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,Alianza Universidad

Q El libro de Marco Polo


anotado por Cristóbal Colón

El libro 1vlarco Polo


I versión de Rodrigo de Santaella

l~ 1111 ~¡)t¡ II Edición, introducción y notas Juan Gil


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EL LIBRO DE MARCO POLO


ANOTADO POR CRISTOBAL COLON

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Hijo de


Dios vivp y verdadero amén. Comienza el prólogo al
libro de micer Marco Polo de Venecia sobre las costum­
bres y cualidades de lásregiones de Oriente, ¡raducido
de! Vulgar al ladn por Fr:mcisco de Pepuris de Baionia.
~
l
Yb, fray Francisco de Pepuris de Bolonia, de los frai- .'.. .;,3
les predicadores, me veo forz;do pbrmuchos padres yse­ ¡
ñores:míos a trasladar de lengua vulgar :ll ladn en verí­ ¡

Jica y fid traducci6n el libro Jd pruJeme, honorable y
muy fiel micer Marco Polo de Venecia sobre las coscum­
bres y cualidades de las regiones de Orienre, publicado
y escrito por él en 'nuestro vulgar, a fin de que tantO los
que gustan más ~ellatín que del romance como los que
no pueden entender en absoluco o difícilmente la propie­
dad de orralengua,· por la cotal diferencia del idioma o
. por la diversidad de giros, [o [can J.hora con mayor de­
leite ola comprendan con más presteza. Además, los que
me obligaron a tomar esre trabajo no podían hacerlo del

11
12 El libro de Marco Polo !
El libro de Marco Polo 13
:1
tOdo por sí mismos, ya que, entregados a más alta con· r guró con firmeza constante a su confesor, en una con­ ;;"

cemplación y prefiriendo lo sublime a lo ínfimo, rehusa­ I


versación íntima, que este libro contenía en tOdo la ver­
,t
ban tantO entender como escribir de cosas terrenas. En dad. Por esta razó~ lOmé el trabajO de traducirlo con la
consecuencia, por acatar sus mandados,· vertí el conteni­ conciencia más tranquila, para consuelo de los que lo lean
do de esa obra fiel e íntegn.mente en un latín [Jano y pa­ y loor de nuestro Señor JesucristO) creador de tOdas las i
¡.
ladino, pues ese estilo requería la materia del presente li­ cosas visibles,e invisibles. "I!
,1:
bro. Y para que no parezca rallabor huera e inútil, pensé
'11
que de la lectura de este volumen los hombres fides po­ Acaba el prólogo
drían obtener de Dios el merecImiento de muchas gra­ 1
cias, ya que, al contemplar las obras del Señor, maravi­ Este libro se divide en tres parees, que se dividen en ca­
llosas por la variedad, hermosura y grandeza de sus cria­ pítulos, cuvos títulos están anotados alcomienzo de cada "''1
ruras, admirarán con devoción su poder y su sabiduría; libro para facilicar la busca de su contenidó. II
o al ver a los pueblos gentilés envueltOs en tan densas ¡
J
sombras de cegu"era y en tan grandes indecencias darán i
gracias a Días, que, alumbrando a sus fieles con el res­ Empiezan los capítulos del libro primero j
plandorde la verdad, se dignó llamarlos de tan peligro­
'1.
sas cinieblasa su admirable luz; o condoliéndose de su ig­ El primer capítulo trata de cómo y por qué motivo mi­ i
.iI
noranciarogarán al SeñQrpor la iluminación de sus co­ cer Nicolás de Venecia, padre de micer Polo, y micer
razones; o se.confundi rila desidia .de los cristianos no. de­ Mateo pasarQna las partes deOrieme.
vows, ya que los pueblos infieles están más dispuestos a ii trata: dc.cónlo fueron a la- corre def'-rey rniximo de
venerar:l susídoi;s que muchos los que. han sido,se­ los tártaros. 1
·lbdos con el hierro de CristO a honrar el verdadero ¡ii traca de cómo hallaron gracia ;:mte el susodicho rey.
Dios; también podrán ser incÍtados los corazones de El iv trata de cómo el rey los envió al Romano Pondfice.
algunos religiosos al acrecentamiento de la fe cristiana, y El v trata" cómo esperaron en Venecia la elección de
llevarán con la ayuda propicia de Dios el nombre nues­ Sumo Pontífice.
0-0 Señor JesucristO, entregado al olvido en tan grande El vi trata cómo regresaron al rey de los cin:aros.
de pueblos, a las naciones ciegas de los infieles, El vii trata de cómo fueron recibidos por ei rey.
donde la mies es mucha y pocos los obreros. Por otra par­ El viii trata de cómo el hij9 de micer Nicotis creció en
te, para que muchas cosas nunca oídas e insólitas para nO­ gracia del rey"
"' ." - I · b · ¡ . d',
sacros, que se cuentan en este 1 ro en mumm ae pasa­ El ix trata de cómo después de muchos años
jes, no parezcan increíbles a uñ lectOr poco avisado, han rey licencia para volver a casa.
de saber cuantos lo leyeren que micer Marco, el que las x trata de cómo volvieron a Venecia.
rebta, es un hombre discretO, fiel y devotO y adornado xi trata de la descripción de las regiones de Oriente,
de honestas cosmmbres y que goza de buen <:rédico J.nre y primero de Armenia la Chica.
todos sus :lrnigos, de modo que su relación, por el re­ xii tr:lta de la provincia de Turquía.
frendo de tantas virtUdes, es digna de Su padre, micer El xiii trata de Annenia la Grande.
Nicolis, varón de prudencia suma, refería igualmente El XlV trata de la provincia de Zorzania.
puntO por punto laS mismas cosas; también su tío micer x:v trat:l del remo de Mosul.
Mateo, del aue hace mención este libro, hombre madu-
Á El x:vi trata del reino de Baldach.
ro, devoto y sabio, hallándose en trance muerte ase­ El x:viÍ trata de la ciudad de TauIÍsio.
",:(~.~t',,:,,,

14 El libro de Marco El libro de Marco Polo 15

El xviii trata del milagro de la traslación de un monte.


El xlvii trata. de la provincia de Chinchinculas.
J';'

El xix trata de la región de los persas. El xlviii trata de la provincia de Succuir.


!
El xx trata de la ciudad de Yassi. 1 xlix trata de la ciudad de Campion.
El xxi trata de la ciudad de Crerman. E11 trata de la ciud~d de Ezíma y de otro gran desierto.
El xxii trata de la ciudad de Camandu en la regiÓn de Rot­ El li trata de b ciudad de Carocor:1.m y del comienzo del
barle. ' dominio de los tártaros.
El xxiii trata de la hermosa campiña y la ciudad de Cor": .. f.
I
Ellii trata del primer rey de los tártaros, Chínchis, y de
la rencilla surgida con su rey.
El mo?
XXIV trata
de ai ' , que me d'la entre l
reglan ' d ad d e
a ClU 1t El liii trata de la batalla de los tártaros can aquel rey y
Cormos y la ciudad de Crermam. f' de su victoria.
El xxv trata de un desierto que está entremedias de la ciu- . El Iiv trata del catálogo de los reyes de los tán:aros y de
dad de Crerman y la ciudad de Cabina. I cómo son enterrados sus cadáveres en el monte Aleay.
El xxvi trata de la ciudad de Cabina. .'. í El Iv trata de las costumbres generales de los tártaros.
x,TIii trata del reino de Thimochain y del árbol del sol, I Iv! trata desús armas y vestidos.
que se llama en romance 'árbol seco'. ! El Ivii trata de la comida de los tártaros.
El xxviii trata del tirano que se llamaba Viejo de Mon- ¡ lviii trata· de la idolatría y de las plegarias de los tárta­
tañas'y sus sicarios y as~slnos. ros.

El xxix trata de su muerte y de la destrucción de aquel lix trata del valor, la industria y la Fortaleza los t:Ír­
lugar.. taros.

