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1.- ¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?

Es la capacidad para identificar, entender y manejar las emociones


correctamente, de un modo que facilite las relaciones con los demás, la
consecución de metas y objetivos, el manejo del estrés o la superación de
obstáculos.
Características de las personas con una inteligencia emocional alta
 Identificar las propias emociones. Son capaces de identificar sus
emociones y saber lo que están sintiendo en cada momento y porqué, y
darse cuenta de cómo influyen en su comportamiento y en su
pensamiento.
 Manejo de las emociones. Son capaces de controlar sus impulsos, no
se dejan llevar fácilmente por estallidos emocionales, saben calmarse a
sí mismos cuando sus emociones son especialmente negativas e
intensas y saben adaptarse a las circunstancias cambiantes.
 Identificar las emociones de los demás. Tienen una alta capacidad
para entender las emociones, necesidades y preocupaciones de los
demás, saben ponerse en el lugar del otro y entender puntos de vista
diferentes a los propios. Tienen una alta capacidad para reconocer la
dinámica de un grupo, para relacionarse con los demás, pues saben
cómo se sienten y pueden actuar en base a ello del mejor modo posible.
Por este motivo, los demás se encuentran a gusto a su lado, pues se
sienten comprendidos y respetados. Tienen también una alta capacidad
para mantener buenas relaciones, influir en los demás, comunicarse con
claridad, manejar conflictos y trabajar en equipo. Así pues, es frecuente
que tengan también una alta inteligencia social.
Elementos de la Inteligencia Emocional
El gran teórico de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense
Daniel Goleman, señala que los principales componentes que integran la
Inteligencia Emocional son los siguientes:
1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)
Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y
cómo nos influyen. Es importante reconocer la manera en que nuestro estado
anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y
cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que
se conocen a ellos mismos.
Por ejemplo, este aspecto nos puede ayudar a no tomar decisiones cuando
estamos en un estado psicológico poco equilibrado. Tanto si nos encontramos
demasiado alegres y excitados, como si estamos tristes y melancólicos, las
decisiones que tomemos estarán mediadas por la poca racionalidad. Así pues,
lo mejor será esperar unas horas, o días, hasta que volvamos a tener un
estado mental relajado y sereno, con el que será más sencillo poder valorar la
situación y tomar decisiones mucho más racionales.
2. Autocontrol emocional (o autorregulación)
El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros
sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar por ellos ciegamente.
Consiste en saber detectar las dinámicas emocionales, saber cuáles son
efímeras y cuáles son duraderas. No es raro que nos enfademos con nuestra
pareja, pero si fuéramos esclavos de la emoción del momento estaríamos
continuamente actuando de forma irresponsable o impulsiva, y luego nos
arrepentiríamos.
3. Automotivación
Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la
motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de en los
obstáculos. En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e
iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con
tesón y de forma positiva ante los imprevistos.
4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)
Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de
las señales que los demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo
emiten de forma no verbal. La detección de estas emociones ajenas y sus
sentimientos que pueden expresar mediante signos no estrictamente
lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a
establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos
relacionamos.
Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer
paso para comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las
personas empáticas son las que, en general, tienen mayores habilidades y
competencias relacionadas con la IE.
5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)
Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra
felicidad personal e incluso, en muchos casos, para un buen desempeño
laboral. Y esto pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas que
nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos
sugieran muy buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia
Emocional.
Así, gracias a la Inteligencia Emocional vamos más allá de pensar en cómo nos
hacen sentirnos los demás, y tenemos en cuenta, además, que cualquier
interacción entre seres humanos se lleva a cabo en un contexto determinado:
quizás si alguien ha hecho un comentario despectivo sobre nosotros es porque
siente envidia, o porque simplemente necesita basar su influencia social en
este tipo de comportamientos. En definitiva, la Inteligencia Emocional nos
ayuda a pensar en las causas que han desencadenado que otros se comporten
de un modo que nos hace sentirnos de un modo determinado, en vez de
empezar pensando en cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir cómo
reaccionaremos ante lo que otros digan o hagan.
2.-¿QUÉ ES EL CEREBRO EMOCIONAL?
Parte del cerebro que gestiona las emociones. Está compuesto principalmente
