Cuando hablamos de estrategias metodológicas, hacemos referencia a las
modalidades que un docente implementa a los fines de promover el compromiso de sus alumnos en la realización de aquellas actividades necesarias para aprender los contenidos seleccionados, o sea: para que se efectúe el proceso de aprendizaje de los alumnos. Se trata de la particular manera en que un docente, a partir de procesos creativos, toma decisiones para la práctica docente, seleccionando y coordinando: Formas de comunicación De organización de los contenidos De organización de la tarea De participación de los alumnos Tiempos, espacios y recursos De ahí la necesidad de reflexionar sobre las estrategias que se seleccionan y diseñan considerando no solamente en qué medida permiten aprender adecuadamente los contenidos que se pretende enseñar, sino también preguntándonos qué modelo de persona estamos contribuyendo a formar con las estrategias que seleccionamos (persona repetidora, imitadora, cuestionadora, sometida al supuesto saber de otros, etc.). Estas estrategias no son únicamente medios para enseñar contenidos, sino que se convierten en contenidos dentro de la escuela. En la selección, organización y puesta en práctica de estas estrategias se están “enseñando” contenidos, los cuales muchas veces no están explicitados en las planificaciones. Si se utiliza como estrategia la propuesta de trabajo en equipos se estará enseñando simultáneamente el valor del trabajo colectivo y solidario. Si se selecciona como estrategia, de modo casi único y predominante, la clase “magistral”, se está enseñando que el docente es el único poseedor de una verdad que debe ser transmitida y no debe ser cuestionada. Antes de seleccionar una estrategia, el docente puede preguntarse: ¿Cuál es el contenido que quiero enseñar? ¿Cuál es la actividad de los alumnos que quiero promover? ¿Cuáles son las estrategias que yo pongo en juego para lograr que los alumnos realicen determinadas actividades? ¿Qué subyace a la elección de una estrategia? Las estrategias tienen que ver con concepciones teóricas de base y con el estilo y la modalidad con la que uno lleva a cabo una actividad. El abrir espacios de reflexión, el estimular el diálogo, el permitir el intercambio, son todas estrategias. Concepciones que fundamentan el empleo de una estrategia La elección de una estrategia docente nunca es una elección “neutra”, puramente tecnicista: implica una elección basada en concepciones de hombre, de sociedad, de educación, de enseñanza, de aprendizaje, etc. Las posturas ideológicas de la institución y de los educadores se juegan en la selección de estrategias. Las consignas: planteo y seguimiento Muchas veces la riqueza de las respuestas del alumno depende justamente de la consigna elaborada y propuesta por el docente. En estos casos también debemos pensar en la intervención docente no solo al plantear la consigna, sino durante el seguimiento: un docente puede alentar o desalentar la participación de los alumnos mediante todo tipo de sugerencias e indicaciones, aunque no diga explícitamente si una respuesta está correcta o errada. Por ejemplo, cuando se le dice a un alumno que ha contestado incorrectamente: “pensalo de nuevo”, o a otro que ha respondido adecuadamente: “A ver, repetí lo que dijiste así te escuchan todos”. Podemos observar que muy pronto los chicos aprenden y comprenden este código y saben si lo que respondieron es correcto o incorrecto para el docente, aunque no se lo diga explícitamente. Las estrategias y la toma de decisión: El tema de quién toma las decisiones en el desarrollo de una clase o situación educativa ha provocado bastantes debates en lo referido al lugar de los docentes. Una intervención más activa y notoria por parte del docente puede ser percibida a veces como un lugar de autoritarismo. La preocupación por evitar esa adjudicación puede llevar a quitar al docente cualquier lugar de toma de decisiones en cuanto a la conducción de las situaciones educativas. La toma de decisiones es inherente a la autoridad que le confiere al docente su conocimiento profesional acerca de qué contenidos quiere enseñar, cómo los va a enseñar, cómo orientará a los estudiantes en la construcción de esos saberes, etc. Relación