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Adolescentes y moda

Para qué les sirve la moda a nuestros hijos y cómo podemos evitar los
conflictos
Por Victoria Toro
Actualizado 23 de abril de 2018
La moda puede ser muchas cosas, depende quién opine sobre ella. Para muchos adolescentes es
muy importante, marca sus vidas y se convierte en una obsesión. Para otros es solo algo a lo que
no hacen mucho caso. Exactamente igual que ocurre con el resto de la gente: unos siguen la moda
con mucho interés y hasta devoción y otros no saben ni qué es lo que se lleva.
De esa diferente forma de ver la moda surge también la enorme divergencia que hace que algunos
vean esta forma de expresión como cultura y otros no le den la más mínima importancia.
Pero independientemente de lo que cada uno piense sobre ella, la moda sí tiene una marcada
presencia en las familias en las que hay adolescentes, o al menos, en muchas de ellas. Esa
importancia viene dada porque muchas veces se convierte en una de las principales fuentes de
conflictos entre padres e hijos.
Frases como "así vestido no puedes salir", "me da igual que los demás lo lleven, tú no lo llevarás" o
pensamientos como que los hijos tienen un gusto espantoso, que no saben combinar colores o que
parece que lo que quieren es causar mala impresión son más que habituales entre los padres de
los adolescentes.
Y si la forma de ir vestido o vestida ocasiona problemas, lo mismo ocurre con el gasto. La obsesión
por determinadas marcas, el deseo extremo de llevar lo mismo que llevan los demás o la falta de
cualquier pensamiento crítico cuando algunos adolescentes tienen que elegir la ropa que van a
comprar puede ser igualmente una fuente de problemas.
Para no sufrir estos problemas es importante que los padres y madres de adolescentes sean
conscientes de algo: lo quieran o no, la moda forma parte de la vida de una gran parte de los
adolescentes. Y no solo eso, en la mayoría de los casos, la moda es una forma de comunicación y
de desarrollo muy eficaz y también una manera de mostrar su rebeldía.
Además, los conflictos por esta causa, aunque constantes y pesados, no suelen ser muy
importantes porque no afectan gravemente al desarrollo personal del chico o la chica. Evitar o
disminuir esos conflictos es posible. Para ello es bastante razonable empezar por entender cuáles
son las ventajas de la moda.
Las ventajas de las modas
1. Afianza la identidad. Como forma de expresión que es y cuando los adolescentes tienen la
posibilidad de elegir cómo quieren ir vestidos y peinados, la moda les ayuda a definir su
identidad. Y esta es una cuestión importante porque la adolescencia es el momento en el
que esa característica de la personalidad empieza a ser trascendental.
2. Les ayuda a pertener a un grupo. También la adolescencia es el momento en el que chicos
y chicas buscan la socialización fuera de la familia. En ese momento es muy importante
para ellos la pertenecencia a un grupo. Y la moda les ayuda a mostrar que forman parte de
unos u otros grupos o movimientos juveniles.
3. Explora su creatividad. También en la adolescencia cuando el pensamiento abstracto
comienza a tener importancia en sus mentes, explorar la propia creatividad es importante
para los adolescentes. La moda es una fórmula más de hacerlo.
1. Conocimiento de uno mismo. Con un cuerpo cambiante debido a la pubertad, la moda
permite a las y los jóvenes conocer mejor su cuerpo, saber qué es lo que les sienta bien o
mal, qué es lo que va con ellos, tanto desde el punto de vista de su físico como desde el de
su carácter.
2. Nos da información sobre ellos. Muchos adolescentes siguen a personajes famosos a la
hora de vestirse o peinarse: cantantes, actores o actrices, modelos o simplemente
famosos. Otros siguen las modas de algunos de los grupos de la subcultura urbana. En
cualquier caso, eso nos está dando a los padres información sobre nuestros hijos, sobre
qué o a quién admiran y sobre cuáles son sus intereses. Buscar información sobre ello
puede ayudarnos a entender mejor a nuestros adolescentes.
Algunos problemas asociados a la moda
Pero no todo es bueno y por eso está bien que estemos atentos a algunas cosas:
1. Pertenencia a un grupo peligroso. Algunas veces la obsesión por una moda puede ser el
punto de partida para que el adolescente entre a formar parte de un grupo peligroso. Esos
peligros pueden ir desde el consumo de sustancias prohibidas, hasta cometer delitos o
practicar actividades de riesgo. Por esa razón es bueno vigilar siempre con quiénes se
reunen los adolescentes.
2. Gasto excesivo. La obsesión por seguir modas puede provocar que los adolescentes no
sean conscientes del gasto que supone. En esos casos, sus padres deberán explicarles y
negociar con ellos qué es lo que pueden y qué no pueden tener.
3. Falta de criterio. La característica de la adolescencia es que es el momento en el que se
está empezando a formar la personalidad que tendrán de adultos y aunque ya no son
niños hay veces que su criterio no es del todo sólido. Las modas con sus continuos cambios
pueden acentuar esa falta de madurez.
4. Choques con los padres. Una de las razones de la moda adolescente es la de diferenciarse
de los adultos así que no es de extrañar que sus modas choquen a menudo con el criterio
de sus padres. En esos casos hay que hablar con ellos, razonar, negociar y llegar a acuerdos
aceptables para todos.
5. Obsesión. En algunos casos, los adolescentes se obsesionan con la moda, son lo que en
inglés se llama fashion victims. Como cualquier otra obsesión esta puede llegar a
convertirse en un problema por eso es bueno controlarla y, en los casos más extremos,
buscar la ayuda de un terapeuta.

