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Sabios Delitos

«…el lector no podrá, a medida que lee, evitar estirar su mano para leer
la piel de lo primero que alcance».

Zamantha Chacín
Colección Luminosa

Rostros Editores
Sabios Delitos
Colección Luminosa

Primera edición, 2017


2017, © Luis Cruz-Villalobos
2017, edición digital Rostros Editores
https://gruporostros.wixsite.com/inicio
@Grupo_Rostros
mailto:rostroseditores@gmail.com

Cualquier parte de este libro puede ser reproducida, almace-


nada o transmitida con permiso previo del autor o el editor, y
mientras se esté citando la fuente.
Sabios Delitos
Luis Cruz-Villalobos
Colección Luminosa

Rostros Editores
A manera de prólogo

Capaz de ver con los ojos de un Dios y de un animal a la vez, el poeta Luis
Cruz-Villalobos nos regala el peligro de guardarlo en nuestro cajón de re-
cuerdos para siempre; capaz además de ver a través de la carne, de la tierra
y atestiguar los movimientos de las cosas, de desplegar sus alas enormes
de hombre libre en pocos poemas, aunque no en poca poesía.
Cuando busco poetas nuevos lo que espero es que su voz sea algo que yo
aún no haya oído y, en este caso, sucedió así. A lo largo de los recovecos
que se recorren en Sabios delitos el lector no podrá, a medida que lee, evitar
estirar su mano para leer la piel de lo primero que alcance. Así como, al leer
He acumulado libros de Vallejo no podrá dejar de sentir el deseo, por no
llamarlo necesidad, de leer a uno de los poetas peruanos más importantes.
Además de versos, hay aquí preguntas que son relámpagos de la memoria
del mundo, afirmaciones suculentas para fundar allí una iglesia, un hogar,
un amor, o simplemente lugares para tenderse a tomar la sombra verde de
las frutas.
Si tuviera que dar mi declaración de lectora, luego de leer este libro, tendría
que confesar que mi intención fue buscar cuanto me fuera posible de este
poeta que, en realidad, engalana el catálogo de Rostros Editores con versos
tan simples como certeros en donde la poesía no le hace mal a nadie, aun-
que le haga bien a todos.

Zamantha Chacín
Cabudare, octubre, 2017
A Karina y Leonardo,
a Carla, Natalia y Daniela
No quiero un fracaso
en el sabio delito que es recordar
Pablo Milanés
Perro-dios

Mira tímido
Dios tornado can
Temeroso
A las puertas de un mercado

Busca una mirada cómplice


Íntima
Una mirada que cubra el abismo
Una mirada que abrace e invite
Una mirada de pan
De carne
O de cualquier alimento
Para su famélico vientre

Dios
Tornado perro callejero
Sucio
Húmedo por la llovizna
Allí
A las puertas de un mercado
Clama por un amor amigo
Humano
Pero todos pasan de largo

Dios
Mirándonos
Desde los ojos tristes y temerosos
De un pequeño animal
Nos ve pasar
Y clama
Por amor
En silencio
Desde su mirada vidriosa
De perro-dios.
Corre

El agua corre
Entre las rocas
Penetra en la casa
Y la hace vivir

La vida corre
Entre las cosas
Penetra en la roca
Y la hace fluir

La casa corre
Entre las vidas
Penetra en el agua
Y se deja habitar.
Imagen

La imagen
Se desmorona
Y con ella
El cielo
Pues no queda
Nada más allá de ella
Ante el claro
Descubrimiento
De lo vano.
El cansancio

El cansancio
Se parece a la tristeza

La tristeza
Se parece a la rabia

La rabia
No se parece al cansancio
Sino que lo trasciende
Y lo anima
Dejándolo saltar
Sobre sí.
De pronto

De pronto
Todo puede tornarse
Una oscura flama
Un relámpago gris
Un silencioso grito

Oxímorones
Habitando la biósfera
Y el hombre
Termina buscando consuelo
En ásperas rocas.
La partida

La partida parte
Y me deja solo
Solo de mí
Solo de todos

La partida es mía
Y de nadie
Es pobre y sedienta
No tiene tiempo
Ni abrazos propios

Quién entiende
Dime tú que cantas
Allá lejos
En esas melancólicas
Tierras del amor