por el sistema límbico.
¿Es correcto hablar de un "cerebro emocional"?
En la cultura popular existe la idea muy extendida de que el cerebro
humano tiene una parte emocional y otra racional. El cerebro emocional,
que habríamos heredado de nuestros antepasados más primitivos, sería aquél
gracias al cual tenemos emociones, sentimientos e impulsos difíciles de
reprimir, mientras que el racional se encargaría del análisis más concienzudo y
lógico de las situaciones que vivimos o imaginamos.
Sin embargo, el sistema límbico está profundamente interconectada con otras
áreas del cerebro no directamente identificadas con aquello que conocemos
como las emociones, por lo cual la idea de que tenemos un cerebro emocional
es, en buena parte, una manera excesivamente imaginativa de entender
esta red de conexiones.
¿Qué es el sistema límbico?
El sistema límbico es un conjunto de estructuras del encéfalo con límites
difusos que están especialmente conectadas entre sí y cuya función tiene que
ver con la aparición de los estados emocionales o con aquello que puede
entenderse por "instintos", si usamos este concepto en su sentido más amplio.
El miedo, la felicidad o la rabia, así como todos los estados emocionales
llenos de matices, tienen su principal base neurológica en esta red de
neuronas.
Así pues, en el centro de la utilidad del sistema límbico están las emociones,
aquello que vinculamos con lo irracional. Sin embargo, las consecuencias de lo
que ocurre en el sistema límbico afectan a muchos procesos que,
teóricamente, no tenemos por qué asociar con la cara emotiva del ser humano,
como la memorización y el aprendizaje.
El sistema límbico en el aprendizaje
Un filósofo inglés llamado Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo,
propuso la idea de una manera de calcular la felicidad basándose en una
clasificación de criterios para diferenciar el dolor del placer. En teoría, a partir
de este cálculo podríamos saber lo útil o poco útil de cada situación,
dependiendo de lo feliz que nos hiciera según esta fórmula.
Simplificando mucho, se puede decir que, de un modo similar al que proponía
Bentham, el sistema límbico es algo así como el juez que determina lo que
merece ser aprendido y de qué modo ha de ser memorizado dependiendo de
las sensaciones placenteras o dolorosas que nos produce cada situación.
Es decir, que del sistema límbico depende el modo en el que se aprende el
valor positivo o negativo de cada una de las experiencias que se viven. Pero,
además, el modo en el que el sistema límbico influya en nuestra manera de
aprender irá teniendo repercusiones en nuestra personalidad.
Algunos ejemplos
 Un ratón que ha pasado por el condicionamiento operante y ha llegado a
asociar la acción de mover una palanca con la aparición de comida en
un cajón de su jaula, aprende que mover la palanca está bien gracias a
las sensaciones placenteras que le produce ver la comida y probarla, es
decir, fundamentándose en algo basado en la euforia de descubrir un
trozo de queso cuando se tiene hambre y en las sensaciones agradables
que produce comerlo.
 En los seres humanos, también se puede entender que aquellas
situaciones en las que el placer queda más sublimado de manera
complejas, como lo que se siente al escuchar un buen recital de poesía,
nos enseña que volver a la asociación cultural en la que lo hemos
escuchado resulta "útil". El sistema límbico sigue siendo la parte del
encéfalo responsable de esto.
Las partes del sistema límbico
Cabe recordar que el sistema límbico no es exactamente una región
anatómicamente exacta del encéfalo, sino que es más bien una red de
neuronas distribuidas por el cerebro y que quedan mezcladas entre muchas
estructuras diferentes.
Hipotálamo
Una de las zonas del diencéfalo más involucradas en la regulación de las
emociones, por su conexión con la glándula pituitaria y por lo tanto con el
sistema endocrino y todas las partes del cuerpo en el que se liberan todo tipo
de hormonas.
Hipocampo
El hipocampo tiene una función muy importante en los procesos mentales
relacionados con la memoria, tanto en la memorización de experiencias e
informaciones abstractas como en la recuperación de recuerdos. Los
hipocampos están localizados en la cara interior de los lóbulos temporales, muy
cerca del tálamo y las amígdalas.
El hipocampo está encuadrado dentro de lo que se conoce como corteza del
lóbulo límbico, o arquicorteza, que es una de las partes de la corteza cerebral
más antiguas; es decir, que apareció muy pronto en la línea de evolución que
ha llevado a la aparición del ser humano.
Amígdala
Las amígdalas cerebrales están situadas al lado de cada hipocampo, y por
lo tanto hay una en cada uno de los hemisferios del cerebro. Su papel está
relacionado con la respuesta emocional aprendida que despiertan ciertas
situaciones, y por lo tanto están involucradas con el aprendizaje emocional, por
lo cual tienen un rol en el sistema límbico.
Corteza orbitofrontal
En los límites del sistema límbico se encuentra la corteza orbitofrontal, que es
la válvula de salida de las órdenes "emocionales" hacia zonas del lóbulo
frontal encargadas de la planificación y creación de estrategias. Por tanto, tiene
un importante papel a la hora de aplacar los "impulsos irracionales" que
llegan del sistema límbico y hacer pasar solo parte de estas señales,
aquellas que servirán para definir bien los objetivos de las acciones con metas
a medio o largo plazo.