https://www.aboutespanol.com/adolescentes-y-moda-23194
ARTICULO, PSICÓLOGA, PSICOLOGIA
¿QUÉ ESCONDE LA OBSESIÓN POR IR “A LA MODA”?

Si por algo se recordará al s.XXI, será por ser el milenio dominado por las telecomunicaciones. En
este contexto de “red” os remito a la avalancha de “bloggers” de moda, “personal influence
model”, “it girls/it boys” y demás acepciones que vienen a describir a una persona que tiene la
influencia suficiente sobre los demás, como para condicionarles en su forma de vestir (y en los
casos más graves, incluso en su forma de actuar). El síndrome de la alienación ha venido para
quedarse, y lo que podría enclavarse comprensiblemente en períodos púberes, ha pasado a
colonizar las identidades de nuestras ciudades.
Hace unos días paseaba por la Gran Vía de Madrid. Siempre me ha parecido un lugar
profundamente estimulante, donde la diversidad de transeúntes la convertían en un espacio de
creatividad e inspiración. Pues bien, en hora punta de trasiego de masas, mis ojos no acertaban a
diferenciar unas chicas de otras, todas uniformadas con mismos cabellos, mismos abrigos, mismos
carmines, en definitiva, jóvenes hechas clones, alienadas bajo la moda imperante, imperiosa hasta
el punto de anular la identidad que no consigue abrirse paso entre tantas recomendaciones, TIPS y
demás instrucciones de lo que tiene que ser una chica “cool”. Por supuesto, más de lo mismo para
los jóvenes varones, ya que, a pesar de su mayor discreción a la hora de hablar sobre moda,
igualmente parecen haber salido de un molde en cadena.
¿Por qué os hablo hoy de esto? Según mi experiencia en consulta, esta obsesión por ir a la moda,
esconde una realidad tan grave como desilusionante, en la que todos y todas estamos aportando
nuestro granito de arena y para muestra un botón: ¿en qué clase de sociedad nos estamos
convirtiendo que no “empujamos” a nuestros jóvenes a ser ellos mismos? ¿en qué clase de medio
hemos convertido a la moda, que nos valemos de ella para ser reconocidos y aceptados por los
otros?
Ni que decir tiene, que esta forma de expresión tiene su funcionalidad en aquellos años donde
nuestros niños pasan a ser jóvenes, tiempo de confusión y exploración, donde fundirse con el
grupo apremia, hasta tal punto que cada uno de sus miembros se identifica más por su
pertenencia a él que por el simple hecho de ser.
En estos años, la identidad grupal y la inclusión en la “tribu” confieren al joven la seguridad y
certidumbre que necesita para seguir desarrollándose a través de las relaciones interpersonales,
pero, ¿y si pasada esta fase evolutiva saludable y necesaria, la persona sigue necesitando cumplir
unos estándares, encajar en unos patrones y por supuesto vestir según las dictaduras de sus
iconos?
Como ya reflexionaba en otro artículo, en esta época de crisis de casi todo lo auténtico, como la
feminidad, masculinidad, pareja, individuo, etc. no ser capaces de venerar la AUTENTICIDAD de
una IDENTIDAD PROPIA, EXCLUSIVA e INTRANSFERIBLE, es como poco un craso error, ya que ese
traje hecho a medida, cosido con mimo y dedicación por cada un@, para conseguir que nos
sintamos libres, sueltos, cómodos, y sobre todo… SIN MÁSCARAS, es una de las grandes garantías
que tenemos para poder alcanzar la tan ansiada felicidad, o lo que es lo mismo, la serenidad de ser
uno mismo.
Conferir el poder de decir quien somos a los trapos que nos cubren es una traición durísima a la
idiosincrasia de cada ser humano, es una falta de respeto a nuestras verdaderas virtudes y valores,
a aquello que realmente nos hace únicos y excepcionales.
Cuando la moda ha pasado a mimetizarse contigo de esa forma tan desintegradora, es crucial que
puedas:

