continuar con el desarrollo procedimental del mismo, hasta
llegar a su fin.

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DECLARACIÓN DE UNA RELACIÓN JURÍDICA PROCESAL VÁLIDA
Para Grosman; 1982, 46 cuando el demandante interpone la demanda y es
recibida por el juez, se crea una relación jurídica entre el juez y el demandante,
el juez tiene la obligación de pronunciarse sobre la admisión de la demanda y el
demandado se somete a la competencia del juez.
Cuando el juez admite la demanda y emplaza al demandado, se amplía la
relación jurídica porque el demandado tiene la obligación de comparecer en el
proceso.

Así, durante el desarrollo del proceso, se sucede una gama de relaciones


jurídicas, que por producirse dentro del proceso se denominan relaciones jurídico
procesales.

Cabe advertir que en doctrina hay diversas opiniones acerca de la relación


procesal, para unos hay una relación que se va desenvolviendo en el curso del
proceso y para otros existen múltiples relaciones.

PRESUPUESTOS PROCESALES DE FONDO.-


Bastante difundidos con el rótulo confuso y equivocado de "condiciones de la
acción", otros prefieren llamarlas "condiciones para que el actor obtenga una
sentencia favorable". Por nuestra parte, preferimos denominarlo como
presupuestos procesales de fondo a las condiciones necesarias que propician la
emisión de una sentencia de mérito, es decir, para que una pretensión procesal
hecha valer con la demanda sea objeto de pronunciamiento por el Juez. Su falta
impedirá al Juez pronunciarse sobre el fondo del litigio, generándose de esta
forma lo que en doctrina se conoce como sentencia inhibitoria.

NATURALEZA JURÍDICA.-
Para Ledesma; 1998; 37, existen dos teorías:
La primera teoría es sostenida por Chiovenda, Alsina, Devis Echandía, Véscovi.
Se sostiene que están conformados por "los presupuestos materiales de la
sentencia de fondo y además son los requisitos que el Juez debe examinar y
establecer en su decisión final para que el demandante pueda obtener una
sentencia favorable".

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Esta teoría acepta tres presupuestos: a) el derecho; b) legitimidad para obrar; y
c) interés para obrar. Además sostienen que estas deben ser verificadas por el
Juez al momento de emitir sentencia.

La segunda teoría, de bastante aceptación por la mayoría de los Códigos


Procesales Latinoamericanos, incluyendo al Código Procesal Civil modelo para
Latinoamérica, contempla dos categorías: a) la legitimidad para obrar y el b)
interés para obrar. Sosteniendo que éstas pueden ser objeto de revisión en
varios y determinados estadios del proceso: al calificar la demanda, al resolver
las excepciones, al sanear el proceso, excepcionalmente al emitir sentencia .

Por nuestra parte consideramos – coincidiendo con procesalistas nacionales -


que la norma jurídica que ampara y sustenta el derecho tutelado, llamada
también voluntad de la ley, es un tercer elemento a tomar en cuenta como
presupuesto procesal de fondo.
Consiguientemente, se concluye que los presupuestos procesales de fondo son:
a) existencia de un derecho tutelado por la ley o lo que también se suele llamar
voluntad de la ley;
b) interés actual para plantear la pretensión o interés para obrar; y,
c) legitimidad para obrar.
Dentro de los presupuestos procesales de fondo encontramos la llamada
legitimidad para obrar la que será materia de estudio e investigación en forma
minuciosa en lo que viene del presente trabajo, por lo que, en los temas
siguientes se desarrollará no sólo el aspecto teórico de esta institución sino que
también y sobre todo el aspecto práctico o de campo, es decir, la investigación
realizada en los Juzgados civiles de Lima.

El Interés para obrar. Ticona Postigo prefiere llamarla "necesidad de tutela


jurisdiccional" y nos dice que "es el estado de necesidad de tutela jurisdiccional
en que se encuentra una persona en concreto y que lo determina a solicitar, por
vía única y sin tener otra alternativa eficaz, la intervención del respectivo órgano
jurisdiccional con la finalidad de que resuelva el conflicto de interés en el cual es
parte"

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Juan Monroy, sobre el tema nos precisa que "hay interés para obrar cuando una
persona a agotado todos los medios para satisfacer su pretensión material y no
tiene otra alternativa que recurrir al órgano jurisdiccional. Esta necesidad
inmediata, actual, irremplazable de tutela jurídica es el interés para obrar".

Para Liebman el interés para obrar o interés para accionar "está dado por la
relación jurídica entre la situación antijurídica que se denuncia (lesión aparente
o real del interés sustancial) y la providencia que se pide para ponerle remedio
mediante la aplicación del derecho, y esta relación debe consistir en la titularidad
de la providencia como medio para adquirir por parte del interés lesionado la
protección acordada por el derecho"

Si se subsanan los defectos, el Juez declara saneado el proceso por existir una
relación procesal válida. En caso contrario lo declara nulo y consiguientemente
concluido.

La resolución que declara concluido el proceso o la que concede plazo para


subsanar los defectos es apelable con efecto suspensivo (art. 465. C.P.C.).

CARACTERÍSTICAS DE LA RELACION JURÍDICA:


- HETERONOMA: Se impone a las partes por virtud del ordenamiento jurídico
- BILATERAL: crea derechos para un sujeto y obligaciones para otro
- EXTERNA: La validez de los derechos y obligaciones que origina, sólo
depende de la adecuación exterior de la conducta.
- COERCIBLE: Puede imponerse contra la voluntad del obligado.
- SIMPLE O COMPLEJA: Según origine uno o varios vínculos entre los sujetos
de la misma.

Simples: Cuando se establece un solo vínculo de derecho entre un


pretensor y un obligado.
Complejas: Cuando hay una pluralidad de vínculos en los siguientes casos:
- un pretensor y varios obligados
- un obligado y varios pretensores
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- Pluralidad de activos y pasivos

ESTRUCTURA:
Sujetos:
Los individuos que se relacionan, ya sean personas físicas o jurídicas.
Persona física:
Para las personas físicas la capacidad de obrar varía a lo largo del tiempo, se
tiene capacidad de obrar cuando se alcanza la mayoría de edad.
Persona jurídica:
Es una afición legal y surge porque había determinados objetivos a lograr que no
se podían conseguir independientemente y era necesario que se reunieran un
grupo de personas. El Derecho le otorga una personalidad propia e independiente
de los miembros que lo componen.
Tipos de personas jurídicas:
Públicas: ayuntamientos, partidos políticos, fundaciones... (No son de nuestro
interés)
Privadas: son las sociedades. Se constituyen porque dos o más personas
acuerdan poner en común bienes, objetos... para lograr un bien común.
La persona física actúa en nombre de la persona jurídica.

Se determinan dos posiciones:


a. Una de poder, en la que se otorgan unos derechos al sujeto activo que le
legitiman para reclamar una conducta determinada a favor del cumplimiento de
sus derechos, ya sean por medio de:
Derechos subjetivos: facultades sobre la exigencia de ciertas conductas o sobre
una cosa en beneficio particular.
Potestades: autoriza a una persona para que la patria potestad de los padres
sobre sus hijos menores de edad actúe en interés de la parte sometida.
Derechos potestativos: por voluntad unilateral la relación se puede ver alterada,
modificada o destruida (celebrar/anular un contrato, modificar…)
Representante: actúa por cuenta y en nombre de otras personas.

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b. Una de deber, la obligación o subordinación por el cumplimiento de los
derechos del sujeto activo.
TEORIA DE LEGAZ Y LACAMBRA:
- Para él la relación jurídica es un vínculo creado por normas jurídicas
entre sujetos de derecho, nacido de determinado hecho que origina
situaciones jurídicas correlativas de facultades y deberes.
- Su objeto son ciertas prestaciones garantizadas por la aplicación de una
consecuencia coactiva o sanción.
- La relación jurídica no es una relación social cualquiera. No existe una
relación jurídica por lazos de amor, amistad o compañerismo.
- La relación jurídica se origina siempre de un hecho condicionante o
supuesto de hecho.
- El observa que no toda relación jurídica necesariamente debe estar
catalogada o enumerada en la norma de derecho, pues puede faltar ésta
y sin embargo existir aquélla, dado que existe siempre una norma de
derecho general que se funda en los principios básicos del sistema
jurídico y en la regla de que todo aquello que no está prohibido, está
permitido, es decir, en la norma de libertad.
TEORIA DE PUGLIATI:
 Para él la relación jurídica es la relación social o de hecho que produce
consecuencias jurídicas.
 Para que se origine la relación jurídica debe darse el elemento de hecho o
material, constituido por la relación social entre hombres o entre hombres y
cosas y la existencia de una norma jurídica que es la fuente de toda
consecuencia de derecho, convirtiendo así la relación simplemente social
en la relación jurídica.
 Según él la ley por sí sola no puede ser fuente de derechos subjetivos.
 Para que nazca una relación jurídica y para que se produzcan los efectos
en cuanto a la creación de los derechos subjetivos se requiere de un
elemento material que denomina hecho, o sea el presupuesto fundamental
de la relación.
 Es así como las normas jurídicas sólo pueden operar condicionadas por
tales hechos.