El xxx trata de la ciudad de Sepurga y sus tierras, El Ix erata de la, disciplina ele su ejércitO y su astucia para
El xxi trata del castillo de Tartam. pelear.
El xxXii de la ciudad de Baldach. El ¡xi trata de los jueces y de su justicia.
El xxxiii de la ciudad de Scassem. Ixii trata de las campiñas de Bargi y de las últimas is­
El xxxiv de !a ciudad de Balascia. las del aquilón,
Elxx,xv de la provincia de BascÍa. El lxiii trata del reino de Ergimul y de la ciudad de Singuy.
El xxxvi de la provincia de Cesimur. El lxiv trata de la ciudad de Egrigaya.
xxxvii trata de la provincia de Nocham y de sus mon­ !xv trata de la provincia de Tenduch y de Gog y Ma­
tañas altísimas. gog y de la ciudad Ciangomor:
I EL xxxviii trata de la provincia de Caschar. El Ixvi trata de la ciudad de Cíandu y- bosque dd rey
I xx,xix trata de la ciudad de Samarcham y del mllagro yde los engaños de los"magos.
r de la columna acaecido en la iglesia ele San Juan Ihutis­ Ixvii trata de algunos monjes idólatras.
I¡ ta.
El xl trata de la provincia de Cartham.
Terminan los capítulos del libro primero

I El xli trata de la provinCia de Coitham.


I El xlii trata .de la provincia Peino Empieza el libro primero de micer Marco de Venecia..
Capítulo primero
!¡ El xliii trata de la provincia de Carchia.
El xliv trata de la ciudad de Lop y gran desierto.
I
¡
El xlv trata de la ciudad de Sachien y de la costumbre .de En el Liempo en que el príncipe Balduino tenía el cetro
i¡ los paganos en la incineración de los cadáveres. imperio de Constantinopla, en el año la encarna­
• "'-;.:;Ir,
El xlvi trata de la provincia de Camul. ción del Señor de mcd, dos nobles y prudentes herma­
\ :,,;1
1 <';:.:
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~.
.;:,,~.*~J, 16 El libro de Marco Polo
El libro de Marco Polo 17

o,uúd de V.n~r:ia nos, vecinos de la ínclita ciudad de Venecia, se embarca­ los tártaros, y al encontrar alli a unos hombres ya dd
ron común acuerdo y concierto en el puerto de Ve­ todo versados en la lengu;¡. tártara, se alegró sobremane­
necia en su propia nave, cargada de diversas riquezas y ra, porque nunca hribía·visto ocros hombres latinos, a
(' Constantinopla mercancías, y pusieron rumbo a Constantinopla al soplo que sin embargo anSIaba ver de todo corazón. vez
de un viento favorable bajo la guía de Dios. El mayor de que tuvo durante muchos días conversaciones y trato con
se llamaba Nicolás, el otro Mateo, y su estirpe se ellos ycomprobó sus agradables maneras, los invüó a que
decía de la casa de Polo. Después de despachar sus asun­ fuesen con él ante el gran rey de los tártaros, prome.tién­
tos pronta y felizmente en la ciudad de Constantinopla, doles que obtendrían muy grandes honores y muy pin­
zarparon de allí en busca de mayOr ganancia y arribaron gües beneficios. Ellos, viendo que no podrían volver du­
ciud.:.d de Solda.d..a al puerto de una ciudad de Armenia que se llama Solda­ rante largo tiempo a su patria sin peligro, emprendieron
da, de donde, hecho acopio de joyas precLosas, se diri­ con él el viaje encomendándose a la protección de pios
gieron por consejo que les fue dado a la corte un rey y llevando como compañeros a unos criados crist~nos
rey Barka de los tártaros, de nombre Barka, a quien ofrecieron to­ que habían traidoconsigode Venecia. Al cabo de un'año
dos regalos que llevaban; y dles dispensó por su llegaron ante el gran rey de todos íos tár::aros, q~le se
te una benigna acogida, pues~ en compensáción, les Gran Kan rey maba Cublay, que en su lengua se decía Grd..i'"l Kan, que
iÍcos y má!i valiosos presentes. Cuando llevaban ya un signiíica en la nuestra 'gran rey reyes'. El motivo de
año de estancia en su reino y querían cornar a Venecia, tan gran cardanzaen el fue que les resultó preciso
.
pronto JI'
esta,liO .
-una-·nueva y":gran connen, da·.entr.e·e 1··su­ pn"I,..,,.,...;,,') ., r-,.-·,
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~. ~-' ...... 4~..)<t .-:.l.) ~ '.~ .) IV, "" Jo. '

~ey ¡\f"" sodicho monarca y orro los tártaros, llamado Man. los ríos y los LOrremes;a que sedesheiase la
. Ai crabar combate entre sí eJercltOs uno y otro, re- nieve que había en demasía y menguasen las
. sultó vencedor Man y la hueste cid rey Barka sufrió un que se habían desbordado. Su camino durante año
no pequeño descalabro. Por .esta razón, tras ponderar los fue siguiendo el vi:en}o aquilón, que los venecrarlOS lla­
peligros, les quedó cortado el camino de volver a su pa­ man en su lengua 'tramontana'. Todo lo (¡LÍe vieron en
tna por la vía anterior, y después de deliberar sobre la me­ su curso será descritO por orden en este
jor manera de regresar a Constantinopla, les fue forzoso
rode::t.r el reino de Barka parla rUta opuesta. Así llegaron
ciudad de Oncha", a la ciudad liamada Onchata, y saliendo de ella cruzaron Capítulo tercero. pe. cómo hallaron gracia ante el .
no Tigrú el río Tigris, que es Uno de los cuatro ríos del Paraíso, y susodicho rey
atravesaron un desierto sin encontrar durante xvii jorna­
das ni ciudad ni aldea, hasta que llegaron a una ciudad Cuando fueron introducidos en presencia del Gr:w
Rnchaya, ciudad d~ muy buena que se llama Bochaya en la re-gión de Persia, Kan, el rey, que era afable en extremo, los
P""Ui en la que gobernaba' un rey Dar nombre Barach. Allí re- y tes preguntó muchas veces sobre las cualidades
rey B<.Iracn· sidier~n tres años.
,I
' regiones de Occidente, sobre el Ernperadorde roma­
\
nos, sobre los reyes y los príncipes cristianos, sobre cómO
;',,"
se guardaba la justicia en sus reinos y qué manera ha­
Capítulo segundo. De cómo fueron a la corte del cían la guerra. inquirió también con insistencia sobre
gran rey de los tártaros cost:umbres de tos latinos, y ante LOdo les interrogó
con más ahínco todavía acerca Papa de los cristianos
Bo·chara ci:<¿d. de los En aquel tiempo
a Bochara un varón de suma y el cultO la fe crÍstÍa.n.a. Aquéllos, a fuer hombres
J;d.r...a"t!X
dencía enviado por susodicho monarca al gran rey
prudentes, dieron sabia respuesta a cada cuestión, por io
,...