Parto a otro tiempo


A las islas perdidas
Y allí me quedo
Comiendo poesía
Y respirando luz

Parte raudo y colmo


El espacio que queda
De esta vida pobre
Que me ha habitado
Por tantos segundos

La partida se va
Y yo quedo sin ella
Y ella sin mí
Pues ambos partimos
Y nos perdemos
Solitarios por siempre.
He acumulado libros de Vallejo

In memoriam del poeta

He acumulando
Decenas de libros de Vallejo
Los he juntado
Gracias a compras clandestinas
Los he ido ubicando
Escondidos en mis libreros
Como botín preciado
De alguna guerra que no luché

He comprado
Decenas de libros de Vallejo
Pero no crean
Que de distintos títulos o ediciones
Sino que he comprado
La misma breve antología
Decenas de veces
Y podría seguir juntándola
Pues este libro de Vallejo
Está habitado por sus palabras
De dura hermosura exuberante
Y encandilante luz opaca
Está lleno de esa poesía triste y ardua
Propia de su vagar lento
Por las oscuras y frías soledades humanas
He adquirido
Decenas de libros de Vallejo
Y los he ido regalando
A los que saben oír
Ese rumor ruinoso y tierno
De su dulce miseria
Ese canto silencioso
Que no se oye fácilmente

Seguiré comprando
Esta antología de Vallejo
Para lanzarla
Desde aeroplanos sobre Santiago
Especialmente sobre su plaza de armas
A medio día
Como homenaje
A este poeta inigualable del Perú.
Al otro lado de Dios

Al otro lado de Dios


Está Nada

Nada remonta el vuelo


Cae y vuelve a caer

Tiene alas rotas

Nada se muere de pena


Al otro lado de Dios
Pues está sola consigo misma
Lo que significa
Que está sola absolutamente

Al otro lado de Dios


Nada se mira
En su espejo terrible
Y Nada ve
Sólo lágrimas
Que brotan solas

Al otro lado de Dios


Habita deshabitada Nada
Y se pierde
En circunspecciones vacías
Y ni siquiera atisba
Ni logra soñar
Donde Dios abraza y besa
Su amada creación
Que sí es

Al otro lado de Dios


Nada se retuerce de tristeza
En el corazón de tantos y tantas
Sin voz.
La Ruaj-esclava-sexual

A todas ellas

Un día profundo
Triste
Infernal
Un día de esos
Cuando el cielo se aleja sobremanera
Cuando el tiempo se hace espeso y negro
La Ruaj de Dios tornada dulce pequeña
Fue raptada de su casa
Por tres hombres-bestias
Que vestidos de la noche más amarga
Irrumpieron en su choza y la llevaron atada
Ella tenía tan solo diez años
Pero sus gritos mudos
Revelaron el espanto
De un corazón de cinco

Las primeras tres noches


No puedo dormir
De miedo
De pena
De hambre
No entendía nada
La Ruaj de Dios
Allí hecha carne frágil
Diminuta en medio del mal
No entendía ni atisbaba siquiera
Lo que se aprontaba

La obligaron a comer
Ella muda
No quería tocar bocado
Escupía todo
Pero los golpes la convencieron
Y el hambre también argumentó con fuerza

A los cinco días


Alguien se abalanzó sobre ella
Con una jeringa
Y otra sombra fornida la sujetó
Allí comenzó su viaje a otra gehenna
De colores y aromas expandidos
De luces y ruidos siniestros

Casi nada sintió la primera vez


Cuando su violador la irrumpió
Pues estaba lejos
Sola
Buscando en medio
De los mares oscuros y dormidos
El amor
Que no lograba encontrar

Los meses pasaron


De vez en cuando
En los instantes de lucidez lloraba muy hondo
Recordando aquel día
Que revoloteando sobre las aguas
Al inicio de todo
Gestando la vida como milagro primero
En cambio ahora
Perdida en las oscuras chozas malolientes
Del barrio de los placeres desgraciados
Nada podía gestar
Sino un pequeño clamor
Minúsculo
Breve
Pobre
Que sigue resonando
A tu oído
Y el mío

Ven
Redime mi vida
Sálvame
De este infierno sobre la tierra.
Fugas de tibiezas

Tibieza
De la soledad
Del espacio
Nimio
Y robusto
De la nada
Que se asoma
Y transgrede
La piel
Del instante

Tibieza
De las amables
Luces
Que flotan
En la dicha
Y en la espera
Del día claro
Que viene
Aunque se tarda
Siglos
Y milenios
Veloces