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DEBER JURÍDICO
El derecho es regulación de la conducta exterior del hombre. La realización de
los supuestos que las normas jurídicas presuponen producen determinadas
situaciones jurídicas que son las distintas circunstancias de la existencia
personal, en las que se contiene todas las posibilidades de la vida del sujeto de
derecho, conforme a las cuales puede realizar diversas formas de
comportamiento.

El sujeto de derecho puede “crear, para sí o para otros, por medio de su libertad
jurídica nuevas situaciones”, las cuales pueden consistir en el “nacimiento,
transmisión, modificación o extinción de facultades y deberes”.

El deber jurídico consiste en la “necesidad de observar cierto comportamiento


(acción y omisión) que viene impuesto por las normas reguladoras de la relación
o personas que intervienen en él”.

Cuando la finalidad de la norma consista en provocar la acción en los deberes


positivos, por ejemplo, el deber de pagar impuestos, votar, tomar las armas,
etcétera, el precepto autoriza la acción de la persona obligada otorgándole un
derecho subjetivo; pero, al mismo tiempo, le prohíbe la omisión “imponiéndole
un deber jurídico”.

Así, pues, estar jurídicamente obligado a determinado comportamiento significa


que la conducta contraria es antijurídica y como tal representa “la condición de
una sanción establecida por la norma”. Es sujeto del deber el responsable de la
sanción estipulada.

La existencia de un deber jurídico es la validez de una norma de derecho que


hace depender una sanción de la conducta contraria a aquélla que forma el deber
jurídico. Éste es, simplemente, la “norma que enlaza la sanción, la conducta
opuesta es condición de la sanción y constituye el contenido del deber jurídico”.

En principio, podemos afirmar que el fundamento del deber jurídico radica en la


“necesidad misma del derecho”.
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El derecho subjetivo no puede desligarse del deber jurídico, ya que aparece bajo
la forma de la facultad, cuyo efecto puede ser directa o indirectamente la
producción de una norma de derecho. Por tanto, el acto facultativo es el supuesto
para la creación de una norma jurídica; se halla definido en la norma y debe a
ésta su existencia, no tiene existencia propia. El deber y el derecho subjetivos
se encuentran fundidos recíprocamente, puesto que “no pueden existir el uno sin
el otro. Siempre coexisten en la regulación jurídica”. El deber jurídico queda
justificado cuando aparece como objeto correlativo del derecho subjetivo,
integrando el concepto de consecuencia de derecho.

Por lo tanto, el deber jurídico es aquella acción del sujeto por medio de la cual y,
por virtud de ella, participa en el “proceso creador del derecho”, en razón de la
imposición de deberes de otro sujeto, y la creación de situaciones jurídicas
nuevas en beneficio propio o en el de un tercero. Por este motivo, el deber
jurídico adquiere sentido y queda justificado “cuando aparece como objeto
correlativo del derecho positivo”.

Los derechos reales son calificados comúnmente de absolutos y los personales,


de relativos. El titular de un derecho absoluto tiene la posibilidad de actuar sobre
una cosa determinada y exigir, de todo el mundo, que se respete su conducta.
Aquí, el deber correlativo es de abstención. En el caso de un derecho relativo, el
acreedor tiene derecho a la conducta del sujeto pasivo o deudor. Por lo tanto, el
deber correlativo consistirá en el deber de hacer o de no hacer a cargo de un
sujeto determinado.

En suma, la distinción entre derecho absoluto y relativo es —según Morineau—


“la que considera al primero como facultamiento de la propia conducta y al
segundo lo sujeta a la facultad de la conducta ajena”.
Para concluir, agregaremos con García Máynez que los derechos personales o
de crédito consisten en la facultad de una persona llamada acreedor para exigir
de otra, llamada deudor, un hecho, una abstención o la entrega de una cosa, y
los derechos reales, en la facultad correlativa de un deber general de respeto

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que una persona tiene de obtener directamente de una cosa todas o parte de las
ventajas que ésta es susceptible de producir.

Formas Lógicas del Deber Jurídico:

 A esa obligación es a la que se denomina DEBER JURÍDICO.


 En consecuencia puede consistir en:
- Dar o Hacer alguna cosa a favor del sujeto activo. Por ejemplo: realizar la
obra, prestar un servicio, pagar una suma adeudada, entregar la cosa
vendida. En esta obligación el sujeto pasivo ve constreñida su conducta
en el sentido de dar o hacer algo a favor del sujeto activo.
- No hacer o Abstenerse de intervenir en la esfera jurídica del titular del
derecho subjetivo. En muchas ocasiones la norma no exige del sujeto
pasivo una actuación determinada, sino, por el contrario, manda no
interferir con su actuación dentro de la esfera del sujeto activo. Es un
deber jurídico de abstención para no interferir en una esfera ajena
(persona, conducta o patrimonio), sin que exista una expresa autorización
normativa que sólo de manera excepcional puede facultar para llevar a
cabo un acto lícito de interferencia. En este deber se funda toda la
coexistencia social y la seguridad jurídica, así como el orden y la paz
pública.
- Tolerar o permitir la realización de un hecho. Por ejemplo: una
servidumbre de paso, de acueducto, etc.

Fundamentos de la doctrina del deber jurídico:

 La norma de Derecho establece para el sujeto pasivo el deber jurídico de


cumplir con una prestación, correlativa del Derecho de exigir su cumplimiento
(característica esencial del Derecho: bilateralidad o impero-atribución).
 Por lo tanto, la esencia del deber jurídico y del derecho subjetivo, la
encontramos en la existencia de una norma jurídica.
 Así, el padre de familia tiene el deber moral de alimentar a sus hijos menores,
pero para que exista el deber jurídico de pagarlos, correlativo de un derecho
subjetivo de exigirlos, es necesaria la existencia de una norma de Derecho
que así lo establezca. (art. 283 C. Civil)

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Axiomas de Lógica Jurídica:

Axioma: Relación lógica entre derechos subjetivos y deber jurídico.


García Maynez deduce cinco axiomas importantes de lógica jurídica.
1. Axioma de inclusión:
 Todo lo que está jurídicamente ordenado está jurídicamente permitido.
Ejemplo: si tenemos la obligación de pagar una deuda, tenemos el
permiso de hacerlo.
 Al estar jurídicamente ordenado que el deudor pague sus deudas, está
jurídicamente permitido que lo haga.

Axioma de libertad:
 Lo que está jurídicamente permitido, no está jurídicamente ordenado,
puede libremente hacerse u omitirse.
 Ejemplo: Si nos está permitido transitar por el territorio nacional, como
tal facultad no está jurídicamente ordenada (porque a nadie puede
obligarse a que transite) podemos libremente transitar o no transitar
por el territorio nacional.

Axioma de contradicción:
 La Conducta jurídicamente regulada no puede hallarse, al propio
tiempo, prohibida y permitida.
 Ejemplo: Si el deudor tiene jurídicamente regulada su conducta de
pagar el crédito a su cargo, no puede optar entre pagarla o no pagarla,
porque teniendo a su cargo la obligación de pago, no puede hallarse
al propio tiempo con permiso y prohibición de hacerlo.

Axioma de exclusión del medio:


 Si una conducta está jurídicamente regulada, o está prohibida, o está
permitida.
 Ejemplo: Si el deudor tiene a su cargo por mandamiento de una
norma, el pagar su deuda, su conducta es la de permitirle pagarla, sin
que pueda optar entre hacerlo o no hacerlo, o sea que no puede estar
su conducta permitida y prohibida, o le está prohibida o le está
permitida.

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 De ello se sigue que si un proceder no está jurídicamente prohibido, si
está jurídicamente permitido.
 Por ejemplo: Si al llegar a una esquina no está prohibido dar vuelta a
la izquierda, está permitido hacerlo.

Axioma de identidad:
 Todo objeto de conocimiento jurídico es idéntico a sí mismo.
 Lo que está jurídicamente prohibido, está jurídicamente prohibido, lo
que está jurídicamente permitido, está jurídicamente permitido.

