introducción
La Constitución de 1978 atribuye a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en su artículo 104, la misión de
proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana, misión que es
desarrollada por la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en la que,
en su apartado g, del artículo 11, se encomienda, entre otras misiones, a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado investigar los delitos para descubrir y detener a los presuntos culpables, asegurar
los instrumentos, efectos y pruebas del delito, poniéndolos a disposición del Juez o Tribunal competente,
y elaborar los informes técnicos y periciales procedentes.
Ya que la prevención total del delito es una utopía, que por muchos medios materiales y humanos se
inviertan ella no se conseguirá impedir la comisión de delitos, no queda más remedio que asumir que las
violaciones de la ley se seguirán cometiendo, porque seguirá habiendo individuos que pretendan
conseguir por vía ilícita lo que no pueden conseguir por medios legales. Esta realidad, presente y futura,
obliga a las organizaciones policiales encargadas de hacer cumplir la ley a adaptar sus estructuras y sus
métodos de trabajo para dar cumplimiento al imperativo legal, que no es otro que capturar a los
delincuentes que cometen los delitos y aportar a la Autoridad Judicial cuantos elementos sean posibles
para probar que fueron ellos quienes lo cometieron y proceder así al reproche penal correspondiente,
teniendo en cuenta que la delincuencia, como la sociedad en que está instaurada, evoluciona con el paso
del tiempo.
Sin entrar, porque no es el caso, en un recorrido de la evolución de los diferentes cuerpos policiales en
sus modos de encarar la investigación del delito, es necesario señalar que en las últimas décadas está
adquiriendo cierta importancia la implantación en esas organizaciones de equipos de investigación que
están compuestos por psicólogos y cuya función fundamental es asistir a los policías encargados de la
investigación del delito, proporcionándoles una serie de sugerencias de tipo operativo que están basadas
en el análisis psicológico del delito y que suponen una herramienta más en el quehacer policial.
Este nuevo modo de encarar la investigación policial de los delitos supone una evidente revolución en los
métodos de investigación delictiva, al considerar que no en todos los casos son suficientes para lograr el
esclarecimiento total de los hechos las evidencias físicas halladas, como huellas dactilares, elementos
balísticos o, incluso, restos biológicos que permiten determinar perfiles de ADN, por poner algunos
ejemplos, sino que, son necesarias otras herramientas de investigación que complementan la batería de
herramientas policiales de investigación. Esta novedosa herramienta de investigación, basada en los
principios y conceptos de la Psicología, permite la elaboración de hipótesis proporcionadas por el análisis
de las evidencias de tipo psicológico que se pueden deducir del hecho delictivo investigado.
El investigador psicológico del delito es policía, o debe serlo, porque el acceso a toda la información
existente sobre el delito investigado debe estarle disponible directamente, sin filtros previos que la
condicionen o contaminen. También es psicólogo porque su función es aplicar los conocimientos y
conceptos propios de la Psicología a la realidad criminal que está estudiando. Pero, sobre todo, es
analista porque su trabajo es detectar, recoger y analizar datos para con ellos elaborar conjeturas que
devolver, convenientemente tratadas, a los investigadores policiales, para hacerles a éstos más fácil su
labor de esclarecimiento del delito en cuestión.
Aunque resumida su función en apenas unas líneas, la labor del investigador psicológico del delito es
realmente compleja, porque, al igual que otras especialidades dentro del campo de la investigación
policial, como pudiera ser la Policía Científica, la investigación psicológica abarca varias ramas de
conocimiento. Siguiendo con el ejemplo de la Policía Científica, que distribuye su trabajo según
especialidades, como la documentoscopia, la acústica forense, la dactiloscopia, la balística, etc., la
investigación psicológica del delito ha de distribuir su dominio de trabajo en diversas especialidades,
como el análisis de testimonio, la elaboración de perfiles individuales y generales de delincuentes, la
vinculación de casos o el asesoramiento en manejo de interrogatorios, por poner algunos ejemplos.
En cualquier caso, su labor debe ser realizada siguiendo los más exigentes estándares de calidad y rigor
científico, toda vez que su ámbito de aplicación profesional va dirigido, en última instancia, a la aplicación
de severas consecuencias legales para los intervinientes en un proceso penal.
Consciente de que los conceptos manejados por el investigador psicológico del delito para los análisis
propios de su labor pueden resultar confusos, difusos o vagos para quien no domina la materia, surge la
necesidad de aclararlos al objeto de proporcionar una base clara sobre la que sustentar la divulgación de
una actividad profesional de evidente utilidad para la investigación policial del delito.
http://cj-worldnews.com/spain/index.php/en/criminologia-30/perfiles-criminales/item/1698-
la-investigaci%C3%B3n-psicol%C3%B3gica-del-delito-introducci%C3%B3n
PERFILES CRIMINALES
La mayoría de nosotros cuando escucha la palabra psicópata, cree erróneamente que se trata de ese
asesino despiadado que tantas veces queda reflejado en películas y series de televisión, siendo uno de los
más conocidos el Dr. Hannibal Lecter. Estamos inmersos en una sociedad muy mediatizada por los
estereotipos que presentan a este tipo de individuos, sobre todo a través del cine, la televisión e incluso
algunos Best Seller. Sin embargo, no es así. Muchos de estos psicópatas están integrados en nuestra
sociedad, están entre nosotros y pasan totalmente desapercibidos, porque muchos de ellos no comenten
ilícitos visibles.