13 El libro de Marco Polo


El libro de Marco Polo 19

que e! soberano ordenaba que fueran llevados a menudo


nuaron su ruta abandonándolo; pero en tOdas partes fue­
a su presencia, y hallaron gracia ante sus ojos.
ron recibidos con reverencia a causa de la chapa de oro
que tenían. Les fue preciso retrasar el viaje por haber en­
contrado lOs ríos desbordados en muchos parajes, pues
Capítulo cuarto. De cómo el rey los envió al Romano
estuvieron tres años de camino antes de poder llegar al
Pontífice GI",ra ciudad d" Ar­
lnelu..z.
puerto de la ciudad de Armenia que se llama Glasa. Par~
,\con tiendo de Glasa llegaron por mar a Acon en el mes de
el Gran Kan envíó le­ Un día el Kan, tras celebrar consejo con sus
b.• J","' I'\)rllilj¡;c del año de mcclxxii.
ront.!s, rogó a los hombn:s susodichos que,
cia él, ['egresasen al Papa con uno de sus barones, que se
llamaba Cagatal, para pedir de su parte al Sumo
Capítulo quinto. cómo esperaron en Venecia la
ce de los ,cristianos que le enviase a cien letrados cristia­
el~cción del Sumo Pontífice
nos, que le supiesen enseñar con su doctrina de manera
Papa Clemente iiii
razonada y discreta SI era verdad que la fe de los cristia­
Cuando entraron en Acon se enteraron de que el se­
nos era la mejor de todas, que los dioses de los tártaros
ñor Papa Clemente cuarto acababa de morir, noticia que
eran demonios, y q;uc ellos y los demás orientales esta­
los llenó de grandísima pesadumbre. Estaba entonces en
engañados en el culto gentílico; pues deseaba escu­
la ciudad de Acon un legado de la sede apostólica, el se­
de manera fundada qué fe se habia de guardar con
ñor Teo baldo, ce los Visconti de Placencia, al que narra­
morí va. Como se postraron humildemente ante él,
ron tOdas las Cosas por las que habían sido enviados por
que estaba~ prestos a cumplir su entera volun­
el Gran Kan. Su consejo fue que aguardasen la designa­
tad, el rey ordenó escribir una carca al Romano Pontífice
ción de Sumo Pontífice. Así marcharon a Venecia a ver
en lengua de los tártaros, que les confió fuesen
a los suyos, para esperar allí a que se crease nuevo Papa. '<
portadores de ella. También mandó que se
Cuando llegaron a VeneCia, halló micer Nicolás que su
una chapa de oro en testimonio de que
embarazada a su partida, había muer­
y sellada: con e! sello de! rey, según la de su
con un: hijo llamado Marco, que tenía
cancillería; e! que la lleva debe ser acompañado con toda
ya x:v de edad, que había nacido de su mujer
su comitiva sano y salvo de un lugar a otro por todos los
pués de su marcha de Venecia. Este Marco es el
gobernadores de las ciudades sometidas a su imperio, y
puso este libro; cómo supo todas estas cosas
se debe atender totalmente a sus gastos y necesidades
Mientras canto, se prolongó tanto la
todo el tiempo que quiera permanecer en una ciudad o
'del Sumo Pontífice 'que permanecieron en
en una villa. Además les encargó el rey que, a su ,vuelta,
años esperando tódos los días su proclamación.
le trajesen aceite de la lámpara que pende ante el Sepul­
cro de Nuestro Señor Jesús en Jerusalén, pues creía que
Cristo se encontraba en el número de los dioses buenos.
Capítulo sexto. De cómo regresaron al rey de los
haber sido despachados con honores en la
tártaros
coree del rey y recibido su permiso, emprendieron el ca­
mino llevando la carta y la oro. Al fin de ca­
A cabo de dos años, temiendo los mensajeros del su­
balgar durante xx jornadas, el Cogatal, que iba en
sodicho rey que el monarca se enojase por su excesiva tar­
su compañía, cayó gravemente enfermo, de forma que
y pensara que no querían volver más a su presen­
la voluntad de él mismo y el consejo muchos conti-
tomaron a Acon, llevado consigo al susodicho Mar­
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T,.rquia, 'pinr~a~ ;cnerps; SOn cnstlanos y guar ~~. e ' neo de. os gnegos, "

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'rías: griegos, armenios y turcos: LQs,:tur~os tiene,n,.:~u pro­
pi~ l'eng~áyadoran la ley del <tboinii:labl.eM~~oi:.na. Son
hombres' zafios y rudos; habitan 'en las:'montai1á.s~y
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.Lléyam~1 pelo cortO cOmo los tlengos.Se refIere que Aje~.
...:jan~{oMagno, al prer~ride'r"Pa'Silt a loszorzanos; ya que
"cS:precis'o que los que <p.iieren' entrar por la pane de.
n;:J.Sdonuc "puedan encontrar, mej9'( p~s.tO. :Poseen, gran­ ·.óriep,ré franqueen un camino, e~trecho de cuatro leg.Uas '.,

de~ reb;¡ñoS, de jumentOS y de ovejas: !dc~nZ':m illlí gran , ddongitud, que por un1:idó cierra el mar y por otro l;;¡s ,
precio los caballos ylos mulos. Los:arrpenlos y:griego s ':' e,,:'. ,mo(ú,aña~, de suc:rtc:que iin.puñildo ck' hornbrcs,'inlpidc
',¡ 'q·.uepu,cb-i~u,h:rcgj;ófl; n:siclcncn kJ.s."Gl:l,\d;4<;s.iyvi~Ius, Tc- { /," "':','-:,-: :élpa~o de gral}des' ejetCitqs'¡ALejandro, digo, al no.pod;er '
"~",, ,;en dé rtúin e r.a admirable la ,seda:,Ti~nén'muchas'ciuda- ' .pa$ar 'a su; ciúra: quisé:.prohibides.la entrada en la suya,
iii'¿.. d.u.des principa,des, entre i'aSp.iales las pri.ncipal:~s,:~ori :G:!tD'O, Cas.sene , . y,al '<;.otnienzQ,.tibl cani~nó', (e~~r¡.tó.:~na torreforcísitria,que
b, Sebasi:d. 'Allí recibió rríarcíriop'0r·Gf~¿'t(:¡:'.Sán l{las. Es­
1:' ;' ;;"t!am6 ",Puerta'o:e hierro',E:IJ, ¡;s~a provincia" hay 'much~
, t~som{!t~dos,a uno ,de los reyes::dejl.O,s ~~áiósf:: .. ,.. : '?iiu(fadés y·,aldea:s. qu{:ab~,n.qQri:én sedá; y se haceh~llí
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b~l1os paños de:s.eda:tdé: óro: azores ' ex­ Los
.', Capítulo
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-'déci~o tercero. De Árme'~la:}~' ~b.an..4el
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'Céle'nt.es.. La tÍ'erra es' féi'tiLL0S h,0mbres de región son
,.¡...;;,:~ercaderes. y artesa'nos. Est~'ajJíe} cenobio de monjes
. A"";'áTia!,; Grand.-,', Armehiala Grande, .tributari~ de.lciy~nar6s"ei: una in- '\,
, ".~Sa~~,eonard? ~ic: arien'te,jurito <!-ri::'i:i:il se extiende gran un
mema cqmarcaque, tll.,:ne,¡nuchas, <;:tu€lade$ Y }1;lllas, La, ¡" '. '!a~o';" eneh::§lesde ,d,pftmer'd¡~éie uaresmahasrael e
Minga 'y~udad 'm~tropóJi~an,a se ,llama Ae!r:-~~~~:sio?'de :;e\:t)Ufec~'., '\1 b:1~o Sa.ntó~:: se: "Pes6m pet;:e~.en grari abundancia,
'eras qÜe en el: 'restante ri,empo. der ano" eS imposiblé de
ClOn':i ,un bocaran excelente. S~e '~i,h abqrb,otOn~s' agua
hirvie¡:J.~o',": c'6f.1'l~quenace'n, ril4i~~~erep~e:s '&a~o~, Las I
, ,tbdo,"punto e,~cQntr;¡r peséadQ:',:A'~uel iago se llama mar'

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grandes ciud.u.del 'd9 5 ~,i1fdádesp(¡r1'cip;al~s,son: i\~giro'q,y:~,A~ih:D~ránte:. , .\.", ta,d~' ,¿o~os 1'<;1$ ,m'are:s. iJi j6;ii.ada~. En estos hg6:s entra,.·,