LA SANCION

La sanción es la aplicación de algún tipo de pena o castigo a un individuo


antedeterminado comportamiento considerado inapropiado, peligroso o ilegal.
En este sentido, el concepto de sanción puede ser entendido de dos maneras
distintas, aunque similares y conectadas entre sí. Estos dos sentidos son,
básicamente, el jurídico y el social, contando cada una con elementos
particulares.

En primer lugar, una sanción es uno de los elementos principales del ámbito
jurídico y ha sido creada para representar la pena o castigo que puede recibir un
sujeto como consecuencia del cometimiento de algún tipo de delito o acto ilegal.
En este espacio, las sanciones están fijadas por ley y aparecen como el resultado
de todo un sistema de categorías y jerarquizaciones que hace que cada hecho
reciba un tipo específico y particular de sanción. Por ejemplo, tanto un ladrón
como un homicida reciben la sanción de ir encarcelados, pero cambiará en cada
caso la cantidad de años que esa sanción represente por ser diferente el tipo de
crimen cometido.

Por otro lado, la sanción también puede salirse del espacio meramente jurídico
cuando se habla de sanciones sociales. Estas tienen que ver más que nada con
una combinación de costumbres, tradiciones, comportamientos y actitudes
aprobados por cada cultura que terminan construyendo en conjunto la estructura
moral y ética de las mismas. Entendida así, la sanción puede volverse entonces

19
un elemento mucho más indefinido ya que no lo rige una ley si no el sentido
común en la mayoría de los casos. La sanción puede entonces representarse
por un reto, una mirada desaprobadora, discriminación y hastaindiferencia de
parte de los restantes individuos ante el hecho cometido. Tal es el caso de una
persona que tira basura en la vía pública en un lugar donde tal acto no está
penado por ley: la sanción social hará que probablemente las personas lo miren
mal y desaprueben su comportamiento sin que éste reciba necesariamente un
castigo.

TIPOS:
La sanción disciplinaria:
Ejemplo:
Dentro del ámbito de la relación de trabajo el empleador está facultado para
sancionar al trabajador en aquellas conductas que por acción u omisión
signifiquen faltas o incumplimientos en sus obligaciones laborales.
Esta facultad del empleador otorgada por el Derecho Laboral, tiene como
finalidad restablecer el orden en la relación de trabajo, en aquellas situaciones
que considere que la conducta del empleado puede afectar el cumplimiento de
los fines de la empresa.
El derecho de aplicar sanciones de por parte del empleador, está sujeta a ciertos
límite, no tratándose de una potestad que pueda ser utilizada en forma arbitraria,
sino que debe cumplir con los principios de contemporaneidad, proporcionalidad,
transitoriedad e imposibilidad de la doble sanción.

La sanción tributaria:
Es la consecuencia jurídica por el incumplimiento de las normas tributarias.
Clasificación de las sanciones tributarias
a) Dinerarias.

Multas:
Una multa (del latín multa) o multa pecuniaria es la sanción administrativa o penal
consistente en un pago en dinero, a veces expresado como días de multa
(cuando su pago redime la reclusión por el númerocorrespondiente de días).
Se denomina multa coercitiva a la que se reitera por plazos determinados si no
se paga.
20
Una vez dictado un acto administrativo que establezca una obligación personal
frente al incumplimiento por parte de la persona obligada, la administración
puede tomar diversas medidas: ejecución subsidiaria, multa coercitiva,
compulsión sobre las personas, y la más general y utilizada: el apremio sobre el
patrimonio.

b) No dinerarias.
Comiso de bienes:
La confiscación, comiso o decomiso, en Derecho, es el acto de incautar o privar
de las posesiones o bienes sin compensación, pasando ellas al erario público.

Internamiento temporal de vehículos:


Se cumple cuando los vehículos son ingresados a los depósitos o
establecimientos que designe la SUNAT. Dicha sanción se aplicará según lo
previsto en las Tablas de Infracciones y Sanciones del Código Tributario y de
acuerdo al procedimiento que se establecerá mediante Resolución de
Superintendencia.

Cierre temporal de establecimientos:


Una de las sanciones más visibles que la Administración Tributaria impone a los
infractores es la de cierre temporal de establecimientos, ello como consecuencia
de la no emisión y/o entrega al adquirente o usuario del servicio del respectivo
comprobante de pago, o también si ha cumplido con entregar el comprobante
pero el mismo no reúne las características o requisitos para ser considerado
como tal.

Esta sanción se encuentra relacionada con las infracciones señaladas con los
numerales1, 2 y 3 del art. 174º del Código Tributario, las cuales son detectadas
por elfedatario fiscalizador.

Suspensión de licencias, permisos o autorizaciones:


Las infracciones muy graves implican, en todo caso, la imposición de la
suspensión del permiso.

21
Por ejemplo:
En el caso de infracciones graves por parte de un conductor podrá imponerse
esta sanción de suspensión del permiso o licencia de conducción hasta tres
meses. Se consideran infracciones graves: conducción negligente; arrojar
objetos en la vía que puedan producir incendios; incumplimientos de: tiempos de
conducción, limitaciones de velocidad, prioridad de paso, adelantamientos,
cambios de dirección o sentido, circulación en sentido contrario al estipulado,
paradas y estacionamientos en lugares peligrosos o que obstaculicen
gravemente el tráfico; circulación sin alumbrado, deslumbramiento; y realización
y señalización de obras en la vía sin permiso, o retirada o deterioro de la
señalización.

La sanción administrativa:
Las sanciones administrativas son una clase de acto administrativo que consiste
en una sanción como consecuencia de una conducta ilícita del administrado. Han
sido definidas como cualquier mal infringido por la Administración a un
administrado como consecuencia de una conducta ilegal, a resultas de un
procedimiento administrativo, y con una finalidad puramente represora.

Elementos de la sanción administrativa


- Proceden de una autoridad administrativa.
- Producen un efecto aflictivo.
- Prosiguen a la realización de un ilícito.
- Cumplen una finalidad represora.
- Su imposición exige la observancia de un procedimiento administrativo.

Fundamento
A través del Derecho penal, el Estado pretende el amparo de aquellos bienes
jurídicos fundamentales para la convivencia social, mediante la amenaza y el
castigo de las conductas que los lesionan. Frente al Derecho penal, sin embargo,
existe también otra herramienta sancionadora a disposición del Estado que, con
el modesto propósito de procurar el correcto funcionamiento de la gestión
administrativa, asegura el respeto a las normas jurídicas administrativas con la
imposición de sanciones de orden administrativo, típicamente multas.

22
Clases
La potestad sancionadora de la Administración se puede dividir en disciplinaria
que consiste en la facultad de imponer sanciones a los funcionarios y
responsables de faltas cometidas en el ejercicio de sus cargos y tiene por tanto
carácter interno. La segunda clase potestades sancionadoras se refiere a la
facultad de la Administración de imponer correcciones a los administrados por
los actos contrarios a lo ordenado y tiene por tanto carácter externo.

III. DOCTRINA
Todo concepto es un predicado referido a una materia de conocimiento, al sujeto
de un juicio. El concepto es fundamental cuando es integrante del objeto al cual
se refiere. Entonces un concepto jurídico fundamental será el predicado referido
al derecho, sin el cual éste no puede concebirse: será un elemento constitutivo
de todo derecho posible.

“Son conceptos jurídicos fundamentales por ser elementos invariables aunque


no exclusivos del derecho”

Los conceptos jurídicos fundamentales, en el derecho se nos aparecen como los


elementos que se encuentran en la estructura y en contenido de toda norma
jurídica y en cuya ausencia no se entendería un orden jurídico determinado
históricamente. Estando en todo orden coactivo concreto, se transforman en
categorías de conocimiento, en conceptos básicos. De ahí que sean elementos
del derecho y conceptos que se encuentran en la reflexión teórica.

García Maynez nos da la definición de los conceptos jurídicos fundamentales al


tratar sobre el objeto de la Teoría Fundamental del Derecho; y define como
conceptos jurídicos fundamentales o esenciales las categorías o nociones
irreductibles, en cuya ausencia resultaría imposible entender un orden jurídico
cualquiera.

Las diferencias entre estos conceptos, llamados también categorías jurídicas y


los conceptos jurídicos contingentes, esta en que los contingentes no existen en
23
todo ordenamiento positivo, y que en cambio los esenciales, no pueden dejar de
existir en un sistema jurídico. Por el contrario se habla de conceptos jurídicos
contingentes cuando se manejan conceptos que sólo se encuentran en algunas
normas jurídicas referentes a ramas especificas del derecho, por ejemplo:
hipoteca, enfiteusis, etc.

A la filosofía jurídica le corresponde sólo el estudio de los conceptos jurídicos


fundamentales. Los contingentes son estudiados por las especialidades de la
ciencia dogmática, con referencia a un derecho positivo determinado.