Sin duda una de las vertientes dentro de la criminología que más interés genera es el Criminal Profiling.
Una disciplina que pretende, a partir de la escena del crimen y del modus operandi del agresor, obtener
una serie de rasgos característicos que permitan identificar al autor de los hechos. Una práctica
tremendamente compleja pero sumamente atractiva vista desde fuera, dotando al propio perfilador de una
suerte de aureola mágica.
“Es imposible que el delincuente actúe, y sobre todo con la intensidad que requiere cometer un crimen,
sin dejar rastro de su presencia”
¿Qué ocurre cuando la policía encuentra una segunda o tercera víctima en diferentes escenas del crimen,
al tratarse de asesinatos seriales o de crímenes especialmente violentos que parecen seguir patrones de
conducta repetidos? ¿Qué método de investigación se utiliza para encontrar a ese asesino desconocido y
reincidente que vuelve a matar de nuevo y que sabemos que se trata del mismo sujeto, debido a su modus
operandi y firma? Observando y analizando la escena del crimen la pregunta clave es ¿Qué tipo de
persona ha cometido este delito?
1.- INTRODUCCIÓN
Todos los psicópatas realmente juegan con una gran ventaja. Al resto de los mortales nos ganan en algo.
Por eso, casi siempre que deciden cometer un crimen, lo consiguen... Ellos no tienen miedo, son
depredadores sociales[1]. Esa es su mejor arma y el motivo de que nos produzcan pavor y un gran
desconcierto puesto que no entendemos el porqué matan con esa frialdad. Lo que los distingue del resto
de nosotros es un agujero completamente vacío en la psique, en donde deberían estar las funciones de
humanización más desarrolladas. Su ausencia total del sentimiento de temor, remordimiento y empatía
los convierten en máquinas de matar: planean, ejecutan y disfrutan rememorando su acto. JAVIER
ROSADO CALVO es uno de ellos.
¡Habemus serial mediático en Madrid! Me estoy refiriendo al conocido como 'pederasta de Ciudad
Lineal', que actúa en la zona noreste de la capital desde hace varios meses (algo más de seis según fuentes
policiales y un año según algunos medios de comunicación,...)
person Posted by Carlota Barrios Vallejo
Resumen: La criminalidad femenina siempre ha sido objeto de olvido, ya hablemos dentro de un nivel
teórico o dentro de la práctica de las investigaciones científicas del campo de las ciencias penales.
Considerada poco esencial e intranscendente, sus cifras de incidencia carecen de relevancia, por lo que
no ha constituido por el momento un problema social claro. Pero, en las últimas décadas, esta tasa de
delincuencia femenina ha ido creciendo, y las mujeres se han visto involucradas en una gran variabilidad
de delitos. Delitos, muchos de ellos, ligados tradicionalmente con el género masculin por la violencia
implícita que conlleva su ejecución, como es el caso de los asesinatos en serie.
El objetivo de este artículo es adentrarnos un poco en la conducta criminal de estas mujeres. Mujeres
que, como bien refleja Marisa Grinstein en sus libros Mujeres Asesinas, “buscan liberarse, o que buscan
venganza, o que, en su dolor, no saben qué buscan. Mujeres asesinas que se convierten en eso cuando
se les agotan las alternativas. Mujeres que matan, casi siempre, a aquellos que aman o amaron”.
Se dice que cuando una mujer llega a ser criminal, es peor que ningún hombre. No es cierto, lo que
ocurre es que influye la impresión que nos dan, y como es peor la que produce una mujer que un hombre
delincuente-criminal, apreciamos el grado de maldad por el horror que inspira.
Por lo general, la mujer infringe menos las leyes, no tan gravemente como el hombre, y reincide con
menos frecuencia una vez que recupera la libertad.
¿A qué características hay que atender a la hora de clasificar a un asesino múltiple? ¿Es fácil hacerlo?
¿Dónde pueden trazarse las líneas que diferencien entre las distintas tipologías? ¿Para qué nos sirve
clasificar a un homicida múltiple? Éstas son algunas de las cuestiones que trataré de abordar en las
siguientes líneas. Pero antes de entrar en materia quiero aclarar que lo que a continuación expongo es un
punto de vista y un razonamiento personal, lógicamente influido por la lectura de manuales y libros
relacionados con la materia, que me han hecho llegar a unas conclusiones que pueden estar más o
menos acertadas en función del pensamiento crítico de cada profesional.
Hace un poco más de un año, publiqué un artículo titulado “Asesino y Caníbal: ¿podría ser peor?”. En
dicho artículo explicaba los tipos de canibalismo y mencionaba a algunos de los más conocidos caníbales
como Sagawa, Fish o Meiwes. Todos ellos cuentan con el dudoso honor de encontrarse en la lista de
caníbales más famosos de la historia del crimen.
http://cj-worldnews.com/spain/index.php/en/criminologia-30/perfiles-criminales
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Índice
Prólogo. Introducción a la investigación psicológica del delito. La investigación psicológica del delito y el método
científico. El comportamiento criminal. El método VERA. Análisis de la víctima. Análisis de la escena del delito. Análisis
de la reconstrucción del delito. Análisis del autor del delito. El analista de conducta. Otras herramientas de investigación
psicológica del delito.