Tibieza ruda
Amorosa llaga
Que duele
En lo más hondo
Como quien
Ha perdido
Una mañana
Esperando
El encuentro
Que se suponía
Sanador

Tibieza
Y descoloque
Disrupción
De la vida
Que se pierde
Entre las sendas
Azules
De la memoria
Que no se posee
Ni a sí misma
Sino que es
Su lábil reflejo
5

Tibieza final
Y desvelo
Espanto
De la muerte
Que asoma
Su calva
Y su guadaña
Por la comisura
De la puerta
Guiñando su ojo
Vacío de vida
Y lleno
De la noche total

Tibieza por fin


Verdadera
Y melodiosa
Dulce
Como el jazmín
Y clara
Como su flor
Que se expande
Y deleita
Los sentidos
Que solo anhelan
Paz y embriaguez
De luz.
Poética vocación

Por qué
Trino
Me habitaste
De poesía

En cualquier momento
Subo al ático
Y logro encontrar
Allí
Dulces o agrias
Palabras
Que saben volar

Por qué
Trino
Me llenaste
De este silencioso
Urgente canto
En ocasiones triste
O nostálgicamente
Alegre

Por qué
Trino
Tú que cantas
Callado y escondido
Me llamas
A tu ritmo
Y me encadenas
A esta marcha
Que se abre
En mi pecho
Sin posible
Remedio final.
Preguntas al cielo

Si tú fueses yo
¿Serías feliz?

Si yo fuese tú
¿Tú quién serías?

¿Has dormido
Más de una noche
En el infierno?

Si la transubstanciación es cierta
¿Te comiste a ti mismo
La primera vez?
5

Cuando pides pan en la calle


¿Rezas el Padre Nuestro en silencio?

¿Qué hora es
Verdaderamente?

¿Qué diferencia hay


Entre un campo de concentración
Y una gehenna eterna?

¿Tienes sombra?

¿Cuál es tu estación preferida?

10

¿Moriste también por Nietzsche?


Naranjo

El naranjo
Me invita
Y yo no voy

Me llama
Y yo sigo

Solo respondo
A su señal
A su gesto
Y vocación
Con el poema
Intentando
Detener
Su fluorescencia
En medio
De este
Frío invierno
Yerto.
Alternativas

Cuerpo
Y alma

Alma
Y cuerpo

Cuerpo
O alma

Alma
O cuerpo

Cuerpo
Con alma

Alma
Con cuerpo

Cuerpo
Y cuerpo

Alma
Y alma

Cuerpo
Sin alma
Alma
Sin cuerpo

Cuerpo
O cuerpo

Alma
O alma

Cuerpo
Sin cuerpo

Alma
Sin alma

Todas las anteriores

Ninguna de ellas
Danza

Para Sofía bailarina

El aire
Se detiene
Para observar
La danza

El cielo
Se detiene
Y también la tierra

La luz
Apunta
Aguda y clara
Y también danza
Siguiendo los cuerpos

El ojo danza
Siguiendo la vida
Y la vida
-que también es danza-
Danza vital
Frágil
Niña.
Mal a nadie

Un poco de poesía
No le hace mal a nadie

Aunque hay poemas rudos


Punzantes y desolados

Pero sin embargo


Un poco de poesía
No le hace mal a nadie

Aunque hay momentos


En la vida
Rudos
Punzantes y desolados
Donde un poema
Con este tipo de alma
Podría ser nefasto.
Alma rota

Cuando el alma
Se quiebra
Y cae en pedazos
Recuerdo que no existe
Como objeto
Como copa o reducto
De horrores
Pues no me baño
Dos veces
En la misma alma
Ni soy dos veces
El mismo río
Fluyo
Nada soy
Que permanezca
Cristalizado
Por ello mi alma
-vida rutilante-
No puede
Romperse
Simplemente
Cambia de rumbo
Como agua
Como aire
Que apenas
Sabe su nombre.
Puerta-dolor

A tío Nelson

El dolor
Como puerta
Se abre
A otro mundo
Más hondo
Más magro
Más último
Y total

Nos canta
Una canción
Al oído
La canción
Del adiós
Que sobresalta
A los hombres
Y los arroja
Por laberintos
Silenciosos