Así, son conceptos jurídicos contingentes las instituciones de la esclavitud, del


duelo, del delito de disolución social, es decir. Conceptos que no son comunes
a todos los sistemas jurídicos.

En cambio las nociones de persona, supuesto jurídico, sanción, deber jurídico,


derecho subjetivo, derecho objetivo, acción son irreductibles, ya que sin ellos
resultaría imposible entender un orden jurídico cualquiera.

Por su parte el Licenciado Rojina Villegas señala: “ Los conceptos jurídicos


fundamentales son aquellos que intervienen como elementos constantes y
necesarios en toda relación jurídica, es decir, en toda forma de conducta jurídica
que se produce por la aplicación de la norma a los casos concretos”. “En la
norma de Derecho se encuentran en potencia todos los conceptos jurídicos
fundamentales y en la relación jurídica se actualizan esos conceptos para tener
una manifestación concreta respectos de sujetos y objetos determinados,
produciéndose por la realización de uno o de varios supuestos de Derecho”

Para Somló, en toda representación de una norma jurídica el jurista utiliza dos
clases de conceptos jurídicos, a saber; unos que se refieren al contenido de la
norma, y que se encuentran determinados por un legislador histórico, y otros de
los que hay que servirse necesariamente, debido a que constituyen los
presupuestos de toda norma jurídica en cuanto tal.

A los primeros Somló los denomina conceptos jurídicos de contenido, y a los


segundos conceptos jurídicos fundamentales.
24
La distinción de referencia presupone la diferencia entre materia y forma de la
norma de derecho, esto es, entre aquello que forma parte de la norma como un
ingrediente singular y concreto de la misma, y aquello que tienen de común todas
las normas jurídicas reales o posibles.

Es obvio que, como se maneja en el prologo de la obra de García Maynez, sin


el conocimiento de los conceptos generales no es posible el estudio de los
particulares.

Más profundamente; la teoria fundamental del Derecho, es la que explica los


conceptos jurídicos fundamentales y esta es una de las dos ramas en que se
divide la filosofía del Derecho, pues la otra rama la constituye la axiología
Jurídica que tiene por objeto estudiar los valores a cuya realización debe de
aspirar el orden jurídico positivo.

METODOS PARA DESCUBRIR LOS CONCEPTOS JURÍDICOS


FUNDAMENTALES
El método que ha empleado cada autor para descubrir o determinar los
conceptos jurídicos fundamentales es casi siempre acertado, pero los resultados
siempre han dependido de la definición de lo jurídico en que cada teoría
descansa.

Leandro Azuara expone en su obra: “El problema consistente en determinar los


Conceptos Jurídicos fundamentales reside en el método que se emplea para
descubrirlos”

-Recaséns Siches propone un método en su obra, al decir:

“Estos conceptos no tienen un origen empírico, ni una índole contingente, sino


que por el contrario están necesariamente comprendidos por la esencia de los
jurídico y pertenecen a todas las manifestaciones reales o posibles del derecho,
esto es, constituyen ineludiblemente el armazón universal de todo derecho (civil,
penal, pasado, presente o futuro, primitivo y complicado, justo e injusto). Al

25
concepto universal del derecho y al séquito de nociones fundamentales puras,
(no empíricas) es a lo que llamamos a priori formal del derecho.

-Para Manuel Ovilla Mandujano, la búsqueda del método se debe apoyar en una
visión distinta a ésta. Debe de tener un fundamento en la realidad estricta
normativa para escribir acerca de estos conceptos.

Para este autor los conceptos jurídicos fundamentales se obtienen mediante la


observación y la confrontación de los diversos derechos positivos históricos.

-El método de Adolfo Merkel, perteneciente a la corriente de positivismo presenta


una idea fundamental que fue seguida por sus adeptos. Esta idea se basa en
que el objeto propio de la ciencia jurídica está constituido por el derecho actual
y vigente que hace que al lado del derecho privado, que había sido para los
pandectistas el núcleo fundamental de los diversos sistemas jurídicos, empiecen
a perfilarse como disciplinas con carácter propio e independiente de las demás
ramas del derecho, en relación con cada una de las cuales se crea también una
serie de conceptos jurídicos fundamentales, que permiten que se constituyan
como un todo independiente y autónomo.

IV JURISDPRUDENCIA

EXP. N.° 518-2004-AA/TC


LIMA
JAVIER DIEZ
CANSECO CISNEROS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de julio de 2004, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, con asistencia de los señores magistrados Bardelli
Lartirigoyen, Presidente; Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la
siguiente sentencia con el fundamento de voto del magistrado Gonzales
Ojeda

26
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Javier Diez Canseco
Cisneros contra la sentencia de la Primera Sala Especializada en lo Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 397, su fecha 29 de octubre
de 2003, que declaró infundada la acción de amparo de autos.

ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha 9 de mayo de 2003, interpone acción de amparo
contra la Agencia de Promoción de la Inversión (PROINVERSIÓN), la
Empresa de Electricidad del Perú (ELECTROPERÚ) y el Ministerio de
Energía y Minas, a fin de que se disponga el cese de la amenaza de
violación del derecho de los consumidores y usuarios de electricidad de
acceder a un servicio de menor costo y mayor calidad, y se declare la
invalidez de los cambios efectuados por PROINVERSIÓN en los términos
de referencia o bases del “Concurso Público Internacional para la
Transferencia al Sector Privado del Contrato de Suministro de Gas Natural
ELECTROPERÚ S.A.”, debido al consecuente detrimento que sufriría la
empresa estatal de llevarse a cabo dicho concurso.

Expresa que las bases originales del referido concurso público


internacional fueron presentadas por PROINVERSIÓN en enero del año
2003 y que, en abril del mismo año, se modificaron asimismo, refiere que
las bases originales previeron que el postor se comprometía a generar
energía a través del ciclo simple en un plazo de 15 meses desde la fecha
de cierre del contrato, con una potencia efectiva mínima de 250 MW y con
la tecnología de ciclo combinado en un plazo de 36 meses desde la fecha
de cierre del contrato con una potencia efectiva mínima de 375 MW.

Sostiene que la generación de energía a ciclo simple tiene un


rendimiento de 34%, lo cual significa un costo de generación de 23.31
dólares americanos por MW.h, mientras que la generación a ciclo
combinado tiene un superior rendimiento, 55%, lo que se traduce en un
menor costo de generación de 13.79 dólares americanos por MW.h; y que
la modificación de las bases plantea nuevos términos para el proyecto de
27
generación previendo una potencia efectiva mínima de 250 MW en ciclo
simple en un plazo de 15 meses para plantas existentes y 18 meses para
plantas nuevas y, en una segunda etapa, una potencia efectiva mínima de
312.5 MW compuesto por 125 MW en ciclo simple más 187.5 MW en ciclo
combinado, en un plazo de 36 meses.

Añade que, de producirse el concurso con la modificación de las


bases, se reduciría la potencia mínima exigida (17% menos), siendo el
impacto del gas de Camisea en el mercado mucho menor, y se permitiría
el uso indefinido del costoso e ineficiente ciclo simple con el mayor pago
por tarifa de servicio que representa para el usuario final, postergando la
modernización del sector eléctrico nacional.

Los demandados contestan la demanda alegando que en las dos


últimas décadas la oferta de energía eléctrica ha crecido consistentemente,
debido a la instalación de plantas térmicas cuyo objeto es atender mejor la
demanda de energía durante los períodos del año en que llueve menos y
se reduce la disponibilidad de plantas hidroeléctricas que dependen de la
cantidad de agua. Por ello, agregan, el inversionista tiene que ser muy
cuidadoso al momento de pronosticar la demanda y decidir el incremento
de la oferta, es decir, el momento más conveniente para invertir y la
tecnología que resultaría apropiado utilizar.

Sostienen que en la actualidad el país tiene un porcentaje de reserva


de capacidad instalada cercano al 50%, con lo cual la menor capacidad que
el inversionista dejaría de instalar no tendría, en sí, impacto alguno; que la
reducción de 375 MW a 312.5 MW representa algo más del 1% de la
capacidad instalada del sistema eléctrico interconectado peruano; que,
adelantar el ingreso del ciclo combinado o incrementar la potencia que se
instalaría, sin considerar la evolución del mercado, implicaría una decisión
económicamente ineficiente y, por lo mismo, insostenible; y que se variaron
las bases de la licitación debido a que no hay posibilidad de almacenar la
electricidad que podría generarse en el sistema, ya que sólo se puede
generar lo que la demanda requiera, por lo que, una mayor capacidad
instalada respecto a la demanda, conllevaría mayores inversiones,
28
aumentaría la reserva en el sistema sin redituar beneficios, y obligaría al
inversionista a requerir mayores tarifas para compensar su
inversión.