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Capít1.tl0, décimo, euar:'to. De la :~;;~in~,i~,0~ i~rzani~'.'-, .' ':' ;: :;': :\':'~~i~Ilo'S~. y.j~cóbic~" a qu'~preS/de"el,gr~. patti¡lr~á; 1.95
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30 El libro de Marco Polo '~, El libro de Marco Polo 31
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de que nadie los pueda ver, y en algunas ocasiones man- .~. Tienen naves peligrosas, ya que no las fijan con clavos de
tienen esta oscuridad siete días; entonces salen al campo '~ hierro, sino que clavan las tablas con tarugos de madera
aquellos bandidos, a veces en número de diez mil, y se I y ¡as amarran con hebras hechas de corteza de nuece'> de
despliegan en largas haces, uno junto a otro, en prolon­ la India'; en efecto, curten la corteza como cuero, Y.las
gado espacio. Así rara vez ;'\conrece que pase ;'ll~uien sin cort<.:za se soliJific~n a modo Je crin de caballo.
caer en sus manos. Hacen prisioneros a los hombres y 0 Aquellas hebras aguantan bien el embate de las olas del
las acémilas, venden a los jóvenes y matan a los viejos. ~ mar y duran largo tiempo; pero es mejor con mucho la
Yo, Marco, al transitar una vez por allí, caí en una de 1 clavazón hierro. La nave sólo tiene un mástil, una vela,
'aquellas tinieblas; pero como me encontraba cerca de! } un único timón y sólo tiene una cubierta. No brean con
castillo llamado· Canosalim, me refugié en él, si bien mu- ~ pez 10s.i1avíos, sino sólo con aceite de pescado. Uná vez
chos de mis acompañantes tropezaron con ellos, de los ! colocado el cargamento en la nave, la recubren de cueros
cuales unos fueron vendidos y otros degollados. ~ sobre los que ponen los caballos que llevan a la India .
.:x
.Ji Muchos de escos bajeles haufragan, porque el mar es allí
Ji muy tempestuoso y las naves no están clavadas con hie­
ciudad famosa de Capítulo vigésimo tercero. De la campiña y la ciudad ~ rro. Los habitantes de aquella región son negros y ado­
K~rmos
famosa de Karmos . ¡ ran a Mahoma.. En el tiempo del estío a causa del calor
.{
sofocante no residen en .las ciudades, sino que tienen,
La llanura susodicha se extiende al mediodía; a las cin-% quintas y vergeles en los arrabales y llevan el agua por d::.
co jornadas se llega por fin a un camino en pen'diente por ~ ños y acequias a sus respectivos jardines; en ellos moran
el que se desciende sin cesar durante xv millas; la senda ~ durante el verano. De la parte de un desierto, donde nO
es pésima y muy peligrosa por los bandidos. Después se J hay sino arena, sopla a menudo un viento muy recio, que'
entra en una campiña be!!ísimade dos jornadas de lon- i mataría a los hombres si no huyeran; en efecto, cuando
gicud y se llama aquel lugar Formosa,dbnde hay ríos y ;: sienten su primera bocanada, corren todos al pUnto al
muchas aguas y palmeras; abundan allí francolíes, papa- t agua, y metiéndose en .ella permanecen a remojó hasta,'
gayos y otras aves de diversas especies que no existen ! . que cesa. A causa del gran calor siembran el grano en no.­
aquende el mar. Después se llega al mar Océano, en cuyo ! viembre y lo siegan en marzo, mes en el que.'maduran
r;Íudad de Carmora. litoral está la ciudad de Carmosa, a cuyo puerto acuden i también todos sus frucos ':. ,;, ;;'; después de marzot.odas
especias, perbs, pie­ los comerciantes de la India portadores de especias"per- ~ hojas y las hierbas quedan tan mustias, quena se pue­
dra, pr~<:ioSJs. p'­ l~s, piedras precIOsas y paños de oro y seda, colm ¡Hos de ,~ de erú:oncrat ní una hoja. En esta región, cuando falIece
nos de oro, mlrfil
elefante y otros tesoros. Esta ciudad es sede regiá y dene i !lo., il"mujcr .11 m,· un hombre casado, la mujer llora la muerte del m:\rldo
bajo su ;urisdicciqn otras ciudades y aldeas. La región es { ri\lo. 4. ,\líos wJos una vez al día' codos los días dúr:mte cuatro años; Glm­
caliente y malsana. Si muere en ella algún mercader ex- 1 los. dios
bién acuden al hogar de! difunto los deudos y vecinos y
tranjero, el rey de la tierra se incauta de. ,odos sus bienes. * hacen ¡lmargo .duelo y en su Hamo profieren muy duras
Se hace allí un vino de dátiles y otras especias que es muy ~ quejas contra la muerte.
bueno; si alguien que no está hecho a él lo bebe, sufre ¡

·.....
flujo de vientre; después aprovecha y hace engordar a los l 1

hombres. Los habitantes del lugar no toman pan de trigo ,


nÍ carne, ya que no podrían vivir si comieran semejantes t I ~
alimentos; se. nutren de pescado ~alado, dátiles y cebollas 11­
para mantener su salud; muchós, se ,sustentan de atún. '.

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El l:bro de Marco Polo,';",
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El líbro de Marco Polo 61

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hay isbs mis 31!á del aquilón la estrella poiar ártica, que
- se dice en romance:.~
<_.. '~;'
labios; su nariz es y su cabello negro. Las mu­
polo dnico
, queda al mediodía, "@':'"
J. .
jeres son y muy blancas; los hombres buscan
.:~
".:~.:
esposas antes bellas que nobles, pues un varón .'
y poderoso se casa con una mujer pobre si es agraciada,
,J: y le da dote a la madre. Viven allí muchos comerciantes
sexageslmo tercero. Dei reino de Ergimul y j~
de SinO'uy ,(11.
y numerosos J.rtesanos. Tiene esta provincia x,.xv jornadas
o .~~~. bis~ncs de longitud, y es muy fértil. HJ.y allí hisanes el doble de
':1:
I

grandes que en Italia, y tienen Iacola de diez o nueve pal­


de nuevo J. b ciudJ.d de'~'
dudad Je C"mpiOIl
,el. mos de longitud y, como mínimo, de ocho O siete; hay
se hIZO mención más arribJ., pJ.rJ. des-'.:!
t3.mbién faisanes que seJ.semcjan en tamaño a los nues­
comJ.rcanas. Después de salir de b .~
·
se mJ.rc.ha a l oneme durante cmco.,:;:
,.~ tros, y otras muchas aves bellísimas de diversas especies,
con plumas hermosas y adornadas de diversos y muy her­
jornadas; en aquel camino se oyen de noche muchas vo-'~
mosos colores.
ces de demonios. Después de esas cinco jornadas, se en­
reino de ErgilJ1uf cuenera el reino de E;gimul, que está en la gran provin­

cia de Tanguth, reíno que está someódo al Gran Kan, Vi­ Capítulo sexagésimo cuarto. Sobre la provincia de
ven allí crístíJ.nos nestOrianos, idólatras y otros que gUJ.r­ Egrigap
dJ.n ,la ley de Mahoma. Hav en él muchas ciudades -{
deas. Al 'siroco entre orien'te y mediodlJ. se VJ. a la ' Después de andar ocho jornadas mas allá de la. provin-
pf01.J!'rrci::: de TIJ.Lc.J;ay vinciade Takhay; pero antes seda con '.J.J J
Ergimulaloriencese avista la, provincia, de. '
C~t!J:lJ J::·Singuy guy; tri bu [:J.íi:ldel Gr:¡n Kan, donde mot:J:n la cual hay muchas ciudadesJ'
cristianos nescoriJ.nos, idólatras y secu;¡,ces de Tanguth, cuyaciud:d más prin­
áud41d de Co/«t;'ú SOn idólatras, salvo
bu.yes 1vbhoma. Hay allí bueyes salnjes hermosísimos, ,.~
nos eres basílicas.
como eiefances; cubre por todas partes su cuerpo un t
¡aje blanco, salvo en el dorso, y allí, esro es, en el lomo, .t Jquí se cejen chame­
Están
cejen panos que se y
se
les nacen pelos negros de tres palmos de longitud. 'Mu-~ iocC$ , I
pelo de camello, los más el
chos de esws bueyes son mansos y están domados y acos­
nundo, que los mercaderes