Primero, darte cuenta de que te encuentras en esta situación. Para ello tienes que analizar unos
sencillos detalles: ¿necesitas ir siempre perfect@? ¿no sales de casa sin mirarte compulsivamente
al espejo? ¿eres incapaz de ir en chándal a comprar el pan? ¿rastreas durante horas tus webs de
moda preferidas e intentas imitar los looks de tus bloggers? ¿comparas tus estilismos con los de
otras chicas o chicos que consideras influyentes? Si has ido contestado afirmativamente, ya puedes
caer en la cuenta de que la moda para ti ha dejado de ser un juego para convertirse en una
religión.

Segundo, una vez has podido percatarte de que este tema va contigo, y estás reflexionando sobre
él, me gustaría sugerirte un ejercicio. Para llevarlo a cabo tendrás que estar convencid@ de su
utilidad, pero sobre todo que te encuentres preparad@ para despojarte de todo ese aparataje de
identidad ficticia que has convertido en tuyo sin mayor deliberación.
Tercero, ve a un lugar tranquilo de tu casa, es necesario que haya un espejo de cuerpo entero, y
allí, justo enfrente de él, DESNÚDATE, quítate todos los artificios, déjate sin disfraz, y ahora
MÍRATE, es@ que ves, eres tú, genuinamente tú. Se valiente, ya sé que, si nunca te has aceptado
con amor e incondicionalidad, ahora mirarte sin trampas no es nada fácil.

Una vez tu mente haya dejado de criticarte, devaluarte, y rechazarte ferozmente, dedícate unos
minutos para observarte, para conocerte, para explorarte, para APRECIARTE. Después, fúndete en
un abrazo, sí, un auto-abrazo ¿no los consumes? Nunca es tarde para aficionarse a la bueno, y con
el calor de tu abrazo, deja que comiencen a derretirse los miedos a ser tú mismo, pues sólo
trascendiéndolos podrás deshacerte de esa piel que por la fuerza de la costumbre has vestido
como si fuera la tuya. Vivir en la piel de un@ mism@ no tiene precio, es el mejor look que podrás
llevar nunca, ese look que realmente cumplirá el mito de que “combina con todo”.

MARIAJESUSGONZALEZ.COM
https://www.mariajesusgonzalez.com/que-esconde-la-obsesion-por-ir-a-la-moda/

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