Asimismo, expresan que el demandante no tiene legitimidad para


iniciar el presente proceso en defensa de intereses difusos en su condición
de usuario o consumidor del servicio público de electricidad, y que tampoco
tiene interés para obrar.

Por otro lado, manifiestan, textualmente, que “(...) dentro de nuestro


ordenamiento jurídico, los derechos de los consumidores no tienen
naturaleza constitucional sino sólo legal, por lo tanto carece de sustento
plantear una demanda de amparo fundada en tales derechos (...) Más aún
cuando (...) la facultad de acceder a un servicio de menor costo no conforma
la estructura de facultades que integra los derechos de los consumidores.
Adicionalmente, a la ausencia de relevancia constitucional del pretendido
derecho de los consumidores, debemos dejar también claramente
establecido que el ordenamiento legal no consagra el derecho de los
consumidores a acceder a un servicio de menor costo (baja significativa de
tarifas), ni a una mayor calidad del servicio”.

El Vigésimo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con fecha 3


de julio de 2003, declaró infundadas la excepción de falta de legitimidad
para obrar y la demanda, estimando textualmente que “(...) en el caso de
autos el derecho presuntamente amenazado del consumidor a obtener un
servicio a menor costo y de mayor calidad, no se encuentra vinculado al
derecho a la información, salud y seguridad garantizados por la
Constitución, en tal sentido resulta un derecho reconocido y protegido por
una ley y, por tanto, su defensa no puede hacerse vía acción de amparo”.

La recurrida confirmó la apelada, argumentando que, con fecha 1 de


agosto del año 2003, concluyó el Concurso Público Internacional para la
transferencia al sector privado del contrato de suministro del gas natural de
ELECTROPERÚ, otorgándole la adjudicación a la Empresa de Generación
Termoeléctrica Ventanilla S.A (ETEVENSA), y que, siendo así, la supuesta
29
amenaza de violación invocada por el demandante ya se habría
concretado, no siendo el presente mecanismo constitucional el idóneo para
declarar su nulidad o ineficacia, debiendo, en todo caso, acudirse a otra vía
que cuente con estación probatoria.

FUNDAMENTOS

1. En la presente acción de amparo aparecen, a juicio de este


Colegiado, cuestiones jurídicas relevantes, y, que, por ende, merecen
un detenido pronunciamiento, a saber:

a) El marco doctrinario y normativo de la denominada legitimidad


para demandar.

b) La existencia, o no existencia, del derecho constitucional a la


protección del interés de los consumidores y usuarios.

c) La existencia concreta de legitimidad para demandar por parte del


actor en la presente causa.

d) La existencia, o no existencia, de amenaza de violación a la


protección del interés de los consumidores y usuarios.

El marco doctrinario y normativo de la denominada legitimidad


para demandar

2. La doctrina procesal moderna considera de central importancia la cabal


elucidación de los conceptos de acción, jurisdicción y proceso, a los cuales
Ramiro Podetti ha calificado como “trilogía estructural”, y sobre los cuales
descansa el derecho procesal (Podetti, Ramiro,”Tratado de los Actos
Procesales”, Editorial Ediar, Argentina, 1955, Pág. 117).

3. En tal sentido, la acción “(...) constituye una atribución ejercitable ante


el Estado, personificado en la persona del juez, en virtud de la cual se

30
puede reclamar la puesta en marcha del mecanismo jurisdiccional a fin
de que con ello se preserven los derechos materiales lesionados (o
amenazados) de los justiciables” (Peyrano, Jorge “El Proceso Atípico”,
Editorial Universidad, Argentina, 1993, Pág. 213). La acción se
materializa en una demanda que contiene una pretensión, entendida a
su vez, en su acepción material, como la facultad de exigir a otro el
cumplimiento de algo, y en su acepción procesal, como un acto de
voluntad materializado en una demanda, en ejercicio del derecho de
acción que tiene toda persona, por medio del cual alguien reclama algo
contra otro, a través del órgano jurisdiccional.

4. La demanda da inicio al proceso, el cual se concibe como el “(...)


conjunto de actos relacionados entre sí y de índole teleológica, que
permiten desarrollar la actividad jurisdicccional” (Peyrano, Jorge, Ob.Cit.,
Pág. 216); de otro lado, la jurisdicción se conceptúa como “(...) la
actividad desarrollada por el Estado a través de una autoridad “imparcial”
que actúa –independiente e imparcialmente-dentro de un proceso,
siendo las resultas de su labor la producción de normas jurídicas
irrevisables para las demás actividades estatales y, en ciertos casos,
para la misma actividad jurisdiccional(...)” (Peyrano Jorge, Ob.Cit., Pág.
214).

5. El proceso se desarrolla por la intervención de las partes. Calamendrei


señala que “(...) el proceso presupone por lo menos dos partes (...)”.
(Calamandrei, Piero, “Instituciones de Derecho Procesal Civil”, Editorial
EJEA, Argentina, 1973, Tomo II, Págs. 296-297). Es parte quien
reclama, o frente a quien se reclama, la tutela jurisdiccional; vale decir,
quienes de hecho intervienen en el proceso como sujetos activos o
pasivos de una determinada pretensión o, lo que es lo mismo,
demandante y demandado. El concepto de parte se extiende a
los terceros y a los sustitutos procesales.

6. Nuestro ordenamiento jurídico establece que el concepto “sujeto de


derecho” comprende al ser humano individual (concebido y persona) y
al colectivamente establecido (persona colectiva y organizaciones de
31
personas no inscritas); amén de fijar que la noción de capacidad
presupone la declaración y el conocimiento de la aptitud e idoneidad para
adquirir derechos y contraer obligaciones de naturaleza jurídica.

El reconocimiento legal de la aptitud e idoneidad de un sujeto de


derecho para adquirir derechos y contraer obligaciones se manifiesta en
dos planos, a saber:

a) Capacidad de goce
Es la facultad o atributo de la persona para ser sujeto de derechos
y obligaciones; es decir, para forjar relaciones jurídicas en torno a
una actividad determinada y consentida por el ordenamiento jurídico.
Dicha “cualidad” jurídica es inherente a la persona humana y, por
ello, es un atributo general.

b) Capacidad de ejercicio
Es la facultad o atributo personal que permite producir por propia
voluntad, efectos jurídicos válidos para sí o para otros,
responsabilizándose expresamente de sus consecuencias. Por
ende, comporta la prerrogativa para gobernarse por sí en las
diversas contingencias de la vida coexistencial.

Ahora bien, conforme lo establecen los artículos 42º, 43º y 44º del
Código Civil, la regla general es que todas las personas que hayan
cumplido 18 años de edad tienen plena capacidad de ejercicio de sus
derechos civiles, salvo el caso de aquellos que por imperio de la ley son
considerados absoluta o relativamente incapaces.

7. Como se ha detallado precedentemente, mediante el ejercicio del


derecho de acción se solicita la actividad jurisdiccional del Estado. El
acto procesal con el cual se manifiesta dicho ejercicio se conoce como
“demanda”.

32
Por lo demás, este último contiene una exigencia puntual de tutela
estatal (vale decir, una pretensión) tendiente a lograr la satisfacción del
interés material cuya lesión o amenaza de lesión se reclama.

Su naturaleza jurídica se explica por su calidad de concepto lógico de


relación. Así, cuando en una relación jurídica sustancial o material
(aquella en donde existe una ligazón entre dos o más personas, una de
las cuales está en derecho de exigir a la otra el cumplimiento de un
deber jurídico) se produce un conflicto o una incertidumbre legal, los
sujetos vinculados pueden recurrir al órgano jurisdiccional para que,
dictando una sentencia, solucione la desavenencia o acabe con la
incertidumbre surgida en el marco de la referida relación.

La existencia de un caso justiciable supone, pues, la presencia de


sujetos que participan entre sí de un conflicto de intereses con relevancia
jurídica.

La acreditación de existencia de una relación jurídica sustancial es la


que permite a uno de sus conformantes tener una pretensión material
respecto del otro. De allí que, de producirse la desavenencia como
consecuencia del supuesto o real incumplimiento material, éste deviene
en el antecedente directo del proceso judicial.

Es en el ámbito de un órgano jurisdiccional en donde dicha relación


sustancial amenazada o violentada por el desacuerdo se discute
jurídicamente, adquiriendo la denominación de proceso o relación
jurídica procesal.

Cabe señalar que el tránsito de una relación jurídica sustancial a una


relación jurídica procesal ocurre como consecuencia del ejercicio del
derecho de acción (derecho público, subjetivo, abstracto y autónomo) de
uno de los litigantes, en mérito del cual ésta solicita al Estado tutela
jurídica para un caso particular y específico.