estrategia/ contenido/ actividad: Aun el contenido más claramente definido y correctamente seleccionado puede no ser aprendido por los alumnos si la actividad mediante la cual se busca su apropiación no es pertinente. Y una actividad de los alumnos adecuadamente seleccionada puede no producirse si las consignas del docente son inadecuadas. La “mejor” de las estrategias para un contexto puede constituirse como la “peor” manera de enseñar en otro contexto, con otros alumnos, con otros docentes y para otro contenido. Selección de estrategias metodológicas. Algunos aspectos a tener en cuenta: Deben tener coherencia con los propósitos y los contenidos No es posible afirmar que existe una única estrategia “correcta” para toda enseñanza. Es necesario que el docente posea un abanico de estrategias posibles a los fines de poder seleccionar la más adecuada, e incluso, ir adecuándolas a las diferentes situaciones institucionales, grupos, contenidos. Se deben considerar las características reales de cada grupo. Se deben relacionar recursos “necesarios” y recursos “disponibles” Reflexiones sobre algunas estrategias habituales: Las estrategias, en tanto instrumentos con los que cuenta el docente para llevar a cabo su tarea, ponen de manifiesto la profesionalidad del docente. Las actividades de los alumnos y las estrategias del docente son aspectos complementarios, pero no idénticos: la estrategia tiene como finalidad la producción de actividades de aprendizaje en los alumnos, por otro lado, toda actividad de aprendizaje de los alumnos es consecuencia de estrategias más o menos conscientes y más o menos pertinentes llevadas a cabo por el docente. a) Coordinación de conversaciones grupales: el diálogo puede tener mayor o menor grado de direccionalidad o de espontaneidad. En algunos casos, estas conversaciones están focalizadas en el contenido; en otros casos, surgen de la misma actividad áulica: problemas que se presentan, situaciones que se desarrollan y que el docente desea aprovechar. b) Planteo de situaciones problemáticas: consiste en una presentación que entraña una duda, cuya respuesta es desconocida, pero que habitualmente puede ser hallada. c) Indagación de los saberes previos: esta indagación puede tener dos finalidades: Saber qué saben los alumnos para: - No repetirlo - Tomarlo como plataforma para nuevos aprendizajes - Legitimar en el contexto escolar saberes provenientes de otros ámbitos - Producir confrontación entre saberes y creencias de los distintos alumnos y grupos. Que sus propios alumnos sepan lo que ellos mismos saben o no saben, y crear de este modo necesidades y demandas nuevas. Las posibilidades son: - Hacer preguntas directas y focalizadas. - Presentar una tarea a resolver, en la cual deberán poner en juego los saberes previos. - Escuchar y observar a los alumnos en sus actividades e inferir de allí los saberes que poseen. d) Debate en pequeños grupos y puesta en común: la puesta en común se ha convertido a menudo en una mera exposición de los resultados de las actividades de diversos subgrupos, en una suerte de monólogo colectivo, en el cual cada subgrupo o no escucha o escucha por cortesía a los demás, pero en realidad está esperando su turno para exponer lo suyo. El docente puede buscar alternativas para que esto no ocurra: seleccionar solo un punto para el debate, formular preguntas que requieran volver a lo que ya se trabajó, etc. Una estrategia de aprendizaje cooperativo: el rompecabezas: 1. Se divide al grupo clase en un determinado número de equipos de base. 2. El material a estudiar se divide en tantas partes o subtemas como miembros tiene cada equipo, de forma que cada uno de los miembros recibe una parte de la información del tema que, en conjunto, debe estudiar todo el equipo. 3. Cada miembro del equipo prepara su parte del tema, con el material que se le ha facilitado o con el que él haya buscado. 4. A continuación, se reúne con los miembros de los demás equipos que han estudiado el mismo subtema. Se forma así un equipo de expertos que lo estudian a fondo. 5. Después, cada cual vuelve a su equipo de base y enseña a sus compañeros aquello sobre lo cual él se ha convertido en un experto.
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