El dolor
Es puerta abierta
Que invita
A los salones
Más lúgubres
Y tal vez
Los más luminosos
Del humano habitar.
Sabio delito

No quiero un fracaso
en el sabio delito que es recordar.
Pablo Milanés

Canta Pablo
Al corazón
Del instante
Y este le contesta
Que no es posible

Que el sabio delito


Está condenado
Al fracaso
Pues sólo es
Dibujo sobre el viento
Sutil acuarela
Sobre las olas de un mar
Que se repite siempre otro.
El árbol de los colibríes

Agudos golpes
En un yunque invisible

Piedras que cruzan


El espacio veloz

Yo me detengo
Mirando a lo alto
Y la poesía de la visión
Me abraza

Es el árbol de los colibríes.


Haikus de invierno

La montaña
Sumida en la nube
Me detiene

Invierno
Tropiezo con el frío
Y respiro leve

Trinares
Escondidos en ramajes
Me llaman

Tres cruces
Sobre el alto templo
Guardan silencio
5

Un árbol
Desnudo y quieto
Abraza el cielo.
Voy a hablarles del alma

No Platón
No Aristóteles

Voy a hablarles del alma


Toda
Una
De pie a cabeza
De piel a hueso

Del alma impura


Expandida en todo
Hecha habla y canto
Hecha sexo y honra
Hecha dicha y llanto
Hecha espada y ambición
Hecha polvo y lluvia
Hecha acto y promesa
Hecha acto y recuerdo
Hecha acto y pasión

Esa alma dura


Vulgar
No abstracta quimera
Ni retorcida lógica irrefutable
Sino
Vida
Sudor
Sangre
Y lágrima

Nefesh
Alma volcánica y somera
Clamante por más y por menos
Lúcida y perdida
Alquitrán y diamante

Alma humana
Humus rojizo
Que mira a los cielos.
Se adelantó la primavera

Es extraño

La primavera se adelantó esta mañana


Y me vino a cantar tu tibia canción

Me saludó con aromas


Y con los rayos espléndidos
De un sol diferente

Olía a esperanza la calle


Olía a inicio de bello tiempo veloz

Sin embargo
Aún es invierno pleno
En este gris Santiago
Y nada ha cambiado en verdad.
En algún lugar de Latinoamérica, quizás en Valle de la Pascua,
en San Vicente Centenario, en Nuevo Casas Grandes, en Villa
Tehuelche, en San Estanislao, en San Juan de Atacuari, en
Yaviza, en Río Branco, o junto a donde te encuentras, el 19 de
octubre de 2017, este libro se terminó de digitalizar para ti, des-
conocido lector de poesía, animal mítico en peligro de extinción.
Sabios Delitos. La mirada vidriosa de un perro-Dios nos da la bienvenida a este con-
junto de poemas que, baste decirlo una vez, es una tropa poderosa de infracciones
inteligentes al mundo, y que abarca a todos los elementos en su esplendor más poético
y en su materialización más humana.
En este testamento llano, plagado de imágenes latentes, de texturas y formas, la na-
turaleza humana nos habla del mundo que todavía no conocemos con sus tantas
puertas de entrada y de salida que llevan a otros mundos o traen a algunos nuevos:
un libro de Vallejo comprado y regalado hasta la saciedad, trozos de alma caída al
suelo, alternativas para el cuerpo y el alma, el árbol de los colibríes, la soledad de la
Nada, la mismas filosofía, el infierno de la esclavitud sexual, la embriaguez de la luz,
algunas preguntas al cielo o el heroísmo de un naranjo que no sabe que da sombra.
Sabios delitos es, entonces, el inventario de un mundo verde y vivo que nos hereda el
autor para cuando no haya más gris por inventar.

Luis Cruz-Villalobos. Poeta y editor chileno. Es ministro presbiteriano, psicólogo clí-


nico y candidato PhD (VU Amsterdam). Cuenta con una amplia producción poética
(además variados trabajos académicos en sus áreas de especialidad), con más de cin-
cuenta obras publicadas, dentro de las cuales se destacan: Poesía Teológica / Theo-
logical Poetry (2014 / 2015), prologada por el reconocido filósofo norteamericano John
D. Caputo, y Como Abrazo Exacto (2015), antología seleccionada y prologada por el
destacado poeta Alfredo Pérez Alencart, de la Universidad de Salamanca. Vive en San-
tiago con su esposa y sus hijos.

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