I
tumbrados a llevar grandes cargas; otros se uncen al J.ra- t
do y por su maravillosa fOrtaleza llevan acabo en ,
tiemp.o mucha faena e.n la labranza,'. esta tierra exist~,
almizcle rO'villC'~ de Tend"cf, Capitulo sexagésimo quinto. De la provincia de
meJor almIZcle que hay en mundo, ,se extrae de .
Gogy,l,fagog Tendúch y Gog y Magog y Ciagomor
un animal que es hermoso en extremo y el tam:tño '
de un gato, pelos gruesos como un ciervo y patas como '1 T ras abandonar .la provincia
un g3.W; cuencJ. con CU;¡cro die~tes, ~ ) dos a,rrib~ y <~
orience a la provincia de Tenduch,
rres de longItud; Jumo al omblJgo tIe-~;'
muchas aldeas, en la que solía residir
ne, entre la carne y la piel, de sangre, y '~
gran nombradía enrodo el mundo que
es el tanto aroma; y ~
Preste Juan tinos Preste Juan. Aquella provincia es
estos bIChos hay allí Los habitantes 5: l"

de la región son rijosos, observanres de la ley'~


KJ.n, aunque todavía reina allí uno la
monarca que aún se tirula Juan, cuyo nombre es
de Mahoma y tienen mbres son bar- .~~
bilampiños y sólo en las comisuras de los 1{'
,,,,­
°1° Jorge. Todos los Grandes después de la muerte
~
~.
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ª-,'
"c"'!'
132
El
El libro de Marco Polo 133
a remolque de las barcas, que avanzan a vela o a remo
gún la ocasión. Asimismo cuenta la nao can diez Capítulo tercero. De cómo el Gran Kan envió su
pequeñas que llamamos bateles para la pesca, el anclaje ejército a conquistar la isla de Ciampagu
otros muchos menesteres náuticos. Todas estas barcas van'
atadas a los costados de la nave y Se cchan al agua cu El Gran Kan Cublay, prestando oídos a los mercade­
do es preciso. A su vez, las barcas tienen igualmente res que le narraban la:; riqueza:> Jc CiaIllpagu, envió aUi
teles. Cuando la nao gruesa realiza un largo viaje por a dos de sus barones con un imponente ejército para so­
o navega durante un año completo necesita reparación, meter la isla a su dominio. Uno de ellos se llamaba Ana­
sobre cada tabla de la nave primitiva se pOne una tercera:. . ~. _I_,_ tar, el otro Santhim. Zarpando del puerto de' Quinsay
tabla par doquier, y se brea como se hizo al principio. y con muchas naves y gran copia de jinetes y peones arri­
esta operación se repité también otras veces hasta que, al baron allí, y descendiendo en tierra infirieron grandes da­
final, cubren la nave seis hiladas de tablas. ños a las villas y aldéas que se encontraban en la I¡anura.
Sin embargo, surgió entre ellos desavenencia, porque el
uno se negaba a plegarse a la voluntad del otro. Por esta .'
Capítulo segundo. De la isla de Ciampagu razón no los acompañó el éxito como esperaban, pues no
conquistaron ninguna ciudad a excepción de una sola ál- .
Pasemos ahora a describir las regiones de la India; em­ dea en .una refriega pequeña. Como los que se encontra­
pezaremos por la isla de Ciampagu, que es una isla al,. ban en la aldea no quisieron rendirse, fueron tOdos des:-:
orienée en alea mar, que dista de la COSta de Mangi cabezadas por orden de los barone:>, salvo ocho hombres
cuatrocienras millas. Es grande en extremo y sus habitan­ que había entre ellos, cada uno de los cuales tenía cosido
tes, blancos y de linda figura, san idólatras y tienen rey,
en el brazo, entre la carne y la piel. una piedra preciosa
oro en gr:rnúí$ima
,hun,bn,i" perQ no san tributarios de nadie más. Allí hay oro en
picór. de efeccos en la que nadie hubiese podido reparar; esta piedra está
.,Jmirabb embrujada con diabólicos ensalmos a este efecto, a saber,
grandísima abundancia, pero el monarca no permIte fá­

cilmente que se saque fuera de la isla, por 10 que pocos


que nadie que la lleve sobre sí pueda recibir herida o
mercaderes van allí y rara vez arriban a sus puertos naves
muerte por el hierro. ,A"sí,' pues, cuando eran golpead6~
de otrás regiones. El rey de la isla tiene un gran palacio
con la espada nO podían sufrir nwgún daño. Al conocer':'.
techado de Oro muy fino, como entre npsoeros se recu­
se la causa, ordenaron que se les diese muerte con un ga':' .
bren de plomo las iglesias. Las ventanas de ese palacio es"
rrotede' madera. Y así fI!urieron de inmediato y Jos ba":
eán todas guarnecidas de oro, y el pavimento de las salas rones cogieron las piedras>S,usodichas.
y de muchos aposentos está. cubierto planchas de oro,
. -p~rb_1 r"í~~
las cuales eienen dos dedos de grosor. Allí hay perlas en
extrema abundancia, redondas y gruesas y de coluí rojo, Capítulo cuarto. De cómo naufragaron las naves del
que en precio y valor sobrepujan al aljófar blanco. ejército de los tártaros y cómo muchos del ejército:
bién hay muchas piedras preciosas, por lo que la isla escaparon
Ciampagu es rica a maravilla.

..."i
Acaeció un día que se levantó en el mar una borrasca
y las naves los tártaros fueron batidas por la fuerza.
vientosobre la costa. Al aconsejar los marinos que se .
aleJasen los navíos de tierra, se embarcó todo el ejército .
Sin embargo, como la tempestad arreció, naufragaron
muchas naos, y los que iban en ellas llegaron a otra isla

\35
1J4 Él libro de Marco Polo

simada a unas cuarro millas de Ciampagu asiéndose a en ella desde el exterior ni salir del interior fuera del re­
bIas de madera o nadando; a su vez, el grueso del ej cinto. Así fueron asediados y cercados durante siete me­
tO, que pudo escapar en las naves, retornó a su ses por un gran ejércitO, de suerte que nO pudieron dar
Los que arribaron a la isla eran al pie de tremca mil; pero aviso al Gran Kan por algún mensajero. Viendo, en con­
como babían perdido las naves y mulritud de compañe­ secuencia, que no podían obtener ayuda de los suyos, en­
ros y estaban cerca de la isla de Ciampagu, se juzgab:m tregaron sin condiciones la ciudad a aquel rey de Ciam­
próximos a la muerte por estar desprovistos de ayuda hu-',\~';' pagu a trueque de sus vidas, y después regresaron a su pa­
mana; en la isla a la que habían llegado no había pobbdo";~:;§:2:>""'_ triJ.. Esto ocurrió en el año del Señor milésimo ducenté­
alguno. simo sexagésimo nona.

Capítulo quinto. De cómo los tártaros regresaron Capítulo séptimo. De la idolatría y la crueldad de sus
astutamente y tomaron la ciudad principal hombres

<:.c;hrc h lS(uci:t 11 Al amJ.inar b tempestad del mar, los hombres de la En esta isla de Ciampagu y en aquellas regiones hay
hl!:"t.ir b.s' (1l'-'I!S ,un gran isla de Ciampagu marcharon contra ellos con mu­ muchos ídolos que tienen unos cabeza de buey, otros de
·l:ll h JÚO
chas naves y un gran ejército con intención de macarlos, '. cerdo y otros de carnero, perro ti otros diversos anima­
ya que los velan privdos de annas y de ayuda. Cuando leS. También hay <ligunos ídolos que tienen cuatro caraS
1,' ,., • .,' 1 ' •
abandonandoin,s rravesaescendieron>en cwrn,l'os t;Ín:a­ en unl, SOla CJ.Deza;;J.s¡m,Smoilayocrosq !le; t!enerrtres
ros" en!onces;' -los alejaron-,hibi1mente del, litoral )" des­ dicen' qu~ ldorln ¡os cabezas. una sobre el' cuello v otras dos.J. c;:.d::;.. lado
vi:indoscpor ;)c[ocamino volvieron de repeme a la COSé:l' .,< ;J"h.>' por em en"". los ho~bros; alounos, en fin, 'tienen cUatro manos, otros
porqw lo, ldorlbln . . o, " , . .
y se embarcaron todos en las naos, dejando al adversario' sus lntcpasld.,> diez, OtrOS cien: el ¡dolo que maS manos nene se conSI­
en tierra sin barcos. Así fueron a la isla de Ciampagu y, dera que posee más poder. Cuando se les pregunca a los
tomando las banderas enemigas que encontraron en las habitarltes de Ciampagu b razón todo elio, por lo ge­
naves, se dirigieron a la ciudad que era más principal en neral no saben dar otra respuesta sino que así lo creye­
la isla. Los que habían quedado en ella, cuando vieron ron sus mayores y. tal fe han recibido de ellos, y que quie­
enseñas de su pueblo, salieron a su encuentro pensan­ ren practicar y creer lo que siguieron sus arrtepasa(!os.
do que los suyos tOrnaban victoriosos. Ellos entraron in­ Cuando los habitancesde la isla de Ciampaguapresan a
medíacamente en la plaza y, recenÍendo alas mujeres, ex­ un extranjero, sí el c:mtivo puede lograr su redención·;por
pulsaron a los demás qué habían quedado en la ciudad. dineros, lo dejan ir a cambio de un rescate; mas si carece
bienes para alcanzar su libertad, lo matan y se lo co­
rnen cocido e invitan a semejante banquete J. sus parien­
Capítulo sexto. De cómo los tártaros fueron cercados tes y amigos, ya que comen con gran gula aqudia carne,
y devolvieron b ciudad que habían tomado afirmando que b carne humana es mejor que ninguna
o tr:l.
Al oír esta míeva el rey de Ciampagu, aprestando na­
ves de otros lug:lres de la isla, navegó ~. ::. ~. hacia Cíam­
pagu con su ejérciw, y sitió la ciudad que habían con­
quistado los tán:aros; yeon tan gran diligenCIa guar­
dar sus entradas y salidas, que nadie emrar
D7
El libro de Múco Polo
136 El libro de Marco
Marco, escuve en esta provincia, en la que encontré a utl
Capítulo octavo. De la multitud de las islas de rey anciano con un sinfín de mujeres, de las que teriía
aquella región y' sus frutos rey que tiene .336. hi- cccxxxvi hijos varones y hembras; de ellos 1 ya podían ';te­
jos vararmas. En esta región hay muchos elefantes y tiná}oe
El mar donde está la isla de Ciampagu es Océano y se en grandísima abundanci:¡; hay r:¡mbién bosques de ma­
llama mar de Cim, es decir, '!llar de Mangi', ya que la pro­ derade ébano.
: í
vincia de Mangi está en su costa. En el mar donde está
Ciampagu hay otras muchísimas islas, que contadas con
j cuidado por los marineros y pilotos de aquella región se
ha hallado que son siete mil ccdxxviii, la mayor parte de
Capítulo décimo. De la isla de Jana la Grande