3.-¿PARA QUÉ SIRVEN LAS EMOCIONES?


Las emociones pueden jugar un papel importante en nuestra forma de
pensar y de comportarnos. Pueden ser de corta duración (como una molestia
repentina ante una circunstancia molesta) o de larga duración (como
la tristeza de perder a un ser querido).
¿Qué son las emociones?
Saber qué son las emociones nos ayudará a entender mejor su
función. Según la definición de Hockenbury y Hockenbury (2007), una
emoción es un estado psicológico complejo que involucra tres componentes
distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica y un
comportamiento o respuesta expresiva.
En un acercamiento más complejo, Salovey y Mayer (1990) definen la
emoción como un conjunto de metahabilidades que pueden ser aprendidas
y estructuran el concepto en torno a cinco dimensiones básicas referidas a:
 El conocimiento de las propias emociones
 La capacidad de autocontrol
 La capacidad de automotivación
 El reconocimiento de las emociones de los demás
 El control de las relaciones
¿Qué función tienen?
 Nos motivan a tomar medidas
Ante situaciones estresantes, nos ayudan a tomar una decisión que nos
permita superar el estrés para hacer algo para mejorar la situación.
En situaciones de emociones positivas, ayudan a minimizar la probabilidad
de sentir emociones negativas. Además, ayudan a evitar situaciones que
podrían potencialmente conducir a estados negativos.
 Nos ayudan a sobrevivir, a prosperar y a evitar el peligro
Charles Darwin creía que las emociones son adaptaciones que permiten a
los seres humanos y animales sobrevivir y reproducirse. Cuando estamos
enojados, estamos propensos a enfrentar la fuente de nuestra irritación.
Cuando experimentamos miedo, somos más propensos a huir de la amenaza.
Cuando sentimos amor, podríamos buscar a un compañero y reproducirnos.
De esta manera, las emociones juegan un papel adaptativo en nuestras vidas,
y eso es lo que nos motiva a actuar con rapidez y a tomar acciones que
maximizarán nuestras posibilidades de supervivencia y éxito.
 Pueden ayudarnos a tomar decisiones
Además de motivarnos a tomar decisiones, también nos ayudan a
elegir. De hecho, tienen una gran influencia en las decisiones que
tomamos. Los investigadores han encontrado que personas con ciertos tipos
de daños cerebrales que afectan a su capacidad emocional tienen una menor
capacidad para tomar buenas decisiones.
Incluso en situaciones donde creemos que nuestras decisiones se guían
exclusivamente por la lógica y la racionalidad, las emociones juegan un papel
clave. Se ha demostrado que la inteligencia emocional, en cuanto que
refleja la capacidad de comprender y manejar las emociones, juega un
papel básico en la toma de decisiones.
 Permiten que otras personas nos entiendan
Cuando interactuamos con otras personas, las emociones nos permiten
enviar señales de cómo nos sentimos para que los demás lo entiendan.
Estas señales, pueden incluir la expresión emocional a través del lenguaje
corporal o la manifestación verbal explícita, que aclare lo que sentimos.
 Nos permiten comprender a los demás
Así como nuestras propias emociones proporcionan información valiosa a los
demás, las expresiones emocionales de los que nos rodean nos dan una
gran cantidad de información social.
La comunicación social es una parte importante de nuestras vidas y relaciones
diarias, y ser capaz de interpretar y reaccionar ante las emociones de los
demás es esencial. De esta forma podemos responder de manera adecuada y
construir relaciones más profundas en diversas situaciones sociales.
4.- REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES
“La regulación emocional es el arte de leerse a sí mismo,
desde la sinceridad”
¿Qué es la regulación emocional?
La regulación emocional es la capacidad para manejar las emociones de forma
apropiada. Supone tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y
comportamiento; tener buenas estrategias de afrontamiento; capacidad para
autogenerarse emociones positivas, etc.
La regulación emocional es toda estrategia dirigida a mantener, aumentar
o suprimir un estado afectivo en curso, con el objetivo de alcanzar una
meta.
La regulación emocional, también llamada inteligencia o habilidad emocional
Según Ribero-Marulanda y Vargas Gutiérrez:
se define como “la destreza de las personas y el proceso deliberado que
requiere esfuerzo para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y
precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y
la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás
de manera voluntaria”
De ésta manera, la inteligencia emocional es conceptualizada como una
