- Por evitar un conflicto. Si sabemos que negarnos nos va a generar
una situación problemática, generalmente tendemos a ceder. Sobre todo si esa problemática es significativa, como en el caso del jefe y la reunión de trabajo.
- Por no hacer que el otro se sienta mal. Lo que es conocido como
sentimiento de culpa. Muchas veces, sin darnos cuenta, nos imaginamos lo que el otro va a sentir si nos negamos. Por supuesto que sólo nos lo imaginamos y no sabemos cómo se lo va a tomar en realidad la otra persona, pero nos dejamos guiar por aquello que imaginamos que va a sentir, y si eso que imaginamos no resulta agradable, preferimos no hacerle pasar por eso.
- Por miedo a no ser aceptado. Contrario a imaginarnos lo que va a
sentir la otra persona si nos negamos, en este caso nos imaginamos lo que va a pensar de nosotros. Esto es un miedo a ser rechazado, el cual en algunas personas es más marcado que en otras.
- Por sentir que no tengo derecho a negarme. Esto generalmente es
un problema de autoestima, en donde damos por hecho que las necesidades del otro son más importantes que las nuestras y, en cuanto nos piden algo, inmediatamente dejamos de lado lo nuestro para atender lo suyo.
Enrique, el problema de no saber decir "no” es que después tenemos
que afrontar las consecuencias, y nos obligamos a vivir situaciones que no deseábamos.
Cómo decir "no”
¿Cuántas veces se ha visto usted en un compromiso por no saber cómo
negarse? No se preocupe, no es la única persona a la que esto le ha ocurrido, y es que a veces sencillamente nos sentimos mal al pensar en darle a otro una respuesta negativa cuando nos pide algo.
En primer lugar elimine de su mente ideas como: "Decir siempre que
sí me hace más amable o considerado", "Negarme es de mala educación". Usted no debe asumir un compromiso que no desea o que no puede cumplir, sólo por un convencionalismo social.
Distintas frases pueden ayudarle a decir "no” a cosas que no puede
o no desea cumplir, cómo por ejemplo encargarse de alguna actividad en el colegio de sus hijos, asumir el trabajo de un compañero de trabajo o asistir a un evento que no le interesa, sin necesidad de que usted mienta o se invente un pretexto absurdo.
"Me gustaría mucho, pero en este momento no me puedo comprometer,
si existe otra forma de ayudar dímelo". No hay duda, usted no tiene tiempo de llevar a cabo esa petición pero ofrece su ayuda para algo más simple; esta frase se aplica perfectamente cuando no desea comprometerse a fondo, pero puede echarle una mano a alguien.
Para los más directos y sinceros está la frase: "No puedo
encargarme de eso ahora". A los más convencionales puede que les parezca algo descortés, pero ¿por qué? Si realmente no dispone de tiempo para asumir una actividad más ¿por qué debe mentir sobre ello? Sea honesto / honesta con usted y con los demás.
"Realmente no puedo, pero muchas gracias por pedírmelo", esta frase
deja claro que no puede dedicarse a ese asunto que le piden, pero además le permite quedar como una persona educada que agradece que la tomen en cuenta. Funciona para invitaciones a un evento o peticiones de ayuda que no puede satisfacer.
Si se trata de un favor o de un evento ideológico con el que
simplemente no comulga, educadamente puede usar la frase: "Perdona, pero no estoy a favor de esa causa". No harán falta más palabras y el otro no insistirá. Añada una sonrisa para darle el toque final.
Si usted no desea hacerlo, pero sí proponer a alguien que puede
ayudar, diga: "La verdad es que yo no puedo pero me parece que X podría ayudarte". De este modo se libera diplomáticamente de una responsabilidad que usted no desea o no puede asumir y recomienda a alguien en su lugar que tal vez sí quiera llevarla a cabo.
Se trata de responder con educación y estrategia, sin mentir, sin
inventar excusas inverosímiles. No se sienta culpable por negarse, hay mucha gente a quien le encanta comprometerse en eventos del colegio, la comunidad y el área laboral, por eso déjeles a ellos esas tareas si usted no se siente cómodo.