! las cuales está poblada por hombres. En todas las islas su­ Dejando atrás la provincia de liamba se navega entre
t sodichas los árboles son de especias, pues allí no crece el mediodía y el siroco d millas y se llega a Jana la Gran­

I
,i
especias infinitas
pimientl blJnquisi-
ningún arbusto que no sea muy aromático. y provechoso.
Allí hay especias infinitas; hay pimienta blanquísima
como la nieve; también hay suma abundancia de la ne­
de, que tiene de circunferencia tres mil millas. En esta
isla hay un rey que no es tributario de nadie. Allí hay ex­
pimienta, nueces traordinaria abundancia de pimienta, nuez moscada, es-'
m", grao Con todo, los mercaderes de otras partes rara vez mo,,,Ja.<. clavo r pique, galanga, cubeba, clavo y otraS especias. Acuden a
aportan por allí, pues pasan Un año completO en el mar, otr.l.' (.'"p..:~ias ~.:n ella muchos mercaderes, ya que obtienen grandes ganan­
::1 .lhun(J:ln.ci:.l
!::as n:.lves v:;¡n en in- ya que van en invierno y vuelven en verano. Sólo dos cias. Todos ¡o~ habitantes de: la isia son idólatras. El Gran.
vierno: VUt.·¡"I.·n ¡;o
VCf:2nO
vientos reinan en aquel mar, Uno en invierno y otro en Kan nO ha podido todavía sojuzgarla.

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pu~rto ¡.le z..í~el'l. es Jttir.
,,00 d. Alf, r O
vetano. También está esta región muy distante de las cos­

tas de la India. Sobre esta comarca, como no escuve aUí,

concluyo mi narración. Volvamos, pues, al puerto de lai­ Capítulo undécimo. Sobre la provincia de Laach
zen, para seguir con las demás tierras.
fI Dejando atrás la isla de Jana se navega entre el medio­
dos islas 5,ndur, día y el garbino siete millas y se arribac a dos islas, que sé'
Capítulo noveno. De la provincia de Ziamba C,nuur llaman Sandur y Candur. de millas más allá se encuentra
la provincia de Laach, que es grande y rica a maravilla.
Después de partir del puerto de laizen y navegando al Tiene rey propio y lengua propia, sin pagar tributo a ni'.:.
garbin9 mil quinientas millas se Hega a la provin.cia de die.salvo. asu soberano, ya que es múy áspera y no pue­
Ziafl".lba, que es grande en extremo y de muchas riquezas. de ser invadida por nadie. Los habitantes de la región son
Esta región tiene su propia lengua y su propio rey y si­ hr;1sílc-.'i. 'itnO~lC'.'l~ idólatras. En esel comarc:\ crecen hr:1silcs domésticos y
gue la idolatría. En el áiio del Señor de mcclxviii el Gran grandes como limones, que son muy buenos. También
Kan Cublay envió a uno de sus príncipes, llamado Saga­ elefante, hay muchos elefantes. Asimismo hay porcelana que se
ta, con un gran ejército, para someter a su dominio aque­ utiliza como moneda, d<: la cual se ha dicho;¡rriba. A esta
lla comarca; pero enCOntrÓ ciudades tan fuertes y casti­ provincia acuden pocos de otras partes, porque la región
llos tan guarnecidos que na pudo tOmar ni ciudades nI dista de ser pacífica ..
castillos. No obstante, como calaba las mieses de la tie­
rra, el rey de Ziamba prometió pagar un tributo anual al
Gran Kan si se avenía a dejarlo en paz. Alcanzado un
acuerdo, se retiró el ejércitO, y aquel monarca envía tO­
dos los años xx elefantes muy hennosos al Gran Kan. Yo,
.!
~
[39

138 El libro de Marco libro de 1vbrco Polo

con la que tropiezan al levantarse por la mañana. Comen


\~
~
Capítulo duodécimo. De la isla de Pentain la carne de codos los animales, puros e impuros, y tam- a
!
.~
bién la carne humana.
Después de partir de Laach se navega quiniem3.s I
al mediodía, y seencuentrala isla de Pencain, que es tam-.
bién una región muy salvaje; hay alli bosques de árbol
de gran aroma y mucho provecho. Enere la provincia
Capítulo décimo quinto. Del reino de Bosman ,i
1\
Laach y Penclin en un compás de xl millas no se encucn-.; El reino Bosman tiene lengua propia. Los hombres
1,
1,,1
''luí es mor Je b:líos era más profundidad en el mar que cuatro pasos, por lo son muy bestiales; dicen que están sometidos al Gran ¡¡
que es preciso que los navegantes alcen el gobernalle o ti Kan, pero nO le rinclc::n tríbuco. Sin embargo, ;¡lguna vez "
món. Después se llega II reino de Malciur, donde hay mú­ ~
cspecí" en abun­ chas especias en grandísima abundancia. allí también
u¡úcornios le envían joyas de animales salvajes. Hay allí unicornios
muy grandes, que son poco menores elefantes. El
~
t,b,nCl:l
lengua propia. unicornio tiene pelo de búfalo; Data
11
e eDarecida a la del

fante y cabeza como el jaba!:, que siempre lleva indinada


hacia el suelo; hace su cubil con preferencia en lodazales
Capítulo décimo tercero: De la que se llama Jana y es animal muy sucio. En medio de su freme sobresale
la Chica '" un único cuerno, muy grueso y negro; tiene la lengua es­
.. pinosa, erizada de grandes y gruesas púas, con las que
A cien millas al siroco más allá de Pemain se encuen­
causa muchas heridas a hombres y animales. este rei­
Era la isla que se llama janalaChic¿, que ciene.debo; dos