33
Es necesario precisar que la existencia de una relación jurídica
procesal no elimina ni desaparece la relación jurídica sustancial, puesto
que esta última, como expresión de una realidad concreta, se mantiene
como tal.

8. Es importante acotar que, “(...) para convertirse en parte resulta


necesario acreditar legitimación suficiente, a la vez que para contar con
legitimación será necesaria la capacidad procesal para estar en juicio
(...)” (Gozaini, Oswaldo, “Derecho Procesal Civil”, Editorial Ediar,
Argentina, 1992, Tomo I, Pág. 392).

La legitimación para obrar debe entenderse, entonces, como “(...) una


coincidencia entre la persona que requiere el servicio judicial y el que se
halla dentro del proceso ejerciendo determinada pretensión. De esa
forma, ocupa al actor y al demandado y puede alcanzar a ciertos terceros
(Gozaini, Oswaldo, “La Justicia Constitucional” Editorial Depalma,
Argentina, 1994, Pág. 165).

9. Existen dos clases de legitimación: legitimación ad processum o


legitimación procesal, la cual se concibe como la “(...) aptitud o idoneidad
para actuar en un proceso, en el ejercicio de un derecho propio o en
representación de otro (...)” (Couture, Eduardo, “Fundamentos de
Derecho Procesal Civil”, Editorial Depalma, Argentina, 1974, Págs. 379-
380); y la legitimación ad causam o legitimación en la causa, que es “(...)
la condición jurídica en que se halla una persona con relación al derecho
que invoca en juicio, ya sea en razón de su titularidad o de otras
circunstancias que justifican su pretensión(...)” (Ibid.). En otros términos,
consiste en la autorización que la ley otorga a una persona para ser parte
en un proceso determinado por su vinculación específica con el litigio.

10. La legitimación para obrar en el proceso de amparo está regulada por


el artículo 26° de la Ley N.° 23506, según el cual tienen derecho a ejercer
la acción de amparo el afectado, su representante, o el representante de
la entidad afectada.

34
El afectado es la persona natural que ha sufrido una violación o
amenaza de violación de un derecho fundamental, ya sea nominado o
innominado, reconocido en la Constitución o en los tratados relativos a
los derechos humanos.

La persona natural puede accionar por sí misma, o mediante la


representación legal, convencional o judicial.

En el caso de la representación legal, los que carecen de la capacidad


de ejercicio son sustituidos en el ejercicio del derecho de acción (tales
los casos de los padres, respecto de sus hijos menores, y aun los de los
que están por nacer, en ejercicio de la patria potestad; de los tutores,
respecto de los menores no sometidos a la patria potestad; o de los
curadores, respecto de los mayores de edad sometidos a interdicción).
Asimismo, el artículo 45° del Código Civil dispone que los representantes
legales de los incapaces ejercen los derechos civiles de éstos,
según las normas referentes a la patria potestad, tutela y curatela.

Como bien expresa Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena “[El


negocio jurídico. Edit. Studium, Lima, 1986, Pág. 128] el ordenamiento
jurídico confiere dicha representación a determinadas personas que por
una posición familiar o por un cargo u oficio, actúan en nombre de otras
que están incapacitadas o imposibilitadas para asumir derechos u
obligaciones con su actuación directa.

En el caso de la representación convencional, la sustitución proviene de la


libre determinación del representado; vale decir, se otorga a través de un
contrato por el cual una persona encarga a otra, que acepta, la realización
a favor de aquél de determinados actos
jurídicos.
Respecto a la representación judicial, la sustitución emana del
otorgamiento de facultades a un tercero para llevar a cabo la interposición
de una demanda, así como los demás actos procesales derivados de
aquélla.

35
En cuanto a las personas jurídicas, éstas son representadas
procesalmente por los gerentes o los administradores de las sociedades
mercantiles o civiles, quienes gozan de las facultades generales y
especiales de representación procesal por el solo mérito de serlo.

Así el artículo 1° de la Ley N.° 26539, expresamente prescribe que “El


Gerente o Administrador, según el caso, de sociedades mercantiles o
civiles, goza de las facultades generales y especiales de representación
procesal señalada en los artículos 74 y 75 del Decreto Legislativo N.°
768, Código Procesal Civil, por el solo mérito de su nombramiento, salvo
estipulación estatutaria en contrario o limitación impuesta mediante
acuerdo en Junta General de Accionistas o Socios”.

De modo que para ejercer la representación procesal mencionada,


bastará la presentación de la copia notarialmente certificada del
documento donde conste el nombramiento debidamente inscrito,
conforme a los dispositivos legales vigentes.

Ahora bien, según el artículo 26° de la Ley N.° 23506 “(...) sólo en
casos de imposibilidad física para interponer la acción, sea por atentado
concurrente contra la libertad individual, por hallarse ausente del lugar,
o cualquier otra causa análoga, podrá la acción de amparo ser ejercida
por tercera persona sin necesidad de poder expreso, debiendo el
afectado, una vez que se halla en posibilidad de hacerlo, ratificarse en la
acción”. Si bien la norma en cuestión no fija un plazo, este Tribunal
considera que podrá aceptarse la ratificación de la acción hasta antes de
la emisión de la sentencia en última instancia.

De manera complementaria, el artículo 22° de la Ley N.° 25398 precisa


que, tratándose de personas no residentes en el país, la acción de
amparo será ejercida por apoderado acreditado y residente en el país, o
por tercera persona. En este último caso la acción deberá ser ratificada
expresamente por el afectado.

36
Para ello será suficiente el poder fuera de registro otorgado ante el
Cónsul del Perú en la ciudad extranjera que corresponde a la
legalización de la firma del Cónsul ante el Ministerio de Relaciones
Exteriores, no siendo necesaria la inscripción en los Registros Públicos.
La existencia, o no existencia, del derecho constitucional a la
protección del interés de los consumidores y usuarios
11. El Tribunal Constitucional ha tenido oportunidad de desarrollar
ampliamente su concepción sobre el Régimen Económico de la
Constitución en la sentencia recaída en el Expediente N.° 0008-2003-
AI/TC (Roberto Nesta Brero y más de 5,000 ciudadanos contra
Presidencia del Consejo de Ministros) Por ello, en esta oportunidad sólo
nos limitaremos a efectuar algunas precisiones sobre el tema.
12. La Constitución establece que la iniciativa privada es libre y que se
ejerce en una economía social de mercado (artículo 58°). Expresa,
asimismo, que el Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la
libertad de empresa, comercio e industria (artículo 59°); que reconoce el
pluralismo económico y la coexistencia de diversas formas de propiedad
y empresa (artículo 60°); que facilita y vigila la libre competencia (artículo
61°); y que defiende el interés de los consumidores y usuarios (artículo
65°). Estas disposiciones constitucionales configuran algunos de los
elementos básicos de una economía social de mercado, donde las
diversas empresas concurren en un marco de libre competencia
ejerciendo sus libertades de empresa, comercio e industria, ofertando
sus bienes y servicios a los usuarios y consumidores. Es en este
ordenamiento constitucional económico donde las empresas
desarrollarán sus actividades, y en el cual corresponde al Estado
estimular la creación de riqueza. Es por ello que este Tribunal ha
expresado que “la Constitución protege a los agentes económicos
encargados de establecer la oferta en el mercado, a partir del ejercicio
de los derechos de libre empresa, comercio e industria” (Exp. N.° 0008-
2003-AI/TC).

