Mito y Tragedia
Prometeo liberado
Percy Bysshe Shelley:
Prometeo
Johann Wolfgang von Goethe
¿Quién me ayudó
contra la furia de los titanes?
¿Quién me salvó de la muerte
y de la esclavitud?
¿Acaso no lo hiciste tú todo,
sagrado y ardiente corazón?
¿Y te consumiste, joven y bueno,
engañado, esperando algo
del que duerme allá arriba?
¿Que te venere? ¿Para qué?
¿Has mitigado el dolor del ofendido?
¿Has enjugado el llanto del sumido en la angustia?
¿Acaso no me hicieron hombre
el tiempo omnipotente
y el eterno destino,
mis señores y los tuyos?
¿Creíste tal vez
que odiar debía la vida
y huir al desierto
porque no todos los sueños maduraron?
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«… El problema del conocimiento personal del fuego es el problema de la
desobediencia adrede. El niño quiere hacer como su padre, lejos de su padre, y, al
igual que un pequeño Prometeo, roba cerillas. Corre entonces por los campos, y
en el hueco de un barranco ayudado por sus compañeros enciende la hoguera del
día de novillos. El niño de la ciudad apenas si conoce este fuego que arde entre
tres piedras; el niño de ciudad no ha probado la ciruela asada, ni el caracol, todo
pegajoso, que se coloca obre las brasas rojas. Él puede escapar a este complejo de
Prometeo cuya acción he sentido frecuentemente» … «Proponemos, pues, alinear,
bajo el nombre de complejo de Prometeo, todas las tendencias que nos impulsan
a saber tanto como nuestros padres, tanto como nuestros maestros, más que
nuestros maestros» … «El complejo de Prometeo es el complejo de Edipo de la
vida intelectual». (G. Bachelard, o. c. pp. 24, 25, 26).
El mito de Prometeo, como hemos visto, como
subrayan numerosos y brillante comentaristas (Jaeger,
Reinhardt, etc.) es de una enorme riqueza simbólica.
Enfoca temas de eterna problemática, y de eterno
interés, como son: el origen del sacrificio (Mekone), el
origen de la cultura (robo del fuego), el origen del mal
en el mundo (Pandora), la rebeldía ante la divinidad y
el enfrentamiento entre dioses y hombres (la
filantropía titánica de Prometeo), la puesta en juicio de
la actuación justa del dios más poderoso (Zeus frente a
Prometeo e Io que le acusan), y la solución de tal
conflicto trágico. Por esa riqueza y por la hondura de
su temática, la historia se presta a ser reinterpretada
inagotablemente. Para nosotros la versión de Esquilo
es la más honda, la más estricta, en cuanto que expresa
la tragicidad del mito. Pero no agota, naturalmente, el
sentido mítico que pervive, en sucesivas alteraciones,
para siempre.