,nuEhontlonosl10 muchos monos de diversas clases: un.os son pe~


mil milbs. H:¡y aHí ocho reinos, cada uno con Su rey, y
queÍlos y tienen la C:lra :1. la numa!1J. e incluso en
'lbund:lC'H:i:l J.o;:: ;':$pe­ cambién cienen lengua propia. Todos los habic:![iT:eS de el resce de sus miembros se conforman mucho con el
cia$~ que ;tune;].· se
esta isla SOIl. idólatras. Asimismo hay abundancia de tOda
hombre. Los cazadores 10$ atrapan y les quitan los pdos,
h,n visco ,1 oero
!~Jo de la equinoc­
suerte deespeclas, las que nunca se ha visto su par
dejando sólo los del mentón Y los de otraS partes a se­
cial aquende el mar. Esta región está situada tan al mediodía,
mejanza humana. Después, los depositan una vez muer­
que no se puede divisar desde ella la estrella polar, es de­
ces en una pequeña caja y los conservan en· especias para
cir, la que se llama en romance 'tramontana'. Yo, Marco,
que nO se pudran; a continuación los secan y los venden
estuve en seis reinos de eSta isla, a saber, en el reino
a los mercaderes, que los llevan por divers:ls pa.rtes del
. Ferlech, Bosman, S2mara, Dragoyam, Lambri y Farfur, mundo y hacen creer amuéhos que hay hombres
pero no estuve en los OtroS dos. Por tanco, hablaré en pri­ pequenos. También se hallan en esrereino muchos aZO­ ¡
¡
mer lugar dd reino de Ferlech. res negros como cuervos, que cazan las aves a maravilla. L
!
!
i
'~
Capítulo décimo cuarto. Del reino de Ferlech í
CapítulO décimo sextO. Del reino de Samara
A causa de los mercaderes sarracenos, de los que acu­
Después tic! reino de Bosmln se encuentra en la mis­
de gran mu-:hedumbrc al reino Je f-crlccb, los habitantes

de aquel reino que pueblan la región costera han recibi­

ma isla el reino de Samara. En ese reino yo, Marco, re­


dos meses con mis campaneros, porque no alcanza­
1
do la ley del miserable Mahoma; en cambio, íos que mo­
mos a tener tiempo favorable para ia navegación. Así,
ran en las montañas no tienen ley, sino que viven como

pues, descendimos en tierra y alU construimos una for­


t
bestias y consideran como dios y adoran la primera cosa

.//.>.
t
148 tEllibro de Marco Polo 149
El libro de Marco PoI

pocos, y los merchantes, en la medida de lo posible, enfermedades. En el año del Señor de mcclxxxviii un gran
ran mucho a que no acudan de otras partes, pues los in­ príncipe de",¡¡.queila tierra recogló en el tiempo de la co­
dios por sí solos no saben cuidar los caballos, y el temple secha gran cantidad de arroz; y como no disponía de lu­
del aire es muy cOntrario al ganado equino. Un;:t buena" r gar oportuno donde almacenarlo a su gusto, ocupó todas
las casas de S;1O(O Tomás apóstol, guarJ:ll1do en ellas su
yegua, momada allí por un buen semental, no pare "(',:'
embargo sino un potro pequeño y de ningún valor: 1 arroz COntra la voluntad de los santeros, que humilde­
dos salen patituertos, de suerte que no pueden ser apro- ;t'
i' mente le rogaban que no ocupase el hostal de lo~ pere­
piados en absoluto para la monta. En esta provincia se r grinos que todos los días visitaban el templo del apóstoL
da a los caballos carne cocida Con arroz y se les ponen ":~ Pero por la noche se le apareció Santo Tomás teniendo
muchos oeros manjares cocidos. No nace grano alguno 1: una horquiUade hierro en la mano, y poniéndosela so­
bre la garganta del dormido le dijo: "Si no desalojas en
salvo arroz. Hace allí un calor intensísimo y van, por tan­
to, desnudos. No tienen lluvia jamás, salvo en los meses . el acto mis casas, que ocupó afrentosamente tu temeri­
lIuvi. en junío,
de junio, julio y agosto; y si durante esos tres meses su-': 1 dad, es obligado que mueras mala muerte". Al despertar­
julio r 'gOsto se aquél cumplió al puntO lo que el apóstol le había or­
sodichos no hubiese lluvia, que refresca el aire, nadie po-:' f
dría vivir por el sofoco del calor. En esta región tOdas las • sueño de un hombre denado en sueños, y los cristianos dieron gracias a Dios
av~s
aves SOn diferentes Con mucho de las nuestras, salvo las } ya Santo Tomás, reconfortados por la aparición del após­
codornices
codornices, que son parecidas a las de acá. Hay aZOres ne­ I tol. Aquél con.tó en público su visión a todos. Muchos
gros como cuervos, mayores queJos nuestros, que cazan I 'a
OtrOs mi1agrQ~suceden allí muy a menudo invocación
las aves a maravilla, y murciébgos grandes como azOres. i del apóstol Santo Tomás en loor de la fe cristiana.
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Capítulo vigésimo séptimo. De la ciudad donde Capítulo vigésimo octavo. De la idolatrb de los
I
descansa el cuerpo de Santo Tomás y de Jos milagros
pag~nos de aquel reino

donde yace el cuerpo


que allí se hacen por sus merecimientos

I En la provincia de Moabar todos los habitantes, hom­


bres y mujeres, son negros. Sin embargo, no nacen así
dc,:i,nto Tomá.
En la provincia de Moabar en India la Grande yace el
cuerpo de Santo Tomás apóstol,q ue en esta reglón su­ del codo, sino que artificiosamente se añaden una gran ne­
fnó martirio por el Señor. Está su cuerpo tierra adentro grura por gala; en efectO, untan.a los niños tres veces por
en una ciudadpequeña,a la que acuden pocos mercade­ ,~emar¡.a con aceite de ajonjolí ylsí salen negrísimos en ex c
res 'porque se encuentra en paraje desviado del comercio. tremo~ pues juzgan que es más bello el más negro. Los
Hay allí muchos cristianos y clmbién numerosos sarra­ idólatrls que hay entre ellos h3.Cell negrísimas las imágc- ,
cenos, que vienen a menudo de aquellas regiones a visi­ ncs de sus dioses, diciendo que los dioses yeouos los $3.0­
tar el sanruario y sienten gran veneración por este após­ tOS son negros; por el concrlrio, pintan al diablo d c ,

tol, pues dicen que fue un gran profetl, y lo llaman ama­ co, afiImando que los dilblos son blancos. Cuando los'
ria, es decir, 'hombre santo'. A su vez, los cristianos que que adoran el buey marchan a la guerra, cada uno de c1k~
visican el templo del apóstol se llevan consigo con devo­ lleva consigo un pelo de buey salvaje; los jinetes los atan
ción un poco de tierra en la que fue martirizado SantO To­ _ a la crin de su caballo y los infantes a sus cabellos o a sus
más, que es roja. En efecto, hacen con ella muchos mI­ piernas. Piensan, en efecto, que el buey salvaje tiene tan­
lagros: los enfermos la beben desleída en agua o en Otro to poder y santidad que todo el que tenga sobre sí un
líquido y muchos por ello se libran de diversas y graves . pelo suyo, estará a salvo en cualquier peligro. Por esta

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152
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ú~'¡:'~:¡;El hbro e ¡V ar~o

no comen hojJS V'er~


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nt cosas ln!m:::.OJ..S
verdes ni tampoco ,se sustenmn de frucos verdes o de
bas verdes o de ralces verdes, ya que'codo lo que es ver::"
hi':~~ ~
i:t... ,
. Todo lo cría la región aquella diverso de lo que
demás reo'iones las aves, los animales y
d~n
las
especIas, y
dicen que está animado; po:: lo que n.o q~ieren comer~
.:
lo, por temor a com.eter un ?ran sacnlegIO al matarlo.. :.::
l'' ' se adeb~ q~e
es caliente sobremanera. N o cienen
no alguno salvo arroz. Hace~ v~n~ ~e azúcar. , los
Tampoco y por la misma razon se atreve~ a dar muerte :;,' más alimentOs hay abundanCIa Inf¡nita. Hay alh muchos
;< ningún animal grande o pequeño; de nmguna ma..r¡era. fh astrólogos y médicos. Andan todos desnudos, hombres
cometen pec;:¡dos c~ntra s~; ley; d~e;mer} $I)bre el suelo [::' y mujeres, y son negros; no obst:mt~, cubren y tapan sus
y qUeman las cadaveres oe lOS mucnos. t vergüenzas ~on. un hermoso paño. Sm embargo,. son por
.::~. L generallu)uflosos. Tom:m como esposas a panentes en
1 tercer prado, y esta norma se observa en tOda la
mirl C,,!ocut Capitulo trigésimo primero, Del reino de Coilum t o