capacidad del ser humano para aumentar su calidad de vida; ya que entre otras
cosas facilita la convivencia y la vinculación social. Asimismo, dicha capacidad
permite evitar la impulsividad, y por lo tanto colabora en el ajuste al contexto
inmediato de una forma adecuada y socialmente regulada (Ribero-Marulanda y
Vargas Gutiérrez, 2013).
Según Bisquerra (2009), “la conciencia emocional es la capacidad para tomar
conciencia de las propias emociones y de las de los demás, incluyendo la
habilidad para captar el clima emocional de un contexto determinado”
Las microcompetencias que la configuran son:
 Expresión emocional apropiada.- Es la capacidad para expresar las
emociones de forma apropiada. Implica la habilidad para comprender
que el estado emocional interno no necesita corresponder con la
expresión externa. Esto se refiere tanto en uno mismo como en los
demás. En niveles de mayor madurez, supone la comprensión del
impacto que la propia expresión emocional y el propio comportamiento,
puedan tener en otras personas. También incluye el hábito para tener
esto en cuenta en el momento de relacionarse con otras personas.
 Regulación de emociones y sentimientos.- Es la regulación
emocional propiamente dicha. Esto significa aceptar que los
sentimientos y emociones a menudo deben ser regulados. Lo cual
incluye: regulación de la impulsividad (ira, violencia, comportamientos de
riesgo); tolerancia a la frustración para prevenir estados emocionales
negativos (ira, estrés, ansiedad, depresión); perseverar en el logro de los
objetivos a pesar de las dificultades; capacidad para diferir recompensas
inmediatas a favor de otras más a largo plazo pero de orden superior,
etc.
 Habilidades de afrontamiento: Habilidad para afrontar retos y
situaciones de conflicto, con las emociones que generan. Esto implica
estrategias de autorregulación para gestionar la intensidad y la duración
de los estados emocionales.
 Competencia para autogenerar emociones positivas.- Es la
capacidad para autogenerarse y experimentar de forma voluntaria y
consciente emociones positivas (alegría, amor, humor, fluir) y disfrutar
de la vida. Capacidad para auto-gestionar el propio bienestar emocional
en busca de una mejor calidad de vida.
¿Cómo regular nuestras emociones?
Tener conciencia y regular las emociones, resulta necesario, ya que esto
nos permitirá desarrollar una serie de competencias y habilidades, a la vez que
nos ayudará a desarrollar mejor nuestra posibilidad de favorecer el propio
bienestar y el de los demás.
Conciencia emocional
“Solo cuando seamos capaces de reconocer las emociones en nosotros,
podremos en cierto modo comprender las emociones de los demás”
La conciencia emocional es el soporte inicial y fundamental para llevar a
cabo un proceso de regulación de emociones.
Aprender a regular las emociones consiste en primer lugar en hacerse cargo de
las mismas, aceptándolas y concienciándose de que se encuentran presentes
en nosotros y en nuestro día a día, facilitándonos información.
Así, ser más consciente implica identificar y reconocer adecuadamente la
vivencia emocional que estamos experimentando, donde la observación es
una de las herramientas más importantes, más concretamente el ejercicio de
observarse.
Y una vez reconocida la emoción, darle nombre. De alguna manera, ya sea
verbal o no verbal, el hecho de expresar las emociones reforzará la toma de
conciencia inicial.
Cuanto más abiertos nos encontremos para percibir nuestras emociones,
mayor habilidad tendremos para percibir las de los demás.
Lo que resulta necesario es la distinción entre la emoción y la acción
resultante o consecuente de una emoción intensa.
Sentir ira puede ser legítimo ante una situación de agresión, pero lo que no es
legítimo es actuar con violencia. De ahí, la importancia de cómo expresar la
emoción y regularla.
Regular quiere decir poner en orden, buscar la medida conveniente como
cuando buceamos y regulamos el aire en el tiempo que nos encontramos bajo
el agua o cuando graduamos la voz al cantar. Lo mismo ocurre con las
emociones.
Los beneficios de la regulación emocional:
 La regulación emocional nos permitirá controlar los impulsos,
canalizar las emociones desagradables, tolerar la frustración y saber
esperar las gratificaciones.
 Según diversos estudios, las habilidades de regulación emocional
muestran efectos positivos para la mejora de diversos dominios
relacionados con el funcionamiento personal, social y laboral.
 Tener conciencia de las propias emociones y regularlas, nos permitirá
conocer las propias capacidades y limitaciones de nuestras
vivencias emocionales.