13. Pero nuestra Constitución no sólo ha previsto una protección a los


agentes económicos, sino que expresamente declara que el Estado
defiende el interés de los consumidores y usuarios (artículo 65°). De
37
modo que, si bien protege a los agentes económicos, “con igual énfasis
protege al individuo generador de demanda, es decir, al consumidor o el
usuario” (Exp. N.° 0008-2003-AI/TC). Estadisposición constitucional
constituye un límite a la actuación de las empresas en una Economía
Social de Mercado. De otro lado, este Colegiado ha sostenido que
cuando la Constitución garantiza la defensa del interés de los
consumidores y usuarios, está consagrando un derecho subjetivo que
reconoce la facultad de acción defensiva de los consumidores y usuarios
en los casos de transgresión o desconocimiento de sus legítimos
intereses; es decir, apareja el atributo de exigir del Estado una actuación
determinada cuando se produzca alguna forma de amenaza o afectación
efectiva de los derechos de consumidor o usuario, incluyendo la
capacidad de acción contra el propio proveedor (Exps. N.° 0008-2003-
AI/TC y N.° 0858-2003-AA-TC, Eyler Torres del Aguíla vs. Organismo
Supervisor de Inversiones Privadas en Telecomunicaciones–OSIPTEL).
Por ello, este Tribunal considera que el derecho constitucional de
protección del interés de los consumidores y usuarios (artículo 65° de la
Constitución) tiene una estructura jurídica de derecho público subjetivo,
por lo que puede ser alegado y aplicado directamente por sus titulares.
14. Delimitado así el derecho, conviene determinar
su función constitucional. En el presente caso este derecho se
manifiesta en una pretensión frente a los poderes públicos y órganos
estatales, y frente a los particulares, de que sea protegido en caso que
puedan vulnerarlo.
15. En esta línea, necesaria para configurar el derecho en cuestión, es que
debemos perfilar el contenido del derecho constitucional analizado. Para
este propósito debe tenerse en cuenta que el mismo artículo 65°
establece que el Estado garantiza el derecho a la información sobre los
bienes y servicios que se encuentran a disposición de los consumidores
en el mercado, y vela por la salud y la seguridad de la población. Estas
disposiciones constitucionales también constituyen derechos
constitucionales pero, además, definen el contenido del derecho
constitucional de protección del interés de los consumidores y usuarios.
Sin embargo, como este Tribunal ya manifestó en jurisprudencia
atinente, “(...) estos no son los únicos que traducen la real dimensión de
38
la defensa y tuitividad consagrada en la Constitución. Es de verse que,
siendo genéricos en su naturaleza, y admitiendo manifestaciones
objetivamente incorporadas en el mismo texto constitucional, suponen
un numerus apertus a otras expresiones sucedáneas” (Exp. N.° 0008-
2003-AI/TC).
16. De este modo, para perfilar el contenido del derecho constitucional a la
protección del interés de los consumidores y usuarios, es necesario
analizar la expresión “interés de los consumidores y usuarios”. Este
Colegiado ha sostenido que el Estado “(...) defiende el interés de los
consumidores y usuarios como consecuencia de las relaciones
asimétricas con el poder fáctico de las empresas proveedoras” (Exp. N.°
018-2003-AI/TC, Más de 5000 ciudadanos vs. Congreso de la
República), de modo que los consumidores y usuarios representan el fin
de toda actividad económica (Exps. N.° 0008-2003-AI/TC, N.° 018-2003-
AI/TC y N.° 858-2003-AA/TC). Por ello, ese interés de los consumidores
y usuarios debe ser materializado a partir de las situaciones concretas
que se presenten en los casos de afectación del derecho.
17. En el presente caso se cuestiona el proceso de privatización de un
contrato de suministro de gas natural, alegándose que tendrá incidencia
en el proceso de generación de energía eléctrica, para su posterior
venta. El servicio público de electricidad, indispensable para que los
ciudadanos desarrollen normalmente su vida cotidiana y las labores
propias de una sociedad contemporánea, tiene la calidad de servicio
público aun cuando su gestión y administración la lleven a cabo agentes
privados. Entonces, si este Tribunal ha sostenido que los consumidores
y usuarios son el fin del proceso económico y, por ello, son sujetos de
protección por la posición asimétrica que mantienen con las empresas,
en el marco de una economía social de mercado; con mayor razón,
cuando de servicios públicos se trate, la atención que el Estado y las
empresas que los gestionan deben prestar a las demandas de los
consumidores y usuarios se acentuará. Por ello, en el presente caso, ese
interés de los consumidores y usuarios se manifiesta concretamente en
acceder a un servicio público de menor costo y mayor calidad.
18. Por tanto, para este Tribunal Constitucional el contenido del derecho
constitucional a la protección del interés de los consumidores y
39
usuarios, comprende el derecho a la información sobre los bienes y
servicios que se encuentran a su disposición en el mercado; el derecho
a su salud y seguridad relacionados con las situaciones derivadas de
su condición; y la defensa de su interés que, entre varias posibilidades,
según el caso concreto, puede comprender, en el caso de los servicios
públicos, el acceso a un servicio de menor costo y mayor calidad.

La existencia concreta de legitimidad para demandar por parte del


actor en la presente causa
19. Debemos precisar que la titularidad de este derecho se configurará
cuando el demandante se encuentre en la posición de consumidor o
usuario de algún producto o servicio. En el caso de autos, el
demandante es usuario del servicio público de energía eléctrica, como
acredita a fojas 2, y, por tanto, titular del derecho en cuestión. De modo
que, si se ha demostrado su titularidad, se encuentra legitimado para
interponer una acción de amparo si considera que se viola o se
amenaza su derecho constitucional a la protección de su interés de
consumidor y usuario.

La existencia, o no existencia, de amenaza de violación a la protección


de los consumidores y usuarios

20. Al respecto, para determinar si se ha configurado –según la óptica del


demandante– amenaza de vulneración del derecho a la protección del
interés de los consumidores y usuarios en el supuesto que se realice el
“Concurso Público Internacional para la Transferencia al Sector Privado
del Contrato de Suministro de Gas Natural de Electroperú S.A.” con las
bases modificadas por PROINVERSIÓN, es pertinente precisar que el
proceso de licitación se inició en enero del año 2003, y que el 6 de mayo
del mismo año se adjudicó a la Empresa de Generación Termoeléctrica
Ventanilla S.A. la buena pro del Concurso Público Internacional que
organizó la Agencia de Promoción de la Inversión.

Por consiguiente, habiéndose presentado la demanda con fecha 9 de


mayo de 2003, al momento de su interposición no existía la denominada
40
e invocada hipotética amenaza de violación, de modo que la demanda
de amparo deviene en improcedente.
21. Además de lo expuesto precedentemente, debemos precisar que
incluso si la demanda se hubiese presentado antes de la fecha de
adjudicación de la buena pro, dado el carácter eminentemente técnico y
complejo del tema, referido a la mejor tecnología para la generación de
electricidad, la vía del amparo no es la indicada para dilucidarlo. En todo
caso, se deja a salvo el derecho del demandante para acudir a la vía
ordinaria, donde deberá ventilarse con mayor propiedad su pretensión.
22. No obstante lo señalado en el párrafo precedente, este Colegiado
considera que dada la trascendencia económica del tema, por cuanto se
trata de determinar cual es la mejor tecnología para la generación de
electricidad a través de gas natural, recurso natural no renovable, el
Estado peruano debe dictar una política clara y explícita a la brevedad
posible que promueva el uso de la tecnología moderna, eficiente y
sostenible de los recursos naturales no renovables, para beneficio de la
comunidad.

Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la


autoridad que la Constitución Política del Perú le confiere,

HA RESUELTO

Declarar IMPROCEDENTE la acción de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA

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V. ANALISIS/CRITICA

 Es absolutamente inadecuada la consideración de la voluntad presunta o


tácita de las partes o de la simple voluntad de una de ella como fuente de
los vínculos procesales. Tales vínculos traen su origen de una noción de
tipo más general: la sumisión de todos los súbditos de un país al Poder
Público del mismo y a su ordenamiento jurídico.
 Si bien en el procedimiento romano el juez desempeña en realidad una
función de árbitro y se explica entonces que sus poderes estuvieran
limitados por la voluntad de las partes, hoy nadie discute que el juez lleva
a cabo una función pública, puesto que ejerce en forma delegada uno de
los atributos de la soberanía
 Se funda en la negación del carácter de verdaderos derechos y deberes
jurídicos a los distintos vínculos que median entre los sujetos procesales,
puesto que los imperativos referidos al juez son de naturaleza
constitucional y no procesal y se derivan no del juicio, sino de su cargo de
funcionario público.
 Que al concebir la jurisdicción como un servicio público le asigna los
defectos inherentes a la teoría subjetiva de la jurisdicción según la cual el
Estado pondría su propia actividad al servicio de los particulares para
dirimir sus controversias con lo cual la administración de justicia solo es
una función del interés de los particulares.
 Respecto a la parte que los verdaderos y propios deberes (no simples
cargas) nacidas del proceso a cargo del juez o de las partes tendrían su
origen no en la relación jurídica procesal, sino en la relación superior del
derecho público que tiene lugar entre el Estado y los súbditos.
 No se puede sustituir el “proceso como relación jurídica” por el “proceso
como situación jurídica” no podía tener éxito en cuanto a esto. El `proceso
como totalidad es una relación jurídica; los estadios particulares de la
conducción procesal son situaciones jurídicas
 Es pública en la medida que las partes acuden al órgano jurisdiccional, en
ese momento existe proceso, mientras tanto no; puede darse el caso que
se solucione de manera privada, ese no es proceso.