Al salir del reino de Moabar. por otra región al garbi­ t Capítulo trigésimo segundo. De la provincia de
no, se encuen.tr:a ~ d mi~la5 ,el rei~~ de Coi~um, ~~ndeyi­ COffiari
crisüanos ven muchos cnsnanos, JudlOs e idolatras. }:hy all¡ lengua !
propia. rey de Coilum no es tribucario de nadie. En "1 Comart es una región de la India donde se puede ver
br~5ilcs eSte reino crecen brasiles grandes como limones, muy 1 1J J 1
, , :.1 otrO a O ~ l la estrella polar, es decir, la llamada tramontana, pues des­
r ttTII .: n t.1 También hay alli pimienta ~n e:\Irema :l.bundan­ ¡ t:\,tl!¡:tt)~¡;i ..d de la isla de Jana hasta es re paraje no se puede divisar en
~.'(!n::11::r :J.bund.::tnt:í:J cía; p.u.es. los bosquesy . rebosan .. L absolutO:Pore!conrr::n:io, si . .enrra .en. el marjun­
ca; sirlcmbargo, el' ddque nace es. se \ verá k\ polar :mtedi­
coge
. '"
,en Jun!o y JuliO. ,HJ.y
. ¡ ,
en gran cJ.nnuad n'}­ l
¡ d::haio_ Jt! ;';,1' . tG a a creLD:ca
y que se alza encima del horizonte la me­
digo, del que se sirven lar Ctnto:reros; se troce una \ de'un codo. Esta región es muy salvaje y tienen mu­
ba, y esa 'merba 1a h'" I
acman¡.cn . ,
granaesca: 'd eros, I·a ponen 1 I
.ehos animales y muy diferentes de los demás, y en par­
a remojo y la dejan allí así, h~.sta que bien marchi-. I monOs üéuiar simios. Hay allí muchos monos que tienen rostrO
t3.; después" la secan al que en aquell~ región calienta ¡ muchos
gltns pJulos hombre. Hay gatOs que se llaman pautas, muy .. .
con grandd ;;.doies, y a causa de la altísima temperatura I
tOS de 10$ 'demás; hay leones) onzas y leopardos sin cuen­
lC'on~s
hierve la hieda y se cuaja; l continuación parten aquella 1 tOo
materi::t en pedazos peq ueños-y así es traídaa nuesua
. tria. En lquella región resulta penoso vivir por el exce~
sivo calor que hace: en efeclO, si se pone un hue\'o en el Capítulo trigésimo tercero. Del reino Beli
río, al poco tiempo se cuece pertectarnence. Acuden por
las mercaderias a esta comarca muchos negociantes de di­ .Partiendo Ca mari a ccc millas al occidente se en­
versas naciones, dada la grandísima gran¡er!:l que allí se cuenera el reino de Beli, tiene rey propio y propia len­
"

ob~ip'·e. hay muchos animales diferentes de I gua. Los habitantes de aquella región veneran lmágenes.
(
losdt: las partes. En efecto, los leones son ::legras El monarca es riquísimo y grandes tesoros, aunque
por completo, sin otro color. Hay papagayos o epyma­ i ~r:J¡i1dí.simo_1¡ tesoros
no es poderoso por la multiwd o el valor de su pueblo;
chi blancos sin mancha como la nieve, aunque tienen ro­ mas la tierra es tan bravía que nO puede ser invadida por
ías las pacas y el pico. también papaga'yos diver­ npcc¡:ts en :lbun .. el enemigo. En esta región hay gral1 abund:lOcia pi­
más hermosos que los que nos traen aquende J..ln~j.l miema, jengibre y Otras especias nobles. Si alguna nave,
gallinas diferentes en mdo de nuestras. ;¡J allí, se desvía a un de esta comarc3.
:.- -t

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rr-- --1 156
El libro de Marco por. El libro de Marco Polo

cribir en mi libro. De ella no referí sino las tierras y Capitulo trigésimo octavo. De la isla de S::oÍran
f nos comarcanos al mar y algunas islas que se \\
en aquel mar. ~, ::. T.' Si no, sería muy trabajoso y añadiría La isla de Scoíran se encuentra al mediodía, a cincuert..:·

I f
. dos islas
gran prolijidad a nuestro libro.

Capítulo trigésimo séptimo. Sobre dos islas, en una


de las cuales habitan hombres sin mujeres y en la
(fistianos ohi.,po
!
1mb,r Jbundanci,
ta millas navegación de las dos islas susodichas. Sus ha­
bitantes son crlsti:mos y ticnen arzobispo. En CSt:l
. gran abundancia de ámbar y se confeccionan buení­
simos y muy bellos paños de algodón. Se hacen alU mu-
tratos y sobre roda de pescado. Se alimentan' de car­

II otra mujeres sin hombres ne, pescado, leche y arroz. Sus habitames no tienen gra­
no salvo arroz. Todos andan desnudos. A esta isla llevan

M.cho Hembra Más allá del reino de Resmacoron, a cincuenca millas "1 muchos piratas lo que roban en el mar y lo venden rodo
, aquéllos compran de grado el bocín, ya que ha sido

·~,.·I
en alta mar, se encuencran al mediodía dos islas, distan­ arrebatado a idólatras y sarracenos y no a cristianos. En
tes encre sí unas xxx millas. En una moran hombres sin .. este lugar hay muchos encantadores entre los cristianos:
1
¡ mujeres, y se llama en su lengua la isla Macho; en la otra, si zarpa de la isla de ScoÍram alguna nave que quieren ha­
~ por el contrario, habitan mujeres sin hombres, y se de­ nigrom:1ntes cer volver los nigromantes, aunque navegue a todo trapo

I
nomina aquella isla Hembra. Los que residen en 'estas ¡s­ y con viento favorable, hacen con su arce diabólica y con
l'as fonnan una comunidad .y son cristianos. Las mujeres sus conjuros que se levante un VIentO contr:lrio a la nao,
:.1
j
no van nunca a la isla de los hombres, pero los hombres de suerte que le es forzoso tOrnar atrás.
van a la isla de las mujeres y viven con elbs durante tres
:'.':-;': :' ..." ....:< 1 meses seguidos. Habita cada uno en su casa con su espo­
,1 sa, y después retorna a la isla Macho,' donde permanece Capítulo trigésimo noveno. De la de M':ldaigastcr
! el resto del año. Las mujeres tienen a sus hijos varones
consigo b.sca los xiv años; y después los envían a sus pa­ Después de partir de Scoir,an se encuentr,a, a mil millas
dres. Las hembras dan de Comer a la prole y tienen cui­ al mediodía, la isla de Mad;ligaster, que es de las mayores
dado de algunos frutos de la isla, mientras que los hom­ y más ricas islas del mundq. Ab;lrca su circuQferencla cua­
bres se proveen de alimento a sí mIsmos, a sus hijos y a tro mí! millas. Sus habitantes son sarracenos y observan
sus mujeres. Son excelentes pescadores y cogen infinitos la ley del miserable Mahoma, No tienen rey, sino que se
peces, que venden frescos y secos a los negoci~tes; y ha confiado el gobierno de toda la isiáa cuaera.ancianos.
tienen grandes ganancias del pesC;.ido, yeso que rescrvan dcbntcs ella hay mis elefames que los que se pueda encontrar
gran cantidad para sí. Se sustencan de leche, carne, pes­ en cualquier otra región de la tierra; incluso cn el
d"nJe h,v 'Duneb,,­ cado y arroz. En este mar hay gran abundancia de ámbar encero no hay tanto trifico de colmillos de como'
,i, .le ,Iml."r
y se pescan en sus aguas muchos y grandes cetáceos, Los yen la isla de Zanzíbar. Sus habír:1ntes no comencar­
hombres de aquella isla no tienen rey, sino que recono­ ne que no sea de camello, ya qiTIClescubricron que era
cen como señor a su obispo, pues están sometidos al obIS­ más sana que las demás; en efecto, hay tan incontable
po de Scoiram, y tienen idioma propio. multitud de CJmc­ mulcicud de camellos que parecería increíble por el pas-
Itos mo que causa su número inauditO al que no ío haya visto
con sus propios ojos. Abundan también Jos bosques de

:1
I
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sJnd"los sándalos rojos, de los que crecen aUí grandes árboles, con
los que se hacen muchas negociaciones. Hay infinita c:m­

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