5.-La importancia de la inteligencia emocional

Las personas con más éxito en sus vidas son aquellas con una inteligencia
emocional más alta, no necesariamente las que tienen un CI más alto. Esto es
debido a que las emociones, cuando no se manejan correctamente, pueden
acabar destrozando la vida de una persona, impedirle tener relaciones
satisfactorias, limitar su progreso en el trabajo, etc. En general, la inteligencia
emocional:

 Ayuda a triunfar en todas aquellas áreas de la vida que implican


relacionarse con los demás y favorece el mantenimiento de relaciones
más satisfactorias.
 Ayuda a mantener una mejor salud al ser capaces de manejar mejor el
estrés y las emociones negativas como ansiedad, sin dejar que les
afecten el exceso o durante demasiado tiempo. El estrés no manejado
correctamente puede repercutir negativamente en la salud mental,
haciendo que seas más vulnerable a los trastornos de ansiedad
y depresión. Además, la persona que no maneja bien sus emociones
tiene muchos más altibajos emocionales y cambios de humor que
perjudican sus relaciones y su funcionamiento.
 Ayuda a relacionarse mejor con los demás. Las personas con una alta
inteligencia emocional son más capaces de expresar lo que sienten a los
demás y entender lo que sienten los otros. Esto les permite comunicarse
de manera más efectiva y crear relaciones más profundas, tanto en la
vida personal como profesional.

BIBLIOGRAFÍA:
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