 Nuestra posición la llamaríamos integralista, no adhiriéndose a la posición


ecléctica de Alsina, es preciso partir de otros rumbos.
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 Finalizamos, haciendo la propuesta: “es el negocio jurídico que se inicia a
petición de parte – debidamente insatisfecha- quien formula su petición
ante el órgano jurisdiccional con la finalidad de obtener su demanda
insatisfecha, rigiéndose la actividad de ambas partes bajo las normas
establecidas en el ordenamiento jurídico y que interviene el Estado a
través de su ius imperium”.

 Desglosando nuestro pensamiento, es el negocio jurídico en virtud de que


se caracteriza por ser un instrumento puesto al servicio de los interesados
para que ejerzan, con las limitaciones del ordenamiento, la potestad de
establecer un precepto con un contenido reglamentador de sus intereses;
asimismo, está encaminado a la consecución de un fin práctico, lícito y
admitido por el ordenamiento jurídico. Advierto que, existen figuras como
la rebeldía, no siempre existe la contradicción, desde un primer momento,
claro está; también, el fin es ganar para procurar obtener algo que
extrajudicialmente no hemos podido obtener, ese algo, es el leit-motiv de
nuestra pretensión.

 Definitivamente, que las partes se entienden bajo las reglas del Estado,
de ahí la invalidez de la teoría del contrato y cuasicontrato, también entre
las partes hay relaciones, no una, sino varias, que son propias del
procedimiento.

VI. RESUMEN

Cuando la solución de las controversias y, en general, la tutela del derecho,


queda encomendada al poder público, aparece la función jurisdiccional. Resulta
de la sustitución de la actividad de los particulares por la del Estado, en la
aplicación del derecho objetivo a casos concretos. En vez de que cada presunto
titular de facultades jurídicas decida acerca de la existencia de las mismas, y
pretenda hacerlas valer por medio de la fuerza, el Estado se substituye a él y, en
ejercicio de su soberanía, aplica el derecho al caso incierto o controvertido. El
pretensor no puede ya hacerse justicia por propia mano, sino que tiene que
ocurrir a los órganos jurisdiccionales, a fin de que determinen si las facultades
que el reclamante se atribuye existen realmente y, en caso necesario, ordenen
su satisfacción, incluso por medios coactivos.

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Como toda facultad jurídica, el derecho de que hablamos supone la existencia
de la obligación correlativa. Esta obligación constituye el contenido de la función
jurisdiccional. Hay, consecuentemente, una relación jurídica procesal, que en su
aspecto activo está representada por las facultades legales de las partes frente
a los órganos encargados de la jurisdicción y, en su aspecto pasivo, por el deber
jurisdiccional de tales órganos.

Una de las características esenciales de la relación procesal es su complejidad.


Se dice que es complejo porque no se agota en un solo vínculo normativo, sino
que se desenvuelve en una serie de relaciones de derecho, constitutivas del
proceso.

Los elementos principales de la relación procesal en su fase declarativa son tres,


a saber:

a) La demanda
b) La defensa
c) La sentencia

La primera es un acto del demandante o actor, la segunda corresponde al


demandado, y la tercera debe ser dictada por el juez.

Tanto la demanda como la contestación o defensa tienden a un mismo fin: la


emisión de la sentencia o, lo que es igual, la aplicación del derecho objetivo al
caso singular, para el esclarecimiento de una situación jurídica incierta o
controvertida. Desde este punto de vista, actor y demandado persiguen, dentro
del proceso, exactamente el mismo propósito.

La relación entre el demandante y el juez es generalmente conocida con el


nombre de relación jurídica de acción. La que existe entre los órganos
jurisdiccionales y el demandado se llama de contradicción o de defensa.

Como dijimos anteriormente, el sujeto pasivo de ambas es el Estado; las partes,


los sujetos activos. Frente al derecho subjetivo que el actor posee de pedir la
44
aplicación del derecho objetivo a casos concretos, para la consecución de
cualquiera de los mencionados fines, encontramos el deber de tales órganos de
desplegar su actividad jurisdiccional. De modo análogo, frente al derecho de
defensa del demandado existe la obligación impuesta al juez de realizar su
función específica.

Además de la declarativa, puede haber en el procedimiento una fase ejecutiva.


La finalidad del proceso, en esta última, no estriba en declarar la existencia de
una obligación, sino en conseguir coactivamente su observancia. Cabe hablar,
por tanto, de una relación procesal de ejecución.

Por regla general, las normas jurídicas enlazan determinadas consecuencias al


incumplimiento de los deberes que el derecho objetivo impone. Entre las
derivadas de la inobservancia de un precepto jurídico cualquiera, una de las más
características es la sanción. La sanción puede ser definida como consecuencia
jurídica que el incumplimiento de un deber produce en relación con el obligado.

Esta consecuencia puede traducirse en cumplimiento forzoso, cuyo fin consiste


en obtener la observancia de la norma infringida o, en su defecto, indemnización
y castigo; siendo la finalidad de la indemnización obtener del sancionado una
prestación económicamente equivalente al deber jurídico primario; siendo la
finalidad del castigo imponer una pena al sujeto incumplidor del deber jurídico
primario. No persigue por tanto el castigo el cumplimiento del deber jurídico
primario ni la obtención de prestaciones equivalentes.

De lo anterior se traduce que las relaciones entre el deber jurídico primario y el


constitutivo de la sanción, son de dos naturalezas: una, de coincidencia como es
el cumplimiento forzoso y otra de no coincidencia como es la indemnización y el
castigo.
Como señala el maestro García Máynez, tales tipos constituyen las formas
simples de las sanciones jurídicas; pero al lado de ellas existen las mixtas o
complejas que, como su denominación lo indica, resultan de la combinación o
suma de las primeras. Hay varias combinaciones posibles, a saber:
Cumplimiento indemnización;
Cumplimiento castigo;
45
Indemnización castigo;
Cumplimiento indemnización castigo.

1. Supongamos al deudor que no cumple su obligación de pagar una letra de


cambio a su cargo. La sanción puede traducirse en exigir el cumplimiento forzoso
del pago de la letra por la vía ejecutiva y al realizarse ésta en el acto del
requerimiento, el acreedor obtiene, además, el pago de intereses que es en lo
que se traduce la indemnización.

2. El caso del cumplimiento + castigo podría ser el del promitente que, habiendo
faltado a su deber de perfeccionar el contrato prometido, se obtenga
coactivamente la realización del contrato, más las costas judiciales que, como
castigo, se infringe al promitente incumplidor.

3. Para el caso de indemnización + castigo, se nos ocurre la que obtiene el propio


promisuario de un contrato de promesa de venta que, sin exigir el cumplimiento
forzoso, opta por la rescisión del contrato promisorio, obteniendo del sujeto
incumplidor (en el caso el promitente) la indemnización de los daños y perjuicios,
más costas judiciales.

4. Por último, la sanción consistente en cumplimiento indemnización castigo,


puede ejemplificarse con el cobro de la letra de cambio en el que el acreedor
obtenga el pago de misma, o sea, cumplimiento; el de los intereses, o sea,
indemnización; y las constas judiciales, o sea, el castigo.

La sanción no debe ser confundida con los actos de coacción. La sanción es una
consecuencia normativa de carácter secundario; la coacción constituye su
aplicación o realización efectiva. Coacción es, por tanto, la aplicación forzada
de la sanción. Cuando un juez dicta sentencia, condenando a una persona a
que pague lo que debe, aplica una sanción; pero si el demandado no cumple
voluntariamente con el fallo, tiene el actor derecho a pedir que la sanción se
imponga por la fuerza. El secuestro de bienes del deudor, y el remate de los
mismos por el poder público, a fin de dar cumplimiento a la resolución judicial,
representa, en el caso del ejemplo, una forma de coacción.

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VII. BIBLIOGRAFIA

1. Dr. LEVI E. BENSHIMOL Q. Didáctica de la Introducción al Derecho.


2. NARANJO, Yury. Introducción al Derecho. Ediciones Librería Destino.
1985. Caracas, Venezuela.
3. OLASO, Luis María. Introducción al Derecho. Editorial Texto, Tomo II.
1997. Caracas, Venezuela.
4. TOSTA, María Luisa. Introducción al Derecho. Publicidad Gráfica León,
S.R.L. 1996. Caracas, Venezuela.
5. W.W.W. Monografías.com
6. JOSE LUIS AGUILAR GORRONDONA, Cosas, Bienes y Derechos
reales. Derecho Civil II, Universidad Católica Andrés Bello
7. M.ª E. Gayo Santa Cecilia y J. L. Muñoz de Baena Simón (Coords.),
Introducción a la Teoría del Derecho, Madrid, UNED, 2010.
8. N. Martínez Morán y B. de Castro Cid (Coords.), Diecisiete lecciones de
Teoría del Derecho, Madrid, Universitas, 2011 (2ª ed.).

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