Este primer capítulo nos sitúa en el siglo XIV, específicamente en el año 1319. La
historia se desarrolla en Navarcles, una Barcelona ambientada, claro está, en una
época de control feudal. Se nos presenta la historia de Bernat, un joven campesino
dedicado únicamente a trabajar sus tierras y a cuidar a su padre; a la muerte de
éste, decide por fin casarse con Francesca, una bella joven ofrecida en matrimonio
por su padre que es también amigo de Bernat.
El matrimonio de estos dos personajes nos muestra la cruda realidad que se vivía
en ese entonces, la escena en la que irrumpen el señor feudal y sus soldados, hace
caer en cuenta de que el Señor no era simplemente dueño de la tierra y lo que estas
proporcionaban, sino también de las personas. Vemos una especie de tradición en
la que el feudal es quien “estrena” en su noche de bodas a la mujer del siervo,
Bernat luego tiene que consumar el acto “por si hay probabilidad de un bastardo”. El
señor feudal imponía terror y no había quien pudiera enfrentarsele.
Teniéndolo en sus brazos, huye de la persecución de los soldados del gran señor, y
por fin llega hasta una tierra que parece ser su primer atisbo de libertad; esto es
curioso, pues a donde ha llegado, el dominio feudal parece haber quedado algo
lejos.
Algo que también llama la atención es el surgimiento de este artesano que ahora se
autodenomina rico -pero odiado por nobles y mercaderes-, y cuya preocupación es
la cofradía y el ascenso social por medio del comercio en puertos y barcos. Además,
este taller a pesar de estar fuera del régimen feudal, igualmente se halla relacionado
con la esclavitud y también los malos tratos hacia sus trabajadores, pues ya se hace
mención de una mano de obra asalariada.
Ya en 1329 se deja ver que el dueño de este taller ha conseguido su cometido y al
haber prestado ayuda al rey durante la guerra, es por fin reconocido y admirado por
nobles y demás artesanos. Para este momento, el hijo de Bernat ha sido privilegiado
en el sentido de poder vivir de la misma forma que sus primos, pero siempre ha sido
relegado por su mismo origen. Notamos entonces que si bien esta nueva clase
social se ha insertado en la jerarquía estamental de Barcelona, todavía sigue
coexistiendo con el resto de clases y su relación sigue siendo hostil; podemos
mencionar como ejemplo el comportamiento del mismo jefe del taller, que cual señor
feudal, mata a latigazos a la que estaba encargada de cuidar de sus hijos.