DE ALVARADO
INGENIERÍA MECANICA
Semestre-Grupo:
9° UNICO
Materia:
Unidad:
Producto Académico:
INVESTIGACION
Tema:
Presenta:
Docente:
Objetivo general
Objetivo especifico
Los tres criterios que se emplean para agrupar las tareas en gamas de
mantenimiento son los siguientes:
Las gamas o rutas diarias contienen tareas que se realizan fácilmente. La mayor
parte de ellas se refieren a controles visuales (ruidos y vibraciones extrañas,
control visual de fugas), mediciones (tomas de datos, control de determinados
parámetros) y pequeños trabajos de limpieza y/o engrase. En general, todas las
tareas pueden hacerse con los equipos en marcha. Son la base de un buen
mantenimiento preventivo, y permiten ‘llevar al día’ la planta. Es además, la parte
de trabajo de mantenimiento más fácilmente trasladable al personal de producción
(o de operación), y que por tanto mejor puede integrarse en un TPM.
Por la gran cantidad de papel que generan (el 90% del total al cabo de un año), no
es conveniente que estén en el sistema informático de Gestión de Mantenimiento
Asistido por Ordenador. Es más práctico generar las hojas de ruta manualmente.
Si se generaran a partir del sistema informático habría que completar todo el ciclo
de una O.T. (apertura, aprobación, carga de datos, cierre, aprobación del cierre,
etc.); todo este esfuerzo no está justificado, pues genera demasiado trabajo
burocrático que no añade ningún valor.
La base de cualquier plan de mantenimiento son las tareas que hay que realizar
en cada uno de los equipos y sistemas que componen la planta. Estas tareas
deben ser posteriormente agrupadas en gamas, que son conjuntos de tareas de
mantenimiento que mantienen algún nexo común, y que se agrupan para facilitar
su realización y su control.
Que se ejecuten por el mismo especialista. De esta forma habrá gamas eléctricas,
mecánicas, de instrumentación, etc.
Que se ejecuten con la misma periodicidad. Así, habrá gamas diarias, semanales,
mensuales, etc.
Hay que realizar una acción formativa para la puesta en marcha de cada una de
las gamas, explicando claramente el alcance de cada una de las tareas y qué
hacer en caso de encontrar anomalías
Durante las primeras semanas tras la puesta en marcha, hay que supervisar la
realización, hablando con el personal encargado de realizarlas, y anotando sus
sugerencias y comentarios. Tras los primeros días de aplicación, empezarán a
surgir cambios al plan inicial. El sistema de revisión del plan debe ser
suficientemente ágil para poder ir introduciendo cambios a medida que se
identifiquen sus posibilidades de mejora. Los primeros cambios se referirán sobre
todo a tareas que no puedan ser realizadas, a tareas que se han olvidado y que
pudiera ser necesario útil realizar, a rangos de medida incorrectos, a herramientas
y materiales no incluidos en la lista de cosas a preparar, a correcciones en el
tiempo necesario para su realización, entre otras. Más tarde, las correcciones ser
realizarán para excluir tareas que no han demostrado ser útiles o rentables, o para
incluir tareas que surjan como consecuencia de averías y problemas que se hayan
presentado, y que pudieran evitarse con alguna medida preventiva.
No es necesario poner en funcionamiento todas las gamas a la vez. Es mucho
más efectivo ponerlo en marcha de forma escalonada, por periodicidades, por
áreas o por frecuencias. De esta forma, se puede poner en marcha en primer lugar
las rondas diarias, una vez asimiladas éstas puede continuarse por las gamas
mensuales con planta en marcha, etc.
PROCEDIMIENTOS DE REALIZACIÓN
Una vez redactadas las gamas, y preferiblemente después de ponerlas en marcha
y haber realizado diversas correcciones, puede ser conveniente, si se dispone de
los recursos necesarios procedimientos en los que se explique como se llevan a
cabo cada una de las tareas que incluyen. Es conveniente describir claramente a
que elemento se refiere cada tarea (con la indicación de su código); en caso de
mediciones, como se realiza esta y cuáles son los rangos aceptables; qué útiles y
materiales es necesario preparar; qué precauciones hay que tener en los
montajes; cuáles son los valores que debemos respetar en los reglajes de
elementos; etc.
La planificación de las gamas diarias es muy sencilla: por definición, hay que
realizarlas todos los días, por lo que será necesario sencillamente determinar a
qué horas se realizarán, y quién es el responsable de llevarlas a cabo.
De forma aproximada y solo para obtener una referencia rápida previa, puede
afirmarse que el coste anual de mantenimiento de una planta industrial es
proporcional al coste de las máquinas que contiene y de su montaje, y es
independiente de otros conceptos, como los costes de terrenos, permisos, obras
externas, beneficios y márgenes comerciales de los constructores (en contratos
tipo EPC) o incluso, del valor de la producción o de los ingresos anuales. El coste
anual de mantenimiento puede estimarse entre el 2% y el 3% del coste de equipos
+ montaje. Tradicionalmente, hasta hace relativamente pocos años, el coste
mayor lo suponía el personal, con casi la mitad de este presupuesto. Hoy en día,
en las plantas de nueva construcción, los materiales y los contratos externos
suponen casi las 2/3 partes del presupuesto de mantenimiento de una planta
industrial habitual.
CONCLUSION
El costo del mantenimiento representa una parte importante del costo total de la
producción. Por ello, este departamento debe contar con personal calificado en las
diferentes disciplinas, a fin de atender día a día todas las tareas del turno.
En conclusión no hay una sola empresa, por muy pequeña que sea, que no
requiera de algún servicio del departamento de mantenimiento.
BIBLIOGRAFIA