Educación socialista
Educación democrática-liberal
Autonomía universitaria
A iniciativa del presidente José López Portillo, el 9 de junio de 1980 fue publicado
en el DOF el Decreto por el que se adicionó la fracción VIII al artículo tercero para
garantizar constitucionalmente la autonomía universitaria.
En este último punto, la reforma también contempló las modalidades laborales que
tendrían los trabajadores universitarios, personal académico y administrativo,
ubicándolos dentro del apartado A del artículo 123 de la Constitución, en los
términos establecidos por la ley federal en la materia.
En ésta se confirmó que la educación impartida por el Estado sería laica, sin
embargo, se reconoció la posibilidad a los particulares de poder impartir también
educación religiosa. Los planteles particulares dirigidos y administrados por
comunidades religiosas o ministros de culto, tendrían el derecho de impartir
educación en todos los niveles y grados, siempre con apego a los fines y criterios
ya establecidos y siguiendo los planes y programas oficiales.
Por otro lado, se brindó mayor seguridad jurídica a los particulares que impartieran
educación en cualquiera de sus modalidades, al señalar que la autorización estatal
para poder ejercer dicho derecho, debía darse en los términos señalados por la ley
y, de ser el caso, el particular podría solicitar la revisión de la legalidad del acto de
autoridad. El mismo supuesto aplicaría también para los casos de otorgamiento o
retiro del reconocimiento de validez oficial a los estudios realizados en planteles
particulares, confiriéndoles a los estos un medio jurídico de defensa contra
cualquier acto discrecional del Estado.
Educación básica obligatoria
Para ello, el legislativo estableció que el Ejecutivo Federal debía tomar en cuenta
la opinión de los maestros y los padres de familia en el proceso de la
determinación de los planes y programas de estudio; y, adicionalmente, previó la
integración de un mecanismo de evaluación para el ingreso y permanencia de los
docentes, que incluyera la celebración de concursos de oposición y la posibilidad
de anular las designaciones o ascensos que se realizaran sin apego a la ley en la
materia, con miras en el propio objetivo de la mejora de la calidad educativa y el
servicio profesional docente.
El artículo 3º habla acerca de la educación que todos los mexicanos tenemos por
derecho, las características fundamentales: Gratuita, Obligatoria y Laica para así
favorecer la libertad de cultos. Muchas escuelas cumplen con estas
caracteristicas, pero algunas otras carecen de ellas lo que provoca que nuestro
pais decaiga significativamente, pues el primer paso para avanzar es una
educación verdadera.